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EL ESPÍRITU SANTO ACTUANDO EN LA FAMILIA

EFESIOS 6,4

Por la presencia y la acción del Espíritu Santo nuestra familia, que se formo por el
matrimonio, e convierte en iglesia Domestica: un solo cuerpo un solo Espíritu, un solo
corazón y una sola alma.
La unción entre padres e hijos se consolida sobre Dios uno y trino, comunidad de amor.
En la iglesia doméstica, el Espíritu Santo actúa de manera especial en cada miembro de
la familia, conservando su individualidad
Como nos dice Pablo: “No saben Uds. Que son templo de Dios y el Espíritu de Dios
habita en Uds.” 1Co. 3, 16

La abundancia de bienes celestiales que derrama el Espíritu Santo en la Familia, se


manifiesta dando unidad y coherencia al grupo, permite que los hijos crezcan en gracia
y en sabiduría.

Tan inagotable es la generosidad del Espíritu Santo que estimula la búsqueda del
sentido de la vida, la persecución del bien por encima del mal, se le reconoce a través de
la esperanza de la vida que es mas fuerte que la muerte.

Los 7 dones que provee el Espíritu Santo ayudan a la familia a lograr su misión:
Con los dones de sabiduría, entendimiento y Ciencia, como iluminación del Espíritu
Santo que se manifiesta en virtudes y gracias divinas, es la luz sobrenatural con la cual
el alma del padre y la madre conoce los secretos espirituales.

El Don de Consejo es indispensable en la relación de padres e hijos. El Espíritu


Santo santifica a los padres para que ellos santifiquen después a sus hijos, que hará
producir frutos espirituales. El alma que no esta guiada por el Espíritu Santo, no puede
aconsejar recta y santamente.

El Don de Fortaleza se derrama en el alma que lucha y perdona. Fortalece la vida


espiritual de la familia, para mantener la unidad, la armonía y la santidad de los hijos.

El Don de Piedad se funda en el sacrificio y en la cruz de Cristo, llenándonos de


amor a dios y al prójimo. Dice San Agustín que el don de piedad da a los que lo poseen
un respeto amoroso hacia la Sagrada Escritura, entiendan o no su sentido. Nos da
espíritu de hijo para con los superiores, espíritu de padre para con los inferiores, espíritu
de hermano para con los iguales, entrañas de compasión para con los que tienen
necesidades y penas, y una tierna inclinación para socorrerlos.
El alma piadosa ama con amor activo y obtiene frutos de santidad.

El Don de Temor a Dios: Los padres deben pedir este don al Espíritu santo para sus
hijos, no como miedo a la justicia divina, sino como temor a la ofensa que pueden
hacerle a Dios ya que el pecado hace al hombre indigno de recibirlo en la Santa
Eucaristía.
Para que la vida de todas las familias se impregne de los dones y frutos del Espíritu
Santo los padres, en compañía de sus hijos, deben invocar en todo momento la
presencia del Espíritu Santo en sus vidas, para que sus corazones se enciendan con la
llama de su amor.
Tres cosas esenciales que debemos saber sobre los padres:

1. Los padres no son perfectos, solo nuestro Padre Celestial es perfecto.


El amor de un padre hacia sus hijos, muchas veces le permite ser demasiado
permisivo y esto lo lleva a cometer errores que influye negativamente en
ellos.
Cristo nos exhorta a imitar su vida y costumbres, si queremos ser de veras
luminados y vernos libres de toda ceguedad del corazón. “Yo he venido al
mundo como luz, para que todo el que crea en mi no permanezca en
tinieblas” Jn. 12, 46.
2. Los padres tienen deberes y responsabilidades
-Enseñar. Deuteronomio 6,7
-Guiar. Proverbios 22, 6
-Proveer. 2Corintios 12, 14
-Criar. Efesios 6,4
-Controlar. 1Timoteo 3, 4
-Amar. Proverbios 3,12
3. Los padres hacen lo que sea por sus hijos, aún cuando nadie los entienda.

Jesús puso el mejor ejemplo. Mateo 7,11


El amor del Padre mas perfecto es el de nuestro Padre Celestial, que decidió
entregar a su único hijo por amor a nosotros. Juan 3, 16

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