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Las economías regionales argentinas y la

globalización. El caso de Santiago del


Estero y la explotación del quebracho
colorado.
El actual modelo económico y productivo triunfante en el
mundo, que ha permitido las grandes desigualdades sociales
entre los países ricos o desarrollados y los pobres o
subdesarrollados se basa fundamentalmente en una constante
necesidad de crecimiento cuantitativo. Y es en este crecimiento
donde se encuentra la clave del beneficio y por consecuencia
de la acumulación del capital y de la concentración de la
riqueza de las transnacionales, que son los verdaderos amos
del mundo

El fenómeno integrador (si es válido llamarlo de esta forma) se


apoya en los convenios de libre producción de las grandes
corporaciones multinacionales. Ellas se adelantaron a los
gobiernos y cada vez tienen una mayor participación en un
mundo sin fronteras.

Para dar sólo una pauta del poder alcanzado por las
transnacionales digamos que las ventas realizadas por las
37.000 Empresas Transnacionales (ETS) existentes
actualmente frente a las 7.000 que se registraban en 1970
colocaron productos entre sí en sus mercados domésticos por
casi seis billones de dólares.

Muy por encima de los cuatro billones que el mundo negoció en


mercaderías y servicios durante 1992. (World Investiment
report 1993,Unctad).

Las ETS gastan más que los países líderes en la investigación


y desarrollo de tecnologías. El gasto combinado de las diez
más grandes transnacionales de los Estados Unidos, por
ejemplo sobrepasa el de los gobiernos de Francia y el Reino
Unido. Este poder de la ETS es uno de los rasgos distintivos de
la actual situación de la economía mundial., de la denominada
“globalización de los mercados”.

Y en este mercado globalizado es necesario producir mucho y


consumir otro tanto, pues es la única forma de mantener en
funcionamiento los engranajes del sistema. Y en esa lógica del
“crecimiento al máximo”se ignora totalmente las consecuencias
internas(de desequilibrios económicos, sociales y políticos) y
externas( de agotamiento de los recursos naturales y humanos
y el impacto sobre el medio ambiente).

La producción y el consumo son dos polos que se encadenan y


constituyen la médula central de la acumulación y el beneficio
de estos “nuevos amos del mundo” que por supuesto carecen
totalmente de corazón y de sentimientos. Es ilustrativo señalar
que "...desde 1900 la población del planeta ha venido
aumentando hasta triplicarse con creces. La Economía se ha
multiplicado por veinte.

El consumo de combustibles fósiles es hoy treinta veces mayor


que entonces, y ha sido cincuenta el factor de incremento de la
producción industrial. Cuatro quintas partes de este incremento
han ocurrido desde 1950”.

Este crecimiento ha generado un denominado “Nuevo Orden


Internacional”que oculta cada día mayor desigualdad
económica y social y ha acentuado la condición de pobreza de
casi el 70% del planeta donde viven millones de marginados
que fueron arrojados de este mundo informático y de la era de
la gran revolución tecnológica.

Esta desigualdad se manifiesta sobretodo en la Periferia,


donde queda cada vez más claro que el “subdesarrollo”no es
un estadio del “desarrollo”, sino que es producto del “desarrollo
del centro”. Son dos caras de la misma moneda, pues el libre
mercado es un sistema que produce y reproduce desigualdad
mundial.

Esta supuesta “libertad de los mercados”que los países ricos


imponen como política a los pobres mientras que ellos ejercen
cada vez más un feroz proteccionismo, no funciona para
proteger el agua, la capa de ozono, los bosques para no
agudizar el efecto invernadero.

Y esta economía mundial que nos imponen ha creído escapar


a las leyes de la naturaleza y oculta que la riqueza del Centro
es pura ilusión, pues desde la revolución industrial el modelo
productivo ha estado convirtiendo “capital ecológico en capital
económico”.

Pero seríamos ciegos si no advertimos como este sistema


económico funciona como un sistema abierto al medio
ambiente, pues utiliza recursos naturales y produce desechos y
es en este sentido que coincido con Daly sobre la diferencia
que existe entre “CRECIMIENTO” Y “DESARROLLO”.
Crecimiento sería el aumento cuantitativo a escala física,
mientras que desarrollo sería la mejora cualitativa.

