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LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO SEGÚN

TOMÁS DE AQUINO

LUIS CARLOS OSPINA ROMERO

pág. 1
MAPA 1

MARACAIBO

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MARACAIBO, JULIO 2010

pág. 2
pág. 3
pág. 4
CAPITULO I

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

La brújula de este libro esta guiada por El Opúsculo Ente et Essentia de


Tomas de Aquino1. El proemio del opúsculo es el norte y no podemos dejar de
mencionarlo. La intención no es complicar la lectura al lector sino facilitarla lo más
posible para que penetre velozmente en conceptos intrincados, pero paso a paso,
con certeza. Una de las primeras investigaciones sobre la que Aquino fundamentaría
todas sus deducciones filosóficas-teológicas, y toda su Opera Omnia, sino la primera,
es este opúsculo Ente et Essentia. Medite sobre el Mapa 1 anterior, entonces
conocerá la teoría del conocimiento de Tomás Aquino, resumida en la creación.

Prologo

«Teniendo en cuenta que —según advierte El Filósofo en el primer libro de Los


cielos y la Tierra2— un error pequeño al principio es grande al fin, y que —
según dice Avicena al comienzo de su Metafísica3— el ser y la esencia es lo

1
La obra mencionada la conseguirán bilingüe latín-español en Internet. La WWW (Internet)
creada en los laboratorios Darpa es una herencia y creación de la humanidad, pero nunca
sustituirá a la creatividad y la investigación humana.
2
ARISTÓTELES, De Cælo et Mundo, Libro I, Capítulo 5. “Así como una pequeña desviación de
la verdad, si se avanza, se convierte en diez mil veces mayor, lo que al principio es pequeño
termina por hacerse enorme.”
3
AVICENA, Metaphysica, Libro I, Texto 6. “El ente, lo real, y lo necesario, son de tal naturaleza
que dejan su huella en el alma en la primera impresión.”

pág. 5
primero que el entendimiento capta, para evitar las dificultades que el
desconocimiento de estas nociones ocasionaría, se ha de establecer el
significado de los términos "esencia" y "ser", su relación con las nociones
lógicas de género, especie diferencia, y el modo en que el ser y la esencia se
manifiestan en las diversas cosas. En esta materia nos vemos obligados a
empezar por lo más inmediato, desde la noción de ser 4 a la noción de esencia,
porque es mejor aprender siguiendo el camino más fácil y, dado que lo
secundario se nos presenta primero, los conceptos simples se deducen de los
compuestos.»

El hecho real es que se debe evitar cualquier error de comprensión o definición


de los conceptos al principio de una investigación, porque si no las consecuencias al
final serán de errónea grandeza crasa.

Cuando se habla del Filósofo se habla de Aristóteles, la traducción latina del


párrafo anterior es:

Prœmium

«Quia parvus error in principio magnus est in fine, secundum


Philosophum in primo Cæli et Mundi, ens autem et essentia sunt quæ
primo intellectu concipiuntur, ut dicit Avicenna in principio suæ
Metaphysicæ, ideo ne ex eorum ignorantia errare contingat, ad horum
difficultatem aperiendam, dicendum est, quid nomine essentiæ et entis
significetur, et quomodo in diversis inveniatur, et quomodo se habeat ad
intentiones logicas, scilicet genus, speciem et differentiam. Quia vero ex
compositis simplicium cognitionem accipere debemus, et ex
posterioribus in priora devenire, ut a facilioribus incipientes convenientior
fiat disciplina, ideo ex significatione entis ad significationem essentiæ
procedendum est. »

4
ARISTÓTELES, Metaphysica, Libro V, Capítulo 7. “Con propiedad se llama ‘ser’ a todo lo
expresado según las categorías. Pero, además, el ser mismo y el es hacen referencia a lo
verdadero.”

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Las claves del sistema teórico de la gnoseología del Aquinate son las
nociones del ente en acto y ente en potencia, incorporadas de la teoría metafísica
Aristotélica y la creación.

Todo lo que esta en potencia tiende al acto, y lo que tiene mas acto tiene mas
perfección que lo que esta en potencia, y lo que esta en potencia es el limite o limita
a lo que en él hay en acto. Lo que esta en potencia se ordena a lo que esta en acto,
bien sea pasar a la existencia, o acto operativo como el obrar. Es decir, hay un orden
analógico jerárquico, de lo imperfecto que esta en potencia se puede pasar a lo
perfecto en acto.

A diferencia de Aristóteles que plantea la existencia de los entes desde siempre,


Tomás de Aquino plantea la existencia de los entes desde un punto de vista
creacionista, desde y cada uno a su modo desde su punto de vista propone su teoría
gnoseológica. No hay un libro único escrito por Tomás de Aquino que
específicamente se concentre en su teoría epistemológica, sin embargo su teoría
gnoseológica se halla dispersa en un lapso de cinco lustros en diversos textos de
géneros literarios medievales como Quodlibetales, Sumas, Disputas.

Es el objetivo primordial de este libro es extraer su teoría epistemológica de esos


textos, y analizar la estructura de los conceptos, y su orden en la generación, y
validación del conocimiento en Tomás de Aquino, y analizar la relación entre los
elementos de validación, justificando con referencias a los textos del Aquinate el
orden de los conceptos.

A medida que desmenucemos la estructura de conceptos del Aquinate:

pág. 7
1.-Se estudiará la posible relación entre las nociones de ser, bien,
verdad, esencia, existencia, los trascendentales, cuando se construye el
conocimiento.

2.-Se aclarará o comentará los instrumentos de la razón Tomista.

3.-Se utilizará los mapas mentales para aclarar la relación entre


conceptos, en cuanto sea posible.

4.-Se expresará por medio de la Lógica5 Prosicional de primer Orden, o


la Lógica de Cuantificadores las relaciones halladas entre conceptos.

5.-Se intentará desarrollar un sentido crítico, en cuanto posible en quien


lea esta investigación, criticando su teoría o contrastándola brevemente
con otra teoría.

6.-Se desarrollará esta investigación en un estilo pedagógico diáfano.

7.-Se Contrastará la gnoseología del Aquinate con la teoría del


conocimiento de contemporáneos, o tendencias epistémicas actuales.

5
Agustín de Hipona. De Trinitate, XV, c 10, n 19. Este lenguaje simbólico es mas preciso y
entendible por todos, es el nullius linguae, usado por las supercomputadoras actuales. Un
exhaustivo y magistral estudio sobre La búsqueda de la Lengua Perfecta lo hallara en el
texto de Umberto Eco, del mismo nombre.

pág. 8
8.-Se “Valorará el pensamiento de Tomas de Aquino”6, como un aporte
fundamental en las nuevas tendencias epistémicas de las nuevas
ciencias modernas.

Analizar los fundamentos de la construcción del conocimiento en Tomás De


Aquino examinando la relación entre los instrumentos de razón usados por el
mismo.

6
Este objetivo se coloco entre comillas por ser una propuesta de un filosofo amigo, pero me
pregunto ¿Cuáles son los conceptos para valorar una teoría epistemología con respecto a
otra?, ¿acaso la rapidez o facilidad para obtener conocimiento?, ¿acaso, la verificación por
medio del concepto de certeza del conocimiento obtenido?, ¿acaso, la pura razón de Kant es
la única fuente de verificación?, ¿acaso, la ética como concepto valorador del conocimiento?,
¿Cuál ética, la de Aquino o la teoría del superhombre de Nietzsche?, o es que debemos
utilizar el concepto de “mejor”, para decir que la ética de Hitler propuesta en “Mine Kampf” es
mejor porque permite liberarnos de razas impuras, y fundamenta una ética nacionalista del
espacio vital: Drang nach Osten que la población alemana acepto moralmente. O la ética que
vio en la población mundial el «peligro judío», y que avalo los hornos alemanes, ¿acaso no
fue esa misma ética “del superhombre cristiano”la que persiguió a los judíos en Europa por
los Católicos, o la Inquisición que los despedazo para quedarse con sus propiedades?, ¿No
conocía la Iglesia Católica los Avales Éticos de Tomas de Aquino en la Teología Católica
cuando permitió despedazar a los Indígenas en la recién descubierta América?

En estos tiempo modernos la ética actual es la “Ética del Olvido”, muchas naciones
entre si ahora amigas olvidan hechos porque les convienen, como: El Rapto de la Ciudad de
Nanking en 1937 por los japoneses, ¡que atrocidad no hicieron!, sembraron el infierno sobre
la tierra torturaron a 396.600 personas, 80.000 niñas y mujeres violadas, descuartizadas,
quemadas, algo peor que Hiroshima; o El genocidio de la población armenia ejecutado por
los turcos en 1915-1917, en la cual hicieron desaparecer de 1.500.000 a 2.000.000 millones
de personas, o los 20.000.0000 millones de personas desaparecidos por Stalin, o los
2.000.000 ejecutados por Pol Not en Camboya. Ninguna nación se queja, ninguna Iglesia
Cristiana, Judía, o musulmana los recuerda. ¿Cuál es la ética de estas Iglesias? Respuesta:
la ética del olvido. TODO ESTO LO HICIERON LOS JAPONESES avalados en la filosofia de
la divina persona del Emperador Hiroito, superior a todos los seres humanos, que dimanaba
en la superioridad de la raza japonesa. Lo mismo que Hitler apoyaba la destrucción de la
razas inferiores a la raza aria, avalandose en la teoria del superhombre de Nietzsche.

En resumen, Quiero que el lector critique cada una de las palabras, notará, la enorme
cantidad de conocimiento que se desprende de esa critica. El concepto más básico
considerado para valorar una ética, o teoría del conocimiento es el vocablo “mejor”, y de él
se han desprendido infinidad de masacres. Quien piense que la filosfia es amor a la
sabiduria esta sumamente equivocado. La filosofia dignifica al ser humano o lo destruye
según como aplique los conceptos.

Cuando alguien dice “YO SOY MEJOR QUE TU” se coloca el primer escalón para
una guerra.

Vease: http://es.wikipedia.org/wiki/Genocidio_armenio,

pág. 9
Básicamente, el problema es desentrañar las relaciones entre los
instrumentos de la razón utilizados por el Aquinate para construir el
conocimiento.

La Europa Contemporánea de Tomás de Aquino

MAPA 2

http://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Nank%C3%ADn

pág. 10
PENSAMIENTO DE TOM罶 DE AQUINO

AQUINO CREA UNA SINTESIS UNICA


Del Intelectualismo Aristot
閘ico, una s韓tesis de
Averroes, Agust韓 plat髇
ico, Plotino

Basada en
Construye un Ideas Divinas

Realismo de
Donde
Esencias
SISTEMA TEOL覩ICO,

Dios es principio y fin,


Donde
Se hacen Demostraciones
Conviven
Filos骹icas,
Fe y
razón Art韈ulos de Fe

Orden moral basado en la raz髇


Ley eterna y natural

Subordinando el Estado a la Iglesia

MAPA 3

Tomás de Aquino construye el conocimiento asignándole la verdad al


conocimiento deducido, de esta manera discierne el conocimiento verdadero
del falso y del aparente; dicho conocimiento está inmerso en una naturaleza
real, para esta construcción utiliza como instrumentos de la razón a los
denominados primeros principios lógicos para evitar las contradicciones, la
verdad epistemológica que descubre la relación entre la realidad con el

pág. 11
entendimiento, el entendimiento agente; la verdad ontológica que define a la
realidad como universal diferente de lo singular, pero también utiliza los
conceptos medievales de analogía y participación, y una lógica modal
desarrollada por el Estagirita y adaptada por Tomás de Aquino para
relacionar lo posible, lo contingente, lo necesario y la existencia. Se
examinarán los instrumentos de la razón y su relación de estos instrumentos
unos con los otros utilizados por Tomas de Aquino para la deducción del
conocimiento. Tomás de Aquino, presente en la cumbre de la escolástica, es
uno de los escolásticos en los cuales se inicia la insurgencia de la razón,
posteriormente el franciscano William Ockham escindiría razón y teología.
Estudiar la lógica deductiva tomista es relativamente fácil porque esta
expuesta metódicamente en el pináculo de sus textos escritos La Suma
Teológica, la cual es la síntesis de su Opera Omnia.

Se considerarán como palabras clave de este libro: Primeros


Principios, Conocimiento, Verdad, Intencionalidad, Entendimiento
Agente, Abstracción.

La Ruta de los documentos de Aristóteles llegados a Tomás de Aquino

pág. 12
MAPA 4

pág. 13
MARCO TEÒRICO.

El marco teórico o fronteras de la investigación se mantendrá entre las bandas


CONCEPTUALES indicadas por el siguiente mapa.

