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Luis Guzmán Palomino

Hugo Guevara Ávila

LOS INCAS FRENTE A ESPAÑA


El ocaso de un imperio

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PRÓLOGO
Finalizaba el primer cuarto del siglo XVI cuando en el Perú de los Incas
empezaronacircularvagasnoticiasacercadelapresenciadegentesextrañasenel
continente. Por esos años, postreros del gobierno de Guayna Cápac, el imperio
andinollevabasudominiodesdeelRumichacaenlafronteracolomboecuatoriana,
hastaelAconcaguayelpaísdelosChiriguanosporelSur,ydelacejadeselvaa
las orillas del mar. Por su dilatada extensión geográfica lejos estaba de haberse
consolidadosudominio.

Merced a una avasalladora conquista militar, en menos de un siglo, como ya
hemos mencionado, los señores orejones del Cuzco, aristocracia eminentemente
guerreraapartirdelaccesoalpoderdePachacuti,habíanlogradoelsometimiento
de numerosas naciones que antes se desarrollaron independientes o
interdependientes en un ámbito local o regional. Y por lógica, los curacas o
reyezuelos de esas naciones aceptaban de mal grado el dominio, proyectando en
todomomentolasublevaciónconlamiraderecuperarlaperdidaautonomía.Pero
la carencia de unidad nacional era apenas uno de los varios problemas que
enfrentabaelTahuantinsuyo,porlosañosenquelamayorpotenciaimperialista
delorbe,España,extendíasusambicionesallendelosmares.

Finales del gobierno de Guayna Cápac, decíamos, años en que las revueltas se
hicieron frecuentes en el Imperio de los Incas, razón por la cual ese gobernante
apenas pudo mantener el dominio conquistado por sus predecesores, sin realizar
avancesexpansionistasdeimportancia.Aconsecuenciadeello,frecuentesfueron
tambiénlasrepresionessangrientas,sobretodoenelChinchaysuyo,castigosque
resentiríancontralosIncasamuchasdelasnacionessometidasy,pordesgracia,
en vísperas de la invasión española. Con todo, Guayna Cápac, cuyo apoyo
principalestuvoconstituidoporlacastamilitardelimperio,estableciendolasede
desugobiernoenTumipampaquisoconvertirlaenejedenuevasconquistashacia
el Norte, hacia esa región con la que se mantenía hasta entonces sólo relaciones
comerciales y de donde, precisamente, provenía la asombrosa nueva de que
extrañosseresveníanporelmar.

RelatalacrónicaoccidentalqueGuaynaCápacllegóapresagiarlacatástrofedel
imperio autóctono y su conquista por aquellos; no es fácil creerlo, teniendo en
cuentaqueelIncaseconsiderabalíderdelejércitomáspoderosodelmundo.Pero
lo cierto es que ya en ese tiempo, los antiguos peruanos recibieron informes
precisosacercadeloqueacontecíamásalládesusfronterasseptentrionales.

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LamuertedeGuaynaCápac,enoscurascircunstancias,provocóelvacíodepoder
en el Tahuantinsuyo. La casta militar controlada por la dinastía de los Hanan
CuzcoyporlapanakadePachacuti,encabezadaporAtahuallpaestacionadopor
entoncesenQuito,senegóaaceptarlaproclamaciónquesehizoenelCuzcode
HuáscarcomoIncaconelapoyodeladinastíadelosHurinCuzcoydelacasta
religiosa. Esto último fue un verdadero golpe de estado y la pretensión de
restaurar los  viejos moldes que habían existido antes de Pachacuti. Devino
entonces inminente laguerra civil, pero ésta aún demoróalgunos años, durante
los cuales, aparte de crecer los odios entre las facciones enfrentadas,
multiplicándosealavezloslevantamientoslocales,sinquelosantiguosperuanos
siquieralosospecharanenEuropasefirmabaladeclaracióndeguerracontraellos.

Enefecto,trasconocerdetallesacercadelosviajesdeexploraciónllevadosacabo
poralgunosdesusaudacessúbditos,lacoronaespañola,porCapitulaciónfirmada
enToledoel26dejuliode1529,autorizóaFranciscoPizarroparaemprender“el
dicho descubrimiento, conquista y población de la dicha provincia del Perú”,
nombrándolo“gobernadorycapitángeneraldetodaladichaprovinciadelPerú,y
tierrasypueblosquealpresentehay”.

Amparada por la autorización papal, supremo poder espiritual de entonces, la
coronaespañola,proclamandoelnobleidealdeextenderlaslucesdelacivilización
y la fe católica, se había lanzado, a partir del descubrimiento efectuado por
Cristóbal Colón, a la conquista y saqueo de los pueblos del nuevo continente,
anexándolos a su dominio y repartiendo entre los conquistadores sus tierras y
colectividadeshumanas.Asíde fácily “legal”:por el hechode noser cristianos,
absurdoalegato,nuestrosancestrosnativosfueronconsiderados“bárbaros”y,por
tanto, susceptibles de ser conquistados mediante la guerra. Reyes y papas,
representantes de los poderes supremos temporal y espiritual en Occidente,
invocaron el nombre de su dios para autorizar a los conquistadores la
esclavización de los pobladores de América. Al respecto, bastará citar lo que la
reina de España señaló a Francisco Pizarro en la mencionada Capitulación de
Toledo: “En loque toca a losindiosnaboríasqueteneís...esnuestravoluntady
mandamosquelostengaísygobernaísysirvaísdeellos,yquenoosseanquitados
niremovidosporeltiempoquevuestravoluntadfuera”.Merceddetalesargucias,
teniendolaambiciónpormotivaciónprincipalysabiendoquelodellevarlasluces
delacivilizaciónoccidentalylaevangelizacióncristianaeransólopretextosque
quedabanenelpapelparadarapoyo“legal”alaconquista,Pizarroysugentese
aprestaronainvadirelPerú.

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DeesaEspañagobernadaporlaalianzacleronoblezanosalieronalaconquista
sino las gentes sin fortuna, aunque sus conductores fueron ciertamente audaces
navegantesyvalientesguerreros,aquienesapoyólaincipienteburguesíadesus
ciudades,loscomerciantesyprestamistas.Estosúltimosfueronloscapitalistasde
laempresa;elestadoactuóenformasecundaria,aunquealapostreresultóelmás
beneficiado.ElcleroylanoblezapasaríanalPerúsólodespuésdeconsolidadala
conquista,luegodequeelEstadoimperialistaespañollograrareprimirlosbrotes
separatistasdelosplebeyosconquistadoresqueintentaronconvertirseenseñores
feudalesamericanos.Aunqueelfeudalismo,ennovísimaversiónextemporánea,se
asentóenlatierraconquistada.


Por ironía del destino, aquel mismo 1529 estallaba en el Perú la trágica guerra
civilentrelosIncas,comoepílogodecontradiccionesdeantiguaynuevadata.No
losabíanaúnlosespañoles,peroeseconflictofacilitaríalaejecucióndesusplanes.
Enesascondiciones,laempresadelosinvasoresnofuetareamuydifícil.Porello,
conmucharazónadmitiríaunodelosPizarro:“Silatierranoestuviesedivisa...
no la pudiésemos entrar ni ganar si no vinieran juntos más de mil españoles a
ella”.

Porquealmomentodedesatarselainvasiónespañola,seagudizabanenelimperio
varias contradicciones: Hurin Cuzco contra Hanan Cuzco; panaka de Pachacuti
(nucleada en torno a Atahuallpa) contra panaka de Túpac Inca Yupanqui (que
apoyaba a Huáscar), vale decir Hanan contra Hanan; aristocracia sacerdotal
contra aristocracia guerrera (clero solar contra ejército); estado imperial contra
señores locales (Cañaris, Chachapoyas, Huancas, etc.); estado imperial contra
esclavosyanaconas(llamadostambiénmitimaesforzados);estadoimperialcontra
campesinadohatunruna(vastosectorperjudicadoporlaguerra),etc.

Enesemomentolascontradiccionessehabíanagudizadoalinteriordelacastade
losorejones,peroelprocesosubsiguientedelainvasiónespañola,cuyarespuesta
fue la guerra de resistencia Incaica, dio cauce a la agudización de las otras
contradicciones, al sublevarse contra el Tahuantinsuyo varios señores locales y
miles de esclavos yanaconas, en medio de un trastorno total cuyo epílogo fue la
destrucción del estado autónomo y la anexión de su territorio a un imperio
extranjero.Masapesardelarealidadcaótica,lospueblosperuanospresentarían
resistenciaalosespañolesdesdeelmomentodesuintromisiónennuestrastierras,
resistencia que, si bien improvisada y con poca organización, no iba a cejar en
ningún momento. Así lo señaló Pedro de Cieza de León, el más veraz de los
cronistas,quienrecogiendoversionesasíespañolascomoperuanasescribió:“Los

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indios de los valles, como entendieran haber poblado su tierra aquellas gentes,
pesóles en gran manera... (y) hubo pláticas secretas entre ellos para les mover
guerra”.

Puntoapartemerecelamencióndelaparatobélicoqueenfrentaronlosespañolesa
los antiguos peruanos. Tremenda diferencia: ellos trajeron cañones, arcabuces,
espadas, picas, lanzas, ballestas, armaduras; caballería aplastante; perros
amaestradosenlacazadeindios,etc.Ylosconquistadoresnofueronlos160que
han repetido las versiones hispanistas, porque con ellos alinearon numeroso
contingentedeindiosaliadostraídosdeCentroAmérica,yentalnúmeroqueun
conquistadorescribióenelistmo de Panamá que esas tierras se despoblaban por
losmuchosnativosquesellevabanparaelPerú.Contarontambiénlosespañoles
condestacamentosdeguerrerosnegros,hábilesenguerrascontraindios.Yporsi
fuerapoco,tuvieronprontoelauxiliovenidoporelmar,conloquelaconquistase
tornó incontrovertible. Comprobada la existencia del país del oro, nada hubiera
impedido la conquista del Tahuantinsuyo. Una maquinaria bélica propia de la
Europa Renacentista, enfrentada a una que emergía de la Edad de Piedra,
lógicamentehabríaderesultar,tardeotemprano,vencedora.

Finalmente, cabe anotar que buena parte de los antiguos peruanos tuvo la
desdichadeconsiderardiosesalosinvasores.Asombradosdeverlossalirdelmar,
extrañamentevestidos,conpoderesqueconsiderabansobrenaturales,loscreyeron
hijosdeldiosViracocha.Desde1528,añoenquelosinvasoresdesembarcaronen
los poblados costeños del norte peruano, la versión empezó a circular en el
Tahuantinsuyo. Tumbesinos, Tallanes y Lambayeques, tras ser visitados por los
extraños seres barbados, los vieron desaparecer nuevamente en el mar, tan
sorprendentementecomohabíanemergido,yadmiradoslosllamaronViracochas.
Hasta el decadente clero solar cuzqueño llegó a aceptar tal calificación divina
cuando,tresañosmástarde,losinvasoresvolvieronanunciandoque,enviadospor
el supremo dios, venían a apoyar la causa de Huáscar contra Atahuallpa. Este
último,encambio,jamáscreyóenladivinidaddelosinvasores;lashabladuríasde
los costeños nunca fueron consideradas seriamente por su círculo, que desde un
principiocalificóalosespañolesdeladrones,haraganesyviciosos,disponiéndosea
combatirlos,perolosatahuallpistastuvieronlafatalidaddemenospreciarelpoder
bélicodelenemigo,yasí,queriéndolosencerrarenunatrampa,losdejaronentrar
en Cajamarca. Más les hubiera valido destrozarlos en la cordillera, que bien
pudieron hacerlo, como recomendaron algunos previsores líderes, caso Rumi
Ñahui. Porque en noviembre de 1532 la trampa de Cajamarca se volvió contra
ellos,ydelamaneramásterrible.

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En este libro se reconstruye con detalle los hechos que marcaron el ocaso del
Tahuantinsuyo, incidiendo de manera especial en la resistencia librada por los
pueblosdelnorte,enunperíodoqueantecedióalagranguerrapatriaqueluego
desataríaelejércitoatahuallpista,conholocaustodesusmejorescuadros.

Bien se sabe que no fue fácil para la España de Carlos V sojuzgar al
Tahuantinsuyo. Cuarenta años de cruenta lucha, entre  1532 y 1572, le serían
necesariosparalograrlaconquistatotaldelpaísdelosIncas.Porquereciénconla
muertedeTúpacAmaru,elúltimoIncadeVilcabamba,ejecutadobajolatiranía
delvirreyFranciscodeToledo,pudierondecirlosespañolesquelaconquistaera
un hecho consumado. Tras ello sobrevino el caos para las grandes mayorías
nativas,signadoporelgenocidioylaimposicióndeundominiodeclaseyderaza,
cuyassecuelastraumáticaspervivenhastaelpresente.

Este libro ha tenido por especial motivación el diálogo constante con nuestros
colegasprofesoresyconnuestrosjóvenesestudiantes.Suprincipalpropósitoesel
deponerenrelievela gesta heroicadenuestrosprimeros héroeslibertarios,y en
estosiguelashuellasdelosvaliosostrabajosdeJuanJoséVega,EdmundoGuillén
GuillényHernánAmatOlazábal,científicossocialesquepugnanporladifusión
deunahistoriaauténticamenteperuana,queeslaúnicacapazdenutrirladifícil
construccióndelaidentidadnacional.

LaCantuta,8demarzodel2003.

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I. LOS SUCESOS DE PUNÁ. EFÍMERA ALIANZA HISPANO-
TUMBESINA. JUNTA DE GUERRA EN TUMBES ACUERDA
RESISTIR A LOS INVASORES.
Para la invasión del Perú, el tercer viaje de la expedición española
jefaturada por Francisco Pizarro fue definitivo. A fines de 1531, un año
después de que partiera de Panamá, la hueste española dejaba Coaque
paratrasladarsealaisladePuná,ubicadafrenteaTumbes.Estaislafueel
primer punto de contacto con el Tahuantinsuyo y de inmediato sería
asimilado el imperio español sin sospecharlo siquiera los caciques
punaeños, que acogieron a los invasores con muestras de simpatía. Esta,
empero,duraríapoco.Alcabo,laconductadelosespañoles,convertidos
de hecho y por la fuerza en nuevos señores, provocó la reacción de los
nativos.Vinoluegolaluchaarmada,enlacuallosespañolescontaroncon
el apoyo de algunos grupos tumbesinos,quienes hacia muy poco habían
sidosojuzgadosporlosdelaisla.Comoeslógicosuponer,lasuperioridad
delaparatobélicodelosinvasoresdeterminóladerrotadelospunaeños.
Pero Pizarro consideró peligroso permanecer en la isla; aunque vencidos
en los combates acampoabierto,losisleñospersistíanenlaresistenciaa
través de ataques relámpagos y sorpresivos. Entonces fue que el jefe
cristianodecidiópasaratierrafirme.

Por aquellos días se discutía en Tumbes la conveniencia de recibir a los
extranjeros. Merced a los informes de tumbesinos que actuaron en Puná,
donde fue sangrienta la represión ejercida por aquéllos en los de la
resistenciaisleña,habíacasidesaparecidolaopiniónfavorablequeenun
principio se tuvo respecto a los Viracochas. Eran pocos los que
continuabanopinandoafavorderecibirloscomotales.Eso,pesequelos
invasoresdieronclaramuestradeapoyaralosdeTumbesencontradelos
dePuná.

En efecto, desde un principio Pizarro supo agitar las rencillas entre las
pequeñas naciones nativas, ofreciendo apoyo a una y otra según las
circunstancias.CuandotodoPunáestuvosaqueadoysecomprobóqueel
botín era magro hubo conveniencia de congraciarse con los de Tumbes,
entonces presos en la isla. Pizarro los liberó y, además, vejó a los que le
habían dado hospitalidad: diez curacas punaeños bárbaramente
sacrificadossellaronelpactoentretumbesinosyespañoles.

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Pero, como anotáramos líneas atrás, tal alianza fue efímera. La junta de
guerrarealizadaenTumbesdefinióacertadamentelasituaciónyvotópor
lainconvenienciadelpacto:enPuná,pagandogenerosidadconlibertinaje,
mostrando doblez sorprendente, los invasores habían evidenciado sus
verdaderas intenciones. Además de robar, ésos que en un principio se
tuvoporsagradosViracochashabíanvioladoenPunáacuantamujercayó
ensusmanos,sinrespetaredadesnilinajes.

AlosdeTumbesyanolespodríanengañar“porquehabíansabidoloque
en la ínsula habían hecho”, según relata la propia versión cristiana.
Algunos tumbesinos fundamentaron la idea de resistir a los invasores
aduciendo que, de no actuar así, “por el Inca habrían de ser muertos y
castigados”. Se referían a Atahuallpa, quien por entonces había ya
derrotadoalastropasdeHuáscarentodoelnortedelTahuantinsuyo.

Perolosmásinteligentesexponíanlaprincipalrazónparacombatiralos
intrusos:“Losespañolesnopublicanamistadconigualdaddijeronsino
que (pretenden) mandar, señorear exentamente a sus voluntades”. Nos
tienen en poco, agregarían otros, de los que ayudaron a los cristianos en
lossucesosdePuná.

Esos sectores de vanguardia, en sucesivas “congregaciones y juntas”


ocultas, convencieron a lamayoríaqueacogerenpazalos invasores era
perder sin honor la libertad, que ellos venían con seguridad a sujetarlos
por la fuerza, a dominarlos, tal como se había visto en la isla vecina.
Finalmente,huboacuerdoarapresentar“guerraamuertealosespañoles
con todas sus fuerzaps, aunque supiesen sobre el caso perder las vidas”.
Tal proclama nos ha sido transmitida por las propias fuentes españolas.
Fuelaprimeraquepronunciaronlosantiguosperuanosparadefendersus
territoriosdelainvasiónextranjera.

LaresistenciadeTumbes,libradaentremarzoyabrilde1532,debepues
considerarsecomopuntodepartidadelaluchaarmadaquepresentaron
nuestrosantepasadosalosinvasoresespañoles,iniciodeunaguerraque
habría de prolongarse por espacio de cuarenta años. Importante esta
acción por múltiples razones. Ya en Tumbes, y desde antes inclusive,
puedeapreciarseelenfrentamientoentrelaspequeñasnacionesindígenas
quevaaseraprovechadoperfectamenteporlosespañoles.

También Tumbes, con la sangre de sus defensores, habría de dar
testimoniodelatrágicadiferenciadearmamentoentreloscontendientes:

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soldados a caballos, protegidos de gruesas armaduras, llevando algunos
pequeños cañones y portando arcabuces y lanzas, espadas y picas de
hierro van a combatir contra tropas de infantes vestidos sencillamente,
cuyas armas son lanzas, porras, macanas, flechas, hondas y piedra; es
decir, una maquinaria bélica propia del renacimiento europeo contra
guerrerossalidos,enlomilitar,delaedaddepiedra.

Además,porlosinvasoresalinearíandesdeunprimermomentoingenuos
yvaliosísimosaliadosnativos,guías,espíasoguerrerosquecontribuirána
ladesgraciadesushermanosderaza.EnTumbes,deotrolado,habríade
acabarse,almenosparalostumbesinos,lacreenciadeladivinidaddelos
invasores:ellosnoeransinosimpleshombresansiososderiquezaypoder,
guerrerosvenidosarobarlatierra.

En virtud de ello repetimos, los de Tumbes habrían de resistirlos con
“mucha gente armada”, defendiendo su territorio y cultura. Y, en
respuesta, los cristianos entrarían en el Tahuantinsuyo “destruyendo el
paísyllevandolamuerteamuchasgentes,conformeanotaraelanónimo
autordelaRelaciónFrancesadelaConquistadelPerú”.

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II. PRIMER ACTO DE GUERRA EN TUMBES: PRISIÓN,
PROCESO Y EJECUCIÓN DE TRES INVASORES.
Chirimasa, curaca principal de Tumbes que apoyara a los invasores de
Puná,notuvoparteenlajuntadeguerra.Durantesuausenciafuequese
acordó la resistencia armada. Ante los hechos consumados, a su regreso
notuvomásalternativaqueaceptarlos.

EnPunáculminaronentretantolosaprestosdeloscristianosparapasara
Tumbes. Pizarro había terminado por dejar libres a Tumbalá, curaca
principal de la isla, y a otros importantes prisioneros, pero ni ello bastó
para que cesara la oposición de los nativos. Por eso, la salida de los
invasores podía considerarse un triunfo para los de Puná: “los isleños
festejaron la expulsión de los odiados cristianos”. Más, la retirada
españolaobedecíatambiénaotrasrazones.

Variasbalsastumbesinasllegaronalaislaysuspilotosseofrecieronpara
ayudareneltraslado.Abordodelosnavíosmayores,embarcócaballosy
alguna tropa, consintiendo que el fardaje y algunos hombres se
trasladasen en las balsas de los tumbesinos. A todas luces, los pilotos
nativos seguían órdenes de los jefes de resistencia tumbesina: pugnaron
poradelantarsealgruesodelaexpedición,llevando“algunosespañolesy
fardaje”. El jefe cristiano no puso ningún reparo a ello y autorizó a
algunos para salir en vanguardia. Este pasaje no está muy claro en las
crónicasespañolas,únicasfuenteshastalafechaquedantestimoniodel
suceso.

Discrepanellasalcitarelnúmerodebalsasylosnombresdelosespañoles
queseadelantaron.Sondatosimportantesporqueparavariosdeéstosfue
suúltimatravesía.JuanRuizdeArce,presentedeloshechosescribióque
tres españoles enfermos se fueron por adelante. Francisco de Xerez otro
testigo,anotóquemarcharonconlostumbesinostrescristianosconalguna
ropa.

Diego de Trujillo también protagonista del suceso, refería “que se
enviaroncuatrobalsas...yenlaunafueelhatodelgobernadoryAlonso
deMesa...yAntonioNavarro...yenotrafueelhatodeHernandoPizarro
yenellaAndrésdeBocanegra,yenotrafueelhatodelcapitánPizarroy
Juan de Garay, y en otra fue el hato de los oficiales del rey y un fulano
Riquelme”. De haber sido así, y por lo que después sucedió, hay que
concluirenquelabalsaenqueibanMesayNavarrodebióretrasarse,pues

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la suerte de éstos fue distinta a la de los que tripularon las otras tres
balsas, como veremos a su tiempo. Zárate, cronista tardío, anotó por su
parte que Pizarro “envió con unos indios de aquellos de Tumbes tres
cristianosenunabalsa”.CiezadeLeón,queescribióporreferencias,habla
detresbalsasperocitamuydistintostripulantes:“elcapitánHernandode
Soto se metió con dos o tres españoles en una balsa dice  y en otra el
capitán Cristóbal de Mena, y uno llamado Hurtado con otra mancebito
hermanodeAlonsodeToroseembarcóenotrabalsa”.Enestecaso,Mena
ylosdeSotofueronmásafortunadosqueHurtadoyelhermanoToro.

