Professional Documents
Culture Documents
1
2
Lic. Rodrigo Medina de la Cruz
Gobernador Constitucional del Estado de Nuevo León
3
4
Edición y Compilación
Lic. Rosa Carmen Romero Terrazas
Diseño
Mauro Machuca
Derechos Reservados
“100 años, 100 anécdotas” es propiedad de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado de Nuevo León. Ninguna parte de esta obra
puede ser reproducida o transmitida, mediante ningún sistema o método, electrónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito de
esta Secretaría.
5
6
Índice
Introducción
A nombre de los cronistas de Nuevo León,
Antonio Guerrero Aguilar, Presidente de la Asociación Estatal
de Cronistas Municipales de Nuevo León, “José P. Saldaña”
y Cronista de la Ciudad de Santa Catarina 13
I) La Revolución Mexicana 13
7
8
Mensaje
Ante esto la administración que encabezo, emprendió una tarea de organizar la gestión
gubernamental en torno a estrategias, objetivos y metas consistentes con las necesidades,
las aspiraciones y los intereses de los nuevoleoneses.
En el sector social se está trabajando en muchas acciones, una de ellas, fue el asumir el
compromiso de fortalecer los programas de apoyo a los adultos mayores, motivo por el
cual se incrementó la aportación que reciben, de 500 a 700 pesos mensuales.
Pero mi Gobierno, sabe bien que las personas de la tercera edad no sólo requieren cubrir
necesidades materiales, sino también aquellas que enriquezcan su ser a través de la cultura
y la convivencia sana.
Por eso aplaudo la publicación de esta obra, 100 años, 100 anécdotas, que es un ejemplo
de las acciones que dignifican y enaltecen a quienes han trabajado tantos años en la
construcción de Nuevo León.
9
10
Presentación
Para contribuir a dichos festejos, el Gobierno del Estado de Nuevo León, a través de la
Secretaría de Desarrollo Social y de la Coordinación Especial que se instituyó para tal
efecto, convocaron a las familias de Nuevo León a participar en el programa 100 años,
100 anécdotas, con el objetivo de ofrecer a personas centenarias un espacio para recordar,
reflexionar, narrar sus anécdotas y experiencias de vida sobre la Revolución Mexicana.
En dicha invitación cumplieron con las bases de la convocatoria 113 adultos que cumplían
100 años o más hasta el 20 de noviembre del año 2010, y a quienes se acordó en rendir un
sentido homenaje, a través de la publicación de un libro y un documental en video, con sus
experiencias y anécdotas de vida. A esta publicación sumamos el esfuerzo que realizó el H.
Congreso del Estado que invitó a la comunidad a inscibir a centenarios en una convocatoria
similar.
Las vivencias de estos centenarios reunió a equipos de grabación y a sus familias, quienes
escucharon testimonios que quizás nunca han sido leídos en algún libro, porque representan
el sentir personal de quien fue testigo de una época difícil para un país que estaba en
formación.
Una nación que ha aprendido, que no es a través de las armas o la violencia con la que
se construye un país con igualdad de oportunidades para todos sus habitantes, sino con
mayores conocimientos, cultura y educación.
Confío en que esta obra sea de utilidad para los investigadores y que a los lectores les
permita tener una opinión más amplia de la Revolución Mexicana.
11
Porfirio Díaz.
Venustiano Carranza.
Francisco I. Madero.
12
Introducción
I.- La Revolución Mexicana
En 1877 don Porfirio Díaz llegó por fin al primer cargo político de la nación, después de dos
fallidas revoluciones: la de la Noria en 1871 en contra de las reelecciones de Benito Juárez
y la de Tuxtepec el 21 de marzo de 1876 en contra de Lerdo de Tejada. En buena parte, Díaz
obtuvo lo que anhelaba gracias al apoyo de caciques y caudillos que mantenían el control
político en sus respectivos estados y regiones.
La Revolución Mexicana comprende muchas etapas que tienen una delimitación temporal
y que están focalizadas en acciones que se dieron preferentemente en Chihuahua, Coahuila,
Zacatecas, Durango, Guanajuato, Nuevo León, Tamaulipas, Ciudad de México, Veracruz y
Morelos. Aunque también ocurrieron eventos propios de la revolución en otras entidades,
no fueron tan continuos y recurrentes como los que se dieron en los lugares ya señalados.
Pronto este grupo rivalizó con otro, encabezado por don Lázaro Garza Ayala, héroe de la
Reforma y distinguido militar que estuvo a las órdenes de Ignacio Zaragoza. De esa manera,
entre 1870 y 1885, uno y otro grupo se sucedían en la gubernatura de Nuevo León. Y con
la intención porfiriana de pacificar al país a costa de lo que sea, hábilmente enfrentó a los
dos grupos para que se desgastaran y finalmente apoderarse del control de una región que
comenzaba su empuje industrial y comercial. Para ello puso al general Bernardo Reyes
como gobernador interino y comandante militar de Nuevo León entre 1885 y 1887. En el
lapso de 1887 y 1889 fue gobernador del estado don Lázaro Garza Ayala, mientras que don
Genaro Garza García se había confinado al ostracismo político en Villa de García.
13
Introducción
Se sabe que en esa época surgieron grupos rebeldes en el oriente de Nuevo León encabezados
por Mauricio Cruz y en el norte, un bandolero de nombre Juan Rodríguez apodado “El
Coyote”, mantenían intranquila a las respectivas poblaciones. Para ello establecieron las
famosas “acordadas” formadas por grupos civiles al amparo del gobierno para erradicar el
bandolerismo y todo tipo de descontento social. Por ejemplo, hubo una manifestación en
1903, en donde se notó el clima de tensión y animadversión en contra del porfiriato y que
por lo mismo fue disuelta a balazos y a golpes.
La primera década del siglo XX estuvo marcada por tragedias no sólo provocadas por los
ánimos sociales y políticos, en 1898 hubo una epidemia de fiebre amarilla que se repitió en
1903 y los veranos trajeron muchos calores pero a la vez lluvias que dejaban paralizadas a
las municipalidades, preferentemente la de 1909 que provocó fuertes pérdidas humanas y
materiales que lamentar.
Lo que don Porfirio hizo en el plano nacional, don Bernardo lo aplicó en el plano estatal; al
mantener el control de los puestos de elección popular a través de los denominados clubes
14
Introducción
del Partido de Unión y Progreso, que en los municipios eran dirigidos por caciques afines
a la política oficial quienes ocupaban los cargos de alcaldes y regidores que se reelegían o
alternaban en el poder.
Muchos pensaron que el movimiento maderista sería muy bien recibido cuando se
proclamó el Plan de San Luis, pero muchos clubes de afiliación reyista y simpatizantes
del viejo régimen lo vieron con recelo. La familia Madero mantenía nexos con grupos
empresariales y políticos de la entidad. Por ejemplo, su tío, el Lic. Viviano L. Villarreal
quien había gobernado al estado entre 1879 y 1881 y luego de 1911 a 1913. En donde si
tuvo aceptación, fue en las clases medias y bajas que buscaban un cambio a las situaciones
sociales imperantes que les negaban posibilidades de acceder a las oportunidades que el
porfiriato pregonaba que se habían alcanzado.
Madero estuvo en Monterrey en plena campaña en junio de 1910. Por rebeldía fue
aprehendido y confinado a San Luis Potosí. Dicen que uno de sus principales oradores
Roque Estrada, estaba dirigiendo discursos cada vez más alzados de tono, por lo que fue
aprehendido en Monterrey. Madero solidariamente pidió ser encarcelado junto con él en
la penitenciaría de Monterrey para luego ser llevados a San Luis Potosí. Cuando escapó
de ahí, vino a Monterrey, en donde se ocultó en la casa de su tío Viviano L. Villarreal; una
casona que aun está enfrente de la Alameda Mariano Escobedo, sede de la rectoría de la
Universidad Regiomontana. Al año siguiente cuando Madero ya era presidente, el trato
hacia él cambió radicalmente. Durante la presidencia de Madero, el crecimiento económico
de la región continuó pero a marchas forzadas.
