You are on page 1of 34

REVISTA ENFOQUES – LA LEY

PROFESIONAL EN CIENCIAS ECONOMICAS ~ ETICA PROFESIONAL ~ EJERCICIO PROFESIONAL ~ TRIBUNAL


DE ETICA PROFESIONAL ~ CONSEJO PROFESIONAL DE CIENCIAS ECONOMICAS ~ PROFESIONAL ~
RESPONSABILIDAD PROFESIONAL ~ CONTADOR PUBLICO

Título: El profesional en ciencias económicas y la ética.

Autor: Melzi, Flavia I.


Publicado en: Enfoques 2008-8 (Agosto), 84-Enfoques 2008-9 (Setiembre), 34

1 — Etica profesional
Resulta francamente dificultoso intentar dar una definición exhaustiva de la ética, concepto de
marcado contenido valorativo, que tiene que ver con las reglas de lo moral, de lo que está permitido,
de lo que está bien para la inmensa mayoría, del deber ser, de lo unánimemente aceptado por la
sociedad como práctica honesta conforme una noción de equidad y de justicia (1). Empero no obstante
la evidente complejidad en torno a su conceptualización, sin duda alguna, todos sabremos reconocer lo
que resulta "no ético" cuando ello acontece ante nuestros ojos.
El contenido ético de la acción es exclusivo del hombre, califica solamente el acto efectuado por el
hombre en su condición de persona, es decir realizado por un sujeto inteligente y libre. Actuar bien es
ser una mejor persona. Ello produce efectos multiplicadores sobre la calidad ética de la comunidad
profesional, aumentando la buena imagen, la reputación y generando confianza en los profesionales en
ciencias económicas. Y como correlato de esa confianza surge el liderazgo. Por el contrario, actuar mal
degrada la calidad humana de quien actúa y por ende la calidad ética de la comunidad profesional.
Así la ética es una necesidad de cada uno y de todos los profesionales y no solo un tema para ilustrados.
Hace referencia a categorías tales como el bien y el mal, deberes y derechos, lícito e ilícito,
responsabilidad e irresponsabilidad, es decir, hace referencia a las acciones humanas y a su valoración.
Lawrence Kohlberg a lo largo de su prolongada trayectoria docente (2), observaba que los individuos
razonan en un único estadio, igual o a lo sumo algo por encima o por debajo de la media de la sociedad
de la que forman parte. Es así como el progreso hacia un estadio superior no es una conducta
automática, sino que suele ser el producto de estímulos sociales que pueden acelerarse a través de la
enseñanza de los principios éticos y de la ética aplicada (3).
Esa gradación de la conciencia moral indica al menos que todo progreso real en la concepción de
responsabilidad del ser humano en general, y del profesional en ciencias económicas en particular, es
función de un creciente refinamiento ético-analítico. Y tal refinamiento debe necesariamente surgir en
él mismo, en sus pares y competidores, en suma, en el resto de los individuos y grupos que actúan en su
comunidad con distintos grados de protagonismo.
Como el resto de las profesiones, el ejercicio de las propias vinculadas a las ciencias económicas
responde a ciertas características constitutivas que comprenden entre otros aspectos, el dominio de un
saber especializado adquirido tras un largo período de instrucción formal y la experiencia en el servicio
de satisfacer las necesidades de quienes los requieren. Y necesariamente involucran las normas de
comportamiento profesional y una suerte de monitoreo de sus pares que premiarán los logros y
sancionarán las violaciones vinculados a la actividad.
En este contexto, los códigos de conducta profesional ordenan lo que "naturalmente" se espera del
profesional, de modo que "el ideal profesional represente al profesional ideal" (4). Ideal que, va de
suyo, exige una persona dedicada a proveer servicios eficientes a quienes los demanden, conforme un
mandado explícito contenido en sus votos de graduación, en normas consensualmente aceptadas y en
las expectativas de su comunidad.
Y en tal contexto, la ética profesional para desarrollarse y retroalimentarse, debe aparecer como uno
de los objetivos de la educación del graduado, si bien su estudio resulta ser, en verdad, mucho más la
consecuencia de una imposición práctica de la realidad, destinada a la atención de los asuntos que le
son a diario encomendados al profesional, con diligencia, competencia y genuina preocupación por los
legítimos intereses que le son confiados; actuando con integridad, veracidad, objetividad e
independencia de criterio, manejando debidamente la confidencialidad, y estableciendo límites al
ofrecimiento de sus servicios. Pues así concebido, el cliente no es un simple consumidor; el profesional
no es un vendedor más; ni el servicio es una mercancía. Y ello es así pues la actividad profesional
involucra no sólo al matriculado y su cliente, sino que atañe a toda la profesión, con su propia
naturaleza, fines y procedimientos. En otros términos, los profesionales no sólo ponen a prueba y
arriesgan su propio prestigio, sino también la dignidad de su métier (5).
Resulta así insoslayable la definición de los valores imperativos de la comunidad profesional; la
adopción de políticas y acciones que tiendan a generar el criterio ético de los matriculados en ciencias
económicas y a moldear su conducta; pues, por decirlo de algún modo, los profesionales en ciencias
económicas, como egresados universitarios, debe demostrar que no sólo han aprendido el contenido de
las diversas asignaturas que integran la currícula de su carrera, sino que han aprehendido las normas de
conducta que habrán de regir toda su vida profesional.
Así concebida la carrera profesional constituye una función social que sintetiza derechos y obligaciones
individuales, grupales y generales, abarcando las diversas interacciones de las que participan:
profesional-cliente, profesional-profesional, profesional-comunidad. Es decir, es la sociedad la que
delega en la profesión la responsabilidad de cuidar de un segmento del interés público, otorgando los
privilegios y beneficios que ello conlleva. Y como correlato les exige a los profesionales el respeto de los
valores encomendados, quienes a ello se han comprometido: a ser fieles con la Constitución Nacional y
con las reglas éticas de su profesión en el desempeño de ésta.
En este sentido la ética profesional puede ser concebida como el arte de ejercer la profesión, que
permite adecuar el trabajo profesional a la singular dignidad humana tanto en su dimensión personal
como social. En lo individual cada profesional se construye a sí mismo y en lo social contribuye a la
conformación de la "identidad" de la comunidad profesional (6).
Es en tal inteligencia que se le exige que participe en la formulación de normas y políticas que afectan
a su comunidad, compartiendo razonablemente su saber, promoviendo la sanción de comportamientos
indeseables, y bregando por despejar los obstáculos que dificultan el ejercicio eficiente de su actividad.
Es por ello que se impone la necesidad de contar con una suerte de enunciación de principios y normas
mínimas que constituyan la base sobre la que habrá de sustentarse la estructura éticade los
profesionales en Ciencias Económicas: el Código de Etica.
Pero aquellos principios, valores, normas o cualidades que conforman el Código de Ética, no tienen
vigencia real por su mera sanción, sino que habrán de cobrar vida cuando sean adoptadas por la
comunidad de colegas, aceptándose y convirtiéndose en "hábitos colectivos", alcanzando un alto rango
de funcionamiento y otorgando una suerte de identidad común. Y es ésta y no otra, la finalidad que ha
inspirado estas líneas.
2 — Ética y Conducta profesional
Los llamados "Códigos de Etica profesional" suelen incluir entre sus dispositivos dos clases de normas. Un
primer grupo se integra de reglas de moral, tendientes a que el profesional sea una persona virtuosa.
Ejemplos de ello son aquellas regulaciones que predican la lealtad, la búsqueda de justicia, la honradez.
Un segundo grupo contiene aquellas que se enderezan al correcto Ejercicio Profesional. Entre éstas
podemos encontrar las que refieren al estilo y la forma de ejercicio profesional, tales como las relativas
a la emisión de documentos (opinión, certificación, informe, dictamen), o las vinculadas a la publicidad,
incluyéndose asimismo reglas de conducta que tienen al buen ejercicio profesional, cuales el deber de
guardar secreto, o la prohibición de compartir honorarios.
Sólo las de la primera de las categoría mencionadas resultan aplicables en forma universal, ya que
hacen al perfeccionamiento moral del profesional. Por el contrario, las segundas dependerán en gran
medida de las características y modalidades de cada lugar en que la profesión se desarrolle (7).
En síntesis podríamos decir que las normas de ética profesional son mayormente reglas que tienen como
fin último el adecuado ejercicio de la profesión, esto es, pertenecen a la esfera del "hacer". Y se
complementan de aquellas disposiciones que expresan reglas de corte moral, pertenecen al orden
del "obrar" y propenden a que el profesional en ciencias económicas sea más virtuoso. Y aún cuando a
veces la naturaleza de sus funciones, moral general y reglas del arte se confunden, es conveniente
distinguir estos campos para poder comprender el alcance y la razón de ser de las normas éticas.
3 — Los principios fundamentales de la Ética Profesional
Entre los principios fundamentales que orientan la conducta de los profesionales en ciencias económicas
pueden enunciarse (8):
3.1 Justicia
La Justicia como valor está en la base de cualquier ordenamiento social justo y, por lo tanto, es pilar de
una pacifica y laboriosa convivencia profesional. La valoración de la cuestión encomendada al
profesional desde la perspectiva de la justicia, entendida como "dar a cada uno lo suyo", es sin duda uno
de los problemas morales más complejos que se presentan en el ejercicio profesional. Tanto más porque
en la práctica cotidiana, en manera alguna toda la razón está de un lado, sino que cada caso concreto
presenta matices; y en muchos casos hay presentes razones moralmente atendibles por los que las
personas se apartan de sus deberes.
El principio de justicia involucraría dos valores fundamentales:
3.1.1 Veracidad
La veracidad, virtud moral que se funda en el concepto de verdad (entendida como la adecuación del
pensamiento con la realidad), es lo que la inteligencia siempre habrá de buscar para no caer en el error
o en el engaño. Y este concepto se encuentra ínsito en esa suerte de relación fiduciaria múltiple que va
más allá de la relación profesional-cliente, e involucra las propias del profesional con los demás
profesionales y con la comunidad en su conjunto.
En punto a ello, por más confianza que se hubiere depositado en el profesional, no deberá aceptar
participar en las actividades ilegales o inmorales de su cliente, intentando disuadirlo de perpetrarlas, y
apartándose de él si no lo logra. Su compromiso con la verdad, la justicia y el interés general debe ser
superior a su lealtad con el cliente. Así, aún cuando estuviere obligado a callar, de ningún modo puede
ni debe sentirse obligado a mentir (9).
3.1.2 Deber fiduciario
Fiducia es un término que nos habla de confianza, de honor, de lealtad, y por extensión, el fiduciario es
aquel que desempeña una función basada en la confianza que se ha depositado en él, el honor de su
persona y la lealtad que promete hacia el otro.
Es un aspecto especial de la verdad o veracidad y consiste en ajustar los hechos a la palabra empañada,
extremo que constituye un pilar sobre el que se construye cualquier relación profesional. Cumplir con
conveniente exactitud cuanto ha sido prometido, no defraudar al cliente o a terceros de ninguna
manera, haciendo clara y transparente su labor, es propio de la virtud de fidelidad. Y ser fiel es una
particular forma de ser justo.
3.2 Prudencia
Pieper (10) sostiene que "la virtud de la prudencia es la madre y el fundamento de las restantes
virtudes cardinales: justicia, fortaleza y templanza; que en consecuencia, sólo aquel que es prudente
puede ser, por añadidura, justo, fuerte y templado; y que, si el hombre bueno es tal, lo es merced a la
prudencia".
Es la virtud clave del que emprende algo, del obrar y del querer según la recta razón, consiste en guiar
la acción del hombre a tomar las decisiones adecuadas adaptándolas a las circunstancias de hecho en
que tal acción debe realizarse.
Un obrar prudente y diligente presupone: a) optimizar el pasado lo que impone un adecuado
relevamiento y análisis de los antecedentes vinculados con la cuestión a resolver; b) diagnosticar el
presente lo que exige visualizar el contexto, analizarlo acabadamente, y anticipar eventuales cursos de
acción; c) prevenir el futuro lo que importa reducir los riesgos apostando a la solución que se visualiza
con mayores perspectivas de acaecimiento.
En resumen, la prudencia consiste en el saber hacer,en buscar la excelencia, extremo que en el
ejercicio profesional se adquiere básicamente con la experiencia y la capacitación constante. Importa
tomar decisiones (aún audaces) midiendo las consecuencias del eventual fracaso y advirtiéndole al
cliente el riesgo de las mismas.
3.3 Fortaleza Profesional
Santo Tomás (11) sostenía que el acto más propio de la fortaleza es resistir no atacar y la paciencia es
así un ingrediente necesario de la fortaleza. Tales conceptos son sin duda aplicables a esta virtud en
relación al ejercicio profesional.
Así, el perfil ético del buen profesional no habrá de agotarse en la veracidad, la fidelidad y la
prudencia. Tales valores encuentran obstáculos y resistencias permanentes, y solo a costa de sacrificios,
riesgos y contrariedades, se preserva su defección o abandono. El empuje laborioso, el saber cuándo y
hasta dónde arriesgarse, manifestar una sana forma de agresividad, ser emprendedor, exteriorizar el
espíritu de lucha, no escapan a la ética requerida para un buen profesional. En síntesis, la Fortaleza,
entendida como capacidad para hacer frente de manera paciente a las dificultades que en el ejercicio
de la labor profesional pudieren plantearse en una virtud esencial para el ejercicio de la profesión.
3.4 Humildad Profesional
Finalmente la humildad debe erigirse como uno de los pilares básicos de la vida profesional,
propendiendo a un adecuado equilibrio entre la valoración de las propias capacidades y el
reconocimiento de las propias limitaciones. Esto exige que cada profesional deba observarse a si mismo,
a su propia condición profesional, y a las circunstancias de su profesión.
4 — El Tribunal de Ética Profesional
4.1 Antecedentes normativos
La ley Nacional 20.488 (12), reguló para todo el territorio de la Nación el ejercicio de las profesiones de
Licenciado en Economía, contador Público, Licenciado en Administración, Actuario y sus equivalentes, a
cuyos efectos impuso como obligatoria la inscripción en las respectivas matrículas de los Consejos
Profesionales del país, conforme a la jurisdicción en la que se desarrollara su ejercicio.
Dicho cuerpo normativo, se ocupó entre otras disposiciones de establecer las incumbencias de las
diversas profesiones mencionadas, y ordenó a través de su Título II la creación en la Capital Federal (13)
y en cada una de las provincias que así lo dispusieran, de un Consejo Profesional de los graduados en
ciencias económicas, definiendo sus facultades y deberes, y delegando en dichos organismos el poder de
policía profesional, ordenándole velar para que sus miembros actuaren cumpliendo con los mandatos de
la Constitución y de las leyes, cuidando el cumplimiento de los principios éticos que rigieran el ejercicio
profesional, ordenando el ejercicio de las profesiones involucradas, perseguir el ejercicio ilegal, y
aplicar las correcciones disciplinarias por violación a los códigos de ética.
Ya por entonces se tipificaban las correcciones disciplinarias que se aplicarían en la órbita de los
diversos Consejos a sus matriculados (14).
Por su parte, la ley 20.476 - Título II, constituyó la legislación de referencia aplicable al tema que nos
convoca, al crear el Tribunal de Disciplina, órgano competente para juzgar las inconductas profesionales
y aplicar, según la gravedad de la falta cometida y los antecedentes del matriculado imputado, las
correcciones disciplinarias pertinentes (15).
El 18 de septiembre de 2000 se publica en el Boletín oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la
ley 466 dictada por la legislatura porteña, estableciendo el nuevo marco regulatorio del Consejo
Profesional de Ciencias Económicas de esta jurisdicción.
En este dispositivo legal, que deroga las disposiciones de la ley nacional 20.476, establece entre otras
cuestiones la conformación y régimen electoral de sus órganos, que se integran de El Consejo Directivo,
la Comisión Fiscalizadora y el Tribunal de Etica Profesional (16). Regulaciones que va de suyo, conforme
a su Disposición transitoria 2, resultaron operativas a partir del acto eleccionario realizado en el mes de
junio del año 2001.
4.2 Composición del Tribunal de Etica Profesional
El Tribunal de Etica Profesional se integra con quince miembros titulares e igual cantidad de suplentes,
los que se distribuyen por profesión en razón de doce contadores públicos, un licenciado en
administración, un licenciado en economía y un actuario (17). Es de señalar que desde la vigencia de la
ley 466 (18) se contempla en el ordenamiento la representación de las minorías, por cuanto en el caso
de contadores, cinco representarán a ésta.
Asimismo, el art. 4° de la ley citada recoge como imperativo la cláusula del art. 36 de la Constitución
de la ciudad Autónoma de Buenos Aires. Dicha cláusula impone la igualdad de géneros, regulando en su
primer párrafo que "la Ciudad garantiza en el ámbito público y promueve en el privado la igualdad real
de oportunidades y trato entre varones y mujeres en el acceso y goce de todos los derechos civiles,
políticos, económicos, sociales y culturales, a través de acciones positivas que permitan su ejercicio
efectivo en todos los ámbitos, organismos y niveles y que no serán inferiores a las vigentes al tiempo
de la sanción de esta constitución" y agrega en su tercer párrafo "las listas de candidatos a cargos
electivos no pueden incluir más del setenta por ciento de personas del mismo sexo con probabilidades
de resultar electas. Tampoco pueden incluir a tres personas de un mismo sexo en orden consecutivo".
Para ser miembro del cuerpo se exige una antigüedad de matrícula no inferior a los diez años cumplida
a la fecha de oficialización de la lista en que el matriculado se integra por la Junta Electoral. La
duración del mandato será de tres (3) años reelegibles por otro período igual y consecutivo, luego del
cual deberán transcurrir tres años como mínimo para una nueva elección. Una vez electos, todos los
miembros prestarán juramento ante el Consejo Profesional de desempeñar sus funciones de
conformidad con las normas que rigen el ejercicio profesional.
El Tribunal de Etica Profesional actúa dividido en cuatro (4) salas (19), cuyo funcionamiento se
encuentra reglamentado por la Resolución dictada por el Plenario del dicho cuerpo con fecha 13 de
junio de 2001, en cumplimiento de la cláusula transitoria 1 de la ley 466/00, y según las facultades
conferidas por el art. 20 de dicho cuerpo legal.
Conforme dicho reglamento, el Tribunal actúa bajo una Presidencia común, que junto a cuatro
vicepresidencias será elegida en la primera reunión que se realice. El cuerpo se divide en cuatro Salas,
cada una de las cuales es presidida por los Vicepresidentes, siendo su integración:
Sala I: Cinco Contadores Públicos
Sala II: Dos Contadores Públicos y un Licenciado en Administración
Sala III: Dos Contadores Públicos y un Licenciado en Economía
Sala IV: Dos Contadores Públicos y un Actuario
Las salas II, III y IV tendrán competencia originaria y exclusiva en todos los casos en que se imputen
actos u omisiones a profesionales de matrícula Licenciado en Administración, Economía o Actuario
respectivamente.
Cada una de las salas será competente para aplicar por sí las correcciones disciplinarias leves que
juzguen pertinentes (20), en cuyo caso las decisiones se tomarán por mayoría de votos y en caso de
empate, decidirá el Presidente del Tribunal con su voto. Las sanciones más graves (21) serán aplicadas
por el Tribunal en pleno requiriéndose en estos casos la presencia mínima del 66% de los miembros del
cuerpo y el 75% de los votos presentes.
Los miembros que integran el Tribunal deben ejercer sus funciones hasta la conclusión, en ese cuerpo,
de las causas en las que estén conociendo, si ésta se encontrara en autos para alegar y por expiración
del mandato hubieran dejado de integrar el cuerpo.