Hacemos cúmulo de notas pues esos cristianos de avanzada, dos o tres,
fueron los primeros en caer bajo la justicia tumbesina. Así lo refiere
Trujillo: “llegados a la costa de Tumbes mataron los indios a los tres
españolesqueibanenlasbalsas(Garay,BocanegrayeltalRiquelme),yno
mataronniaMesaniNavarro(queveníanenlacuartabalsa),porquese
metieron en un estero, y los indios (pilotos) se echaron a la mar y los
dejaron, y así escaparon”.Xerezconsignaquefueron“ciertosprincipales
tumbesinoslosquesellevarontrescristianosylosmataron”.Záratedice
que en llegando (a Tumbes, los nativos) sacrificaron aquellos tres
españolesasusídolos.RuizdeArceañadealgunosdetalles:“Enelpuerto
deTumbesestabaunrío;llegados(aél)métenloselríoarribayllévanlos
al pueblo, y aquella noche los sacrificaron a sus dioses; créese que los
comieron,(pues)nuncamásparecieroncosaalgunadeellos”.

Cieza, que como hemos dicho habla de tres balsas, cuenta que “llegaron
primeroqueningunos...Hurtadoconelotromozo(elhermanodeToro);
hallaron en la costa muchos de los de Tumbes (que) con engaño y gran
disimulación los lleva(ron) como que los querían llevar a aposentar; los
tristesmuydescuidados,sinningúnrecelofueronadondelesllevaban,y
luegocongrancrueldadlesfueronsacadoslosojos,yestandolosvivoslos
bárbaros les corta(ron) los miembros, y teniendo una ollas puestas con
gran fuego, los metieron dentro y acabaron de morir en tormento”.
Bastante imaginativo debió ser el informante del cronista, quien luego
señalaqueSotoylosqueveníanenlasotrasbalsasconocieronlosucedido
talvezpordelacióndealgúntumbesino,yadoptaronprecaucionesque
les salvaron de morir, aunque debieron permanecer en la costa ocultos y
sin dormir, con las armas dispuestas, esperando la llegada de sus demás
compañeros.

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Pedro Pizarro, quien confesaría haber estado en la balsa de Alonso de
Mesa conjuntamente con Francisco Martín de Alcántara, anotó por su
partequelostresespañolesdevanguardiafueronmuertosantesdellegar
alasplayasdeTumbes,enunosislotesdondehabríanpernoctado,yque
él y sus compañeros salvaron de idéntica desgracia por las benditas
verrugasdeMesa.

Los de Tumbes relata Pedro Pizarro “metieron en unos islotes que ellos
sabíanlasbalsas;hacíanquesaliesenlosespañolesalosislotesadormir,y
sintiéndolos dormidos, se iban llevando las balsas, y dejándolos allí, los
mataban después, revolviendo con gente sobre ellos, lo cual aconteció a
tresespañolesquematarondeesamanera.YaFranciscoMartín,hermano
delmarquésdonFranciscoPizarro,yaAlonsodeMesa...nosaconteciera
lo mismo sino fuera porque Alonso de Mesa estaba muy enfermo de
verrugas, y no quiso salir de la balsa en que íbamos al islote donde nos
echaron...Puesestandoasídormidos,alamedianochelosindiosalzaban
la potala de balsa, que así la llaman una piedra que atada en una soga
echan a la mar a manera de áncora, creyendo que el Mesa dormía, para
irse y dejarnos allí y matar a Mesa; y como he dicho que las verrugas
dabangrandesdoloresalMesa,estabadespierto,yvistoloquelosindios
hacían, dio voces, a las cuales Francisco Martín y yo despertamos, y
entendida la maldad, atamos al principal y a otros dos indios y así
tuvimostodalanocheenvela.Yotrodíademañananospartimosdeallí,
yllegadosalascostasdeTumbes,losindios,yaqueestábamosjuntoala
resaca,seecharonalaguaynosdejaronenmediodelasondas,lascuales
nosecharonalacostabienmojadosymedioahogados”.

Los tumbesinos alcanzaron a llevarse esa balsa, donde iba “la recámara
delmarqués”yhaciendasquemuchosmetieronenella“creyendoquelos
indios lo llevarían seguro”. Pedro Pizarro y sus camaradas, juntamente
conlosSotoyMena,esperaríanconansiedadelarribodelosdemás.

Soto,quesegúnanotaZáratetuvoelatrevimientodeinternarseporelrío
Tumbes, salvó la vida gracias al oportuno aviso de Diego de Agüero y
RodrigoLozano,quealparecertripulabanlabalsadeMena,llegadaantes:
“HernandodeSoto,queenotrabalsaibaconindiosdeaquellatierra,con
unsolocriadosuyo,entrandoyaporelríodeTumbesarriba,(muriera)si
no fuera por Diego de Agüero y Rodrigo Lozano, que habían
desembarcado,ycorriendolariberadelríoarriba,leavisaron(delpeligro)
ydiolavueltaluego”.

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En la historia que escribiera el Inca Garcilaso hay una versión que es, a
nuestro entender, algo más completa que las citadas, pues en ella se
señalanlascausasporlascualeslostresespañolesdevanguardiafueron
ajusticiados.SemencionaallíquellevadosalpuebloprincipaldeTumbes
selessiguiósumarísimoproceso,enqueactuarondeacusadoresvariosde
los tumbesinos que habían estado en Puná. Contra los cristianos se
levantaron los según la moral tumbesina gravísimos cargos de ser
“codiciososyavarientosdeoroyplata...,fornicariosyadúlteros”.Olvidó
elmestizocronistamencionarelcargodeladronesquesegurotambiénse
les imputó a esos invasores, que nada pudieron alegar en su defensa,
siendocondenadosamuerte.

Garcilasodecuidóbiendenotomarpartidoalrelatarestepasaje,citando,
paranocomprometerselasfuentesqueutilizaba.AsícopiandoaGómara
escribió que los tumbesinos escandalizados por la conducta de los
españolesenPuná,“losmataronysacrificaroncongranrabiaycrueldad;
para seguidamente anotar: Pero el padre Blas Valera, a quien se le debe
crédito, dice que fueron imaginaciones que los españoles tuvieron de
aquellostressoldadosporqueaparecieronmás;perodespuésaveriguóel
gobernador(¿dedóndesacaríaelchachapoyanoestedato?)queelunose
había ahogado por su culpa y los otros habían muerto de diversas
enfermedades en breve tiempo, porque aquella región... es muy enferma
para los extranjeros, y nos es de creer que los indios lo matasen y
sacrificasen,habiendovistoloqueeltigreyelleónhicieronconPedrode
Candia,porlocuallostuvieroncomodioses”.Ésteeselotroextremo,que
pretende con datos inverosímiles y harto confusos exculpar a los
tumbesinos de la muerte de los tres invasores. Vano e innecesario
esfuerzo.Criticablequesepretendahacernoscreerquepormiedolosde
Tumbesnoresistieronalosespañoles.CuandoelpadreValeracitaaltigre
yalleónserefierealasfieras,adoradasenTumbes,quePedrodeCandia
abatieraconsuarcabuzcuandoelprimerdesembarcóen1528.Lapotencia
delarcabuznofuesuficienteparadoblegarelánimodequieneslucharon
por contener la invasión extranjera. Para los tumbesinos, eran enemigos
esos extranjeros que antes tanto admiraban, y eran especialmente
merecedores de ser rechazados por sus múltiples defectos y porque
querían asentar una dominación infinitamente menos soportable que la
paternal impuesta en esa región por los Incas. Con la mira de evitar esa
dominación, cuyas sangrientas muestras habían visto ya en Puná, los de
Tumbeshabíanoptadoporlaguerraalosextranjeros.Yelprimeractode
guerrafueelajusticiamientodeesostresinvasores.

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III. GRUESO DE LA HUESTE INVASORA PASA A TUMBES.
ANIQUILAMIENTO DE SU VANGUARDIA.
Un día luego de partidas las balsas de avanzada, el grueso de la hueste
invasora salió de Puná, en los barcos y a bordo de otras balsas, que no
fueron suficientes para todos pues en la isla debió quedarse parte de la
genteylosindiosaliadosnicaraguasalmandodeSebastiándeBenalcázar,
quehabríadesoportarcasiheroicamentelahostilidaddelosnativos.Uno
delosquesalióconlosbarcos,RuyHernándezBriceño,recordaríaasíla
jornada:“SalimosdeladichaislaennavíosybalsasyfuimosaTumbes”.

MuchasesperanzasllevabanlosinvasoresconformeconsignaralaCrónica
Rimada: “A Tumbes se fueron con mucho placer/ con tal aparejo para ir
adelante/ estando el ejército ya muy pujante/ para poder en mucho
emprender/”.Ignorabanlosucedidoconlavanguardia.Luegodetresdías
denavegacióndiceunactordeloshechos“vinieronlosnavíosa(avistar)
la playa de Tumbes”. Grande fue la sorpresa de los invasores al ver la
playa desierta; los tumbesinos no salían calurosos a recibirlos, como
habían esperado. Por ninguna parte podía vérseles. Y tampoco a los que
marcharon en las balsas de avanzada, que seguro por precaución
permanecieronalgúntiempoensusescondites.Habíantenido“porcierto
de hallarlos allí y a todos los del pueblo y comarcas pacíficas; y fue al
revés”.Concluyeronentoncesenque“estabanlosindiosalzados”,según
relatalacrónicaespañola.

Nohabíamaneradebajaratierra,ytalvezpocossehubiesenatrevidoa
hacerlo en aquellas últimas horas del día: “Por estar la tierra alzada no
hubo balsas para ayudar a desembarcar la gente y caballos”. Tampoco
hubo cómo aplacar el hambre y de nada les hubiera servido buscar
alimentosentierra,“pueslosindiosdedichopueblo(habían)alzadotodas
las comidas”. En tal difícil trance, Francisco Pizarro y sus más audaces
hombresdejaronlosnavíosyllevandosuscaballosenunabalsapasarona
tierra.Aunquedesembarcaronteniendocasiencimalanoche,cabalgaron
algúntrechoendistintasdirecciones,lograndocapturaraalgunosnativos,
viejosyenfermos,quedieroninformede“comosehabíanalzado(losde
Tumbes) y llavándose los tres cristianos y ropas en las balsas”.  Los de
Pizarrocreyeronperdidaatodasuavanzadaymuchosedolierondeello,
pero cuando regresaban a la playa dieron con Soto y algunos otros,
reanimándose en algo. Estos les confirmaron lo confesado por los
prisioneros.

14
Alarmados por estas noticias varios otros españoles que habían
desembarcado se volvieron a los navíos llevando el desasosiego a sus
camaradas. Francisco Pizarro, su hermano Hernando, Soto y otros dos
invasores prefirieron quedarse en la playa, sin atreverse a desmontar y
esperando hallar a los Mena,” toda la noche no se apearon de sus
caballos”.

A bordo de los barcos reinaba una tremenda confusión. Pedro Pizarro,
asistenteataleshorasdifíciles,vio“tantatristezaenlagentequefuecosa
de maravilla, porque toda la noticia que había y confianza era de
Tumbes”. La mayoría clamaba a grandes voces volver a Panamá y no
morirenesasinhóspitastierras.Peroseescuchabatambiénalosveteranos
pedir calma y paciencia, diciendo que en guerras de conquista  esas
situaciones eran normales y de seguro los capitanes sabrían cómo
superarlas.

A pesar de ello, pocos podían lograr la tranquilidad. Los que más se
pesaban de su suerte eran los pobres indios auxiliares traídos desde
CentroAméricaporlafuerza:“aquífueelgemirdelosdeNicaragua”.Y
la desesperación también hacía presa en los españoles más bisoños, y en
losmástimoratos.SeescuchómaldecirdePizarro,”diciendoquelostraía
perdidosentierrasremotasydetanpocagente,porquehastaaquíeneste
Tumbesnoseteníanoticiadelagrosedaddelatierra”.Sóloelejemplode
coraje mostrado por algunos bravos impidió que estallara un motín que
hubiese variado el curso de la historia. En la plaza, Pizarro pasó aquella
noche triste lamentándose de que “los de Tumbes, a quie(nes) él tanto
había honrado”, (hubiesen) hecho tan gran villanía de ponerse en armas
paradarlaguerraymuertotanmalamentealosdos(otres)cristianos(de
vanguardia);quejábansedeellosllamándolostraidores.

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IV. ESTRATEGIA TUMBESINA. ATAHUALLPA RECIBE INFORME
SOBRE LA PRESENCIA DE LOS INVASORES.
Los de Tumbes, entre tanto, jefaturados por Chirimasa, practicaban la
tácticaguerreradetierraarrasada,dejandodesiertossuspueblosparaque
nolospudieraaprovecharelenemigoyfortaleciéndosealaotraorilladel
ríoTumbes,conrumboalasierra.Conociendolasuperioridadnuméricay
dearmamentodelosinvasores,ysinquerer“llegaraoírlosrugidosdelos
caballos”, bestias a las que empezaron a temer desde que las vieron
aplastar escuadrones enteros de indios en Puná, no quisieron presentar
batalla en campo abierto. Antes de cruzar el Tumbes, Chirimasa tuvo a
bien dejar tropas a su retaguardia, en varias líneas, para obstaculizar el
avance enemigo. Lo caudaloso del río le dio bastante confianza, tan vez
demasiada. Guardaba firme esperanza de obtener en breve el socorro de
Atahuallpa, ante quien había enviado mensajeros noticiándole de la
invasiónextranjera.Conesosrefuerzospensabaplantearresistenciaeficaz
y expulsar a los cristianos. Pero el Inca, por esos días camino de
Cajamarca,nohizomuchocasodelinformellegadodesdelacosta.Toda
suatenciónestabaentoncespuestaenloqueacontecíaenlascercaníasdel
Cuzco,dondesuejército,comandadoporApoQuisquisyChallcoChima,
seaprestabaalibrarlasdefinitivasbatallascontraloshuascaristas.

ConsideróAtahuallpaexageradalaversióndelostumbesinos,aloscuales
despreciaba y tildaba de perros, según puede leerse en la historia de
Bernabé Cobo. Creyó, conforme refiere Sarmiento de Gamboa, que esos
intrusos terminarían volviéndose a la mar “porque ya otra vez, cuando
andabaconsupadreenlasguerrasdeQuito,habíaidonuevaaHuayna
CápacdedondeelViracocha(sindudaesreferenciadePedrodeCandia)
había llegado a la costa de Tumbes y que había vuelto... Así que
AtahuallpasedescuidódelosViracochas”.

Taldescuido,omejordichodesprecio,porlosinvasores,fuecausadeque
Atahuallpa perdiera el control de Tumbes, convertido en puerta de la
penetración extranjera que acabaría con el imperio andino que pugnara
porgobernar.

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V. ESPAÑOLES DESEMBARCAN EN TUMBES Y ENFRENTAN
LA TÁCTICA DE “TIERRA ARRASADA”. PIZARRO PIDE PAZ
Y SE RECHAZA SU PROPUESTA.
Amanecióelsegundodíadeinvasiónconloscristianosalgoreconfortados
y esperanzados con las reconvenciones, arengas y promesas que durante
la noche les hicieran los capitanes más experimentados. Desde la costa,
Francisco Pizarro ordenó el desembarco, encargando a su hermano
Hernandolatareadesupervigilarlo,entantoél,conescogidaescolta,salía
a explorar los contornos: “más de dos leguas anduvo el gobernador sin
poderaverhablaconindioalguno,quetodosandabanporloscerroscon
lasarmasenlasmanos”.EranlaspartidasdeavanzadadeChirimasa.

Repentinamente,vinoasalirlealcaminounindiotumbesino,atalpunto
vil que abandonaba la causa de sus hermanos por salvar su propiedad
privada.Erasindudainfluyenteeste“indiodeTumbesquevinodepaz,
elcualdijoalMarquésPizarroqueélnohabíaqueridoirconlosdemás,y
que mandase que no le robasen la casa”. Seguramente, en lo más íntimo
desuser,Pizarrodesprecióaeserenegado,cuyabajezaerasorprendente;
perocomoaliadonopudopresentárseleentoncesotromejoryporeso“el
Marquésledijoquehicieseponerunacruzdondevivía,yqueélmandaba
quenolerobasenlacasa”.

Rodrigo Núñez, encargado de repartir las provisiones, recibió orden de
echarunpregónquelacasadondeviesenunacruznollegasenaella.Esta
precaución revela a las claras que Pizarro tenía proyectado cobrar
venganzadelostumbes:“leshabíacobradoodiorelataCieza(y)deseaba
castigar la muerte delos dos(otres)cristianos”.Estedeseodevenganza
no dejó de ser criticada por ese cronista, quien señaló asimismo que los
españolesse“espanta(ban)quematasendoscristianosyellosnoteníanen
nadamatarcientoymildelosindios”.

Pocodespuésdeeseencuentro,Pizarrotuvootroqueleagradómás.Topó
“con el capitán Mena y Juan de Salcedo, que a buscar al gobernador
venían con alguna gente de caballo”. Con ellos siguió adelante hasta dar
con el pueblo principal de Tumbes, que a primera vista le pareció todo
quemado, destruido y alzado. Con todo, y por no ofrecerse otra
alternativa, decidió plantar allí su campamento. En tanto uno de sus
ayudantes partía a la playa para ordenar el traslado de la gente. El jefe
hispano recorrió la casi desvastada ciudad, hasta que encontró un buen

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lugarparaalzarsutienda:“asentóelrealjuntoalafortalezadeTumbes”,
cuentaTrujillo,unodesusacompañantes.

A medida que entraban al pueblo, los invasores iban mostrando su
descontento con lo que veían. La ciudad en nada se parecía a la que
escucharondescribiralgriegoCandia.Nosedetuvieronapensarqueéste
había admirado Tumbes en plena época de paz y que por tanto no fue
mentiraloquedijo.Laguerracivilincaicahabíasidocausadelacreciente
destruccióndelafabulosaciudadcuyafamatrascendióallendelosmares.

Los ahora desengañados encontraron en el griego la víctima en quien
descargarsuscóleras,haciéndoleobjetodeburlasyamenazas,ypocofaltó
relata un testigo para que lo matasen: “Cuando llegamos al pueblo de
Tumbes, hallámosle sin persona alguna, que todos eran huidos la tierra
adentro:ycomoloslugaresdespobladosysigentesporbuenosquesean
parecenmal,hizoesteasiloquenosolamentenoerabuenlugarsinomuy
ruin, y en todo lo que aquel Pedro de Candia había dicho de él había
mentido;yasísehallólagentemuyconfusa...y...estuvoporapedreara
estehombre,ymásaquellosquehabíadequehabíandejadosusasientos
ycasasporlafamaquehabíadeestedichopueblo”.

HastaelpropioFranciscoPizarrollegóadudardelgriegoreprochándole
consorna:“enlosnidosdeantaño,nohaypájaroshogaño,señorPedrode
Candia”.Finalmentepudorestablecerseelordenypasaronaaposentarse
en dos galpones fuertes o fortalezas. Francisco Pizarro, Soto y Belalcázar
quedaron al cuidado de uno de los cuarteles y el otro lo reguardaron
HernandoPizarro,suhermanoGonzaloyCristóbaldeMena.

Setemíaunataquedelostumbesinos,quesospechabanocultos“enpartes
secretasdelvalle”.Algunaspartidassalieronaexplorartodoelpuebloen
buscadealimentosyapenashallaronalgunosrestos.Losinvasoresnose
atrevieronacruzarelrío,perosiendonecesariopasarloparatentarmejor
fortuna,encargaronlatareaasusindiosdeservicio.

Losdesgraciadosnicaraguasyguatemalasnotardaríanensermuertospor
los Tumbes, que dice la crónica española hicieron “mucho daño en la
genteservil...cuandoporcomidaiban,sinqueloscristianoslespudiesen
defenderporqueestabandelaotrapartedelrío”.

Jinetesquesalieronendistintasdireccionestuvieronalgunamejorsuerte,
pues“robaronloquepudieron,asídeovejascomodeotrascosas,conque
se volvieron al real”. Los alimentos hallados fueron pronto consumidos,

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sin satisfacer a todos los hambrientos expedicionarios, que sentían “gran
necesidaddecomercarneyotrascosas”.

SeimponíaelcrucedelríoTumbesyentonceselgobernadormandóhacer
una gran balsa de madera. Furioso por la situación, Pizarro se paseaba
nerviosamenteporelcampamento,mientrassustropas,casiendesorden,
recorrían los alrededores buscando a los tumbesinos que se”habían
esparcidoporunríogrande,queveníaadarallídelasierra”.

AunquelaprincipalmiradePizarroeracobrarvenganza,pues“nose(le
había)pasadolaira”,entendidoqueganaríamuchosilosTumbesvolvían
enpazporlapersuasión.Entalsentido,porintermediodeintérpretesque
se acercaron a la orilla del río, rogó la paz a los tumbesinos, pero éstos
jamásalaspacesquisieronvenir.

Soto, en tanto, recibía precisas indicaciones de su jefe para ir “a hacer la
guerra a los indios de Tumbes que estaban en un fuerte río arriba. La
ordendePizarroeraquesalieseconespañolesypasaseelríoporquelos
indiosdebíandehabersepasadoaaquellaparte”.

19
VI. SANGRIENTO COMBATE A ORILLAS DEL RÍO TUMBES.
PATRIOTAS SE TRASLADAN AL INTERIOR PARA
CONTINUAR LA RESISTENCIA.
Alasazón,lostumbesinosqueChirimasadejaraenretaguardiasehabían
ya retirado en su demanda, para no caer en manos de los jinetes que
exploraban todo los rincones de esa parte del río. Así, pues, el jefe
tumbesino no pudo informarse de que una gran balsa de madera
terminaba de ser construida por sus enemigos. Informado por indios
espías que los de Tumbes se hallaban bastante descuidados, salió Soto
combatirlos, a la cabeza de cuarenta jinetes y ochenta peones españoles,
según datos de Xerez, militante de la hueste. El cruce del río demoró
“desde la mañana hasta la hora de vísperas”, pues se llevó a cabo en
variosviajes.

