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Manuel G. Romana
Departamento de Ingeniería Civil – Transportes
ETSI CAMINOS
Universidad Politécnica de Madrid
3 FILOSOFÍA Y RESPONSABILIDAD..................................................................................5
4 ACCIDENTALIDAD RELEVANTE.....................................................................................7
5 LA INFLUENCIA EN LA VELOCIDAD...........................................................................13
7 ARCENES Y BERMAS........................................................................................................18
8 CUNETAS..............................................................................................................................20
9 TALUDES..............................................................................................................................23
14 MOBILIARIO URBANO...................................................................................................28
15 PLANTACIONES...............................................................................................................28
16 OTRAS CIRCULACIONES...............................................................................................29
17 ALGUNAS RECOMENDACIONES.................................................................................29
18 CONCLUSIONES...............................................................................................................32
19 BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................34
TRATAMIENTO DE LAS MÁRGENES
Manuel G. Romana
Departamento de Ingeniería Civil – Transportes
ETSI CAMINOS
Universidad Politécnica de Madrid
Este párrafo es revelador sobre las intenciones que deben presidir el diseño,
construcción y conservación de las márgenes de la carretera: debe lograrse una
combinación de geometría y naturaleza de los elementos dispuestos de manera que
se limite el riesgo de accidente por choque contra ellos, pero también que se logre la
contención del vehículo si su circulación más allá de las márgenes implica un riesgo
más elevado que la operación de contención.
Aclarada la intención que presidirá nuestros esfuerzos, conviene establecer los límites
de la actuación en lo que a márgenes se refiere. En efecto, las márgenes empiezan
cuando termina el carril, y llegan potencialmente a toda la zona de servidumbre. A
efectos prácticos, sin embargo, suelen terminar en los taludes, ya que si estos son
muy tendidos no suelen ser muy altos, y si son altos la contención debe producirse
antes de llegar a ellos. Sí se incluyen algunos aspectos de los accesos, especialmente
todos los que están en esta franja.
Se conoce como seguridad activa al conjunto de medidas que colabora para evitar
posibles accidentes. La seguridad pasiva es el conjunto de medidas tendentes a
disminuir la gravedad de un accidente. Las márgenes de la carretera son, en
consecuencia, elementos que combinan la seguridad activa con la pasiva, ya que
permiten evitar algunos accidentes y limitan la gravedad de otros que se producen
pese a todo.
La gestión de las márgenes es fundamental para evitar accidentes, limitándolos dentro
de la categoría de incidentes (maniobras irregulares sin consecuencias). Para ello
debe disponerse tanto espacio de recuperación como sea posible.
Por último, las márgenes de la carretera deben presentar la máxima coherencia con el
resto de la vía y su entorno. Un contraejemplo típico es también citado por Rocci,
quien expone que hay una clara incoherencia entre algunas características de ciertas
vías interurbanas en las que se permite circular con rapidez (cruces a distinto nivel,
calzadas separadas, velocidad máxima elevada) y un tratamiento somero e
inadecuado de las márgenes, con presencia de obstáculos no protegidos con barreras.
Los elementos que constituyen las márgenes de la carretera y los que pueden ser
encontrados en ellas son los indicados en la tabla 1. Los que figuran en la columna de
la izquierda cursiva son constituyentes de las márgenes, y los de la derecha son los
que pueden ser encontrados en ellos.
3 Filosofía y responsabilidad
Se puede definir incidente como un suceso que altera el orden de la circulación, pero
que es corregido y no tiene consecuencias materiales. Accidente, por el contrario,
puede definirse como un suceso que altera el orden de la circulación y que ocasiona
daños en las personas y/o los objetos de forma involuntaria. La OMS define accidente
como una transferencia anormal no controlada de energía que tiene como
consecuencia la ocurrencia de lesiones o muertes.
Las márgenes de la carretera deben estar diseñadas para permitir que los incidentes
(percepción y decisión) no desemboquen en accidentes, y para limitar la gravedad de
los accidentes que sucedan. Pero todas las actuaciones deben mantener la
responsabilidad y la libertad en su reparto justo: hay responsabilidades de los
profesionales de la ingeniería, entendiendo estos como el conjunto de técnicos que
intervienen en el diseño, construcción, conservación y explotación de las carreteras, y
de los conductores.