EL ENTE

EL
LOS REALISMO
PRIMERO
S
CONSTRUCCION
TOMISTA

PRINCIPI DEL
OS CONOCIMIENTO
Según
LA EL
TOMÁS DE
ENTENDIMIEN
INTELIGIBILID AQUINO TO
LA VERDAD
AD AGENTE
TOMISTA

MAPA 5

La Crítica de la Construcción del Conocimiento en Tomás de Aquino


se realiza dentro de su concepción del concepto de ente, dentro de su
concepción de la verdad o teoría de la correspondencia medieval, aplicando

pág. 14
los primeros principios, a la realidad, y la penetración del entendimiento
agente para entender inteligiblemente.

Esta crítica significa analizar por medios de comentarios como se genera


el conocimiento según Tomas de Aquino, y posteriormente deslucidar por
medio de una critica los detalles de esta generación.

Tomás de Aquino sostiene la necesidad de aplicar los primeros principios,


que regulan toda realidad y razonamiento lógico; todos los principios están
fundamentados en el principio de no-contradicción.

Tomás de Aquino inicia de la siguiente manera la fundamentación de su


discurso lógico, aplicado a conceptos ontológicos:

“Por eso, el primer principio indemostrable es que no se puede afirmar y


negar una misma cosa, principio que se fundamenta en la noción de
ente y no ente, y sobre el cual se fundamentan todos los demás
principios”7

Lo primero que capta el intelecto humano es el ente porque algo es


cognoscible en cuanto es acto, “por eso el ente es el objeto propio del
intelecto y por tanto el primer inteligible.” 8, porque “El ente es la noción
absolutamente primera del conocimiento”9.

Como ejemplo de la investigación podemos criticar el párrafo anterior


como:
1.- Lo primero que capta nuestro intelecto humano es el ente
porque algo es cognoscible en cuanto es acto.

7
Tomás de Aquino, Suma Teológica, I-II, Q.94, a. 2 c.
8
Tomas de Aquino, Suma Teológica, I, Q.5, a 2, c.
9
Tomas de Aquino, Suma Teológica, I-II, Q.94, a 2, c.

pág. 15
2.- es un principio indemostrable la imposibilidad de la
simultaneidad del ente y no ente sii fundamenta todos los demás
principios.
3.- lo primero que capta el entendimiento humano es el ente.

Comentario: ¿Cómo lo capta?, ¿porque lo capta, como es posible?, ¿es


verdadero el ente?, ¿Qué es un principio indemostrable?, ¿Porque necesita
ser indemostrable?, ¿acaso no debe intervenir el intelecto agente para esta
inteligibilidad? Tomás de Aquino hace las aseveraciones que aparecen en su
Suma Teológica y a las cuales hago referencia, pero no responde a las
preguntas que me estoy haciendo.

Si masticamos fino la cita número 8 entonces captamos que con una


idea ontológica como es el ente entonces se obtiene un principio lógico como
es la no contradicción del ente en si mismo, además este principio genera
todos los demás principios.

Se estudiarán los instrumentos de la razón tomistas restringidos y


mencionados en sus obras principales: La Suma Teológica, Suma Contra
Gentiles, y las Questiones Disputadas en su Opúsculo De Veritate; alguna
que otra vez se hará referencia a algún comentarista o filosofo con la intención
de revelar la intención significante de los conceptos tomistas, bien por
analogía o herencia conceptual con otras ideas, o tal vez una concepción
contemporánea o moderna de algún pensamiento del Aquinate.

No se pretende hacer en ningún caso análisis de las ideas del filósofo


referenciado, si no constrastar las ideas.

CAPITULO II

pág. 16
EL CONOCIMIENTO

El hombre se ha planteado el problema critico a través de todos los


tiempos: ¿qué es el conocimiento?, y ¿qué es el conocimiento humano?,
entonces se inmagina la pregunta ¿dependerá la adquisición del conocimiento
de la estructura o esencia del ser, bien sea ser humano, espiritual-angelical, o
divino-Dios?, esta pregunta se la planteó Tomás de Aquino.

Muy bien pudiésemos responder que piensa el Aquinate sobre estas


preguntas, pero nos ha parecido pedagógicamente mejor, desde ahora,
comparar su pensamiento con otros pensadores de tal manera que destaquen
sus conceptos, y con más razón el de Aquino. Este capítulo del conocimiento
puede obviarlo el lector y pasar al siguiente capitulo.

En la filosófia surgen disciplinas, como la Gnoseología,


Epistemología, Psicología racional, Teoría del Conocimiento . Estas
disciplinas se han enfrentado a las preguntas anteriormente propuestas. Las
preguntas precedentes nos enfrentan a la inquisición de las facultades
humanas que posibilitan este conocimiento. En ellas se han generado
conceptos como: Psique, Logos, Nóus, Intelecto, Razón, Mente,
Entendimiento, Luz, Alma, Espíritu; en estos conceptos se tantea
sintetizar la facultad humana general que hace posible el conocimiento.
La epistemología (Del griego ἐπιστήμη (episteme), "conocimiento", y λόγος
(logos), "teoría", es la Rama de la filosofia cuyo objeto de estudio es el
conocimiento científico. En consecuencia, la epistemología a partir de su
etimología la podemos definir como el estudio o la teoría del

pág. 17
conocimiento cierto. La ciencia (ἐπιστήμη) es UN juicio verdadero
acompañado de razón (λόγος) Platón. Teeteto, 202, b-c

A Grosso modo, el término epistemología, puede equipararse pues


con gnoseología (La gnoseología (del griego γνωσις, gnosis, "conocimiento"
o "facultad de conocer", y λόγος, logos, "razonamiento" o "discurso"), teoría
del conocimiento, crítica del conocimiento.

La epistemología desarrollada por filosofos antiguos presocraticos,


orientales, chinos, indues de una manera en muchos casos indiferenciada
de temáticas psicológicas, lógicas y ontológicas, teologicas.

La Ontología se pregunta ¿Qué es eso, que existe? ¿Cuál es la realidad


última o causa de las cosas existentes? estas preguntas han sido
tradicionalmente el problema critico del "ser y los entes".

La Lógica enfrenta la cognición, que se puede llamar como


"pensamiento racional" o sencillamente "razonamiento", lo que interesa de
una manera estricta, son las reglas del razonamiento, es decir las formas
validas de la inferencia. Pero no se debe confundir razon con
racionalidad, la racionalidad de la edad media occidental permitia
sumergir a una declarada bruja en agua hasta ahogarse, entonces
no era declarada bruja, pero si no se ahogaba era cremada en una
estaca por bruja, esa racionalidad manipulaba y era un elemento de
la razon. Infinidad de este modelo de razonamientos ocurrieron
durante la inquisición. Recuerdese que durante la conquista del
nuevo continente los conquistadores cometieron todo tipo de
atrocidades porque la racionalidad les decia que los nativos
indigenas no poseian alma y eran animales, y como tal podian ser
tratados. La razon de Hitler incorporó la racionalidad de la teoria del
superhombre que le permitio crear mas de 600 campos de
concentración desde 1933 para torturar, experimentar y cremar a sus

pág. 18
enemigos. La razon del pueblo japones incorporó la racionalidad de
la divinidad del emperador para creerse una nacion seleccionada, de
tal manera que su ejército practicó las carnicerias más atroces en
Nanking, que la humanidad conoce. La esclavitud era parte de la
razon Romana durante milenios, nada objetable, era parte de su
racionalidad. La democracia, la libertad forman parte de nuestra
racionalidad, y en nombre de ellas nuestra razon puede justificar
cualquier tipo de atrocidad, igual que el socialismo comunista de la
ex -union sovietica justificaba sus desmanes contra la población.

El problema de la Epistemología no es ni el Pensamiento, ni el Ser,


ni el Razonamiento, sino el Conocimiento. La pregunta fundamental es
¿Cómo es posible el conocimiento?, y ¿Cuál es las facultad que lo hace
posible? Si la principal pregunta de la epistemología es: ¿Cómo es
posible el conocimiento?, esto implica que partimos del supuesto que es
posible algún tipo de conocimiento, y por tanto ¿cómo? y ¿por quiénes es
posible?

Sobre la segunda, la respuesta es: conocer de manera intelectiva o


racional solo es propio del hombre.

Sobre la primera pregunta, ¿cómo es posible el conocimiento? muchos


filósofos presocraticos, chinos, indues desde la antigüedad han discernido
durante treinta siglos al menos, y en eso continuamos.

Las teorías del conocimiento se restringen estrictamente a la Edad


Moderna, pero el problema del conocimiento ha estado presente desde la
antigüedad. Podemos mencionar al presocratico Parménides de Elea (s. VI. a.
C.), que enfrenta a la realidad existente fuera del individuo pensaste, y
determina que todo lo que existe es el SER, y que el No-ser no puede existir y ni
siquiera puede ser pensado. El No-ser o la Nada, nada es, por lo tanto de la

pág. 19
Nada, nada puede emerger. Tanto tanto el individuo solo podrá pensar el Ser,
llegando a afirmar: "el pensar y el ser son una y la misma cosa"(Parménides,
III, 1). Parménides coincide con Aquino en que la realidad esta fuera del
individuo. Ahora bien el que de la nada pueda salir nada, digamos es
cuestionable para el creacionismo del Aquinate.

Doxa (δόξα) es una palabra griega traducida por 'opinión'. Fue un


concepto utilizado por Parménides, al distinguir la «vía de la verdad» de la
«vía de la opinión», y más tarde por Platón. Según Platón la doxa' se trata de
un conocimiento fenoménico y, en consecuencia, según él, engañoso. La doxa
comprendería dos grados: eikasia (εἰκασία) y pistis (πίστις), es decir,
imaginación y fe o creencia. Platón contrapone la doxa a la episteme; a veces
esta última se traduce como conocimiento científico pero, según Platón, la
episteme solo tiene desarrollo en el mundo de las ideas (conocimiento
intelectual) y no el mundo sensible (conocimiento sensible).

Platón divide el Cosmos en dos, uno que es el cosmos sensible, el


mundo de la doxa, de la opinión, de la ignorancia, propio de los sentidos, y
el otro, el cosmos inteligible o mundo de las ideas, o de la episteme, separado
del mundo sensible y en él se encuentran todas las ideas perfectas como la de
la Belleza, el Bien, la Verdad, la idea de Hombre, de Árbol, de las cuales las
cosas existentes en el mundo sensible, no son más que meras imitaciones o
copias. Al ser humano sólo le es posible alcanzar el mundo de las ideas por
medio del intelecto. El conocimiento para Platon es el cosmos sensible, y por otra
parte el mundo de las ideas.

En Aristóteles el hombre es un animal con logos (razón-hablante), de


común con los animales la percepción sensible, pero se diferencia en la
asimilación que tenga percepción, pues el conocimiento humano no podrá
reducirse a un proceso perceptivo. Es así que la percepción sensible para
Aristóteles, es recogida por la memoria y de esta surge la “empeiría”
(experiencia), que en el sentido propio de la utilización aristotélica, es privativa

pág. 20
del hombre10 .A partir de la experiencia perfeccionada poco a poco, nace
propiamente la técnica o arte, que es un grado de conocimiento de más alto
nivel, dado que la experiencia se aboca a juicios individuales, mientras que
el arte pronuncia juicios universales. Por encima del arte mismo, está el
conocimiento inmutable o “sofía”, o sea la sabiduría o lo que es
equivalente la ciencia (en sentido aristotélico). La sabiduría es
conocimiento universal o ciencia universal de las causas y principios últimos.

