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Las Américas y el Mundo

Boletín Núm.8/11-enero-2011.

El equipo del proyecto Las Américas y el Mundo tiene el agrado de brindar-


les una nueva entrega en nuestra serie de boletines analíticos que exploran
las bases sociales de distintos temas internacionales en el hemisferio ameri-
cano, utilizando datos derivados del proyecto de opinión pública y política
exterior Las Américas y el Mundo. Para descargar ésta y otras notas analíti- Las Américas y el mundo
es el único estudio de
cas visite la sección de publicaciones en nuestra página: opinión pública sobre
http://lasamericasyelmundo.cide.edu política exterior realizado
en América Latina. Cada
dos años se levanta una
encuesta a una muestra
representativa de la po-
México y el libre comercio: Sacando un peso de diez centavos blación nacional mexicana
y a un grupo de líderes.

Por: Jesse Rogers El objetivo de este pro-


yecto es conocer, medir y
analizar las opiniones
generales de la población
Resumen y los líderes en América
Latina con respecto a
diversos asuntos .

Los mexicanos favorecen al libre comercio a pesar de la falta de creci- La información recabada
miento en términos laborales y salariales. Según resultados de la encues- por este estudio es públi-
ca, convirtiendo a Las
ta México, las Américas y el Mundo 2008, el 55% de los mexicanos se Américas y el Mundo en
han sentido beneficiados en su nivel de vida por el libre comercio, aún una herramienta que
asegura la transparenciay
cuando un número similar manifiesta pesimismo respecto a su futuro rendición de cuentas y
económico. Tal incertidumbre económica no parecería ir de la mano del fortalece la democracia de
la región
apoyo al libre comercio, particularmente en un país donde el crecimiento
económico ha dado magros resultados. En este artículo exploramos esta
aparente contradicción utilizando un modelo con base en la capacidad de Contáctenos:
consumo, revelando así la razón por la cual el libre comercio parece tener Proyecto ‘Las Américas y el
Mundo’ División de Estudios
tal atractivo, incluso frente a un desempeño por debajo del esperado. Internacionales
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México y el libre comercio: Sacando un peso de diez centavos

Jesse Rogers*

Los mexicanos favorecen al libre comercio a pesar de la falta de crecimiento en términos


laborales y salariales. Según resultados de la encuesta México, las Américas y el Mundo 20081,
el 55% de los mexicanos se han sentido beneficiados en su nivel de vida por el libre comercio,
aún cuando un número similar manifiesta pesimismo respecto a su futuro económico. Tal
incertidumbre económica no parecería ir de la mano del apoyo al libre comercio,
particularmente en un país donde el crecimiento económico ha dado magros resultados en
cuanto a la oferta de empleos y niveles salariales prometidos por la reforma comercial. Aun
así, la encuesta muestra un fuerte apoyo hacia el libre comercio incluso entre las personas de
menores ingresos y aquellos trabajadores que han sido más afectados por la apertura
comercial de México. Un apoyo tan generalizado sugiere que las actitudes hacia el libre
comercio no dependen por completo del balance de pérdidas y ganancias percibidas en
términos laborales y salariales. En cambio, la simpatía por el libre comercio podría estar
relacionada más con la mayor variedad de productos y servicios disponibles que ha acarreado
la apertura comercial. Es posible, entonces, que los mexicanos evalúen al libre comercio más
como consumidores que como actores en el mercado laboral.

Un fuerte apoyo al libre comercio sugiere que las preferencias individuales pueden ser
explicadas por lo que estudiosos del fenómeno, como Adam Baker, Susan Minushkin y
Matthew Kocher, como un modelo de “consumidores”. Estos autores plantean que los
individuos, en lugar de formar sus preferencias según los cambios que perciben en las
condiciones de empleo y salarios del mercado laboral, suelen evaluar los efectos del libre
comercio en términos de su consumo personal y no en su “situación como productores y
receptores de un salario”.2 De acuerdo con Baker, los individuos que viven en países
anteriormente protegidos del mercado global tienen “mayor probabilidad de juzgar la política
comercial según su impacto, altamente visible, sobre las opciones del consumidor y no sobre
el mercado laboral”.3

Al contrario del modelo de comercio exterior presentado por Hecksher-Ohlin4, el cual predice
que los individuos forman sus preferencias sobre la apertura comercial basándose en sus
ganancias y pérdidas, un modelo basado en el consumidor nos ayuda a explicar por qué el
apoyo hacia el libre comercio es alto incluso entre quienes ganan menos y quienes han sido
afectados de forma negativa por la apertura comercial. Según el modelo basado en el
consumidor, quienes ganan un salario bajo o intermedio son quienes reciben los mayores
*
Jesse Rogers es asistente de investigación de la División de Estudios Internacionales del
Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Es licenciado en Estudios
Latinoamericanos por la Universidad de Pennsylvania.