15
Introducción
había nacido cuando ambos estados formaban una sola entidad y por parte de su mamá,
tenía sus raíces en Villa de García.
Victoriano Huerta nombró como Gobernador del Estado al Lic. Salomé Botello quien tomó
posesión el 24 de marzo de 1913. Originario de Villaldama, recibió abiertamente el apoyo
de los grupos empresariales. Sólo el alcalde de Monterrey, don Nicéforo Zambrano se opuso
a él, por lo que fue aprehendido. Una de las cosas que hizo don Salomé Botello fue la de
organizar un grupo llamado la Defensa Social de Monterrey, conformado preferentemente
por empleados de las empresas y principales casas comerciales y obreros de las industrias
para que actuaran como grupo paramilitar y defendiera los intereses oficiales, como de los
particulares.
Los enfrentamientos
Tiempos difíciles sin duda alguna. La mayoría de las escuelas estaban cerradas. Pocos tenían
acceso a la educación primaria y muchos menos a la educación secundaria y profesional.
Los habitantes de las zonas rurales de nuestros pueblos se dedicaban a la agricultura,
la ganadería y a la minería como pequeños propietarios. Monterrey aun contaba con el
impulso industrial que desde tiempos de Vidaurri, Garza García y Bernardo Reyes habían
promovido.
16
Introducción
Monterrey estaba defendida por una fuerza de mil 700 hombres que le hicieron la vida
imposible a Pablo González, quien finalmente optó por la retirada, dejando una estela de
destrucción y muerte. En los cables de luz y telégrafos quedaron decenas de carrancistas
ahorcados. Muchas casas tenían las huellas de los orificios provocados por las balas y se veía
a muchos cadáveres regados por doquier. Finalmente el 23 de abril de 1914 los carrancistas
se hicieron de Monterrey, quedando como Gobernador del Estado don Antonio I. Villarreal.
Entonces las tropas fieles al Plan de Guadalupe entraron a Monterrey para ocupar la plaza.
Cuando pasaron por el Palacio de Gobierno vieron desde un balcón la bandera de los Estados
Unidos. Era la habitación en la cual el Gobernador del Estado tenía confinado al cónsul de
los Estados Unidos en Monterrey, don Phillip Hanna en señal de rechazo por la presencia
de las tropas norteamericanas en el puerto de Veracruz.
Ya como gobernador, Villarreal se cobró todas las simpatías que la Iglesia tuvo por el antiguo
régimen. Todos los sacerdotes fueron expulsados de sus templos y quedaron prohibidos
los oficios litúrgicos. Por ejemplo en Cerralvo, David G. Berlanga entró al templo de San
Gregorio, juntó todas las imágenes y les prendió fuego. A la única imagen que no quemó
fue la de un crucificado que lanzó de cabeza a una noria. Un coronel de apellido Garza Siller
al pasar por el pueblo de Ciénega de Flores, mandó sacar al crucifijo de madera y lo fusiló.
Villarreal se dedicó a destruir muchos bienes pertenecientes a la Iglesia, especialmente el
del templo franciscano de San Andrés situado en el cruce de Ocampo y Zaragoza, el edificio
colonial más antiguo de Monterrey.
También enfrentó a los empresarios que habían mostrado afinidad hacia Salomé Botello e
incautó bienes a los principales hombres que apoyaron al huertismo en Nuevo León. El 10
de junio de 1914, Pablo González impuso una fuerte multa a la Cervecería Cuauhtémoc,
por lo que el cónsul de los Estados Unidos Phillip Hanna hizo un reclamo para evitar
dañar la participación que los extranjeros mantenían en la empresa. A lo que Pablo A.
González le contestó que era una empresa mexicana y que como tal debía estar sujeta a las
autoridades del país. Y más cuando se decía que sus dueños habían apoyado a Porfirio Díaz
y a Bernardo Reyes.
17
Introducción
Las tropas de la División del Norte del General Felipe Ángeles entraron a Monterrey el
15 de enero de 1915, y quedó como Gobernador. Para defender la ciudad se dispuso que
el general Máximo García con dos mil efectivos se apostaran en la Loma de Armendaiz al
norte de Monterrey. Un oficial del Estado Mayor se quedó en el Obispado, mientras que el
general Herón González allá por el rumbo de la cervecería. De la cervecería con rumbo a
la Fundidora, la famosa brigada Bracamontes estableció una línea de franco tiradores. Así
quedó protegida la ciudad de Monterrey por sus cuatro costados para evitar el ingreso de
los carrancistas. También envió tropas a Cadereyta, Ramones, Villaldama y otros lugares.
No obstante dejaron sin protección el camino al Huajuco y los accesos a Santa Catarina
pues mantenían el control de Saltillo y de Torreón y porque pensaron que la misma sierra
les pondría el alto.
En una de ésas, allá por el rumbo de Fundidora atraparon a una mujer disfrazada de hombre,
con un nombramiento de teniente expedido por Pablo A. González. Traía una pistola y
un frasco con unas pastillas de veneno, con la que supuestamente se dijo quería matar a
Felipe Ángeles. El 6 de febrero, las tropas de Pablo A. González atacaron a Monterrey,
pero fueron rechazadas por una fuerza al mando del general Felipe Ángeles que se habían
apostado en Fundidora. El 15 de febrero delegó la comandancia militar y la gubernatura a
Raúl Madero, hermano de los mártires Francisco y Gustavo.
Francisco Villa llegó a Monterrey con el grueso de la División del Norte el 13 de marzo de
1915, para dejar la ciudad el día 19 de ese mes. En este periodo existen algunas anécdotas
18
Introducción
Las fuerzas del general Felipe Ángeles se apoderaron de Saltillo el 6 de enero de 1915. Una
vez que comieron y descansaron, Villa dispuso que una partida de 50 hombres marchara
con rumbo a la hacienda San José para ver si había grupos armados. Ahí en Ramos Arizpe
después de una batalla en la que triunfaron, se hicieron de los archivos de Antonio I.
Villarreal y de Eulalio Gutiérrez. Aparentemente en la hacienda San José había estado
toda la llamada División del Noreste. Cuenta el rumor de que en uno de los vagones donde
dormía don Antonio I. Villarreal había ropa íntima de mujer y comenzaron a burlarse los
villistas, difundiendo que Villarreal, era quien en realidad las usaba.
Por estos días corrió el rumor que las fuerzas al mando del general carrancista Luis
Gutiérrez, hermano de don Eulalio Gutiérrez, quien había sido nombrado Presidente de
México por la Convención de Aguascalientes, pretendía atravesar la sierra de Arteaga hasta
Santa Catarina con un contingente compuesto por 2 mil hombres, con la intención de atacar
a Monterrey. Por lo que el general Felipe Ángeles, con la intención de detener la marcha
de esa considerable fuerza, pidió al coronel Jesús Aguilar González y a Roberto Morelos
Zaragoza su disponibilidad para esperarlos en la entrada del Cañón de Santa Catarina.
19
Introducción
n 1911.- Pablo de los Santos inició una rebelión armada en Sabinas Hidalgo, Vallecillo,
Bustamante, entre otros municipios.
n 1913.- Toma posesión como Gobernador de Nuevo León, el Lic. Simón Botello, quien
fue impuesto por Victoriano Huerta.
n 1914.- Asume la Gubernatura del Estado, Antonio I. Villarreal, quien era apoyado por
Pablo A. González y Fortunato Zuazua.
n 1915.- El General Felipe Ángeles entra a Monterrey con su División del Norte y se
convierte en el Gobernador de Nuevo León.
20
100 años, 100 anécdotas: testimonios
Autor desconocido
21
22
La vida cotidiana
R egistrar la forma de vida de un pueblo es muy valiosa porque fortalece los valores,
pues es muy probable que por el paso del tiempo y un descuido de quienes estamos
obligados a reafirmarlos, éstos pasen al baúl de los recuerdos.