4.3 La potestad disciplinaria por Falta Etica
La ley en comentario, regula en su Capítulo V lo atingente a la potestad disciplinaria, estableciendo en
su art. 27 que serán objeto de sanción los actos u omisiones en que incurran los graduados inscriptos en
la matrícula, que configuren violación de los deberes inherentes al estado o ejercicio profesional (22).
Tales deberes, que serán analizados más adelante, se encuentran integrados en el Código de Ética
regulado por la Resolución del Consejo Profesional de Ciencias Económica N° 355/80 (23).
Entre las sanciones disciplinarias establecidas en el ordenamiento (24) se prevén:
a. Advertencia.
b. Amonestación privada.
c. Apercibimiento público.
d. Suspensión en el ejercicio de la profesión de un (1) mes a un (1) año.
e. Cancelación de la matrícula.
Asimismo, y sin perjuicio de la medida disciplinaria impuesta, el matriculado puede ser inhabilitado
accesoriamente para formar parte de los órganos del Consejo Profesional por hasta tres años con
posterioridad al cumplimiento de la suspensión, en el caso de matriculados alcanzados con dicha
sanción, y por hasta cinco años a partir de la reinscripción en la matrícula, en el caso de matriculados a
los que ésta le hubiere sido cancelada.
Con respecto a su actuación, el Tribunal de Ética Profesional actuará a) por denuncia escrita y fundada;
b) por resolución motivada del Consejo Directivo; c) por comunicación de magistrados judiciales; o d) de
oficio, dando razones para ello. En todos los casos se deberá respetar el derecho de defensa en juicio
(25). La renuncia a la inscripción en la matrícula no impedirá el juzgamiento del renunciante. Todas las
sanciones aplicadas por el Tribunal de Ética Profesional serán apelables por los interesados ante el
Consejo Directivo, siendo las decisiones adoptadas por éste, revisables ante la Cámara del fuero
contencioso administrativo y tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (26).
El cuerpo normativo que se comenta contiene regulaciones vinculadas con los términos de la
prescripción de las acciones disciplinarias contra los matriculados, la que opera con el transcurso de os
cinco años de producirse el hecho que las motive (27), si bien esta se tendrá por interrumpida por los
actos de procedimiento que impulsen la acción.
En los casos en que se aplique la sanción de cancelación de matrícula, el titular de ésta no podrá
solicitarse su reinscripción o la inscripción en otra matrícula hasta pasados tres años de la fecha en que
quedó firme la resolución respectiva (28).
En cuanto al trámite de los expedientes, por Resolución del Consejo Directivo 130/01, dictada el 27 de
junio de 2001 (29) se dispuso el Reglamento de Procedimiento Disciplinario aplicable a sustanciación de
las causas éticas.
En su Título I se regulan disposiciones generales, citándose las normas de aplicación general y supletoria
(30), domicilios, términos y notificaciones, recusaciones y excusaciones de los miembros del Tribunal,
acreditación de personería, formalidades de los escritos.
En su Título II, se regulan en forma específica las normas aplicables a los procedimientos ante el
Tribunal de Etica profesional, relativas a la forma, requisitos y ratificación de denuncias, trámite de los
sumarios, ofrecimiento medios y producción de pruebas, las sentencias y los recursos contra éstas.
El Título III se ocupa específicamente de la sustanciación de la Apelación interpuesta ante el Consejo
Directivo, su recepción, trámite y resolución. Por su parte, el Título IV hace lo propio con la apelación
ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Finalmente el Título V refiere a los dispositivos aplicables a la ejecución de sanciones disciplinarias
consentidas o ejecutoriadas y al régimen de costas.
4.3.1 Ejercicio de potestad disciplinaria sobre ¿Estado o Ejercicio profesional?
Una cuestión que sin duda suscitó controversias en oportunidad de debatirse el proyecto unificado de
Código de Etica que comentamos supra (31), fue el alcance de la potestad disciplinaria; esto es, si las
mismas debían limitarse al ejercicio profesional, o si por el contrario, debían resultar abarcativas de lo
que se ha dado en llamar "estado profesional".
Si bien no contamos con una acabada y uniforme definición de este concepto, suele concebirse como
aquel comportamiento del profesional, que excede el ejercicio de su ciencia y de su arte,
proyectándose hacia sus colegas, hacia las instituciones y hacia el conjunto de la sociedad. Así
podríamos distinguir el ejercicio profesional, entendido como "acción y efecto de ejercer, practicar un
oficio o facultad", del comportamiento profesional, que refiere a "conducta o modo de ser".
Son numerosas las disposiciones que han aludido a estos conceptos, algunas de ellas limitándose al
ejercicio profesional, y otras avanzando sobre la potestad disciplinaria sobre el estado profesional, con
diversos grados de amplitud. La mencionada ley 20.488 (32), circunscribía las facultades de los Consejos
profesionales de las diversas jurisdicciones al resguardo de los principios de ética que rigieren "el
ejercicio profesional de ciencias económicas". Y este es el criterio que mayormente se impone en las
diversas profesiones colegiadas, y que fuere recogida por la jurisprudencia, disponiéndose que "el poder
disciplinario versa sobre las acciones u omisiones de los colegiados en el ejercicio profesional".
Así se sostuvo, al analizarse pretensas irregularidades que habrían afectado el normal desenvolvimiento
de un Colegio profesional, que importaban "juzgar la conducta de quienes tuvieron la responsabilidad
de dirigir el gobierno de la institución, lo cual es ajeno al poder disciplinario que versa sobre las
acciones u omisiones de los colegiados en el ejercicio profesional, que comprometa el honor de la
misma o violen los deberes inherentes a esa actividad, conducta no prevista en las normas que rigen la
materia, pero no la actuación que hayan tenido integrando los órganos de la entidad" y se agregó con
claridad prístina que "quienes suscriben el pronunciamiento impugnado, no han distinguido con la
necesaria e indispensable pulcritud, el órgano de gobierno del ente, con la conducta de los colegiados
en el ejercicio de la profesión y el Tribunal de Disciplina sólo puede juzgar esto último" (33).
En similar inteligencia, se expidió el Tribunal del CPCEPBA, al analizar el accionar de dos matriculados
que integraban la comisión directiva de una asociación de profesionales que actuaban en la justicia,
entendiendo que no resultaban competentes para su juzgamiento, toda vez que la controversia era de
orden político colegial y no de ética profesional.
Así se concluye bajo esta perspectiva que la facultad disciplinaria importa analizar y sancionar a los
matriculados cuyas inconductas éticas lo sean en el marco de su ejercicio profesional.
4.3.2 Supuestos de reconocimiento de "Estado Profesional" como causal de transgresión ética
Sin perjuicio de los antecedentes planteados, la legislación en la materia no es uniforme, existiendo con
diversos grados de amplitud el reconocimiento, implícito o explícito de una cierta potestad disciplinaria
frente a algunos supuestos de estado profesional. Cual una suerte de inventario, podríamos mencionar
entre las prescripciones que han sido integradas en los códigos de diversas jurisdicciones provinciales:
(34)
• Violación de normas constitucionales
• Pérdida de ciudadanía o nacionalidad por indignidad (35)
• Condena por delitos económicos (36)
• Condena o pena de inhabilitación profesional (37)
• Violación de incompatibilidades legales o profesionales (38)
• Participación en la conducción de entidades que otorguen certificados con incumbencias propias de
las ciencias económicas no autorizados por la ley de Educación Superior (39).
• Violación de normas éticas en el ejercicio de cargos que presupongan la aplicación de los
conocimientos propios de la profesión.
• Protección manifiesta o encubierta al ejercicio ilegal de la profesión (40)
• Actos que afectan normas de respetabilidad y decoro propias de un graduado universitaria (41).
• Retención indebida (42)
• Fallidos, hasta la rehabilitación (43)
Y en forma genérica se contempla en los Preámbulos de diversos Códigos de Etica de diferentes
jurisdicciones provinciales pudiendo sintetizarse en
a) aquellos casos que persiguen comprometer la actitud responsable de los profesionales para con la
sociedad, la casa de estudios en la que se graduaron, las instituciones profesionales de las que fueren
parte, sus colegas, y quienes requirieran de sus servicios (44),
b) otros que contemplan tres planos de deberes y responsabilidades profesionales: la comunidad, los
clientes y empleadores y los colegas, privilegiando el interés general (45),
c) un tercer grupo que sin perjuicio de privilegiar el ejercicio profesional no excluyen otras normas que
por su naturaleza conformen un digno y correcto comportamiento profesional (46).
4.3.3 Antecedentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
En el caso particular de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (47), se ha contemplado en forma
ciertamente limitada la potestad disciplinaria por "estado profesional", cuando, como mención genérica,
en su art. 1°, luego de regular su ámbito de aplicación, ordena el cumplimiento de sus disposiciones
para "todos los profesionales inscriptos en este Consejo en razón de su estado profesional y en el
ejercicio de su profesión, ya sea en forma independiente o en relación de dependencia".Si bien, en
forma específica sólo se ha regulado un único dispositivo de poder disciplinario por estado profesional,
que es el contenido en el art. 17 que reza: "constituye violación a los deberes inherentes al estado
profesional y en consecuencia se considera infracción al presente Código, el hecho de que un
matriculado —aún no estando en el ejercicio de las actividades específicas de la profesión— haya sido
condenado judicialmente por un delito económico".
Así se ha resuelto sentando la doctrina de que "Viola el art. 17° del Código de Etica el Licenciado en
Administración e infringe los deberes inherentes al estado profesional al ser condenado por resultar
coautor penalmente responsable del delito de administración fraudulenta (art. 173. inc. 7° del Código
Penal en función al perjuicio de la Administración Publica - y art. 174 inc. 5. del mismo cuerpo legal)
(48).
En similar criterio se sostuvo que "Violan el art. 17° del Código de Etica los profesionales que son
condenados penalmente por el delito de exacciones ilegales" sea ello en carácter de autor penalmente
responsable, sea en calidad de partícipe (49). En forma más genérica se ha resuelto que "Viola el art.
17° del Código de Etica el profesional que es condenado penalmente por la comisión de un delito
económico"(50) . Y así se resuelve pues se entiende que la figuras penales que encuadran en tal especie
de delito guardan conexión inmediata o mediata con los campos que abarcan las profesiones en ciencias
económicas y con la imagen que de los mismos tiene la comunidad.
5 — Cualidades Básicas esperadas en el profesional como evidencia de su conducta ética
Es esperable que para hacer realidad los principios esbozados en los párrafos precedentes, sea exigido
el cumplimiento de ciertas cualidades básicas en el comportamiento y en el accionar profesional, las
que, consensuadas por el conjunto de la matrícula (51) y sin que ello importe la exclusión de otras
conducentes a idénticos fines, podría resumirse en:
5.1 Credibilidad.
Que la información brindada por el matriculado sea aceptada como verdadera.
5.2 Profesionalidad.
El trabajo del profesional importa ciertas actividades especializadas, que lo identifican como tal frente
al resto de los actores de la sociedad en la que actúa (clientes, empleadores, colegas, dependientes,
resto de la comunidad).
5.3 Calidad de Servicios.
Ligado con la cualidad anterior, la calidad de servicio importa la búsqueda de la satisfacción plena de
las necesidades del cliente, el cumplimiento de sus expectativas; el logro de prestaciones orientadas a
la excelencia; reduciendo al mínimo el margen de error; generando soluciones; todo ello en
cumplimiento de las normas técnicas y éticas establecidas.
5.4 Confidencialidad.
Los usuarios de los servicios profesionales deben sentirse seguros de que la relación cliente-matriculado
se desarrolle en un marco de absoluta reserva o secreto.
5.5 Confianza.
Valor que resulta como derivación de los anteriores, y que hace al profesional digno de crédito, lo erige
en alguien de quien poder fiarse, tanto sus clientes como sus colegas y el conjunto de la sociedad toda.
5.6 Objetividad.
Búsqueda de la comprensión, visión y comunicación de los acontecimientos tal cual son, prescindiendo
de las preferencias, e intereses del matriculado y reduciendo al mínimo las propias interpretaciones.
5.7 Idoneidad Profesional.
Ejecutando los servicios comprometidos con la debida pericia, cuidado, competencia y diligencia, lo que
impone la capacitación permanente en lo referente a su actividad profesional.
5.8 Solidaridad Profesional.
Contribuyendo al bien común en las interdependencias con sus colegas, de acuerdo con la propia
capacidad y las reales posibilidades, respetando la iniciativa, la creatividad y el sentido de
responsabilidad de los demás sin observarlos ni privarlos de lo que ellos son capaces de hacer.
5.9 Responsabilidad.
La responsabilidad ética importa responder de los actos que el profesional realiza y de las consecuencias
previsibles de esos actos.
5.10 Dignidad Profesional.
La cualidades antes citadas, como elementos esenciales de su identidad, le otorgan al profesional un
respeto y estimación muy superior al que tienen la generalidad de los seres de su entorno material,
extremo que conlleva la exigencia de hacerse merecedor de ese respeto y estimación, tratando a los
actores con los que interviene con el debido respeto, no concibiéndolos como simples instrumentos para
maximizar sus beneficios.
Todos estos atributos que deben regir la conducta del profesional en ciencias económicas, constituyen
el basamento en que se han dictado los códigos de ética. Seguidamente analizaremos el vigente en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
6 — El Código de Etica del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires
Para abordar los dispositivos contenidos en el Código de Etica de la jurisdicción porteña, aprobado por
Res. 355/80 (CD) con fecha 9 de diciembre de 1980, podemos distinguir aquellas que se engloban bajo
el rótulo de "Normas Generales"(52), que integran las relativas al cumplimiento de disposiciones legales
y reglamentarias, los principios bajo los cuales deben actuar los matriculados, las propias relativas a la
competencia y capacitación que incluyen la actuación como auxiliares de justicia, las propias relativas a
la emisión de opiniones, certificaciones, informes, dictámenes y demás documentos, el respeto por la
solidaridad y sentimiento profesional, la formulación de cargos contra colegas, la facilitación de actos
incorrectos o utilización de técnicas para deformar o encubrir la realidad, retención de documentación,
actuación en institutos de enseñanza que importen propaganda engañosa, la facilitación de ejercicio
ilegal de la profesión, la competencia desleal, asociaciones entre profesionales, y el comentado estado
profesional por sanción penal firme por delito económico.
Luego se integran en el código en estudio normas relativas a Publicidad de servicios profesionales,
secreto profesional, honorarios, e incompatibilidades (53).
Analizaremos seguidamente dichas disposiciones:
6.1 Cumplimiento de disposiciones legales
En el código de la jurisdicción regula en su art. 2° que "Los profesionales deben respetar las
disposiciones legales y las resoluciones del Consejo, cumpliéndolas lealmente".
En la legislación comparada, este dispositivo adquiere diverso alcance, pudiendo reducirse a dos grupos,
comprensivos, el primero de disposiciones legales en su sentido lato, y restringiéndose el segundo, a
aquellas disposiciones aplicables como consecuencia del ejercicio de la profesión. Y aún más, en ciertos
casos, no sólo es exigido el respeto de las disposiciones, sino que se avanza, exigiendo su cumplimiento
por el matriculado, y obligándolo a "hacerlas cumplir"(54), extremo que a nuestro juicio no sólo no
puede serle exigido al profesional sino que el contralor de su cumplimiento excedería ampliamente de
la potestad disciplinaria de un tribunal de ética.
Desde nuestra perspectiva, si bien es esperable que el profesional en ciencias económicas sea
respetuoso del orden jurídico (55), ello de ningún modo importa que el incumplimiento de alguna
disposición a la que resulte obligado como ciudadano constituya falta ético (56). Por el contrario, sólo lo
será el incumplimiento de un dispositivo específicamente aplicable a la materia propia de su
incumbencia. Y así lo ha entendido el Tribunal de Etica de la jurisdicción como se expone en anexo
jurisprudencia al que remitimos.
6.2 Virtudes, prohibiciones y mandatos.
Como se ha sostenido, la comunidad profesional como grupo social, ha de tutelar un conjunto de normas
necesarias para el funcionamiento específico de su organización y función social definiendo
ciertas "virtudes imperativas", "prohibiciones" y "mandatos" que resultan aplicables a dicha comunidad
en particular (57).
La Federación Internacional de Contadores (IFAC) resalta que una profesión se distingue por una serie
de caracteres que le son propios, entre los que destaca la superioridad en una habilidad profesional,
consecuencia directa de su educación superior y su experiencia profesional; la adhesión del grupo a un
código común de valores; y la aceptación del deber social como un todo.
Así, para dilucidar cuáles habrán de ser los pilares de la conducta del profesional en ciencias
económica, esto es, esas virtudes imperativas que los distingan de los demás grupos o profesiones, que
importen sus rasgos de identidad, y a la vez posibiliten el máximo desarrollo de sus capacidades, se
hace necesario conocer qué espera y necesita esa sociedad, de los profesionales en ciencias
económicas: credibilidad, profesionalismo, calidad de servicios y confianza, cualidades a las que
aludimos precedentemente (58).
Y estas virtudes y aptitudes profesionales se encuentran contenidas en el articulado del Código de Etica
de la Jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Así, el art. 3° del Código en debate dispone
que "los profesionales deben actuar siempre con integridad, veracidad, independencia de criterio y
objetividad. Tienen la obligación de mantener su nivel de competencia profesional a lo largo de toda su
carrera."
La integridad, como requisito de la información contable, fue recogida por la RT 10 de la FACPCE (59) al
establecer que "La información debe incluir todo lo necesario para una representación fidedigna del
fenómeno que pretende describir".
Por su parte, la veracidad importa aproximarse a lo real a través de un examen racional, entendiéndose
a la verdad como un atributo de la actividad cognoscitiva del hombre, cuya finalidad es ajustarse
mentalmente a esa realidad (60). También la RT 10 de la FACPCE se ocupó de definir el concepto,
expresando que la información: debe expresar una conformidad razonable con la realidad (veracidad);
debe elaborarse sobre la base de un conocimiento seguro y claro de los acontecimientos que comunica
(certidumbre); y debe resultar de la aplicación de un método adecuado fundado en el razonamiento
lógico (racionalidad).
Sobre la exigencia de independencia de criterio, al igual que la objetividad, son conductas, modos o
pautas de orden práctico y de procedimientos a seguir en la actuación profesional para no agraviar la
veracidad. La RT 10 también oportunamente delineó el concepto de objetividad, afirmando que "las
normas para preparar la información contable deben ser aplicadas imparcialmente, sin deformaciones
por subordinación a condiciones particulares del emisor", lo que en opinión de la IFAC impone en los
profesionales el deber de ser justos, intelectualmente honestos y libres de conflictos de interés.
Este requisito también fue específicamente recogido y definido para el caso de los auditores de estados
contables por la RT 7 del 26/9/1985, regulando en su parte III punto "A" los supuestos de pérdida de
independencia que inhiben el desarrollo de tal función, y que importan inconducta ética pasible de
sanción disciplinaria.
Así se establece que el auditor no es independiente
1) cuando estuviera en relación de dependencia, con respecto al ente cuya información contable es
objeto de la auditoría o con respecto a los entes que estuvieran vinculados económicamente a aquél del
que es auditor, o lo hubiera estado en el ejercicio al que se refiere la información que es objeto de la
auditoría; si bien aclara que no se considera relación de dependencia al registro de documentación
contable, la preparación de los estados contables y la realización de otras tareas similares remuneradas
mediante honorarios, en tanto no coincidan con funciones de dirección, gerencia o administración del
ente cuyos estados contables están sujetos a la auditoría.
2) cuando fuera cónyuge o pariente por consanguinidad, en línea recta o colateral hasta el cuarto grado
inclusive, o por afinidad hasta el segundo grado, de alguno de los propietarios, directores, gerentes
generales o administradores del ente cuya información contable es objeto de la auditoría o de los entes
vinculados económicamente a aquél del que es auditor.
