Professional Documents
Culture Documents
1. ONTOLOGÍA (REALIDAD)
2. EPISTEMOLOGÍA (CONOCIMIENTO).
2.C. La abstracción.
El proceso de abstracción.
Entendimiento paciente y entendimiento agente.
Verdad como adaequatio.
4. POLÍTICA.
1
SANTO TOMÁS
1. ONTOLOGÍA (REALIDAD).
Toda actividad reflexiva parte de unos presupuestos; Santo Tomás, como toda la filosofía
cristiana parte de los dogmas (creencias) cristianos:
a) Ontología creacionista (ex nihilo);
b) Linealidad del tiempo y de la realidad;
c) Dignidad antropológica (imago Dei);
d) Afección del pecado original (origen del mal y de la degeneración);
e) Intervención divina en la Historia (revelación y salvación);
f) Caridad como ideal social (Ecclesia);
g) Muerte como redención (felicidad plena).
2
permite que la esencia exista en diversidad de formas y así se desarrolle hacia la plenitud o
felicidad)
1.B. Demostración de la existencia de Dios.
La existencia es una perfección (o atributo) y Dios como ser perfecto y trascendente posee
toda perfección en grado absoluto. Por tanto, su existencia es distinta a la de los entes sensibles, que
la poseen únicamente por analogía. La existencia de Dios, sin embargo coincide con su esencia.
El hombre no puede acceder al conocimiento de la existencia absoluta de Dios, sino que
solo puede intuirla por medio de la fe (el hombre puede construir el conocimiento de la verdad
racional a partir de la experiencia sensible, pero no puede llegar al conocimiento de la Verdad
absoluta). Por tanto, solo hay caminos o vías por donde progresar permanentemente en el
conocimiento (siempre inacabado) de la existencia de Dios.
Las pruebas o demostraciones racionales son válidas solo para el conocimiento sensible,
pero no para el conocimiento suprasensible (sobrenatural). Por tanto, solo se puede conocer a Dios
si Él mismo ha puesto algo de su esencia en las existencias particulares al crearlas. Suponiendo esto
se proponen las cinco vías o caminos que conducen a la razón en el conocimiento progresivo y
siempre inacabado de la existencia de Dios:
1. Vía Cosmológica (o del movimiento), que afirma que existen movimientos (actualización
de potencia) causados por motores, pero que todo motor recibe su movimiento de otro mo-
tor; si esta sucesión fuera infinita no habría movimiento; por lo cual, si existe el movimien-
to, es necesaria la existencia de un primer motor que mueva sin ser movido (inmovil): Dios.
2. Vía de la Causalidad, que afirma que existen cosas que poseen causa efectiva (causa
externa a sí mismas, respecto a las cuales son efecto), pero que toda causa es a su vez efecto
causado por otra causa (y no efecto de sí misma); si esta sucesión fuera infinita no habría
realidades causada (efectos); por lo cual, si existen realidades causadas (efectos), es
necesaria la existencia de una realidad que sea la primera causa incausada (causa sui): Dios.
3. Vía de la Contingencia, que afirma que existen cosas contingentes (o accidentales, pues
pueden existir o no) ya que tienen un principio y un final, pero toda cosa contingente hubo
un tiempo en que no existió (ya que tiene principio); si todas las cosas fueran contingentes
también existiría un tiempo en que no hubo nada (y de la nada no procede nada) y tampoco
habría ahora cosas contingentes; por lo cual, si existen realidades contingentes, es necesaria
la existencia de una realidad necesaría por sí misma (sin contingencia), que sea principio de
su propia necesidad y de las existencias contingentes: Dios.
4. Vía de la Perfección, que afirma que existen cosas imperfectas (o perfectibles) que no han
alcanzado aun el pleno desarrollo de su propia naturaleza, pero toda cosa perfectible lo es
respecto a una determinada perfección (plenitud); si todas las cosas fueran imperfectas
(perfectibles) no existiría una perfección hacia la que se dirigieran ni una causa de todo
perfeccionamiento y tampoco existirían cosas imperfectas (perfectibles); por lo cual, si
existen realidades imperfectas (perfectibles), es necesaria la existencia de una realidad
perfecta por sí misma (sin perfectibilidad), que sea principio de su propia perfección y del
perfeccionamiento de las realidades perfectibles: Dios.