Los elementos que configuran las márgenes de la vía y los que se encuentran en ellas
deben cumplir estas reglas, que se concretan más adelante.
4 Accidentalidad relevante
• Vuelco en la calzada.
La frecuencia de las salidas de calzada depende del tipo de vía que se considere, pero
suelen estar entre el 20 y el 30 % de los accidentes (llegando en algunos casos al 60
%), y de ellas se deriva una parte muy importante de las víctimas mortales. Además, la
colisión con elementos colocados en las márgenes causa aproximadamente la mitad
de estas víctimas (algunos estudios estiman que la proporción de vehículos que
vuelcan o colisionan llega a ser el 70% de los que se salen de la calzada).
En un estudio dentro del proyecto europeo RISER (Roadside Infrastructure for Safer
European Roads), actualmente en desarrollo, se realizó un estudio en Asturias que
demostró esta circunstancia. Se tomó un conjunto de vías de 69,5 km de vías de
calzadas separadas y 69,5 km de carreteras de dos carriles. Se estudiaron los
accidentes en las márgenes incluidos en los informes de la empresa concesionaria de
la conservación de estas vías y se compararon con los informes policiales. Los
resultados son claros, y se reflejan en la tabla 6.
En conclusión, los accidentes en las márgenes son una gran proporción de todos los
que ocurren, por encima de las estadísticas publicadas, pero su gravedad y su peso
en los fallecidos probablemente están correctamente contabilizados. Esto quiere decir
que márgenes más seguras implican una reducción de la accidentalidad superior a la
calculada habitualmente, pero no una mayor reducción de la severidad de la estimada.
Finalmente, y como muestra del interés de los abogados en esta materia puede citarse
el artículo Roadside Hazards , de Allan F. Davis, publicado en la página web del bufete
de abogados Robinson, Calcagnie y Robinson, que se define a sí mismo como una
firma que “se especializa en representar a demandantes en casos que implican
heridas graves (catastrophic injury) o fallecimientos provocados (wrongful death)”.
En este artículo se resumen los defectos principales que pueden ser invocados por los
abogados en pleitos causados por accidentes en las márgenes de la carretera. Como
más importantes se citan tres: la presencia de un escalón vertical lateral en el borde
del firme, que provoca la pérdida de control del vehículo, un talud demasiado
empinado o la presencia de objetos contra los que se colisiona. Tras esta
identificación, Davis pasa lista a las posibles causas de responsabilidad por parte de
las administraciones, entre las que destaca las siguientes:
5 La influencia en la velocidad
La velocidad es un factor evidente en los accidentes relevantes para el tema que nos
ocupa. La velocidad y las márgenes tienen varias interacciones evidentes: la mejora
de la geometría de la sección transversal provoca un aumento de la velocidad, y por
otro lado esta velocidad (inadecuadamente alta en relación con el trazado y las
condiciones del firme) es directamente la causa de casi todas las salidas de calzada
en curva.
Velocidades en curvas
La visibilidad
Otros investigadores tienen aspiraciones más modestas para estas anchuras, y las
recomendaciones varían. Así, FOX concluye que unas márgenes libres de 2 o 3 m
reducirían mucho la peligrosidad de las vías. OGDEN ofrece las siguientes cifras (tabla
7):
Criterio FI FR DE UK NL ES SE
Tipo de vía No Sí Sí Sí Sí Sí No
Intensidad de circulación Sí Sí Sí No Sí Sí Sí
Velocidad Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí
Taludes laterales Sí Sí Sí No Sí Sí Sí
Trazado en planta Sí No Sí No Sí No No
Anchura de carril No No No No No No Sí
Otros Sí No Sí No Sí No SÍ
Finlandia
Anchura libre en rellenos en carreteras nuevas y existentes (m)
Velocidad (km/h) Intensidad Media de Diaria (AADT)
<1500 1500 – 6000 >6000
120 6
100 4 4 6
80 2 4 4
60 2 2 4