Aristóteles distingue dos niveles del conocimiento: el sensitivo y el


intelectivo. El conocimiento sensitivo o propio de los sentidos, es la base de
la cual parte todo conocimiento y tiene como característica fundamental su
particularidad. Para Aristóteles (que se le puede clasificar como realista, puesto
que acepta que las cosas reales existen con sus características esenciales,
independientemente del intelecto humano) el conocimiento sensitivo es
verdadero pues los sentidos no nos engañan, pero el siglo XX, principalmente
las teorias corroboradas de Albert Einstein nos han demostrado que los sentidos
nos pueden falsear la realidad, el mundo subatomico de Paul Dirac y su teoria
cuantica nos muestran una realidad maravillosa que desmiente al mundo tal
como lo imaginabamos. La Ciencia requiere ser un conocimiento inmutable y
estable, por ello solo puede llegar a constituir ciencia, la ciencia de Newton
permanecio inmutable por tres siglos hasta la llegada de Einstein, el
conocimiento intelectivo, que es capaz de producir conceptos universales con
las características de inmutabilidad, estabilidad y necesidad. Con esto
Aristóteles se enfrenta a Platón, pues para el primero, no existirán dos cosmos
ontológicamente diferentes, sino que existirá solo uno, su diferencia sera
lógica, no ontológica. El hombre tiene un apetito sensitivo y un apetito
intelectivo. Todo apetecer implica necesariamente un movimiento hacia algo,
pues los apetitos carecen de algo que necesitan y van en busca de ese algo, en
el mismo sentido usa Aquino la palabra apetito. Sobre ello dirá Aristóteles:
"Todo apetito es en vista de algún fin", dado que el fin es lo que mueve y

10
Aristóteles, Segundos Analíticos, II, 19.5

pág. 21
determina la acción. Además añadirá: "Lo apetecible es el principio del
movimiento. Pero hay una diferencia entre el apetito sensitivo y el intelectivo.
En el sensitivo lo apetecible mueve inmediatamente. Mientras que el
intelectivo, la voluntad está bajo influjo del entendimiento, que juzga en virtud
del sentido del tiempo. El entendimiento, manda resistir en vista del futuro, y
el apetito sólo en virtud del presente

El ser aristotélico

Aristóteles se antepone a Parménides al señalar que no existe un solo ser,


sino que existen pluralidad de seres, y cada uno viene a ser una sustancia
con características individuales y concretas. El Ser no es más que un
concepto abstracto del intelecto. Aristóteles enfrenta al concepto unívoco de
Ser de Parménides, su concepto analógico: "El ente y el uno se
dicen de muchas maneras"(Aristóteles, Física I, 3). Esto es la analogía entis o
analogía de los seres. Hay tres nociones aristotélicas que hemos
mencionado y son importantes de retomar: la analogía de los seres, la
de abstracción y la de concepto. Aristóteles se pregunta que es el ser y
cómo es que conocemos el ser, a la vez que busca explicarse como es que
tenemos conceptos universales propios de la ciencia. Para Aristóteles, la
abstracción consiste en una refinacion progresiva desde lo que es
propiamente material y mutable, hasta lo que es propiamente inmaterial y
estable, correspondiendo esto último a los conceptos universales que han
sido aprehendidos por el intelecto.

El punto de partida de la abstracción será para Aristóteles sin lugar a


dudas la experiencia sensible. El conocimiento intelectual recibe las formas
inteligibles abstrayéndolas de las formas sensiblesen las cuales están
presentes.(Aristóteles,Sobre el Alma, III,7). Pero este proceso de abstracción
es descrito por Aquino por medio de su teoria del intelecto agente con más

pág. 22
detalle. Pero, el proceso de la abstracción o de separación parte de los
sentidos y continúa en la imaginación y termina alcanzando su
universalidad únicamente en el intelecto11. En este parrafo no varía el sentido de
lo dicho si sustituimos la palabra Aristoteles por Aquino. Veamos entonces,

El punto de partida de la abstracción será para Aquino sin lugar a dudas la


experiencia sensible. Por ello dirá que el conocimiento intelectual recibe las
formas inteligibles abstrayéndolas de las formas sensibles en las
cuales están presentes. Pero, el proceso de la abstracción o de
separación parte de los sentidos continua en la imaginación y termina
alcanzando su universalidad únicamente en el intelecto. En este parrafo no
varia el sentido de lo dicho si sustituimos la palabra Aristoteles por Aquino. La
palabra imaginacion sugiere el uso del concepto de fantasma en la teoria del
intelecto agente que desarrollara Aquino.

Para Aristóteles la ciencia necesita estar formada de conceptos


universales. Estos solo son posibles mediante la abstracción, como un
proceso que establece una colaboración entre los sentidos, la imaginación y
finalmente el intelecto. El concepto universal, surge a partir de una multiplicidad
de experiencias que son reducidas a una sola noción, se da así el universal, que
no es otra cosa que la pluralidad que ha sido reducida a la unidad. Para
Aristóteles, el concepto es lo que define a la sustancia o esencia necesaria
de una cosa, o sea, define aquello por lo cual todo ser no puede ser diferente de
lo que es.

Generar un concepto universal require:

La Unificación: reduciendo la pluralidad a la unidad.

La Fijación: reduciendo lo mutable a lo inmutable.

11
Aristóteles,Ibid.,II,1.
pág. 23
La Desmaterialización : se prescinde de la material.

TOMÁS DE AQUINO

EN la Edad Media es cuando el pensamiento del estagirita es rescatado por


filósofos musulmanes como Alfarabí, Avicena, Averroes y filósofos cristianos
como Alberto Magno y Tomás de Aquino.

Tomás de Aquino (1225-1274) es el máximo exponente de la filosofía


aristotélica en la escolástica. El aquinate retoma la filosofía peripatética
(aristotélica) utilizandola como fuente de explicación racional de las verdades
de la fe cristiana. Creando un sistema filosófico llamado: aristotélico-tomista.

El aquinate acepta a Aristóteles respecto de la concepción del


conocimiento, dado que el conocimiento natural del hombre es obtenido en
dependencia de la experiencia que ha sido dada por los sentidos. Tomás de
Aquino considera que el conocimiento no es solamente sensitivo, sino
intelectivo también. Cada uno tendrá su propio campo de acción, sus propios
fines y sus propias características. En el conocimiento intelectivo se prescinde de
todas las determinaciones individuantes y accidentales, hasta de la misma
existencia, centrándose tan solo en lo inmutable y permanente, es decir su
esencia12.

Para Tomás de Aquino se dan distintos grados de conocimiento en el


intelecto y distintos grados de cognoscibilidad en las cosas existentes. Estos
grados responden también a distintos grados de inmaterialidad. Esto quiere
decir que entre mayor sea el alejamiento de la materia se tendrá un mayor
acto, y esto dará al intelecto mayor inteligencia y a la cosa mayor
12
Tomás de Aquino, Suma Teológica. I.q.84.a 6c

pág. 24
inteligibilidad. Por ello, es que para Tomás de Aquino, Dios que es acto puro,
absolutamente inmaterial, es también el máximo inteligente y el Máximo
inteligible13.
Tomás de Aquino se enfrenta a la contraposición entre un sujeto
cognoscente y un objeto cognoscible. Distingue las cosas sensibles,
existentes en sí, en acto (in rerum natura) y por otra parte distingue las cosas
tal como están en nuestro intelecto, en su representación abstracta y
conceptual, o sea los universales. El Aquinate para poder explicar como se
da el tránsito de uno a otro estado, acude a la teoría de la abstracción
aristotélica.

La abstracción aristotélico-tomista .

Tomás de Aquino reduce lo que es el conocimiento intelectual a la


operación de la abstracción, la cual viene a ser el abstraer de la materia
individual y de esta manera poner en evidencia lo universal que hay en lo
particular, la especie propia de lo inteligible de lo que son las imágenes de lo
particular. Por todo ello, la Abstracción no falsifica la realidad, sino que hace
posible la consideración separada de la forma y con ello el conocimiento
intelectual humano14

El concepto universal tomista

Sobre los conceptos universales el Aquinate dice: "Ya que todo conocimiento
es perfecto en medida que existe semejanza entre el que conoce y lo conocido,
sucede que en tal sentido hay una semejanza de la cosa sensible con
referencia a sus accidentes, pero en el entendimiento hay la semejanza de
la cosa entendida en cuanto a su esencia" 15

13
Tomás de Aquino, Suma Teológica ,I,q12a.3;I q.14 q.2

14
Tomás de Aquino, S.Th, I.q.85.a.I.

pág. 25
El concepto penetra en el interior de la cosa recoge16 la esencia o la
sustancia de ella, ya que no existe nada más que esta sustancia abstracta de
la cosa misma.

El conocimiento verdadero

Dentro de una teoría del conocimiento, es imprescindible distinguir


el conocimiento verdadero, del conocimiento aparente y del falso. Y el
problema es ¿cómo saber ésto? Aquí es donde nos enfrentamos propiamente
al problema de la verdad, que ha sido uno de los más importantes problemas en
la historia de la filosofía.

El problema de la Verdad se puede ver desde tres niveles:


a) La Verdad lógica, o de no contradicción, que tiene que ver con los
razonamientos válidos.

b) La Verdad epistemológica, que se descubre en la relación entre el intelecto


y la realidad.
c) La Verdad ontológica, que es la determinación de la realidad en sí como algo
distinto de la apariencia.

Solucion aristotélica- tomista sobre la verdad.

Dentro del aspecto epistemológico de la verdad, se encuentra la


teoría de la correspondencia planteada por Aristóteles y revivida por Tomás
de Aquino.

Para Asistóteles, la realidad no es ni verdadera ni falsa, sino son.


Asimismo, las palabras no son ni verdaderas ni falsas, para que haya verdad

15
Tomás de Aquino. Suma contra gentiles, IV.II.
16
Tomás de Aquino,Ibid,IV,11

pág. 26
tienen que emitirse los juicios, o sea aseveraciones entre las relaciones de
las cosas. Es decir, lo que puede ser verdadero o falso es lo que
afirmamos de las cosas y los hechos. De igual manera Tomás de Aquino
dirá que lo verdadero se encuentra principalmente en la inteligencia y
secundariamente en las cosas, pero hay una noción de verdad como
ecuación entre las cosas y el intelecto que conviene a todas las
especies de verdad17

La posición aristotélica-tomista sobre el conocimiento verdadero,


puede sintetizarse con la definición que se ha hecho clásica, y ésta es:
"veritas est adaequatio rei et intelectus" 18, la verdad es la adecuación entre
la cosa y el intelecto, y que se le conoce en epistemología como teoría de la
correspondencia.

La doctrina de Tomás Aquino19 sobre la analogía, y sobre el sentido de


la analogía misma como la vía de la síntesis que estructura el conocimiento,
enunciado con algunas aclaraciones que reflejan su sentido, aquellos “pre-
conocidos” a todo planteamiento que busque la fundamentación de la
referencia del hombre a la verdad del ente, la tarea que podemos llamar
“fundamentación de la Metafísica” u “Ontología fundamental”. Pasamos a
enunciarlos.

1.- Que existe el conocimiento es, por sí, evidente. Todos los
escepticismos, relativismos, o criticismos que pretendan concluir que “el
conocimiento no es conocimiento” se caracterizan por la inconsistencia,
sobre la que reflexionaba así San Agustín: “Todo el que se conoce como
dubitante20 entiende lo que es la verdad y está cierto de lo que la verdad

17
Tomás de Aquino, S.Th, I,q.16.1

18
Tomás de Aquino, S.Th, I q.16.I, 1,2

19
Cfr,Textos de Francisco Canals Vidal.

pág. 27
sea”21. “Pues, si duda, vive y se acuerda de aquello de donde le viene la
duda; si duda, entiende que duda; y, si duda, aspira a estar cierto; si duda,
piensa; si duda, sabe que no sabe; si duda, juzga que no debe asentir
temerariamente. Así, pues, todo el que está dudoso por algo no puede dudar
de todo aquello que, si no fuese, no podría nadie dudar de cosa alguna”22.
En el ejercicio de la duda no se da sólo la certeza de la propia existencia y
del acto de pensar, sino también de la naturaleza e interna aspiración
conoscente del pensamiento humano.

2.- “Conocer se dice de muchas maneras”. Es decir, el término


“conocimiento” tiene un significado analógico -anticipemos, según el tipo de
analogía que llamaremos “de proporcionalidad. Es conocimiento el que cada
uno tiene de sí mismo siempre que está actualmente pensando: un
conocimiento por el que no podría definir todavía la esencia de la mente, y
cuya enunciación no podría pretender al tipo de evidencia de una verdad
universal, de carácter esencial, natural, matemática o metafísica. Lo que sí
tiene es una certeza existencial de carácter inmediato e indudable.Conocer
es, también, saber que no puede ser verdadero que una cosa sea lo que es y
que no lo sea, es decir, aprehender el primer principio de no contradiccion,
que regirá todos los conocimientos objetivos.