Por ejemplo un ecosistema puede desarrollarse sin crecer y


totalmente lo contrario el actual sistema económico que
necesita crecer a toda costa, sin que ello implique el desarrollo
de sus partes. Pareciera, en una especie de espejismo, que la
economía ha podido funcionar al margen de la naturaleza. Pero
ésta es frágil, sabia y finita y condicionará en un futuro (lo está
haciendo ahora) el despliegue del modelo productivo.

Por ahora afecta este modelo económico a la Periferia (la


sequía del Sahel y de Somalía, la desaparición de los bosques
tropicales y del Amazonia; la extensión del cólera en
Latinoamérica facilitado por la insalubridad de las aguas; etc.),
pero cada vez más los estudios que han ido apareciendo a
partir de los primeros años de la década del setenta, desde
Instituciones que pertenecen al propio sistema, remarcan la
inviabilidad del crecimiento tal como se plantea.

Los daños irreparables al entorno medio ambiental son de tal


magnitud que el último informe del Club de Roma alerta acerca
de que:”El tiempo se está acabando, y algunos problemas ha
alcanzado ya una magnitud que impide abordarlos con éxito”.

Los santiagueños somos conscientes que lamentablemente el


tiempo se esta acabando y los bosques y los hombres que
perdimos son irrecuperables. pero aun nos queda muchas
cosas por conservar todavía.

Santiago del Estero y el NOA: Antecedentes históricos

La historia de América Latina es la historia de la destrucción de


sus recursos naturales. Desde la conquista y colonización
hasta nuestros días fue la región de las venas abiertas al decir
de E. Galeano.

Santiago del Estero, la vieja ciudad del Barco, no escapó a este


destino trágico. Su historia es la crónica de un largo proceso de
empobrecimiento. De madre de ciudades, la provincia más
antigua y de donde salieron las principales expediciones
fundadores de la mayoría de las ciudades más importantes del
país, hoy es una provincia estancada, destruida y con uno de
los mayores índices de pobreza.

Más aún no sólo perdió su peso económico y político, sino que


también fue descapitalizándose humanamente, producido por
la erosión inmigratoria hacia las zonas industrializadas del país,
donde viven cerca de la mitad de sus hijos.

El Noroeste, el Centro, Cuyo y el Litoral constituyeron las


regiones que integraron la realidad económica y social vigente
en el actual territorio argentino durante los siglos XVI hasta
fines del siglo XVIII. No había una economía nacional por la
inexistencia de un mercado con un intercambio considerable de
capitales, mano de obra y mercancías entre las distintas
regiones. Existía un marcado equilibrio entre estas "economías
regionales de subsistencia" como las denomina Aldo Ferrer, en
la primera etapa de iniciación de la actividad económica en
nuestro territorio. (1)
Entre estas regiones, la del Noroeste abarcaba a las actuales
provincias de Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y
Tucumán y fue durante toda la época colonial la de mayor
importancia relativa dentro del territorio argentino, debido
fundamentalmente a su cercanía al centro minero de Potosí. La
población de la región representaba el 40% del total y tenía la
mayor producción, teniendo en cuenta la especialización en el
rubro textil.

La llamada "ropa del Tucumán", elaborada del algodón culti-


vado en las provincias norteñas, sobretodo en Santiago del
Estero, fue artículo de alto valor comercial y también motivo de
lucro y explotación de la mano de obra indígena y fue
exportada a Potosí y al Virreinato del Perú donde se necesitaba
ropa de trabajo para la numerosa población minera.

El algodón fue el oro y la plata que carecía la región y fue


utilizado en un comienzo para el hilado de la ropa, para luego
convertirse en un excelente factor de comercio y de inter-
cambio, muy solicitado por la población, usándolo como
moneda. Hasta el salario del gobernador se pagaba de esta
forma.

Los tejidos de algodón del Noroeste fueron los productos de


intercambio comercial que dieron origen al comercio
internacional argentino. El obispo Victoria, inauguró el
intercambio comercial con el extranjero al enviar estos
productos, por el puerto de Buenos Aires vía Brasil, un 2 de
septiembre de 1587, fecha instituida por ese motivo como el
Ida de la Industria Nacional.

La región del Noroeste gozaba de relativa prosperidad y bus-


caba su evolución, al igual que todo el interior, hacia formas ar-
tesanales de producción vinculadas al mercado interregional.

El litoral fue durante la Colonia el área más atrasada y menos


poblada del territorio argentino. A mediados del siglo XVIII su
población ascendía a sólo 50. 000 habitantes que vivían en una
área marginada dentro del orden colonial.