Buennúmerodeguerrerosnicaraguasyguatemalassalierontambiéncon
los cristianos y no faltaron algunos renegados tumbesinos que se
prestaron a servir de guías. Como capitanes de todo ese ejército, que
contandoespañoleseindiospasaba del millarde hombres,iban,además
de Soto, jefe principal, Juan Pizarro, su hermano Gonzalo y Sebastián de
Belalcázar.LlevabanordendeguerrearamuerteconlosdeTumbes,pues
“dicelacrónicaespañolaeranrebeldesyhabíanmuertoaloscristianos”.

Absurdajustificación,quehastaelreyhispanoyelPapahabíanlegalizado
por sendas células y bulas pontificias. Claro que los de Tumbes de
ninguna manera sabían aquéllo y, de haber escuchado el Requerimiento,
segurohabríanrespondidoquetomandolasarmascontraloscristianosno
eranrebeldesanadiesinoquedefendíansustierrasycultura.

Chirimasa cometió el fatal error de no colocar centinelas en su
campamento.Confióexcesivamenteenquelosinvasoresnoseatreverían
apasarelrío.Ylejosestabadesuponerque,adiferenciadelosantiguos
peruanos que jamás combatían de noche, el enemigo era experimentado
ensorpresasnocturnas.

Por ello, casi sin poder oponer resistencia, el grupo de sus guerreros fue
masacradoenuninesperadoataquedeloscristianos.Lacrónicaespañola
relataque“dandounatrasnochadamuytrabajosa,porserelcaminomuy
angosto y de espesos montes y de espinos dieron (los de Soto) cuando
amanecía sobre el real de los indios, haciendo cuanto daño pudieron en
él”.

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FueunaverdaderamasacreadecirdeltestigoJuanRuizdeArceporque
alcanzamos la gente y “alanceáronce muchos”. Cieza por su parte anotó
quese“matóalgunosindiosycautivómás”.PeroChirimasayseiscientos
desusguerreroslograronsalvarsedelcercoysefortificaronenunasierra
cercana,dispuestosacontinuarlaresistencia.

Luego de saciar su sed de venganza en la sangre de los tumbesinos
sorprendidos,Sotopartióenpersecucióndelosquehabíanlogradohuir.
Pero la fortaleza que éstos ocupaban era tan inaccesible que según
anotacióndeZáratehubotodavía“quincedíasdecrudaguerraafuegoy
asangreporlostresespañolesquesesacrificaron”.

No sólo los sitiados de Chirimasa combatían a los de Soto; de los
alrededores concurrieron también a resistirles otros destacamentos de
valentísimos nativos, muriendo muchos de ellos en los desiguales
combates con el enemigo. Finalmente, esa resistencia marginal fue
totalmente arrollada y Chirimasa se vio en grave aprieto. Tuvo junta de
guerra con sus principales lugartenientes y allí expuso que era necesario
fingirqueaceptabanlapaz,puesdeotromodotodosseríanliquidados.

Así lo relata Cieza, señalando que la mayoría de los tumbesinos “como
viesencuanapecholosespañolestomabanelquererlesdarguerra,pues
detanrepososeencontrabanensutierra,ycomoAtahuallpanoenviaba
niveníacontraellos...acordaron...ofrecerlapaz...porquedeotramanera
destriríandosyrobaríanlessuvilla,queeragrantrabajoparaellosvertal
calamidad”. Se alzaron empero voces de patriotas radicales que
reclamaron continuar la guerra, pero la mayoría se adhirió al parecer de
Chirimasa.

Luego el curaca tumbesino despachó mensaje a Soto “diciendo que si le
perdonaban,queélvendríadepaz”.Lohizoaclarabienlaversióndelos
vencedores”viendoelgrandañoydestrucciónqueloscristianoshacían
entodalatierra”.Hastaenvióunindioparaquedijeraalosespañolesque
élnadateníaqueverconelalzamiento,quehabíamilitadoenélcontrasu
voluntad: “Chirimasa es amigo de los cristianos” dijo el mentiroso
mensajero“ycontinuolofueyéldeseaserloahora”.ElastutoSotobien
comprendió que “la paz de Tumbes (era) hecha por no verse matar ni
perder ni ranchear su valle”. Varios de sus hombres tuvieron igual
parecer. Sin embargo, al final todos los españoles coincidieron en que la
pazconlosnativoseramuynecesaria,pueselloslosproveeríande“guías
y (cargueros que) ayudasen a llevarles el bagaje”. Los nicaraguas y

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guatemalashabíandisminuidomuchosluegodeloscombates,ymásbien
eranguerrerosquenohombresdecarga.

PensabanloscristianosquelosvencidosenTumbeseranmásaptospara
taltarea,yqueesaseríaunaseñaldesometimiento.Asípues,Sotoaceptó
laofertadeChirimasa,dándolegarantíasporsuvidayladelosqueconél
depusiesen las armas. Juan Ruiz de Arce, compañero de Soto, explicaría
asíelacuerdo:“porlanecesidadquedeélteníamos...enviámosleadecir
que viniese sin temor alguno”. Siguiendo las antiguas costumbres, poco
después salía Chirimasa al encuentro de los vencedores portando “un
granpresentedemuchasjoyasdeoroyplata,entendiendoaplacarlos,yel
curacavinoadarlesobediencia”.Trasélsalieronvariosotros“principales
deTumbes(que)vinieronalasconalgúnpresentedeoroyplata”.Deallí
enadelantenarraunconquistador“fueronmuchonuestrosamigos”.

ConsuspreciososaliadosvolvióSotodeinmediatoalpuebloprincipalde
Tumbes. Allí Francisco Pizarro le “hizo buen recibimiento” y concedió
perdón a los tumbesinos “en nombre de su majestad” ordenándoles
“llevardelaotrapartedelríoelmantenimiento,quetannecesarioeraasu
hueste.Chirimasa,humillado,tuvoqueacatarelmandato.Élysupueblo
sehabíancondenadoaservirdeporvidaalosnuevosamos.

Pero hubo grupos tumbesinos que no consintieron la capitulación, por
másobligadaquehubiesesido.antesquerendirpleitesíaalosinvasoresy
sin ser molestados por Chirimasa, ellos se retiraron a la sierra, para
continuardesdeallílaresistencia.

22
VII. LA AMBICIÓN DE HERNANDO DE SOTO. PRECAUCIONES
DE PIZARRO. ATAHUALLPA Y SUS GENERALES
MANTIENEN ACTITUD DESPRECIATIVA HACIA LOS
INVASORES.
Muchas habían sido las fatigas de los cristianos en la represión de los
tumbesinos.Pordicharazónse“tomaronalgúndescansodeltrabajoque
habíanhabidoenreducir”.Pizarroinvitóasutiendaalosprincipalesde
Tumbes. querían interrogarles sobre muchas cosas, pero antes que nada
procuróaveriguarelparaderodelostumbesinosquehabíanmuertoasus
hombres de vanguardia. No se había amenguado en él su ansia de
venganza.Entalsentidopreguntó“alcaciquequeporquésehabíaalzado
y muerto a los cristianos”. Chirimasa respondió: “Yo no fui en ello, pero
(meescondíporque)tuvetemordequemeecharáisamílaculpa”.Lógica
respuesta de un hombre que temía represalias. Pizarro entonces lo
presionóparaquefueramásexplícito,porloqueChirimasaagregó:“Yo
supe que ciertos principales míos, que en las balsas venían, llevaron tres
cristianos y los mataron..., yo no lo supe (entonces) ni fui en ello ni los
mandé matar”. Furioso el jefe cristiano replicó a viva voz: “¡Esos
principalesqueesohicieron,traedmeaquí!”Peroluego,máscalmado,“les
mandóquesefuesenasuscasasynotemiesen”.

Poco después volvía a salir Soto en plan de exploración, al mando de
alguna tropa, a la que acompañaba Chirimasa fingiendo mostrarse
empeñoso en capturar a los que habían muerto a los tres cristianos.
Llegaban entre tanto los pobladores que antes huyeron, portando
bastimentosdetodaclase.

LaresistencianopudoorganizarsepuesniAtahuallpaqueríacolaboraren
ella; por eso los tumbesinos volvían a sus lares. Chirimasa, más por
negligencia, terminó por informar a Pizarro que “no se podían haber los
quemataronloscristianos”.Yparacalmarasupretendidoaliado,envióa
llamarsugenteyprincipales,ofreciéndolosparaserviciodeloscristianos.
Ellosnohabríandesersuficientesparaelavancequeseproyectaba,razón
por la cual Pizarro dio libertad a sus hombres para ranchear, vale decir
para saquear y coger esclavos por la fuerza. En poco tiempo relata la
crónicadelenemigo“prendieronmuchaspiezas,asíindioscomoindias”.

Mientrastanto,enelinteriordeTumbes,Sotodabamuestradesutantas
veces manifiesta ambicióndemando:“Con lagentequellevabatratóun

23
medio motín contra el gobernador disimulado, fingiendo de ir a cierta
provinciadeQuito”.Queríadirigirunaconquistaporsucuenta,perono
todos los que le seguían aprobaron su plan. Escandalizados, “Juan de la
Torre y otros se le huyeron y vinieron a dar aviso al marqués”. Para no
comprometer aún más su situación, y para disculparse si hubiera
necesidaddeello,aSotonolequedóotroremedioqueregresartambiéna
Tumbes.

Pizarro, al recibirlo, fingió no saber nada de la conjura, disimulando con
trabajo su desagrado. La conquista recién empezaba y no le convenía
perderatanpreciososoldado,pormásqueleconocieraconspirador.Pero
en lo futuro procuraría cuidarse de él: “desde ahí adelante, cuando Soto
salía a alguna parte, enviaba con él a sus dos hermanos, Juan Pizarro y
GonzaloPizarro”.Sinembargo,algunaotravez,mesesmásadelante,Soto
volveríaatentarungolpecontrasujefe,deacuerdoconRodrigoOrgóñez,
elcualfracasósóloacausadeunsorpresivoataquedeindiospatriotas.

En Tumbes Pizarro se fue informando de la tierra que tenía por
conquistar.Verdaderamentesorprendenteresultaquelosnativos,pormás
que acudieran a servirles, no les hablaran nada sobre Huáscar y
Atahuallpa,nisobrelariquezafabulosadelpaísdelosIncas.Alcontrario,
lostumbesinoslesdijeron,procurandodesanimarlos,que“porlosllanos
habíangrandesarenales”confaltadeyerbasparaloscaballos,ydeaguay
que por las sierras habían riscos de peña viva, montañas de nieve. Este
último informe no dejó de alarmar a varios españoles, que “mucho
murmuraban de la tierra, por la poca confianza que tenían de lo de
adelante(y)parábansemuytristes”.Paraellos,Tumbeseraundesengaño,
yporesarazónsolicitaronvolveraNicaraguaoPanamá.Pizarrolosdejó
enlibertaddehacerlo,siempreycuandodejasenarmasycaballosporque
él,conlamayoría,estabadispuestoaseguirlaentrada.Seesforzabaeljefe
cristiano por darles a entender que adelante encontrarían grandes
provincias,porqueTumbesnoeraelPerú.

Pero poco más tarde regresaron algunos jinetes que habían salido a
explorar la costa de adelante y confirmaron lo dicho por los tumbesinos:
“volvieronafirmandoquenohabíasinocardonesyalgarrobos,yestoen
pocas partes, porque todo era arena”. Pese a todo, se acordó a la postre
seguir la entrada, aunque los de menos fe optaron por quedarse en
Tumbes a la espera de un navío que los volviese a Nicaragua, diciendo

24
que no querían gastar sus vidas entre las ciénagas y mala ventura.
Empezaronentonceslospreparativosparareanudarlamarcha.

Enlaúltimasemanadeabrilde1532vinoadescubrirsequeunespíade
Atahuallpa había estado en Tumbes. Temerosos de él, los nativos pro
españolesnoledelataronsinocuandohubopartidohaciaCajamarca.Pero
fueunadelaciónvaga,sindetalles.Callaronlosrenegadoscuandovieron,
amenazantes, a los patriotas tumbesinos fieles al Inca. Por eso Pizarro
todavíanosupolodelaguerracivilincaica.

Muy superficial debió ser la investigación del espía atahuallpista en
Tumbes,puesluegodesuinformeelIncasereafirmóenlaopinióndeque
losinvasoresnoeransinosimplesladronesvenidosporelmar:“Cuando
el Inca se informó del saqueo del indefenso pueblo de Coaque, de la
desventura de Tumbalá “el anfitrión de Puná “la derrota del cauto
Chirimasa...yotrosdesmanes,comprendióquelosextrañosvisitantesno
eran seres extraordinarios, sino comunes y corrientes, sanguinarios y
codiciosos,queconsusnuevasarmaspretendíanquedarseconlatierray
confirmabanlamalafamaquetraíandesusandanzasporlaregióndelos
manglares”.

Muchosdelosguerrerosincaicos,sinembargo,noalcanzabanaentender
lo que sucedía en la costa; por ello, cuando a Cajamarca “llegó la nueva
que como los españoles habían desembarcado y asaltado en Tumbes...
todos quedarían atónitos”. Pero los jefes del ejército atahuallpista
persistieron en despreciar a los invasores. Se pecó de excesiva confianza
enelcampamentodelInca.

AúnpermanecieronenTumbeslosespañolestodalaprimeraquincenade
mayo.alcabo,viendoque“nopodíanserhalladoslosindiosmatadoresy
(que)... el pueblo de Tumbes estaba destruido... determinó el gobernador
departirse...”.

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VIII. ENTRAN LOS INVASORES EN TIERRA DE LOS TALLANES Y
ENFRENTAN A LA RESISTENCIA PATRIOTA EN POECHOS.
Tumbesestabatotalmentedestruido,resultadodelasbatallaslibradasallí
entre huascaristas y atahuallpistas poco antes de la aparición de los
españoles. No había más la ciudad que asombrara a Pedro de Candia
cuando el segundo viaje de Pizarro. Además, se hallaba en gran parte
despoblado. Tras la tenaz resistencia presentada a los invasores, los
pobladores marcharon al interior dispuestos a proseguir la lucha, y no
todosvolvieronluegodelacapitulacióndeChirimasa.

La situación de los españoles en Tumbes no era pues la más propicia y
Pizarroconsiderónecesariopasaradelante,proseguirlainvasióndelPerú.
Así,el16demayode1532“acordóelgobernadordesepartirdeallícon
algunagentedepieydecaballoenbuscadeotraprovinciaquefuesemás
poblada, para asentar en ella y poblarla”. Antes, decidió que en Tumbes
quedara por su teniente Sebastián de Belalcázar, con los españoles que
quedaran en guarda del fardaje y con los que, por temor, desistieron de
continuar la entrada. Adelante marchó Hernando de Soto con escogidos
jinetes.LuegoFranciscoPizarroconelgruesodelaexpedición,incluidos
los cientos de auxiliares indios, cargueros y guerreros, más los negros
esclavos. Y en retaguardia se colocó Hernando Pizarro, “con la gente
enfermayescoltadoporpeones”.

EnlaprimerajornadadeviajerefiereOviedolosinvasoresllegaronhasta
unpequeñopueblodondereposaron.Prosiguióalsiguientedíalamarcha
yreciénalcabodetresjornadasencontraronotropoblado,gobernadopor
el curaca Silan. Porras supone situado este pueblo entre los cerros de la
Brea, y menciona que los invasores bautizaron por Juan a su curaca. Los
nativos, impresionados por la presencia de gente tan extraña, no
obstaculizaron su paso y entonces pudo “reposar al gobernador allá tres
días,porquelagenteibafatigada”.

La entrada se haría luego bastante fatigosa. Los invasores encontraban
sólo “arenales muertos, donde padecieron grandísima sequía por el
mucho calor y falta de agua”. Según testigos que a poco desertaron, “no
hallarontierradondepoderpararundíanidecomerparalosespañolesni
aún yerba para los caballos”. Esos pocos animosos expedicionarios se
quejaronentoncesde“quelomásricodeestatierralodeja(ban)enaquello
deTacamezySantiagoylasprovinciasaelloscercanas.Peroelpanorama

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variócuandotuvieroncercaelpobladodeLaSolana,dedonde,trasbreve
reposo,continuaronhaciaPoechos,pueblosituadocercaalríodeLaChira
o de los Tallanes, nombre de la nación que poblaba sus orillas, desde el
mar hasta la sierra. El soldado Miguel Estete hasta se dio tiempo para
describir el esperanzador paisaje que se ofrecía a sus ojos: “Este río de
Tallanes era muy poblado de pueblos y muy buena ribera de frutales, y
tierramuymejorqueladeTumbes,abundosodecomidasydeganados”.

Pacífico fue el recibimiento que los pobladores del valle ofrecieron a los
invasores. Gracias a ello, Pizarro determinó descansar allí algunos días.
Para este tiempo, también los incaicos huascaristas tenían noticias acerca
de la aparición de los invasores en la costa. Cuenta Garcilaso que en el
camino de Tumbes a Poechos se presentó ante Pizarro un embajador
huascarista, rindiéndole pleitecía en nombre de su Inca, cuya corte
considerabaciertalapretendidadivinidaddelosinvasores.

Elastutojefecristianoproclamóentoncesqueveníaenviadopordiospara
ayudaralacausadeHuáscar,quien,seleinformó,resistíaaduraspenas
elavancedelosincaicosatahuallpistas.FuelaprimeranoticiaquePizarro
obtuvoacercadelconflictocivilincaicoquehabríadefacilitarsusplanes.
Y de inmediato, se autoerigió árbitro supremo. Satisfecho con su
respuesta, el embajador huascarista, posiblemente el que las crónicas
nombranHuamánMallquiTopa,sevolvióalsur,parainformaraHuáscar
sobreeléxitodesugestión.

OviedonarraqueenPoechosPizarrorecibiólavisitadevarioscuracasde
los pueblos vecinos, quienes le manifestaron haber sido recientemente
sojuzgadosporlosincas.Sabedordequeaquellosjefesnativosañoraban
su autonomía, Pizarro les ofreció alianza, que los ingenuos curacas
aceptaron pronto. Muy astutamente, para legalizar su conquista, el jefe
cristiano, sin que sus auditores lo notaran siquiera, les iba notificando el
requerimientoenvirtuddelcuallosterritoriosdeesoscuracaspasabanal
dominiodelimperialismoespañol.Lostallaneslodejabanhacersinprever
las consecuencias de tal actitud. Así, los flamantes aliados fueron
“recibidos por tales vasallos de sus majestades por autoridad, ante
notarios”.Satisfechoconloobradoyconsiderándoseconderecho,Pizarro
efectuóluegoelrepartodeindioseindiasentresussoldadosydemandó
de los naturales el acopio de bastimentos. Se establecía rápidamente la
esclavitud y el tributo. A través de un pregonero el jefe español mandó
que no se hiciese maltrato a los nativos “puesto que venían de paces”.

27
Peronotodoslosgrupostallanesofrecieronapoyoalosinvasores.Diego
deTrujillo,militantedelainfanteríaespañola,relataríaquepocotardóen
manifestarse la resistencia de cierto grupo que se había retirado
anteladamente del pueblo. Noticiado de ello, Pizarro despachó de
inmediatounafuerzarepresivaalasórdenesdeSebastiánBelalcázar.

En las cercanías de Poechos tuvo lugar la primera resistencia armada de
los tallanes. Cruentos combates se libraron, con muerte de muchos
nativos, heroicos defensores de su suelo. De los indios procristianos
también murieron varios. Y aún el extremeño Juan de Sandoval terminó
allí sus días cuando, atrevido, incursionó en el interior dispuesto a
ranchear. Pese al duro revés sufrido, los tallanes de Poechos no se
rindieron. Retrocedieron, sí, hacia la tierra de los curacas de La Chira y
Amotape,conlamiradeganarlosparasucausa.

28
IX. ATAHUALLPA ENVÍA UN ESPÍA A POECHOS Y REAFIRMA
SU CONFIANZA TRAS RECIBIR INFORME DE MAICA VILCA.
PedroSarmientodeGamboarelataqueAtahuallpa,ensumarchasobreel
Cuzco llegó hasta el pueblo de  Huamachuco, donde vinieron a él dos
indios tallanes, enviados por los curacas de Paita y Tumbes “a avisar...
cómo allí habían llegado por la mar... unagente de diferente traje que el
suyo,conbarbas,yquetraíanunosanimalescomocarnerosgrandes”.El
Inca,informadoasimismodequealgunosgruposcosteñosseplegaban a
los invasores y que éstos proclamaban que venían en apoyo de Huáscar.
Estas reiteradas denuncias, empezaron a preocupar al comando
atahuallpista.

Demomento,Atahuallpa“determinódenoiralCuzcohastaverquecosa
era aquélla y qué los Viracochas determinaban hacer”. Tal la versión
española. Pero no eran los invasores los que alarmaban al Inca, sino la
posibilidaddeunarebelióndegrandesproporcionesasusespaldas,bajo
losauspiciosdeaquéllos.Atahuallpaseguíadespreciandoaloscristianos;
únicamente temió la sublevación del norte tahuantinsuyano que había
sujetadomercedasangrientasluchas.Fueporelloquedecidióregresara
Cajamarca,paramantenerseallíalaexpectativadeloquesucedieraalas
orillas del Apúrimac, donde su presencia no era necesaria pues ya la
catástrofedeHuáscarerainminente.

La presión de los curacas costeños a él adictos, que repetían las
acusaciones de que los españoles entraban robando y manifestando
simpatías por Huáscar, fue motivo para que Atahuallpa destacara un
espía al campo de los cristianos. El escogido fue Maicavilca, al que
Betanzos llama Sikinchara, valentísimo orejón que había destacado en la
guerracontraloshuascaristasdelacostanorte.

Maicavilca,“disfrazadocomoindiodebajasuerte”,marchóalencuentro
delosinvasores,encontrándolosenPoechos.Ciezacuentaqueel“orejón
queenvióAtahuallpadeCajamarcahabíallegadodisimuladoadondelos
cristianos estaban, sin que pensasen que (no) era uno de los indios que
andabansirviéndoles:contócuántoseran,lomismohizodeloscaballos”.
Pero la presencia del espíanopasóinadvertidopara algunosindiospro
españoles,quienesnolodenunciaron,porqueletemían;peroalmomento,
por la misma causa, dejaron de servir a los invasores. Dicha actitud
empezó a preocupar a los españoles, y Hernando Pizarro, el más

29
furibundo,llegóatorturaraunodelosdisplicentesconsiguiendoasíque
descubrieraaMaicavilca.