Vienen a mi memoria las pláticas de nuestros abuelos en las que señalaban el gran respeto
que los jóvenes tenían hacia los mayores y gracias a la historia oral, a ésa que va de
generación tras generación, nos damos cuenta que ellos no se atrevían a levantarles la
voz, a contradecirlos, a enfrentarlos con una mirada y mucho menos a desobedecer algún
mandato.
Y cómo no mencionar cuando una persona moría: los dolientes, acompañando al cuerpo
para el servicio religioso, generalmente no utilizaban la carroza, ésta únicamente abría
paso al cortejo, ya que familiares y amigos más cercanos llevaban en hombros el féretro,
quienes se iban relevando cada cien metros aproximadamente.
Sería difícil escribir sobre todas las costumbres y buenos modales que sirvieron para formar
a nuestros abuelos como unos ciudadanos ejemplares, sin embargo, estamos a tiempo para
rescatar lo que creamos pueda servir a las nuevas generaciones.
23
La vida cotidiana
“No había nada en esos años que yo nací. Tenía unos padres, que no
crea usted que le hablaban como hija, como una corrida de animal,
pero parados en la puerta, ¿qué esperas? métete pa´ dentro. Nosotros
no teníamos esos padres, nosotros no tuvimos padres, tuvimos unos
padrastros, porque los padres nos trataron muy mal, no jueron los
padres de ahora, no hubo escuela, no hubo nada, no hubo dónde
estudiar.”
“Jugábamos en el montón de la masa de nixtamal…a los ocho años… ése era el juego. A
las cuatro de la mañana, estando ajuera, moliendo en el metate, el nixtamal y las bolotas
de masa”.
Ramona Ruiz Banda / Nació en San Luis Potosí; el 11 de marzo de 1903.
“Mi mamá era muy regañuda (sic), no nos contaba nada de chicos,
decía que no debería de andar oyendo las pláticas de personas grandes;
decía: «No mijita tú no debes de andar escuchando pláticas de cosas
grandes».
24
La vida cotidiana
“Pues a las muñecas, ya ves que mas antes se usaban mas con
muñequitas de trapo que traía, y ella a jugar con sus demás amiguitas,
sus muñequitas de trapo porque no había muñecas de éstas, que hora
que hay, pura muñequita de trapo que nos hacían, muñequitas de
trapo para jugar, así con sus demás amiguitas, allí ajuerita por ahí en
un rinconcito.”
“Mi mamá me bajó con una cuartita porque yo andaba viendo a los
viejos. Yo quería ver los caballos, las carrilleras. Mi mamá andaba
escondiéndoles a las hijas grandes. No se llevaron a nadie y mi papá
nunca lo llevaron..., porque mi papá los juntaba a todos los soldados y
les daba de comer y se hacían muchas tortillas y todo y ellos se morían
de hambre allá en los cerros, mi papá era mayor de edad y no le hacían
nada y nunca le hicieron nada.”
“Mi papá sembraba papa, mataban un borrego y secaban las carnes y comíamos carnes
todos los días. Con mi papá nunca pasamos hambres por allá, pero había toda la gente que
no tenía trabajo ni qué comer, por eso se venía mucha gente para acá estas tierras, que no
tenía nada. Pasaba muchas hambres.”
“No había nada de juegos comprados ni nada. Mi mamá nos hacia muñecas de garras y los
rescataba haciendo bracitos y todo, yo era la más chiquilla, yo era la última mujer”.
San Juana Camacho Rodríguez / Nació en la Hacienda de la Palma, Jalisco; el 8 de diciembre de 1908.
25
Poema
La vida cotidiana
26
La vida cotidiana
“Lo principal era ir con los ganaderos. Iban a enterarse de las noticias.
De vez en cuando leían algún periódico que hablaba de la Revolución”.
“Con vestido largo y grande el vestido, bien tapadas… todo hasta las
manos. Los hombres pantalones con botones, sombreros y moño en la
camisa”.
27
Fotografía que representa a niños que tenían acceso a la educación.
Fotografía proporcionada por el cronista de Santa Catarina, N. L.; Profr. Antonio Guerrero.
28
La niñez y la educación
en la época de la Revolución
L a educación para los niños y jóvenes, era una de las aspiraciones de los campesinos y
sectores populares, que participaron en la Revolución Mexicana.
Una de las características de la lucha armada era la irregularidad del funcionamiento del
sistema educativo, se reflejaba en que los alumnos tenían que cursar el grado en varias
etapas y escuelas, debido a que se cerraban las escuelas por la llegada de los revolucionarios,
los maestros huían al monte, ante el temor de que se los llevaran los soldados y con
frecuencia abandonaban a sus alumnos.
Otra razón de la deserción escolar era la necesidad económica de las familias, para que los
hijos menores de edad ayudaran en el trabajo de campo y las niñas en la cocina y en las
labores manuales.
En cuanto a los programas escolares, se daba especial atención a las materias instrumentales,
tales como las matemáticas y el lenguaje. En tiempos de paz, las escuelas se llenaban de
alumnos y obligaban al director a formar varios grupos atendidos por ayudantes.
La asistencia a la escuela era mañana y tarde. Los exámenes eran públicos con sinodales y
en presencia de los padres de familia, no había premios, ni concursos, nada más las fiestas
escolares de fin de año con música, bailables, recitaciones y teatro.
29
La niñez y la educación en la época de la Revolución
“Lo único que me acuerdo era que vivíamos aquí, y que mi papá
trabajaba en la presidencia y como se esperaba que entraran los
revolucionarios en la noche, mi mamá nos llevaba con mi abuelita,
y brincábamos las cercas y así nos íbamos con mi abuelita y nomás
me acuerdo de un señor que mataron cerquita de la otra abuelita, es lo que me acuerdo
y nomás decían, ahí vienen los revolucionarios y corríamos todos y no hallábamos qué
hacer”.
“Mi papá tenía la costumbre de decir que tenía un hijo tan trabajador;
uno tenía diferentes valores y siempre platicaba: «Tengo un hijo tan
trabajador.» Teníamos tres bueyes, tres vacas, caballos, burros. Yo
nunca conocí la escuela, yo no sabía qué era la escuela.”
“Había una gripe que le decían gripa en 1917 y en 1918. En 1917 fue
la gripa y el 18 fue la mortandad. Las carrozas las hacían con caballos,
no se daban abasto, nomás las entregaban y vámonos, y los llevaban
a las fosas a taparlas con tierra. Se murieron dos hermanos aquí y no
se dieron cuenta; estábamos recién llegados aquí (Allende), y llegamos
aquí en 1916, un 16 de septiembre no se me olvida”.
30
La niñez y la educación en la época de la Revolución
“Pos lo que Diosito les daba, pos sopas y frijoles y así, lo que hubiera,
nopalitos, flores, calabacita, todo naturalito.”
31
La niñez y la educación en la época de la Revolución
“Jugando así con tepalcatillas, con cualquier cosilla que se haya uno
tirada, nomas que esté bonita, con eso anda uno muy gustoso, muy
encarrerao(sic), que miren lo que me hallé, cualquier cosilla que se
haya uno, tepalcatillos, piedritas.”
“Tortillita con a veces con frijolitos, con lo que Dios le daba a nuestros
padres, pos qué más, nopalitos, calabacita, pos es lo que hay en los
ranchos, porque pos se dan nopalitos, calabacitas, florecitas de palma,
muy sabrosas las florecitas de palma, son muy sabrosas y muy
llenadoras”.
32
La niñez y la educación en la época de la Revolución
33
Trabajadores que construían la carretera Monterrey- Saltillo, junio de 1928.
Fotografía proporcionada por el cronista de Santa Catarina, N. L.; Profr. Antonio Guerrero.