1
http://mexicoyelmundo.cide.edu
2
Baker, Adam. 2003. Why is Trade Reform So Popular in Latin America? A Consumption-Based
Theory of Trade Policy Preferences. World Politics 55 (3) 423-55.
3
Ibid
4
Hecksher, Eli F., y Bertil Ohlin, Hecksher-Ohlin Trade Theory, MIT Press, 1991.
beneficios del libre comercio, pues los bienes que probablemente enfrenten una mayor
competencia externa -alimentos, electrodomésticos, electrónica y servicios de comunicación
como telefonía celular, el internet o la televisión- conforman un alto porcentaje de sus gastos.
Como proponen Minushkin y Kocher, el apoyo al libre comercio debería alcanzar su nivel
máximo “a niveles de ingreso intermedios”, puesto que “las importaciones y bienes
importados competitivos conforman el mayor segmento del presupuesto doméstico de los
consumidores de ingresos medios”.5

Las medidas de ingresos utilizadas en la encuesta nos permiten poner a prueba este modelo,
pues es posible evaluar estas variables en términos de la capacidad de consumo de las
personas. Se les pidió a los entrevistados que evaluaran si su nivel de ingreso es suficiente
para cubrir sus gastos mensuales, con las siguientes opciones de respuesta: aquellos que
encuentran “grandes dificultades” para cubrir sus gastos, aquellos con “dificultades” para
hacerlo, aquellos cuyo ingreso les “alcanza” para cubrir sus gastos y quienes cuentan con un
ingreso que “les alcanza y pueden ahorrar”. Esta pregunta es una medida no solamente de
ingreso, sino de ingreso relativo a necesidades, lo cual hace que sea una medida adecuada de
la capacidad adquisitiva y de consumo. Por lo tanto, al cruzar esta medida con la pregunta
“¿Usted cree que el libre comercio ha sido bueno o malo para el nivel de vida de personas
como usted?” nos es posible evaluar el apoyo al libre comercio en términos de consumo.

Efectivamente, los resultados de la encuesta parecen cumplir las predicciones hechas por
Minushkin y Kocher. Como puede verse en la Gráfica 1, el apoyo al libre comercio entre las dos
categorías intermedias - aquellos que tienen “dificultades” y a quienes les “alcanza”- es
notablemente similar. Un 54% y 55% respectivamente consideran que el libre comercio les ha
beneficiado en cuanto a su nivel
de vida. Sin embargo, aunque el
apoyo al libre comercio en las
categorías intermedias es alto,
no es el grupo que más favorece
al libre comercio, pues los
mexicanos a quienes “les
alcanza y pueden ahorrar”
reportan en un 66% que el libre
comercio ha mejorado su nivel
de vida, frente a un 48% de
aquellos a los que no les alcanza
y tienen grandes dificultades.
Este resultado parece apoyar
un modelo de ganadores y
perdedores, en el cual el apoyo
por el libre comercio

5
Minushkin Susan y Matthew Adam Kocher. 2006. Trade and Investment Policy Preferences and
Public Opinion in Mexico. Documento de trabajo de la División de Estudios Internacionales
del CIDE.
incrementa junto con el ingreso.

Un modelo basado en ganadores y perdedores no logra, sin embargo, explicar por qué
aquellos que ganan menos siguen reportando significativamente que el libre comercio ha
mejorado su nivel de vida. A pesar de existir diferencias importantes entre los niveles más
altos y más bajos de ingreso, el apoyo al libre comercio es alto de manera consistente:
aquellos en el escalón más bajo consideran en 48% que el libre comercio los ha beneficiado,
frente a un 34% que considera lo opuesto (el 18% restante dijo no saber o no contestó la
pregunta). Dado que el crecimiento de ingresos ha sido lento durante las dos décadas de
mayor experiencia con el libre comercio en México, este apoyo por parte de aquellos con
menores capacidades de consumo probablemente refleja el impacto de la reducción de
precios y el acceso a bienes de mayor calidad.