Recordemos que Buenos Aires estaba con su puerto cerrado


por disposiciones virreinales gracias a las cuales se había
logrado proteger a las industrias del interior contra los
productos ingleses competitivos. De allí que estas florecieran
convirtiéndose en el principal fundamento económico del
interior argentino.

Pero la derrota sufrida por la tendencia revolucionaria mo-


renista y el pase del control gubernativo a manos del grupo co-
mercial porteño abrieron el puerto de Buenos Aires a un
librecambismo que enriqueció a la "pandilla del Barranco",
nombre por el que se conocía a las clases comerciales del
puerto de Buenos Aires hábiles para todo tipo de contrabando.
Por el contrario esta política aperturista iba a empobrecer al
interior del país.

Y entonces, diezmadas por las guerras de la independencia


donde lucharon sus hijos con valor, arruinadas por las
mercaderías europeas que destruyeron sus artesanías,
usurpadas sus rentas por Buenos Aires, las provincias
argentinas se hicieron pobres.

Aparecieron los caudillos, viejos generales de la independen-


cia, Pancho Ramírez, Ibarra, Felipe Varela, Bustos, Artigas,
Güemes, entre otros que al mando de sus tropas irregulares
defendieron como podían las autonomías provinciales
resistiendo a la política centralista ordenada desde el puerto de
Buenos Aires en manos de los estancieros del Plata y los
comerciantes porteños.

La guerra civil fue inevitable. Era Buenos Aires y su política


librecambista que creaba la "barbarie" provincial al impulsar
con esta política el separatismo.

La metrópoli ya no iba a ser Buenos Aires sino Londres. El


comercio porteño pasa a ser simplemente un agente
comprador y exportador y el interior una colonia.

Proteccionismo y librecambio: un debate actual

La máxima de Lord Gobden: Inglaterra sera el taller del mundo


y la América hispana la granja de Inglaterra se hizo realidad
con la fragmentación de América Latina bajo los intereses
económicos regionales y la ayuda del colonialismo inglés.

De este modo se frustraron las posibilidades de desarrollo y el


país quedó limitado a producir los productos requeridos por la
industria europea. Y en el interior empobrecido, aislado
totalmente, surgía también un patriciado local que malvendió
irremediablemente sus mejores tierras que fueron a parar en
las manos de la oligarquía terrateniente y vacuna del puerto de
Buenos Aires ligada al extranjero.

De esta forma las oligarquías provinciales remitían a Buenos


Aires los capitales provinciales sin dejar ninguna compensación
productiva.

Y para esa dominación los ingleses y en menor medida sus


aliados franceses y europeos, tuvieron un arma fundamental: la
famosa libertad de comercio. O para emplear un lenguaje
moderno tan conocido, la famosa "apertura de los mercados".

Como vemos no es un concepto nuevo. No hay una política


"neoliberal". Es la vieja política del librecambio "hacia afuera"
de sus fronteras y colonias y proteccionismo "hacia adentro".

Los "hábiles industrialistas", como los llamaron Agüero, re-


presentante de los comerciantes españoles y Yañiz, síndico del
Cabildo, en el famoso debate de 1809 sobre la apertura del
puerto de Buenos Aires, aliados a los ganaderos y
comerciantes del puerto de Buenos Aires fueron los
responsables de la destrucción de las artesanías del interior.

Destruidas las artesanías del interior por el triunfo de la política


del puerto de Buenos Aires e incorporado el país al modelo
agro- exportador obliga a la provincia a sobrevivir con las
nuevas condiciones impuestas por las oligarquías locales y el
capital británico.

A comienzos del siglo XIX en Santiago del Estero existieron


molinos harineros, atahonas a tracción animal, que
aprovechaban la excelente cosecha agrícola de la zona de
regadío del Río Dulce. El trigo de Santiago del Estero se
exportaba a Córdoba y a Tucumán en largas filas de carretas
construidas también en la provincia aprovechando sus tupidos
bosques. Esta incipiente industria servía, sobretodo, para
sostener una economía de subsistencia.