34
El trabajo
Por ejemplo en el municipio de Allende, en “La Fragua” fabricaban rejas para arados,
azadones, fierros para herrar, herraduras y clavos para proteger las pezuñas de los caballos
y otras herramientas, como picadoras de tabaco, porque en aquel tiempo se cultivaba
esa planta. Las mujeres en sus casas se encargaban del proceso para la elaboración de
cigarros. Para uso común utilizaban la hoja de maíz, pero para ceremonias especiales como
pedimentos o bodas, empleaban papel fino.
La gente creativa aprovechaba los materiales que tenían a su alcance, había alfareros que
producían artículos de barro, principalmente moldes para el piloncillo, tinajas, cazuelas y
comales, algunos fabricaban adobes para construir sus casas, otros curtían la piel de los
animales para hacer correas, coyundas, huaraches y hasta zapatos. Entre las actividades que
realizaban las amas de casa destacaba la elaboración de velas con cera de las colmenas y la
de cardar, hilar y tejer lana de borrego y algodón para confeccionar sobrecamas, colchas,
almohadas y prendas de vestir.
35
El trabajo
“Yo ya estaba como de unos 20 años sería, cuando oí decir en el rancho que habían llegado
a pedir la plaza los carrancistas o villistas o sabe qué, pero que habían llegado. Duraron
ocho días en el pueblo, y a los ocho días fueron carrancistas los que se fueron. Salieron
en un camino asina ahí por el rancho. Nos dio miedo, yo me escondí, ya estaba muchacha
grande, nos escondíamos las muchachas, se jueron, se jueron y ya no supe nada. Pero
la semana que estuvieron oí decir, oímos decir los del rancho, que le habían cerrado las
tiendas a los ricos y les habían sacado el maíz”.
36
“Porque yo ya tenía entendimiento, ya sabía yo quiénes eran y todo
eso. Yo tendría la edad como de ocho años, ocho o nueve años por
ahí cuando sus villistas — que era sangre de nosotros — pero es que
ellos o esa revolución tenía su sobrada razón, porque ya nosotros ya
no éramos nada para España, entonces en esos tiempos ya éramos
esclavos de ellos; no nos enseñaban más que trabajo, era lo que a
ellos les interesaba mucho, tener peones sin sueldo nomas por la
comidita, enchiladita, o a veces sin chile o a veces sin sal, nomás
tostaditas en las brazas y ándale tómate el jarrito de agua y vámonos
a trabajar”.
“Mi padre era muy pobre, y él salía y nos explicaba que él era vaquero
de los señores ricos de Sabinas Hidalgo. Pos mi estilo es campear,
ensillar un caballo e irme a campear, a buscar a las vacas, cabras, yeguas
que tenían los patrones y se los recogía mi papá.”
“En los ranchos sí llegaban, levantaban a mi papá para que los encaminara, para que le
dijeran dónde eran los caminos. Se lo llevaban un día o dos y luego se venía”.
37
El trabajo
“Tallar a tallar, pos qué más, no había nada en el rancho que la tierra.
Una vez mi mamá estaba mala de la calentura, taba yo chiquia (sic).
Una vez voy hincada pidiendo a Jesucristo, que me libere a mi madre, a
Diosito lindo, por esa cura, que me libere de mi madre y me concedió.”
“Pos qué frijolitos, nopalitos, pos qué más éramos pobres; ojalá que
aigamos(sic) tenido qué comer, pos no había nada de comer”.
“No había profesión, ahí había sólo trabajo… los niños jugaban a la
pelota, el trompo y a las canicas.”
“Mi papá era cochero, tenía coche. El paseaba a toda la gente. Mis
hermanas eran muy trabajadoras. Trabajaban en encaje”.
38
El trabajo
39
Fotografía: M. M. López. Municipio de Monterrey, N. L.
40
La pobreza
Para los estudiosos de la historia económica, este acontecimiento nacional de hace cien años,
describe el paso de un sistema feudalista atrasado a un sistema capitalista dependiente.
En donde la acumulación originaria del capital se ubica entre los pocos propietarios de las
grandes extensiones y mejores tierras de la República Mexicana. Originando con ello una
incipiente clase agraria adinerada particularmente en las regiones del norte fronterizo con
los Estados Unidos de Norteamérica. Dicha clase social exigía cada vez más su participación
en los espacios políticos y públicos que el porfiriato en su largo período de conformación y
consolidación no reconoció, ni permitió para su ascenso social.
Aún cuando Porfirio Díaz, en su largo periodo como Presidente de México, había logrado
desarrollar económicamente al país, gracias al impulso del capitalismo en expansión de los
estadounidenses como vecinos potenciales, de los ingleses y franceses como principales
inversionistas extranjeros; los procesos de desarrollo no fueron iguales ni para todas las
regiones del país, ni para todos los pobladores de la nación mexicana. Cuadros de miseria y
pobreza extrema eran contemplados en todos los lugares de México.
Si bien, durante la época de la guerra independentista o fin del imperio colonial español
en México, la población rebasaba apenas los seis millones de habitantes; la pirámide social
señalaba aproximadamente a cinco millones de población desposeída y marginal.
41
La pobreza
Cien años después, la población a pesar de los consecutivos cuadros de pobreza, sequías,
pestes, epidemias, hambrunas, despojos y las guerras del XIX; podía contabilizarse alrededor
de los quince millones de habitantes. De ellos aproximadamente sólo dos millones eran
propietarios o dueños de los recursos económicos o controladores de las fuerzas productivas.
A partir de 1906, cuando se manifiesta la crisis política del porfiriato, la mayor parte de la
población mexicana que era la desposeída y marginada, a través de clubes y organizaciones
políticas planteaban exigencias cada vez más drásticas hacia el régimen dictatorial. Logrando
entre 1910 y 1911 la culminación negociada de la dictadura porfiriana.
Siendo precisamente esa nueva clase agraria norteña adinerada la que inicia, impulsa,
controla y triunfa finalmente en las diversas confrontaciones armadas y que solamente
utiliza a las clases populares y marginales de mexicanos para el logro de ciertos propósitos,
desplazando deliberada y violentamente sus liderazgos.
Podemos concluir entonces que pese a las distintas reformas políticas, y económicas;
proyectos, planes y programas de desarrollo social todavía no se logra a plenitud la justicia
social y la igualdad económica de los mexicanos. Las teorías sociales nos enseñan que la
pobreza entre otros muchos factores más, ha sido un detonante importante y causal de las
revoluciones sociales de todos los tiempos.
42
La pobreza
“No comía uno. Los padres, las madres más bien de uno iban al monte
y hasta raíces de nopales nos daban de comer, porque no había que
comer, porque pasaban unos y pasaban otros y se llevaban todo y no
nos dejaban de comer.”
“Eran puras haciendas, los dueños eran españoles. Los curas, el gobierno y los hacendados
nos tenía el pie en el pescuezo, nos tenían muertos de hambre. Yo cuando empecé a trabajar,
de sembrar todo el santo día — con el morral de la semilla, nos pagaban media real, y el
que traía la yunta le pagaban un real — ¿saben cuánto es un real? 12 centavos, a mí me
pagaba seis centavos y el que traía la yunta le pagaban un real, y luego tenía que ir uno a
misa el día domingo a las diez de la mañana a cobrar sus centavos a la hacienda y le daban
a uno, una medida de maíz porque no había pesas, un litro, medio almú y un almú, así le
decían, así de que yo estaba chico pero me acuerdo de todo eso.”
“Luego se vino una enfermedad que le decían el trancazo. A la casa que entrara esa
enfermedad se quedaba sola, se morían todos, quedaba la casa sola. Luego se terminó esa
enfermedad y llegó la viruela; quedaba toda la gente cacariza de su cuerpo, se le podría todo
el cuerpo. ¡Cómo no me voy a acordar de todo eso! Se acostaba uno en el piso como un
perro en un costal, en un petate porque no había cama, no había silla, no había nada. Las
madres de uno hincadas en el suelo moliendo el nixtamal, cómo no me voy acordar de eso,
uno deveras sufrió. Había mucha chinche, mucha pulga, mucho piojo, andaba uno lleno,
era una cosa increíble, de todo lo que me pasó; sí, uno deberás sufrió, ahora casi, casi por
ahí vamos pero antes estaba mal, los curas, los hacendados y el gobierno nos tenían con la
pata en el pescuezo.”