Acto seguido, Maicavilca fue tomado prisionero y Hernando Pizarro


“tomándoledelrebozoquetraíapuesto,queeseltrajetallán,loderribóal
suelo y le dio muchas coces”. En silencio el noble orejón soportó tal
vejamen.AcudíaaHernandoasolicitardesuhermanoautorizaciónpara
ultimaralpeligrosoespía,cuandoéste,enundescuidodesusguardianes,
logró darse a la fuga. Vanos fueron los intentos de los cristianos por
recapturarlo. Maicavilca consiguió escabullirse de Poechos y marchó a
todaprisaapresentarsuinformeaAtahuallpa.

No obstante el ultraje sufrido, Maicavilca no rectificó la pobre impresión
que se formó de los invasores. Orgulloso en extremo, “llegado que fue a
Cajamarca donde Atahuallpa estaba, le dijo que eran unos ladrones
barbudosquehabíansalidodelamar”,pocosennúmeroyviciosos,porlo
cual consideraba que sería fácil matarlos a todos. Se ofreció incluso a
encabezarunapequeñatropaparaapresaralosinvasoresyhacerlespagar
susrobosydemásiniquidades.

Tal informe terminó por disipar las preocupaciones de unos pocos
atahuallpistassobreelsupuestopeligrodelacosta.RumiÑahui,capitán
atahuallpista que desde un principio exigió la aniquilación inmediata de
los invasores, fue enviado a la región de los huancas para reprimir los
brotes de rebeldía. Cuenta Cieza que los atahuallpistas, “en este tiempo
tanrevuelto...niqueríanhacercasodelosque...lesestabanalasespaldas
parahaberelseñoríosupremo de sus provincias”. Atahuallpa, como jefe
de todos ellos, fue quien más despreció a los cristianos, anunciando que
los“tomaríacuandoellosllegasenadondeélestaba”.Contodo,encargó
al fidelísimo Maicavilca seguir la marcha de los españoles y esta vez le
otorgó calidad de embajador por si juzgase conveniente presentarse ante
ellos.ElconfiadoInca“creyóquecomoenlostiemposdeHuaynaCápac
los invasores se volverían por el mar, tras una fugaz visita”. Fatal error,
quealapostrelecostaríaunimperio.

30
X. CUARTEL ESPAÑOL EN POECHOS. SEGUNDA FASE DE LA
RESISTENCIA DE LOS TALLANES. HEROICA LUCHA DE
CANGO E ICOTU, CURACAS PATRIOTAS.
ElcuartelgeneraldePoechosseestablecióenunafortalezasituada“aun
tiro de ballesta” del pueblo. Hasta allí empezaron a llegar abundantes
provisiones conducidas por los indios aliados que “hacían con gran
inteligencia todo lo que los españoles les mandaban”. Vale esta cita para
destacar el nuevo cuadro social que aparecía en el país invadido: Los
españolesmandabanylosindiosobedecían.

Creyéndose seguro, Pizarro despachó partidas de reconocimiento a los


alrededores.Leinteresabasabersiexistíaunpuertocercano; eraurgente
tener lista la comunicación por mar. Diego de Almagro, a la cabeza de
refuerzos,estaríaporllegar.

UnodelosgruposquepartiódePoechoshallópronto“buenpuertoala
costadelamar:”eraPaitalugaralquellegabansiguiendoelríohastasu
desembocadura en el océano. Refiere Estete que siguiendo el río
“descubriósetodohastaelmar”.Paitaenaqueltiempoestabapobladapor
“buenos caciques” dice Oviedo, “señores de mucha gente”. Pizarro
mismosalióareconocer“lospueblosdelríoabajo”,quedandosatisfecho
de su inspección y proyectando establecer allí una fundación. En ese
pensamientodespachócorreosaTumbesordenandoaBelalcázarveniren
su seguimiento. Y casi de inmediato ordenó también la partida de
Hernando, porque le pareció mucho mejor enviar con el mensajero a
“persona de autoridad a quien el cacique e indios de Tumbes tuviesen
respeto,temoryacatamiento,paraqueayudasenaveniralagenteytraer
fardaje”.

La salida de Hernando Pizarro al norte de Poechos camino de Tumbes
sirvió para descubrir nuevos focos tallanes de resistencia. En efecto, el
capitán general de la tropa invasora, logró enterarse en el trayecto que
Cango e Icotu, dos famosos curacas de la sierra inmediata río arriba,
además de otros “comarcanos a ellos”, se disponían a resistir a los
españoles. Cuando se envió indios aliados a exigir de aquéllos pleitesía,
respondieronorgullosamenteque“noqueríanvenirdepacesnilesplacía
lavecindaddeloscristianos”.TornóHernandoconlanoticiaaPoechosy
su hermano Francisco determinó sin dilación el castigo de los “alzados”.
Una tropa de veinticinco jinetes y peones españoles, acompañada por

31
crecido número de indios aliados, salió de Poechos en demanda de los
patriotas.

Cango e Icotu conociendo la aproximación del enemigo, evacuaron sus


pueblosysesituaronenunpasodelinterior,dispuestosacombatir.Hasta
allíabuscarloslosinvasoresyentoncessetrabódesigualbatalla.Desigual
porque tanto en número como en armamento, los guerreros de Cango e
Icotullevabanlasdeperder.Peseaello,losbravostallanesnoaceptaronla
rendiciónquelesfueexigida,ypresentaronlucha.Estafuebreve,aunque
sangrienta,pueslosdelaresistenciavendieroncarassusvidasyantesque
huirprefirieronmorircombatiendo.

Lamasacrenologróquelaresistenciacejara.LosrestodeCangoeIcotuse
replegaron,peroanunciandoquelaluchacontinuaba.Porelloeljefedela
tropa invasora los amenazó con la destrucción completa si no venían en
paz. Hubo discusión en el campo patriota y el comando consideró
finalmentequelibrarunanuevabatallacontraenemigotanpoderosoera
exponerse a un total exterminio, con lo cual la resistencia acabaría; era
mejoroptarporunafingidapazesperandolallegadademejormomento
parareiniciarlaluchaarmada.

AsíloconvinierontodosymarcharonaentrevistarseconPizarroquesin
abrigarmayorrecelo,peseasuconocidaastucia,lesordenó“volverasus
pueblos y que recogiesen su gente y se sosegasen en sus casas y
haciendas”. Cango e Icotu así lo prometieron y el caudillo cristiano
consideró “pacificada aquella provincia”. Se equivocaba; otros caciques
tallanesseaprestabanaresistiralosinvasores.

32
XI. TERCERA FASE DE LA RESISTENCIA DE LOS TALLANES.
CONSPIRACIÓN DE LOS PUEBLOS DE LA CHIRA Y
AMOTAPE. HOLOCAUSTO PATRIOTA.
HernandoPizarroretornódeTumbesamediadosdejunio,conduciendo
aunapartedelagentedeTumbes;laotrasetrasladóaPoechospormar,
en algunas balsas tumbesinas y en un barco mercante panameño, cuya
tripulación trajo noticias de que Almagro terminaba en el istmo los
preparativos para su partida al Perú. Francisco Pizarro decidió recibir
personalmente a la gente que venía por mar y dejó Poechos camino del
puerto de Paita. Pero poco antes de llegar a él, en un pueblo gobernado
por el curaca de La Chira, halló a algunos españoles que habían ya
desembarcado,loscuales,muyalarmados,leinformaronquesealistabala
resistencianativaenlosalrededores.RefierePedroPizarroquemerceda
la delación de una india, amante del conquistador Palomino, se conoció
que algunos grupos tallanes de La Chira y Tangarara habían acordado
aniquilaralosinvasores.InclusoalgunagentequeveníadeTumbeshubo
de fortificarse en una huaca, soportando el asedio de los patriotas.
Abundando en detalles, los recién desembarcados refirieron que,
temerosos de amanecer muertos, no pudieron dormir la noche anterior,
pues vieron ir y venir grupos de indios sospechosos, que andaban “muy
alteradosyacaudillados”.

Pizarro dispuso de inmediato la averiguación de la denuncia. Fueron
hechosprisionerosvarioscomarcanosque,sometidosacruelestormentos,
dieron algunas luces. Refiere Oviedo que “hallóse que el cacique de La
Chira,consusprincipalesygente,yotroquesellamaAmotape,queestá
el río abajo, cerca de este otro, tenían concertado de matar aquellos
cristianos el propio día que el gobernador allí llegó. Por su parte Pedro
Pizarroanotóquesehizolainformaciónyenella(se)hallóporsercierto
querermataralosespañolesyhabersejuntadoparaello”.

Apenas conocido ello, el jefe de los invasores ordenó la prisión de los
curacas y demás gente involucrada en la conspiración. Se les sometió
también a salvajes torturas, a consecuencia de los cuales “confesaron su
delito”. Delito llamaron las crónicas españolas a la noble causa india de
lucharporlaintegridaddesuterritorioycultura.

Nada pudieron alegar los patriotas en su defensa y sin más, fueron
condenadosamuerte.SegúnPedroPizarro,suvengativoprimo“condenó

33
amuerteatrececaciques,ydándolesgarrote,losquemaron”.Imponente
piraardióaorillasdelríodelostallanes,inmolándoseenellalosheroicos
defensoresdesusuelo.

A decir de la crónica cristiana, Pizarro perdonó la vida únicamente al
curacadeLaChira,buscandoganárselocomoaliadoy“certificándoleque
de si ahí adelante no fuese bueno, que en la primera ruindad que le
tomase,quelecostaríalavidayledestruiría”.ElcuracadeLaChirafue
encargadodeadministrarenrepresentacióndelosnuevosamossupueblo
yeldeAmotape.

El terrible castigo vino a aniquilar aquel proyecto tallán de atacar el
campamento de los invasores. Descabezada la resistencia, muertos sus
principalescomandos,lamayoríadeloscomarcanosseinternaronenlas
serranías, en tanto los menos prefirieron alinear a las órdenes de los
nuevosseñores,sirviéndolesportemor,comobienanotaOviedo.Atodo
esto,ningúnapoyollegódeAtahuallpaparaquienesresistíanenlacosta.
Puede decirse que la lucha que presentaron a los invasores los pueblos
tumbesinos y tallanes fue absolutamente de carácter local, sin
participación alguna de las tropas del Inca, que persistía en ignorar la
guerraqueEspañalehabíadeclarado.

34
XII. FUNDACIÓN DE SAN MIGUEL, PRIMERA CIUDAD HISPANA
EN EL PERÚ. LA NACIÓN DE LOS CAÑARIS SE UNE A LOS
INVASORES.
Traslarepresióndelostallanes,Pizarroconsiderólanecesidaddefundar
una ciudad española. Después de recorrer el río Chira en gran parte,
escogió el asiento del curaca Tangarara para planificar allí su fundación:
“pareciótenerbuenpuertoybuenadisposiciónparapoblar”diceEstete
(y)”eldichogobernadoracordódehacerallíunpuebloenelmejorlugary
sitio que le pareció, para que los navíos y gente que viniese a la tierra
tuviesenabrigoyparteciertadondedesembarcar”.

Otrostestigosmencionaronque“llegadoaunasprovinciasquesedecían
Tangararaacordódehacerallíunpueblo,asíporparecerquelatierraque
había andado y pasado desde Tumbes hasta allí era muy estéril y
despoblada y la de adelante no sabría lo que sería, como porque halló
buenadisposiciónenunríoyrazonablementepobladadeindiosygente
domésticaypacíficaaunquemuydesnudadetodoygenteparapocoyde
pocacapacidad”.

Antesdeprocederalafundación,yparaprevenirsedecualquiersorpresa
desagradable, Francisco Pizarro destacó en avanzada hasta Piura a su
hermanoJuan,almandodecincuentajinetes,paraque“allíestuviesecon
granguardayvelateniendomuchosespíassobrelagentedeAtahuallpa,
porquesetemíaenviasealgunasobrelosespañoles”.

Eldíaescogidoparaelsolemneactodefundacióndebióserdemediados
dejuliode1532.ActuaroncomotestigoselpadreVicenteValverde,todo
el clan Pizarro, exceptuando Juan que fue a Piura, los oficiales reales
RiquelmeyNavarro,losprincipalescapitanesyunadocenadereligiosos.
Algunos curacas tallanes presenciaron también aquella farsa, por la cual
sus pretendidos aliados les despojaban de sus tierras, porque Pizarro
incorporóeseasientoalestadoimperialistaespañol:“letomóysujetóala
coronarealdesumajestad”,mencionóunarelaciónanónimaenviadaala
reinadeHungríapocodespués.

Aseisleguas,aorillasdelChirayentierradelostallanes,sefundóasíla
primeraciudadespañoladelPerú,quelosinvasoresbautizaroncomoSan
Miguel. Por teniente gobernador de San Miguel, Pizarro nombró a Juan
Roldán Dávila. Se nombraron luego los alcaldes y regidores. Blas de
Atienza recibió el cargo de justicia real y el clérigo Juan de Sosa fue

35
investido como primer cura del Perú. Todos prestaron juramento ante el
jefe de losinvasores. Luego, procedió éste al reparto de tierras y solares,
tras lo cual “depositó los caciques e indios en los vecinos de estos
pueblos”. A Hernando Pizarro le tocó la primera encomienda. Tumbes,
asiento considerado dentro de la jurisdicción de la flamante ciudad, fue
adjudicadoaHernandodeSoto.Entotalserepartieronesedíacincuenta
encomiendas, pues tal fue elnúmerodevecinosinscritosenSanMiguel.
Entanacogedorvalle,losinvasoreshabríandepermanecerporespaciode
cuatromeses.

PizarroaprovechólapresenciadelnavíomercanteparaenviaraPanamá
el quinto real del escaso botín cogido en Tumbes y Piura. Se menciona
que, por congraciarse con las autoridades a fin de que éstas pusieran
menos trabas a la labor de Almagro, magnificó aquel quinto, tomando
prestadoloquecorrespondíaavariosdesussoldados.Asimismo,solicitó
otro préstamo para socorrer a su socio, sabedor de que también padecía
apuros económicos. El conquistador Francisco de Isásaga, que decidió
retornaraSantoDomingo,seríaencargadodellevartalescaudales.

Por entonces, precisamente el 19 de julio de 1531, desde el puerto de
NombredeDiosellicenciadodelaGamaescribíaalemperadorquenoera
ciertoelrumorquecirculabaenelistmosobrequeAlmagrodemorabaa
propósitolasalidaderefuerzosparaelPerú.Diotestimoniode“queiría
derechoadóndeestabaeldichogobernadoryobedeceríayharíatodolose
lemandase”.

Pocosdíasmástarde,el5deagosto,desdePanamáellicenciadoEspinoza
informabaalemperadorqueAlmagrohabíadespachadoyavariosnavíos,
a bordo de los cuales viajaban unos sesenta españoles, cientos de
auxiliares indios, y muchos caballos y bastimentos. Según esta carta,
Almagro había construido en Panamá “un navío, el; mayor que se ha
hecho en este mar, porque es navío que lleva cuarenta caballos y podría
llevarmásdedoscientaspersonasdeespañoleseindios”.

 Reunía por entonces el socio “tres navíos, los mejores y más
aderezados que se han visto en este mar”.  Un año tardaban los
preparativos y en ese tiempo Almagro debió sufragar los gastos de
alimentación de los ciento cincuenta hombres que había comprometido
para pasar al Perú; además tuvo que pagar las deudas que ellos tenían
contraídas y les proporcionó también “caballos, indios y servicio para el
viaje...asucostaydesusamigos,quehaperecidomaravilla”.

36
No habiendo llegado hasta entonces nuevas del Perú a Panamá, había
muchapreocupaciónporlasuertedelosdePizarro.Espinozanodejóde
mencionarquepersistíanlasdivergenciasentrelossociosdelaconquista,
queéltratódeamenguar,recomendandomuyespecialmenteaAlmagroa
quienconsideraba“personamuybastanteparaserviraV.M.entodolode
acá y de mucho ánimo y experiencia y diligencia... habilidad y
suficiencia...(que)sirveaV.M.contodavoluntadenlodeestastierrasy
provinciasdelPerú,queparecequetieneyaporvicio,siendounacosatan
trabajosaycostosaquehubieracansadoamuchos”.Asípues,noerande
menosvalorquelosdePizarrolostrabajosdeAlmagro,pesealocuallos
méritos del tuerto habrían de ser siempre subestimados. A favor de
Almagro hay que decir que sus virtudes fueron más que sus defectos, al
contrariodePizarro.

EspinozaanunciabatambiénlasalidadeHernandodeLuqueparaelPerú,
acompañando a Almagro. Pero a la postre, el obispo de Tumbes jamás
llegóapisarsudiócesis.

Otro famoso conquistador, Pedro de Alvarado, terminaba por entonces


suspreparativosparapartiralPerú.EncartafechadaenGuatemalael1de
setiembrede1532informabadeelloalemperador.

Tenía listos quinientos españoles, doscientos de ellos jinetes, todos


perfectamente armados. La intención de Alvarado con justa razón
alarmaría a Pizarro y Almagro poco más tarde. En el invadido Perú,
mientrastanto,Pizarrorecibíalaimportanteadhesióndelanacióndelos
Cañaris,“eternosrebeldesyenemigosjuradosdelosIncas”.Enlaguerra
civil habían favorecido a Huáscar y ahora, considerándolo prácticamente
derrotado,seuníanalosinvasorescreyendoconseguirconelloapoyoen
larenovadaluchaporrecuperarsuautonomía.

Fueronloscañarislosprimerosafectados conel arrolladoravance de los


incaicos atahuallpistas; dijeron a Pizarro “que tras la guerra que les hizo
apenas (quedaron) doce mil pobladores de los cincuenta mil que eran”.
Nadapodríadesarraigardel ánimode loscañarisun odio extremo hacia
los Incas. Pizarro lo entendió perfectamente, y les otorgó situación
privilegiada entre sus tropas aliadas, luego que tumbesinos y tallanes le
hablaran de la bravura de esos guerreros del norte. Verdaderamente
trascendental, por sus consecuencias, fue el pacto de los cañaris con los
invasores.Graciasaeseapoyo,lograríanderrotaralaresistenciaincaica.

37
XIII. LA NOTICIA DE LA LLEGADA DE LOS INVASORES SE
EXTIENDE POR TODO EL TAHUANTINSUYO. PIZARRO
OBTIENE MAYORES INFORMES SOBRE LA GUERRA CIVIL
INCAICA.
Según testimonio de Zapayco, indio natural de Yauyos, por este tiempo
“sedijoportodosestosreinosquehabíanllegadociertasgentesbarbudas
en unas casas por la mar y que habían salido en tierra y poblado en un
pueblo en el valle de Tangarara”. Otra versión peruana, la del
huarochirano Yacovilca, confirma que diligentes chasquis noticiaron a
Huáscar Inca “de cómo habían llegado a la costa del Perú ciertas gentes
que llamaban Capacochas que decían hijos del mar y que ésos habían
desembarcadoypobladounpuebloenelvalledeTangarara”.

Huascaristas presentes en Puná, Tumbes y Piura se encargaron de


trasmitir estas noticias, mediante fidelísimos correos, agregando que los
invasores debían considerarse auxilio divino porque llegaban
proclamando adhesión a la causa de Huáscar, precisamente cuando
atravesaba por el más crítico momento. Por ello se lee en Cieza “no
trataronresistenciaaellosnilostomaronporcosadificultosa,porquede
Atahuallpaesdequientemíanyaquiendesamaban”.

No se sabe si con consentimiento de Huáscar, o sin él como supone
Garcilaso, algunos nobles cuzqueños marcharon al norte a recibir con
beneplácitoalosViracochas.LoquesíparececiertoesqueYacovilca,que
según propia confesión servía entonces en la corte cuzqueña, recibió
encargodeHuáscarparasaliralencuentrodelosinvasoresy“saberqué
era lo que se decía de los hijos de la mar que allí venían y poblaban. Y
cierto también es que los sacerdotes cuzqueños, sostén del gobierno de
Huáscar,aceptarondesdeunprincipioladivinidaddelosextrañosseres.
Deellos,laúnicaexcepciónfueVilaOma,quesegúnrefierenlascrónicas
solicitódeHuáscarladestruccióndelosintrusos,porqueveníansedientos
deriquezasypoder”.

Entretanto, en Cajamarca Atahuallpa también recibía nuevos correos


anunciándole“decómoPizarropasódeTumbesyquesejuntabanconél
cada día cristianos y caballos que venían por la mar”. Líderes de la
resistenciapunaeña,tumbesinaytallánllevarontambiénhastaélinformes
de cómo los invasores “robaban cuanto hallaban y se lo tomaban,
sirviéndose de ellos a su pesar, tomando sus mujeres para tenerlas por

38
mancebasyasushijoscautivos;sinlocualpublicabanquehabíadeganar
todalatierrayquitarlaalquedeellaeraseñor.Contabantranscribimosa
Ciezaqueburlabancuantodecíanqueadorabanalsolyalosotrosdioses
suyos, y así lo mostraban más claro cuando violaban sus huacas,
teniéndolas como cosa de burla”. Pero Atahuallpa, confiado más en el
informe de Maicavilca, continuó menospreciando al enemigo, aunque
recomendó a su espía oficial “que fuese con disimulación al real de los
cristianosyentendieseenelintentoquetraíanysumanera,yvolviesecon
brevedadaleavisar”.

En San Miguel Pizarro recibió también importantísimos informes:


“estando allí” se lee en la carta anónima enviada a la reina de Hungría
“tuvonuevaqueuncaciquellamadoAtahuallpa,hijodeotrocaciqueque
se decía el Cuzco (Huayna Cápac), tenía sujeta toda la tierra y era muy
temidoenella,yresidíaenunpuebloquesedecíaCajamarca,congrande
ejército de gente de guerra”. Efectivamente, por ese tiempo el triunfo de
los atahuallpistas era inminente, pese a que Cuzco (Huáscar) “y el otro
Atahuallpaqueesta(ba)muydiferentesambos,(continuaban)muycruda
guerra”.Asimismoseenterabaeljefedelosinvasoresdequeexistían,la
tierraadentro,lavíadeChinchaydelCuzco,grandesyricaspoblaciones,
y que a sólo unas doce o quince jornadas de San Miguel se ubicaba la
ciudaddeCajamarca.

Sereintegróporentoncesalcampamentodelosinvasoresunatropaqueal
mando de Belalcázar había salido a reprimir nuevos brotes de oposición
nativa en el interior. GrupostallanesdelosquedieronmuerteaJuande
Sandoval, persistían en la resistencia hostilizando frecuentemente a los
invasores,aunquedesdeciertadistancia.Belalcázarnologródarconellos,
perosupoquesehabíanretiradoalinteriordePiura.