50 2
Anchura libre en desmontes (m)
Velocidad (km/h) Intensidad Media de Diaria (AADT)
<1500 1500 – 6000 >6000
120 7
100 5 5 7
80 5 5 5
60 3 5 5
50 3 3
Francia
Carreteras existentes Tipo de carretera Carreteras nuevas
Velocidad de proyecto Anchura libre Velocidad de proyecto Anchura libre
(km/h) (m) (km/h) (m)
130 10 Autopista 130 10
110 8,5 Autopista 110 8,5
90 7 Autopista 90 7
90 4 Otras vías de calzadas 90 7
separadas
110 4 Carreteras de 2 110 8,5
carriles
90 4 Carreteras de 2 90 7
carriles
Reino Unido
Tipo de vía Anchura (m) Comentarios
Autopistas 4,5 4,8 m en estructuras
Otras vías de calzadas separadas 4,5
Carreteras velocidad > 80 km/h 4,5
Otras carreteras 3,5
España
Tipo de vía Velocidad Anchura de Arcenes Bermas
(km/h) carril (m)
Exterior Interior Mínimo Máximo
(m) (m) (m) (m)
Autopista 120 3,5 2,5 1 – 1,5 (1)
Autopista 100 3,5 2,5 1 – 1,5
Autopista 80 3,5 2,5 1
Vía rápida 100 3,5 2,5 2,5
Vía rápida 80 3,5 2,5 2,5
Carretera 100 3,5 1,5 - 2,5 1,5 - 2,5
Carretera 80 3,5 1,5 1,5 (2)
Carretera 60 3,5 1 – 1,5 1 – 1,5 (3)
Carretera 40 3 0,5 0,5
NOTAS: (1) para arcenes interiores con barrera adyacente
(2) en terreno ondulado con IMD baja
(3) en terreno ondulado con IMD baja será posible justificar arcenes de0,5 m
Suecia
Velocidad Estándares
(km/h) Altos Medios Bajos
110 > 10 m >6m >6m
90 >9m > 4,5 m > 4,5 m
70 >7m >3m >3m
7 Arcenes y bermas
Los arcenes y las bermas se discuten en el mismo apartado, ya que son elementos
contiguos que se tratan conjuntamente en la instrucción 3.1. IC. En este documento se
proponen sus dimensiones en el capítulo 7 “Sección transversal”, resumiéndose en la
tabla 10, que se reproduce a continuación:
Como puede verse, puede elegirse la anchura de la berma, y no así la del arcén. Las
dimensiones de esta banda conjunta oscilan entre 3,25 y 4,0 m para una autopista con
una velocidad de proyecto de 120 km/h, y entre 1,75 y 3,0 para una carretera C-60.
Cabe resaltar que las dimensiones de la banda pueden variar de una a otra sección
tipo del mismo tramo, respetando los mínimos y máximos expuestos, y que las
dimensiones no dependen de la velocidad para velocidades superiores a 80 km/h, y
sólo en una ocasión de la infraestructura: se pueden disponer bandas menores en una
carretera convencional que en una vía rápida o vía de calzadas separadas..
Otra discusión es si debe pavimentarse parte o toda esta banda. En general debe
disponerse un pavimento en el arcén, ya que su presencia favorece la estabilidad y
seguridad de la maniobra. Siempre que la importancia de la vía lo justifique, es
recomendable pavimentar la berma en desmontes, ya que evita erosiones localizadas
y arrastre de suelos al arcén o a la cuneta en tormentas.
2,5
Siniestralidad relativa
1,5
0,5
0
0 0,5 1 1,5 2 2,5 3
Anchura de arcén (m)
8 Cunetas
Las cunetas son uno de los elementos que puede contribuir a aumentar la seguridad
de las márgenes. En general, una cuneta es peligrosa para vehículos que han
abandonado la calzada si:
• Su profundidad es superior a 0,50 m
• Sus taludes laterales son más pinos que 1V:3H
• Hay objetos que perturban la regularidad de la cuneta (arquetas, sumideros
que sobresalen, etc.)
• Están en el pie de rellenos de poca altura
Las cunetas que constituyen un riesgo en calzadas de nueva construcción deben ser
protegidas mediante barreras, pero estas barreras deben estar situadas fuera de los
arcenes, en la medida de lo posible.
Cuando la dimensión relevante de los elementos es tal que la rueda puede caer en
ellos, o incluso desviarse si impacta contra las paredes (puede considerarse un umbral
en los 10 cm), es preciso disponer rejillas cubriendo las oquedades. Por ello, las
arquetas y sumideros deben estar cubiertas por rejillas capaces de resistir el peso de
los vehículos que circulan por la calzada, es decir, los vehículos pesados. Existe
normativa al respecto: es la UNE 41-300.