5. Vía Teleológica (o del gobierno del mundo), que afirma que existen cosas (cuerpos
naturales) que se dirigen a un fin aunque no poseen consciencia (entendimiento o intención),
pero toda acción dirigida a un fin se realiza con la intención consciente de dicho fin; si todas
las cosas sin consciencia que se dirigen hacia un fin no poseyeran intención (y no hay
intención sin consciencia) no existirían esta dirección hacia un fin en las cosas sin
conciencia; por lo cual, si existen cosas sin consciencia que se dirigen a un fin, es necesaria
la existencia de un ser consciente que dirija según su intención todas las cosas sin
consciencia hacia el fin hacia el que se dirigen: Dios.
3
2. EPISTEMOLOGÍA (CONOCIMIENTO).
Santo Tomás se interesa por una gran variedad de conocimientos, y los expone de una
manera sistemática recopilando las diversas posturas que se hayan dado sobre cada tema. El
esquema de su discurso tiene estas partes:
a) Exposición de la cuestión y de los términos que la componen;
b) Tratamiento de cada término en un artículo específico;
c) Reconstrucción de las diversas posturas (objeción) que se han dado o se pueden dar sobre
cada artículo;
d) Conclusión de una tesis propia (solución) que supere todas las objeciones que se pueden
dar.
2.C. La abstracción.
4
b) Imagen intelectual (o phantasma) formada por la imaginación a partir de la percepción (es
decir, se percibe la forma general que acompaña las percepciones particulares);
c) Actividad del entendimiento, creando imágenes universales a partir de las imágenes
intelectuales (es decir, se perciben las relaciones que se dan entre las formas).
2
Estas perfecciones no se pueden atribuir a Dios sino por vía de eminencia.
5
3. ANTROPOLOGÍA (HOMBRE) Y ÉTICA.
3.B. Libertad.
Santo Tomás realiza una distinción (como san Agustín) entre libre albedrío y libertad. El
libre albedrío es la capacidad para escoger bien o mal. La libertad (o libertas) es la liberación del
mal, el anhelo del bien supremo, el amor a Dios.
El alma no está determinada por la ordenación teleológica de toda la naturaleza hacia el
bien (pleno desarrollo de cada ente según su naturaleza), sino que el libre albedrío puede elegir mal
(creyendo elegir bien) debido a que el pecado original dificulta la capacidad del entendimiento para
discernir el bien y debilita la voluntad para poder escogerlo. La libertad (libertas) del libre albedrío
se produce cuando éste elige lo bueno desde la comprensión de lo bueno al ser auxiliado por la
Gracia (que proporciona fuerza y luz).
El problema de la libertad en santo Tomás se formula y se soluciona de la siguiente
manera. ¿Cuál es la responsabilidad del hombre para salvarse o no existiendo un designio divino
(teleológico) en la creación? El hombre es responsable de condenarse (o no) pues aunque dios
conozca todo lo que sucederá en el tiempo (omniscienciea) no es Él quien lo realiza, sino que ha
determinado que el hombre sea causa por sí mismo de sus propios actos. El hombre es responsable
de salvarse pues el designio divino confirma el libre albedrío, ya que el desarrollo pleno de la
6
naturaleza del alma es la libertad, que el hombre también puede negarse a alcanzar (por ejemplo el
pecado original).
3.C. Ley eterna y ley natural.
Cada parte de la realidad está sometida a una determinada ley (orden): el mundo
sobrenatural a la ley eterna, y el mundo natural a la ley natural. La ley eterna (u orden esencial) se
encuentra en la mente de Dios, y a ella se sujetan todas las esencias; la ley natural (u orden
existencial) es a la que se sujetan todas las cosas sensibles, y es un reflejo de la ley eterna, siendo su
precepto fundamental este: “debe buscarse el bien y hacerse, y debe evitarse el mal” (≈ ideas
innatas).
La ley eterna es una creación de Dios, pero Dios mismo es increado, por lo cuál no está
sometido a la ley eterna. Dios se da la ley a sí mismo, la ley divina, que es el orden propio del ser
eterno y bondadoso (perfecto), y que coincide con Dios mismo (pues Él es simple), es decir en Dios
coincide el ser con el deber ser. El hombre también tiene la capacidad de darse a sí mismo un orden
propio (≈ Dios), la ley humana u orden social, que será tanto más apropiada a la naturaleza humana
(a su bien y felicidad, perfección) cuanto más se adecue (derive, deduzca, someta) a la ley natural.