3.- Entender es conocer algo en su esencia. Lo que distingue y


caracteriza el acto de conocimiento, que es la intelección, respecto de una
percepción sensible o de la misma conciencia existencial del sujeto humano

20
Conocerse como dubitante significa concluir que yo existo: dice Agustín de Hipona: "Quid
si falleris? Si enim fallor, sum. Nan qui non est, utique nec falli potest, ac per hoc sum, si
fallor", que significa, "¿Y si te engañas? Si me engaño, soy. Quien no existe no puede
engañarse, por eso, soy, si me engaño" La comparación arroja que cambia la forma pero no
el contenido, el "Cogito, sum" es en contenido totalmente análogo al "Si enim fallor, sum",
afirman ambos el "yo". En este aspecto Aguistín de Hipona es predecesor epistemologico de
Descartes.
21
Agustin de Hipona. De vera religione, cap. 39

22
Agustin de Hipona.De Trinitate, X, 10, 14

pág. 28
cognoscente es que sólo podemos decir que entendemos si conocemos lo
que aprehendemos en nuestro acto de conocer en su esencia y, por tanto,
si, en la inmanencia de nuestra actividad cognoscente, concebimos lo que
conocemos, formándonos de ello un concepto esencial por el que podamos
afirmar, de lo que mencionamos como sujeto de una enunciación, un
predicado que diga lo que es la cosa o la realidad de que se trata. Porque
afirmamos esto como un pre-cognita, hemos de subrayar que ha podido
quedar él mismo ignorado o desfigurado siempre que no se ha asentido
también el anteriormente enunciado: el significado múltiple, analógico, del
término “conocer”. El confundir unívocamente todo tipo de conocimiento lo
mismo puede llevar a sacrificar al inmediatismo de la percepción sensible
todo conocimiento por conceptos, que a atribuir la realidad por antonomasia
al contenido objetivo inteligible de lo que concebimos, heredando del
platonismo la postulación de una interpretación del conocimiento que
excluye de la realidad verdadera todo lo singular existente, para movernos
en un “ideal-realismo”, en que el mundo ideal nos obliga a reconocer el
sinsentido de lo fáctico y singular.

En realidad, los empirismos y los racionalismos se han generado,


históricamente, por este univocismo que, en distintas direcciones, ha
visto todo conocimiento en la línea de la visión de las cosas presentes
ante esta mirada. Ya sea que a las cosas concretas se sacrifique la
realidad de las esencias o que, por el contrario, a la “evidencia”,
interpretada como intuitiva de los objetos entendidos, se la confunda con
la visión y percepción de lo dado.

El no discernimiento del acto de entender como conocimiento de


contenido esencial haría imposible todo raciocinio científico y toda
definición de lo conocido. No podríamos distinguir lo necesario de lo
contingente, lo esencial de lo anecdótico y circunstancial, lo meramente
fáctico de lo esencialmente coherente. Nada sabríamos, por tanto, acerca
de las cosas y ningún contenido sensiblemente percibido lo podríamos

pág. 29
nombrar con palabras, cuya intención significativa versase sobre su
esencia.

4.- Qué es el conocimiento en cuanto conocimiento. Que el


conocimiento existe, que llamamos conocimiento a actos muy diversos,
es decir, que decimos de muchas maneras “conocer”, y que sólo decimos
que entendemos cuando conocemos de las cosas lo que son, son, en
verdad, puntos de partida pre-conocidos de toda actividad pensante, de
toda búsqueda discursiva, del tipo de conocimiento científico o filosófico.
De tal manera son puntos de partida que han de reconocerse como
verdades evidentes para todos, per se nota omnibus.

Se hace necesario incluir aquí, entre estos pre-cognita, una afirmación


que reiteraron Aristóteles y Santo Tomás, así como la práctica totalidad
de los grandes comentaristas de Aristóteles, pero que, en la modernidad
filosófica, ya en la “escolástica moderna”, se había oscurecido. Me refiero
a la afirmación de que conocer es un acto del sujeto cognoscente, por el
que este se trasciende a sí mismo, en su entidad singular y subjetiva,
para hacerse uno con lo que conoce, de modo que “el senciente en acto
es lo sentido en acto”, “el que entiende en acto, es lo entendido en acto”.
“El alma cognoscente en cuanto tal se hace todas las cosas que conoce,
de modo que el destino e imprimación del alma cognoscente es la
descripción, en sí misma, de todo el universo de la realidad y de sus
causas”.

En realidad, esto se ha dado en la historia del pensamiento occidental y


el “extraño resultado” del redescubrimiento kantiano de la
trascendentalidad del sujeto se explica porque no pudo interpretar la
actividad pensante humana como propio desenvolvimiento del ser
espiritual, del hombre individual y personal. Hay que reconquistar, para
reencontrar los fundamentos de nuestro conocimiento del ente en cuanto

pág. 30
ente, las capitales afirmaciones de la tradición aristotélica: sentir y
entender son, en cuanto tales, un cierto ser del cognoscente.

Por lo mismo, el entender en cuanto tal se caracteriza como una


“infinitud” por la que es el hombre capaz de sentirse a sí mismo finito,
subjetivo y limitado en su entidad y en su conocimiento. Si el hombre no
se trascendiese al entender, y el entender en cuanto tal no tuviese el
carácter de perfección propia del acto en cuanto tal, no podría ser el
hombre consciente de sus límites. Desde la comprensión de que el
entender es cierto ser, es decir, acto y perfección, que no se limita por sí
mismo, sino por la potencia en que es recibido y por el que es
participado, no sería el hombre consciente de su finitud. Al ser
conscientes de nuestra finitud, se patentiza la esencia de nuestro ser
consciente como apertura infinita al universo de los entes y, en definitiva,
“capaz de Dios”.

5.- Es el hombre quien conoce.

La persona humana viva, siempre en acto de pensar se percibe como


existente. Entiende, incluso, hemos de decir, que no le sería posible el
pensamiento ni el conocimiento a ente alguno al que no perteneciese,
por su propia constitución ontológica, la actitud para ser consciente de
sí mismo existente y para percibir sus actos conscientes como
pertenecientes a sí mismo como existente.

El conocimiento se origina en los entes reales, patentizado siempre en la


conciencia del hombre en su ser, que acompaña, radical y
constitutivamente, toda su actividad pensante, porque el hombre es
consciente de la necesidad del punto de partida en los entes percibidos
sensiblemente para alcanzar a pensarlos en su ser y en su esencia.

Pero esta afirmación del origen del conocimiento humano a partir de la


percepción de las cosas sensibles -que de tal manera es necesaria para

pág. 31
nuestra actividad intelectual que Tomás de Aquino recuerda que la
esencia de una cosa material, que es el primer objeto de nuestra
observacion, no puede ser entendida completa y verdaderamente si no
es considerada como existente en lo particular, lo cual es coherente el
que nuestra facultad sensible sea por él calificada como “perteneciente
a nuestra alma intelectiva, a la que pertenecen necesariamente tales
facultades, por las que puede percibir las cosas sensibles- no podría
conducirnos legítimamente a un naturalismo o a un realismo
materialista. Para Tomás de Aquino, la mente humana no juzga de la
verdad por algo que esté fuera de sí misma, sino por aquella “luz”23 que
es el entendimiento agente24, exclusivamente de naturaleza
gnoseológica, por el que la mente humana forma en sí las semejanzas
de las cosas.

6.- El conocimiento humano se expresa en “la palabra del hombre”.


Toda actividad cognoscitiva en torno a la verdad de lo que es -o en torno
a la norma imperativa de la acción humana, o a la elección (que es
condición radical de los actos humanos libres calificables moralmente) y
a la ordenación de las sociedades humanas hacia los fines a que tienden,
o a la eficiencia técnica y artística y a los contenidos de la cultura en su
desarrollo histórico- serían inexistentes e imposibles si no los
pudiésemos hallar “dichos” en lo que San Agustín llamaba “la palabra del
hombre, que precede a todos los signos por la que es significada y que
se genera de la ciencia que permanece en el alma, ciencia que es dicha

Tenemos, pues, afirmados en el ente los diversos géneros, o categorías,


o predicamentos, según los modos constitutivamente necesarios de
enunciar, de decir, que las cosas son. Por esto, toda confusión que
niegue la pertenencia del lenguaje mental a la naturaleza del

23
Tomas de Aquino. S.Th, I, Q.67, a.1

24
Tomás de Aquino. S. T.Th, I, Q.79, a.3.

pág. 32
conocimiento y, por lo mismo, destituya de su fundamento el
establecimiento de las categorías del ente real, al desconocer la aptitud
constitutiva del sujeto intelectual para juzgar de la realidad según que es
“hablando mentalmente” de la realidad misma, destruye de raíz la
posibilidad de toda sistematización coherente y verdadera de nuestros
conocimientos.

7.- La doble orientación de la analogía en la síntesis de Santo Tomás

Los textos aristotélicos en los que no aparece el término “analogía”, sino


que hablan de una predicación en múltiples modos cuya característica es
que uno sólo de ellos es aquel en orden al cual se dicen de algo los
otros.el Aquinate llamó, con frecuencia, a esto “predicación según
proporción”, es decir, según respecto o referencia a algo uno. En la
historia de la escolástica, este tipo de analogía pasó a ser llamada
“analogía de atribución”.

Aristóteles empleó el término “analogía” al hablar de un modo de ser


dichas buenas las cosas buenas “según analogía”. Como vamos a ver,
este modo de predicación según analogía sería llamado, finalmente,
“según proporcionalidad” o “analogía de proporcionalidad” .

Para acercarnos al planteamiento del central problema que para la


comprensión de la síntesis doctrinal de Santo Tomás de Aquino surge del
contraste entre la analogía de atribución y la analogía de
proporcionalidad, se hace necesario atender a un texto clásico que es el
contenido en la Cuestiones disputadas De Veritate Qu. 2, artº 11, en que
se plantea Santo Tomás la pregunta de si la ciencia se dice de Dios y de
nosotros con significación equívoca:

“Hay que decir que el nombre de ciencia no se predica de la ciencia de


Dios y de la nuestra ni absolutamente por modo unívoco ni de un modo
puramente equívoco; sino según analogía. Lo cual no es otra cosa que

pág. 33
según proporción. Pues la conveniencia según proporción puede ser
dicha doblemente: y, según esto, se atiende a una doble comunidad de
analogía. Pues hay cierta conveniencia entre las cosas mismas entre las
que se da una mutua proporción por cuanto tienen una determinada
distancia u otro haberse mutuamente, así como el número binario la tiene
con la unidad por que es su doble. También la conveniencia se atiende a
veces entre dos cosas entre las que no se da una proporción mutua, sino
más bien la semejanza de dos proporciones mutuas, así como el número
senario conviene con el cuaternario, porque así como el senario es el
doble del ternario, así el cuaternario es el doble del binario.

La primera conveniencia es la de proporción; por lo que, según el modo


de la primera conveniencia, hallamos algo dicho analógicamente de dos
cosas, una de las cuales tiene algo respecto a la otra; como “ente” se
dice de la substancia y el accidente por la habitud que tienen la
substancia y el accidente.

A veces se dice algo dicho analógicamente según el segundo modo de


conveniencia; así como el nombre de visión se dice de la visión corporal
y de la intelectual. Por cuanto así como la visión está en el ojo, así el
entendimiento en la mente.

Así, pues, porque en las cosas que se dicen analógicamente de la


primera manera es necesario que se de una determinada habitud entre
las cosas a las que es algo común por analogía, es imposible que algo,
de este modo, sea dicho analógicamente de Dios y de la criatura; porque
ninguna criatura tiene tal habitud a Dios por la que pueda ser
determinada la perfección divina. Pero, en el otro modo de analogía, no
se atiende a ninguna determinada habitud entre aquellas cosas a las que
algo es común por analogía; y, por esto, según aquel modo, nada
prohíbe que un nombre se diga analógicamente de Dios y de la criatura.

pág. 34
Sin embargo, esto puede darse de dos maneras: a veces, aquel nombre
importa algo en su principal significación en lo que no puede atenderse
conveniencia entre Dios y la criatura, ni siquiera en el modo predicho;
esto es así en todo lo que se dice de Dios simbólicamente, como cuando
es llamado “león” o “sol”, o cosas de este tipo, porque en su definición
entra la materia, que no puede ser atribuida a Dios. Pero, a veces, el
nombre que se dice de Dios y de la criatura nada importa en su principal
significado -según lo cual no puede atenderse el predicho modo de
conveniencia entre la criatura y Dios- como son todos aquellos en cuya
definición no se incluye defecto, ni dependen de la materia según su ser,
como ocurre con “ente”, “bueno” y otros de este tipo”.

Estado de la cuestión y respuesta sobre la doble analogía

Podríamos esquematizar el estado de la cuestión, de la que se han


ocupado durante siglos los escolásticos de escuelas distintas con
posiciones opuestas, especialmente los tomistas y los suaristas, de esta
manera.

A partir del texto De Veritate Qu. 2, artº 11, y de la exposición del tema
en el magistral opúsculo De nominum analogia, del Cardenal Tomás de
Vio, Cayetano, en el tomismo predominó la tendencia a afirmar la
analogía de proporcionalidad como aquella que es adecuada para
significar, propia y formalmente, las diversas categorías y las
perfecciones en sus diversos grados y apta para afirmaciones de orden
metafísico que puedan alcanzar a Dios. En este contexto, se tendía
también, a veces, a subrayar que la analogía de atribución no significaba
formalmente, por modo intrínseco, los segundos analogados, sino sólo
“denominativa y extrínsecamente”.