3) cuando fuera socio, asociado, director o administrador del ente cuya información contable es objeto
de la auditoría, o de los entes que estuvieran vinculados económicamente a aquél del que es auditor, o
lo hubiese sido en el ejercicio al que se refiere la información que es objeto de la auditoría. Sin
embargo no existe falta de independencia cuando el auditor fuera socio o asociado de entidades civiles
sin fines de lucro (clubes, fundaciones mutuales u otras organizaciones de bien público) o de sociedades
cooperativas, cuya información contable es objeto de la auditoría o de los entes económicamente
vinculados a aquél del que es auditor.
4) cuando tuviera intereses significativos en el ente cuya información contable es objeto de la auditoría
o en los entes que estuvieran vinculados económicamente a aquél del que es auditor, o los hubiera
tenido en el ejercicio al que se refiere la información que es objeto de la auditoría.
5) cuando la remuneración fuera contingente o dependiente de las conclusiones o resultados de su tarea
de auditoría.
6) cuando la remuneración fuera pactada sobre la base del resultado del período a que se refieren los
estados contables sujetos a la auditoría, dejando fuera de este dispositivo la aplicación de normas sobre
aranceles profesionales que fijan su monto mínimo sobre la base del activo, pasivo, o ingresos por
ventas o servicios del ente.
Por su parte, la Res. del Consejo N° 145/81 (61) se ha encargado de introducir algunas precisiones
relativas a las funciones compatibles e incompatibles, ordenando que
1) Existe incompatibilidad entre la función de Contador Público empleado en relación de dependencia y
las de contador dictaminante y síndico de la misma firma.
2) No existe incompatibilidad entre la función del Contador Público que tiene a su cargo la tarea
contable de una firma, entendiéndose por tal imputación y registración de cuentas, y las de contador
dictaminante y síndico de la misma empresa, en tanto que aquellas se remuneren mediante honorarios
y no se adicionen con la participación en otras funciones de dirección, gerencia o administración del
ente cuyos estados contables están sujetos a auditoría.
3) No existe incompatibilidad entre el ejercicio de la Sindicatura en una empresa y la auditoría sobre
los estados contables de la misma, ya que para ambas tareas es necesaria la posición de independencia
de criterio.
Un tema que sin duda suscita controversia se relaciona con nuevas estructuras familiares que no fueron
consideradas en la época de dictarse el Código en estudio. Tal el caso de relaciones de convivencia
como el "concubinato", y más actualmente, las "uniones civiles":
En el último de estos casos, entendemos que, existiendo un reconocimiento legal del vínculo, le son
aplicables las restricciones propias de la relación matrimonial, en cuanto a la pérdida de independencia
profesional.
Planteado el caso concreto, se elevó su tratamiento al Plenario del Tribunal de Etica, resolviéndose en
reunión del 8 de julio de 2002 que "resulta necesario contemplar y definir la interpretación del
Tribunal, de la actuación profesional existiendo relaciones de hecho sin vínculo legal matrimonial y
teniendo en cuenta el espíritu del legislador del Código de Etica que definió que: "la ausencia de
definición expresa no debe interpretarse como admisión de actos o prácticas incompatibles con la
vigencia de los principios enunciados, ni considerarse que proporciona impunidad… El Plenario del
Tribunal de Etica Profesional interpreta que existe falta de independencia de criterio en la relación de
concubinato reconocida constituyendo violación al art. 3 del Código de Etica la actuación del
profesional en esas circunstancias".
En el Anexo de jurisprudencia se han incorporados algunos precedentes sobre causas derivadas de la
falta de independencia comentada a las que remitimos.
Y asimismo, como ya indicamos, les es exigida la capacitación permanente como vehículo para
garantizar la competencia profesional.
Complementando lo precedentemente expuesto, el primer párrafo del art. 4° del Código de marras,
reza que "Los profesionales deben atender los asuntos que le sean encomendados con diligencia,
competencia y genuina preocupación por los legítimos intereses, ya sea de las entidades o personas que
se los confían, como de terceros en general."
Este dispositivo, impone el esmero en ejecutar su actividad específica (diligencia), con la debida
anticipación y prevención que ésta merece (genuina preocupación), con aptitud, idoneidad y capacidad
para entender el asunto (competencia), lo que nuevamente lleva implícita la capacitación permanente.
Y luego de esta descripción genérica de la virtuosidad esperada, en forma específica se regula en el
segundo párrafo de dicho artículo que "Constituyen falta ética la aceptación o acumulación de cargos,
funciones, tareas o asuntos que les resulten materialmente imposible atender. En la actuación como
auxiliar de justicia se considera falta ética causar demoras en la administración de la justicia, salvo
circunstancias debidamente justificadas ante el respectivo tribunal" , regulación, esta última, que ha
dado y da lugar a la mayor parte de los precedentes jurisprudenciales del Tribunal (ver Anexo)
Complementando estas disposiciones, encontramos las del art. 25° del Código en estudio, que en similar
criterio al expuesto en torno a la pérdida de independencia, regula en materia de incompatibilidades
que "Los profesionales deben abstenerse de emitir dictámenes o certificaciones que estén destinados a
terceros o a hacer fe pública en los siguientes casos:
a) Cuando sean propietarios, socios, directores o administradores de la sociedad o del ente o de
entidades económicamente vinculadas sobre las cuales verse el trabajo.
b) cuando tengan relación de dependencia con el ente o respecto de personas, entidades o grupos de
entidades económicamente vinculadas.
c) cuando el cónyuge, los parientes por consanguinidad en línea recta, los colaterales hasta el cuarto
grado inclusive y los afines dentro del segundo grado, estén comprendidos entre las personas
mencionadas en el inc. a) del presente artículo.
d) cuando tengan intereses económicos comunes con el cliente o sean accionistas, deudores, acreedores
o garantes del mismo o de entidades económicamente vinculadas, por montos significativos en relación
al patrimonio del cliente o del suyo propio.
e) cuando su remuneración fuera contingente o dependiente de las conclusiones o resultados de la
tarea.
f) cuando su remuneración fuera pactada en función del resultado de las operaciones del cliente.
En los casos de sociedades de profesionales, las restricciones se harán extensivas a todos los socios del
profesional".
6.3 Responsabilidad personal e indelegable.
Por su parte, dentro de la descripción de Normas Generales, el art. 5° ordena que "Toda opinión,
certificación, informe, dictamen y en general cualquier documento que emitan los profesionales, debe
expresarse en forma clara, precisa, objetiva, completa y de acuerdo con las normas establecidas por el
Consejo. La responsabilidad por la documentación que firmen los profesionales es personal e
indelegable. En los asuntos que requieran la actuación de colaboradores, debe asegurarse la
intervención y supervisión personal de los profesionales, mediante la aplicación de normas y
procedimientos técnicos adecuados a cada caso".
En lo relativo a la labor de auditoría, la comentada RT 7/85 se ha encargado de establecer dispositivos
específicamente aplicables a la emisión de informes y certificaciones, ordenando que los informes
deben cumplir con los requisitos y características que corresponden a toda información. En especial, se
deben evitar los vocablos o expresiones ambiguas o que pudieran inducir a error a los interesados en el
informe. Por su parte, las opiniones del profesional deben quedar claramente separadas de cualquier
otro tipo de información.
En cuanto a su clasificación la resolución comentada distingue:
a) Informe breve o resumido para ser presentados a terceros, es el que emite un contador público,
basado en el trabajo de auditoría realizado, mediante el cual el profesional expresa su opinión o declara
que se abstiene de emitirla sobre la información que contienen dichos estados. El trabajo debe ser
efectuado de acuerdo con estas normas de auditoría.
b) Informe extenso que habrá contener, además de lo requerido para el informe breve, las indicaciones
sobre que el trabajo de auditoría ha sido orientado, primordialmente, a la posibilidad de formular una
opinión sobre los estados básicos; que los datos que se adjuntan a los estados contables básicos se
presentan para posibilitar estudios complementarios, pero no son necesarios para una presentación
razonable de la información que deben contener los citados estados básicos; que la información
adicional ha sido sometida a procedimientos de auditoría durante la revisión de los estados contables
básicos y está razonablemente presentada en sus aspectos significativos, con relación a los citados
estados tomados en su conjunto, o bien si así no ha sido, citar la fuente de la información, el alcance de
su examen y, eventualmente, la responsabilidad asumida.
c) Informe de revisión limitada de los estados contables de los períodos intermedios, en los que, cuando
no se hubiera realizado un trabajo de auditoría similar al que hubiera correspondido con respecto a los
períodos anuales, el auditor debe dejar constancia de la limitación al alcance de su trabajo, indicar que
no emite una opinión sobre los estados contables en su conjunto, en razón de tal limitación, indicar si
tiene o no observaciones que formular señalando en tal caso sus efectos en los estados contables, e
informar sobre los aspectos particulares requeridos por las leyes o las disposiciones nacionales,
provinciales o municipales, de los organismos públicos de control o de la profesión.
d) Informe sobre las actividades de control de los sistemas examinados, en los que se recomienda
indicar el alcance de la tarea realizada, y si ha sido efectuada solamente en su relación con la auditoría
de los estados contables o bien si se originó en un estudio especial sobre los sistemas examinados. En él
se harán constar las faltas de cumplimiento de las funciones de control de los sistemas establecidos por
el ente, las debilidades detectadas en las funciones de control de los sistemas y sus efectos, las
sugerencias para la corrección de las debilidades detectadas, y las opiniones de la gerencia sobre los
temas tratados
e) Certificación que se aplica a ciertas situaciones de hecho o comprobaciones especiales, a través de la
constatación con los registros contables y otra documentación de respaldo y sin que las manifestaciones
del contador público al respecto representen la emisión de un juicio técnico acerca de lo que se
certifica.
En atención a ello, y siendo que la información brindada por los profesionales en ciencias económicas
transcienden la esfera de necesidades de un cliente o una empresa individual resultando de interés
público, es que la responsabilidad profesional se orienta hacia la sociedad, en punto a que los
eventuales inversores, clientes y proveedores, empleados, entidades financieras, el gobierno y el
público en general descansan en su profesionalidad para tener información confiable (62). Así, tal
responsabilidad constituye la contracara de la libertad en el ejercicio de la profesión.
Y en el caso de contar con colaboradores o dependientes, debe abstenerse de suscribir documentos
relacionados con la actuación profesional que no hubieren sido preparados o revisados personalmente o
bajo su directa supervisión. Vinculada con las regulaciones apuntadas, se ubica la propia del art. 12°
cuando dispone que "se considera falta ética de los profesionales permitir que otra persona ejerza la
profesión en su nombre o facilitar que alguien pueda actuar como profesional sin serlo", supuestos en
que se afecta el principio de lealtad profesional y se incumple el ordenamiento jurídico. Pues el
ofrecimiento y la prestación de servicios profesionales es exclusiva de personas titulares de diplomas
que se encuentren matriculados en el Consejo Profesional de la jurisdicción en la que desarrolle su
actividad. Permitir que alguna persona se arrogue dicho título, sea por acción o por omisión, facilitando
es ejercicio de incumplencias propias del graduado en ciencias económicas debe ser resistido con
firmeza a fin de erradicar el ejercicio ilegal de la profesión.
6.4 Solidaridad profesional.
Reza el art. 6°: "Los profesionales deben conducirse siempre con plena conciencia del sentimiento y
solidaridad profesional, de una manera que promueva la cooperación y las buenas relaciones entre los
integrantes de la profesión. Las expresiones de agravio o menoscabo a la idoneidad, prestigio, conducta
o moralidad de los profesionales alcanzados por las normas de este Código, constituyen falta ética." Y
agrega el art. 7°: "La formulación de cargos contra otros profesionales debe hacerse de buena fe y sólo
puede inspirarse en el celo por el mantenimiento de la probidad y el honor profesional. Toda denuncia,
a los efectos de su consideración, debe ser concreta y basarse en un hecho punible por este Código".
Como sostuviera William L. Chapman (63), toda profesión hereda algo de las cofradías de artesanos del
medioevo. Sus miembros actuaban con un fuerte sentido de hermandad que les daba solidez y facilitaba
mantener un alto grado de eficiencia en sus servicios y ética en sus comportamientos. En otras palabras,
puede reconocerse una suerte de identidad de la comunidad profesional, sustentada en la solidaridad y
el respeto a la dignidad del colega, cuya lesión importa falta ética, sin perjuicio de las demás
consecuencias que puedan tener lugar en el esfera judicial.
Recordemos que entre los criterios éticos que habrán de regir la profesión encontrábamos el bien
común, que refiere al bien personal de todos y cada uno de los miembros de la sociedad, extremo que
conlleva considerar la solidaridad, —en tanto concreción de la sociabilidad, contribución al bien común
en las interdependencias sociales, de acuerdo a la propia capacidad y las reales posibilidades—, como
precepto ético.
La solidaridad implica fomentar la cooperación, tras el entendimiento de que a través de ésta el
conjunto se beneficia. Tal cooperación, auspiciada por comportamientos éticos, favorece a quienes
forman parte de la sociedad de manera recíproca, ya que un comportamiento ético conduce a la
obtención de un ambiente social más propicio para todos.
La solidaridad, —en tanto actividad moral y social a ser cultivada y en tanto virtud a ser practicada—,
también importa promover las buenas relaciones entre los sujetos, ya no por lo que sean cada uno
individualmente sino por el mutuo reconocimiento de su carácter subjetivo.
6.5 Facilitación de actos incorrectos.
El art. 8° dispone que "los profesionales deben abstenerse de aconsejar o intervenir cuando su
actuación profesional permita, ampare o facilite los actos incorrectos, pueda usarse para confundir o
sorprender la buena fe de los terceros, o emplearse en forma contraria al interés general, o a los
intereses de la profesión, o violar la ley. La utilización de la técnica para deformar o encubrir la
realidad es agravante de la falta ética."
El precepto en estudio alude a dos conductas que puede desplegar el profesional para configurar falta
ética:
a) aconsejar que importa inspirar una cierta conducta, asesorar profesionalmente, y
b) intervenir que presupone tomar parte en el asunto de manera activa en tanto los efectos de su
actuación profesional
1) permita, ampare o facilite los actos incorrectos,
2) pueda usarse para confundir o sorprender la buena fe de los terceros,
3) emplearse en forma contraria al interés general, o a los intereses de la profesión,
4) o violar la ley
En cuanto a qué debe interpretarse por "actos incorrectos", que el matriculado con su actuar permita,
ampare o facilite, nada profundiza el dispositivo, ni hace referencia alguna a que la aludida
incorrección lo sea en grado de ilicitud. Tampoco surge del dispositivo comentado que tales actos deban
ser lesivos para terceros para que la acción profesional desplegada encuadre en la figura que se
comenta. Si presupone el conocimiento del receptor del asesoramiento que será quien realice esos actos
incorrectos, en cuyo caso entendemos que el profesional interviniente podrá ser reputado como
partícipe de tratarse de un obrar disvalioso pasible de sanciones (64). En este punto, y a efectos de la
valoración de su conducta frente a la graduación de sanciones, cobrará suma importancia si sólo
permitió (no impidió), amparó (protegió, abrigó, defendió) o facilitó (propició, proporcionó los medios
para) dichos actos. Ello sin perjuicio de configurarse autónomamente su inconducta ética.
En los demás supuestos resulta más evidente el requisito de trascendencia del acto hacia terceros, y su
necesario efecto lesivo. Por ello consideramos que para que esta figura resulte aplicable debe ir más
allá de un mero error. Según el caso de que se trate puede configurarse esta figura en concurrencia con
las reguladas en otras disposiciones del Código, como por ejemplo las del art. 2° relativa al
incumplimiento de disposiciones legales, o el propio del art. 4° por su obrar no diligente.
Por su parte el precepto final que establece como agravante "lautilización de la técnica para deformar
o encubrir la realidad", que rescata el espíritu del ordenamiento de fondo, cuando en su art. 902
establece que cuando mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas,
mayor será la obligación que resulte de las consecuencias posibles de los hechos.
6.6 Clientela: Captación; Publicidad; Prestación y Retribución; Interrupción de servicios; Retención de
documentación y efectos.
También el Código en estudio regula una serie de dispositivos relacionados con la clientela, básicamente
referidos a la captación de ésta, la prestación de los servicios de manera asociativa, la eventual
interrupción de los servicios, y a ciertas acciones relacionadas que involucran inconducta ética.
Todas estas disposiciones intentan, de una u otra manera, ubicar el comportamiento del matriculado
dentro de la concepción ética, con una actitud puesta en beneficio de su cliente y de la comunidad en
su conjunto, evitando mercantilizar su servicio. Así, si bien es innegable que a través del ejercicio
profesional se procura la obtención de un beneficio, ello de ningún modo puede desnaturalizar la
estructura ética de su prestación.
6.6.1 Captación
En cuanto a la captación de clientes, encontramos una serie de dispositivos, pudiendo comenzar con el
propio del art. 14°, que ordena "los profesionales no deben utilizar ni aceptar la intervención de
gestores para la obtención de trabajos profesionales", y seguidamente, el art. 15° que regula "los
profesionales no deben tratar de atraer los clientes de un colega, empleando para ello recursos, actos
o prácticas reñidas con el espíritu de este código y en particular con lo establecido en el art. 6°"
remisión ésta que alude a los principios de solidaridad profesional y respeto mutuo que ha de regir la
relación entre los matriculados.
La primera de estas disposiciones refiere a la intervención de sujetos que actúen como intermediarios
en la contratación del profesional, pero de ningún modo inhibe la recomendación del profesional que se
hace boca a boca, indicativos de su calidad e idoneidad.
En el caso de la segunda de las normas transcriptas, que sanciona por inconducta ética la atracción de
clientes de un colega, no hace referencia a la libertad de contratación que asiste a todo cliente para
elegir sus prestadores de confianza; pues éste es un derecho cuyo ejercicio de ningún modo puede estar
vedado. Por el contrario, lo que evidencia inconducta ética es que el profesional, empleando recursos,
actos o prácticas reñidas con el espíritu ético y en especial agraviando o menoscabando la idoneidad,
prestigio, conducta o moralidad profesional, capte para sí el cliente de un colega.
6.6.2 Publicidad
Como medio de captación de clientela, uno de los mecanismos que pueden utilizarse es el de la
publicidad, en cuya producción deben también respetarse los principios éticos.
Sobre el punto reza el art. 18: "el ofrecimiento de servicios profesionales debe hacerse con objetividad,
mesura y respeto por el público, por los colegas y por la profesión. Se presume que no cumple con estos
requisitos la publicidad que contenga expresiones:
a) falsas, falaces, o aptas para conducir a error a cualquier persona razonable, incluyendo:
1) la formulación de promesas sobre el resultado de la tarea profesional;
2) el dar a entender que el profesional puede influir sobre decisiones de órganos administrativos o
judiciales;
b) de comprobación objetiva imposible;
c) de autoelogio;
d) de menoscabo explícito o implícito para colegas (por ejemplo, a través de comparaciones de
calidades supuestas de los trabajos profesionales);
e) que afectan la dignidad profesional; o
f) de evidente mal gusto.
Los matriculados integrantes de asociaciones profesionales no podrán agregar la denominación de la
Sociedad si ésta no se encuentra inscripta en el Consejo"
El texto transcripto responde a la modificación introducida al Código de Etica por la Res. del Consejo
201/95 del 27 de septiembre de 1995 (65), que fue inspirada en la propia jurisprudencia del Tribunal de
Etica (66), que obligaban a una interpretación más extensiva de los términos "mesura, respeto y decoro
profesional".