“Andaba uno con calzón de manta, camisa de manta y una faja azul o roja que le daba
vuelta al calzón; huaraches que era de suela, uno mismo los hacía; compraba uno la suela,
ponía el pie, marcaba el pie, le ponía unos agujeros y le ponía una correa y ya.”
“Ellos eran muy ignorantes (sus padres), ellos estaban a lo que decía el Gobierno y los
curas, más bien los curas que yo recuerdo . Había un general que impuso las escuelas de
gobierno creo que fue Plutarco Elías Calles, pero como nadie quería mandar sus hijos a
la escuela, porque los curas ponían un cartel que decía que todos los que enviaran a sus
niños a la escuela de gobierno, se iban ir al infierno por desobedecernos, entonces andaba
la policía por las calles llevándose a los niños y a las niñas a la escuela, y entonces decían:
«Andale esconde a tus hijos no ves que anda la policía en la calle y se está llevando a los
niños a la escuela y tú te vas al infierno.», ignorancia que había”.
43
La pobreza
“Los que tenían hijos chicos, señoritas, los subían al techo, porque
era muy perdigo (sic) nuestro parador jovencitas y llegaban y hacían,
hacían y al fin eran criminales porque no tenían ninguna causa para
hacer guerra, yo digo.”
“Estaba la gente pobre, pobre no tenían qué comer, qué vestir y ellos,
el Presidente con todo y alhajas y así es que se vinieron hambre y religión y muchos
masivos para la guerra”.
44
La pobreza
“Estaba mucho una temporada muy dura, había veces que mi madre,
Dios la tenga en lo mejor del cielo, nos bajaba mezquites pa’ cenar.”
“Mi papá estaba en un rancho y allá nos tenía y cuando pasaban los
Carrancistas nos metía donde ponían los pirules pa’ hacer la conserva
o los piloncillos”.
“Cuando yo era niño ... un señor de los que tenía una tienda frente
a la vecindad donde vivíamos, le dijo a mi madre que me dejara con
él porque ya muerto mi padre — que vivíamos en la miseria — ese
señor le dijo a mi madre que me diera con él, para poderme dejar
mejor”.
45
Banquete en el Palacio Nacional. De izquierda a derecha José Vasconcelos, Francisco Villa, Eulalio
Gutiérrez, Presidente provisional; Emiliano Zapata y Felícitas Villarreal.
46
La alimentación y la salud
47
La alimentación y la salud
“Mi padre tenía coche y recogía a los heridos, y mi madre los cuidaba”.
“La cajeta era de maguey, era miel, la cajetita que tiraba uno y la
recogía, la molía en el molino, en el metate y hacíamos tortillas pa´
que tuviera sabor la masa”.
“Pos ya le revuelven pero puro huevo, por frijolitos, sopa de todas las
comidas aquí hacen también de todo, los frijolitos y los quelites”.
48
La alimentación y la salud
“Las mamás vamos a cortar las piececitas que le decían como caniques,
los lavaban y los lavábamos y los hacíamos y nos los comíamos; la
leche así pura de la vaca o de cabra”.
49
La alimentación y la salud
“Hubo una crisis muy fuerte, y había una más — no había qué comer
tortilla — duramos un año que comíamos pura vegetación, sotol,
biznaga, tarros de pulque, melcocha, atole de mezquite… tenían todo
lleno de mezquite y lo molían en metates y ya lo tenían molido en
agua y ya que lo echaban en agua, lo hacían muy bien y quedaban
muy bien”.
“Poníanos los xoconostles a cocer y los molíanos en el metate y luego molíanos dos doble
de maíz pa’ batirlos, pa’ poder que se revolvieran y luego que se revolvían ya agarraba ella
puños de xoconostles y el agua, que estaba re agria y con eso curaba a los señores. Quedaban
blancos, blancos. Y le decían: «María mira cómo me dejates (sic).» Y les contestaba: «No
estés molestando, es la medicina, ahorita te doy para que tomes agua.»Y era la misma agua
de los xoconostles”.
50
La alimentación y la salud
“Tortilla con chile, frijoles, pos que más, nopalitos, — carne cuando
había, — éramos muy pobres. Pos trabajaba con yunta y sembraba
maíz para vender y poder comer”.
“No había para carne, nomás pura sopa y frijoles. Antes la gente se
acostumbraba mucho hacer la tortilla a mano, ahora todas ya son
compradas”.
51
52
Las luchas revolucionarias
y los revolucionarios
L os archivos fílmicos y fotográficos son más que elocuentes: hombres de armas tomar,
con sombrero, pantalones ya sea charros, bombachos o caquis. Camisa o blusa tal vez
de algodón que los protegían de las inclemencias del tiempo. Algunos con finta de bragados
y valientes. El bigote abultado como dice el corrido no podía faltar. En su vestimenta
sobresalían las armas: las cananas en especial, la pistola fajada al cinto y también la
requerida carabina.
De la mujer qué les puedo decir: siempre la ponen con vestido ancho, enaguas, rebozo que
lo mismo servía para protegerse de las inclemencias del tiempo, que para cargar alguna
cosa o amarrarse a un crío. Mujeres de armas y cuidados tomar, pues de ellas dependían
los regimientos, los hospitales, la atención de los heridos y el cuidado de los niños. Una
vez escuché decir en uno de los diálogos de la película “Gringo Viejo” que la diferencia
entre los ejércitos mexicanos y el norteamericano, es que éste último se iba a pelear solo,
mientras que los mexicanos prácticamente llevaban su hogar a la guerra.
Se nos olvida el valiente soldado que dejó todo para pelear por
alguna causa justa o simplemente para ver qué agarraba. Muy
pocos se beneficiaron y vieron como otros, a base de traiciones y
engaños, se sucedieron en el poder. A muy pocos les hizo justicia la
Revolución. Mientras que la verdadera Revolución aún les adeuda a
muchos sus promesas y compromisos. Para todos ellos, los olvidados
y rezagados, un sepulcro de gloria en su honor.
53
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
Así, hay quienes alcanzan el grado de General de Brigada por su larga y destacada participación en
el movimiento armado, también hay nombres inscritos en las páginas de la historia debido al arrojo
y valentía aunque fuese por breves instantes de participación, ya que la muerte los sorprendió al
inicio de su carrera militar.
Tal es el caso de Enrique González Lozano, quien se une a la causa de la Revolución por su buen
corazón y carácter conciliador y a cambio el destino le paga con una mala jugada.
Siendo Enrique el menor de nueve hijos del matrimonio formado por doña Paulita Lozano y
don Crecencio González, nace y crece en el Higueras de las casas de piedra, las calles de tierra
apisonadita. Cuando el tañir de las campanas de la iglesia se escuchaba hasta lo alto de la sierra de
Picachos.
Estando el ilustre actor nacional Gregorio González “Goyo Dante”, de visita en Monterrey, en el
barrio beato para ser exactos. Enrique, hermano de este último, acude a visitarlo y al cruzar la Plaza
de Armas, ahora Zaragoza, se encuentra una escena que le conmueve; dos pequeños reñían a golpes
y se expresaban ofensas mutuamente.
Enrique decide terminar con la pelea y sacando un centavo del bolsillo del pantalón, y después de
darles una cátedra de buenos modales, les dice:
54
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
-¡Ah!, ahora ya tienen los dos un centavo cada uno, así es que no más golpes.
-Gente como tú, es el tipo de personas que requiere la Patria. Y lo invita a incorporarse a la fuerza
revolucionaria.
Enrique le explica que él no radica en la capital, que irá a Higueras a despedirse de su familia y
avisar a sus padres que se va con la bola.