Un modelo basado en el consumidor también nos explica por qué el apoyo al libre comercio se
muestra elevado, incluso entre los sectores que más han sido afectados por la apertura
comercial de México. Los empleados asalariados son al mismo tiempo los que más ingresos
tienen y los que más se sienten beneficiados por el libre comercio. Sin embargo, el apoyo al
libre comercio de los asalariados no es mucho mayor al apoyo visto en otros sectores
económicos, los cuales han crecido más lentamente o incluso registran pérdidas en términos
reales. De acuerdo con la
Gráfica 2, mientras que un
59% de los asalariados
consideran que se han
beneficiado por el libre
comercio, el 56% de los
obreros en manufactura y el
46% de los trabajadores
agrícolas consideran lo
mismo. Particularmente el
apoyo mostrado por el muy
golpeado sector agrícola, a
pesar de ser
significativamente más bajo
que en los otros dos
sectores, es superior a lo
esperado si consideramos
que el sector agrícola perdió
más de un millón de empleos entre 1994 y 2003.

La razón por la cual el apoyo al libre comercio en el sector agrícola es más bajo que en los
otros dos sectores también puede ser revelada al ampliar las conclusiones de un modelo
basado en el consumidor. Así, mientras que los trabajadores agrícolas mexicanos pueden
haber perdido algo debido a la apertura comercial, esto no los ha aislado totalmente de las
importaciones más baratas y de mayor calidad. El hecho que el 46% de ellos considere que se
han beneficiado a causa del libre comercio es evidencia del impacto positivo que tienen los
bienes de consumo sobre la percepción del bienestar. Sin embargo, los trabajadores del sector
agrícola se verían más aislados de los varios productos disponibles gracias al libre comercio -
electrónicos, internet, algunos bienes de importación- que los trabajadores en zonas urbanas
de los sectores manufacturero y de servicios, lo cual explica el porqué el apoyo al libre
comercio es menor al de estos últimos.

Quienes proponen un modelo basado en el consumidor también señalan su utilidad para


determinar las preferencias en cuanto a comercio y política exterior, siempre que la inversión
extranjera sea dirigida “al mercado doméstico y no a sectores de exportación,” como dicen
Minushkin y Kocher. De hecho, como se muestra al ver la pregunta “¿Debe el gobierno
permitir la inversión extranjera en Telecomunicaciones?”, una de los sectores con mayor
beneficio potencial en términos de precios y servicios, la mayoría del público en general está
en contra de la inversión extranjera, mientras que aquellos que consideran que el libre
comercio los ha beneficiado son mucho más abiertos a esta posibilidad, pues el 49% se
muestran a favor de permitir el libre comercio en el sector de telecomunicaciones frente a un
43% entre el público general.

De manera similar, una mayoría de mexicanos que sienten haber sido beneficiados por el libre
comercio consideran, 52% contra 44%, que la inversión extranjera debe ser permitida en
medios masivos. Sin embargo, el apoyo a la inversión extranjera en los sectores petrolero y de
producción energética es mucho menor, tanto entre el público en general como entre los que
se sienten beneficiados por el libre comercio. Estos últimos expresaron en un 65% su rechazo
a la inversión extranjera en petróleo, cercano al 70% del público general.

Los bajos niveles de apoyo a la inversión extranjera en los sectores petrolero y energético no
contradicen al modelo comercial basado en el consumidor. En primer lugar, las
telecomunicaciones y los medios - televisoras, revistas, periódicos, telefonía e internet- están
más vinculados con el consumo diario, mientras que el petróleo y la energía eléctrica no
forman parte de la canasta básica diaria de las personas. En segundo lugar, la oposición hacia
la inversión en el sector petrolero puede ser explicada por motivos de cultura política, dado
que el control estatal sobre el petróleo mexicano es considerado un símbolo histórico de la
soberanía nacional. Debido a que este sector permanece cerrado, es difícil predecir o evaluar
los posibles beneficios de una mayor apertura.

Aun cuando un modelo basado en el consumidor puede explicarnos el por qué existe tanto
apoyo al libre comercio en un ambiente de poco crecimiento económico, este también genera
nuevas interrogantes. ¿Es la creencia de que el libre comercio ha mejorado los niveles de vida
una percepción acertada, aún cuando los salarios llegan a caer más rápido que los precios? Si
la apertura le ha brindado una ganancia neta a México, ¿cómo se explica la fuerza de los
movimientos anti-globalizadores y la percepción pesimista sobre el futuro de la economía
mexicana cuando el 55% de los encuestados no esperan que su situación mejore el próximo
año? ¿Es posible que los activistas o grupos políticos tengan una mayor voz que el público en
general? ¿Podrían los líderes y activistas políticos tergiversar o manipular las preferencias del
público mexicano? Esta serie de preguntas serán analizadas en artículos futuros.

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