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Iván Rodrigo García Palacios

PS. Carta eleusina No. 1

Apreciado Lucilio, "te saludo"


Estando en la escritura de mi Carta eleusina No. 2, me "asaltaban"
asuntos sobre lo ya escrito, lo que escribía y lo por escribir y sentí la
necesidad imperiosa de expandir sobre lo escrito, aunque no estoy seguro
de si con ello se expandía claridad, porque en los asuntos sobre filosofía y
filósofos son tan complicadas las cosas con eso de la interpretación de lo
qué se dice, lo qué se quiere decir o lo qué significan las palabras y
conceptos, así como lo qué interpretan los exégetas.
Por eso y consultando sobre lo qué significa y quiere significar
Nietzsche con algunas de sus palabras y lo que yo creo qué significan, me
dedico a explorar y repasar los libros de los maestros, que es lo que ahora
te trascribo.
Tal es el caso con la lectura del Nietzsche de Heidegger, ese libro en el
que se recopilaron las lecciones en la Universidad de Friburgo de 1936 a
1940, libro y lecciones con las cuales hay que tener especial cuidado, pues
no debe olvidarse que ellas fueron dictadas en el período del pleno apogeo
del régimen Nazi y en el momento en el que Elizabeth Foster-Nietzsche,
con su Archivo Nietzsche, logró que Hitler aceptara las ideas y la figura
del Nietzsche que ella se había confeccionado a su medida: antisemita y
profeta de la supremacía aria, convirtiéndolo en paradigma del nazismo
del que Heidegger todavía cargaba con la marca de la cruz gamada en su
frente que él se había ungido en 1933. Y, por supuesto, el libro fue
compuesto y editado para su publicación luego de la caída del régimen.
Sin embargo y aun así, es interesante lo que en ese momento Heidegger
dijo e interpretó de Nietzsche, su vida y su obra, cernidas las ideologías,
porque con ello, el "gran maestro de Alemania", "casi" determinó y "casi"
determina todavía las interpretaciones que se hacen de la vida y la obra
de Nietzsche.
Pero, en lo que a mi concierne y por el momento, sólo me interesaba,
ahora y específicamente, consultar en lo que se relaciona con los asuntos
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de "trasformarse en niño", "inocencia", "juego" y "olvido", en De las tres
trasformaciones de Así habló Zaratustra y en los textos de los proyectos y
notas (rescatadas póstumamente) que Nietzsche escribió en sus
cuadernos a partir de agosto de 1881 sobre el eterno retorno de lo mismo
y antes de escribir Así habló Zaratustra y que te trascribo a continuación:
"El segundo proyecto invierte el orden de los pensamientos
principales al comenzar con el del eterno retorno. Dice así (XII,
426):
«1) El conocimiento más poderoso.
2) Las opiniones y los errores transforman al hombre y le
dan las pulsiones, o bien: los errores incorporados.
3) La necesidad y la inocencia.
4) El juego de la vida.»
Este proyecto también proporciona algunas indicaciones en otro
respecto: «La necesidad» no se refiere a cualquier necesidad sino a
la del ente en su totalidad. «El juego de la vida» nos recuerda
inmediatamente una sentencia de Heráclito, el pensador al que
Nietzsche se σεία más próximo: αιών παΐςέστι παίδων, πεσσεύων
ποαδοςή βασιΛηίη (fr. 52). «El eón es un niño que juega, jugando
con fichas sobre un tablero; de un niño es el dominio» (sobre el ente
en su totalidad).
Con eso se indica: el ente en su totalidad está dominado por la in-
nocencia [Un-schuld]. La totalidad es αιών. Es prácticamente
imposible traducir esta palabra de manera adecuada. Alude a la
totalidad del mundo, pero, a la vez, tomada como tiempo y referida
por medio de éste a nuestra «vida», alude al transcurso vital mismo.
Se suele determinar el significado de αιών del siguiente modo: Eon
alude al «tiempo» del «cosmos», es decir de la naturaleza, que se
mueve en el tiempo que mide la física. De este tiempo se distingue
el tiempo de nuestras «vivencias». Pero lo que se nombra con αιών
está más acá de ese tipo de distinciones. Asimismo, se piensa el
κόσμος muy pobremente cuando se lo representa de modo
cosmológico.
El uso que hace Nietzsche de la palabra «vida» es ambiguo.
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Nombra la totalidad del ente y, al mismo tiempo, nuestro modo de
estar «entremezclados» en esa totalidad. Una ambigüedad análoga
se da al hablar de «juego» (cfr. la primera de las «Canciones del
Príncipe Vogelfrei»: «A Goethe»; apéndice a la segunda edición de
La gaya ciencia, 1887; v. t. II, págs. 380 s.)".
Martin Heidegger, Nietzsche, Vol. I, Destino, Barcelona, 2000,
pp. 272-273.
(Añado y aclaro: las citas que hace Heidegger corresponden a la
«edición en gran octavo» de las obras completas de Nietzsche,
basada en los trabajos de Peter Gast y en el Archivo Nietzsche-
Foster-Nietzsche y que fuera la oficial hasta 1964, cuando comienza
a aparecer la edición crítica de G. Colli y M. Montinari, que la
remplazó).
Esa es una interesante interpretación sobre esas palabras que considero
primordiales, para mi propósito, en el discurso de Zaratustra: De las tres
trasformaciones: niño, inocencia y juego. Queda pendiente: olvido:
"Lo bello es ese movimiento en sí mismo antagónico que se
compromete en la apariencia sensible más cercana y, al hacerlo, se
eleva al mismo tiempo hacia el ser: es lo que cautiva y arrebata [das
Berückend-Entrückende]. Es lo bello, por lo tanto, lo que nos
arranca del olvido del ser y nos proporciona la mirada a él" (Martin
Heidegger, Nietzsche,Vol. I, pp. 186-187).
Otro de los asuntos de mi atención inmediata y el que apenas voy
cartografiando paso a paso, es el relacionado con el propósito que, entre
tantos que tiene, yo le atribuyo a Así habló Zaratustra como Guía de
"iniciados" a Superhombre, es decir, qué, cómo, porqué, etc., esa guía
funciona, según se lo pregunta Nietzsche:
"¿Qué haremos con el resto de nuestras vidas, nosotros que
hemos pasado la mayor parte de ella en la ignorancia mas esencial?"
Y tal y como él lo expresa en el punto quinto del proyecto que a
continuación trascribo en la cita con la que Heidegger lo interpreta, y que,
a su vez, conecta con el ya trascrito.
Sobre los tantos propósitos que Heidegger interpreta del eterno retorno
de lo mismo nietzscheano de antes de Así habló Zaratustra, así como
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sobre lo relacionado con lo de mi Guía y lo que Nietzsche incorpora en Así
habló Zaratustra, que expurgo porque, después de Así habló Zaratustra,
Nietzsche fue variando y ampliando el propósito del eterno retorno, dice
Heidegger, en las páginas 269-271 y antes de la anterior cita, lo siguiente:

"Las cuatro notas de agosto de 1881


Consideremos ahora las cuatro notas referentes a la doctrina del
eterno retorno de agosto de 1881. Estas notas constituyen a la vez
esbozos para una obra, con lo que ya resulta visible el alcance que
Nietzsche le otorga al pensamiento del eterno retorno de lo mismo.
Las notas datan de un año antes de su primera comunicación en la
Gaya ciencia y señalan ya el camino que seguirá en lo sucesivo todo
el tratamiento de la doctrina del eterno retorno. De este modo se
confirma al mismo tiempo lo que dice el propio Nietzsche sobre Así
habló Zaratustra en Ecce homo: que el pensamiento del eterno
retorno es «la concepción fundamental de la obra». El primer
esbozo reza así (XII, 425):
«EL RETORNO DE LO MISMO
Proyecto
1) La incorporación de los errores fundamentales.
2) La incorporación de las pasiones.
3) La incorporación del saber y del saber que renuncia.
(Pasión del conocimiento) .
4) El inocente. El individuo como experimento. El
aligeramiento de la vida, rebajamiento, debilitamiento:
transición.
5) El nuevo peso: el eterno retorno de lo mismo. Infinita
importancia de nuestro saber, nuestro errar, nuestras
costumbres, nuestros modos de vida, para todo lo venidero.
¿Qué haremos con el resto de nuestras vidas, nosotros que
hemos pasado la mayor parte de ella en la ignorancia mas
esencial? Enseñaremos la doctrina, es el medio más fuerte
para incorporarla nosotros mismos. Nuestro tipo de
bienaventuranza como maestros de la mayor doctrina.
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Comienzos de agosto de 1881 en Sils-Maria, a 6.000 pies
sobre el nivel del mar y mucho más alto sobre todas las cosas
humanas.»
(Añado esta nota que considero importante: Este proyecto está
notado como 11 [141], primavera-otoño 1881, en la edición crítica de
las obras de Nietzsche de G. Colli y M. Montinari, según la
publicación: Fragmentos póstumos que hiciera el Grupo Editorial
Norma en su colección Cara y Cruz, Bogotá, 1992, p. 163).