La ley eterna se encuentra sometida necesariamente a la ley divina, mientras que la ley
natural se encuentra sometida necesariamente a la ley eterna. La ley divina solo se somete al arbitrio
divino, por lo tanto es libre. La ley humana también se sujeta a la voluntad humana, pero a
diferencia de la ley divina, la ley humana puede ser imperfecta ya que la voluntad humana se
encuentra debilitada por el pecado original. La ley humana ordenará algo malo si lo que ordena se
opone a la ley natural, ya que ésta se somete necesariamente a la ley divina y no puede ordenarse
nada bueno contra la ley divina.
Todas las leyes pueden ser infringidas por el hombre excepto la ley divina, ya que el libre
albedrío puede elegir mal creyendo elegir bien (pues siempre se escoge aquello que se cree que es
lo mejor aunque sea de modo equivocado), en lo cuál se prueba la autenticidad del libre albedrío.
Las diversas infracciones son:
a) El pecado original infringe la ley eterna (ya que hizo entrar el desorden en lo creado);
b) Los pecados particulares infringe la ley natural tanto el pecado original que infringió el
principio fundamental de la ley natural como los pecados mortales y los veniales;
c) Las acciones delictivas o crimen infringe la ley humana.
Los hábitos se definen como aquello que conforma la conducta humana. Las virtudes se
definen como aquellos hábitos que se ajustan a la ley natural o también como aquella fuerza
adecuada para lograr que la voluntad dirija la acción evitando los posibles excesos.
Hay varios tipos de virtudes:
a) Virtudes intelectivas (o dianoéticas) se definen como aquellas relativas al entendimiento y
a su capacidad para percibir el bien: Prudencia (que es la principal virtud intelectiva) Arte,
Sabiduría, Ciencia, Inteligencia;
b) Virtudes volitivas (o éticas) se definen como aquellas relativas a la voluntad y a su
capacidad para escoger el bien en cada situación particular, por lo cual son muy variadas:
por ejemplo la Justicia (que es la principal virtud ética), la Fortaleza o la templanza, etc;
c) Virtudes teologales se definen como aquellas relativas al espiritu y a su capacidad de unirse
con Dios: Caridad (que es la principal virtud teologal), la fe y la Esperanza.
7
4. POLÍTICA.
La política de santo Tomás también coincide con la de Aristóteles, pero con las debidas
adaptaciones al cristianismo.
El origen de la sociedad es la carencia del individuo para conseguir su propio bien
(principio fundamental de la ley natural). El hombre aislado (idiotés) es incapaz de conseguir los
bienes materiales y espirituales que necesita para vivir. Por tanto, si se ajusta a la ley natural (buscar
el propio bien)3 entonces se unirá con otros hombres formando sociedad. Por esto se habla del
hombre como ser social (zoon politikon) ode naturaleza constitutivamente fraternal.
El Estado tiene como finalidad que los miembros alcancen su propio bien, por lo tanto los
gobernantes deben dirigirlo hacia el bien común (de la mayoría) que lo legitima, y no usarlo para su
bien particular, pues perdería su legitimidad.
La legitimidad, vinculada directamente con la finalidad del Estado, proviene del pueblo, ya
que este se forma de individuos que se unen para conseguir el bien común (de la mayoría). Por lo
tanto, el mejor gobierno es la monarquía (uno gobierna para el bien de la mayoría), y el peor
gobierno es la tiranía (uno gobierna para su propio bien particular).
El Estado debe velar para que la Iglesia cumpla su misión de guiar al hombre hacia el bien
eterno (salvación, felicidad).
El Estado cumple su finalidad (que es la consecución del bien común) estableciendo como
herramienta la ley humana, positiva u orden social. La ley humana puede contradecir la ley natural,
pero en este caso perdería su sentido (pues contradiría su propia finalidad); por tanto, la ley humana
debe imitar la ley natural, como ésta imita la ley eterna y ésta a su vez imita la divina.
La ley humana legítima es el orden propio de una voluntad guiada por la virtud ética de la
justicia. Ésta se define como la armonía (o equilibrio) de las distintas partes del Estado, lo cual se
realiza poniendo cada cosa en su sitio (dando a cada uno lo suyo), siguiendo el correcto
entendimiento del lugar que corresponde a cada particularidad según su propia naturaleza.
Cuando el Estado es injusto pierde su legitimidad ya que contradice la finalidad con la cual
se unieron los individuos (el pueblo) para constituirlo. Toda injusticia atenta contra el bien común
(de la mayoría) y por tanto se opone a la ley natural. En este caso todo ciudadano y todo cristiano
queda exento de obedecerle, e incluso en casos extremos puede rebelarse contra un mal gobierno.
3
Summa Theologica (SM, p. 106): “Toda sustancia tiende por naturaleza a conservar su propio ser”.