El militar le otorga dos días para que vaya al pueblo natal y regrese
para partir al centro de la República. Enrique se une y se marcha
con el ejército hacia Coahuila.
Días más tarde, en uno de los enfrentamientos al desconocer nuestro higuerense las tácticas de la
defensa, cae abatido por las balas del enemigo.
Muy corta fue su participación en la Revolución Mexicana, sin embargo su nombre es recordado
con admiración hasta la fecha.
Al recordar este hecho, es común escuchar a los viejos del pueblo decir: Enrique González dio su
vida por un centavo.
55
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Mi papá empezó desde soldado raso, como era chaparrito pero muy
valiente, lo fueron ascendiendo hasta que llegó a capitán segundo,
porque no sabía leer ni escribir. Él no entendía bien la letra de molde…
no sabía nada, si no él debía de ser más, pero no, sólo llegó a capitán
segundo.”
“Estábamos parados en una puerta donde estaba Pancho Villa. Él mandó tirar todos los
puentes para que se cayeran los carrancistas y había colgados soldados, hombres; unos
recién y otros de días, sin ojos porque los zopilotes se los comían, otros con la lengua de
fuera, eran soldados nomás le hacía el aire pa´allá y pa´ca y otros tenían espuma y otros
ya con días. Pasábamos donde estaba Pancho Villa por eso lo conocí, nunca se me olvida su
fisiología, él andaba vestido todo de negro, él era moreno, tenía sus polainas negras, largas
y no se dio cuenta que éramos de federales porque si no, nos mataba; pero sabes qué, es que
le fueron a decir; un soldado le dijo, fue a avisarle que unas siete mujeres lo querían matar,
porque le habían matado a sus soldados los otros, entonces él ahí estaba parado, esperando,
porque le dijo al soldado que fue a avisarle que se las trajera; entonces fueron a traerlas
y él estaba parado, él aquí en un lado; seguramente estaban un pozo distante y donde él
estaba parado vio un pozo, ahí las llevaron a las siete mujeres, y ahí las metió en el pozo
y las quemó con gasolina vivas, ahí en el pozo, tenía la sangre fría, era malo y nosotras
estábamos chiquitas.”
“Los trenes de nosotros los carrancistas, íbamos a vuelta de rueda, porque mandó quemar
todos los puentes que iban para Chihuahua y todos, porque los trenes eran carrancistas,
íbamos para Chihuahua, pero iban las monas, las soldaderas ahí en naguas, las soldaderas
pero bien valentonas con sus hombres y sus carrilleros, aquí en sus naguas, se bajaban a los
pueblos, se hacían los bailes en los ranchos donde se paraban.”
56
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Hay un cerro que se llama Santa Rosa, pero combate cruel, ahí nomás pasaban los caballos
que corrían sin jinetes, porque los mataban los villistas, con la silla, sin cadetes, ya unos
muertos, hasta los caballos se morían y ahí anduvimos en la mera guerra de Pancho Villa,
ahí nos traía mi papá y entonces ya lo habían ascendido a capitán.”
“Íbamos a Chihuahua y cuando llegamos nos encuartelaron en, no sé si sea colegio, pero
ahí nos dejaron, era un salón grande de dos pisos y estaban los caballos listos, en la lista
para que cuando sonaran las trompetas, ya nomas tocaban ta,ta,ta, estaban listos y a
montar, a ensillar los caballos, por si estaban los villistas. Nomás al pasar el puente y no
sé si todavía habrá, sólo sé que pasábamos por los nogales bien grandes y muy bonitos;
ahí están colgados otros que sólo el aire los hacía pa´ca y para allá, pero al cruzar el arroyo
seco que cruzaba por la ciudad, había un general Francisco Saavedra, ahí estaba muerto,
lo colgaron los villistas y así estaba el cadáver colgado y tenía un cartón con letras negras
en el pecho que decía: «Aquí está el cadáver del general Francisco Saavedra.» Entonces ahí
estaba muerto y colgado.”
“Pasando el puente estaba una señora tirada en la orilla de las vías del tren, estaba tirada
y ella muerta y su hijo ahí en brazos con ella, pero él vivo; pero quién se iba a parar a
recogerlo entonces ahí se murió con su mamá en brazos. Esa impresión nunca se me va a
olvidar, tantas cosas que ví, pero vivimos la Revolución de 1914”.
57
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Si los ahorcaban y los colgaban porque daban la comida muy cara,
porque daban la comida muy cara, Panchito, sí él era, el que los
ahorcaba, sí él, en la esquina.”
“Que no se venga una Revolución como ésta, porque está feo lo que uno sufrió. Hacían
de comer nomás lo que uno hacía con las matillas, mi papá tenía maíz, nomás quedaron
las mazorcas hechas carbón, todos los maicitos quemados, ¡sufrimos mucho, mucho
sufrimos!”.
58
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“A nosotros nos dejó encerradas ahí en una cueva y tapadas con unas
láminas y luego nos echaba ramas arriba y decía: “No hagan ruido, no
hagan ruido.” Y allí nos metía a nosotros y él se iba; ‘Ya cuando pasen
les voy a hablar, entonces les hablo aquí, pero no hablen, no griten ni
nada.’ Ahí estaba mi mamá con nosotros y mi papá por allá, te digo
que lo corretearon una vez con las carabinas, le tronaron, le tronaron,
pero no le alcanzó ninguna.”
“En la cueva, esa que nos metió mi papá... ahí dormiamos. Y ahí dormíamos, nos decía: “No
lloren, no chisten ni nada.” Nos decía: “ Aquí van a comer.” Mi papá salía en la noche a
llevar qué comer, a llevar tortillas o masa para que mi mamá nos haga tortillas”.
“Toda la gente vivía con miedo, porque de repente llegaban unos y las balaceras y mataban
a mucha gente inocente, una vez en la madrugada mató mucha gente inocente, que se
levantó muy temprano a trabajar, mataron algunos pos no recuerdo cuántos, pero era
mucha gente inocente, pero si mató mucha gente inocente, pero o no sabían lo qué iba
a pasar y era de repente que llegaban los medenistas y ahí llegaban a matar soldados, los
mataban, iban y la recogían, era la Cruz Roja ya había Cruz Roja en ese entonces”.
59
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Peleaba mucho la gente, porque querían tener más, uno que el otro”.
“No pos una vez vinieron, pos … ¿cómo le diré?... las tropas a caballo;
ya estaba yo grandecita y vivíamos primero allá a un lado del río, y yo
y mi primo estábamos viendo y vinimos a ver qué hacían, les estaban
dando de comer a los caballos, vinieron con mi papá para que les diera
un manojo de rastrojo, ya nada más acabaron y se fueron, quien sabe a
dónde, quién sabe; nomás esa vez, nomás esa vez, ya no volvió naiden
(sic) y naiden (sic) comentó eso”.
60
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Pues la gente estábamos pobres, pero sólo la gente más decente que
ahora, más decente y trabajadora, porque tenían que trabajar mujer y
hombre, sino de qué comíamos.”
61
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Yo tenía diez años pero bien fuerte mi papá y mi mamá se fueron a
la casa a estar moliendo y echando tortillas a los carrancistas. Aquellos
hombres bien altotes con unas cosas aquí, los mirábamos por un
agujerito pero con unas metralladoras bien grandes, yo ví toda la
Revolución”.
“Mi papá era soldado, él se dio de alta con Emiliano Zapata, con él se
fue de soldado y nos abandonó a toda la familia y mi mamá fue la que
se hizo cargo de criarnos y ella sabría Dios cómo se animaría para
criarnos, ella toda la Revolución del diez sufrió con nosotros, pero nos
crió, nos sacó adelante”.
62
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Hacía muchas cosas, le digo que todavía cuando el año 27 que vine yo
a Estados Unidos, había muchos, muchos de las orejas. Se las mochó,
pos pa´ que no se les perdieran de vista, pues era muy valiente. Los
americanos ya nomás oían que cantaba uno el corrido de Pancho Villa
y luego mandaban que ya, que ya no estén cantando ese mugrero,
porque pos los ofendió mucho, pero no, no le decían nada porque le
tenían miedo.”
