Nº 51

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¿Es igual
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¿Qué dice
de portada

tu bebé? De los gorjeos a las

primeras palabras
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 TEMA DEL MES

de los balbuceos a las primeras palabras

Los inicios del

lenguaje del bebé
Primero tú, a través del afecto y los cuidados, le ilusionarás
en el despliegue de nuevas formas de comunicación.
Luego él será capaz de transformar sus señales y gestos en
palabras. Establecer un vínculo afectivo sólido es la clave
para que desarrolle el lenguaje correctamente.
Marisol Nuevo

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¿Sabías que...?
Los retrasos del lenguaje pueden ser la
punta del iceberg de otras patologías. En
ocasiones, indican problemas relevantes
del desarrollo, como por ejemplo, el
autismo, y con más frecuencia, forman
parte de patologías menos evidentes
que esconden alguna
discapacidad.
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N La comunicación
ueve meses esperando conocer
a tu bebé y ahora que ya puedes
abrazarle, besarle y colmarle de
atenciones, parece que sólo le falta
hablar. Pero hasta que diga su primera palabra
pasarán casi dos años. Esa comunicación a tra-
vés del lenguaje es lo que más echamos de me-
nos las madres cuando empezamos a interpretar
lo que nos quiere decir nuestro recién nacido
para atender sus necesidades básicas. Reconocer
si llora porque está cansado, sucio o hambriento,
si agita sus brazos y piernas porque está conten-
to… es un reto nuevo cada día.
Y es que interpretar sus reacciones y el por
qué de su llanto es la clave para establecer las
primeras bases de la comunicación con tu bebé.
Aunque los niños no empiezan a hablar como
los mayores hasta los 24-36 meses, momento
en que alcanzan la denominada explosión léxica,
la comunicación pre-verbal con sus padres co-
mienza mucho antes.
El vínculo afectivo
El contacto emocional con sus papás desde el
momento del nacimiento es fundamental para
el desarrollo de sus conexiones cerebrales en re-
lación con la adquisición del lenguaje. Gracias a
las respuestas positivas que recibe el bebé de los
adultos, será capaz de ir diferenciando los soni-
dos que produce, las miradas...Así, una madre
puede saber cuándo llora porque tiene hambre
o cuando lo hace porque está sucio o tiene frío.
Hablarle con un tono de voz melódico, cantar-
le canciones, repetir sus balbuceos y prestarle
nuestras palabras durante la rutina de su cuidado
diario mejorará las posibilidades de aprendizaje
y comunicación de tu bebé.
Según explica la logopeda y terapeuta Cin-
thia Sprenger, directora de Espacio de Logope-
dia y Psicopedagogía Elopsi, “durante el primer
año de vida, los intercambios y la comunicación
entre la madre y su bebé son exclusivamente pre-
verbales y se apoyan en la habilidad para “inter-
pretar” las necesidades y emociones de su bebé
(empatía) y en la imitación de las expresiones
faciales; esto promueve un “diálogo” que influye
en el desarrollo del pequeño. La información
que le llega, a partir de los cuidados que le pro-
digan sus padres, favorecerá el despliegue de sus
potencialidades y propiciará el desarrollo de su
madurez cerebral”.
Sus primeras palabras
Suelen emitirse de manera aislada y sólo son
aproximaciones fonéticas a las palabras de los
adultos, pero los bebés ya las usan de mane-
ra consciente para referirse a situaciones u
objetos específicos. Incluso para los padres, al d
pre-verbal
E s el primer sistema de intercambio
lingüístico que se produce entre
el bebé y su madre. Su importancia
es esencial, ya que asegura la
supervivencia del bebé y se produce
durante los cuidados de alimentación e
higiene que precisa para su desarrollo.
Cinthia Sprenger asegura que “el ser
humano nace con un sistema nervioso
que necesita desarrollar y madurar,
y con una psicología carente de
estructura, que le sitúa en un estado de
dependencia de los demás para hacer
posible que su vida prospere. El afecto
será la chispa que encienda, conecte
y despliegue todas sus posibilidades
biológicas, emocionales y cognitivas a
partir de los primeros intercambios”.
Así, la familia irá traduciendo en
palabras, la “comunicación en
actos” que despliega el bebé. Por
tanto, sus padres tendrán la función
más importante de todas, la de
“humanizar” a su bebé, ayudándole a
desarrollar su lenguaje y a organizar
sus pensamientos, gracias al íntimo
intercambio emocional que se realiza
durante las situaciones iniciales de
cuidado biológico. “El desarrollo de
un niño está sujeto no sólo a las leyes
naturales que rigen la evolución, sino
también al elemento organizador que
promueve el vínculo con sus padres.
La comunicación pre-verbal juega un
papel clave en su desarrollo cognitivo,
comunicación e integración socio-
emocional”, concluye Cinthia Sprenger.
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 TEMA DEL MES

¿QUÉ “DICE” TU BEBÉ?