Supuesto este contexto, y sin proponernos aquí el desarrollo histórico del


tema, ni siquiera un análisis detenido (que ha sido muchas veces
realizado en los distintos contextos de escuela), quiero plantearme, en
pág. 35
orden a la comprensión del auténtico pensamiento de Santo Tomás de
Aquino -lo que es el tema de toda la serie de aportaciones ofrecidas
aquí-, de responder a la siguiente pregunta:

¿Porqué, mientras que en las Cuestiones disputadas De Veritate no sólo


se ha puesto en el centro de atención la analogía de proporcionalidad,
sino que se ha negado que en la predicación “según proporción”, es
decir, en la atribución, puedan unos mismos términos ser dichos de Dios
y de las criaturas (porque esto implicaría pensar el ser divino como
determinable en su perfección desde nuestros conceptos humanos),
hallamos que en la Suma teológica y en la Suma contra gentes la
predicación analógica aludida es la atribución, como se ve por la alusión
al ejemplo aristotélico de lo sano, clásicamente utilizada por los
escolásticos para expresar la atribución?

Las dos Sumas son obras teológicas, no sólo la Suma teológica, sino
también la Suma contra gentes, por su intención y por la mayoría de sus
contenidos “apologética” y, por ello, con muchos desarrollos
“materialmente filosóficos”, pero insertados en la intención central de
defensa de la fe católica. Las Cuestiones disputadas De Veritate, y muy
concretamente la que nos ocupa ahora, son de intención y formalidad
filosófica metafísica.

Suponer, en un contexto metafísico, que la analogía de atribución es el


propio modo de hablar filosóficamente los hombres con términos aptos
para significar con ellos las realidades del universo diverso, múltiple y
finito, y la esencia y atributos de Dios, Creador del universo y causa
ejemplar de todas las perfecciones participadas por sus criaturas, podría
llevar a dar por presupuesto que Dios es también, no sólo el primer
analogado, sino también lo primeramente conocido en la línea del
conocimiento ontológico, y que no se accede al conocimiento de las
realidades que están al alcance de nuestro horizonte objetivo

pág. 36
entendiéndolas como entes, es decir, como “partícipes del ser”, sino
desde la previa comprensión conceptual del Creador como primer ente.

Esto no sería sostenible sino desde una posición “ontologista”, que


supusiese que Dios en cuanto tal es alcanzable como primer objeto y no
que sea necesario un “ascenso ontológico” para demostrar su existencia
y conocerlo, de algún modo, en su esencia y atributos a partir de las
criaturas y con los caminos de “remoción”, “analogía” y “eminencia” que
son exigidos, precisamente, desde el presupuesto de que Dios es
trascendente al universo creado y a nuestro horizonte objetivo intelectual.

En la Ciencia Sagrada, que se ocupa de Dios como de su propio “sujeto”


y considera a todas las criaturas en orden a Dios es legítimo y exigido,
partiendo de la fe, pensar, desde Dios, toda la entidad y bien de las
criaturas, que de Él participan. De aquí que la atribución, que Aristóteles
pensó sólo en la línea categorial, entre los accidentes predicamentales y
la substancia, sea instrumento apto para la consideración teocéntrica del
universo creado, reafirmando toda su entidad y bien y toda la
participación de los grados de la vida y del conocimiento desde Dios,
contemplado como el “primer analogado”.

Pero, si atendemos al horizonte formal metafísico a que accede la razón


humana al alcanzar a penetrar como ente en cuanto ente aquella misma
realidad a que se abren la conciencia y la experiencia humanas y que es
el objeto de una Filosofía de la Naturaleza, podemos reconocer que el
acceso a su consideración ontológica nos posibilita descubrir
perfecciones diversas y graduadas sólo unificables por la semejanza que
tienen las proporciones de sus diversos sujetos receptivos y a los actos
que las perfeccionan y determinan.

En el modo descrito en De Veritate, Qu. 2, artº 11, la propia ciencia


metafísica humana puede, por vía ascendente, ser llevada a afirmar que
el ser, el vivir y el entender no exigen por sí mismos en cuanto tales una
pág. 37
determinación limitante, sino que llevan a nuestro juicio metafísico a la
afirmación del acto perfecto e infinito del vivir eterno de que habló ya
Aristóteles, de la subsistente intelección de Sí mismo, de cuya infinidad
son partícipes y ejemplados todos los vivientes intelectuales que hemos
encontrado en nuestro universo, a que se abre nuestra conciencia.

Para sostener que la analogía de proporcionalidad es el camino en el que


se abre formalmente el horizonte metafísico humano, y por el que se
hace posible el ascenso racional a Dios, y también que, después de
afirmar a Dios -del que Cayetano dice, en su De nominum analogia (es
decir, hablando de la analogía de proporcionalidad), que “no hay nada
anterior a Dios y al primer analogado” “Deo et primo analogato nihil est
prius”- podemos ya, sin riesgo de “ontologismo” que quisiese postular a
Dios en Sí mismo como lo primeramente conocido por el hombre, realizar
el descenso metafísico y, desde luego, la consideración teológica
sobrenatural, partiendo de Dios y pensando las criaturas en dependencia
y participación respecto del Ser divino.

En tal predicación analógica, se atiende a veces al mismo orden según


el nombre y según la cosa. Pero, otras veces, no es el mismo. Pues el
orden del nombre sigue al orden del conocimiento: pues es el signo del
concepto inteligible. Así, pues, lo que es primero en la realidad hallamos
que también lo es en ser conocido hallamos que lo mismo es lo primero,
según el significado de nombre y según la naturaleza de la cosa: así
como la substancia es anterior al accidente por naturaleza y, también en
el conocimiento por cuanto la substancia se pone en la definición del
accidente. Y así ente se dice primero de la substancia que del accidente,
según la naturaleza de la cosa y según el significado del nombre.

Pero cuando aquello que es primero según la naturaleza es posterior


según el conocimiento, entonces, en los análogos, no es el mismo el
orden según la realidad, según el concepto significado por el nombre.

pág. 38
Así, pues, porque a partir de las otras cosas llegamos al conocimiento de
Dios, las realidades significadas por los nombres dichos de Dios y de las
otras cosas, primeramente son en Dios según su modo, pero el concepto
significado por el nombre lo contiene posteriormente. Por eso decimos
que Dios es nombrado por los efectos por Él causados”.

LA EPISTEMOLOGIA DURANTE LA EDAD MODERNA

Aunque las interrogantes de la epistemología están presentes en toda la


tradición filosófica, es a partir del siglo XVII que esta disciplina
alcanza un alto grado de autonomía. Tenemos la corriente racionalista
iniciada por René Descartes que postula una teoría sobre el
conocimiento humano a partir de sus interrogantes acerca del
pensamiento matemático, de la posibilidad de conocimiento certero a
través de los sentidos, de las estructuras cerebrales relacionadas con el
conocimiento. El punto de partida del conocimiento para Descartes es la
propia mente humana, que tiene inclusive características ontológicamente
distintas a las del cuerpo humano.

Así, para Descartes el hombre está compuesto por dos


sustancias totalmente distintas, una mente racional y un cuerpo
mecánico. Esta diferenciación le planteó el grave problema de cómo
explicar la relación entre las dos sustancias.

Descartes a pesar de su desdeño por los datos de los sentidos,


llegó a plantear que las sensaciones visuales se transmitían, a
través de la retina y a lo largo de filamentos nerviosos, al cerebro, y
que las señales procedentes de ambos ojos se invertían en una única
imagen de la glándula pineal.

pág. 39
Es pues, que en esta glándula, Descartes llegó a sintetizar la
interacción de la mente con el cuerpo, en la cual se podía dar una
representación completa del mundo exterior. Aún así, Descartes
desechó la posibilidad de que el conocimiento sensible nos pudiera
llevar a un conocimiento certero, reduciendo este al conocimiento
racional, que a su vez parte de algunas verdades a priori, que la mente
trae desde el momento en que el hombre nace.

Por otra parte, en el mismo siglo XVII se desarrolla toda una


tradición empirista con John Locke, G. Berkeley, D. Hume que
esbozan una serie de soluciones al problema del conocimiento,
pero desde una óptica diametralmente opuesta a la del
racionalismo. Para los empiristas, el conocimiento verdadero debe
fundamentarse en los datos de los sentidos y la experiencia sensible es
la que irá "escribiendo" el conocimiento en el intelecto pues el hombre al
nacer es una "tabula rasa" y por ello todo conocimiento es a posteriori.

John Locke se enfrenta de manera frontal con el racionalismo y así en


su libro de 1690 "An Essay concerning Human Understanding", nos
declara que "Solo mediante la sensación" podemos tener conocimiento
de la existencia de cualquier otra cosa". Una idea en el intelecto,
no prueba la existencia de esta idea para Locke.

George Berkeley , se mantuvo dentro de la línea empirista


que sostiene la percepción como la fuente del conocimiento, pero
lollevó a su situación extrema al determinar que la existencia material
no podía tener independencia de esta percepción, por lo que llegó a
afirmar que "ser es ser percibido". Esto es lo que se ha dado en llamar
como solipsismo.

David Hume se enfrentó también de una manera radical

pág. 40
al racionalismo cartesiano, rechazando la creencia del carácter
central de una mente. Para Hume la mente es cognoscible solo en el
sentido que es cognoscible la materia, es decir, por medio de la
percepción sensible. Por ello para Hume, la mente no es más que
una especie de título abstracto pero que no hace referencia a un
"existente en sí" en particular. La mente más bien es una especie
de "escenario teatral" en el cual las percepciones hacen su aparición
de manera sucesiva, por lo que este tipo de apariciones en un
escenario se pueden entender a partir de Hume
como "Representaciones.

A partir de la obra de Inmanuel Kant , en particular de su


monumental escrito "Crítica de la Razón Pura" de 1791, la
filosofía centrará su quehacer en torno a la Epistemología.

Kant está influido por una parte del racionalismo y por otra parte
del empirismo, aun cuando ambos planteaban enfoques epistemológicos
diferentes. Así, Kant intenta dilucidar la naturaleza del conocimiento
humano, que debe incorporar el elemento racional tanto como el
elemento sensible. Es por ello, que se plantea la interrogante si es posible
que exista un conocimiento con características de necesidad y de
universalidad a la vez que incorpore aquellos elementos de la
percepción por los cuales llega a determinar la existencia de los objetos
exteriores.

Kant influido por el racionalismo, postula un yo trascendental, el


cual tendrá una serie de categorías a priori , pero que a su vez será
una especie de instrumento, que modela y coordina las sensaciones y
las ideas, transformando el caos de percepciones de la experiencia, en
una unidad ordenada de conocimiento. Pero también por influencia del
empirismo, Kant postula que este yo trascendental no podrá conocer la
existencia si no es a través de la percepción sensible, pues la existencia

pág. 41
no es un predicado que se aplique a un objeto, sino que es el objeto
mismo.

En síntesis, Kant postula que el entendimiento humano no puede


conocer la realidad última, la cosas en sí, que denomina como
“noumeno ”, sino que sólo podrá conocer lo que percibe a través de
las sensaciones qué conforman el “fenómeno” ; entendiéndose
este como “aquello que aparece”, y que es percibido por el sujeto
cognoscente. Lo cognoscible es pues el fenómeno, no la realidad última
de las cosas, pues esta resulta incognoscible. Es por eso que se
puede hablar del fenómeno del conocimiento humano.

Kant crea todo un aparato explicativo acerca de lo que pueden


llamarse como "representaciones mentales", acudiendo a propiedades
inmanentes como las de espacio y el tiempo y a una serie de categorías a
priori del Entendimiento humano. Pero va más allá, e intenta explicar
inclusive cómo es posible el conocimiento científico, de la
aritmética, la geometría, la física newtoniana, la lógica tradicional. Para
esto acuden los conceptos de lo sintético y lo analítico, lo a
priori y lo a posteriori . Así, el conocimiento científico debe
tener un carácter de síntesis entre la realidad y el entendimiento y a
la vez una característica de universalidad propia de sus leyes y que no
parten de ninguna experiencia. Por ello Kant determinará que el
conocimiento científico es "sintético a priori".

La obra de Kant, representa un hito en la epistemología y a


través de sus “Críticas”(Crítica de la Razón Pura, Crítica de la Razón
Práctica, Crítica del Jucio) hace que la filosofía pierda su ingenuidad. Es a
partir de la obra de Kant que se genera toda la Filosofía contemporánea,
y por consecuencia toda la Epistemología contemporánea; la que
presupondrá en Buena parte, muchas de las postulaciones kantianas;
diversificándose en distintas líneas de pensamiento, cada una con su

pág. 42
propia interpretación de la obra de este filosofo alemán.