“Pos ahí en las casas si les daban tiempo si no se salían pal campo,
porque hacían de ellas lo que les daba en gana, y eso si lo vide (sic) yo, le hablaban a una
mujer y no la dejaban que se parara hasta que empezaba el primero y hasta que venía el
último.”
63
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Me acuerdo que ponían las banderas afuera de la casa, mi papá como
era francés no lo tocaban, respetaban al extranjero”.
“Estaba yo un poco más grande que ese niño, cuando yo iba a pedir
limosna porque mamá estaba enferma, iba ahí con los revolucionarios
en Camacho, en San Juan de Guadalupe. Uno me quería llevar porque
les daba lástima. Decían: no la vamos a llevar. Y ya no me dejaba ir
después. Iba yo sola cerquita a una tiendita y allí iba yo, y nomas dijo
uno, ¿pos no la llevaremos a la casa Isabel? ¿a la niña? Dijo. Duraban
un día y nos íbamos pa´ otra parte. Ahí andaban nomas robando. Pos
robando, peleándose y así, porque la que me iba llevar la mataron cerca
de la casa. Una mujer y un hombre y no me dejaban y las quemaron,
ahí mataron como a unas cuatro. No, yo ya no salí”.
“Por una parte era buena gente y por otra malo Pancho Villa. Yo tenía
vacas, poquitas no muchas, unas cuatro o cinco y 200 cabras, tenía
ocho yeguas. Cuando llegaban los villistas tomaban de lo que había,
lo agarraban. Villa por la buena era muy bueno, pero por la mala era
muy malo”.
64
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Métanse aquí porque los soldados se los llevan, nos decía mi abuelito
que se llamaba Miguel”.
Ellos buscaban quienes les diera unas gorditas…les decían a las señoras
que les dieran unas gorditas para llevárselas de pasada”.
65
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“¿Qué más hacían aquí los soldados? pos aquí pedían de comer ellos,
y golpeaban la gente porque no les daban de comer , los golpeaban”.
“Conozco desde que Villa cometió el error, mató uno y se jue (sic) y de
ahí, principió la Revolución. La búsqueda de Villa y la búsqueda, hasta
que engruesó Villa, engrueso de gente y le hizo tercera el Gobierno.”
“Era uno que se llevó a una hermana y no se casó con ella y juró chiquillo, chiquillo, que
luego que estuviera grande lo mataba y nomás creció y lo mató, y ese fue el principio de la
búsqueda de Villa. La Revolución de la muerte que hizo, al hombre que se había llevado a
la hermana y no se casó con ella. El General Obregón rindió a Villa a súplicas, lo rindió y
lo bajó de la sierra y se recuperó Villa con su gente, con el Gobierno”.
“Los soldados mire bajaban las gallinas de los árboles, las gallinas y
se las comían, las asaban pa comérselas, mi mamá tendía su ropa, la
guardó mi mamá Rosita en unos nopales pa’ que no se las fueran a
robar, la gente como quiera se la robaron”.
66
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Andaban a pie, corriendo, en el monte, yo era soldado, pero ya habían caballos, entonces
no había caminos... nomás vereditas para las haciendas donde pasaban los ladrones por las
espaldas y yo sufrí mucho, yo sufrí mucho.”
“Yo era villista, todo el tiempo he sido villista, nunca me quise rajar ni nada. Muchos se
rendían y yo no, no y aquí estoy sufriendo todavía, se me acabaron todos mis tíos que
fueron, los que fueron de la Revolución, jueron (sic) jefes, jueron (sic) capitanes y yo
quedé”.
67
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Pero para que no le hiciera nada a papá, como él tenía sus animales, ya le dijo a qué iba,
que iba siguiendo a Don Manuel Ramírez; así se llama el que lo robó, y ya entonces, ya
papá en la mañana, en la noche le dijo al pastor: «Oyes te levantas temprano y si encuentras
una carreta por el camino nomás le dices que aquí está Pancho Villa.» Ese era el que andaba
siguiendo a Don Pancho Villa, no se jue (sic) el pastor dice que lo encontró, que ya iba pa’
Potosí, ya pa’ Saltillo allá en La Trinidad, dijo: «Aquí está Pancho Villa, no luego, luego
se fue el hombre, se salió el señor y se echó a juir (sic) y dejó a la señora en la carreta y
la suegra y se jueron (sic) hasta la Trinidad, ellas, nomás llegaron y ya estaban todos los
soldados rodeados de la carreta y mucha gente que estaba, pos todos los que estaban allí
viendo, les habían echado gasolina a la carreta, y llegó papá.”
“Llegó mi tío Julio el hermano de papá a hablar con Pancho Villa. Que las mujeres ¿qué
culpa tenían?, que las dejaran salir; no si las dejaron salir, salieron se las llevaron pa’ la casa
y le prendieron a la carreta con toi (sic) todo”.
68
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Como decían que era muy malo y que no sé qué, pues dije yo voy a platicar con él, yo
estaba chiquita, iba para la escuela y gritaban allá va éste, entonces yo me lo llevé a la casa y
yo platicaba con él y decía Venustiano: «Ya me voy, ya me voy, ya me voy para Las Lajas.”.
“Quemaban todas las bodegas pa’ que no tuvieras (sic) con carrancistas”.
69
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“Mucha gente que andaban a caballo con los rifles y todo… las dagas
que traiban y todo eso , así es de que nosotros mirábamos todo arriba
de la casa. Nos tenían ahí escondido nomás. Mamá era la que estaba en
la cocina y se metían pa´ dentro y ese era disfrutar de la comida que
tenía mi madre. Les daban de comer, pos agarraban los trastes y los
llevaban pa´ fuera”.
“Lo que tenía uno, y se llevaban las bolsas de mandado que compraban
ahí las gentes, tortillas y todo llevaban”.
70
Las luchas revolucionarias y los revolucionarios
“No pues yo estaba chiquillo, había pero yo no eso, no vide (sic), todo
lo que supe de la Revolución fue por lo que platicaban mis tías, mis
tíos, que platicaban de la Revolución, estaba la Logia ocupada con los
soldados de allí mismo, allí se quedaban, allí se dormían, hicieron
pedazos todo lo que pudieron, yo no sabía me platicaban”.
71
Más que una anécdota,
su presencia
María Cruz Uribe Uribe Felipe Reyna Castillo Rosa Carrillo Luna
Nació en San Pedro Garza García; Nació en San Luis Potosí. Nació en Coahuila.
en 1909.
Catalina Casas Casas José Félix Terán Pérez Sabino Guzmán Ramírez
Nació en Durango. Nació en Guanajuato; en 1910. Nació en el municipio
de Galeana, Nuevo León;
el 15 de septiembre de 1910.
72
Más que una anécdota, su presencia
73
Más que una anécdota, su presencia
74
Adultos mayores en Nuevo León
75
Adultos mayores en Nuevo León
Estas cuatro modalidades de política, a su vez, deben estar cruzadas por los cinco principios
que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha identificados como básicos para
cualquier política dirigida a esta edad. Ellos son: independencia de los adultos mayores,
participación, recepción y provisión de cuidados, autorrealización y dignidad.
El tema del envejecimiento y su relación con los aspectos del desarrollo, actualmente
cobra relevancia como problema demográfico. Esto se debe a que en los países de la región
latinoamericana se verifica un proceso de aumento generalizado de la población mayor de
60 años, evento que con frecuencia va acompañado de una persistencia o incremento en los
niveles de pobreza y de una aguda desigualdad social.
Datos de la ONU extraídos del Informe Demográfico, revelaron que una de cada cinco
personas tendrá más de 60 años en el 2050, y que la edad media mundial -dentro de 50
años- será de 38 años, frente a la actual que es de 28.