Los caces y cunetas son los elementos principales del sistema longitudinal de
desagüe, así denominado porque el flujo de agua en el sistema es paralelo al eje de
trazado. Los objetivos principales del desagüe longitudinal son recoger:
Además de los caces y de las cunetas, el sistema de drenaje longitudinal tiene otros
componentes: las arquetas, los colectores, los desagües (imbornales o sumideros) y
las bajantes.
Las cunetas de la plataforma son el elemento más habitual del desagüe longitudinal
del agua procedente de la plataforma y de sus márgenes, allí donde la carretera
discurre a nivel o en un desmonte. En realidad son unas pequeñas zanjas o acequias
que se disponen cerca del borde de la plataforma: y dado que los vehículos que
circulan por ella pueden alcanzarlas fácilmente en caso de una salida de la misma, y
volcar o detenerse bruscamente, la seguridad de la circulación exige que los cajeros
de una cuneta no tengan una inclinación superior a 1:5 (11º) y que sus aristas se
redondeen a razón de al menos 1 m de anchura por cada 10 % de variación de la
inclinación transversal. De lo contrario resultan peligrosas para la circulación (tanto
más cuanto más inclinados estén los cajeros y profunda sea la cuneta): por lo que
puede llegar a ser preciso colocar unas barreras de seguridad que eviten la caída a la
cuneta, sustituyéndola por un accidente de consecuencias más controlables.
La utilización de unas cunetas profundas y de cajeros inclinados (a no ser que vayan
cubiertas, resultando así franqueables sin peligro por los vehículos) no está justificada
en ningún caso:
• Para el caudal que tienen que desaguar, las cunetas suelen tener unas
dimensiones más que suficientes, ya que la superficie de la cuenca que
aporta es, en general, reducida. Si se alcanzase la capacidad hidráulica
de la cuneta se la puede desaguar a una obra transversal o, si esto no
fuera posible, a un colector generalmente situado bajo la propia cuneta.
En todo caso, conviene que el recorrido del agua por la cuneta no sea
excesivo (menos de 250 m).
En la figura 4 se indican las dimensiones que definen una cuneta genérica, además de
su pendiente longitudinal y de la naturaleza de la superficie que está en contacto con
el agua. A continuación se pasa revista a cada una de estas dimensiones.
(b) Anchura inferior (a2): la forma más usual de la cuneta en suelos o rocas
blandas es en V (a2 = 0): su construcción y conservación resultan más
sencillas. Además, una sección en V mantiene mejor las velocidades, al
disminuir el radio hidráulico al mismo ritmo que el calado. Por el contrario, si
hay que excavarla en roca dura, la forma trapecial es más adecuada;
además de resultar menos peligrosa para los vehículos que penetren en
ella; la seguridad mejora si se redondean las aristas, tanto las cóncavas
como las convexas.
(c) Berma exterior (b): aunque sea reducida, es conveniente donde los taludes
del desmonte sean erosionables, pues permite que las partículas
desprendidas se almacenen en ella, retrasando la necesidad de una
limpieza de las cunetas.
Donde sea necesario disponer drenaje subterráneo lo correcto es disponer una zanja
drenante bajo la cuneta, con arquetas.
9 Taludes
Desmontes
Desaconsejable
Aconsejable
Rellenos
Sólo si estas soluciones son imposibles debe optarse por un sistema de contención,
como los descritos a continuación. Para detalles de estos elementos, debe consultarse
la publicación del Ministerio de Fomento “Recomendaciones sobre sistemas de
contención de vehículos”. Orden circular 321/95 T y P de la Dirección General de
Carreteras (1996). En ella se encuentran criterios de implantación, dimensiones y un
completo catálogo con planos, detalles y especificaciones.
Los elementos lineales deben estar diseñados para impactos tangenciales, de forma
que la barrera resista choques a velocidades altas que impacten con un ángulo de
hasta con 200 (250 en California), y que choques con menos de 150 sean seguros
para los ocupantes (ver figura 6). Además, deben poder redirigir los vehículos hacia la
calzada o, como mínimo, detenerlo de forma controlada. Por último, las trayectorias
subsiguientes al impacto deben ser tales que se eviten, dentro de lo posible, los
choques con otros vehículos. Esta condición implica que el ángulo de salida debe ser
pequeño, en los casos en los que la salida esté prevista, como las barreras rígidas.