LA EPISTEMOLOGÍA CONTEMPORANEA

En el recién pasado siglo XX se gestaron diversas corrientes


epistemológicas, las cuales giraron principalmente en torno al problema
del conocimiento científico. Así se pueden señalar, corrientes como el
empirio-criticismo alemán , el empirismo lógico y su
verificacionismo, Karl Popper y su falsacionismo (Popper,K.,
1958), la filosofía analítica de Oxford (J.L. Austin,G.Ryle), el
confutacionismo de del lógico norteamericano Q.V.O.
Quine, pero muy especialmente el aporte de Alan Turing, que dentro
de un modelo matemático de la computabilidad establece uno de los
aportes fundamentales a los límites y capacidades del conocimiento
humano.

Resulta particularmente interesante el resurgir de la controversia entre


empiristas y racionalistas en torno a las discusiones de la naturaleza del
lenguaje. Por una parte, una de las corrientes psicológicas de más peso
en la primera mitad de siglo fue el denominado: “Conductismo”, que es
sinónimo de Psicología experimental, pues sólo aceptará los resultados
de la experiencia sensible, por ello sólo será posible atenerse a
los datos observacionales de la conducta. Conceptos como: “mente”, no
son observables por lo tanto deben desecharse de la Psicología. El
máximo exponente de esta corriente fue F. Skinner, quien hizo una
serie de experimentos en animales y seres humanos,
determinando que es posible condicionar con métodos similares
distintas áreas de sus conductas, y estas paulatinamente se
convetirán en su patrones de conducta permanentes. A esto lo
denominó condicionamiento operante. Asimismo desarrolló
investigaciones sobre el área de Psicología del Lenguaje, a partir de

pág. 43
la cual determina que el lenguaje no es más que una conducta
verbal y que por lo tanto se aprende a través de múltiples repeticiones.

Contraponiéndose a la postura de Skinner en torno a


lenguaje, surgen las propuestas psicolingüísticas de Noan Chomsky
,que se replantea las relaciones entre lenguaje y cognición, entre
Lingüística y Psicología, considerando que la primera es parte de la
segunda. Chomsky partiendo de una postura racionalista y a- priorista
considera que las bases psicológicas del lenguaje en todos los seres
humanos son innatas, vienen preprogramadas con una Gramática
Universal, que determinará que un niño independientemente de la
cultura en la que se encuentre, en muy poco tiempo (dos años) se
encuentre manejando complejas reglas de una sintaxis generativo-
transformacional y de una fonología generativa, de altísima complejidad y
que son únicas de la especie humana.

Otro aporte fundament al fue la Epistemología


Genética de Jean Piaget, que explica el desarrollo de las distintas
etapas operativas de la inteligencia humana a través de distintas
edades; asimismo. Piaget convierte la Epistemología en una disciplina
experimental, construyendo innumerables situaciones experimentales
con niños de distintas edades, y a partir de los resultados construye toda
una teoría sobre el conocimiento y la cognición humana.
Recientemente se han dado grandes aportes al problema del
conocimiento por parte de la Neurociencia que busca una explicación
neurobiológica de la conciencia, a partir de estudios de fisiología del
cerebro, de neuropsicología y recientemente de Neurofilosofía(Smith
Churchland,P.,1986)

. EPISTEMOLOGIA CIBERNETICA

pág. 44
Recientemente el nuevo reto que se le plantea a esta disciplina
filosófica, está dada por los desarrollos de la Inteligencia Artificial, pues se
plantea la posibilidad que no solo haya inteligencia natural sino que se
pueda crear inteligencia de manera artificial.

Los orígenes de tales ideas se remontan a los estudios de la


cibernética, bautizada así por Norbert Wiener (Cybernetics, 1 948). El
método de Wiener y de algunos de sus colaboradores se adecuaba
perfectamente, o se podría decir más bien que partía de la comprobación y
experimentación del computador digital. Así, sí era posible concebir el
computador como una especie de procesador de información y como un
manipulador de símbolos, es posible concebir a los procesos humanos de
una manera relativamente similar. Este parangón entre los mecanismos
de control de un computador y de un ser humano, es el presupuesto
teórico del sueño de Wiener, y este era poder crear máquinas
que puedan y logren trascender las limitaciones de sus
diseñadores.(Rodríguez, Rodolfo J.,1994).

CONCLUSIÓN

A pesar de los cientos de años de preguntas, investigaciones y


respuestas en torno al fenómeno del conocimiento humano, la pregunta
critica de base de ¿cómo es posible el conocimiento humano? sigue
abierta y despierta las más enconadas discusiones sobre la
naturaleza del mismo. Psicólogos, lingüistas, neurólogos,
filósofos, computólogos y muchos otros especialistas en distintas
áreas buscan dar nuevas respuestas a esta presocratica interrogante
epistemológica. Para ello, conjugando todas estas disciplinas ha
surgido un nuevo campo de investigación que son las Ciencias
Cognoscitivas, en las mejores universidades del mundo, que mezcla

pág. 45
los estudios en fisiología del cerebro, psicología cognoscitiva,
inteligencia artificial, lingüística, lógica, filosofía de la mente y
antropología, para poder comprender más y mejor la mente humana
seguirse planteando la gran interrogante del conocimiento, que al parecer
permanecerá abierta en tanto el hombre sea hombre.
Algo es cierto las teorias sobre la posibilidad y la facultad del
conocimiento humano en relacion con Dios y el alma humana fue
analizado por la escolastica, y el culmen de ese analisis es Tomás de
Aquino.

EL REALISMO TOMISTA

La inteligencia del hombre es «tancuam tabula rasa im cuam nihil est


depictum», o mejor aún, «intellectum noster in sui primordio est sicut tabula
rasa, in cuam nihil es pictum…. Ideo principia sunt a nobis acquisita via sensus,
memoriae et experienciae. Et ergo sensus prima causa intellectus, ut nihil veniat
ad intellectum nisi transeat per sensum»25; o sea los sentidos proveen la
inteligencia del hombre con datos sensibles que provienen de la realidad del
mundo, tancuam tabula rasa, como una tabla limpia, quiere decir que estamos
en pura potencia respecto del conocimiento.

La razón de Tomás de Aquino persigue integrar la realidad del mundo y la


relación que tiene con sus causas por medio de un conjunto de principios lógicos-
metafísicos. El reconocimiento manifestado hacia la realidad y hacia la capacidad
cognitiva del entendimiento humano hace posible deducir juicios aplicables a la
actividad práctica humana y a otras realidades . Tomas de Aquino cita la relación
entre el dato de fe proporcionado por la fe y la realidad sobre la que trata:
“perceptio veritatis tendens in ipsam”.

25
Sentent ; dist. 28, q.1, art. 3, t.II, p. 360

pág. 46
Lo más importante en el Aquinate es que su consistente teología no demuestra los
principios para razonar sino que deduce los principios para razonar sobre la
realidad o los entes reales mismos para concluir verdades teológicas en los cuales
elimina la tesis de la doble verdad, de Averroes.

Aquellos que aceptan la existencia de un ser causa de la realidad tienen


un opción aceptar la tesis de Juan José Sangineti en la cual hay una racionalidad
en la realidad, además que en la realidad surge la racionalidad humana.

La tesis de Sangineti tiene mucha relación con el denominado principio


antrópico enunciado como: se suele enunciar como sigue:

“El mundo es necesariamente como es porque hay


seres humanos que se preguntan por qué es así”

El cual se relaciona con el Principio entrópico final enunciado así:

“El principio antrópico final (FAP) indica que "un modo de


procesamiento inteligente de la información debe llegar a
existir en el Universo y, una vez que aparece, nunca
desaparecerá"

Permítase colocar este tipo de investigación como un adelanto a los


aportes de este libro y tratar de relacionarlos con el Aquinate.

Para Tomás de Aquino el entendimiento humano está unido


sustancialmente a un cuerpo material dotado de instrumentos de conocimiento, o
los sentidos26.

26
“nihil est in intellectu quod non prius fuerit in sensu”, Tomás de Aquino, De veritate, q.2 a.3 arg 19.
Esta adagio aristotélico-tomista expresa que la conciencia carece de todo sentido sin la experiencia.

pág. 47
El conocimiento del universal, de la esencia, comenzará por la
experiencia sensible y no puede realizarse sin ella. El entendimiento realiza la
abstracción desde lo particular a lo esencial de cada objeto, al universal.
Distingue dos capacidades del entendimiento: el entendimiento agente que
abstrae de las representaciones particulares lo común para formar la “especie
inteligible” (el concepto universal) que expresa la esencia de los seres y el
entendimiento posible que ya puede trabajar a partir de estos conceptos
universales.

Aquino considerando a la realidad dice: “Toda obra de la naturaleza, en


una afirmación que supera el naturalismo, es la obra de una inteligencia”27,
aquí destaca un principio suprarrenal o principio de racionalidad en la realidad:

El orden y finalismo de la naturaleza es la «racionalidad», en sentido


analógico, del mundo físico. Se trata de un finalismo intrínseco en un
sentido, y extrínseco en otro, pues la armonía y unidad del mundo
responden a principios propios de los seres que actúan, pero no a un
principio universal inherente al universo como totalidad. El mundo es
uno no porque tenga una naturaleza —es una unidad de orden, no una
substancia—, sino porque los seres que lo componen actúan
naturalmente unos en relación a otros. «La naturaleza de las cosas
naturales —afirma TOMÁS DE AQUINO— es el principio operativo de
cada ente en lo que le compete en relación al orden del universo». El
mundo, en otras palabras, es un orden natural. Su carácter intrínseco y
espontáneo lo distingue del orden artificial instaurado por el hombre. «El
arte no parece diferir de la naturaleza sino en que la naturaleza es un
principio intrínseco, mientras que el arte es un principio extrínseco. Si la
técnica de construcción naval fuera intrínseca a los materiales con que
se construye un barco, éste se habría producido por naturaleza»28

27
Tomás de Aquino. De Veritate, q.3, a.1
28
Sanguineti, Juan José. La Naturaleza como principio de racionalidad. Citas de Tomás de Aquino.
De Ver., q. 3, a. 1.: In XII Metaph., lect. 12.

pág. 48
LA VERDAD TOMISTA

«Veritas est adaequatio intellectus et rei »29 : la verdad es la adecuación


entre la cosa y el entendimiento, este enunciado de Aquino, se denomina
teoría de la correspondencia para definir la verdad, si bien, pero la adecuación
entre la cosa y el entendimiento pueden originar diversas teorías. La pregunta,
mas obvia, que surge inmediatamente es: ¿el entendimiento de quien?,
¿acaso la verdad depende del entendimiento de alguien?, en tal caso
tenemos una verdad subjetiva, por lo tanto pareciera que el entendimiento en
todos los seres humanos es el mismo de tal manera que origine una única
verdad, creo que este es el razonamiento de Aquino cuando se apega a esta
definición proveniente de Avicena y de Agustín30. ¿A este entendimiento igual
y común lo concibe Aquino como entendimiento agente?, ¿Cómo actúa este
entendimiento para hacer el trabajo de adecuación?

Entre el entendimiento y la cosa existe un largo camino dicotómico si


adecuamos exactamente la cosa al entendimiento entonces el sentido de la
verdad pertenece a alguna corriente empirista, pero si trivializamos el sentido
de la verdad entonces podemos idealizar ese sentido.

¿Cómo resuelve Tomás de Aquino la anterior dicotomía problema?


29
Tomás de Aquino. Suma Teológica. I, q.16, a.3 c; De Veritate q.1
30
Tomás de Aquino. Suma Teológica. I, q.16, a.3 c; De Veritate q.1.

pág. 49
Es hora definir lo que es “evidente” y su uso para definir la relación con
la verdad, los primeros principios y el ser y el no ser, leamos en la Suma
Teológica un resumen:

Decimos que es evidente por sí aquello cuyo conocimiento nos es


connatural, como es el que tenemos de los primeros principios.

Se llama evidente lo que se comprende con sólo conocer sus términos,


cualidad que el Filósofo atribuye a los primeros principios de demostración; y
así, sabido lo que es todo y lo que es parte, en el acto se comprende que el
todo es mayor que cualquiera de sus partes.

Es evidente que existe la verdad, porque quien niegue su existencia


concede que existe, ya que, si la verdad no existiese, sería verdad que la
verdad no existe, y claro está que, si algo es verdadero, es preciso que exista
la verdad.

Nadie puede concebir lo opuesto a lo que es verdad evidente, como


enseña el Filósofo al tratar de los primeros principios de la demostración.

