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Cada canción

es un remanso
del amor.

Cada lucero,
un remanso
del tiempo,
un nudo
del tiempo.

Y cada suspiro,
un remanso
del GRITO.

Poemas sueltos
Federico García Lorca
Juego. El día y Robert Browning

El chamariz en el chopo.
--¿Y qué más?
El chopo en el cielo azul.
--¿Y qué más?
El cielo azul en el agua.
--¿Y qué más?
El agua en la hojita nueva.
--¿Y qué más?
La hojita nueva en la rosa.
--¿Y qué más?
La rosa en mi corazón.
--¿Y qué más?
Mi corazón en el tuyo.

Juan Ramón Jiménez


La plaza tiene una torre

La plaza tiene una torre,

la torre tiene un balcón,

el balcón tiene una dama,

la dama una blanca flor.

Ha pasado un caballero

-¡quién sabe por qué pasó!-

y se ha llevado la plaza,

con su torre y su balcón,

con su balcón y su dama,

su dama y su blanca flor.

Cancionero apócrifo
Antonio Machado
MI CORZA
En Ávila, mis ojos...
SIGLO XV

Mi corza, buen amigo,


mi corza blanca.

Los lobos la mataron


al pie del agua.

Los lobos, buen amigo,


que huyeron por el río.

Los lobos la mataron


dentro del agua.

Rafael Alberti, 1924


PROCESO DE TRANSFORMACIÓN:

1. Selección de un poema con características musicales: anáforas,


paralelismos, rima, isosilabismo… cualquier repetición vale.
2. Aplicación de un ritmo a la lectura del poema marcando un compás.
3. Interpretación responsorial (solista-coro) y antifonal (grupo 1-grupo
2) del poema manteniendo siempre el ritmo propuesto.
4. División de la clase en grupos a los que se les asigna una palabra que
han de decir en el momento exacto de su aparición en la lectura
rítmica del poema.
5. Sustitución de la palabra por su sílaba tónica.
6. Sustitución de la sílaba tónica por una percusión corporal o por un
ruido bucal o por un gesto coreográfico.
7. Sustitución de la percusión corporal por un instrumento.
8. Sustitución del texto rítmico por un instrumento.

Este proceso suele dar lugar a obras musicales puntillistas, donde se


pulveriza la tradicional continuidad melódica y sobresale el timbre y el
ritmo, muy del gusto de algunas músicas cultas del S XX.

También se puede crear un acompañamiento basándonos en el mismo


poema:
1. Se escoge un verso (o varios de distinto número de pulsos para crear
polirritmia) para repetirlo constantemente a modo de ostinato. Sobre
ese ostinato vocal a cargo de un grupo se recita rítmicamente el
poema entero.
2. Se hace un canon a distintas distancias temporales (el segundo grupo
entra al cabo de dos pulsos, o tres o cuatro), con dos, tres o cuatro
grupos.
3. Se sustituye lo vocal por lo instrumental como se hizo en el primer
bloque.
4. Se pueden crear acompañamientos instrumentales sencillos con
escalas pentatónicas, con las doce notas cromáticas a la manera del
dodecafonismo, con esquemas renacentistas de bajo ostinato
(romanesca), con la cadencia andaluza…

Por último se puede convertir el poema en una coreografía o en un juego de


corro o de saltar a la comba.

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