En el último tercio del siglo XIX es importante destacar el


intento industrialista del francés Pedro San Germes que
inaugura un gran ingenio azucarero en Santiago del Estero, en
el año 1879, el Contreras, al que le suceden una docena de
establecimientos del mismo tipo. (2)

Se trataba de capitales locales o cuyos titulares residían en la


provincia, que importaron modernas maquinarias de Francia
para moler la caña y producir la mejor azúcar del país. El ejem-
plo del francés San Germes estimuló a los agricultores la
plantación de materia prima propia en la tradicional zona de
riego del Dulce(Capital, Banda y Robles).

Pero la alianza o tela de araña trágica entre los capitales


azucareros tucumanos, el ferrocarril inglés y posteriormente el
francés, La Forestal del Chaco y la Banca E. Tornsquist que se
unieron, entre otras cosas, para extraer y desarrollar la produc-
ción azucarera de Tucumán terminó por arruinar la embrionaria
industria azucarera santiagueña.

El ferrocarril de Buenos Aires y Rosario llegó directamente a


Tucumán, corazón del azúcar, aislando los viejos pueblos de
Santiago del Estero y a la capital, la madre de ciudades. Los
ingenios azucareros santiagueños, peligrosos competidores de
los tucumanos, del otro lado del Dulce, del trazado ferroviario
inglés, no pudieron colocar su excelente producción y el
francés San Germes, el más grande industrial de la provincia,
tal como lo había nominado el pueblo, se suicida arrojándose al
trapiche de su propio establecimiento.

Fue el comienzo del fin de esta industria que tantas expec-


tativas había generado y el meritorio intento de los industriales
santiagueños de insertarse a la economía nacional a través de
una de las pocas actividades agro- industriales protegidas del
interior y orientadas al mercado nacional.

Los países industrializados habían ya resuelto que Santiago del


Estero iba a convertirse en el principal proveedor de las ma-
deras duras para el trazado ferroviario y para los postes que
iban a alambrar las grandes estancias de la pampa húmeda,
proveedoras de la carne y los cereales que el mercado europeo
necesitaba.

La mesopotamia santiagueña, enmarcada por los ríos Dulce y


Salado, base territorial tradicional del poblamiento y de la eco-
nomía provincial, constituida por las tierras del regadío del cen-
tro oeste, zona donde se erigieron los modernos
establecimientos azucareros, ya no sería el escenario del
principal factor dinamizador y de articulación con el sistema
agro- exportador.

Por el contrario una región totalmente desconocida, ignorada


del territorio provincial, el Chaco santiagueño, lugar al que sólo
osaba ingresar el indígena, y el mielero, sería la elegida para
que Santiago del Estero cumpliera un rol decisivo y muchas
veces olvidado, en la economía nacional. Allí estaba el "bosque
sin fin", interminable, donde reinaba majestuoso el quebracho
colorado, el príncipe de las especies, cuya madera era
inalterable a la acción del fuego y a la humedad.

Y fue entonces que comenzó casi de imprevisto, la gran devas-


tación forestal de casi 11.000.000 de Hectáreas forestales, de
los mejores quebrachales del mundo, dando nacimiento a una
mal llamada "industria forestal" que tuvo su auge en la primera
mitad del siglo XX.(3)

Durante un largo período esta actividad forestal se constituye


en el principal sostén de la economía provincial. Los ferro-
carriles ingleses y franceses realizan sus trazados ferroviarios,
sobretodo para llegar al corazón del azúcar de Tucumán y ex-
traer la madera de los bosques santiagueños y van surgiendo
centros urbanos donde se concentra la abundante mano de
obra que esa actividad extractiva necesitaba.

Fue en ese período que se forjó una ecuación fundamental con


verdaderos vasos comunicantes de muy difícil separación: El
ferrocarril la explotación forestal, la formación de los grandes
latifundios. Ninguna de estas partes hubiera podido existir
independientemente sin las otras.

Comenzó entonces la gran privatización y entrega de las tierras


públicas de la provincia de Santiago del Estero, ya que las
mayores reservas forestales se ubicaban en tierras fiscales del
este y noroeste de la provincia, hasta ese momento
desocupadas. y que fueron vendidas a entregadas a vil precio.
(Departamentos Moreno, Ibarra, Copo, Taboada y Figueroa).

Los gobiernos provinciales que se sucedieron a partir de 1898


cambiaron la ECOLOGIA por la ECONOMIA. La supuesta
riqueza presente por la pobreza futura.