Una proposición puede ser evidente de dos maneras: en sí misma, pero no con
respecto a nosotros, o en sí misma y para nosotros. La causa de que una
proposición sea evidente es porque el predicado está incluido en el concepto
del sujeto; por ejemplo, “el hombre es animal”, pues “animal” entra en el
concepto de hombre. Si, pues, todos conociesen la naturaleza del sujeto y la
del predicado, esta proposición sería evidente para todos, como lo son los
primeros principios de las demostraciones, cuyos términos, ser y no ser, todo y
parte, y otros parecidos, son cosas tan sabidas que nadie las ignora31.

31
Cfr. Tomas de Aquino. Suma Teológica. I,q.2,a.1-3

pág. 50
Ahora debemos analizar la cita confrontada anterior desde cómo trabajo del
entendimiento agente, es necesario este análisis para hacer consistente la
Teoría del Conocimiento de Tomas de Aquino.

Comentario: El conocimiento es evidente si y solo si A es B y el predicado B


está incluido en el sujeto A, claro está que la expresión A es B es un juicio, por
tanto Aquino hace referencia a juicios verdaderos como participes de la verdad,
o juicios verdaderos.

EL ENTENDIMIENTO AGENTE

Sin el intelecto agente nada el hombre puede entender32, Comentario:


inmediatamente es evidente que hay un principio inmanente en el ser humano
anterior al principio del ser y no ser que nos hace participes para entender lo
verdadero. Con el intelecto agente se abstrae de lo sensible33.

32
Cfr. Tomás de Aquino. De Veritate q.1, a.1

Cfr. Tomas de Aquino. De Veritate q.8, a.3, “formam sensibilem, quae lumine intellectus
33

agentis est sensibilibus abstracta”

pág. 51
LA FUENTE DEL CONOCIMIENTO

PROVIENE DE
LA REALIDAD

CAUSA EN
EN LOS SENTIDOS
CUALIDADES SENSIBLES

ENTONCES EL SENTIDO COMUN


REUNE CUALIDADES EN UNA IMAGEN O FANTASMA

ENTONCES
EL ENTENDIMIENTO AGENTE DEPURA LAS IMAGENESDE SU MATERIALIDAD

OBTENIENDO CONCEPTOS UNIVERSALES. S.TH. I, Q.79, A.3

MAPA 6

LA INTELIGIBILIDAD

“Una forma es inteligible en acto por el hecho de ser inmaterial”34

Como lo inteligible hace referencia al ser humano, se puede definir lo


inteligible como aquello que es inmaterial.

El CONOCIMIENTO TEORICO Y EL PRÁCTICO

34
Tomás de Aquino. S.Th, I, q.79.Art. 3, c.

pág. 52
El significado de la Ciencia para el Aquinate es el conocimiento verdadero y
necesario por las causas, como de una axiomática apodíctica35. La ciencia Tomista
resulta como conclusión, demostraciones a partir, de primeros principios o
premisas36. El concepto de ciencia Tomista y Aristotélica coinciden, la ciencia
necesita un objeto estable a la razón por tanto la ciencia trata de lo necesario u
universal37. La ciencia es demostración por las causas, como deducción de las
premisas que presentan las causas de una realidad, estas causas demuestran la
esencia (demostración propter quia) o existencia (demostración quia) de la realidad38.

Tomás de Aquino trató y consideró el fenómeno del conocimiento como un


realismo critico con el fin de enfrentar en su tiempo la posibilidad de consideraciones
escépticas39.

El ejercicio de filosofía exige que el conocimiento justifique su origen por medio


de la razón. El conocimiento se debe fundamentar en algo previo, no puede
depender de otra instancia operativa humana. Sólo si el conocimiento se puede
fundamentar entonces será capaz de dar razón de otras operaciones humanas40.

35
Tomás de Aquino. In I Posteriorum Analiticorum, lect I.

36
Cfr. Aristóteles, Analytica Posteriora, lib, I, cap. 2

37
Tomás de Aquino. S. Th, I, q.86, a.3,c ; II-II, q.1, a.4.

38
. In II Posteriorum Analiticorum, lect.2, n.418.

39
Cfr. E. Gilson, Réalisme thomiste et critique de la connaisance, Vrim, París, 1947, p. 175

ss.

40
«La posizione del 'primato' dell'intelletto é richiesto per Tommaso d'Aquino da una duplice esigenza:
rendere reale, non solo possibile, un sapere unitario; daré fondamento necessario, non solo i potetico,
all'agire morale. Le due esigenze si snodano secondo una reciprocitá, che le coinvolge dialetticamente
» (CENACCHI, G., II primato delVintelletto in Tommaso d'Aquino en Teoría e Prassi. Atti del
Congresso Internazionale, Edizione Domenicane Italiane, Napoli 1979, vol. I, p. 169.

pág. 53
Afirma Tomás de Aquino

“El saber que se refiere a la consideración de la verdad, apenas tiene


importancia respecto de las virtudes morales”41

Nótese la escasa importancia que para Aquino tiene el saber teórico respecto
de las operaciones humanas, pero en la cita reconoce la primacía del
conocimiento, reconociendo la condición de posibilidad del conocimiento.

De esta forma Tomás de Aquino responde a la pregunta critica sobre si ¿es


posible conocer?, es decir se plantea el problema crítico, parecido al problema
crítico de la epistemología que muchos filósofos se plantaron, y aún se plantean.

Aquino respondió así, a las tres preguntas que se planteo Kant con cuatro
siglos de antelación, sobre los intereses de la razón en Kant.

1. ¿Qué puedo conocer? , Respuesta: Conocimiento teórico y practico.

2. ¿Qué debo hacer? , Respuesta: Una síntesis de la revelación cristiana y de


la filosofía Agustina, Platónica, Aristotélica, y Musulmana.

3. ¿Qué me cabe esperar? , Respuesta: Una síntesis-simbiosis entre el


conocimiento aportado por la fe y el conocimiento aportado por la razón.

De ahora en adelante se entenderá: la razón es una actividad u operación


humana que aplicando leyes lógicas sobre premisas verdaderas deduce o
demuestra validamente cualquier otro enunciado.
De ahora en adelante se entenderá: la fe como una creencia verdadera en un
enunciado, sin que halla sido deducido, argumentado o verificado.

41
Suma Teológica, II-II, q. 180, a. 2.

pág. 54
Se puede observar que ambas definiciones dependen en su definición del
término “verdadero”, es decir de la definición de verdad. Muy sutilmente la definición
de razón depende de la definición de “ley lógica”

En el siguiente párrafo definiremos el término operación u operatio, y el


término inmanente.
La epistemología de Tomás de Aquino reconoce dos clases de actividad, una
inmanente que consiste en la perfección del sujeto, a la que llama operatio, y otra
transeúnte que se caracteriza por la producción de algo ajeno al sujeto, la actio
propiamente dicha. Ambas intervienen en el conocimiento humano, pero con distinto
papel y valor. El conocer como tal es una operación inmanente, que consiste en que
el cognoscente se identifica a lo conocido42 se hace lo conocido, se lo asimila.
Es el segundo modelo indicado anteriormente. El conocer no es una elemental
recepción de algo dado, ni es una modificación de la cosa (res), sino que es un
perfeccionamiento inmanente al sujeto43, la máxima perfección que puede alcanzar el
hombre, por la cual se supera su limitada naturaleza, permitiendo al cognoscente
poseer intencionalmente la totalidad del universo44

La identificación significa que el conocer es un acto del sujeto, y por esto es


inmanente, pero además, y lo más importante, es un solo acto, el mismo que el de lo
conocido, por lo que el objeto es también inmanente al sujeto. El conocer es el acto
del cognoscente y de lo conocido, de manera que éste sólo es conocido en la medida
en que se hace un solo acto con el cognoscente.

42
Cognoscens in actu, est ipsum cognitum in actu». SANTO TOMÁS DE AQUINO, In de
Anima, II, 1. XII, n. 377. La identidad es esencial a todo conocimiento: «Omnis cognitio est
per unionem rei cognitae ad cognoscentem». In Sent, 1, 3, 1, 2, 30 et ad 3. «Intelligere est
enirn actus intelligentis iii ipso existens, non in aliud extrinsecum
43
«Intelligere est enim actus intelligentis et ipso existens, non in aliud extrinsecum transiens, sicut
calefacto transit in calefactum: non enim aliquid patitur intelligibile ex hoc quod intelligitur, sed
intelligens perficitur». Contra Gentes, 1, c. 45.

44
«Et secundum hunc modum possibile est ut in una re totius universi perfectio existat. Unde haec est
ultima perfectio ad quam anima potest pervenire, secundum philosophos, ut in ea describatur totus
ordo universi, et causarum eius». De Veritate, q. 2, a. 2.

pág. 55
Existen en el hombre pluralidad de facultades, y por tanto diversas
operaciones. Como las operaciones son actos, la relación entre operaciones no
puede ser hilemórfica. Un acto no puede ser pasivo respecto de otro, no puede ser
informado por otro. La relación hilemórfica es la relación de la materia con la forma,
de un acto con una potencia, no la de dos actos entre sí. La relación entre
operaciones no es hilemórfica, debe ser jerárquica, puesto que cada operación es un
acto y es fin en sí misma. Que cada operación sea fin en sí misma, no impide que se
pueda subordinar a otra45.
Unas operaciones son más perfectas que otras. El problema será discernir
sobre el criterio de perfección de una operación, y por tanto decidir cuál sea la
actividad primordial humana.
La relación de operaciones que permita el mayor desarrollo de la operatividad
humana no está asegurada a priori, sino que depende del mismo operar humano. La
óptima relación entre las operaciones humanas depende, en último término, de un
hábito.
La contemplación es un acto del entendimiento al que concurre la voluntad, no
sólo consecuentemente46, sino también antecedente y concomitantemente47.

Así «en la mutua inclusión del entendimiento que conoce lo bueno y la


voluntad que lo ama, se ejerce plenamente el acto por el que se define la nobleza
suprema del entendimiento».48
45
Cfr. In VI Ethic, lect. 4, n. 1167.

46
Cfr. In XII Metaph., lect. 11, n. 2103

47
Cfr. S. Th., MI, q. 3, a. 4; II-II, q. 180, a. 1.

48
CANALS VIDAL, F., Contemplación, activismo y dignidad personal en «Nuestro Tiempo» 46 (1976),
p. 446. Por su parte, M. D. PHILIPPE, ha escrito «le nous, au niveau théorétique, dans son ultime
développement 'théologique', devenant source de Vhabitus-sagesse et perfectionné par celui-ci,
devient capable de cette activité ultime de contemplation qui considere le Premier Aimable et qui,
comme tel, finalise l'homme. A ce moment, le nous, regardant a la fois le Premier Intelligible et le
Premier Aimable, n' est-il pas au déla de la distinction du théorétique et du pratique? Dans ce cas, la

pág. 56
Según el Aquinate la operación culminante en el conocimiento es la
contemplación. Porque en efecto, la contemplación es la operación más alta que el
hombre puede realizar porque es la actividad más inmanente de que el hombre es
capaz49.

Pero no sólo es la actividad más perfecta en sí misma50, sino también en


cuanto a su objeto. El objeto de la contemplación ha de ser Dios pues «la óptima
operación del hombre es la operación de la óptima potencia respecto del óptimo
objeto»51 y siendo el objeto del conocimiento la verdad, su óptimo objeto —el que le
perfecciona máximamente —ha de ser la Verdad Subsistente52.

El conocimiento humano parte, sin embargo, de la evidencia incontrovertible


de que la cosa conocida es diversa del cognoscente.
Esta evidencia le lleva a Tomás de Aquino a buscar la conciliación de la
inmanencia del objeto con la trascendencia de la cosa.
El problema teórico fundamental consiste en conciliar la esencia unitiva del
conocer con el hecho de la dualidad del conocimiento humano.
En el primer modelo indicado, el de la intuición, se parte, en cambio, de la
dualidad, puesto que la cosa conocida se presenta como algo trascendente al sujeto,
que se limita a contemplarla pasivamente. La relación cognoscitiva se da entre dos
miembros que se comunican entre sí como seres realmente distintos según las leyes

theoria est bien l'opération humaine la plus parfaite, impliquant toutes les perfections de la
connaissance théorétique et de l'action volontaire. Et le nous lui méme, perfectionné par l’ habitus de
sagesse, source de cette theoria, assume, dans son exercice ultime, les perfections propres de Tacte
volontaire dans ce qu'il a de plus pur (l'amour spirituel) au delá de l'intention» en «Theoria» et
«Praxis» dans la philosophie d'Aristote en Teoría e Prassi. Atti del Congresso Internationale, Edizione
Domenicane Italiane, Napoli 1979, vol. 1, p. 129)
49
Tomás de Aquino. S. Th., I-II, q. 3, a. 8.