Hasta la reforma comentada, la interpretación establecida por la Res. de Consejo 158/83 hacía
referencia exclusivamente a la clasificación de los requisitos que debían contener los ofrecimientos
profesionales realizados a través de publicidad.
El propio artículo en estudio, en su versión primigenia refería en su segundo párrafo que se
consideraban reunidos los atributos de mesura, respeto y decoro por la profesión, únicamente cuando la
publicidad enunciara el nombre del profesional, título, universidad, especialización, domicilio y
teléfono; y en el caso de sociedades de profesionales, la posibilidad de agregar su denominación, a
condición de la entidad estuviere inscripta en el Consejo Profesional.
Pero esta ausencia de disposición expresa en la inteligencia del Tribunal no era interpretada como
admisión de actos o prácticas incompatibles con la vigencia de los principios éticos rectores de la
conducta y actividad profesional, en razón de lo cual se consideró prudente y ajustado a derecho, la
introducción en el código de pautas orientativas que sirvieran para ilustrar a los profesionales acerca del
contenido de los ofrecimientos de sus servicios, especificando, de manera enunciativa, las menciones
que tornarían improcedente el ofrecimiento de los servicios profesionales, y eliminando los contenidos
básicos que resultarían pertinentes, toda vez que su definición podía ser cabalmente definida por los
propios matriculados.
6.6.3 Prestación y Retribución
Una vez captado el cliente, y comprometidos los servicios profesionales, cuando los mismos son
prestados por estudios pluripersonales, el ordenamiento de marras dispone en su art. 16°"las
asociaciones entre profesionales constituidas para desarrollar actividades profesionales deben
dedicarse, como tales, exclusivamente a dichas actividades".
La referencia a asociaciones profesionales, que con mayor propiedad debiera ser a "sociedades de
profesionales"(67) no hace distinción en cuanto a su forma jurídica, siendo las más comunes las
vinculaciones de hecho o las sociedades civiles (68). También se ha reconocido la validez de formas
asociativas regidas por la ley de sociedades comerciales (69), con un objeto restringido y regulaciones
específicas en cuanto a la calidad de los socios o accionistas, sin perjuicio de lo cual, la inteligencia de
la Inspección General de Justicia no se ha expresado a favor de su aprobación.
Es de advertir que aún para supuestos en que tal inscripción fuere posible, la limitación a la
responsabilidad frente a terceros, propia de este tipo de sociedades de ningún modo involucra los
supuestos de responsabilidad profesional por daños generados por mala praxis o inconductas éticas toda
vez que la prestación profesional, aún prestada en forma asociada, es personal e indelegable. Pues
recordemos que por imperativo legal, el ejercicio profesional está reservado a personas de existencia
visible que posean título y matrícula habilitante (70), las sociedades de graduados en ciencias
económicas requieren que todos sus componentes posean los respectivos títulos y matrículas (71), y si se
integraran por más de una disciplina de las ciencias económicas, deberán funcionar bajo la firma y
actuación del profesional de la respectiva especialidad (72).
En cuanto a la exclusividad de prestación de servicios profesionales, busca no amenazar la
independencia de criterio del matriculado actuando en desmedro de la imagen de la profesión en su
conjunto.
El precepto analizado se complementa con el propio del art. 9° a través del cual "se considera falta
ética de los profesionales permitir que otra persona ejerza la profesión en su nombre o facilitar que
alguien pueda actuar como profesional sin serlo", toda vez que, como apuntamos al analizar las
incumbencias profesionales (73), tanto el ofrecimiento como la prestación de servicios profesionales es
exclusiva de personas titulares de diplomas que se encuentren matriculadas en el Consejo profesional
de la jurisdicción en que desarrollen su ejercicio.
A la prestación del servicio no escapa el derecho a percepción de los honorarios por la labor
comprometida. Sobre el particular se regulan dos disposiciones que dicen: art. 21°"para establecer los
honorarios correspondientes a las actividades profesionales, deben tomarse en consideración la
naturaleza e importancia del trabajo; el tiempo insumido; la responsabilidad involucrada y las
disposiciones legales y reglamentarias vigentes". Acto seguido, se establecen prohibiciones a través del
art. 22° que dice: "los profesionales no deben dar ni aceptar participaciones o comisiones por asuntos
que, en el ejercicio de la actividad profesional, reciban de o encomienden a otro colega, salvo las que
correspondan a la ejecución conjunta de una labor o surjan de la participación en asociaciones
profesionales. Tampoco deben dar ni aceptar participaciones o comisiones por negocios o asuntos que
reciban de o proporcionen a graduados de otras carreras o a terceros."
Asimismo debe resaltarse que el Código regula en materia de incompatibilidades, disposiciones que
impiden la prestación de servicios en ciertos supuestos. Tal el caso de los arts. 23 y 24 que dicen:
Artículo 23 "Cuando los profesionales en el ejercicio de actividades públicas o privadas, hubiesen
intervenido decidiendo o informando sobre un determinado asunto, no deben luego prestar sus
servicios a la otra parte hasta que hayan transcurrido dos años de finalizada su actuación, salvo que
mediare notificación y la parte interesada no manifestase oposición en un plazo de 30 días corridos."
Artículo 24 "Los profesionales no deben intervenir profesionalmente en empresas que actúen en
competencia con aquellas en las que tengan interés como empresarios, sin dar a conocer previamente
dicha situación al interesado".
6.6.4 Interrupción de la prestación
Asimismo se regula en el art. 9° que "los profesionales no deben interrumpir sus servicios profesionales
sin comunicarlo a quienes corresponda con antelación razonable, salvo que circunstancias especiales lo
justifiquen".
Existe un cierto acuerdo de que el concepto de interrupción de los servicios es comprensivo de la
suspensión sin previo aviso, si bien, claro está, en los hechos ésta habrá de presumirse cuando hubiere
una reincorporación del matriculado a las labores.
Los caracteres exigidos para la interrupción del servicio resulte materia de incumplimiento ético, son a)
que ésta resulte imprevista, es decir, no conocida por el cliente con la debida antelación; b) que tal
actitud genere un perjuicio al prestatario.
Un punto que puede suscitar controversia es qué habrá de entenderse por "antelación razonable",
cuestión sin duda de apreciación subjetiva. Entendemos que la valoración de lo razonable, que
necesariamente será materia de análisis para cada caso concreto en el seno del Tribunal de Etica, será
aquel que permita al cliente la posibilidad de contratar a otro profesional en su reemplazo, evitando de
tal modo la lesión de sus intereses. Y este requisito, claro está, se habrá cumplido aún cuando habiendo
mediado dicho plazo la contratación no se hubiere realizado por razones imputables al contratante.
Con relación a qué habrá de entenderse por "circunstancias especiales" justificantes de la interrupción
del servicio, que integran sin duda los supuestos de caso fortuito o fuerza mayor, en cada caso concreto
habrán de ampliarse con otras eximentes que valorará el Tribunal.
6.6.5 Retención de Documentación y Efectos
Complementa lo expuesto el dispositivo del art. 10 cuando ordena que "los profesionales no deben
retener documentos o libros pertenecientes a sus clientes". El derecho de retención es sin duda uno de
los preceptos que suscita mayores controversias. Así, sea a través del Código de Ética o de la ley
provincial que regula el ejercicio de la profesión, en algunas jurisdicciones no se contempla prohibición
expresa (74), mientras que en otras se hace con diversos alcances, que van desde la mención genérica
de la no retención, pasando por su vinculación a un límite temporal que impide su ejercicio luego de
haber cesado la relación profesional, hasta su prohibición cuando la retención fuere injustificada o
indebida.
Para dilucidar con mayor claridad el alcance del precepto en debate, resulta útil repasar el tratamiento
que a dicho instituto otorga el ordenamiento de fondo, toda vez que el ejercicio del derecho de
retención se distingue de otras figuras analizadas por su expresa regulación en el Código Civil y en el
Penal.
6.6.5.1 El Derecho De Retención En El Ordenamiento Civil
Por "derecho de retención" se entiende aquel en virtud del cual un acreedor que detenta una cosa
perteneciente al deudor, está facultado para conservarla en su poder hasta el pago de lo que le es
debido con motivo de la misma cosa. Y esto es así, pues ambas partes son recíprocamente deudor y
acreedor, situación que tornaría injusto que una de ellas, sin haber cumplido con las obligaciones que le
son propias, estuviera facultada para demandar de la otra el cumplimiento de las que están a su cargo
(75). Conforme reza el ordenamiento de fondo "es la facultad que corresponde al tenedor de una cosa
ajena, para conservar la posesión de ella hasta el pago de lo que le es debido por razón de esa misma
cosa" (76).
De tal precepto se deducen los siguientes requisitos para que su aplicación resulte procedente (77):
1. Detentación de una cosa, sea en carácter de tenedor e incluso de poseedor, sobre cosa mueble o
inmueble, en tanto se trate de cosa "ajena"(78).
2. La existencia de un crédito exigible a favor del que retiene la cosa, contra el propietario de ella.
3. Una relación entre el crédito y la cosa retenida, o lo que es lo mismo que el crédito haya nacido con
motivo o por ocasión de la cosa.
En tal inteligencia el derecho sub-exámine presenta el carácter de accesorio e indivisible, pues cada
parte de la cosa retenida queda afectada al pago de la totalidad del crédito y de cada parte del mismo
(79), en punto a lo cual el retenedor no está obligado a devolver la cosa hasta tanto su crédito haya sido
totalmente satisfecho.
Cabe resaltar que no existe retención hasta tanto el propietario no pretenda recuperar la cosa, razón
por la cual este derecho sólo puede hacerse valer por vía de excepción.
En cuanto a su procedencia, la doctrina no ha sido pacífica, postulando algunos que sólo resulta
admisible si existe previsión legal expresa. Pero tal como lo reconoce el codificador (80), este
derecho "no debe ser restringido a los casos previstos por la ley", pues bastará para justificar la
extensión por analogía que la tenencia se refiera a una convención o cuasi-contrato y que la deuda
conexa a la cosa retenida haya nacido con motivo de ello.
Y así lo dispone el propio ordenamiento (81) al regular que "Se tendrá el derecho de retención siempre
que la deuda aneja a la cosa detenida, haya nacido por ocasión de un contrato o del hecho que
produzca obligaciones respecto al tenedor de ella"
En relación a sus efectos, el retenedor tiene el derecho a mantener la cosa en su poder hasta el pago de
lo que se debe, quedando facultado, en caso de ser privado de ella contra su voluntad, a reclamar su
restitución por vía de acciones posesorias (82). Por su parte, queda obligado al cuidado y conservación
de la cosa, evitando su pérdida o deterioro, abstrayéndose de usarla, y a restituirla cuando se extinga el
derecho, toda vez que el propietario conserva sin ninguna afectación el dominio de la cosa retenida.
Conforme la reforma de 1968 del Código Civil, "El Juez podrá autorizar que se sustituya el derecho de
retención por una garantía suficiente" (83) ; y tanto uno como otro subsisten en caso de concurso o
quiebra (84), anteponiéndose de este modo a los privilegios generales y especiales, en tanto haya
comenzado a ejercerse con anterioridad.
En cuanto a su extinción, ésta puede darse por medios indirectos, cuando se extinguiere la obligación
que le dio origen (85), o bien por medios directos, cuando se perdiera o destruyere la cosa; cuando el
retenedor renunciare en forma expresa o tácita; por confusión, cuando éste adquiriere la propiedad de
la cosa; por sustitución por otras garantías.
En síntesis, su regulación se justifica por simples e indiscutibles razones de equidad, al erigirse en un
recurso para que el deudor cumpla sus obligaciones, configurando una suerte de acto de justicia privada.
6.6.5.2 La Retención Indebida en el ordenamiento Penal
La figura de retención indebida, encartada en el art. 173 inc. 2° del Código Penal, sanciona a quien "con
perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su debido tiempo, dinero, efectos o cualquier
otra cosa mueble, que se le haya dado en depósito, comisión, administración u otro título que produzca
obligación de entregar o devolver"
El tipo descripto constituye una defraudación por abuso de confianza, donde el bien que es objeto del
delito se encuentra en poder del agente en virtud de un negocio jurídico preexistente, y el perjuicio se
produce porque éste dispone de él en violación a las obligaciones creadas por dicho negocio.
Resulta así indispensable que esa tenencia se haya transferido con implicancias jurídicas (poder) o como
mero poder de hecho (custodia), pero siempre debe haberse ejercido en forma autónoma respecto de la
que ejercía quien voluntariamente ha entregado la cosa.
El poder adquirido por el actor sobre la cosa tiene que se un "poder no usurpado"; debe engendrarse en
el otorgamiento que de él le ha hecho el anterior titular de la tenencia en virtud de un negocio jurídico
(86), pues la ley requiere para su configuración la existencia de un título por el cual se haya hecho la
transferencia, pudiendo tratarse de un acto jurídico privado o público, que produzca obligación de
entregar o devolver por parte del agente.
Es dable advertir, que la no restitución debe haberse producido conforme los elemento del tipo, "a su
debido tiempo", por cuanto si éste no se hubiere estipulado, para la omisión resulte penalmente
reprochable se requiere la previa constitución en mora del agente.
Es menester advertir que el objeto del delito se constituye, conforme la descripción del tipo, por "cosas
muebles, dinero o valores ajenos". Y como cualquier defraudación, requiere que se "perjudique" un
patrimonio, sea el propio de quien entregó la cosa o de un tercero, siendo que tal perjuicio se consuma
con la mera privación temporal del bien por parte de quien debió disponer legítimamente de él y se vio
impedido de hacerlo. En tal orden de ideas su tentativa es imposible.
Empero no se dará supuesto de ilicitud y, por consiguiente, no habrá delito, en los casos en que la
omisión del obligado esté justificada por uso del derecho de retención.
6.6.5.3 Retención como falta ética
De las consideraciones expuestas surge como unívoca conclusión que el ejercicio del derecho de
retención por parte del profesional sobre bienes o efectos de su cliente, no habrá de dar lugar a sanción
penal o acción por daños y perjuicios para el matriculado, en los términos del ordenamiento apuntado.
Pero éste de ningún modo podrá interpretarse como la inexistencia de consecuencias en tanto
encuadrar el ejercicio de la retención como falta ética. Ello pues, en esta materia no puede
aisladamente ponderarse el resguardo de los derechos del profesional, en tanto acreedor, sino que, por
el contrario, deben tutelarse los derechos del cliente, reforzando la confianza de éste en el profesional,
protegiendo el prestigio del graduado ante la comunidad, y privilegiando los valores morales y la buena
fe como principios rectores de la relación.
Y así lo ha resuelto categóricamente la jurisprudencia de nuestra jurisdicción, sentando la siguiente
doctrina: "el deber ético de no retener documentos o libros… no puede ser visto exclusivamente en
función de las normas civiles sobre las obligaciones de dar cosas para reintegrarlas a su dueño pues ello
significaría reducir la materia a una controversia jurídica de las partes sobre sus respectivos derechos,
propia de las acciones judiciales civiles respectivas. Lo que se ventila es la forma y modo en que debió
darse ese cumplimiento a ese deber ético que se apoya en las obligaciones morales que están impuestas
para el ejercicio de la profesión. Esos deberes se sostienen en los principios básicos expresados en el
preámbulo de dicho Código y se justifican en base a las relaciones de amplia confianza y buena fe que
rigen a esos vínculos, que incluso obligan al profesional a tomar conocimiento de hechos estrictamente
personales del cliente y para los cuales está impuesto el secreto profesional. Por otra parte la normal
ausencia de instrumentación de esos vínculos o la falta de excesivos detalles en caso de documentarse
configura regularmente un cierto sometimiento del cliente que encuentra su adecuada protección
respaldo en la imagen responsable de las profesiones ante la comunidad, la seguridad de obtiene
conductas diligentes y reservadas a la certeza de que habrá de darse a sus problemas las mejores
soluciones y asesoramientos. Estas notas también concurren en otras profesiones universitarias pero en
las de los graduados en Ciencias Económicas guardan mayor significación por la usual entrega al
profesional de documentos importantes desde el punto de vista legal, patrimonial, fiscal, previsional y
financiero sobre los que gravitan deberes públicos con plazos inexorables" (87).
Complementando esa línea de pensamiento, frente a otro supuesto en que el profesional, ante la falta
de pago de sus honorarios, retuvo documentación de su cliente, al sostener que "La obligación de no
retener documentación, tiene además del resguardo de los derechos de los clientes, a garantizar la
confianza en que reposa la usual entrega de documentación a nuestros colegas para la prestación de sus
servicios profesionales. Su estricta observancia permite igualmente mantener tanto el reconocimiento
de los grados académicos y el dominio de las Ciencias Económicas como el prestigio de las profesiones.
Se encuentran por tanto en juego, además de los deberes para con los clientes los inherentes a la
protección del prestigio de las graduaciones ante la comunidad y la confianza y certeza de sus
actuaciones en los servicios que se les contratan", agregándose en instancia de apelación del decisorio
del tribunal que la devolución de la documental al cliente debió ser incondicionada ya que "además de
revestir la calidad de un deber ético expreso integra las prácticas profesionales usuales siendo
prácticamente inexistentes los apartamientos a esta regla de conducta en la experiencia de la
Institución"(88).
En síntesis, es pacífica la jurisprudencia del Tribunal de Etica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
en otorgar supremacía a las normas éticas por sobre las cuestiones justiciables. Si bien, en un sinnúmero
de precedentes, que se reseñarán en anexo, se resalta la necesidad de acreditarse que tal retención ha
efectivamente existido, extremo que habrá de acreditar quien invocare que el profesional ha realizado
la retención que se le imputa.
6.7 Designaciones y Títulos
El art. 13 regula que "los títulos y designaciones de cargos del Consejo o de otras entidades
representativas de la profesión pueden ser enunciados solamente como relación de antecedentes o al
actuar en nombre de dichas entidades".
Esta norma (89) sanciona por inconducta ética al matriculado que utiliza una posición en beneficio
propio, conspirando no sólo contra sus pares sino contra el prestigio de las instituciones, regulación que
sin duda resulta plausible, y no amerita mayores comentarios.
6.8 Participación en Institutos de enseñanza
Reza el art. 11"Los profesionales deben abstenerse de actuar en institutos de enseñanza que
desarrollen sus actividades mediante propaganda engañosa o procedimientos incorrectos o que emitan
títulos o certificados que puedan confundirse con los diplomas profesionales habilitantes".
Esta figura recoge la inteligencia contenida en la ley 20.488 cuando en forma expresa en su art. 9°
prohíbe a los establecimientos de enseñanza privada no autorizadas por ley otorgar títulos, diplomas o
certificados con designaciones iguales, similares o que se refieran parcialmente al ámbito de las
profesiones vinculadas con las ciencias económicas, o que de algún modo puedan confundirse con ellas.
Así constituye falta ética la participación de profesionales matriculados en dichas instituciones.
6.9 Secreto Profesional
El código de marras regula en dos artículos el instituto del secreto profesional. El primero de ellos, en
art. 19° dispone "la relación de los profesionales con sus clientes debe desarrollarse dentro de la más
absoluta reserva. Los profesionales no deben revelar conocimiento alguno adquirido como resultado de
su labor profesional sin la autorización expresa del cliente", y seguidamente se establecen las
excepciones al principio general reguladas en el art. 20° diciendo que: "Los profesionales están
relevados de la obligación de guardar secreto profesional cuando imprescindiblemente deban revelar
sus conocimientos para su defensa personal, en la medida en que la información que proporcionen sea
insustituible."
Toda persona que acepta libremente un secreto, asume por ello la obligación moral de conservarlo y por
eso en todo tiempo, la violación de secretos ha sido objeto de reproche universal. Y cuando se trata ya
no de un simple secreto revelado a un tercero, sino del "secreto profesional" interviene la ley,
recogiendo el principio ético, lo preserva al máximo y regula que su violación constituye ilícito (90),
siempre que no haya habido justa causa de revelación.