D esde el nacimiento hasta los dos años de edad, el bebé
pasa por cinco etapas para desarrollar su lenguaje.
Cinthia Sprenger afirma que “la mayor parte de los
intercambios en este diálogo bebé-adulto están basados en
procesos inconscientes que escapan al control racional de los
padres. La respuesta que los adultos ofrezcan a las primeras
manifestaciones favorecerá el despliegue y la riqueza de
nuevas formas de comunicación. Esto es lo que se conoce
como ilusionar a un bebé, es decir, que comprenda que cada
manifestación suya provoca una respuesta en los otros y
será respondida inmediatamente y de la manera adecuada.
Así irá desarrollando la confianza en los adultos que le cuidan
y esto, a su vez, alimentará su deseo de conectar con ellos y
enriquecerá sus recursos para comunicarse”.

De 0 a 8 meses rutina cotidiana o algún sonido que De 18 a 24 meses

El descubridor
● Cómo se expresa: carece de
intención comunicativa, es decir,
no tiene una idea en mente para
comunicar. El llanto es una de las
primeras formas de expresión.
Sonríe y devuelve la sonrisa a
alguien que lo mira expectante
o con alegría y emite sonidos de
placer o de molestia (vocalizaciones
y balbuceos). Más adelante,
moverá sus manos para coger un
objeto o extenderá sus brazos para
dirigirse a un adulto. Cambia el
volumen y tono de su voz; puede
tratar de imitar un sonido o alguna
expresión facial del adulto que
tenga en frente.
● Qué comprende: responde
al tono de la voz del adulto, pero
no comprende las palabras.
Comienza a reconocer rostros,
objetos, voces y sonidos con los
que se relaciona habitualmente.
Comprende gestos sencillos (si
mamá le extiende los brazos, es
posible que él extienda los suyos
para que lo alcen) y anticipa lo que
sucederá a continuación en una
le resulte familiar (como el agua de
la bañera, que asociará al baño).
De 8 a 13 meses
El comunicador
● Cómo se expresa: a los ocho
o nueves meses los bebés dan un
salto cualitativo muy importante,
despliegan la intencionalidad
comunicativa. Coincide con una
maduración cortical y con el hecho
de haber establecido una confianza
con el adulto. No expresa ninguna
palabra “comprensible”, pero
tiene una idea en mente y envía
mensajes “entendibles” para los
adultos que tienen contacto habitual
con él. Señala, triangula (atención
conjunta) la mirada entre el adulto
y el objeto que quiere, y puede
seguir el interés de otros (puede
mirar donde el adulto señala o
mira). Protesta, mueve sus manos
para saludar o despedirse, emplea
vocalizaciones y balbuceos más
complejos y parecidos a los de su
lengua materna.
● Qué comprende: primero, las
cosas que suceden en las rutinas
cotidianas y más adelante, el
lenguaje que se repite una y otra
vez durante las mismas. Esto es
fundamental porque lo primero que
se desarrolla es la comprensión del
lenguaje y más tarde comienzan a
aparecer balbuceos que intentan
imitar las palabras que entiende.
De 12 a 18 meses
Palabras-frase
● Cómo se expresa: la primera
palabra es un momento muy
Combinaciones de dos palabras
Junta dos palabras, pero sin nexos,
artículos, preposiciones o verbos, es
decir, sin una estructura gramatical
semejante a la del adulto. Por
ejemplo: coche papá. Estas
combinaciones también deben ser
descifradas en el contexto porque
podrán tener muchos significados,
vamos en coche, ¿dónde está mi
coche?, etcétera.
De 24 a 36 meses
Oraciones simples
Poco a poco, estas frases sencillas
serán cada vez más complejas
especial. La reacción que percibe el con los elementos que los adultos
bebé de su alrededor le alienta a empleamos en nuestro lenguaje
seguir intentándolo. Las primeras coloquial y los pequeños podrán
palabras pueden “parecerse” poco sostener conversaciones cada vez
a la forma que tienen en el lenguaje más largas.
adulto y son mejor comprendidas
por las personas que habitualmente
están con ellos.
Los niños utilizan en esta etapa una
sola palabra para expresar muchas
cosas: “oche” puede significar que
quiere un coche, que se ha roto el
coche o tantas otras cosas que solo
en la situación concreta el término
puede ser comprendido por el
adulto.
● Qué comprende: aumenta su
nivel comprensivo de las palabras
que va escuchando en las
situaciones cotidianas. El bebé
puede señalar cosas o personas
cuando se lo piden y comprender
órdenes sencillas, sobre todo, si
éstas se relacionan con sus hábitos
diarios o están acompañadas por
señalizaciones.