50
Tomás de Aquino.S. Th., I, q.82, a. 3, «Simpliciter tamen intellectus est nobilior quam voluntas»
51
Tomás de Aquino. S. Th., I-II, q. 3, a. 5.

52
Tomás de Aquino. S. Th., I-II, q. 3, a. 7.

pág. 57
de la actividad transeúnte. No hay unidad por lo que no existe la necesidad de
conciliaría con la dualidad.
En el modelo tomista, por el contrario, se parte de la identidad de sujeto y
objeto, con la consecuencia de que es preciso explicar cómo es posible que éste
permanezca en la inmanencia del cognoscente. La forma representativa o semejanza
es la clave de la solución a la aparente aporía. Por ella se establece un orden
entitativo propio, el intencional, distinto del orden natural.

Una misma forma tiene dos modos de ser, el esse naturale de la cosa y el
esse intentionale del conocimiento53.

La forma de un ser se «duplica» mediante su representación en otro ser


natural cognoscente, adquiriendo entonces un nuevo modo de ser que es el
intencional. Con ello se esL ‘cen las diferencias y el elemento de unión entre el
campo del ser y el del conocer, pues la forma natural es el principio del ser y la forma
intencional o representación es el principio del conocer. La unión la da la forma. El
origen último es la idea, entendida al modo platónico como ejemplar o razón eterna,
idéntica a la esencia divina, que sirve de modelo para hacer las cosas a su
semejanza e imitación en virtud de que es forma54.

Hay una correlación perfecta entre el orden intencional y el orden natural. La


idea divina, intencional, es la forma ejemplar que es imitada por los seres creados;
pero a su vez la forma específica natural es imitada por la semejanza o forma
intencional de los seres cognoscentes55. Lo que significa que la forma del ser natural
53
«Sicut etiam et forma coloris in pariete habet esse naturale, in medio autem deferente habet esse
intentionale tantum». Summa Theologica, 1, q. 56, a2.

54
«Tertio modo dicitur forma alicuius illud ad quod aliquid formatur; et haec est forma exemplaris, ad
cuius similitudinem aliquid constituitur; et in hac signiticatione consuetum est nomen ideae accipi, ut
idem sit idea quod forma quam aliquid imitatur». De Veritate, q. 3, a. 1, 1
55
«Unde similitudo rei quaeimprimitur in sensum, et per quosdam gradus depurata, usque ad
intellectumi pertingit, est tantum similitudo formae. Sed similitudo rei quae est in intellectu divino, est
factiva rei; res autem, sive forte sive debile esse participet, hoc non habet nisi a Deo; et secundum hoc
similitudo omnis rei in Deo existit quod res illa a Deo esse participat: unde similitudo immaterialis quae

pág. 58
y la forma intencional que la representa tienen su origen en uniforma única, que es la
idea.

Es interesante en este punto llamar la atención acerca de que el Aquinate al


hablar de la idea divina la califica de factiva rei.
En Dios se da el conocimiento perfecto porque se identifica óntica, y no sólo
intencionalmente, con lo conocido56 Conoce todo lo creado en la esencia divina, en
las ideas, que son, a la vez, el modelo de la creación, por lo que las considera
«productoras » de las cosas. Dios conoce perfectamente las cosas creadas porque
las ha producido.

En un punto clave de la explicación del conocimiento humano incluye también


Santo Tomás otra actividad transeúnte. Cuando tiene que dar cuenta de la existencia
de las ideas universales en la mente acude al famoso intelecto agente, que cumple la
función de iluminar los contenidos proporcionados por los sentidos para dotarlos de
inteligibilidad, esto es, de universalidad e inmaterialidad. Lo concibe como una causa
eficiente que produce los inteligibles, utilizando de nuevo, y con insistencia, el verbo
facere. Del mismo modo que las cosas sensibles causan el contenido de la
percepción, el entendimiento agente lo hace inteligible, o, lo que es equivalente,
constituye el objeto del entendimiento. Ambas son acciones causales o transeúntes.
En la primera el sujeto es receptivo, en la segunda es factivum. El objeto está ya
preparado para ser conocido por el intelecto posible, que lo recibe pasivamente. Pero
el entender propiamente dicho no es activo, ni pasivo, sino una operación
inmanente57.

est in Deo, non solum est similitudo formae, sed materiaes>. De Veritate, q. 2, a. 5, D). Es muy
explícita la referenciaa la ideacomofr’rrnafactiva rerum en un texto en el que afirma que las
semejanzas en la mente angélica «sunt similes formis factivis, scilicet ideis in mentedivina
existentibus, quamvis ipsae non sint rerum factivae». De Veritate, q. 8, aMI, D).
56
8 «Esse naturale Dei et esse intelligibile unura et idem est, cura esse suum sit suum intelligere ».
Contra Gentes, 1, c. 47.
57
«Unde intelligens non se habet ut agens vel ut patiens, nisi per accidens; inquantum scilicet ad hoc
quod intelligibile uniatur intellectui, requiritur actio vel passio: actio quidem, secundum quod intellectus

pág. 59
Esa operación espontánea por la que el sujeto crea su propio inteligible es
moderna y próxima al idealismo.
En resumen, Tomás de Aquino da una sutil explicación del conocer en el que
dos causas, las cosas sensibles y el intelecto agente, producen (acción transeúnte)
el contenido y la forma inteligible, respectivamente, que son preparatorias para el
acto propiamente cognoscitivo, que es la identificación de sujeto y objeto, identidad
sólo posible mediante el ser intencional de la semejanza o representación.
Nicolás de Cusa es su respuesta a la crítica de la semejanza. Pero el Cusano,
como toda la tradición nominalista en la que se origina, basa su crítica en una
comprensión parcial e incompleta del concepto de semejanza tomista. La navaja
occamista por la que había que prescindir de todo lo no necesario eliminó de un
plumazo el mundo de lo intencional tan prodigiosamente elaborado por Tomás de
Aquino, que la filosofía fenomenológica contemporánea, por cierto, ha vuelto a
actualizar.
Si prescindimos de lo intencional, la conjetura cusana es la única salida
posible al problema de la exigida adecuación del sujeto y el objeto. No hay identidad
en el mundo, sino pura alteridad. La identidad en Dios es coincidencia de los
contrarios. En lo finito sólo se dan los contrarios en su diversidad. No cabe identidad
más que en lo infinito. El conocimiento no es identidad, sino aproximación, cálculo,
hipótesis. En lo finito no hay identidad, ni siquiera la intencional.
En este agnosticismo de las esencias, en el que sólo hay conjeturas, será más
perfecto el conocimiento que parta del modelo como causa de la cosa y no desde la
cosa hasta su hipótesis. Es el caso de la invención artística de utensilios, algo muy
parecido a lo que llamamos técnica.

agens facit species esse intelligibiles actu; passio autem, secundum quod intellectus possibilis recipit
species intelligibiles, et sensus species sensibiles. Sed hoc quod est intelligere, consequitur ad hanc
passionem vel actionem, sicut effectus ad causam». De Veritate, q. 8, a. 6.

pág. 60
PRINCIPALES CIUDADES con UNIVERSIDADES ESCOLASTICAS

MAPA 6

pág. 61
pág. 62
La Escolástica es un sistema de pensamiento eminentemente Aristotélico, que
se desarrolla a partir del siglo X y que tiene su cumbre en el siglo XIII, con un
proceso posterior de decadencia para adquirir en nuestro tiempo nuevas formas

pág. 63
NEOTOMISTAS. Uno de sus problemas fundamentales es la relación entre razón y
fe. Su método es lógico aristotélico y tiene su expresión más acabada en el
silogismo. Sus figuras más relevantes son San Bernardo, Juan Escoto, San Anselmo,
Pedro Abelardo, San Buenaventura y Albero Magno En el s. XII se expresa la
escolástica a través del uso del latín, la asimilación del pasado filosófico Helénico
redescubierto, Y la sumisión a la fe teológica.

Las circunstancias históricas que favorecen el apogeo escolástico son la


fundación de universidades como centros corporativos que se dedican a buscar la
verdad, la fundación de ordenes religiosas (Cluny, franciscanos y dominicos) y la
introducción de Aristóteles a través del contacto entre árabes cristianos.

El conocimiento de Aristóteles se produce a partir del avance de los árabes y


del contacto con ellos en España- A través del Norte de África, los árabe llevaron el
conjunto de la obra de Aristóteles a Europa occidental después de la conquista de la
ciudad de Alejandría (680 d.C). Los dos grandes filósofos árabes son Avicena ( 980 –
1037), que interpreta la doctrina aristotélica con un sentido panteísta, y Averroes
(1126 – 1198) que es su comentador, por lo que recibe precisamente ese nombre:
“El Comentador” .

INFLUENCIAS EN TOMAS DE AQUINO

pág. 64
La idea de participación

NEOPLATÓNICOS
AGUSTÍN DE La idea de “causalidad ejemplar”
HIPONA La idea de los “grados del ser y perfección”

La noción de contingencia del mundo


AVICENA
AVERROES La distinción entre esencia y existencia
MAIMÓNIDES
Segunda vía de la existencia de Dios

MAPA 7

pág. 65
AVERROES (Córdoba 1126 – Marruecos

1198)
El alma es mortal. Una parte del etendimiento agente es
Mantiene
eterna y común a todos los hombres
La materia prima es coeterna con Dios, sobre ella opera el
de
Entendimiento agente, el PMI o Última Inteligencia
Dios sólo conoce las Formas Universales, no los individuos
Aristóteles
Tipos Filósofos: grado más alto del conocimiento, se basa en la

demostración
de Teólogos: segundo grado de conocimiento. Sus argumentos,
Vulgo: grado más bajo, dado por la fe, opera con la imaginación y
probables, no necesarios
hombr los sentimientos.

es

Razón
Fe

pág. 66
pág. 67
FE Y RAZÓN EN TOMÁS DE AQUINO (2) (1225 – 1274).

CONTENIDOS DE LA RAZÓN Y DE LA FE

Contenidos exclusivos de la RAZÓ Contenidos exclusivos de


FE
Razón: verdades del mundo N la Fe: Artículos de Fe,

natural dogmas

Contenidos de los dos ámbitos: Preámbulos de la Fe. Existencia y Naturaleza de

Dios, Inmortalidad del Alma y origen del Universo.


No debe haber Dios es el autor del mundo natural

(Razón) y del sobrenatural (Fe).


contradicción: La revelación divina no nos puede
(Contra Averroístas)
engañar
El error será de la razón al elaborar los
Si hay contradicción será sólo
juicios
La razón deberá revisar sus
aparente,porque
argumentos
¿Por qué hay preámbulos de

Fe?
Hay verdades necesarias para la salvación; y deben ser
Circunstancialm
impuestas
La Fe, que por la Fe debido
es infalible, a que muchos
da verdades debidohombres carecen de
a la posibilidad
ente
tiempo
error deolapreparación
Razón. para conocerlas.
Pone de manifiesto dos fuentes de conocimiento: Razón-
Circunstancialm
Filosofía, Fe-Teología.
ente

pág. 68
Bibliografía Principal.

1. Suma Teológica de Tomás de Aquino.

2. Suma Contra Gentiles de Tomás de Aquino.

3. Questiones Disputadas De Veritate de Tomás De Aquino.

Bibliografía Complementaria.

1. INTRODUCCION A LA FILOSOFIA DE SANTO TOMAS DE AQUINO,


Mauricio Beuchot, UNAM, México 1992.

2. Ser y Participación, EUNSA, Ángel Luis González, Pamplona 1979.

3. Del Ente y de La Esencia, Tomás de Aquino, publicaciones UCV,


comentarios por Tomás Cayetano, traducción del latín por Juan David
García Bacca, Caracas, 1974.

4. La Verdad y la falsedad. Cuadernos de anuario filosófico 19, Dpto. de


Filosofía, de EUNSA, selección de textos, introducción y traducción de
Jesús Gracia López, 1999.

5. La Materia, de Avicena a la escuela Franciscana, Antonio Pérez Estévez,


Ediluz, Maracaibo, 1998.

pág. 69
6. Lógica Simbólica Elemental, Ángel Muñoz García, Ed. Miro, Maracaibo,
1980.

7. Sanguineti, Juan José. La Naturaleza como principio de racionalidad.

pág. 70
funcionamientoentendimiento
de (agente y
Nutrición y los sentidospaciente) y la voluntad
el externos, así como
(orientada al bien, la
crecimiento la imaginación yfelicidad
la y beatitud)
memoria

pág. 71

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