El código penal a través de la regulación de esta figura tutela la "libertad individual", en razón de que
todo individuo que acude a los servicios de un semejante sabe que, en muchos casos tendrá que
anoticiarlo de cuestiones cuya reserva le interesa mantener. El interés en la guarda de esas confidencias
gravita en su espíritu, que aún en ciertos casos preferiría sufrir el perjuicio que le irrogaría prescindir
de tales servicios antes que ponerlo en conocimiento de sus secretos.
La protección legal que importa la incriminación penal de la violación de la reserva del secreto
profesional, libera así a los individuos de esta coacción moral. Ello aún luego de las modificaciones que
su punibilidad ha sufrido de resultas de la ley conocida como de "Encubrimiento y lavado de activos de
origen delictivo" N° 25.246 (91), y más específicamente su texto dispuesto por ley 26.087 (92),
regulaciones a pesar de las cuales, tenemos dicho (93), la apuntada tutela, en su esencia, se ha
mantenido inalterable.
Se sostiene que el secreto profesional tiene por fin la esfera íntima de la persona considerada tanto
material como moralmente y, por ello, la ley penal enfoca la violación de éste como un delito doloso,
exigiendo, para que el hecho sea punible, que la divulgación se haga sin justa causa de revelación, es
decir, a sabiendas, aun cuando no albergue intención dañosa (94).
Los bienes tutelados por el instituto pueden sintetizarse (95):
a) La intimidad o reserva de quien contó en confianza, que no debe ser revelada por el depositario del
secreto;
b) no obligatoriedad de declarar contra sí mismo, que se vulneraría de obligarse al confidente a relatar
la confesión.
c) estado de necesidad del que acude al profesional en la búsqueda de asistencia.
d) el decoro profesional regulado como precepto en los códigos de ética.
Este instituto, francamente vapuleado en estos días, integra cualquier conocimiento que el profesional
hubiere obtenido en razón de su profesional y que no debiera divulgar. Constituye el deber moral de no
revelar nada que deba ser considerado confidencial. Así expresaba Carrara que "es secreto todo lo que
confiamos a un profesional en virtud de su oficio, con la condición de que no lo divulgue, pues de esta
divulgación puede resultar algún daño que nos perjudique en los efectos del corazón, en el patrimonio
o en la honra".
También Córdoba y Sánchez Torres se han manifestado, afirmando que "Todo aquel que en razón de su
profesión, arte, oficio o empleo, conoce por haberle sido confiado por otra persona, datos, cuestiones,
conocimientos, razones, antecedentes, testimonios, etc., debe mantener la confidencialidad de los
mismos, pudiendo repeler o hacer cesar cualquier intento particular o estatal, en pos de la revelación
de esos secretos, esta obligación como surge del concepto en la práctica se extiende a abogados,
Médicos, Contadores, Periodistas, etc."(96).
En cuanto a su objeto, no es requisito que la confidencia se refiera a un hecho ilícito o inmoral, sino que
basta con que ser un hecho cuyo conocimiento no es público sino sólo conocido por una o algunas
personas, y que haya interés expreso o presunto de alguno de ellos en que dicha confidencia no sea
revelada ni divulgada.
En el primer encuentro nacional de Etica Profesional, organizado por el Colegio Público de Abogados de
la Capital Federal conjuntamente con nuestro Consejo Profesional de Ciencias Económicas durante los
días 20 y 21 de agosto de 2000, se desarrolló un Taller de Trabajo sobre este instituto, arribándose a las
siguientes conclusiones:
1. el secreto profesional es esencial para la existencia de las profesiones liberales y permite preservar
la fe y la confianza que se deposita en quienes la practican.
2. el secreto profesional como derecho-deber, debe ser celosamente preservado. Se trata de una
conducta imperativa y es básicamente un deber de lealtad.
3. la preservación del secreto profesional interesa al bien común, creando vínculos de confianza y
credibilidad en los profesionales
4. sin embargo, la elevada finalidad ética de la existencia y preservación del secreto profesional no
debe llevar a que este fundamental derecho-deber sea maliciosamente deformado en hipótesis rayanas
con el encubrimiento o la complicidad.
5. en cuanto a cuándo revelar el secreto profesional, los Códigos de Etica, tanto de Ciencias
Económicas, como de Abogados, en su actual redacción, son restrictivos en lo referido a las excepciones
consagradas.
6. durante el transcurso del taller se expresaron las siguientes opiniones:
6.1. debe ser menos restrictiva la mención sobre casos en que es relevable el secreto profesional,
aceptando que ello ocurra cuando media justa causa. En principio la existencia y alcance de la justa
causa debería quedar reservada a la valoración y prudencia del profesional depositario del secreto.
6.2. en ningún caso debería aceptarse excepciones al deber del secreto profesional por las riesgosas
implicancias que podría aparejar.
7. además, debe evitarse que los profesionales se vean compelidos a quebrantar el secreto profesional
bajo amenazas explícitas o implícitas del legislador o de funcionarios.
Coincidimos con Nastasi que debe bregarse por el estricto cumplimiento del secreto profesional,
destacando que "el secreto profesional es esencial para preservar la fe que se deposita en quienes lo
practican; es al mismo tiempo un derecho y un deber que debe ser celosamente preservado, puesto que
interesa al bien común, creando vínculos de credibilidad entre los profesionales" (97).
6.10 Condena judicial por delitos económicos
Finalmente, el art. 17 del Código en debate regula que "constituye violación a los deberes inherentes al
estado profesional y en consecuencia se considera infracción al presente Código, el hecho de que un
matriculado —aún no estando en el ejercicio de las actividades específicas de la profesión— haya sido
condenado judicialmente por un delito económico".
Como ya analizamos en el punto 4.3.) esta es la excepción al principio general en que se sustenta la
tipificación de inconductas éticas, que como expusimos se limitan a la esfera del "ejercicio profesional".
Por el contrario, bajo esta figura la sanción al matriculado por inconducta ética es aplicada
independientemente de que para la aplicación de la sanción por el delito económico penalmente
reprochado se hubiere o no actuado "en el ejercicio de las actividades específicas de la profesión". En
otras palabras, este es el único supuesto típico en que se sanciona al profesional con fundamento en
su "estado profesional".
En esta inteligencia se ha sentado la doctrina de que "Viola el art. 17 del Código de Etica el Licenciado
en Administración e infringe los deberes inherentes al estado profesional al ser condenado por resultar
coautor penalmente responsable del delito de administración fraudulenta (art. 173. inc. 7° del Código
Penal en función al perjuicio de la Administración Publica - y art. 174 inc. 5. del mismo cuerpo legal)
(98).
En similar criterio se sostuvo que "Violan el art. 17 del Código de Etica los profesionales que son
condenados penalmente por el delito de exacciones ilegales" sea ello en carácter de autor penalmente
responsable, sea en calidad de partícipe (99). En forma más genérica se ha afirmado que "Viola el art.
17° del Código de Etica el profesional que es condenado penalmente por la comisión de un delito
económico"(100).
Esta doctrina se sustenta en la idea de que la figuras penales que encuadran en la especie "delitos
económicos" guardan conexión inmediata o mediata con los campos de actuación que abarcan las
profesiones en ciencias económicas y con la imagen que de los mismos tiene la comunidad.
Un comentario adicional merece la controversia interpretativa que generaba la descripción de la acción
típica cuando regula que "se considera infracción al presente Código, el hecho de que un matriculado …
haya sido condenado judicialmente por un delito económico". Así, qué debía entenderse por "el hecho"
fue interpretado por el Tribunal en Plenario del 4 de noviembre de 1997, como una referencia directa a
la condena penal recaída sobre el matriculado. En punto a ello, la prescripción que pudiera operarse,
debe contarse a partir de la mencionada condena penal, toda vez que la misma resulta constitutiva de
la inconducta ética, y sólo a partir de su dictado y firmeza el Tribunal de Etica estaría en condiciones de
considerar si el caso es éticamente reprochable o no. Y así se concluyó, sosteniendo que una
interpretación en contrario podría transformar en abstracta la facultad disciplinaria del cuerpo.
Lo expuesto con relación al "estado profesional" no obsta a la continuación de actuaciones por
inconducta ética cuando se hubiere dictado de sobreseimiento del matriculado frente a supuestos como
los regulados en la ley penal tributaria 24.769 o su antecesora 23.771 producido por el allanamiento del
obligado a la pretensión fiscal. Si bien en estos casos, el juzgamiento habrá de ser cuando hubiere
mediado inconducta en el "ejercicio profesional" que denote incorrección o incumplimiento de normas y
disposiciones a las que se encuentre obligado. En otros términos, en estos casos no se enrostrará la
figura del art. 17°.
7 — Anexo Jurisprudencia
7.1 Incumplimiento de normas
7.1.1 Incumplimiento genérico de normas legales y disposiciones del Consejo Profesional
Incurre en falta ética el profesional:
Que presupuesta y cobra honorarios por la realización de trámites para la obtención de beneficios
jubilatorios, no realiza la tarea encomendada y retiene la documentación entregada por su cliente (101).
Que presta servicios cuando se encuentra inhabilitado para prestarlos por falta de pago del derecho de
ejercicio profesional (102);
Licenciado en economía que ofrece servicios profesionales integrando una asociación sin estar inscripta
en el Consejo contraviniendo la Res. C. 57/8 (103);
Licenciado en administración que suscribe una certificación de ingresos, invadiendo las incumbencias
que el art. 13 de la ley 20.488 le reserva al contador público (104);
Licenciado en administración que emite una certificación sobre los registros contables de una entidad
financiera cuando: a) no está matriculado como contador público; b) trabaja en relación de
dependencia en la entidad financiera"(105).
7.1.2 Incumplimiento de normas del Contador Público como Síndico Societario
En cuanto a la actuación del Contador Público como Síndico Societario frente al ordenamiento jurídico
aplicable, se resolvió que
Incurre en falta ética el profesional que, siendo síndico, asume actitudes que demoran el cumplimiento
de obligaciones de la sociedad con organismos de control (106);
No cumple con sus obligaciones legales el síndico societario que acepta anomalías en el llenado de actas
de reuniones de directorio y de asamblea de accionistas y, en especial, admite la existencia de dos
juegos de estados contables referidos a la misma fecha de cierre de ejercicio con diferencias
sustanciales entre ellos (107);
Corresponde sobreseer al síndico societario al que se le imputa no haber desempeñado correctamente
su función al no actuar ante presuntamente incorrectas y erróneas decisiones del presidente del
Directorio de la sociedad, cuando se verifica que pone en conocimiento del directorio los hechos
denunciados, el que dispone la realización de una auditoría al respecto cuyo resultado se informa a la
asamblea de accionistas, la que desestima los cargos (108);
No cumple con lo establecido en el art. 294, inc. 7) de la ley 19.550, el profesional síndico societario
que no convoca a la asamblea ordinaria de accionistas cuando omitiere hacerlo el directorio (109);
Incurre en falta ética el profesional que, actuando como auditor y síndico societario de una sociedad
anónima suscribe informes con opinión favorable sin salvedades cuando se verifica que en los estados
contables: 1) no se expone correctamente una deuda firme con la Administración Nacional de Aduanas,
y 2) no se exponen de acuerdo a lo que indica la Ley de Sociedades Comerciales, las retribuciones
percibidas por los directores de la sociedad (110);
Incurre en falta ética el profesional que emite un informe de sindicatura con opinión favorable sin
salvedades, cuando una inspección de un organismo de control detecta deficiencias en los estados
contables a los que se refiere su informe que afectan significativamente la situación patrimonial y los
resultados. Ello no sólo no es rebatido por el matriculado sino que no acompaña los papeles de trabajo
que fundamenten la opinión vertida (111).
No comete falta ética un síndico al que se le imputa no haber respondido a los requerimientos del
denunciante (accionista de la sociedad) cuando: a) la denuncia se encuadra en una campaña de presión
por parte del denunciante para vender su participación societaria y, conseguido su objetivo, se
desmiente de las acusaciones formuladas al declarar que el matriculado le brindó toda la información
requerida; b) de las actuaciones surge que el profesional cumplió con su obligación de síndico con la
debida diligencia, teniendo en cuenta los requerimientos de información recibidos y los compromisos
asumidos por el directorio (112).
Corresponde sobreseer al profesional, síndico societario, al que se le imputan: a) suscribir un balance
que se cuestiona por falso; b) no observar irregularidades en la forma de llevar los libros contables; c)
no efectuar las presentaciones correspondientes a la Inspección General de Justicia; d) no observar que
la sociedad lleva registros contables por computadora cuando no está autorizada; e) haber convocado
tarde y mal a una asamblea; f) haber actuado con sindicatura singular cuando el denunciante considera
que la sociedad debería actuar con sindicatura plural en razón de su objeto; g) no haber comunicado a
la Inspección General de Justicia el domicilio legal de la sociedad; h) no observar la forma de votar de
los accionistas en una asamblea que el denunciante entiende dio lugar a una simulación para favorecer
a los directores; i) ignorar la impugnación de un balance; cuando se verifica que: 1) la naturaleza de las
registraciones que se cuestionan en el balance pueden dar lugar a opiniones divergentes no existiendo
entidad para calificar de falso el balance aludido; 2) no se prueban deficiencias en los registros
contables en el período de actuación del sumariado y lo que se cuestiona corresponde a períodos
anteriores; 3) no se prueba que no se efectuaron las presentaciones correspondientes a la Inspección
General de Justicia; 4) la sociedad no ha sustituido los libros de comercio por medios magnéticos sino
que lleva copiativos de registros computarizados, lo que no requiere autorización especial; 5) la
Inspección General de Justicia no ha cuestionado la convocatoria a asamblea realizada por la sociedad,
no correspondiendo hacerlo al Tribunal; 6) la determinación si la sociedad debe actuar o no con
sindicatura plural es un tema que se debe resolver en ámbito administrativo y no en este Tribunal; 7) se
prueba que el sumariado comunicó el cambio de domicilio social inmediatamente de asumir; 8) no
corresponde avanzar al Tribunal sobre un tema (irregularidad en las votaciones de los accionistas) que
está controvertido en sede administrativa y/o judicial; 9) las impugnaciones al balance no fueron
realizadas en tiempo y forma (113).
Ante la denuncia de mal desempeño de la función de síndico societario en la presunta emisión de
pagarés de favor entre dos sociedades vinculadas (donde el denunciado es síndico de una de ellas)
corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones cuando se verifica que el denunciante es
presidente de una de ellas y director en la otra y, por ende, uno de los principales responsables en la
operación cuestionada, la que no es registrada contablemente, no es informada al Directorio y ocultada
al propio síndico (114).
7.1.3 Incumplimiento de normas del Contador Público como Síndico Concursal
Constituye falta ética el profesional que no realiza un diligente ejercicio de la sindicatura concursal el
profesional que no cumple con sus funciones y con intimaciones efectuadas en legal forma por el
Juzgado que, previo a su remoción e inhabilitación, lo sancionó con llamado de atención y/o multa y
apercibimiento (115).
Incumple con sus obligaciones el síndico concursal que no mantiene el activo de la masa, protegiéndolo
de las depreciaciones temporales, percibiendo sus honorarios y abandonando el curso del proceso,
permaneciendo los fondos de la quiebra inactivos, al estar ordenada su reinversión (116).
Comete falta ética e incumple con sus funciones de síndico concursal el matriculado que es intimado y
recibe llamados de atención por su inactividad agravada al no determinar con certeza la totalidad de los
inmuebles de la fallida (117).
Comete falta ética e incumple sus funciones de síndico concursal el matriculado que es reiteradamente
intimado a activar el proceso principal y el incidente, correspondiendo en la instancia judicial merituar
técnicamente la labor del funcionario concursal ya que es el juez actuante el director del proceso y la
alzada la revisora del decisorio que dispuso la remoción, confirmada en el caso (118).
Es negligente en su actuación el síndico concursal que incumple sus obligaciones y la orden judicial que
originó su remoción (119).
Falta a la ética el profesional que actuando como síndico concursal percibe honorarios por ello con
antelación a su regulación definitiva, en violación de expresas disposiciones legales, y omite exponer su
proceder en conocimiento del Juzgado (120).
Es negligente y viola la ley concursal, el síndico que es removido por estar vencido el plazo para aceptar
el cargo, por encontrarse de vacaciones sin haber solicitado licencia (121).
Comete falta ética el síndico que es removido e inhabilitado por sentencia firme ante el incumplimiento
de sus funciones (122).
Es negligente y viola la ley concursal el síndico que es removido e inhabilitado con posterioridad a la
imposición de sanciones habiendo quedado firme su remoción luego de ser confirmada en la Alzada al no
prosperar el recurso extraordinario y de queja intentados (123).
Es pasible de reproche ético el síndico concursal que es removido e inhabilitado y tal decisorio fue
objeto de revisión en los recursos oportunamente interpuestos, no correspondiendo al T.E.P. posteriores
revisiones a lo resuelto en la justicia ordinaria en la órbita de su competencia (124).
No corresponde apertura de sumario por la comunicación de la medida disciplinaria impuesta por el juez
de la causa al síndico, que no derivó en remoción (125).
Es negligente y viola la ley concursal el síndico que es removido e inhabilitado como colofón de
numerosas intimaciones que le fueron cursadas en forma previa en el expediente principal de una
quiebra y en sus incidentes (126).
Comete falta ética el síndico que después de aceptar el cargo no realiza su labor y es removido por el
juez al efectivizar el apercibimiento contenido en la intimación practicada (127).
Incumple sus obligaciones el profesional designado síndico de la quiebra por aplicación del art. 253 inc.
7° L.C. y que se niega al cumplimiento de su función (128)
Incumple sus deberes el síndico concursal que es exhortado a actuar con mayor celeridad y no avanza en
su actuación para cumplir su cometido (129).
Falta a la ética el profesional que designado síndico en un concurso no acepta el cargo sin justificar sus
razones ni solicitar licencia ante la Cámara (130).
Es negligente en su actuación el síndico concursal que ocasionó perjuicios a la masa de acreedores por
no haber trabado en la etapa preventiva la inhibición general de bienes de la fallida (131).
Corresponde el sobreseimiento del síndico denunciado por el Juzgado en que se dispuso su remoción por
sentencia que no se encontraba firme cuando la Cámara del Fuero informa con posterioridad su falta de
registración (132).
Comete falta ética el síndico concursal que es removido y cuya defensa fue considerada en la etapa de
Apelación ante el Fuero Comercial, siendo competencia del T.E.P. la valoración de los hechos dentro
del plano disciplinario y su normativa constituyendo base suficiente para el reproche disciplinario la
existencia de la remoción del matriculado como síndico concursal firme (133)
No cumple con sus deberes el síndico concursal que es intimado a informar la razón de la falta de
presentación del informe del art. 35° ley 24.522 y no contesta la intimación (134).
Comete falta ética el síndico que es removido, intimado a contestar el traslado de la expresión de
agravios en varias oportunidades y alega dificultades en el domicilio constituido (135).
Incurre en falta ética el profesional removido e inhabilitado por no aceptar el cargo de síndico por
sentencia firme agotada la vía recursiva en la Corte Suprema que desestimó sucesivas presentaciones
del profesional e incluso impuso sanción a su letrado, no resultando competencia de este Tribunal
determinar si han sido conculcados sus derechos de defensa ante la justicia ordinaria, ya que valora los
hechos dentro del plano disciplinario y en el marco de su normativa (136).
Es negligente el síndico concursal que omite comunicar el cambio de domicilio constituido, lo que
imposibilita la recepción de las notificaciones que se le cursan (137).