39
XIV. AVANCE DE LOS INVASORES SOBRE PIURA. EL
CAMPAMENTO DE PAVUR
Amediados de setiembre Pizarro juzgó llegado el tiempo de continuar la
entrada.SehicieronentonceslospreparativosparapartirdeSanMiguel,
lamentándose la carencia de noticias sobre Almagro. En San Miguel se
quedarían los enfermos y los menos audaces, junto a la mayoría de los
flamantes vecinos que en calidad de guarnición se dejaba al mando a
RoldánDávila.TampocoseguiríanadelantelosoficialesrealesNavarroy
Riquelme,nielcuraSosa.

Las crónicas españolas difieren en citar el número de los españoles que
continuaron la marcha. Cieza señala ciento setenta; Molina, ciento
cincuentadeapieycaballo;GutiérrezdeSantaClara,sesentaydosjinetes
y ciento dos peones; la Relación Francesa, sesenta jinetes y ochenta
infantesylaRelaciónAnónimade1533habladecientosesenta,sesentade
ellosacaballo.

Los protagonistas del suceso tampoco concuerdan en sus cifras: Xerez
habla de sesenta y siete jinetes y ciento diez peones; Mena de sesenta
jinetes y noventa a pie; Estela dice que fueron ciento cincuenta, noventa
caballeros y los demás ballesteros, piqueros y arcabuceros de a pie; y
PedroPizarrocitacientonoventa,ciendeellospeones.

Por miles se congregaron los indios auxiliares: guatemalas, nicaraguas,


gruposdetumbesinos,tallanesycañaris,entrelosprincipales.Ytambién
considerablecantidaddenegrossealistóparaproseguirlaentradaconlos
españoles.

Varios de los pobladores de Tangarara lamentaron la próxima partida,
temiendo que los atahuallpistas tomaran la ciudad desguarnecida y los
castigaran por haberse unido a los invasores. Los testimonios cristianos
hablan reiteradamente del miedo que aquellos renegados sentían por
Atahuallpa. Insistieron por ello ante Pizarro para que no prosiguiese la
marcha, diciéndole que “muy pequeña partida de (la) hueste (de
Atahuallpa)bastabaparamataratodoslosespañoles...y...contabandeél
muchasygrandescrueldades”,segúnrefiereOviedo.

PerolaambicióndePizarroibaalaparquesuvalentía.Ningúntemorle
causaron las advertencias de los comarcanos. La crisis política incaica,
pensaba, debilitaría la resistencia y confiaba en su habilidad como

40
intrigante:“divideyreinarás”,eralaconsignaqueserepetíaasímismo.
Suplanseveíagrandementefacilitadoporlaanarquíaquedesgarrabaal
Tahuantinsuyo.Sabíaqueamedidaqueprosiguieralainvasiónhabríade
hallarnuevoseingenuosaliadosyporesoordenólapartidadeTangarara
“aveinteytresdíasdelmesdesetiembredemilquinientostreintaydos”.

El Chira, que iba algo crecido, lo cruzaron los invasores en dos balsas
pequeñas; los caballos fueron a nado. Y el paso del río fue lo único que
hicieronaqueldía,puesacamparonalaorillaopuestayallídurmieron.

Reiniciadalamarcha,alostresdíasdieronenPiura.Convieneanotarque
para entonces ocupaba ya la fortaleza de ese pueblo la vanguardia
española. Pizarro ordenó instalar campamento para descanso de su
hueste, pero antes procedió a revisarla. Habían sido tres jornadas
agotadoras y muchos de sus hombres iban desanimados. En el trayecto
habían sido informados por los pocos pobladores que toparon sobre la
calidad de la tierra que tenían por delante; fueron informes falsos,
proporcionadossindudaporpartidariosdeAtahuallpa,puessegúnrelata
unodelosinvasores,“nosamenazabanqueélnosvendríaabuscar”.

La Crónica Rimada ofrece testimonio de tales encuentros: “Dejando aquí
unos poblados,/ van adelante siguiendo su fin,/ adonde les dicen nueva
muy ruin,/ diciendo los pueblos ya ser acabados;/ que adelante eran
montes despoblados,/ una casa pequeña aquí y otra allí,/ muchos
quisieronvolversedeaquí,/quedespuéssehallaronsindudaburlados”.

VariosanunciaronsudeseodedesertaryPizarro,enelafándedominarla
situación, pronunció sincera y severa arenga ante sus tropas. Tras ella,
ordenó al pregonero publicar que concedía autorización de volver a
aquellosquenosesintierancapacesdeseguiradelante.Estainvitaciónfue
también motivada por un alarmante correo enviado por Roldán Dávila,
quien,apenassalidossuscamaradasdeSanMigueldebióenfrentarbrotes
de rebeldía aun en los tallanes que habían quedado como aliados; dijo a
Pizarroqueleparecíanpocosloscincuentaespañolesdejadosasumando
para guarnecer la ciudad y solicitó pronto socorro. Nueve españoles
desertaron en Piura, cinco jinetes y cuatro infantes. Otra docena se
dispersó por los alrededores, sin decidirse aún a abandonar la empresa.
Pero la mayoría optó por continuar, ansiosa del botín que, aseguraba
Pizarro,habríandeobtener.

41
El descanso en Piura duraría diez días. En ese lapso, Pizarro ordenó la
fabricacióndenuevasarmasyarreosparahombresybestias.Mercedaese
trabajo se pudo aumentar la fuerza de ballesteros, cuerpo para el cual se
designócomandantes.

EnPiurarecibióPizarroelapoyodealgunoscuracaslambayeques.Unode
ellosfueelfamosoXancolChumbi,deReque,aquienpocodespuéssiguió
Chestan Xenfuin, curaca de Lambayeque. Pero muchos de los jefes
costeños prefirieron mantenerse neutrales; no veían con buenos ojos la
presenciadelosinvasoreseinclusohabríanmostradosudisconformidad
conloscolaboracionistas.

Se sabe que Xecfuin Pisan, otro curaca que pretendía unirse a los
cristianos, fue asesinado por los grupos extremistas luego que anunciara
sudeterminación.

Enlasegundasemanadeoctubrelosinvasoresreiniciaronlamarcha.Tras
recorrer una jornada llegaron al pueblo del curaca Pavur, en el cual
destacabaunaplazagrandedondefueinstaladoelcampamento.

El cuadro que presentaba ese pueblo era desolador. Por sus comarcanos
supo Pizarro que había sido destruido por las tropas atahuallpistas, al
igualqueotrosveinteasientosdelosalrededores.

El curaca de Pavur y un hermano suyo, declarados huascaristas,


favorecieron a los invasores luego de que el astuto Pizarro les confirmó
queveníanenapoyodelacausadeHuáscarInca.Quienmássealegrócon
esterecibimientofueHernandoPizarro,puesesatierralehabíatocadoen
elrepartimientodeSanMiguel.

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XV. HEROICA RESISTENCIA NATIVA EN CAXAS. NUEVA
APARICIÓN DE MAICAVILCA.
Pizarro fue informado allí de que en un pueblo cercano, camino de la
sierra,denominadoCaxas,sehallabaunafuerteguarniciónatahuallpista.
SupoPizarrodiceMena“quetresjornadasdeallíestabaunpuebloque
se decía Caxas, en el cual estaban aposentados muchos indios de guerra
queteníanrecogidosmuchostributosconlosqueAtahuallpaabastecíasu
real”.Consideróentoncesnecesariodoblegarlos,puesparecíandispuestos
aresistir,yalistóunatropaparasalircontraellos.SuhermanoHernando
se ofreció para comandarla, pero el gobernador prefirió nombrar a
HernandodeSoto.Talvezconsiderólaempresademasiadariesgosa,pues
era la primera vez en que mediría sus fuerzas con tropas de Atahuallpa.
AntesdedespediraSoto,Pizarroleanuncióqueloesperaríaconelresto
delagenteenSarán.

A la cabeza de sesenta jinetes y con numerosa tropa de auxiliares
indígenas, partió Soto para Caxas, tomando el camino de Sarán. Debió
cruzarlasquebradasqueconducensusaguasalríoPiura,atravesandola
cordilleraoccidentalconformeseñalaPorrasporlade“Puemalca”.

En Sarán, pueblo huascarista, los invasores “supieron que la gente de
guerra había estado allí” sobre una sierra esperándolos, y se habían
quitado de allí. Al cabo de dos jornadas y tras recorrer veinte leguas 
según anota Trujillo entraron a un pueblo que se dice Caxas. Allí les
confirmaronquelatropaatahuallpistasehallabaemboscadaesperandoa
los españoles, a las afueras del pueblo. Éste era netamente huascarista y
portalcausahabíasoportado recientemente tremendos castigosde parte
de los incaicos atahuallpistas: Por los cerros refiere un testigo había
muchosindioscolgados.

Perolatrazadelaciudadincaicaallíconstruidasemanteníacasiintacta.
LosinvasoresdiceCieza“vierongrandesedificios,muchasmanadasde
ovejasycarneros(auquénidos);hallarontejuelosdeorofino,conquemás
seholgaron;(y)mantenimientohabíatanto,queseespantaron”.

Soto entendió que para gozar del saqueo de ese pueblo era necesario
vencer primero a la tropa atahuallpista que los amenazaba. Y a duras
penas pudo contener a sus hombres que pugnaban por profanar cuanto
anteslosacllahuasiqueenCaxasexistían.

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Mientras tanto, los atahuallpistas, secundados por muchos naturales del
lugar,adecirdeCieza,seanimabandiciendoquelosenemigosacombatir
eran “crueles, soberbios, lujuriosos, haraganes y otras cosas más... (y)
platicaron de los matar”. Y antes de que los cristianos llegasen hasta sus
posiciones “salieron a Soto buen golpe de ellos llevando cordeles recios,
pareciéndoles que (los caballos) eran algunos pacos (guanacos) que
ligeramentesehabíandeprender”.

El licenciado La Gama, a quien informaron testigos del hecho, menciona
quesalíouncapitán“incaicoconmuchagentearesistirleselpasoenuna
sierra muy grande por donde habían de pasar de necesidad los nuestros
españoles”.

Ciezaprosigue:Soto“conlosqueestabanconélvinieronalasmanosalos
indios de los cuales mataron muchos... hirieron a un cristiano llamado
Xinconez:elquelohizo,pagólo,porquecongolpesdeespadalehicieron
pedazos”.Elcombatefueatodaslucesdesigual.Juntoalossesentajinetes
españoles alinearon algunos guerreros caxeños, que quisieron cobrar
venganza de aquéllos que habían desolado su pueblo; se sucedieron
repetidas cargas de caballería y las filas de la infantería ligera incaica
fueroncompletamentedestrozados.

Luego,cansadosloscristianosdetasajearalosincaicoscedieronsulugara
loscaxeñosquienesremataronconodioalosatahuallpistas.

Los caballos fueron los artífices de la victoria cristiana, y también los
ferocesperros,quehambrientosdecarnehumanasalieronenpersecución
delosquehuían.

Varios guerreros atahuallpistas fueron cogidos prisioneros y por ellos se


conociómásdetalles“delaguerraquehabíaentreHuáscaryAtahuallpa”.
ElcombatedeCaxasfuemuestrapalpabledelafatalpugnadinásticayde
panacasquehabíadivididoalosorejones.

Acontinuación,SotoprocedióaocuparlaciudaddeCaxas.Comoesfácil
suponer, luego de saber que los españoles eran enemigos de los
atahuallpistas, los caxeños fervorosos huascaristas salieron a recibirlos
congrandesmuestrasdeaprecio.Losencabezóelcuracaprincipal,quien
“vino quejándose de Atahuallpa, de cómo los había destruido y muerto
muchagente,quedediezodocemilindiosqueteníanolehabíadejado
másdetresmil”.Sotoleofrecióprotecciónyentoncesel curacase creyó
obligadoaofrecerlomejorqueteníaasuspresuntosaliados:lesabriólas

44
puertasdelostresacllahuasisqueexistíanenCaxas.DiegodeTrujillo,que
contempló dicha escena, escribió que “se sacaron las mujeres a la plaza,
que eran más de quinientas, y el curaca dio muchas de ellas a los
españoles”. Soto, que no cabía en sí de gozo, escogió a cinco de las más
hermosas.

Ello fue suficiente para que apareciera en escena un personaje de cuya
presencianosehabíanpercatadoniespañolesnicaxeños.EraMaicavilca,
valentísimo capitán incaico, que no se presentaba disfrazado, como en
Poechos sino ataviado con riquísimo traje de orejón. Había llegado
secretamente al pueblo y muy posiblemente tuvo participación en la
resistenciapresentadaenlasafueras.Lasolapronunciacióndesunombre
infundió profundo temor en los huascaristas y todos enmudecieron.
Orgulloso, el capitán atahuallpista, que con tal audacia se presentaba en
mediodetantosenemigos,tuvoelcorajedeprotestarescandalizadoporel
reparto de las vírgenes, cortando el silencio con estas palabras: “¿cómo
osáis vosotros hacer esto estando Atahuallpa veinte leguas de aquí?
¡Porquenohadequedarhombrevivodevosotros!”.

El curaca y los principales de Caxas quedaron espantados con esa
amenaza. Se consideraban perdidos por haber consentido la profanación
delossagradosacllahuasis.PeroestavezMaicavilcanoteníatiempopara
castigospuesllevabaencargoextraordinario.Comomencionáramoslíneas
atrás, Atahuallpa, noticiado de la presencia de los extraños invasores, lo
había nombrado embajador ante el jefe de los cristianos, para quien sus
auxiliares portaban presentes. Soto indagó por ellos y observó que eran
patosdegolladosydosfortalezasdepiedra.

Maicavilca,siempreaudaz,ledijoquelosespañolesquedaríancomoesos
patos,valedecir,degollados.AcatandoanteladasórdenesdePizarro,enel
sentido de actuar moderadamente con los embajadores incaicos, Soto no
contestótalbravata.MásbienoptóporconduciraMaicavilcaantesujefe.
Pero antes quiso incursionar hasta Huancabamba, pueblo al que llegó
luegodecabalgarundía.

Los invasores se sorprendieron ante la imponente presencia de una gran
ciudad donde se advertía rápidamente la influencia de una cultura
superior:  “aquel pueblo de Huancabamba” se lee en Oviedo... (era)
“muchomayorquedeCaxasydemejoresedificios, y la fortaleza mejor,
todadepiedramuybienlabradayasentada,laspiedrasgrandes,dellargo
decincoyseispalmos,ytanjuntasqueparecíaqueningunamezclatenían

45
y con su azotea alta de catería, con dos escaleras de piedra en medio de
dos aposentos principales de la fortaleza; y por medio de aquel pueblo
pasa un río pequeño, de que aquellos pueblos se sirven, y tienen sus
puentesconsuscalzadasmuybienhechasdepiedra”.

Gran admiración produjo el hermoso camino “hecho a mano” que


atravesabaaquellatierra,tramodelqueuníaelCuzcoconQuito:“vamuy
llano”, dijeron  “puesto por muy grandes sierras, y muy bien echado y
labrado, y tan ancho, que seis de caballo pueden ir por él a la par, sin
llegarunoaotro”.Tambosycollcashallaronabundantementeprovistos,y
se dedicaron a saquearlos. Y así, cuenta Cieza, “Soto y los cristianos
después de haber robado todo lo que pudieron, dieron vuelta adónde
habíandejadoaPizarro”.

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XVI. AVANCE ESPAÑOL A SARÁN. ENTREVISTA CON
MAICAVILCA. PROYECTOS DE ATAHUALLPA.
UndíadespuésdelapartidadeSotoaCaxas,PizarroabandonóPiuracon
elrestodesustropas.Apoco,aumentaronlasdeserciones,luegodequese
escuchó hablar a los comarcanos de un posible ataque atahuallpista. No
era cierto el rumor pero bastó para que siete invasores abandonaran la
entradayseretiraranhaciaSanMiguel,pormiedoalaresistenciaperuana
y“temoralosmaloscaminosypocaagua”.

Mediodía de marcha bastó a la hueste de Pizarro para llegar hasta la
fortaleza de Sarán, hallando en ella esperándole al curaca de ese pueblo,
cuya gente acudió al recibimiento de los españoles portando variados
bastimentos.Sepasóallílatardeylanoche,informándosePizarrodelos
sucesos que se desenvolvían en el sur del imperio. No obstante ser
huascaristas, los de Sarán manifestaron que el triunfo de Atahuallpa era
inminente.

Por esos días, el ejército incaico de Huáscar al mando de Huanca Auqui
había sido destrozado en Yanamarca por las tropas de los caudillos
atahuallpistas Apo Quisquis y Chalco Chima. Con ello, Atahuallpa
lograba el control de todo el valle del Mantaro, núcleo central del
Tahuantinsuyo.

De la fortaleza marcharon los invasores al pueblo de Sarán, donde
conformealoacordadoesperaríanlavueltadeSoto.MencionaEsteteque
allí estuvieron “por algunos días, dándonos los naturales de la tierra
muchosmantenimientos”.EneselapsoHernandoPizarrosalióaexplorar
losalrededores,encontrandoelcaminoaCajamarca.

Poco después volvía la vanguardia de Soto y con ella el embajador de
Atahuallpa, quien se presentó como “indio de gran soberbia”, según
anotación de Trujillo. Otro de los invasores, Miguel Estete, citó por su
parte que Maicavilca “entró con tanta desenvoltura a donde el dicho
Pizarro estaba, como si toda su vida se hubiera criado entre los
españoles”. Mientras que Pedro Pizarro escribió que en “Sarán salió el
mismo indio llamado Apo que dije en Poechos haberle atropellado
HernandoPizarro”.

Lo primero que hizo el noble atahuallpista fue anunciar su calidad de
embajador.DijoaPizarro“cómosuseñorAtahuallpaleenviabaaéldesde

47
Cajamarcaenbuscasuya,creyendoquesehallaraenCaxas,ycomohalló
allíasucapitánsevinoconélaletraeraquelpresentequeAtahuallpale
enviaba...;yqueleenviabadecirqueélteníavoluntaddesersuamigoy
deesperarledepacesenCajamarca”.

Evidentemente,Atahuallpatampoco jugabalimpio. Nada cierto habíaen


esavoluntaddeseramigodeloscristianos.Preocupadoenesosdíaspor
los acontecimientos que se desarrollaban en el Apurímac, poca atención
habíaconcedidoalaextrañaaparicióndeinvasoresporlacosta.

Sinembargo,variosdesusmásperspicacesconsejeros,ChalcoChinaentre
ellos, le aconsejaron destrozar cuanto antes a esas gentes pues
repetidamenteproclamabanvenirenapoyodeHuáscarInca.Fueporello
que, como hemos visto, Atahuallpa destacó espías al campo español,
recibiendoatravésdeellosinformestranquilizadores.Losbarbudoseran
pocosynoparecíantantemibles.

Maicavilca y otros atahuallpistas no concedieron ninguna importancia a


los miles de guerreros indios que iban alineándose con los españoles,
despreciaban a los núcleos locales y en nada respetaban a los indios
extranjeros.

Así, pues Atahuallpa, pese a las tercas advertencias de Challco Chima y
RumiÑahui,noquisoestorbarelpasodeaquellosqueveníanrobandola
tierra, sino que proyectó cogerlos vivos cuando estuvieran cerca a
Cajamarca. Y Maicavilca fue el encargado de invitarlos a la trampa. Por
eso,mintióenSaránaldecirquesuseñorholgabamuchoconlallegadade
loscristianos.

De momento, Pizarro no aceptó la invitación; sagazmente, la tuvo por
sospechosa,másaúncuandoluegodequeSotolerefirieralabravatadel
orejón en Caxas. Se conformó con devolver los cumplidos
diplomáticamente y en un alarde de cinismo ofreció apoyo bélico a
Atahuallpa: “El gobernador se lee en Oviedo recibió el presente y
respondió que él holgaba mucha de su venida, por ser mensajero de
Atahuallpa,aquienéldeseabamuchoveryconocerporlosnuevosquede
éltenía;yqueasícomotuvodeélnoticiaysupoquehabíaconquistadola
tierra,haciendoguerraasusenemigos,determinódenopararhastaverle
ysersuamigoyhermano,yfavorecerleensuconquistaconlosespañoles
quetraía”.Maicavilcasupoentoncesocultarunasonrisadeincredulidad;
frenteaélteníaaunpillodealtovuelo.

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SegúnEstete,Maicavilcapermanecióenelcampamentoespañoldosotres
días. En ese tiempo se dedicó a sus afanes de espionaje. Tal mencionó
Pedro Pizarro: “fue la venida de este indio para contar la gente cuántos
eran,yasíandabadeespañolenespañol,tentándoleslasfuerzasamanera
que burlaba, y pidiéndoles que sacasen las espadas y las mostrasen”. El
orejón llegó al extremo de tirar de las barbas a un cristiano, el que
reaccionóviolentamente.

FranciscoPizarroacudióprestoaponerordenymandóquenotocasena
Maicavilca por más que se propasase en sus audacias; aunque intentó
amedrentaralespía,ordenandosehiciesefrenteaélundisparodecañón.
Fracasó Pizarro en su afán, pues el valiente atahuallpista no se inmutó
ante la sonora explosión: “no mudó jamás el semblante relató Diego de
SilvayGuzmán;antesmostr(o)elrostroconstante”.

Maicavilca preguntó por la intención de los españoles entrando en tierra
ajena.Lasrespuestasfuerondisímilesyelorejónnolastomóseriamente.
Trasello,optóporretirarsecordialmente.Pizarro,aldespedirlo,leentregó
“ciertascamisasysartalesdecuentasdeEspañadevidrios,jaspesyotras
cosas” para que se las entregara a Atahuallpa en reciprocidad del regalo
recibido.

De regreso a Cajamarca, Maicavilca casi repitió su anterior informe. Son
“unoshombresladrones,haraganes”,fueloquedijoaAtahuallpa,según
Pedro Pizarro, aconsejando preparar “muchas sogas para atarlos, porque
veníanmuymedrosos”.