Remarcaba Irigoyen. en oportunidad de una de estas ventas


fiscales:. . . "la riqueza de la tierra como la del subsuelo mineral
de la República no puede ni debe ser objeto de otras
explotaciones que la de la Nación misma. . . ". . . . "la riqueza
forestal, fuente de vida, de recursos y de trabajo, debe ser
contemplada como uno de los grandes beneficios de la
Provincia otorgados al suelo argentino, y en consecuencia su
resguardo y su utilización no pueden hacerse sino en beneficio
del pueblo y de acuerdo a planes científicamente
meditados. . ."
(Del Mazo, 1930). Que lastima que el pensamiento rector de
don Hipólito Irigoyen no haya sido tenido en cuenta en materia
de venta de las tierras públicas que aún continúa
imperturbablemente.

Las promesas de buenos salarios y condiciones de vida digna,


los "ríos de dinero" que iba a traer aparejada la explotación
forestal atrae a los grupos migratorios de toda la provincia y
también de fuera de ella que abandonaron sus pertenencias y
su hábitat natural para incorporarse al obraje y a una continua
trashumancia. Fue la destrucción del hombre igual que la del
medio ambiente.

El viejo obraje textil de la época colonial, instrumentado


alrededor de la mano de obra servil de los indígenas, pasa a
convertirse en el nuevo obraje forestal que se establece sobre
la base del trabajo semi feudal, casi esclavo, de los hacheros y
su grupo familiar.

El genocidio de los indígenas se convierte en el genocidio de


los hacheros. Esta explotación en los obrajes llevó a don
Amalio Olmos Castro, a comparar a los hacheros con los
esclavos de los algodonales del sur de los Estados Unidos
reflejados magistralmente en la Cabaña del Tío Tom.

Este preclaro director de Trabajo de la provincia llamó a esta


explotación que nos debería avergonzar a todos “la esclavitud
blanca” del obraje.(4)

Debemos rescatar en esa larga noche de casi cien años y que


aún continúa dos intentos fundamentales para industrializar la
madera del bosque santiagueño, y que nos interesa remarcar:
l)La Instalación de las Fábricas de Tanino y 2) Los Distritos
Forestales.

Los enclaves Forestales

Hemos visto anteriormente como la provincia de Santiago del


Estero, desde la época colonial, estuvo integrada al sector
económico dominante. La producción de la pampa húmeda
otorgó a la Argentina la imagen de una gran homogeneidad
interna y de esta forma se identificó a la región pampeana con
el espacio nacional, así como la de sus terratenientes con la
burguesía del país.

Por cierto que en el país, desde la colonia misma, existía una


gran diversidad regional, inclusive señalamos en este trabajo la
gran importancia histórica y socio- económica de la región del
Noroeste.

Al identificarse a la región pampeana con el resto del país, las


regiones carecieron de pasado, de historia, de economía y por
cierto que otras formas de producción pasaron a ser totalmente
dependientes de la pampa húmeda.

“Una historia regional será verdaderamente nacional en la


medida que no se limite a una crónica de sucesos locales y
aprehenda la conexión que ellos tienen con los sucesos
nacionales, y cuando fuere necesario con los que operan en el
ámbito continental y mundial” dice con razón Armando Raúl
Bazán. (5)

Al comenzar a hablar de los obrajes es muy importante


consignar como antecedente la aparición del obraje textil como
una variante del sistema de encomienda. Y este último era una
forma productiva del territorio conquistado que seguía al de la
ocupación militar.

La encomienda era una forma de recompensa o tributo que se


le otorgaba al conquistador, comprometiéndose este último a
convertir al cristianismo a los indígenas encomendados. El
tributo adquirió las formas de trabajo forzado para producir los
bienes para el encomendero.

Las primeras encomiendas tenían como base dos antiguos


pueblos de indios: Manogasta en Silípica y Soconcho en
Atamisqui. En ellos se producían en el año 1585 ropa, lienzos,
calcetas y otras telas de algodón, cinchas y aparejos, trigo y
maíz.

El obraje textil se constituyó en verdaderas fábricas de tejido


ubicadas en “lugares sombríos, techados con ramas, cercados
de muros y adobes y donde fueron encerrados los indias e
indias de los encomenderos...”[2]

Al respecto es importante consignar la distinción hecha por la


historiografía entre formas de desarrollo localmente
administradas, como la estancia pampeana, y formas de tipo
enclave, aplicable a los obrajes forestales y a las fábricas de
tanino del Chaco santiagueño y santafecino. Por supuesto que
la historia moderna y contemporánea nos señala muy
interesantes ejemplos de enclaves, tanto agrarios-
plantaciones- como mineros, industriales y comerciales.