Corresponde el sobreseimiento del síndico concursal, por generar una duda razonable la diversidad de
opiniones expresadas por el Fiscal de la Cámara, la Comisión pertinente y el voto en disidencia de tres
Ministros de la Corte, respecto de la sentencia de remoción e inhabilitación que fuera recurrida y
tratada ante el Supremo Tribunal en tratamiento ajeno al recurso previsto en el art. 14° de la ley 48,
que propuso la remisión al Tribunal de origen para que emita nuevo pronunciamiento (138).
7.1.4 Incumplimiento de normas del Contador Público como Auditor
Incurre en falta ética el profesional que hubiere manifestado que los estados contables surgían de
registros contables llevados, en sus aspectos formales de conformidad con las normas legales, cuando la
sociedad denunciante ha aportado pruebas y demostrado lo contrario, por no conservar los papeles de
trabajo que respalden su actuación profesional; por no resultar coincidentes los saldos finales del Estado
de Evolución del Patrimonio neto … con los saldo mostrados al inicio del período siguiente no siendo ello
observado por el profesional; por haber actuado como apoderado ante el organismo fiscal aceptando
ajustes contables determinados por éste; cuanto los saldos finales de las existencias de Bienes de
cambio de diversos períodos suman siempre la misma cifra lo que hace presumir su incorrección, a la
cual hay que atenerse por no conservar los papeles de trabajo que sustentan su labor y ante su admisión
de ajustes determinados por la AFIP. Ello configura una actuación carente de integridad, veracidad,
objetividad, claridad y precisión, que no respetó las resoluciones del Consejo y violatora de las
incompatibilidades que afectan su independencia de criterio (139).
Incurre en falta ética al haber emitido informe de auditoría sin salvedades cuando en lo que hace al
Estado de Evolución del Patrimonio neto sus saldos iniciales no son coincidentes con los finales del
mismo estado correspondientes al período anterior, no brindándose información en nota aclaratoria
sobre el A.R.E.A. y en cuanto el Anexo "A" de Bienes de Uso los saldos iniciales no se corresponden con
los finales del período anterior, y no haberse expuesto en los estados contables o en el informe de
auditoría explicación alguna sobre tales anomalías. La actuación del profesional carece así de
integridad, veracidad, objetividad y no demuestra diligencia, competencia y genuina preocupación por
los legítimos intereses involucrados, no estando expresado su informe en forma clara, precisa, objetiva
y completa (140).
7.1.5 Inconducta ética del perito judicial
Al mudarse de domicilio el perito debe comunicar tal circunstancia a la Cámara donde está inscripto
para que ésta comunique tal cambio a los Juzgados, sin perjuicio de la obligación del profesional de
comunicar la constitución de un nuevo domicilio en los expedientes en los que esté actuando (141).
Demora injustificadamente la tramitación de un expediente judicial, el perito que habiendo aceptado el
cargo, no presenta su trabajo, alegando razones laborales por las cuales debió ausentarse al interior del
país (142).
Es negligente en el cumplimiento de sus funciones el perito que no arbitra los medios necesarios para
dejar constancia en tiempo y forma de los impedimentos para cumplir con su cometido (143).
Procede el Archivo sin sumario de las actuaciones cuando la Justicia dispone la remoción de un perito
que no ha aceptado el cargo en tiempo propio en razón de que en la cédula de notificación no se
individualiza el nombre y apellido de su receptor, pues la duda que genera la imposibilidad de
identificar a éste debe ser interpretada a favor del matriculado (144).
Corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones, cuando la Cámara informa la comunicación
errónea que origina las actuaciones (145).
Corresponde sobreseer al profesional que, designado perito en un expediente, renuncia a su designación
manifestando su imposibilidad por encontrarse en relación de dependencia con una de las partes,
circunstancias debidamente acreditada ante la sala (146).
7.2 Virtudes, prohibiciones y mandatos: Integridad, veracidad, independencia de criterio y objetividad;
nivel de competencia profesional, actuación diligente
Comete falta ética el profesional que no realiza la labor profesional comprometida, reteniendo la
documentación del cliente (147).
Comete falta ética el profesional que presupuesta y cobra honorarios por la realización de trámites para
la obtención de beneficios jubilatorios, no realiza la tarea encomendada y retiene la documentación
entregada por su cliente (148).
Comete falta ética el profesional que, habiendo sido contratado para encargarse del trámite jubilatorio
del denunciante, no da cumplimiento a sus obligaciones, pese a habérsele abonado las sumas por él
solicitadas en concepto de adelanto de honorarios (149).
Comete falta ética el profesional que acepta recibir dinero y efectuar el pago de obligaciones fiscales
de su cliente, como parte del servicio profesional que le presta, pero retiene dicho dinero, no
cancelando las obligaciones en tiempo y forma (150).
Comete falta ética el profesional que: a) no ingresa aportes previsionales e impuestos con dinero que se
le entrega para tal fin; b) retiene indebidamente documentación y no realiza las declaraciones juradas
impositivas que se le encargan; c) permite que su hija, no profesional, ejerza la profesión en su nombre
(151).
Comete falta ética el profesional que toma a su cargo el trámite jubilatorio de un cliente y no da
cumplimiento al mismo, pese a haberle abonado el cliente las sumas por él solicitadas, entregado la
documentación pertinente, firmado la carta poder y autorización necesaria para su gestión (152).
Comete falta ética el profesional que no realiza los servicios profesionales a los cuales se había
comprometido y por los cuales se le había pagado, reteniendo además, dinero que se le entrega para el
pago de obligaciones del cliente, así como documentación (153).
Comete falta ética el profesional que es contratado para la adquisición de una sociedad anónima con su
respectiva documentación anexa, abonándose un honorario por ello, y no cumple con lo encomendado
(154).
Comete falta ética el profesional que, siendo administrador de un consorcio, presenta un balance
omitiendo informar sobre las deudas previsionales devengadas al cierre del ejercicio (155).
Comete falta ética el profesional que retiene indebidamente dinero del consorcio de copropietarios que
administra, destinado al pago de obligaciones por cargas sociales y gastos de servicios (156).
Comete falta ética el profesional que no realiza la labor profesional comprometida, reteniendo la
documentación del cliente (157).
Infringe normas éticas el profesional que remite cartas ofreciendo sus servicios de asesoramiento, con
relación a la verificación de sus créditos a los acreedores de un concurso, donde un colega es designado
síndico, cuando el domicilio de su estudio coincide con el domicilio procesal del síndico concursal, por
cuanto es el del abogado patrocinante, que comparte la oficina con el profesional sumariado, siendo
ambos copropietarios del inmueble. La circunstancia que los acreedores reciban una carta ofreciendo
asesoramiento para la insinuación de sus créditos de un estudio con el mismo domicilio que el
constituido por el síndico, provocó la remoción de éste, el que niega tener relación profesional alguna
con el sumariado (158).
Corresponde archivar las actuaciones ante una denuncia por presunta falta de cumplimiento de deberes
profesionales, cuando el profesional declara que no era su obligación hacer presentaciones ante los
organismos de control sino de la empresa, y el denunciante no presenta pruebas que contradigan lo
manifestado por el matriculado (159).
Corresponde sobreseer al profesional que comete un error involuntario al suscribir una nota, cuyo
contenido no hace fe pública, dirigida a la Inspección General de Justicia sobre un trámite
administrativo de una sociedad, cuando corresponde ser firmada por su gerente (160).
Corresponde sobreseer al profesional al que se le imputa falta de diligencia en los asuntos
encomendados cuando ello no se prueba documentalmente y es negado por el denunciado (161).
No es deber de un profesional la presentación de las declaraciones juradas preparadas con su
asesoramiento, salvo que así expresamente se pacte, lo que no aparece probado en la denuncia (162).
Corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones iniciadas a raíz de una denuncia contra un
profesional, al que se hace responsable de una situación de incumplimiento de obligaciones impositivas
de un cliente, cuando no se aportan elementos que permitan aseverar que la responsabilidad del
incumplimiento es del profesional y no de los dueños de la empresa (163).
No comete falta ética el profesional, administrador de un consorcio, cuando se observa que: 1) no hace
pública, ante el consorcio de copropietarios que administra, su condición de contador público; 2) las
falencias que se le adjudican carecen de relevancia (164).
7.3 Solidaridad Profesional
Si bien los términos de una denuncia efectuada por un profesional pueden resultar exagerados, no se
infringen normas éticas cuando no puede determinarse que de las expresiones vertidas pueda
presumirse mala fe en el denunciante ni se infieren términos agraviantes con relación al denunciado
(165).
La denuncia de una actuación profesional realizada sobre hechos ciertos que concluyen en Archivo sin
sumario no constituye en sí misma una actitud de menoscabo hacia el colega por parte del denunciante
(166).
7.4 Facilitación de Actos Incorrectos
No comete falta ética el profesional que presenta a legalizar un dictamen suscripto por otro profesional
que había fallecido a la fecha de su emisión, cuando existe una duda razonable sobre la responsabilidad
del sumariado en el hecho denunciado (167).
Corresponde sobreseer al profesional al que se le imputa permitir que otro profesional actúe como
síndico en sociedades clientes de su estudio (cuando supuestamente no puede hacerlo por afectar ello
su independencia), cuando se verifica que la actuación del otro profesional fue anterior a la del
denunciado (168).
Ante una denuncia efectuada por el Consejo Profesional contra un matriculado que, simulando ser otro,
presenta una solicitud de facilidades de pago para abonar sumas adeudadas por derecho de ejercicio
profesional por el segundo, fraguando su firma, se considera que, sin dejar de reprochar la conducta del
profesional, el hecho no alcanza para configurar una infracción al Código de Ética por cuanto no se
advierte que se haya generado un perjuicio al Consejo o a terceros (169).
7.5 Clientela
7.5.1 Asociación con no profesionales
Para afirmar que un profesional está asociado con un no profesional que publica un aviso ofreciendo sus
servicios como contador público, no es suficiente que el no profesional tenga el mismo domicilio y
teléfono que el registrado por el matriculado ante el Consejo, cuando en la publicidad no se menciona
el nombre de este último y el no profesional se anuncia no involucrando a otra persona (170).
Incurre en falta ética el profesional que envía una circular publicitaria ofreciendo los servicios de una
asociación no inscripta en el Consejo, con una persona no profesional (171).
Comete falta ética el profesional que ofrece públicamente sus servicios asociado con una persona que
no es profesional (172).
Corresponde sobreseer al profesional al que se le imputa, a raíz de una publicidad, integrar una
asociación de profesionales universitarios que no se encuentra inscripta en el Consejo cuando se plantea
una duda sobre la real existencia de dicha asociación (173).
Corresponde sobreseer al profesional al que se le imputa participación en un ofrecimiento de servicios
profesionales efectuado a través de Internet por no profesionales, cuando no existen pruebas concretas
que involucren al matriculado en la administración o preparación del sitio de Internet objetado o de que
esté asociado con los no profesionales (174).
7.5.2 Publicidad
El profesional que se publicita como integrante de una asociación de profesionales sin serlo, publicando
honorarios sugeridos según el tipo de cliente y que no toman en consideración la naturaleza e
importancia del trabajo, el tiempo insumido, la responsabilidad involucrada y las disposiciones legales y
reglamentarias vigentes (175)
Incurre en falta ética el profesional que envía una circular publicitaria ofreciendo los servicios de una
asociación no inscripta en el Consejo, con una persona no profesional (176);
La falta de elementos concretos que permitan responsabilizar a un matriculado sobre la autoría de una
publicidad que es objetada, no permite la apertura de actuaciones sumariales (177).
Comete falta ética el profesional que se publicita como integrante de una asociación de profesionales
sin serlo, publicando honorarios sugeridos según el tipo de cliente y que no toman en consideración la
naturaleza e importancia del trabajo, el tiempo insumido, la responsabilidad involucrada y las
disposiciones legales y reglamentarias vigentes. (178).
Comete falta ética el profesional que ofrece públicamente sus servicios asociado con una persona que
no es profesional (179).
Comete falta ética el profesional que envía una circular publicitaria ofreciendo sus servicios
conteniendo expresiones de autoelogio y comparación con servicios brindados por otros profesionales
(180).
No es veraz y si engañoso el profesional que envía cartas ofreciendo sus servicios incluyendo una
supuesta matriculación en una especialidad que no existe en el Consejo, por cuanto ello puede hacer
pensar, a los que recibieron las cartas, que el Consejo tiene esas matrículas y ejerce una vigilancia
especial sobre esas actividades (181).
Corresponde sobreseer al profesional al que se le imputa, a raíz de una publicidad, integrar una
asociación de profesionales universitarios que no se encuentra inscripta en el Consejo cuando se plantea
una duda sobre la real existencia de dicha asociación (182).
No constituye publicidad la remisión de una carta documento que el profesional envía en respuesta a
imputaciones que se le formulan, donde consta el nombre de una presunta asociación profesional no
inscripta en el Consejo (183).
Los profesionales, administradores de una fundación que ofrece —en una publicidad— servicios
reservados a los profesionales en ciencias económicas o a las sociedades de éstos debidamente
inscriptas en el Consejo, violan disposiciones legales y del Consejo por cuanto ofrecen servicios que le
están vedados a la fundación que administran (184).
Comete falta ética el profesional que publicita sus servicios aceptando gestores y ofreciendo servicios
con honorarios prefijados (185).
Comete falta ética el profesional que ofrece sus servicios como integrante de una asociación de
profesionales no inscrita en el Registro de Asociaciones de Profesionales Universitarios a cargo del
Consejo (186).
Corresponde sobreseer al profesional al que se le imputa participación en un ofrecimiento de servicios
profesionales efectuado a través de Internet por no profesionales, cuando no existen pruebas concretas
que involucren al matriculado en la administración o preparación del sitio de Internet objetado o de que
esté asociado con los no profesionales (187).
La publicidad del precio de los servicios ofrecidos no viola el art. 18° del Código de Etica (188).
Comete falta ética el profesional que envía a empresas correspondencia ofreciendo servicios
profesionales cuando de su texto se desprenden expresiones de autoelogio, implícitamente
menoscabantes para el colega que atiende al destinatario, por cuanto significa una comparación con la
situación de la empresa al momento de enviar la publicidad (189).
Infringe normas éticas el profesional que remite cartas ofreciendo sus servicios de asesoramiento, con
relación a la verificación de sus créditos a los acreedores de un concurso, donde un colega es designado
síndico, cuando el domicilio de su estudio coincide con el domicilio procesal del síndico concursal, por
cuanto es el del abogado patrocinante, que comparte la oficina con el profesional sumariado, siendo
ambos copropietarios del inmueble. La circunstancia que los acreedores reciban una carta ofreciendo
asesoramiento para la insinuación de sus créditos de un estudio con el mismo domicilio que el
constituido por el síndico, provocó la remoción de éste, el que niega tener relación profesional alguna
con el sumariado (190).
Comete falta ética el profesional que envía una carta publicitaria de sus servicios haciendo afirmaciones
que: a) constituyen la formalización de promesas sobre el resultado de la tarea profesional; b)
constituyen expresiones de autoelogio; c) son de aplicación objetiva imposible; d) constituyen una
comparación con el servicio que están prestando a la empresa otros profesionales, lo que se refuerza
con un test de evaluación que acompaña la carta. Todo ello constituye, además, un menoscabo a los
profesionales, en especial a los que ya están prestando servicios a la empresa a la cual se le envió la
carta y constituye una intención de atraer clientes con recursos contrarios al espíritu del Código de
Etica (191).
Comete falta ética el profesional que hace publicidad en forma de folletos que son entregados en la vía
pública en los que ofrece recibir datos por teléfono o fax y devolver la certificación por correo privado
(192).
7.5.3 Intervención de Gestores
Comete falta ética el profesional que conviene con una sociedad comercial que prestará sus servicios
profesionales a los eventuales clientes que esta sociedad le consiga a través de publicidad, lo que se
asimila a la figura de gestor (193).
Comete falta ética el profesional que publicita sus servicios aceptando gestores y ofreciendo servicios
con honorarios prefijados (194).
7.5.4 Captación de clientes de colegas
Comete falta ética el profesional que envía a empresas correspondencia ofreciendo servicios
profesionales cuando de su texto se desprenden expresiones de autoelogio, implícitamente
menoscabantes para el colega que atiende al destinatario, por cuanto significa una comparación con la
situación de la empresa al momento de enviar la publicidad (195).
7.5.5 Incompatibilidades
Corresponde sobreseer al profesional al que se le imputa realizar presuntas operaciones comerciales con
el presidente de empresas, clientes de su estudio, por cuanto no se pueden considerar cargos basados
en operaciones comerciales que se califican de presuntas (196).
7.5.6 Retención de documentación y efectos
Comete falta ética el profesional que es condenado penalmente por el delito de defraudación por
retención indebida de documentación de una cliente, sentencia que se encuentra firme (197).
Comete falta ética el profesional que retiene dinero y documentación de un cliente entregada para la
realización de una tarea profesional incumplida, cuando, pese a que se decreta la rebeldía del
matriculado por no comparecer a ejercer su defensa, existen en el expediente pruebas suficientes para
otorgar la razón al denunciante (198).
Comete falta ética el profesional que se queda indebidamente con dinero que le fue entregado por un
cliente, con el propósito de cancelar pagos por impuestos (199).
Comete falta ética el profesional que retiene indebidamente documentación de su cliente. Si bien no se
acredita debidamente en autos la retención indebida de la documentación, se tiene por cierta la
imputación atento la no presentación del denunciado a formular los descargos correspondientes
conforme la rebeldía decretada, conducta reiterada en otros sumarios iniciados por denuncias similares
al que origina el presente (200).
Comete falta ética el profesional que no realiza los servicios profesionales a los cuales se había
comprometido y por los cuales se le había pagado, reteniendo, además, dinero que se le entrega para el
pago de obligaciones del cliente, así como documentación (201).
Comete falta ética el profesional que retiene indebidamente comprobantes de pago de impuestos y
aportes jubilatorios para cuya cancelación el cliente le entrega dinero (202).
La presunta apropiación de dinero, por parte de un profesional, perteneciente a personas que
representa como apoderado y por el cual no rindió debida cuenta, es un asunto que debe resolver al
Justicia Ordinaria para una adecuada determinación de responsabilidades, correspondiendo el Archivo
sin sumario de las actuaciones cuando el denunciante no procede a efectuar la denuncia en la Justicia
(203).
No se considera que exista retención de documentación cuando el profesional deposita la
documentación en una escribanía y el denunciante la retira, de conformidad, con anterioridad a la
fecha en que se efectúa la denuncia (204).
Corresponde sobreseer al profesional al que se le imputa retener indebidamente documentación
retirada por el denunciante de empresas clientes del estudio, cuando la Justicia considera legítima la
afirmación del profesional que el denunciante había hurtado tal documentación de su estudio, no
pudiendo —en consecuencia— considerarse que la tenencia de dicha documentación en ese estudio
constituya una retención indebida de la misma (205).
No existe retención indebida de documentación cuando el profesional envía una carta documento a su
cliente poniendo a su disposición toda la documentación de su propiedad, la que es retirada por el
denunciante quien firma los correspondientes recibos (206).
Procede el Archivo sin sumario de las actuaciones iniciadas por presunta retención indebida de
documentación cuando de los antecedentes no surge que se le haya reclamado al profesional la
documentación supuestamente retenida, ni que el matriculado se haya negado a entregarla (207).
No corresponde sancionar al profesional al que se le imputa una retención indebida de documentación
de un cliente cuando el denunciado niega la retención de la documentación reclamada y la Justicia
Penal resuelve proceder al Archivo sin sumario por falta de prueba suficiente, de las actuaciones
iniciadas por la misma causal (208).