En México, en 2000, se registró a 6.8 millones de personas de 60 años y más, cantidad que
representaba al 6.8% de la población total en ese año. En el 2005, la cantidad de personas
de ese grupo de edad ascendió a 8.3 millones, representando el 8.1% de la población total.
CONAPO estimó que, en menos de 20 años, el grupo de personas de 65 años y más pasará
del 5.5% al 8.1% de la población.
76
Adultos mayores en Nuevo León
Nuevo León: Participación relativa de la población por grandes grupos de edad Años cens-
ales de 1930 a 2005.
Año Total 0 - 14 15 - 29 30 - 64 65 - 69 70 y + N.E.
1930 417,491 37.8 29.8 29.0 1.3 2.1 0.0
1940 541,147 40.1 26.9 29.8 1.3 2.0 0.0
1950 740,191 40.4 27.6 28.4 1.4 2.1 0.2
1960 1,078,848 42.0 27.3 27.2 1.3 2.1 0.1
1970 1,694,689 44.9 26.5 25.1 1.5 2.1 0.0
1980 2,513,044 41.8 28.8 25.6 1.4 2.3 0.0
1990 3,098,736 33.9 32.1 29.4 1.5 2.6 0.5
1995 3,550,114 30.8 32.1 32.6 1.6 2.7 0.1
2000 3,834,141 29.7 29.6 34.8 1.7 3.0 1.2
2005 4,199,292 28.1 26.6 37.9 2.0 3.4 2.0
Fuente: Elaborado con base en Estadísticas Históricas de los Municipio de Nuevo León (2008). INEGI.
77
Centenarios participantes
78
Centenarios partícipantes
79
Centenarios participantes
80
Centenarios participantes
81
Don José P. Saldaña
1891 - 1992
82
Bibliografía
de José P. Saldaña
Datos biográficos
Muchos de los grandes y respetados historiadores y escritores, se han referido en sus libros
a don José P. Saldaña, tales como el profesor Israel Cavazos Garza, Mons. Dr. Aureliano
Tapia Méndez, así como también el extinto profesor Celso Garza Guajardo, quién, en el
libro de su autoría “El centenario de don José P. Saldaña” escrito en octubre de 1991, nos
83
Bibliografía de José P. Saldaña
Las desventajas son que ambos expositores son eruditos en la materia. Israel Cavazos
Garza conoce el pasado de tal forma, que puede pasear con don José en su mismo oficio
de historiador, de ida y vuelta. Don Israel anota y don José le dicta, o al revés, don Israel
amplía lo que don José recuerda. Es formidable el entendimiento entre ambos.
Mientras que, por otra parte, el padre Tapia sabe de almas y al saber de almas sabe de la
vida. Por eso, cuando él habla, lo hace recio y en serio; y más aún, cuando se trata de don
José P. Saldaña”.
Don José Pedro Saldaña, murió en Monterrey, el 11 de julio de 1992 a la edad de 101 años.
A un año de la muerte de don José, la Asociación de Cronistas de Nuevo León, en su honor,
como un homenaje y con mucho orgullo lleva su nombre.
Bibliografía
Cavazos Garza, Israel.- Escritores de Nuevo León, Diccionario Bibliográfico. (1996) Talleres de Editorial
Cargo, S. A.
Cavazos Garza, Israel.- Diccionario Biográfico de Nuevo León. (1996) Talleres Grafo Print.
Garza Guajardo, Celso.- (1991).
84
Asociación Estatal de Cronistas
85
Asociación Estatal de Cronistas Municipales de Nuevo León, “José P. Saldaña”, A.C.
Municipio Cronista
Abasalo Profr. Martín Salaís Cantú
Agualeguas Profr. Mauro Martínez Pérez
Anáhuac Profra. Hortencia Camacho Cervantes
Apodaca Lic. Ramiro Estrada Sánchez
Allende Profra. Lilia Idalia Alanís García
Bustamante Lic. Carlos Jesús Gómez Flores
Cadereyta Dr. José Asención Tijerina Flores
Cerralvo Lic. Cuauhtémoc E. Contreras Hi
Ciénega de Flores Luis Ángel Sáenz Villarreal
China Profr. Jesús Erasmo Leal Flores
Dr. Arroyo Lic. Francisco Javier Alvarado Segovia
Dr. Coss Profra. Ma. del Refugio Ríos Ríos
Dr. González C.P Jesús Ramiro González Contreras
El Carmen Leonardo Villarreal García
Galeana Profr. Alejandro Luna Salazar
García Antonio Flores Treviño
Gral. Bravo Profr. Adolfo Garza González
Gral. Escobedo Profr. Juan Ramón Garza Guajardo
Gral. Terán Profr. Andrés Puente Muñoz
Gral. Treviño Profr. Aarón Cadena Sáenz
Gral. Zaragoza Profra. Emma Reyna García
Gral. Zuazua Edelmiro Alemán Cantú
Guadalupe Profr. Francisco Arredondo Cano
Hidalgo Profr. Oziel Garza Elizondo
Higueras Profra. Leticia E. Montemayor Villarreal
86
Asociación Estatal de Cronistas Municipales de Nuevo León, “José P. Saldaña”, A.C.
87
88
Anexo fotográfico
Venustiano Carranza
Fotografía proporcionada por el Sr. Sergio L. González De León.
89
Fotografía proporcionada por el Sr. Sergio L. González De León.
Francisco I. Madero
Carreta fúnebre parada frente al Templo de San Cristóbal
de Hualahuises. Fotografías enviadas por el cronista de
Hualahuises, Profr. Napoleón Nevárez Pequeño.
90
Anexo fotográfico
Familia típica marinense, 1920. Tenientecoronel Ma. de Jesús González. Fotografías proporcionadas
por la cronista de Marín, Profra. Elda Feliz González González.
La forma de vestir de las damas del municipio de Santa Catarina. Tenientecoronel Ma. de Jesús
Fotografía proporcionada por el cronista de Santa Catarina, N. L. González
Antonio Guerrero.
91
Anexo fotográfico
Banquete en el Palacio Nacional. De izquierda a derecha José Vasconcelos, Francisco Villa, Eulalio
Gutiérrez, Presidente provisional; Emiliano Zapata y Felícitas Villarreal.
Fotos de Francisco Villa, proporcionadas por la cronista de Zaragoza, Profra. Emma Reyna García.
92
Anexo fotográfico
Fotos de Francisco Villa, proporcionadas por la cronista de Zaragoza, Profra. Emma Reyna García.
93
Anexo fotográfico
94
Anexo fotográfico
Fotografía proporcionada por el cronista de Santa Catarina, N. L. Profr. Antonio Guerrero Aguilar.
95
Anexo fotográfico
96
Anexo fotográfico
97
Anexo fotográfico
98
Anexo fotográfico
99
Anexo fotográfico
Revolucionarios del General Pablo Gzz. rumbo a Tampico cerca de Monterrey. Mayo de 1914,
sobre los trenes de los ferrocarriles.
100
Anexo fotográfico
101
Anexo fotográfico
102
Anexo fotográfico
103
Anexo fotográfico
104
Glosario
105
Glosario
106
Bibliografía
Aguilar Belden, Sara. Una ciudad y dos familias. Editorial Jus, México, 1970.
Cavazos Garza, Israel. Nuevo León: montes jóvenes sobre la antigua llanura.
Monografía Estatal Secretaría de Educación Pública, México, 1982.
Cossío, David Alberto. Historia de Nuevo León. Evolución Política y Social. Monterrey,
N.L., Ed. Cantú Leal. 6v. Vol. III y IV, 1925.
Serna Treviño, Pablo. “Vocablos que mucho se oyen y poco se escriben”. Vol. I, II, III;
San Pedro Garza García, 2009.
Diccionario del español usual en México. El Colegio de México, 2a. edición, 1996.
107
Es una publicación
de la Secretaría de Desarrollo Social
de Nuevo León.
La responsabilidad de la edición
estuvo a cargo del área de Comunicación.
108
109