Los materiales de los que están hechos los elementos lineales son de dos tipos:
deformables, para eliminar la energía del choque deformándose de forma controlada,
o rígidos, de forma que los vehículos que impactan sobre ellos son redirigidos hacia la
calzada. Las condiciones que deben conjugarse son peso, anclaje y deformabilidad.
Las incorporaciones en rampa o las salidas muy próximas a las anteriores son
asimismo desaconsejables.
Como ejemplo, puede citarse que en Teruel (Casas, 2000), en noviembre de 2000, “se
adoptó el criterio de construir protecciones de pasos salvacunetas en accesos a
caminos y vías públicas, en determinados tramos, de tal manera que la máxima
pendiente de estos extremos fuera del 1:6 y dispusieran de una rejilla abatible para
facilitar su limpieza.
El informe pretende alcanzar un fin claro: evitar un choque frontal contra el tubo y las
aletas del paso salvacunetas. No obstante, el modelo Montalbán-Alcañiz es más fácil
de limpiar y garantiza mayor capacidad de desagüe, por lo que se recomienda.
14 Mobiliario urbano
El mobiliario urbano debe estar diseñado de manera que no agrave las consecuencias
de un eventual accidente. Para ello debe evitarse que se fracture en pedazos de
elevado peso, y que sean de rotura frágil.
15 Plantaciones
Con respecto a las plantaciones arbóreas, conviene diferenciar los entornos rurales de
los periurbanos y los urbanos. Es frecuente que las carreteras se conciban de manera
un tanto aislada, pasando por alto las preferencias de las comunidades a las que sirve.
Un ejemplo de ello puede encontrarse en las plantaciones arbóreas.
En muchas encuestas recientes los conductores valoran los árboles como un elemento
paisajístico que aumenta la calidad de la vía a sus ojos. Estas razones están
cambiando la opinión de algunas administraciones en Australia y EE.UU.
16 Otras circulaciones
17 Algunas recomendaciones
La estrategia recomendada es la siguiente:
La anchura de arcenes y bermas debe ser suficiente para permitir la reacción de los
vehículos. Las cifras de la 3.1 IC son adecuadas. Para los arcenes puede
considerarse, como mínimo, la anchura resultante de una trayectoria de salida de 5 º
de desviación y un segundo de duración (figura 12).
La aplicación de este criterio lleva unas anchuras de arcén similares a las reflejadas en
la siguiente tabla:
Si se disponen taludes de entre 1:4 y 1:3, los accidentes no suelen ser graves, pero la
recuperación es muy difícil. Si la inclinación es superior, es muy aconsejable disponer
barreras.
Los rellenos con estos taludes suelen ser franqueados por los vehículos que se salen
de la vía, por lo que conviene cuidar los pies de taludes.
Las cunetas de desmonte deben tener taludes reducidos del lado de la calzada (más
tendidos que 1:4, y deseablemente 1:6, véase la figura 15). En todo caso, es saludable
limitar la profundidad de la cuneta en carreteras convencionales a no más de 20 a 30
cm, y con taludes no empinados. Es recomendable en zonas poco lluviosas y
carreteras para accesibilidad (de velocidades no necesariamente elevadas) disponer
caces planos, cunetas con tapa y caces continuos, que tienen la desventaja de
requerir una conservación más atenta.
18 Conclusiones
• Los accidentes en las márgenes son una gran proporción de todos los que
ocurren, por encima de las estadísticas publicadas, pero su gravedad y su
peso en los fallecidos probablemente están correctamente contabilizados.
Esto quiere decir que márgenes más seguras implican una reducción de la
accidentalidad superior a la calculada habitualmente, pero no una mayor
reducción de la severidad de la estimada.
[7] FOX et al. (1979) “Collisions with Utility Poles”, Departmento de Transportes,
Australia.
[14] “Fixed roadside objects cause 100 fatalities each year”, Nordic Road and
Transport Research No. 1 1998
[17] ROCCI (2000) “La sección transversal de una vía y sus repercusiones sobre
la inseguridad”. INTEVÍA, 2000.