7.6 Actuación en institutos de enseñanza
No comete falta ética el profesional que ofrece cursos y posterior obtención del título de "analista
contable" cuando la publicidad objetada no puede inducir a error en cuanto que no ofrece títulos
equiparables a aquellos de nivel terciario (209).
7.7 Estado profesional frente al delito penal económico
Falta a la ética el síndico que es condenado por el delito de cohecho y ser autor penalmente
responsable del delito de exacciones ilegales siendo a la vez condenado a un año y tres meses de prisión
en suspenso e inhabilitado especial por el término de tres años. El delito de exacciones ilegales se
extiende también a su socio como partícipe necesario de dicho delito (210).
Comete falta ética el profesional que es condenado penalmente por el delito de defraudación por
retención indebida de documentación de una cliente, sentencia que se encuentra firme (211).
Violan el art. 17° del Código de Etica los profesionales que son condenados penalmente por el delito de
exacciones ilegales" sea ello en carácter de autor penalmente responsable, sea en calidad de partícipe
(212). En forma más genérica se ha afirmado que "Viola el art. 17° del Código de Etica el profesional
que es condenado penalmente por la comisión de un delito económico (213).
Comete falta ética el licenciado en administración por violación de los deberes inherentes al estado
profesional al ser condenado por resultar autor penalmente responsable del delito de defraudación por
administración fraudulenta (214).
Cometen falta ética los profesionales que han violado los deberes inherentes al estado profesional al ser
condenado por resultar coautor penalmente responsable del delito de exacciones ilegales bajo la forma
de concusión y de violación de los deberes de funcionario público (215).
Comete falta ética el profesional en ciencias económicas por violación de los deberes inherentes al
estado profesional, cuando ha sido condenado por resultar autor penalmente responsable del delito de
cohecho calificado por estar dirigido a un Juez (arts. 26, 29 inc. 3 y 258 del Código Penal) (216).
Corresponde archivar las actuaciones iniciadas a raíz de una denuncia en sede judicial por infracción a
la ley penal tributaria contra un profesional, cuando el Juzgado lo sobresee en sentencia que queda
firme (217).
Corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones cuando en sede penal el denunciado es
sobreseído definitivamente (218).
Corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones cuando penalmente se archiva la causa sin
adoptar medida procesal alguna contra el matriculado (219).
7.8 Cuestiones procesales
7.8.1 Non bis in ídem
Cuando el Tribunal, en otra actuación, hubiere juzgado la conducta del profesional por el hecho
denunciado, corresponde su sobreseimiento por aplicación del principio "non bis in ídem" (220).
No corresponde que el Tribunal realice un nuevo juzgamiento sobre los mismos hechos que fueran
objeto de juzgamiento ante el Tribunal de Ética Profesional del Consejo Profesional de la Provincia de
Buenos Aires (221).
7.8.2 Prescripción
Procede la prescripción que establece el art. 28 del Código de Ética cuando han transcurrido más de
cinco años desde la fecha en que se produjo la actuación profesional en el hecho denunciado (222).
Corresponde archivar las actuaciones iniciadas por una certificación profesional realizada veinte años
antes de efectuada la denuncia por cuanto la actuación está prescripta dado el tiempo transcurrido
(223).
Corresponde declarar extinguida la acción ética por haber operado el término previsto en el art. 31° de
la ley 466 desde la producción del hecho denunciado (224).
7.8.3 Extinción de la acción ética
Ante el fallecimiento del matriculado denunciado, procede sin más trámite, al Archivo sin sumario de la
causa (225).
7.8.4 Prueba y Denuncia
Por Plenario del 30 de noviembre de 1981 y su ampliación de fecha 26 de mayo de 1982, corresponde el
Archivo sin sumario de las actuaciones, cuando el pedido de informes al juzgado de origen y su
reiteración no es contestado (226).
Corresponde sobreseer al profesional, al que se le imputa el incumplimiento de sus obligaciones, cuando
el denunciante no aporta los elementos de prueba respecto a tales obligaciones, no existiendo certeza
de cuales fueron las tareas encomendadas, hecho que otorga al profesional el beneficio de la duda (227).
Corresponde archivar las actuaciones cuando el denunciante no demuestra que el profesional
denunciado haya tenido una conducta que amerite la apertura de sumario ético (228).
Corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones cuando de ellas surge que el denunciante y el
denunciado exponen posiciones contradictorias que no encuentran en el expediente otra
fundamentación que sus propias palabras (229).
Corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones cuando en sede judicial se ha dejado sin efecto la
remoción (230).
No es misión del Tribunal de Disciplina realizar los trámites que corresponden hacer al denunciante para
aportar las pruebas de los hechos que denuncia y que son negados por el profesional denunciado. Por
ello y ante la falta de pruebas suficientes con relación a los hechos denunciados que permitan inferir
una conducta contra las normas éticas por parte del matriculado, corresponde archivar las actuaciones
(231).
Corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones cuando el denunciante se niega a ratificar la
denuncia y no aporta ningún elemento de prueba de lo que denuncia (232).
Corresponde archivar las actuaciones cuando se efectúa una denuncia sin pruebas suficientes y, al serle
requeridas tales pruebas, el denunciante manifiesta que desaparecieron las razones que motivaron la
denuncia (233).
7.8.5 Competencia
Es pasible de reproche ético el síndico concursal que es removido e inhabilitado y tal decisorio fue
objeto de revisión en los recursos oportunamente interpuestos, no correspondiendo al T.E.P. posteriores
revisiones a lo resuelto en la justicia ordinaria en la órbita de su competencia (234).
Comete falta ética el síndico concursal que es removido y cuya defensa fue considerada en la etapa de
Apelación ante el Fuero Comercial, siendo competencia del T.E.P. la valoración de los hechos dentro
del plano disciplinario y su normativa constituyendo base suficiente para el reproche disciplinario la
existencia de la remoción del matriculado como síndico concursal firme (235).
Corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones cuando el hecho denunciado versa sobre una
controversia societaria que la I.G.J. entiende, también que debe resolverse en el ámbito judicial (236).
Corresponde el Archivo sin sumario de las actuaciones cuando el hecho denunciado no constituye falta
ética y corresponde al juez del proceso expedirse sobre el mismo (237).
La presunta apropiación de dinero, por parte de un profesional, perteneciente a personas que
representa como apoderado y por el cual no rindió debida cuenta, es un asunto que debe resolver al
Justicia Ordinaria para una adecuada determinación de responsabilidades, correspondiendo el Archivo
sin sumario de las actuaciones cuando el denunciante no procede a efectuar la denuncia en la Justicia
(238).
7.8.6 Rebeldía
La rebeldía del matriculado declarada en sumario no es elemento de convicción suficiente para fundar
una condena ante la inexistencia de prueba que acredite los dichos de la denuncia (239).
(1) Confr Horacio López Miró en "La ética del abogado" Abeledo Perrot, 08/1995 - pág. 93.
(2) Kohlberg, Lawrence: (1927-87) profesor de Psicología Moral en la Universidad de Harvard (1967/87) y
director-fundador de su Centro de Educación Moral. Confr. "The philosophy of moral development:
moral stages and the idea of justice." Harper and Row, San Francisco 1981, cit. por Agariello en "La
ética del abogado" Abeledo Perrot, 08/1995.
(3) Confr. Osvaldo Agariello, ob. cit. nota 1, pág. 31.
(4) Kultgen, John "Ethics and professionalism" Universidad de Pennsylvania, 1988, cit. por Agariello en
ob. cit. pág. 34.
(5) Confr. Sokolowski Robert "The Fiduciary relationship and the nature of professions" 32-36 cit. por
Agariello en ob. cit. pág. 36.
(6) Así fue definida en el proyecto de Código de Etica unificado para profesionales en Ciencias
Económicas de la República Argentina elaborado por la Comisión de Etica Profesional de la Federación
Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas, y aprobado por Res. 204/2000, con la
participación de los diversos Consejos Profesionales de las diversas jurisdicciones del país, si bien no fue
adoptado, conservando la mayor parte de los consejos sus textos originales.
(7) Así, no será lo mismo establecer parámetros sobre publicidad de los servicios a profesionales en una
pequeña comunidad como en una gran urbe. Confr. Enrique V. del Carril ob. cit. nota 1 Pág. 214.
(8) ver Anteproyecto de Código de Etica Unificado cit nota 6.
(9) Confr. Santo Tomás II-II c.120.
(10) Pieper, Hoser "Las virtudes fundamentales" Ed. Rialp.
(11) Citado por Enrique V. del Carril en Ob.cit. pág. 208.
(12) B.O. 23/07/1973.
(13) A la que por entonces se anexaba el Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur, que luego de la obtención de su status jurídico de provincia, creó su propio Consejo
Profesional.
(14) Artículo 22 ley 20.488: 1° Advertencia, 2° Amonestación privada , 3° Apercibimiento público 4°
Suspensión en el ejercicio de la profesión de un (1) año, 5° Cancelación de la matrícula.
(15) 1° Advertencia, 2° Amonestación privada, 3° Apercibimiento público 4° Suspensión en el ejercicio
de la profesión de UN (1) mes a UN (1) año, 5° Cancelación de la matrícula.
(16) Pudiendo el matriculado sólo ser parte de un único órgano.
(17) Artículo 18 ley 466.
(18) BOCABA 18/09/2000.
(19) Si bien la ley 466 en su art. 20 prevé un mínimo de 4 salas, pudiendo ser más, se han constituido
esa cantidad, siendo la sala I integrada por 5 miembros, y las tres salas restantes de tres miembros cada
una.
(20) Advertencia, Amonestación privada y Apercibimiento público.
(21) Suspensión en el ejercicio de la profesión desde un mes a un año, y la cancelación de la matrícula.
(22) Es de señalar que el citado art. 27 también prevé dentro de la potestad disciplinaria la remoción
del cargo ocupado en cualquiera de los organismos citados en el art. 4° de la presente ley, si bien por
su alcance y procedimiento escapa al objeto del presente trabajo.
(23) Sancionado el 9 de diciembre de 1980 y modificado por Res. 201/95 del 27 de septiembre de 1995
en lo referido a la publicidad profesional.
(24) Artículo 28 ley 466.
(25) En el escrito donde se formulen los cargos se indicarán las pruebas en que se apoyan. De esta
presentación o de la resolución del Tribunal, en su caso, se dará traslado al imputado por el término de
diez (10) días, quien, juntamente con el descargo, indicará la prueba de que haya de valerse. Vencido
este término, se haya o no evacuado el traslado, el Tribunal decidirá si existe mérito suficiente para
instruir el proceso de disciplina. En caso afirmativo, lo abrirá a prueba por el lapso de quince (15) a
treinta (30) días, prorrogables según las necesidades del caso, y proveerá lo conducente para la
producción de las ofrecidas. Producida la prueba o vencido el término respectivo, se correrá traslado al
procesado por cinco (5) días para alegar sobre el mérito de la misma. Con o sin alegato, vencido este
término, pasarán los autos al Tribunal para que dicte sentencia. El Tribunal deberá expedirse
fundadamente dentro de los treinta (30) días siguientes. Todos estos términos son perentorios y sólo se
computarán los días hábiles. Las resoluciones interlocutorias serán inapelables. El denunciante no será
parte del proceso pero estará obligado a brindar la colaboración que le requiera el Tribunal.
(26) Así lo prescribe el art. 35 de la ley 466, debiendo el mismo articularse ante el Consejo Directivo
dentro de los 30 días de notificada la resolución de este órgano, el que elevará las actuaciones en 15
días. Lo atingente al procedimiento judicial se rige por las regulaciones de la ley 189 de la C.A. Bs.As.
(27) Artículo 31 ley 466.
(28) Artículo 35 ley 466.
(29) Con vigencia a partir del 25 de julio de 2001.
(30) ley 466 artículo 27 a 36, Ley de procedimientos administrativos local dec. 1510/97, y ley 189 de la
Ciudad cuando se acudiere a la instancia judicial.
(31) Aprobado por Res. 204/2000 por la FACPCE.
(32) Artículo 21 inc. e).
(33) "Colegio Veterinario de la Provincia de Bs.As. c/NN".
(34) Confr. Informe de la Comisión de Etica Profesional de la FACPCE en que se integra la legislación
comparada en las diversas jurisdicciones.
(35) V.g Pcia. de Buenos Aires, Santiago del Estero.
(36) Provincia de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba; en Santiago del Estero,
Corrientes y Río Negro (que lo amplía a toda condena criminal firma que afecte el buen nombre y honor
del profesional), Formosa.
(37) V.g. Córdoba, Formosa.
(38) V.g. Pcia. de Buenos Aires, Corrientes.
(39) V.g. Provincia de Buenos Aires.
(40) V.g. Corrientes, Santiago del Estero.
(41) V.g. Córdoba que impide ocupar cargos en Consejo. Corrientes.
(42) Corrientes, relativa a fondos o efectos del comitente, representado o asistido.
(43) Córdoba, Formosa, Río Negro.
(44) Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy.
(45) La Rioja, Misiones, Salta, San Juan, San Luis, Tierra del Fuego, Tucumán y FACPCE.
(46) Capital Federal, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, Chaco, La Rioja, Misiones, Salta, San Juan, San Luis,
Santa Fe, Tierra del Fuego, Tucumán y FACPCE.
(47) Aprobado por Res. 355/80 del Consejo Profesional, de fecha 9/12/1980.
(48) 10.887 Fallo Plenario (24/06/2003) Cancelación de la Matrícula.
(49) Expediente: 16.211 Fallo Plenario (17/11/1999) Cancelación de la Matrícula Sanción confirmada por
el Consejo (12/07/00 y 22/11/00); confirmada por la CCAyT (3/07/02); íd exp. 16.211, confirmado por
Res. CD 249/2000 y por CCAyT 24/9/02.
(50) Expediente: 19.666 Fallo sala 4 (26/09/2001) Apercibimiento público; íd 11193/11738 —
Cancelación de Matrícula, del 13/12/02 y 23/12/02 respectivamente, confirmados por Res. 37/99 (CD),
253/00; íd Expediente 16208 del 13/3/03, confirmado por Res. 251/00 (CD) y por sentencia de la CCAyT
del 7/3/03; íd expediente 10.887 del 6/8/03; íd expediente 16745 del 23/12/03; íd, Expediente 19614
del 17/6/04; íd. Expediente 21050 del 16/6/04; íd. Expediente 21506 del 4/5/04; Id, expediente 21711
del 23/6/04; íd Expediente 21994 del 01/06/2004; íd Expediente 210639 del 10/8/04; íd expediente
21671 del 4/5/04; entre otros.
(51) Confr. Res. 204/00 de la FACPCE.
(52) Artículos 2 a 17.
(53) Artículos 18 a 25.
(54) V.g. Mendoza.
(55) Lo que surge como principio liminar de la disposición del art. 21 inc. d) de la ley 20.488, cuando
regula que los Consejos Profesionales de Ciencias Económicas deben velar para que sus miembros
actúen cumpliendo con la Constitución y las leyes.
(56) V.g. la violación de una disposición de tránsito, que podrá ser sancionada como contravención, pero
escapa a la facultad disciplinaria de un Tribunal de Etica.
(57) Confr. Norberto Auld, en su informe a la Comisión de Etica Profesional de la FACPCE, comentarios
al Titulo II aprobado en reunión plenaria de junio 1999.
(58) Confr. Punto 5.
(59) Del 12/06/1992, que si bien fue derogada por RT 17/00 08/12/2000, en cuanto a su definición
terminológica resulta aún de utilidad para el tema en debate.
(60) Confr. Anunciación Nestasi "Etica Profesional en ciencias económicas, más allá de la norma" cit por
Auld en ob. cit.
(61) 23 de junio de 1981.
(62) Confr. Código de Etica de l IFAC.
(63) Responsabilidad del Profesional en Ciencias Económicas, pág. 264.
(64) V.g. ley penal tributaria y previsional con las agravantes del art. 15 b) en materia de concurrencia.
(65) B.O. 18/10/1995.
(66) Por entonces Tribunal de Disciplina.
(67) En total coincidencia con la opinión de Enrique Fowler Neyton en "Cuestiones fundamentales de
auditoría" pág. 185 y 198.
(68) Confr. 1648/1678 del Código Civil.
(69) Sociedades de Responsabilidad Limitada y Anónimas.
(70) Art. 4° ley 20.488.
(71) Artículo 5 ley 20.488.
(72) Artículo 6 ley 20.488.
(73) Establecidas en la ley 20.488.
(74) V.g. CEPUC, GIMCEA.
(75) Confr. sobre el punto Informe de Fernández Guillermo realizado con nuestra colaboración,
integrado en Proyecto de Código Unificado FACPCE.
(76) Artículo 3939 Código Civil.
(77) Arean Beatriz en "Curso de derechos reales", Abeledo Perrot, Bs. As. 1997, Pág. 750.
(78) Aunque en ciertos supuestos puede resultar un mero condómino. Tal el caso del art. 2891 del C.
Civil, en que el nudo propietario retiene el inmueble cedido en usufructo.
(79) Artículo 3941 C. Civil.
(80) Nota al art. 3940 de Vélez Sarsfield, siguiendo el criterio de Aubry y Rau.
(81) Artículo 3940 del C. Civil.
(82) Artículo 3944 del C. Civil.
(83) Artículo 3943 del C. Civil.
(84) Artículo 3946 del C. Civil.
(85) por los modos enumerados en el art. 724 del C. Civil.
(86) Creus, Carlos en "Derecho Penal, parte especial" Ed. Astrea, Bs. As. pág. 508.
(87) Expte. 11.736 CPCECF.
(88) Expediente 15.753 CPCECF.
(89) presente en la mayor parte de los códigos, y en el propio proyectado por la FACPCE.
(90) Artículo 156 CP.
(91) BO 10/05/2000.
(92) BO 24/04/2006.
(93) Para un análisis más acabado de esta temática remitimos a nuestro trabajo "Secreto Profesional"
publicado en revista Enfoques de Contabilidad y Administración N° 7, Editorial La Ley, julio 2006,
página 84.
(94) Confr. Marcos E. Azerrad "El Secreto profesional y el deber de confidencialidad" Ediciones jurídicas
Cuyo, pág. 19.
(95) Confr. Silvina Roldán "El secreto profesional" en revista Aplicación Informática N° 27 del 26 de julio
1996.
(96) Jorge Córdoba y Julio Sánchez Torres en "Derechos personalísimos" Ed. Alveroni, Córdoba 1996.
(97) Cofr. Anunciación Nastasi en "Etica y el profesional en ciencias económicas", Aplicación Tributaria
S.A. 1999 pág. 27.
(98) 10.887 Fallo Plenario (24/06/2003) Cancelación de la Matrícula.
(99) Expediente: 16.211 Fallo Plenario (17/11/1999) Cancelación de la Matrícula Sanción confirmada por
el Consejo (12/07/00 y 22/11/00); confirmada por la CCAyT (3/07/02); íd exp. 16.211, confirmado por
Res. CD 249/2000 y por CCAyT 24/9/02.
(100) Expediente: 19.666 Fallo sala 4 (26/09/2001) Apercibimiento público; íd 11193/11738 —
Cancelación de Matrícula, del 13/12/02 y 23/12/02 respectivamente, confirmados por Res. 37/99 (CD),
253/00; íd Expediente 16208 del 13/3/03, confirmado por Res. 251/00 (CD) y por sentencia de la CCAyT
del 7/3/03; íd expediente 10.887 del 6/8/03; íd expediente 16745 del 23/12/03; íd, Expediente 19614
del 17/6/04; íd. Expediente 21050 del 16/6/04; íd. Expediente 21506 del 4/5/04; Id, expediente 21711
del 23/6/04; íd Expediente 21994 del 01/06/2004; íd Expediente 210639 del 10/8/04; íd expediente
21671 del 4/5/04; entre otros.