En ese último detalle no se equivocaba Maicavilca, como veremos más
adelante.Perofatalerrorsuyofueelreferirseenlapocapeligrosidaddel
enemigo. No los consideró tales que pudiesen vencer a soldados de
Atahuallpa, que se tenían porlosmejoresdelmundo.Yacovilca,elespía
huascarista introducido en Cajamarca, fue testigo de cómo los
atahuallpistasmenospreciabanalosinvasores;“porserpocosylossuyos
muchos y tener entendido que en el mundo todo no había gente que los
pudiese dominar ni vencer ni fuese más valiente que ello”. El propio
Maicavilca propuso a su señor comandar una pequeña tropa para
emboscaralosespañolesenelcaminoaCajamarcayhastasolicitóperdón
paratresdeellos,queasujuiciopodríanserdeutilidadcomoservidores
yanaconas: “yo te los daré atados a todos, porque a mí solo me han
(tenido) miedo, dijo al Inca, y... no haz de matar a tres de ellos... el

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herrador,elbarberoquehac(e)mozosalosjóvenes,yaHernánSánchez
Morillo,que(es)granvolteador”.

Atahuallpa creyó a pie juntillas el nuevo informe, ante el escándalo de
RumiÑahui,quiennopodíaconsentirelmaltratoquelosinvasoresiban
dandoalosatahuallpistasdelacosta,deloqueseinformóporMaicavilca
yotrosespíasasuservicio.

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XVII. CARTAS A ESPAÑA. AVANCE DE SARÁN A OLMOS Y
MOTUPE. GRUPOS CHIMÚES SE UNEN A LOS INVASORES.
LuegodelapartidadeMaicavilca,aúnpermanecióunpardedíasmásen
Sarán la hueste invasora, principalmente para permitir el reposo de las
tropas de Soto y Hernando Pizarro que habían estado explorando los
alrededores. En ese tiempo, decidida ya la marcha sobre Cajamarca,
Pizarro remitió cartas a los de San Miguel, dándoles razón acerca de los
últimos sucesos y enviándoles conjuntamente una parte del regalo que
Maicavilca trajera, prendas de vestir confeccionadas con fina lana de
auquénidos,vestidosquesupuso,“confundamento,enEspañayentodo
elmundoseestimaríanpormuyricaysutilobra”.

Desde Panamá, el 20 de octubre, Hernando de Luque remitiría carta al
emperador, noticiándole que Almagro era ya partido para el Perú y que
no había podido acompañarlo porque su presencia en Panamá era más
útil. Por eso entonces el clérigo atestiguaría que Hernando Pizarro
empezaba a “manifestarse como causa de la discordia” entre Almagro y
FranciscoPizarro.

Premonitoriamente habló en esa “carta de que algún día habr(ían) los
escándalos” entre ellos. No se equivocó el maestrescuela cuando escribió
que “mientras Hernando Pizarro estuviese en la tierra... jamás podrían
tenerpazniconformidad”.RecomendódevolveralalborotadoraCastilla
con dos mil pesos de buen oro para que reposara y dejara en paz a los
conquistadoresdelPerú.Manifestóluegoqueélysusamigoscapitalistas
habíanprácticamentequebrado,razónpor lacualhubodesuplicardela
coronaelremedio.Terminósucartacalificandoa“Almagrodeamigode
todos”.Pordesgracia,lamuertenolepermitiríaaLuqueseguirabogando
poreldesventuradotuerto.

También de Panamá, y ese mismo 20 de octubre, el licenciado Espinoza
escribía al emperador, informando de que en la segunda semana de ese
mes había llegado al istmo dos navíos procedentes del Perú, por cuyos
tripulantes se sabía que los españoles habían avanzado hasta Piura.
EspinozahablótambiéndelasdiscordiasentrePizarroyAlmagro,según
él alentadas por terceros. De otro lado, no dejó de reconocer a la corona
pusiese atención a lo que iba haciendo Pedro Alvarado, que también
ambicionabaseñoríoenelPerú.

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Dos días luego de la partida de Maicavilca, como ya adelantáramos, los
invasoresdejabanSarán.Hallaronasupasosegúnlaversióndelsoldado
Mena “destruídos los más de los pueblos y los caciques ausentados”.
Cada dos leguas, casi invariablemente, encontraban un tambo, donde
descansaban.

Elcaminoerahermosoanoserporlashuellasdelaguerra:“eralamayor
partediceuntestigotapiadodelasdospartesy(con)árbolesquehacían
sombra”.DurantetresdíascuentaXereznohallaronagua;apenas“una
fuentepequeñadedondecontrabajoseproveyó”.Cruzaronasíeltemido
despoblado de Pavur y los tambos del tránsito los hallaban totalmente
desprovistos.Alcabo,encontraron“unagranplazacercada,enlacualno
sehallógente”.Porlosindiosauxiliaresseenteraronqueestabanentierra
delcuracaCopiz,quienalasazónsehallabaenelinterior.Esatierraera
Olmos.

Al hacerse la sed insoportable, decidieron proseguir la marcha. Al día
siguiente toparon con otra fortaleza, donde si bien fueron recibidos sin
hostilidad por indios de allí se presentaron no hallaron ningún tipo de
mantenimiento.

Continuaron entonces el avance y tras recorrer dos leguas entraron en el
pueblo de Motupe, que se ofreció hospitalario. Allí descansaron por
espaciodecuatrodías,sinsermolestados,noobstanteestarelasientobajo
gobiernodeuncapitánatahuallpista.

Evidentemente Atahuallpa, despreciando a los invasores, había dado


ordendenoestorbarleslaentrada,pensandoquelosapresaríafácilmente
en Cajamarca. El curaca de Motupe, que era el mismo capitán
atahuallpista, había marchado a Cajamarca a la cabeza de trescientos
guerreros.

En Motupe tuvo lugar la adhesión de la nobleza Chimú a los invasores.
Cajazinzin,señordeMoche,Virú,Chicama,JequetepequeyCollique,que
había favorecido a Huáscar en la guerra civil, llegó desde el sur,
acompañadodevarioscuracasofreciendosusserviciosaPizarro.

En este caso, a diferencia de los anteriores, no pretendió Cajazinzin
aprovechar la coyuntura para alzarse contra los Incas y recuperar su
autonomía,sinoqueacatóórdenesdeemisariosenviadosdesdeelCuzco
porHuáscar.

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Lacrónicaespañolarelataque“porestemotivo,lejosderesistirlaentrada
de los españoles, sirvió a éstos últimos con ánimo de que destruyesen a
Atahuallpa, el cual venía devastando el territorio confinante con sus
dominios”. Demás está describirel inmenso regocijo que causó a Pizarro
lallegadadeestenuevoypoderosoaliado.

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XVIII. EN EL CUZCO Y CAJAMARCA SE MANIFIESTA MAYOR
ATENCIÓN POR LOS INVASORES.
AmedidaqueseacercabanlosinvasoresaCajamarcacrecíalaexpectativa
en el campo atahuallpista. El historiador Antonio de Herrera menciona
que el Inca tenía entonces ya acordado “que no convenía que (aquellos)
tomasenpieentierraytratódeellodiversasvecesensuconsejo”.Enlas
reuniones donde se celebraron los triunfos sobre Huáscar a orillas del
Apurímac, hubo discusión también sobre cómo procederían ante los
españoles.“Setratódelaformaquesehabíadetenerenlimpiar(latierra)
de aquellos hombres, y sobre ello hubo entre sus capitanes diferentes
pareceres: Porque unos querían que fuese un capitán a ellos con ejército;
otrosdecíanqueaunquelosextranjerosnoeranmuchos,eranvalientes,y
la ferocidad de sus rostros y personas la terribilidad de sus armas, la
ligerezaybravuradeaquellossuscaballospedíanmayorfuerza”.

Estas opiniones eran las de los caudillos cercanos a Rumi Ñahui. Porque
otros “estimando en poco estas razones, aconsejaban que no había para
quéhacertantocasodeaquelloshombres,puesquefácilmentepodríanser
tomadosparaservirsedeellos,comoesclavosyanaconas”.

Atahuallpafueunodelosmenosrecelosos,“juzgandoquemásasusalvo
podríahacerloquepretendíadeellosmientrasmásadentrolostuvieseen
la tierra, que en la (zona) marina, pues que en sus navíos se podrían allí
salvar”.Graciasaello,losinvasoresprosiguieronlaentradasintropiezos.

En el Cuzco entre tanto llegaban nuevos informes procedentes del norte.
En la capital de los Incas crecía el rumor de que los invasores eran seres
sobrenaturales, “justicieros Viracochas” que llegaban en socorro de
Huáscar.

Titu Cusi Yupanqui, sobrino del Inca, escucharía las relaciones de los
correos,quienesdecían,delosespañoles:“Sindudanopuedensermenos
queViracochas,porque...vienenporelvientoyesgentebarbudaymuy
hermosa, muy blancos, comen en platos de plata y las mismas ovejas
(caballos)quelostraenacuesta,lascualessongrandestienenzapatosde
plata; hechan illapas (rayos) como el cielo. Mira tú si semejante gente, y
que de esta manera se rige y gobierna, serán Viracochas. Y visto por
nuestros ojos, hablar a solas con paños blancos y nombrar algunos de
nosotros por nuestros nombres sin se lo decir nadie, no más de mirar el
paño(papel)quetienendelante.Ymásqueesgentequenoselesaparecen

54
sinolasmanosylacara;ylastropasquetraensonmejoresquelastuyas,
porque tienen oro y plata; y gente de esta manera y suerte ¿qué pueden
sersinoViracochas?”.

El estamento religioso, grupo de poder en el Cuzco, aceptó esa versión
conformerelataCieza:“teníantalacontecimientopormilagro;creíanque
dios todopoderoso, a quien llaman Ticsi Viracocha, envió del cielo
aquelloshijossuyosparaqueapoyasenaHuáscarInca”.

Y hubo españoles que advirtieron la diversa impresión que causó entre
atahuallpistasyhuascaristaslapresenciadelosinvasores:“elnombrede
Viracocha nos pusieron sólo los vecinos del Cuzco y aficionados a
Huáscar, porque en el campo de Atahuallpa... no los llamaban sino
Zungasapaquequieredecirbarbudos”.

Entre la gente común del Perú, la creencia en los Viracochas fue
mayoritaria. Anota Juan José Vega que ese encanto no tenía otro origen
que la mentalidad mágica de los nativos: “Estos, ignorantes de la
existencia de otros continentes, notenían másexplicaciónque darsesino
la de que los llegados habían salido de las aguas del océano. Eran, por
tanto, los Viracochas de los cuales hablaban viejos mitos; esos mismos
Viracochas que fugazmente aparecieron durante los últimos años del
reinado de Huayna Cápac, sin que los indios supiesen jamás que se
trataba apenas de los breves desembarcos españoles en playas
septentrionalesduranteelsegundoviajedeFranciscoPizarro”.

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XIX. AVANCE DE LOS ESPAÑOLES HASTA ZAÑA, POR
JAYANCA, TÚCUME, CINTO Y COLLIQUE.
Pasadas cuatro leguas adelante de Motupe hallaron los invasores el
hermoso y fresco valle de Jayanca, donde fueron recibidos muy
favorablementeporelcuracaCaxusoli,queacababadetriunfarsobrelos
Tucumes del sur, un grupo Chimú que se opuso a la alianza con los
invasores. Anota Cabello de Valboa “que en este valle descansaron los
españolesalgunosdías,duranteloscualesmuchosprincipalesycaciques
delosvalles(aledaños)acudieronaellosasaludarlesdepazyamistad”.

Mientras tanto partieron en vanguardia, con la guía y auxilio de buen
número de señores Lambayeques y Chimúes, Hernando de Soto y
HernandoPizarro.Pasaronanadoel“furiosoygranderíode“LaLeche,y
dejando atrás los pequeños pueblos de Illimo, Tucume y Mochumi
entraron en Cinto, ciudad que hallaron casi vacía, pues son moradores,
atahuallpistasdeclarados,sehabíanescondidoenlosalrededores.

Deinmediato,SotoenviócorreosaJayancanoticiandoloqueacontecía,y
luegosalíoaexplorar,lograndocapturaradosCinteñosaloscualespuso
en tormento para averiguar las intenciones de sus paisanos: El capitán 
diceMenalos”mandóataradospalosporquetuviesentemor;elunodijo
que no sabía de Atahuallpa, mas el otro (dijo que) hacía pocos días que
habíadejadoconelAtahuallpaelcaciqueseñordeaquelpueblo”.

SupoasimismoSotoque“AtahuallpaestabaenelllanodeCajamarcacon
mucha gente esperando a los cristianos, y muchos indios guardaban los
malospasosquehabíaenlasierra”.Enrealidadesasavanzadasexistían,
pero no tenían orden de atacar a los invasores. Empero, Soto se alarmó
muchocuandolostorturadosledijeronquelosatahuallpistas“teníanpor
banderalacamisaqueelgobernadorhabíaenviadoaAtahuallpa”.Fuera
desí,pretendiendoconocermásdetallessobreelplanatahuallpista,Soto
torturó con fuego a los dos cinteños, pero no pudo arrancarles otra
confesión.

Temerosodecaerenunaemboscada,elcapitánespañolretornóaJayanca,
donde reveló a Pizarro lo averiguado. Este restó importancia a los
alarmantes informes, pues no le convenía mostrar preocupación, ni ante
Soto siquiera, y sin más dio orden de proseguir la entrada. Juan de
Salcedo, “hombre de buen recaudo y ardid en la guerra”, marcharía en
retaguardia.ParaelcrucedelríoLaLechePizarroordenó“cortarárboles

56
de la una y de la otra parte del río, con que la gente y fardaje pasase; y
fueronhechostrespontones,pordondeentodoaqueldíapasólahueste,y
loscaballosanado”.

EnMotupePizarrofuerecibidoporun“indioprincipal”,huascaristaque
hastaentonceshabíapermanecido“escondidoportemor”.Dijoéstehaber
presenciado la cruenta manera como el ejército atahuallpista aplastó la
resistencialugareña,matandocuatrodeloscincomilhabitantesquetenía,
apresando también seiscientos mujeres y seiscientos mozos que
devinieron siervos de los caudillos triunfantes. Pizarro renovó ante este
nuevoaliadosusexpresionesafavordelosincaicosdelsur,Yprosiguióla
marcha. 

En Cinto se detuvieron por espacio de cuatro días. Conviene anotar que
algunas crónicas señalan que Cinto no era nombre del pueblo, sino del
caudillo atahuallpista que lo sometió, el mismo que había marchado a
Cajamarca antes de la llegada de los invasores. Aquí Soto, empleando
nuevamente sus salvajes métodos, logró averiguar “que Atahuallpa
esperaba de guerra en tres partes, la una al pie de la sierra, y la otra en
Cajamarca, con mucha soberbia, diciendo que ha(bía) de matar a los
cristianos”.

Pizarro empezó a preocuparse, más considerando que Maicavilca había


incumplido su promesa de volver. Aunque no lo hizo público, temió ser
sorprendido por los caudillos nordistas, consciente de que no había
logrado engañar a Maicavilca con sus fingidas muestras de amistad. Esa
preocupaciónlellevóasolicitaraunjefetallán,Guachapurosegúnanota
Trujillo, que le sirviera como espía en el campo de Atahuallpa. El noble
costeñonoseatrevióaaceptartanarriesgadatarea,peroseofrecióparair
comoembajador.SegúnrefiereXerez,habríarespondido:“Noosaréirpor
espía; más iré por tu mensajero a hablar con Atahuallpa y sabré si hay
gentedeguerraenlasierrayelpropósitoquetieneAtahuallpa”.Hubode
comprenderloPizarro,recomendandoaltallánqueleinformaseapenasle
fuera posible y con chasquis, de todo lo que viese en su marcha hacia
Cajamarca.Yluego,consetudinariamentefarsante,encargóqueledijeraa
Atahuallpa“queélseríasuamigoyhermano,ylofavoreceríayayudaría
en la guerra”. Finalmente, envió como regalos al Inca “una copa de
Venecia, y Borceguís, y camisas de Holanda, y cuentas, (y) margaritas”,
segúnanotaDiegodeTrujillo.

57
Tras la partida de Guachapuro, Pizarro prosiguió el avance hasta el
cercano pueblo de Collique. Una embajada atahuallpista le hizo aquí un
buen recibimiento, ocultando su verdadero interés cual era el de espiar:
“EnelvalledeCollique”refiereCieza“hallaroncuatroorejones,criados
deAtahuallpa,(quienes)quisieronaguardaraloscristianosparaverlos,y
así aparecieron delante de Pizarro sin ningún pavor... Dijeron que ellos
erancriadosdeAtahuallpayqueestabanallírecogiendolostributosaél
debidos...Suvirtudmaseracautela,aunquenoandabanpormásquever
yolerloquehabía,paraconbrevedadsubiradaravisoaAtahuallpa,su
señor”.

BrevefuelaestadíadelosinvasoresenCollique.Prosiguiendolaentrada,
trascruzarlosríosLambayequeyReque“enbalsasdecalabazoslosque
no sabían nadar, y las sillas e los caballos y hatos que había”, tomando
direcciónsurestellegaronaZaña,“poblacióngrandeydemuchacomida
yropadelatierra,quehabíasilosllenosdeella”.

Hernando Pizarro llamó La Ramada a este pueblo, donde “visto que no
volvía el mensajero de Atahuallpa” según él mismo refiere, “quiso
informarse de algunos indios que habían venido de Cajamarca; y
atormentáronse, y dijeron que habían oído que Atahuallpa esperaba al
gobernadorenlasierraparadarleguerra”.

Se alarmó el jefe de los cristianos y puso a su tropa en formación de
combate,enviandopartidasdeexploradoresalosalrededores.Nosehalló
ningunatropaamenazante,perolahuesteinvasoraempezóainquietarse.
Temerososdecaerenunaceladaatahuallpistamuchoscristianosopinaron
que era mejor seguir por la “costa porque por el otro camino había una
malasierradepasarantesdellegaraCajamarca,yenellahabíagentede
guerra de Atahuallpa”. Sus voces, empero, fueron acallados por los jefes
de la expedición, que estaban dispuestos a enfrentarse de una vez con
Atahuallpa.

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XX. EL CAMINO DE LA SIERRA. FATAL CONFIANZA DE
ATAHUALLPA. LAS MATANZAS DEL CUZCO.
Antes de emprender el ascenso de la cordillera, Pizarro creyó oportuno
concederundescansoasustropas“yalpiedelasierrareposaronundía”.
Hubojuntadecapitanesypersonasexperimentadas,conquienesPizarro
fuepreparandoelplandeguerra.Alamañanasiguiente8denoviembre
según dato de Juan José Vega Pizarro pasó revista a sus huestes y a los
indiosauxiliares.“Luegodejandoalamanoderechaalcaminoquehabía
traído, porque aquel va siguiendo por aquellos valles a Chincha, y este
otrovaaCajamarcaderecho”,iniciólaascensióndelacordillera“poruna
sierrapeladademuymalospasos”.Enretaguardiamarchabancincuenta
españoles,veintedeellosjinetes,alcuidadodelfardajequeconducíanlos
auxiliares nativos. Adelante iban cuarenta jinetes y sesenta peones,
encabezadosporlosPizarroySoto.Salcedorecibióórdenesprecisasdeir
“muy concertadamente” y se movería sólo tras recibir autorización de
Pizarro. Tan dificultoso se presentaba el camino que “los caballeros
llevabansuscaballosdediestro”.Ynotardóendeclararseelmiedoentre
losinvasores.

“Algunos de los cristianos cuenta Cieza como comenzaron a subir a la
sierra,murmurabandePizarroporquecontanpocagenteibaameterseen
lasmanosdelosenemigos;quemejorhubierasidoaguardarenlosllanos,
quenoandarporsierras,dondeloscaballosvalenpoco”.

Pizarroacallóesasquejasdiciendoqueyaeratardepararetroceder.Intuía
el hábil caudillo que Atahuallpa no los estorbaría sino hasta llegar a
Cajamarca. Así se lo habían comunicado espías tallanes infiltrados en el
campamentoincaico.

De habérselo propuesto, Atahuallpa hubiese destrozado fácilmente a la


hueste invasora en esa sierra, de ello dejaron testimonio varios de los
cristianos.  Hernando Pizarro, que iba por capitán general, relataría que
“el camino era tan malo que de veras si... nos espera(ran)... muy
ligeramente nos llevaran, porque aun del diestro no podíamos llevar los
caballos por los caminos, y fuera del camino ni caballos ni peones. Y en
estasierrahastallegaraCajamarcahayveinteleguas”.

Estete, testigo del suceso, diría “que si Atahuallpa se previniera de tener
allí gente, fuera excusado pasar adelante... (pero) teniéndonos en muy
poco... dio lugar y consintió que pasásemos por aquel paso, y por otros

59
muchostanmaloscomoél;porque...suintencióneravernos...ydespués
deholgarseconnosotrostomarnosloscaballosylascosasqueaélmásle
placían y sacrificar a los demás”. Otro de los Pizarro, Pedro, señala que
tras escuchar los informes de Maicavilca Atahuallpa se despreocupó
mucho “porque si nos tuviera en algo enviara gente a la subida de la
sierra, que es una cuesta de más de tres leguas, muy agria, donde hay
muchospasosmalosynosabidosporlosespañoles.Conlaterceraparte
de la gente que tenía, mataran a todos los españoles que subieran a lo
menos la mayor parte, y los que escaparan volvieran huyendo y en el
camino fueran muertos... al subir esta sierra no faltó temor harto,
temiendohubiesealgunagenteemboscadaquenostomasedesobresalto”.

En verdad Atahuallpa estaba asombrado de la audacia de los invasores.
Pese a lo cual persistió tercamente en menos preciarlos. Menciona
SarmientodeGamboaqueporentonceshubootroconsejoenCajamarca,
llegándose a la conclusión de que los invasores no “eran dioses”. Luego,
continúa el autor de Historia Índica, Atahuallpa “aderezó su gente de
guerracontralosespañoles”.

El dato también figura en la Crónica de Cieza: en Cajamarca “se decía
cómo aquellos barbados haraganes... por no servir, andaban de tierra en
tierracomiendoyrobandoloquehallaban”.ElIncafinalmenteaceptabala
guerraalosespañoles,peroantesdeliquidarlostareafácilpensabahabía
decidido“prenderalgobernador”enCajamarca,dondeleprepararíauna
trampa.Asimismoteníaprevisto“tomar los caballosy yeguasqueera la
mejorqueleparecióparahacercasta”.

EncerrándolosenCajamarca,taleraelplandelInca, loscristianosserían
sacrificadosalSol.“Pensabatomarnosamanos”,relataJuanRuizdeArce.
Yhabíahastapensadoenperdonaraalgunos,“paracastrarlos(yponerlos
al)serviciodesucasayguardadesusmujeres”.ParaAtahuallpa,enesas
horas decisivas, el éxito de su proyecto dependía de que los invasores
entrasenaCajamarca;allícreíanohallaríanescapatoria.Lejosestabade
sospecharqueesatrampasevolveríacontraélylossuyos.