Ya el hecho de que Nietzsche registre explícitamente la fecha de la


nota es un indicio de lo inusual de su contenido y de su propósito.
La doctrina es comprendida desde su enseñanza y desde aquel que
la enseñará.

El título del «proyecto» refiere inmediatamente al conjunto. Y sin


embargo, sólo se habla del eterno retorno en el punto 5, e incluso
allí no se dice nada sobre su contenido, ni siquiera en forma de
esbozo. Por el contrario, la palabra directriz del proyecto es
«incorporación» [Einverleibung], La doctrina es llamada «la mayor
doctrina» y «el nuevo peso». Entonces aparece súbitamente la
pregunta: «¿Qué haremos con el resto de nuestra vida?». Se trata,
por lo tanto, de un corte decisivo de la vida, que separa lo anterior
(lo transcurrido) del «resto» que aún queda. Evidentemente, el
corte es provocado por el pensamiento del eterno retorno, que todo
lo transforma. No obstante, lo que se encuentra antes de este corte y
lo que le sigue no están separados de manera cuantitativa. Lo
ocurrido antes no queda apartado. El punto 5 está precedido de
otros cuatro y el 4 termina con la indicación: «transición». Por muy
nueva que sea, la doctrina del eterno retorno no sale del vacío sino
que está sujeta a una «transición». Cuando esperamos que se
explicite ante todo el contenido esencial de la doctrina y, sobre todo,
que se la fundamente y que se aporten indicaciones en ese sentido,
de lo único de que se trata es, podríamos decir, del efecto que tiene
la doctrina sobre los hombres y, en especial, o exclusivamente,
sobre el propio maestro que la enseña; de la «incorporación» del
nuevo saber y de su enseñanza como un nuevo tipo de
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bienaventuranza. De Así habló Zaratustra ya sabemos lo esencial
que es la cuestión de la «incorporación» del pensamiento del eterno
retorno y que Zaratustra sólo se vuelve un convaleciente después de
haber incorporado lo más importante de él. Si seguimos el
significado de la palabra, llegamos a la idea de «comer», ingerir y
digerir. Lo incorporado es lo que hace que el cuerpo —el vivir
corporalmente [das Leiben]— esté más firme, erguido y seguro, es
al mismo tiempo aquello con lo que hemos acabado y que nos
determina en el futuro, la sabia de la que extraemos las fuerzas.
Incorporar el pensamiento quiere decir aquí: llevar a cabo el pensar
del pensamiento de manera tal que se convierta de antemano en la
posición fundamental respecto del ente en su totalidad y, en cuanto
tal, domine por anticipado a todo pensamiento singular. Sólo si el
pensamiento se ha convertido en la actitud fundamental de todo
pensar, se ha tomado posesión de él en conformidad con su esencia,
es decir, se lo ha incorporado.

La decisiva meditación del proyecto titulado «El retorno de lo


mismo» se dirige inmediatamente a la «incorporación».
Martin Heidegger, Nietzsche, Vol. I, Destino, Barcelona, 2000,
pp. 269-271.
Como lo puedes notar, el asunto, como lo plantea Heidegger, también
me habla de tu Terapia dialógica y del Tercer mundo del diálogo.
En fin, "el camino es largo y culebrero". Heidegger no es el único de los
interpretes de Nietzsche que han visto, sin revelarlo como "conocimiento"
para la "contemplación" y el funcionamiento práctico de la existencia, eso
que Nietzsche "incorpora" en Así habló Zaratustra, así y luego lo hubiera
desarrollando hasta perderse en la complejidad y en la imposibilidad.
Por fortuna y a partir de esas visiones, es posible saber que el asunto
está allí y que es posible proponer una solución del enigma.
Por cualquiera sean los motivos, es lo que voy tratando de hacer y para
lo que estas cartas eleusinas son poderosa motivación que estimulan,
precisan y concretan mis averiguaciones, estudios y escrituras. Ahí está la
alegría de escribir con los amigos.
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(Escribí para mí, para ti, para quien sea)
"Que sigas bien",
Iván Rodrigo García Palacios.

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