El origen de los enclaves forestales santiagueños lo


encontramos en el gran remate de más de tres millones
ochocientas mil hectáreas de bosques fiscales realizadas entre
los años 1898-1904 por el gobierno de don Adolfo Ruiz. Se
vendieron estas tierras desconocidas e inhóspitas, ubicadas en
los departamentos 28 de Marzo (Gral Taboada), Moreno, Copo
y Figueroa pobladas por quebrachales, únicos en el mundo, al
precio vil de 023, ctvs. la hectárea, cuándo el precio del
durmiente que pagaba el ferrocarril era de 1,48. De esta forma
se formaron los grandes latifundios forestales.(6)

Los bosques santiagueños fueron comprados por “ El Sindicato


de Capitalistas Para la Adquisición de las tierras de Santiago
del Estero”, sociedad formada en el puerto de Buenos Aires
integrada por las principales familias de la oligarquía porteña, y
dónde podemos apreciar apellidos notables, como
Zuberbuhller, Santamarina, Lloveras, Rufino, etc.

Y a partir de allí, de la formación de los grandes latifundios, los


enclaves forestales, fue que comenzó la gran devastación
forestal en la provincia.
Y para ello debía consolidarse una gran red de vasos
comunicantes, una verdadera tela de araña, que se
relacionaban de una manera muy estrecha: la oligarquía
porteña, los ferrocarriles ingleses y franceses, la oligarquía
azucarera tucumana y posteriormente la Forestal del Chaco,
que se apropiaron y distribuyeron la tierra pública y también el
trazado y distribución de la red ferroviaria y por cierto el
desempeño económico de toda la región, con especial
vinculación con el funcionamiento de la economía pampeana.

Esta red de intereses condenaron a Santiago del Estero a


convertirse en la productora de los durmientes para el
ferrocarril, el combustible para sus locomotoras y los postes
para el alambrado de las grandes estancias de la pampa
húmeda. Una de las razones fundamentales fue que el
quebracho colorado santiagueño tiene menor contenido de
tanino que los quebrachales colorados de la zona del chaco
santafecino, chaqueño y paraguayo.

Es por eso que recién en la década del 40 se construyeron las


dos grandes y únicas fábricas de tanino, también importantes
enclaves, en el territorio provincial: Weisburd en el
Departamento Mariano Moreno y la Cotan S.A.(Compañía
Taninera) en Monte Quemado –Copo.

Es decir que del análisis y revisión de este proceso formativo,


tan vinculado al funcionamiento de la economía pampeana,
surgen nítidamente la existencia de estructuras económicas
que divergieron notablemente con las del capitalismo agrario
pampeano.

Una peculiaridad notable es la ubicación de estos


establecimientos productivos en una región geográfica alejada
de la sede de las decisiones administrativas y políticas.

Esta denominación enclave tiene un doble significado que es


muy importante destacar:
En primer lugar se trataba de núcleos de actividad económica
controlados de una manera directa desde afuera del país.

Un ejemplo característico lo tenemos con la célebre La Forestal


del Chaco, que monopolizó la fabricación y el comercio del
tanino en el país. En este caso sus accionistas, su directorio,
su sede central, residían en Londres.

Al exterior, a Inglaterra, se remitían las utilidades a distribuir de


esta empresa monopolista.
Otra de las peculiaridades importantes de esta empresa era
que tenía pocas vinculaciones con los eslabonamientos
regionales, ya que las máquinas de sus ingenios, los
ferrocarriles, los puertos, etc., provenían del exterior. Inclusive
la harina y los productos de alimentación eran de otras
regiones; sólo podemos consignar al combustible(leña y
carbón) y algunas veces la carne(como el caso de las
empresas tanineras santafecinas) que eran de la propia región.

La producción taninera se exportaba en el 90% para el exterior


lo que señala bien claramente cuál era la orientación. Este
enclave, era una especie de extensión de la economía y de la
soberanía de los países centrales.

En segundo lugar el término enclave también determina un


aislamiento físico, o geográfico, determinado originalmente por
condiciones sociales, naturales e institucionales. Como la
presencia del bosque, la selva y la incertidumbre sobre las
condiciones legales e institucionales.