Tras mediodía de subida, los invasores llegaron hasta una fortaleza
situada“encimadeunasierraenunmalpaso”,segúnreferenciadeXerez,
dondedescansaronycomieron.Padecíanyaelcambiodeclimaylaaltura
afectaba principalmente a los caballos, “pues algunos de ellos se
resfriaron”.

60
Prosiguiendoelascenso,alllegarlanochedelprimerdía,encontraronun
pueblo (¿Tingues?), donde había “una casa fuerte, cercada de piedra y
labradadecantería,tananchalacercacomocualquierfortalezadeEspaña,
consuspuertas”.Cómodamentedurmieronallílosinvasoresypartedesu
contingentealiado.

No habiendo encontrado contratiempo en la marcha, Pizarro envió


mensajeroanteSalcedo,eljefedesuretaguardia,ordenándolevenirensu
seguimiento. Poca gente hallaron en ese pueblo; apenas mujeres y
ancianos. Se apresaron a dos de éstos que sometidos a tormento
confesaron que desde varios días antes Atahuallpa ocupaba Cajamarca
pero que ignoraba sus intenciones respecto a los cristianos, aunque
“habíanoídoquequeríapaz”.Atodaslucesmentían,porqueesepueblo
eratotalmenteadictoaAtahuallpa,razónporlacualsushombreshabían
marchadoanteelInca,antesdelaentradadeloscristianos.

Esa noche llegó a la tienda de Pizarro un correo de Guachapuro, el
embajadortallánquePizarrodestacóanteAtahuallpa.Informaba“queen
el camino no había hallado gente de guerra”. Al siguiente día, antes de
reemprenderlamarcha,Pizarroenviómensajeroaljefedesuretaguardia,
dándole a saber “que caminaría pequeña jornada por esperarle, y de allí
caminaríatodalagentejunta”.Esapequeñajornadallevóalosinvasores
hasta un llano cercano a unos arroyos de agua. Plantaron allí
campamento,alaesperadelosdeSalcedo.alparecer,estabanenNancho.

Abrigándosebajosustoldosdealgodónyhaciendofuego,combatieronel
intenso frío de la cordillera. La tierra, cuenta un testigo, se presentaba
“rasademonte,todallenadeunayerbacomoespartocorto...ylasaguas
erantanfrías,quenosepodíanbebersincalentarla”.Aunmismotiempo,
llegaron al campamento español los de retaguardia y una embajada de
Atahuallpa. Pizarro recibió con gran beneplácito a esta última, más aún
cuandovioquetraíancomoregalodiezhermososauquénidos:conellosse
saciaríaelhambredelahueste.Selepreguntócuándosepresentaríaante
el Inca, a lo cual respondió “que él iría lo más pronto que pudiese, pues
deseabaabrazarcuantoantesasuhermano”.

Almorzaron juntos los embajadores atahuallpistas y los capitanes


españoles,girandolaconversaciónentornoalosúltimossucesospolíticos
acaecidosenelsur.JustificaronlosdeAtahuallpalaluchadesucaudilloy
dijeron que el Cuzco había caído ya en poder de sus tropas, tras los
combates decisivos librados a orillas del Apurímac. Conforme relata

61
Hernando Pizarro,esosemisariosseñalaronquetodalatierraestabapor
Atahuallpa y que Huáscar era prisionero. Efectivamente, por esos días
teníanlugarenelCuzcolasterriblesmatanzasdelafacciónhuascarista.

ElinformenodejódealarmaraPizarro,quequisodudardelaveracidad
de los embajadores. Suponía que querían únicamente atemorizarlo. Por
ello, recuperándose un tanto, respondió cínicamente que se alegraba del
triunfo de Atahuallpa y que esperaba hacer él alianza, pero que si no lo
quería he aquí la muestra del temor pizarrista preparado estaba para
hacerle la guerra. A Pizarro de ninguna manera le convenía mostrarse
temeroso; de allí la inesperada bravata. Refiere Xerez, asistente al hecho,
que los embajadores atahuallpistas, tras escuchar la amenaza de Pizarro,
quedaron como atónitos. No era para menos. El jefe cristiano que hasta
entonces se mostrara como posible amigo ahora descubría, tal vez en un
raptoimpensado,susverdaderasintenciones.Eraelloconsecuenciadelas
noticiasdequeHuáscarestabaprisionero.Asípues,losembajadores,sin
contestarle, manifestaron luego su deseo de regresar a Cajamarca y se
despidieron.

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XXI. REAPARICIÓN DE MAICAVILCA. QUEJAS DE
GUACHAPURO. LOS INVASORES A LAS PUERTAS DE
CAJAMARCA.
Todo el día siguiente, ininterrumpidamente, avanzó la hueste invasora,
paradetenersereciénalcaeralcaerlanoche,alllegaraunospueblosque
“cerca de allí en un valle (se) halló”: Estaban en Pallaques, donde
pernoctaron.

GransorpresacausóalamañanasiguientelareaparicióndeMaicavilcaen
elcampamentoespañol.Sucomitivaconducíaestavezdiezovejas,“para
sustento de los cristianos”. Mostró nuevamente el orejón su atrevida
desenvoltura:“parecíahombrevivo,relataríaXerez”.

Pronunció Maicavilca grandes loas para Atahuallpa y su victorioso


ejército.NoquisosermenosquePizarroencuestióndebravatas.aunque
luego le dijo “que Atahuallpa le recibiría de paz y... por amigo y
hermano”. Ofreció a continuación un brindis a los capitanes españoles y
todos bebieron chicha en vasos de oro fino que también trajo el noble
incaico. Después anunció que seguiría desde allí con los cristianos, hasta
llegar a Cajamarca. No objetó Pizarro esa decisión y continuaron la
marcha.

Poco después llegaron a un pueblo donde vieron “unos aposentos del
Inca”,decidiendodescansarallíundía.Adichoasientollegóeneselapso
Guachapuro,elembajadortallándePizarro.Supresenciavinoaagitarla
relativa tranquilidad del campamento. Acusó el costeño a Maicavilca de
ser desleal y de estar conduciendo a los cristianos hacia una trampa,
porque a las afueras de Cajamarca les esperaba gente de guerra de
Atahuallpa. Intentó incluso golpear al orejón, como queriendo dar más
fuerzaasudenuncia.

LaactituddeGuachapuroeraconsecuenciadelresintimientoqueabrigaba
porhabersidodespreciadoenCajamarca,dondeAtahuallpa,pormásque
seanunciócomoembajadordePizarro,nosedignórecibirlo.Eltallánno
quiso que sus aliados lo tuvieran por incompetente y por eso informó
haberseentrevistadoconunfuncionariosincaicodemenosjerarquía.

EnverdadloquequisohacerGuachapuroenCajamarcafuemetermiedo
a los incaicos: “Le(s) dije que los españoles son valiente hombres y muy
guerreros; que traen caballos que corren como el viento, y (que) los que

63
vanenellosllevanunaslanzaslargasyconellasmatanacuantoshallan,
porqueluegoendossaltoslosalcanzan,y(que)loscaballosconlospiesy
bocamatanmuchos.Loscristianosqueandanapie,dijo,sonmuysueltos,
ytraenenunbrazounarodelademaderaconquesedefiendenyjubones
fuertescolchadosdealgodónyunasespadasmuyagudasquecortanpor
ambas partes de golpe un hombre por medio, y a una oveja llevan la
cabeza, y con ella cortan todas las armas que los indios tienen; y otros
traenballestasquetirandelejos,quedecadasaetadamatanunhombre,y
tirosdepólvoraquetiranpelotasdefuego,quematanmuchagente”.

Este poderío bélico de los españoles, descrito sin exageración por
Guachapuro,nadaimpresionóalosincrédulosatahuallpistas.Basadosen
los informes de sus espías, siguieron creyendo que los cristianos eran
pocos“yqueloscaballosnotraíanlanzas”;delosnegrosyaliadosnativos
(guatemalas, nicaraguas, tallanes, cañaris, lambayeques, chimúes, etc.),
contingente que sumaba millares de hombres, ni siquiera se habló.
Guachapurofueobjetodeburlas y hasta quisieronagredirlo por haberse
unidoalosinvasores.

De todo eso dio cuenta el tallán ante la presencia de Maicavilca, en ese
pueblo que acaso fue el que hoy llamamos San Pablo. Lleno de rencor,
Guachapuro dijo a Pizarro: “Tengo razón de matar a éste (Maicavilca),
porquesiendounllevadordeAtahuallpa,comollevandichoquees,habla
contigo y come en tu mesa, y a mí, que soy hombre principal, no me
quisieron dejar hablar con Atahuallpa ni darme de comer, y con buenas
razones me defendí que no me mataran”. El tallán estuvo ciertamente a
puntodesermuertoenCajamarcaysólosalvódiciendoquesiesoocurría
igualsuertecorreríanlosembajadoresatahuallpistasenelcampoespañol.

Pizarro zanjó rápidamente esa disputa, calmando los ánimos. No le
convenía apoyar al tallán, su aliado, y fingió disgustarse con él para
agradar al orejón. Maicavilca entendió bien esa farsa. Luego explicó a
PizarroqueelpueblodeCajamarcahabíasidodesocupadoprecisamente
paradarcómodoalojamientoaloscristianosyqueAtahuallpa,alacabeza
de sus guerreros, acampaba en las afueras “porque así lo tenía de
costumbre desde que comenzó la guerra... asegurando que... estaba
esperando de paz”. A todas luces, Maicavilca no quería que fracasase su
tarea de conducir a los invasores a la trampa de Cajamarca. Al día
siguientesereanudólamarcha.CaminaronhastallegaralllanodeZavana
(¿Chetilla?),dondeacamparonsabedoresdequesehallabanamediodía

64
de Cajamarca. Poco después, nuevos embajadores de Atahuallpa,
portadoresdecomida,losvisitaban.Lanochesepasóeneselugar.

AlamanecerPizarroteníaasuhuesteformadaenordendecombate.Los
temores crecían y cuenta Xerez “el gobernador puso (a su gente) en
conciertoparalaentradaenelpuebloehizotreshacesdelosespañolesde
a pie y a caballo”. Antes de proseguir la marcha, envió emisarios indios
anteAtahuallpa,anunciandosullegada.ElInca,alasazón,“estabaenuna
casa de recreo” (baños de Cunoc), cercana a su campamento, apostado a
orillas del río Grande o de Cajamarca. Allí recibía continuos chasquis
enviadosdesdelaciudadporelcuracaCarbacongo.RefierePedroPizarro
que distaban media legua los baños del lugar donde se habían instalado
lastropasincaicasconformadasdice“pormásdecuarentamilindios”.

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XXII. LOS APRESTOS DE LA VÍSPERA. EL TEMOR DE LOS
INVASORES. ENTRADA DE ÉSTOS A CAJAMARCA.
Antes de emprender la jornada final, los invasores asistieron a una misa
decampo.Valverdeconfesóycomulgóallíalamayoríadelosespañoles
que, fanáticos cristianos, querían asistir al combate decisivo limpios de
pecados,puestalvezenélmorirían.

Congrancautelaycrecientetemor,secubrióelúltimotramo.Finalmente,
cuentaCristóbaldeMena,“antesdelahoradevísperasllegamosalavista
del pueblo que e(ra) muy grande; y hallamos pastores del real de
Atahuallpa y vimos abajo del pueblo, a cerca de una legua, una casa
cercada de árboles: Allí era el real donde Atahuallpa nos estaba
esperando. Era un jueves en la tarde, que se contaron (quince) días del
mes de” (noviembre) añade Estete. Y la Relación a la reina de Hungría
mencionaque“despuésdeandadas30jornadas,llegaronaunvalledonde
está un pueblo que se dice Cajamarca, cerca del cual, en una casa de
placer,(se)hall(aba)elcaciqueAtahuallpacon30,000hombresdeguerra”.

Unespañolallípresentedejóescritoque“dichorealocupabamásdelegua
y media de valle y eran tantas las tiendas que aparecían, que cierto nos
pusohartoespanto”.

ImpresionadoJuanRuizdeArceescribióque“parecíaelrealdelosindios
una muy hermosa ciudad, porque todos tenían sus tiendas”. En ellas,
victoriosos, flameaban los estandartes incaicos atahuallpinos y las
banderastahuantinsuyanas.

Extasiados, los cristianos se habían detenido en el alto del valle, sin
decidirseacontinuar.HastaallíacudióunorejónenviadoporAtahuallpa
paradarlesla“bienvenida”oficial“ysignificarle(s)quefuese(n)aalojarse
alaciudaddeCajamarca”.TalseleeenlaRelaciónFrancesa,repitiéndose
el dato en la crónica de Juan Ruiz de Arce:” Vino un mensajero de
Atahuallpaadecirnosquenosaposentásemosenlaplaza;queélnopodía
venirporqueayunabaaqueldía”.

Pizarronosehizorepetirlainvitación.Nadaganabaquedándoseallí,en
la altura, y era bueno posesionarse de la ciudad, donde mejor se
defenderíadeunprobableataque.Asíqueordenóasugentedesfilarhacia
Cajamarca. Cuenta Mena “que entró primero el señor Hernando Pizarro
conalgunagente”.

66
Granizaba mucho aquella tarde. Luego entraron los demás con “harto
temordelosmuchosindiosqueestabanenelreal.Refiereunespañolque
enaquelgravemomentonoesperabanotrosocorro,sinoeldeDios”.

En Cajamarca sólo encontraron unos cuatrocientos indios; gente


“popular”, según Estete, aunque les salieron al paso también algunos
guerreros, curiosos desbandados del campo atahuallpista, Herrera relata
queenunextremodelaplazavieronungrupodemujeresquelloraban.
Lesimpresionóelcuadro,másaúncuandolosintérpretesdijeronqueesa
indias se lamentaron de la cólera que en Atahuallpa había motivado la
presencia de los invasores que, según anunciaban, morirían todos con
seguridad.Cuentauncristianoqueagrandesvoceslosllamabanlocospor
haberseatrevidoaentrarenCajamarca.Quienesmássintieronelefectode
ese recibimiento fueron los indios aliados, “que lloraban diciendo que
prestoloshabíandematarlosqueestabanconAtahuallpa”.

No eran cobardes los españoles. Al contrario, algunos de sus caudillos
descollaban por su valentía, aunque ésta era nacida de una ambición
desmedida. Pero aquel día en Cajamarca según confesaría uno de los
Pizarro, “muchos españoles se orinaban de puro temor”. En medio de la
plaza, ”los de a caballo sin apearse hasta ver si Atahuallpa venía”,
esperaron los invasores “mucho rato”. Mas, como acreciera la lluvia de
granizo, “mandó el gobernador a los españoles que se aposentasen a los
aposentos de esta plaza, y el capitán de artillería, con los tiros, en la
fortaleza”. Esto último se hizo contra el parecer de los embajadores de
Atahuallpa,quehabíanrecomendadonoentrarenlafortaleza.Pizarrono
tuvo otra alternativa; sólo desde allí serían los suficientemente efectivos
sus cañones en caso de un masivo ataque incaico. Ninguna esperanza se
hacía el jefe cristiano en el aparente recibimiento pacífico. Sabía que
Atahuallpa se preparaba a aniquilarlos. La cuestión era entonces
adelantarseaesosplanes.

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XXIII. LOS PLANES DE PIZARRO. LA ENTREVISTA DE CUNOC.
ÚLTIMAS DISPOSICIONES DE ATAHUALLPA.
Pizarroproyectóatacar,denocheyporsorpresa,enlosbañosdeCunoc.
EranecesarioespiaresaposiciónyencargótaltareaaHernandodeSoto,
que marcharía en calidad de embajador acompañado de veinte jinetes y
doscientos auxiliares indios. Por si Cunoc resultara difícil de tomar, Soto
quedófacultadoparainvitaralIncaaunareuniónconPizarro.Esteerael
segundo plan: tender una celada a Atahuallpa,  capturándolo a traición.
Preso el Inca sabía bien Pizarro sus guerreros no se atreverían a
atacarlos.

Con gran temor entró Soto a Cunoc y fue conducido hasta la tienda
imperial.Atahuallpanosedignórecibirlo;alcontrario,quisodemostrarle
el mayor menosprecio. Los invasores, suponía Atahuallpa, habían caído
en la trampa y ya no era necesario fingirles amistad. El pobre Soto hizo
largaesperaantesdeseradmitidoapresenciadelIncaque,orgullosono
contestó su solemne saludo ni le dirigió palabra alguna. Rodeado de
mujeresyeunucosrefiereJuanJoséVega“asícomodealtoscortesanos,
Atahuallpa continuó mostrando mucha gravedad, pese a la fingida
humildaddeSoto...Muchoerasulinajeparahablardirectamentecontan
pocacosa”.

La tardanza de Soto preocupó a los españoles en Cajamarca. Hernando
Pizarro, el más inquieto, consiguió entonces permiso para marchar a
Cunoc.LlegóalatiendadelIncacuandoSotoseaprestabaadejarla,yde
inmediato, soberbio como era, se presentó como hermano del jefe de los
cristianos. Avisado de su calidad, Atahuallpa recibió los saludos de
Hernando y le contestó burlonamente refiriéndole que Maicavilca los
había calificado de flojos en cosas de guerra. Entrando en confianza,
HernandodesmintiólaversióndeMaicavilcayofreciósussoldadospara
cualquier empresa que Atahuallpa tuviese a bien ordenar. Fue tan
vehementeenquererdemostrarelarrojodeloscristianosqueAtahuallpa
segúnrelataelpropioHernando“sonriósecomohombrequenonostenía
en tanto”. Otros testigos dicen que hasta se burló de la bravuconada del
español; ignoraba el poderío del acero y de la pólvora, y desconocía el
poderdelacaballería.

Luego,Atahuallpaofrecióunbrindis,queHernandoySotoaceptaronmal
desugrado,temiendoserenvenenados.Sotoreconocióqueseríasuicida

68
atacar allí y entonces, cumpliendo lo encargado por Francisco Pizarro,
propuso al Inca una reunión en Cajamarca. Variando bruscamente su
tono, nuevamente amenazador, Atahuallpa en vez de contestar esa
propuesta increpó a los españoles su conducta en la costa, que había
conocido en detalle gracias a su servicio de espionaje. Nada pudieron
replicarloscristianoscuandoselesrecordósubárbaraconductaenPunáy
Tumbes,lamatanzadeindiosnoblesenLaChira,ylamasacredeCaxas.
Temieron lo peor Soto y Hernando, pero el Inca, mostrándose
repentinamente amable, les dijo que aceptaba reunirse con Pizarro y que
acudiríaalsiguientedíaaCajamarca.

Asegurada la concurrenciadeAtahuallpa,loscristianossedespidieron y


salieron a todo galope de Cunoc. Tal la famosa entrevista, a la que las
versiones españolas agregaron algunos detalles poco probables de haber
ocurrido, como que Soto caracoleó su corcel cerca del trono del Inca. El
miedoqueleprodujoladecididaactituddeAtahuallpanopermitiríatal
bravata.

Atahuallpa confiaba en que pronto pondrían fin a la aventura de los
invasores. Por ello, no bien terminada la entrevista, impartió una orden
fatal: “Aquella misma noche despachó veinte mil indios con un capitán
suyo que se llamaba Rumi Ñahui, con muchas sogas, que tomasen las
espaldasalosespañoles,ysecretamenteestuviesenparacuandohuyesen
de ellos y los atasen, creyendo que al otro día, vista la mucha gente que
llevaría,todossehabríandehuir”.

En vano intentó Rumi Ñahui que se revocase tal orden, y se escandalizó
en extremo cuando Atahuallpa anunció que iría a vera los cristianos sin
acompañamiento de guerreros; pero finalmente hubo de obedecer,
dejando constancia de que no lo hacía a su agrado. Así, pues, el ejército
atahuallpistatomóposicionesenlasafuerasdelaciudad,sobreelcamino
delacosta.Paracolmo,ordenóAtahuallpaquelasarmasquedaranenel
campamento;bastaríansegúnéllosayllus(boleadoras)paracogeralos
invasores.CiegafuelaconfianzadelInca;yfatal.

Nadie durmió aquella noche en el campo español. Pizarro ultimaba los
detalles de su plan, mientras sus soldados, impacientes, alistaban sus
armas. También preparaban las suyas los numerosos indios aliados.
HernandoPizarropasóaquellashorasalacabezadeloscentinelas.

69
XXIV. LA TRAGEDIA. PRISIÓN DE ATAHUALLPA, GENOCIDIO
EN CAJAMARCA Y RETIRADA DE RUMI ÑAHUI.
Amaneció así el 16 de noviembre de 1532. Atahuallpa, contra lo
prometido,tardabaencomparecer.DicePorrasqueentonces“acreciócon
lainquietudelfervorreligiosodeloscristianos.Lossoldados,muchosde
loscualeshabíanpasadolanocheenoración,instigadosporlosfrailesque
acompañaban al ejército, se aplicaron recias disciplinarias hasta hacerse
sangrar,paraconjurarensuauxilioelfavordelcielo”.

Pizarro no dejaba de animarlos; ordenándoles que “sin alboroto se
armasenytuviesensuscaballosensilladosyapunto”.Luego,hizoquelos
diversoscuerposdesuejércitotomasenposicionesdecombate:“mandóal
capitán de artillería que tuviese los tiros asentados hacia el campo de
Atahuallpa y cuando viese que convenía, que les pusiese fuego. Y en las
callesqueentranalaplazamandóestargentedeapie,porquesihubiese
celadaporlasespaldasestuviesetodoprevenidoyhallasenresistenciaen
laentrada,yqueéstosestuviesensecretossinquefuesenvistos.Yconsu
personatomóelgobernadorveintehombresdeapie,yconellosestuvoen
suaposento,porqueéstostuviesencargoconéldeprenderlapersonade
Atahuallpa; ... y mandó que fuese tomado a vida, y a todos los demás
mandó que no saliesen alguno de su posada, aunque viesen entrar los
contrarios en la plaza. Y dijo que él tenía atalaya para que viendo que
veníanavisarancuandooyesendecir¡Santiago!”Losrolesprotagónicosde
laceladalesfueronconferidosalpadreValverdeyalintérpreteFelipillo.
EllosseencargaríandesaliralencuentrodelInca.

Durante toda la mañana, del campo de Atahuallpa apenas salieron
partidasdeexploradores.ElIncaparecíaajenoaloqueestabaocurriendo.
PreguntóaPizarro,víasusembajadores,sideberíaonoconcurrirarmado.
Dice Cieza que a esas horas Atahuallpa “estaba muy orgulloso (porque)
parecíale que por ninguna manera podría suceder cosa que bastase a
estorbarelquenomataseoprendiesealoscristianos”.