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 Los balbuceos
d principio, es difícil reconocerlas; por eso mu- intentan imitar las
chas sólo pueden interpretarse correctamente
si se acompañan con un gesto. Poco a poco, el palabras que el bebé
niño irá aprendiendo a expresar sus intenciones
sin necesidad de gestos y de manera gramatical- comienza a entender
mente más correcta.
Estas primeras palabras, que se han conta-
bilizado en torno a 50 en la mayoría de los niños
y que siguen al balbuceo, se empiezan a adquirir
alrededor de los 18 meses y presentan unas ca-
racterísticas particulares: están condicionadas
por las constricciones anatómicas que impone
el aparato fonador del niño, cumplen unas fun-
ciones comunicativas especiales, se elaboran de
forma lenta y asociativa, se producen en unos
determinados contextos de uso o circunstancias
personales, espaciales o temporales; y funcionan
como señales en sus inicios.
La mayoría de las primeras palabras de los
bebés realizan alguna función, tal como adiós

y hola, o son nombres de personas a quienes
quieren llamar su atención u objetos que quieren
obtener. Así, los bebés adquieren primero las
palabras que son más relevantes para sus necesi-
dades comunicativas (negación, requerimiento
de objetos, de acciones, demanda de ayuda, de
continuación o acciones que les interesan). Un
buen ejemplo es el caso de la aparición, entre las
primeras, de la palabra “mío” para expresar po-
sesión en presencia de un hermano mayor, cosa
que no pasa en los primogénitos.
ÇEl gesto de pedir. Es una función comunica-
tiva básica que se verbaliza enseguida. Aparece
pronto la palabra “mira”, mediante la cual el ni-
ño pide atención; “dame”, para pedir un objeto;
“ven”, para requerir acompañamiento; “ten”,
para ofrecer un objeto y “más”, para demandar
continuación.
ÇSeñalar con la mano o con el dedo índice.
Esta intención también se materializa en pala-
bras muy pronto. En general, la identificación
se realiza mediante el demostrativo “este”, al que
suele acompañar el gesto de señalar. Usa la pala-
bra “yo” para identificarse a sí mismo e identifica
también a sus interlocutores más próximos con
los términos “papá” y “mamá” o con el nombre
propio cuando se refiere a los hermanos. Con
frecuencia se refiere a los interlocutores con el
uso del pronombre “tú”.
Ç Negación, saludo y aceptación. En mu-
chos casos, conviven durante un tiempo con los
gestos. Así “adiós”, “no” y “sí” enseguida forman
parte del léxico infantil.
Las palabras que comienza a utilizar el niño de
año y medio surgen por su deseo de conocer y
categorizar el entorno. Inicialmente aparecen
en contextos familiares y están vinculadas a la
observación y al recuerdo. Así, las palabras que
los adultos más le repiten son las primeras que
adquieren los bebés. Así, existe una fuerte rela-
ción entre las primeras palabras y la frecuencia
con que éstas aparecen en el entorno del niño.
Estimula su lenguaje
En toda comunicación interactúan al menos dos
personas, aunque en este caso una de ellas sea un
bebé. Para ello, “es fundamental desear conec-
tar con tu hijo e interpretar sus acciones como si
estuviera queriendo comunicar algo. Debemos
ponernos cara a cara con él para mostrarle que
nos interesaen todo lo que dice o hace y esperar
cualquier reacción para responder a ella”, asegu-
ra Cinthia Sprenger.
Encontrar el momento o la situación ade-
cuada para mantener ese diálogo es fácil. Las
situaciones cotidianas, los pequeños rituales
familiares y, sobre todo, el juego en todas sus
variantes, promueven el desarrollo de la comu-
nicación y del lenguaje en particular.
Genética
o desarrollo
E l lenguaje es uno de los mayores
logros de la especie humana. Nos
diferencia del resto de las especies
animales y es una capacidad
fisiológica y psíquica extremadamente
desarrollada. Pertenece tanto al
dominio individual como al social y nos
capacita para abstraer, conceptualizar
y comunicar. Por este motivo, los
investigadores han invertido mucho
esfuerzo en descifrar sus secretos y
han surgido muchas teorías que han
intentado explicar el desarrollo del
lenguaje. Actualmente, los expertos
coinciden en que se heredan las
posibilidades biológicas para el
desarrollo de la comunicación y el
lenguaje, es decir, venimos al mundo
preparados con las “herramientas
base”, pero son los demás quienes
nos deben enseñar a comunicar. Y
para que se realicen las conexiones
cerebrales necesarias, el bebé necesita
que sus padres le inicien en el camino
de la comunicación. Por tanto, en el
despliegue de las potencialidades
lingüísticas del niño existen tres aspectos
importantes: el bagaje biológico, un
entorno significativo y la respuesta
subjetiva del pequeño. Cuando uno de
estos tres factores falla, se complicará el
d desarrollo integral del pequeño.