(101) Expediente: 14.009 Fallo sala 1 (28/05/1997) Apercibimiento público; íd 14.510 Fallo sala 1 (12/
11/1997) Apercibimiento público.
(102) 19.833 Fallo sala 4 (23/10/2002) Advertencia.
(103) 17.067 Fallo sala 2 (19/08/1998) Advertencia.
(104) 17.110 Fallo sala 1 (29/09/1998) Amonestación privada.
(105) 17.627 Fallo sala 1 (22/09/1999) Advertencia; 19.873 Fallo sala 2 (13/11/2001) Amonestación
privada.
(106) 14.931 Fallo sala 2 (12/05/1999) Amonestación privada.
(107) 16.852 Fallo sala 2 (10/08/2000) Amonestación privada.
(108) 18.322 Fallo sala 2 (20/06/2001) Sobreseimiento.
(109) 18.808 Fallo sala 1 (12/12/2001) Amonestación privada.
(110) 18.314 Fallo sala 1 (21/08/2002) Apercibimiento público.
(111) 12.579 Fallo Plenario (21/05/1996) Suspensión en el ejercicio de la profesión de ocho meses. El
27/01/2001, el Consejo dio por concluido el procedimiento de apelación por cuanto consideró que un
extravío de documentación, ajeno a la conducta del sumariado y producido en la instancia de apelación,
afectó los derechos de defensa de quien lo ofreció.
(112) 16.221 Fallo sala 2 (29/04/1998) Sobreseimiento.
(113) 13.433 Fallo sala 2 (05/11/1998) Sobreseimiento.
(114) 17.710 Fallo sala 2 (21/10/1999) Archivo sin sumario.
(115) 15.176 Fallo sala 1 (11/06/1999) Apercibimiento público; 15.178 Fallo sala 1 (28/05/1997)
Apercibimiento público; 15.805 Fallo sala 1 (24/03/1997) Amonestación privada; 16.575 Fallo sala 1 (10/
03/1999) Amonestación privada.
(116) 13.229 Fallo sala 2 (27/05/1997) Amonestación privada.
(117) 15.646 Fallo sala 2 (04/11/1997) Apercibimiento público íd 15.012 Fallo Sala 1 (01/12/1997)
Advertencia.
(118) 16.160 Fallo sala 2 (04/11/1997) Amonestación privada.
(119) 16.153 Fallo sala 2 (01/12/1997) Amonestación privada.
(120) 16.157 Fallo sala 2 (03/03/1998) Apercibimiento público.
(121) 14.848 Fallo sala 2 (29/04/1998) Amonestación privada.
(122) 14.737 Fallo sala 1 (29/09/1998) Apercibimiento público; 17.284 Fallo Sala 1 (14/03/2001)
Amonestación privada; 16.224 Fallo Sala 1 (14/03/2001) Amonestación privada.
(123) 16.728 Fallo sala 1 (27/10/1999) Amonestación privada.
(124) 17.596 Fallo sala 2 (18/04/2000) Apercibimiento público.
(125) 17.421 Fallo sala 1 (19/11/1998) Archivo sin sumario.
(126) 18.305 Fallo sala 1 (14/03/2001) Amonestación privada.
(127) 18.419 Fallo sala 2 (19/10/2000) Amonestación privada.
(128) 16.576 Fallo sala 2 (22/02/1999) Amonestación privada.
(129) 17.462 Fallo sala 1 (08/09/1999) Advertencia.
(130) 19.648 Fallo sala 1 (26/06/2001) Advertencia; 19.039 Fallo Sala 1 (26/06/2001) Advertencia;
17.419 Fallo sala 1 (22/09/1999) Advertencia; 19.613 Fallo Sala 1 (26/06/2001) Advertencia.
(131) 17.137 Fallo sala 2 (10/08/2000) Amonestación privada.
(132) 17.281 Fallo sala 2 (21/03/2001) Sobreseimiento.
(133) 17.129 Fallo sala 2 (25/04/2001) Amonestación privada; 10.187 Fallo Sala 2 (20/06/2001)
Amonestación privada.
(134) 18.600 Fallo sala 2 (29/05/2001) Apercibimiento público.
(135) 20.193 Fallo sala 1 (20/03/2002) Advertencia; 21.154 Fallo Sala 3 (04/09/2003) Advertencia;
21.338 Fallo sala 3 (04/09/2003) Advertencia; 21.545 Fallo Sala 1 (19/11/2003) Amonestación privada,
19.888 Fallo sala 1 (16/04/2003) Apercibimiento público.
(136) 18.420 Fallo sala 2 (04/06/2002) Amonestación privada.
(137) 20.638 Fallo Sala 3 (03/04/2003) Amonestación privada.
(138) 13.498 Fallo Sala 2 (12/05/1999) Sobreseimiento.
(139) Expediente 20.423 Plenario (16.12.04) Suspensión por un año.
(140) Expediente 20.6156 Apercibimiento Público sanción firme por el Consejo Directivo en 17/3/2005.
(141) 15.183 Fallo Sala 2 (18/02/1997) Amonestación privada.
(142) 15.818 Fallo Sala 2 (18/03/1997) Apercibimiento público.
(143) 19.882 Fallo Sala 3 (06/09/2001) Advertencia; 19.659 Fallo Sala 2 (09/10/2001) Amonestación
privada; 16.974 Fallo Sala 2 (19/08/1998) Advertencia, 20.673 Fallo Sala 1 (20/11/2002) Advertencia,
20.944 Fallo Sala 1 (17/09/2003) Amonestación privada entre muchos otros.
(144) Plenario del 29 de abril de 1992 y toda la jurisprudencia vinculada.
(145) 16.063 Fallo Sala 1 (24/03/1997) Archivo sin sumario, 15.964 Fallo Sala 1 (23/04/1997) Archivo sin
sumario.
(146) 15.154 Fallo Sala 1 (23/04/1997) Sobreseimiento.
(147) 14.743 Fallo Sala 1 (24/03/1997) Apercibimiento público.
(148) Expediente: 14.009 Fallo Sala 1 (28/05/1997) Apercibimiento público.
(149) Expediente: 14.510 Fallo Sala 1 (12/11/1997) Apercibimiento público.
(150) Expediente: 14.139 Fallo Sala 1 (13/05/1998) Apercibimiento público.
(151) Expediente: 15.980 Fallo Plenario (19/08/1998) Cancelación de la Matrícula.
(152) Expediente: 17.156 Fallo Sala 2 (05/11/1998) Amonestación privada.
(153) Expediente: 16.139 Fallo Sala 2 (05/11/1998) Amonestación privada.
(154) Expediente: 16.222 Fallo Sala 1 (10/02/1999) Amonestación privada.
(155) Expediente: 17.984 Fallo Sala 2 (17/05/2000) Advertencia.
(156) Expediente: 17.613 Fallo Sala 1 (14/06/2000) Amonestación privada.
(157) Expediente: 14.743 Fallo Sala 1 (24/03/1997) Apercibimiento público.
(158) Expediente: 16.135 Fallo Sala 2 (22/09/1998) Amonestación privada.
(159) Expediente: 17.542 Fallo Sala 2 (15/04/1999) Archivo sin sumario.
(160) Expediente: 16.560 Fallo Sala 2 (24/06/1998) Sobreseimiento.
(161) Expediente: 15.454 Fallo Sala 2 (24/06/1998) Sobreseimiento.
(162) Expediente: 18.663 Fallo Sala 2 (10/07/2000) Archivo sin sumario.
(163) Expediente: 19.160 Fallo Sala 1 (13/12/2000) Archivo sin sumario.
(164) Expediente: 20.404 Fallo Sala 3 (08/08/2002) Archivo sin sumario.
(165) Expediente: 17.544 Fallo Sala 2 (04/11/1998) Archivo sin sumario.
(166) Expediente: 17.543 Fallo Sala 1 (25/08/1999) Sobreseimiento.
(167) Expediente: 11.876 Fallo Sala 2 (17/06/1997) Sobreseimiento.
(168) Expediente: 11.576 Fallo Sala 2 (15/04/1999) Sobreseimiento.
(169) Expediente: 20.575 Fallo Sala 3 (02/05/2002) Archivo sin sumario.
(170) 18.586 Fallo Sala 2 (15/06/2000) Sobreseimiento.
(171) 15.982 Fallo Sala 1 (16/07/1998) Amonestación privada.
(172) Expediente: 15.006 Fallo Sala 2 (27/05/1998) Advertencia.
(173) Expediente: 17.354 Fallo Sala 2 (12/05/1999) Sobreseimiento.
(174) Expediente: 19.829 Fallo Sala 1 (21/08/2002) Sobreseimiento.
(175) Expediente: 16.134 Fallo Sala 1 (13/05/1998) Advertencia.
(176) 15.982 Fallo Sala 1 (16/07/1998) Amonestación privada.
(177) Expediente: 15.904 Fallo Sala 1 (23/04/1997) Archivo sin sumario.
(178) Expediente: 16.134 Fallo Sala 1 (13/05/1998) Advertencia.
(179) Expediente: 15.006 Fallo Sala 2 (27/05/1998) Advertencia.
(180) Expediente: 15.982 Fallo Sala 1 (16/07/1998) Amonestación privada.
(181) Expediente: 17.120 Fallo Sala 2 (05/11/1998) Advertencia.
(182) Expediente: 17.354 Fallo Sala 2 (12/05/1999) Sobreseimiento.
(183) Expediente: 17.418 Fallo Sala 2 (10/06/1999) Sobreseimiento.
(184) Expediente: 17.882 Fallo Sala 2 (18/04/2000) Amonestación privada.
(185) Expediente: 18.584 Fallo Sala 1 (26/04/2000) Amonestación privada.
(186) Expediente: 18.813 Fallo Sala 1 (08/11/2000) Advertencia.
(187) Expediente: 19.829 Fallo Sala 1 (21/08/2002) Sobreseimiento.
(188) Expediente: 21.669 Fallo Sala 2 (12/08/2003) Archivo sin sumario.
(189) Expediente: 15.703 Fallo Sala 2 (08/04/1997) Amonestación privada.
(190) Expediente: 16.135 Fallo Sala 2 (22/09/1998) Amonestación privada.
(191) Expediente: 17.119 Fallo Sala 1 (11/06/1999) Advertencia.
(192) Expediente: 19.819 Fallo Sala 1 (26/06/2001) Advertencia. El expediente 19.662 se unificó al
19.819, ya que ambos versan sobre un hecho similar.
(193) 16.134 Fallo Sala 1 (13/05/1998) Advertencia.
(194) Expediente: 18.584 Fallo Sala 1 (26/04/2000) Amonestación privada.
(195) Expediente: 15.703 Fallo Sala 2 (08/04/1997) Amonestación privada.
(196) 11.576 Fallo Sala 2 (15/04/1999) Sobreseimiento.
(197) Expediente: 13.238 Fallo Sala 2 (17/04/1997) Cancelación de la Matrícula.
(198) Expediente: 19.944 Fallo Sala 4 (28/08/2002) Amonestación privada.
(199) Expediente: 16.494 Fallo Plenario (17/05/1999) Suspensión en el ejercicio de la profesión de
nueve meses.
(200) Expediente: 17.156 Fallo Sala 2 (05/11/1998) Amonestación privada.
(201) Expediente: 16.139 Fallo Sala 2 (05/11/1998) Amonestación privada.
(202) Expediente: 16.672 Fallo Sala 2 (10/06/1999) Advertencia.
(203) 19.645 Fallo Sala 3 (04/04/2002) Archivo sin sumario.
(204) 20.645 Fallo Sala 2 (13/08/2002) Archivo sin sumario.
(205) Expediente: 11.576 Fallo Sala 2 (15/04/1999) Sobreseimiento.
(206) Expediente: 18.399 Fallo Sala 2 (07/12/2000) Archivo sin sumario; íd 18.222 Fallo Sala 1 (13/10/
1999) Archivo sin sumario.
(207) Expediente: 18.324 Fallo Sala 2 (21/10/1999) Archivo sin sumario.
(208) Expediente: 17.715 Fallo Sala 1 (27/10/1999) Sobreseimiento; íd 18.315 Fallo Sala 1 (08/12/2000)
Archivo sin sumario; 18.971 Fallo Sala 4 (28/08/2002) Sobreseimiento ; 19.923 Fallo Sala 4 (27/03/2002)
Archivo sin sumario; 18.729 Fallo Sala 2 (12/06/2001) Archivo sin sumario ; 18.665 Fallo Sala 2 (29/11/
2000) Archivo sin sumario; 17.859 Fallo Sala 2 (17/05/2000) Archivo sin sumario; 18.063 Fallo Sala 1 (10/
05/2000) Archivo sin sumario; 21.054 Fallo Sala 3 (03/04/2003) Archivo sin sumario.
(209) 16.052 Fallo Sala 2 (13/08/1997) Sobreseimiento.
(210) 11.193 Fallo Plenario (24/03/1998) Cancelación de la Matrícula. El expediente 11.738 se unificó al
11.193, ya que ambos expedientes versan sobre un hecho similar. Sanción confirmada por el Consejo
(24/03/99 y 22/11/00); confirmada por la Cámara.
(211) Expediente: 13.238 Fallo Sala 2 (17/04/1997) Cancelación de la Matrícula.
(212) Expediente: 16.211 Fallo Plenario (17/11/1999) Cancelación de la Matrícula. Sanción confirmada
por el Consejo (12/07/00 y 22/11/00); confirmada por la CCAyT (3/07/02); íd exp. 16.211, confirmado
por Res. CD 249/2000 y por CCAyT 24/9/02.
(213) Expediente: 19.666 Fallo Sala 4 (26/09/2001) Apercibimiento público; íd. 11193/11738 —
Cancelación de Matrícula, del 13/12/02 y 23/12/02 respectivamente, confirmados por Res. 37/99 (CD),
253/00; íd. Expediente 16208 del 13/3/03, confirmado por Res. 251/00 (CD) y por sentencia de la
CCAyT del 7/3/03; íd. expediente 10.887 del 6/8/03; íd. expediente 16745 del 23/12/03; íd, Expediente
19614 del 17/6/04; íd. Expediente 21050 del 16/6/04; íd. Expediente 21506 del 4/5/04; íd. expediente
21711 del 23/6/04; íd. Expediente 21994 del 01/06/2004; íd Expediente 210639 del 10/8/04; íd.
expediente 21671 del 4/5/04, entre otros.
(214) Expediente 21069 Apercibimiento público Sala 2 (10/8/04).
(215) Expediente 21.151 del 28/06/2004 Cancelación de matrícula.
(216) Expediente 21.671 del 04/05/2004. Suspensión del ejercicio de la profesión por un año.
(217) Expediente: 12.314 Fallo Sala 1 (20/06/1997) Archivo sin sumario; íd. 12.313 Fallo Sala 1 (23/10/
1998) Archivo sin sumario.
(218) Expediente: 12.315 Fallo Sala 2 (21/10/1999) Archivo sin sumario.
(219) Expediente: 16.990 Fallo Sala 2 (12/08/1999) Archivo sin sumario; 17.348 Fallo Sala 2 (21/10/1999)
Archivo sin sumario.
(220) Expediente: 15.456 Fallo Sala 2 (08/04/1997) Sobreseimiento.
(221) Expediente: 19.957 Fallo Sala 4 (26/09/2001) Archivo sin sumario.
(222) Expediente: 21.527 Fallo Sala 3 (04/09/2003) Archivo sin sumario ; 21.519 Fallo Sala 3 (08/05/
2003) Archivo sin sumario; 21.523 Fallo Sala 3 (08/05/2003) Archivo sin sumario ; 21.524 Fallo Sala 4 (18/
06/2003) Archivo sin sumario ; 21.520 Fallo Sala 4 (17/09/2003) Archivo sin sumario ; 15.975 Fallo Sala 2
(05/11/1998) Sobreseimiento ; 16.674 Fallo Sala 2 (24/06/1998) Archivo sin sumario.
(223) Expediente: 17.073 Fallo Sala 2 (02/12/1998) Archivo sin sumario 19.615 Fallo Sala 1 (25/04/2001)
Archivo sin sumario.
(224) Expediente: 21.522 Fallo Sala 2 (10/06/2003) Archivo sin sumario; 21.526 Fallo Sala 2 (12/08/2003)
Archivo sin sumario; 21.518 Fallo Sala 2 (01/07/2003) Archivo sin sumario.
(225) Expediente: 21.515 Fallo Sala 3 (03/07/2003) Archivo sin sumario; 15.177 Fallo Sala 2 (10/06/1997)
Archivo sin sumario; id. 16.219 Fallo Sala 2 (10/02/1998) Archivo sin sumario; 15.979 Fallo Sala 2 (10/02/
1998) Archivo sin sumario; 14.844 Fallo Sala 2 (10/02/1998) Archivo sin sumario; 21.676 Fallo Sala 2 (17/
12/2003) Archivo sin sumario; 17.453 Fallo Sala 2 (29/11/2000) Archivo sin sumario; 18.736 Fallo Sala 2
(29/11/2000) Archivo sin sumario; 15.704 Fallo Sala 1 (11/03/1998) Archivo sin sumario; 9.823 Fallo Sala
1 (11/03/1998) Archivo sin sumario; 14.640 Fallo Sala 1 (19/11/1998) Archivo sin sumario; 12.588 Fallo
Sala 1 (23/04/1997) Archivo sin sumario; 9.976 Fallo Sala 1 (11/08/1999) Archivo sin sumario; 18.505
Fallo Sala 1 (24/11/1999) Archivo sin sumario; 18.601 Fallo Sala 1 (15/08/2001) Archivo sin sumario,
19.876 Fallo Sala 3 (01/11/2001) Archivo sin sumario, 20.416 Fallo Sala 3 (06/03/2003) Archivo sin
sumario, 21.498 Fallo Sala 4 (21/05/2003) Archivo sin sumario, 16.838 Fallo Sala 2 (04/11/1998)
Apercibimiento público, 15.595 Fallo Sala 1 (24/03/1997) Archivo sin sumario entre muchos otros.
(226) Recogido entre otros en Expediente: 20.954 Fallo Sala 3 (04/09/2003) Archivo sin sumario.
(227) Expediente: 15.044 Fallo Sala 1 (27/08/1997) Sobreseimiento.
(228) Expediente: 16.071 Fallo Sala 1 (21/11/2001) Archivo sin sumario.
(229) Expediente: 18.189 Fallo Sala 2 (09/09/2003) Archivo sin sumario.
(230) 17.069 Fallo Sala 2 (19/08/1998) Archivo sin sumario.
(231) Expediente: 18.073 Fallo Sala 1 (11/04/2001) Archivo sin sumario.
(232) Expediente: 17.069 Fallo Sala 2 (19/08/1998) Archivo sin sumario.
(233) Expediente: 17.154 Fallo Sala 2 (02/12/1998) Archivo sin sumario.
(234) 17.596 Fallo Sala 2 (18/04/2000) Apercibimiento público.
(235) 17.129 Fallo Sala 2 (25/04/2001) Amonestación privada; 10.187 Fallo Sala 2 (20/06/2001)
Amonestación privada.
(236) 13.626 Fallo Sala 1 (13/11/1999) Archivo sin sumario.
(237) 17.800 Fallo Sala 2 (10/08/2000) Archivo sin sumario.
(238) 19.645 Fallo Sala 3 (04/04/2002) Archivo sin sumario.
(239) Expediente: 19.929 Fallo Sala 4 (29/05/2002) Archivo sin sumario; 21.304 Fallo Sala 4 (21/05/2003)
Archivo sin sumario; 19.931 Fallo Sala 1 (18/09/2002) Sobreseimiento; 19.159 Fallo Sala 1 (21/11/2001)
Sobreseimiento.

You might also like