ReciényaentradalatardeelatalayaespañoldelafortalezadeCajamarca
anuncióqueseponíaenmarchaelcortejoimperial,ylefaltaronpalabras
para describir el espectáculo que contemplaba. Miles de personas
desfilaban acompañando al Inca: “Había de todo. Nobles, cortesanos,
favoritas, eunucos, curacas y todavía buena parte de su ejército. Iba
tambiénmuchopuebloatraídodetodoslosalrededoresporlararafama

70
de los extraños visitantes. Alguien comparó el séquito con el del gran
Turco”. Sorpresivamente, a poco de iniciada la marcha, el cortejo se
detuvo.InmensopánicocausóestehechoalagentedePizarroyhastase
pensó en salir a combatir, creyéndose frustrada la celada. Entonces,
“viendoelgobernadorqueelsolsequeríaponeryAtahuallpanosehabía
movidodedondehabíareparado”,pidióunvoluntarioquefueserogaral
Inca cumpliese su promesa. El temerario Hernando de Aldana aceptó la
comisión y llegando a la tienda de Atahuallpa “le hizo su acatamiento y
por señas le dijo que caminase y fuese donde el gobernador estaba”. No
recibiórespuestaalgunayaterrorizadoalverserodeadodetantosindios
hostiles“apasolargovolviódondeestabaPizarro”,enmediodelaburla
delosincaicos.

LosucedidoconAldanahizovacilaramuchagente.Refierenlascrónicas
“que a algunos hasta se les soltaba el vientre de ver tan cercana tantos
indios. Los espías de Atahuallpa remitían entretanto informes señalando
quelosespañolesestabantodosmetidosenungalpón,llenosdemiedo,y
ninguno aparecía por la plaza”. Lleno de confianza, Atahuallpa ordenó
entoncesentrarenlaciudad.

Dejemos a Oviedo el relato de esta impresionante marcha: “La delantera
delagentecomenzóaentrarenlaplaza,yveníadelanteunescuadrónde
indios vestidos de una librea de colores hecha como escaques. Estos
veníanquitandolaspajasdelsuelo,ybarriendoylimpiandoelcamino,y
poniendoenélmantas.Traséstosveníanotrostresescuadronesvestidos
de otra manera, todos cantando y bailando; y luego venían otros
escuadronesdemuchagenteconarmadurasypatenasycoronasdeoroy
plata.EntreéstosdeestasarmadurasveníaAtahuallpaenunaliteratodo
aforrado, de dentro y de fuera, de plumas de papagayos de muchos
colores, tan bien asentada la pluma que parecía que allí había nacido, y
guarnecida toda la litera de chapas de oro y plata, la cual traían muchos
indios...enliterasyhamacasveníanotraspersonasprincipales;ytrasestas
literas, mucha gente, toda puesta en concierto y por su escuadras, con
coronasdeoroyplataenlascabezas”.

Un grupo de doce o quince incaicos, según vio Hernando Pizarro, subió
entonces a una pequeña fortaleza situada en la entrada de la ciudad “y
tomáronla a manera de posesión con una bandera puesta en la lanza”.
Pizarrojuzgóesegestocomoreveladordehostilidadyrenovólasórdenes
asugente.

71
Tuvo especial cuidado en recordar al griego Pedro de Candia, jefe de
artillería,que“enhaciéndoleunaseñaldesdeelgalpón...soltaseeltiroy
tocasenlastrompetas”.DiceMenaquedichaartilleríalaformaban“ocho
o nueve escopeteros y cuatro tiros..., brezos pequeños”. Habría de tener
rolpreponderanteenelataque.

LlegadoAtahuallpaalaplazasesorprendiódenoveracristianoalguno.
Preguntóentonces:“¿Quéesdeestobárbaros?¿yaestántodosescondidos
quenoapareceninguno?”.Ysusmáscercanoscortesanoslerespondieron:
“Señor,estánescondidosdemiedo”.


Pizarro,queobservabalaescenadesdesuescondite,hizoentoncesseñala
Valverde para que saliera a cumplir su cometido. Acompañado de un
intérprete,ydeHernandodeAldana,segúnPedroPizarro,acudióelfraile
apresenciadelIncayledijo:“Atahuallpa,elgobernadorteestáesperando
yteruegaquevayas,porquenocenarásinti”.

A lo que él respondió: “Habéisme robado la tierra por donde habéis
venidoyahoraestámeesperandoparacenar.Nohedepasardeaquísino
metraéistodoeloroylaplatayesclavosyropaquetraéisytenéis,ynolo
trayendoténgoosquemataratodos”.Luego“lesdijoquesefuesenpara
bellacosyladrones”.NosólorechazabalainvitacióndePizarrosinoque
anunciaba que haría todo lo que le viniese en voluntad. Actuaba, pues,
comoelseñordeunodelosmásgrandesimperiosdelmundo.Peseaello,
insistióValverde.Ahora,moviendoconstantementelabibliaqueportaba,
notificóalIncaelRequerimiento:“lecomenzóadecircosasdelasagrada
escritura” relata Estete “y que Nuestro Señor Jesucristo mandaba que
entrelossuyosnohubieseguerrasinopazyqueélensunombreasíselo
pedíayrequería”.

Conelrostrocongestionadoporlaira,AtahuallpaoyóhablaraValverde
de un poderoso emperador y de un desconocido dios a los cuales debía
someter su persona y su imperio. Entonces le quitó el libro que tanto
agitaba y lo arrojó con furia por los suelos. Y, antes de que el fraile se
repusieradesuasombro,yadepieenlasandasgritóelInca:“¡Ea,Ea,que
no escape ninguno!” Esta orden, contestada por la multitud con un
estentóreo“¡Ho,Inca!”,quesignificabaaprobación,volvióaValverdeala
realidadyllenodemiedo,alzándoselasotanaparacorrermejor,huyóen
direcciónaPizarrogritándole,fueradesí:“¡Novéisloquepasa!¿Paraqué
estáis en comedimientos y requerimiento con este perro lleno de

72
soberbia...¡Salid,queyoosabsuelvo!”.EntoncesPizarroagitóunatoalla.
EralaseñalconvenidaconCandia.Deinmediato,elgriegosoltóeltiro,“y
ensotándoletocaronlastrompetasysalieronlosdeacaballoentropelyel
marquésconlosdepie”.

Empezó entonces para los nativos una inesperada tragedia. Yacovilca,


espíahuascaristainfiltradoenCajamarca,viocómo“losdichosespañoles
arremetieroncongranfuriaaldichoAtahuallpayaloscapitanesquecon
élestaban”. Al grito de ¡Santiago y a ellos!, cargó la caballería mientras
tronabanloscañonesysedisparabanunosveintearcabucesymosquetes.
Se soltó a todos los perros feroces. Mientras tanto una lluvia de
penetrantes saetas barrían el campo. Los jinetes cargaron reciamente
tajando, acuchillando y masacrando sin tregua a esa muchedumbre
desconcertada.

Sorprendidos, los miles de indios no atinaron a defenderse además, no
teníanarmasparahacerlohuyendoenelmásindescriptibledesorden.Así
lorefierePedroPizarro:“Conelestruendodeltiroylastrompetasytropel
deloscaballos,conloscascabeles,losindiosseembarazaronysecortaron.
Losespañolesdieronenellosyempezaronamatar,yfuetantoelmiedo
delosindiosqueporhuir,nopudieronsalirporlapuerta,derribandoun
lienzo de una pared de la cerca de la plaza, de largo de más de dos mil
pasos y de alto de más de estado. Los de a caballo fueron en su
seguimientohastalosbaños,dondehicieronmásestrago,ehicieranmássi
no anocheciera. Xerez anota por su parte: En todo esto no alzó el indio
armascontraespañol;porquefuetantoelespantoquetuvierondeveral
gobernador entre ellos y soltar de improviso la caballería y entrar los
caballos al tropel, como era cosa que nunca habían visto, que con gran
turbaciónprocurabanmáshuirporsalvarlasvidasquehacerguerra”.

PeroalrededordelasandasdelIncahuboheroísmo.Atahuallpaquedebió
comprenderenesostrágicosmomentoscuangravehabíasidosuerrorde
nollevarconsigoasusguerreros,contemplabaconojosdeincredulidada
esa muchedumbre enloquecida. Unicamente se mantenía en su puesto la
guardia personal del Inca, ofreciéndose en holocausto por defenderlo:
“con grandes voces y alaridos... comenzaron los indios arremolinar al
derredor del dicho Atahuallpa porque no le tomasen y los españoles no
hacíansinoherirymatar”,relatauntestigohuascarista.

Mientras que Xerez dice: “todos los que traían las andas de Atahuallpa
parecióserhombresprincipales,loscualestodosmurieron,ytambiénlos

73
que venían en las literas y hamacas; y el de una litera que era su paje y
señoraquienélmuchoestimaba(eldeChincha);ylosotroserantambién
señores de mucha gente y consejeros suyos; murió también el señor de
Cajamarca.Otroscapitanesmurieron(en)grannúmero”. 

Unánimefuelaadmiracióndeloscronistasporaquellosheroicosincaicos.
Pero el sacrificio fue vano. Al cabo, Atahuallpa fue capturado: “El
marquésfueadarconlasandasdeAtahuallpayelhermano(Hernando)
con el señor de Chincha, al cual mataron allí en las andas; y lo mismo
fuera de Atahuallpa si no se hallara el marqués allí, porque no podían
derribarledelasandas,queaunquematabanlosindiosquelastenían,se
metíanluegootrosderefrescoasustentarlas,ydeestamaneraestuvieron
ungranratoforcejeandoymatandoindiosy,decansador,unespañoltiró
una cuchillada para matarlo, y el marqués don Francisco Pizarro se le
reparó,ydereparolehirióenlamano...acuyacausaelmarquésdiovoces
diciendo: Nadie hiere al indio so pena de la vida. Entendido esto,
aguijaron siete a ocho españoles y asieron de un borde las andas, y
haciendofuerzaslastrastornaronaunlado,yasífuepresoelAtahuallpa”.

Dos horas, desde las cuatro de la tarde aproximadamente, duró la
matanza, hasta que dice Juan Ruiz de Arce “Andando los de a caballo
alanceandoporlavega,siendoyadenoche,tocaronunatrompeta(para)
que nos recogiéramos al real”. No se sabe con precisión cuántos indios
murieron en aquella espantosa carnicería. Tal vez fueron ocho mil,
tasajeados por las espadas, pisoteados por los cascos de los caballos,
asfixiados, acuchillados por los indios proespañoles y negros o
destrozadosporlasmandíbulasdeperrosantropófagos.Deloquenocabe
dudaesqueesedíaseiniciólahistoriadelgenocidioenelPerú.

Enotroordendecosas,sóloesedía,segúnlaRelaciónFrancesa,“elbotín
queentoncesfuetomado(se)estim(ó)encuarentamilcastellanosdeoroy
treinta mil marcos de plata y hubieran tenido más si no hubiera sido de
noche”. Versiones de los soldados allí actuantes dan cifras distintas:
Hernandocitócuarentamilcastellanosdeoroycincomilmarcosdeplata;
XerezsietemilmarcosdeplataycatorceesmeraldasyMenacincuentamil
pesosdeoro.

Elamanecerdel17denoviembrede1531ofrecióenCajamarcauncuadro
horripilante.Sobreunsuelotintodesangrepodíaverse,inertes,multitud
de cuerpos, y brazos, piernas y cabezas desprendidas de ellos. No había
paralosinvasoresenemigoalavista.

74
RumiÑahui,alacabezadelejércitoqueseestacionóenlasafuerasdela
ciudad, marchaba ya camino a Quito, dolido de que Atahuallpa,
desoyendo sus advertencias, hubiese caído en una trampa. Sin armas
mayores,puestoqueéstasquedaronenelcampamento,ytrasescucharlos
increíbles relatos de los sobrevivientes de la masacre, entendió que
hubiese sido suicida enfrentar a los españoles. Pero al retirarse, el bravo
adalidatahuallpistahacíasolemnepromesadehacerleslaguerra,unavez
quesustropassereoganizaran.

75
XXV. EL ASESINATO DE ATAHUALLPA.
Más de medio año permanecería el grueso del ejército invasor en
Cajamarca. Durante ese tiempo llegó nuevo contingente de cristianos
ávidos de riqueza, al mando de Diego de Almagro. Y Hernando Pizarro
expedicionósobrelacosta,hastaPachacámac,enbuscadetesoros.Intentó
Atahuallpa obtener su libertad ofreciendo un fabuloso rescate. Este fue
aceptado por Francisco Pizarro y hasta Cajamarca, desde todos los
rincones del Tahuantinsuyo, llegaron cargas de oro y plata como jamás
imaginaron los invasores. También en ese tiempo murió Huáscar,
ultimadoporordendeAtahuallpaquesupodelosafanesdesuhermano
por entenderse con los cristianos. Las tropas atahuallpistas, que aún
dominaban las principales regiones del país (Cuzco, Jauja y Quito),
permanecieronalaexpectativa,comoalaesperadeunaordenparainiciar
la guerra contra los invasores. Bien entendió ello Pizarro y entonces,
pretendiendo descabezar al movimiento incaico opositor, proyectó el
asesinato de Atahuallpa, desconociendo la promesa de libertad que le
hicieraalaceptarelrescate.

El 26 de julio de 1533 se consumó en la plaza de Cajamarca el indigno
ajusticiamiento, hecho que marcaría un hito trascendental en nuestra
historia:elfindelaEpocadelaAutonomíaAndinayeliniciodeEpocade
laDependenciaExternadelPerú.

Mucho se ha escrito sobre las particulares circunstancias bajo las cuales
fue condenado a muerte el desventurado Inca. Por una parte, se ha
querido justificar la sentencia como una medida política que Pizarro no
pudodeningúnmodoeludir.Delaotra,sehaconsideradoelhechocomo
unasesinatopremeditado,porquedesdeunprincipiotuvoPizarroensu
corazóncondenadoamuertealInca.Eljefedelosinvasoresfueconsciente
dequelamuertedeAtahuallpaseríanecesariaparacontinuarlaconquista
ysupoprepararsagazmentelosartificiosquelepermitieronlegalizarlo
quedesdemuchotiempoanteshabíameditado.

Súbitamente se esparcieron por el campo de los cristianos alarmantes
noticias acerca de una contraofensiva incaica que desde su prisión
Atahuallpa habría preparado. Bastó ello para que Pizarro ordenara la
aperturadeun“proceso”,dondeseacumularonunaseriedeacusaciones
quequisieronjustificarlainevitablecondena.

76
TalcomoanotaJuanJoséVega,sediscutió,almargendelajusticia,sobre
dañooprovechodequesiguieraconvidaAtahuallpa.Principalesautores
intelectuales de la muerte del Inca fueron los llegados con Almagro, que
tuvieronínfimaparticipaciónenelreparto;loscodiciososoficialesreales;
el tenebroso fraile Valverde; los declarantes nativos proespañoles; los
HurinCuzcodeseososdevengarlamuertedeHuáscaryFelipillo,eljoven
intérpreteobsesionadoenposeeraunahermanadeAtahuallpa.

HernandoPizarro,queporconvenienciasemostraramuyamigodelInca,
había partido meses antes a España. Como presagiando su final,
Atahuallpalodespidiódiciéndole:“Tevas,capitán,ylosiento,porqueen
faltando tú, ese tuerto (Almagro) y ese gordo (Riquelme) acabarán
conmigo”. Hernando de Soto, otro favorecedor del Inca, fue asimismo
alejadoatiempoporPizarro,sopretextodequeeranecesarioefectuarun
reconocimiento al interior. Además de los citados tuvo Atahuallpa otros
varios defensores; Garcilaso dice que fueron más de cincuenta y Oviedo
nombraalosdoceprincipales.

Los más graves cargos que se levantaron contra el Inca fueron:
usurpacióndelimperio,muertedeHuáscarydecentenaresdecuzqueños,
idolatría y conspiración contra España. Todos carecían de fundamento.
¿Con qué derecho podían los invasores juzgar sobre la realidad política
del imperio que desconocían? Atahuallpa había buscado defender el
orden Hanan del Tahuantinsuyo y por eso desató la guerra contra
Huáscarytuvorazonesparareprimirsangrientamentealosmiembrosdel
corruptoclerosolarcuzqueño.Eltercerodeloscargosfuehastaridículo:
variostestimoniosespañolesnospresentanaunAtahuallpaiconoclastay
está de más recordar lo lógico que resultaba su desconocimiento de la
religióncristiana.Peroelúltimodeloscargosfuehastaciertopuntoreal;
esmás,dehaberlosidoenefecto,honraenmucholamemoriadelque,en
este caso, vendría a ser héroe de la resistencia incaica. Y creemos muy
posible que Atahuallpa, creyendo próxima su libertad, preparara
inteligentemente una tremenda reacción contra los invasores. Como jefe
supremo del ejército incaico, desde su prisión habría impartido órdenes
precisasasuslugartenientesChalcoChima,ApoQuisquisyRumiÑahui.
Ellos tres sólo esperaban ver libre al Inca para caer con todo sobre los
cristianos.

Uncuracacajamarquinofueelprimeroendenunciarelplanconspirativo:
Hágote saber dijo a Pizarro, que después que Atahuallpa fue preso,

77
envióaQuito,sutierra,yportodaslasotrasprovincias,ahacerjuntade
guerra para venir sobre los españoles a matarlos a todos. Tal versión
constaenlacrónicadeXerez,mientrasquePedroSanchodelaHozanota
quemuchoscaciques...sintemor,tormentoniamenaza,voluntariamente
dijeron y confesaron esta conjuración. Estete, otro testigo, confirma que
todosaunadijeronqueeraverdadqueélmandabavenirsobrenosotros
paraquelesalvasenynosmatasen.Apartirdeesadelaciónlasuertedel
Inca estaba echada. Fue entonces encadenado del pescuezo, vejado y
sometido a estrecha vigilancia. Relatan los testimonios cristianos que se
comprobó la veracidad de los rumores: “Súpose que (los incaicos
atahuallpistas) estaban en tierra muy agria y que se venían acercando”.
MástardeHernandodeSotoyRodrigoOrgóñezdiríanquenovierontal
peligro;peroesdesuponertambiénquelosconspiradoresseocultarande
losexploradores.

Lacausa,sentenciayejecución,todoseefectuóelmismodía.Lamayoría
consideró de necesidad imperiosa sancionar la muerte del Inca, para
asegurar el dominio del Perú y sus propias vidas. Protestaron algunos,
que incluso solicitaron acudir a la justicia del emperador, pues dicha
muerteseríaendesdoroymenguadelanaciónespañolamanchandolas
hazañas de ellos mismos, porque se le había prometido la libertad en
virtuddeunvaliosorescate.Peroseimpusoelcriteriodelasoldadescay,
contra la moral y la justicia, Atahuallpa fue sentenciado a morir en la
hoguera.Valverdediosuapoyoalveredictoyestoapaciguólaconciencia
demuchosdelosopositores,consumándosedeestemododiceelinglés
Makhamunodelosmáshorrorososcrímenesquepuederegistrarse.

El Inca se resignó a su muerte, aunque luego de hacer solemne protesta.
Su último deseo fue entrevistarse con algunos fidelísimos partidarios, en
los cuales confió la orden de iniciar la guerra a muerte contra los
invasores. Luego, aceptó ser bautizado, no porque quisiera hacerse
cristianosinoporqueentrelosIncaseralahogueraunapenainfamantey
Pizarro le había prometido, si se “convertía, cambiársela por la de
estrangulamiento. Recibió entonces el nombre de Francisco. Momentos
despuéssusverdugos,esclavosmoriscos,lequemaronloscabellosyluego
lo ataron a un poste. Allí fue ultimado al anochecer. Como dice
Mendiburu, “esperóse la noche para sustraer de la luz y envolver en las
tinieblaslaúltimaescenadetannegraatrocidad”.

78
Su cadáver quedó expuesto hasta el día siguiente en que se le hicieron
funerales pomposos. En medio de ellos, un espeluznante espectáculo se
ofrecería a los ojos de los asesinos: estando en la iglesia cantando los
oficios de defunción a Atahuallpa, presente al cuerpo relata Estete
“llegaronciertasseñoras,hermanasymujeressuyas,yotrosprivadoscon
gran estruendo y dijeron que les hiciesen aquella huesa muy mayor,
porqueeracostumbrecuandoelgranseñormoríaquetodosaquellosque
bien lo querían se enterrasen vivos con él”. Trataron de impedir los
cristianos tales suicidios, pero aquellos se fueron a sus aposentos y se
ahorcarontodosellosyellas.

La muerte de Atahuallpa fue recibida con satisfacción por los incaicos
huascaristas y por los ingenuos curacas locales que creían haber
recuperado su autonomía. Sólo los incaicos Hanan pachacutinos
comprendieron las funestas consecuencias del hecho; porque sólo ellos
supieron enfrentarse a los invasores en este primer momento de la
conquista.

Pizarro procedió luego a nombrar un monarca nativo que sirviera sus
planes.CoronóasíaTúpacHuallpa,unhijosecundariodeHuaynaCápac,
queseconvirtiódeesamaneraenelprimergobernantedependientedeun
poderextranjeroenelPerú.

79
EPÍLOGO
Partidos los españoles para el Cuzco, el cadáver de Atahuallpa fue
desenterrado y llevado a Quito por esforzados partidarios enviados por
Rumi Ñahui. Antes de morir según refiere Pedro Pizarro el Inca había
prometidoquesinolequemabanvolveríaaestemundo.Nacióentonces
elInkarrí,queaúnesperaelmundoandino.

En la clase popular el asesinato de Atahuallpa motivó unánime repulsa
hacia los cristianos. Según testimonio del huarochirano Caroallalli los
indiosyprincipales,porcausadelosusodicho,tomaronmuygrandeodio
y enemistad a los conquistadores y pobladores y otros españoles que
vinieronaestosreinos.

Conocidalatragedia,losprincipalescaudillosatahuallpistassereunieron
en Junta de Guerra.Acordaron finalmente iniciar la resistencia armada a
losinvasores,granguerrapatriaquepusoderelieveelvaloryheroísmo
delosguerrerosincaicos,épicagestaqueduraríacuarentaaños,de1533a
1572, abarcando la totalidad del desgarrado Tahuantinsuyo, desde los
llanosdelacostahastalasfaldasdelAconcagua.

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