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Cuando algo no va bien
U n buen desarrollo del
lenguaje en el niño
facilita enormemente
su evolución social e
intelectual, y su adaptación
y éxito escolar. Y es que
toda comunicación, y
específicamente la lingüística,
es una herramienta básica
del desarrollo cognitivo y
socio-emocional en el ser
humano. Cinthia Sprenger
Las palabras que más repiten
los adultos a sus bebés, son las
primeras que ellos adquieren
18 MP
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TEMA DEL MES
advierte que “es muy
importante estar atentos
a la conducta y a las
respuestas que nos envían
los bebés para detectar
una posible patología.
Algo no va bien cuando
observamos alguna de
estas señales en un bebé de
pocos meses: es demasiado
tranquilo (pasivo), muestra
inexpresividad facial,
d Ç El juego: es una actividad placentera y fun-
damental en la infancia. Jugando buscamos re-
petir una y otra vez, desplegamos todo tipo de
habilidades y favorecemos la comprensión de la
no busca o rechaza
la mirada del adulto,
llora angustiosamente
situación. A partir del juego, los niños descubren
el mundo, las cualidades de los objetos (blando,
duro, frío, cálido…) y las reglas que rigen su pe-
constantemente (no en una
queño universo. Los juegos que más conectan a
situación puntual), rechaza
los niños pequeños con los adultos son el “cucu-
las caricias o estar en brazos,
tras”, las cosquillas, los caballitos, las nanas…
no devuelve la sonrisa al ÇDespertar su interés. Cinthia Sprenger ase-
adulto, tiene problemas
gura que “lo más importante es partir del interés
para aceptar la comida o
del niño, dejando que é lidere su espacio lúdico.
el pecho, o muestra hiper o
Esto significa contar desde un principio con su
hiposensibilidad a la voz o a
atención y su participación, dos escalones nece-
los sonidos ambientales”.
sarios que nos aproximan a la interacción comu-
nicativa”. Mantener el interés y la confianza del
bebé en su interlocutor depende de la habilidad
de éste. Cinthia Sprenger dice que “cuando diri-
gimos el juego o la actividad del niño, le agobia-
mos con miles de preguntas sin casi dar tiempo a
que nos responda, si no le permitimos desplegar
solo sus habilidades, el pequeño se desconectará
y rechazará la participación del adulto”.
Ç Respetar los turnos. En toda comunicación
uno habla y el otro escucha, y luego se invier-
ten los turnos. Es muy importante respetar al
bebé, aunque no sepa hablar aún. En la etapa
pre-verbal, estos turnos son una mirada, un ges-
to, una sonrisa… y los adultos debemos esperar
expectantes esa intervención para hacerles saber
que nos interesa lo que quieran compartir y que
vamos a responder en nuestro turno. “Como
ejemplo, sirve el momento en que el bebé detie-
ne la succión y mira a su madre que le está ama-
mantando. Así, le da pie a ella para interactuar y,
generalmente, ésta le devuelve una sonrisa o una
palabra. Aquí se ven los rudimentos básicos de
una estructura de diálogo entre dos personas”,
explica Sprenger. ◙
LECTURAS RECOMENDADAS
● Usted hace la diferencia. Ayala Manolson, Barbara Ward y
Nancy Dodington. Editado por The Hanen Centre – Canadá.
● Qué dicen los bebés antes de empezar a hablar. Paul
Holinger y Kalia Doner. Editorial Oniro.
● La vida mental y social del bebé. Cómo los padres crean
personas. Kenneth Kaye. Editorial Paidós.
● Niños agresivos, niños agredidos. F. Doltó. Editorial Paidós.
● Niño deseado, niño feliz. F. Doltó. Editorial Paidós Ibérica.
● Infancias. F. Doltó. Editorial Libros del Zorzal.
● Conozca a su niño. Donald Woods Winnicott. Editorial Paidós
Ibérica.
Para papás de niños pequeños con retrasos en el lenguaje:
● Hablando nos entendemos los dos. Jan Pepper y Elaine
Waitzman. Editado por Hanen Centre – Canadá.
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