Por ejemplo, el gran latifundio de Quebrachales Tintina


Sociedad Anónima de los Tornquist, tenía en territorio
santiagueño más de 600.000 hectáreas. En campos de su
propiedad se fundaron las estaciones de ferrocarril de Vilelas,
Puna, Quimilí, Girardet, Roversi, Lilo Viejo, Alhuampa, etc.

Enormes obrajes dónde trabajaban más de cinco mil hacheros


y dónde la civilización de la ley y la justicia no llegó sino hasta
mediados del siglo XX.
Y también en los enclaves forestales destacamos las
características especiales del hachero y del trabajador forestal.

En el caso de los hacheros su nomadismo. La obligada


trashumancia del obraje, con poblaciones efímeras, pueblos
fantasmas, construidos a la vera de las estaciones ferroviarias
y destruidos con la devastación del bosque.

Un nomadismo que los obligaba a trasladarse con sus familias


siguiendo al obraje una vez terminado el bosque del lugar
asignado. Pero este traslado era sólo en el interior de los
enormes latifundios, verdaderos feudos medievales que solo se
podía escapar con la muerte.

La difusión generalizada del pago con especies, con vales o


notas de créditos, que se podían canjear solamente en las
proveedurías del obraje, al igual que la ausencia total del
control del estado ya que el comisario y los jueces de paz eran
pagados por la Compañía, contribuía a una coacción
generalizada y por supuesto a este aislamiento.

Recién con el gobierno radical de Santiago Maradona(1928-


1930), se reglamentaron las leyes nacionales que, pese al
tiempo transcurrido desde la promulgación de las mismas,
carecían de aplicación en la provincia. Como la ley 9688 de
accidentes de trabajo y de enfermedades profesionales; La Ley
11.723 sobre el Trabajo de las Mujeres y de los Menores, etc.

También se sentaron las bases para el estricto cumplimiento de


las leyes obreras al crearse el Departamento Provincial del
Trabajo.

Y para poner fin a los continuos abusos que se vivían en los


obrajes, donde no era extraño ver a los jueces de paz
dirigiendo las tareas del aserradero o a los comisarios
vendiendo mercaderías en las proveedurías, el Ministro de
Gobierno de Maradona, don Julio Olivera, dictó el 9 de julio de
1928, una resolución ministerial ejemplificadora, que como bien
dice Luis Alén Lascano debería destacarse con letras de oro:
“.....Prevenir a los empleados policiales que serían exonerados
si detienen o molestan a los señores trabajadores, por deudas
contraídas con los señores patrones o por otras causas que no
estén especificados en el Código de Policía...”

Lamentablemente estas continuas violaciones a las leyes


laborales y sociales perduran en la actualidad por este
aislamiento que aún se mantiene.
Las fábricas de tanino santiagueñas, y posteriormente, los
distritos forestales cambiaron este “hábito” obligado al crearse
pueblos estables, con luz eléctrica, agua corriente y hasta
escuelas y hospitales.

En Santiago del Estero, desde la explotación forestal intensiva


de comienzos del siglo XX hasta la década del 40 y luego con
las fábricas de tanino, que también abarcaron a los obrajes,
fueron los núcleos típicos de una producción organizada en la
forma de enclave forestal.

Ambos tienen una enorme importancia, porque fueron los


esfuerzos más serios y reales, sobretodo el último, de terminar
con un sistema de destrucción irracional de nuestra ecología y
medio ambiente, cambiando el destino histórico del bosque
santiagueño y por las posibilidades presentes que este recurso
natural aún posee para la provincia. Pasaremos a describirlos
sintéticamente.

La industria del tanino en Santiago del Estero.

El descubrimiento del tanino extraído del quebracho dio co-


mienzos a partir del año 1880 con la exportación de los rollizos
del quebracho argentino a las fábricas ubicadas en El Havre y
Hamburgo(Alemania). Hasta esa fecha se extraía en Europa
del nogal ,roble o el castaño pero la el quebracho tenía la
enorme posibilidad de utilizar prácticamente todo el árbol , que
lo hacía sumamente atractivo económicamente y abaratando la
producción y utilización del cuero.(7)

Pero fue en el año 1890 cuando se inaugura la primera fabrica


de extracto de quebracho (tanino) en el país, en Pehuajo,
Corrientes, industrializando la materia prima en el lugar de
origen. Una razón fitogeográfica iba a influenciar en el destino
del quebracho colorado santiagueño con una proporción de
tanino inferior al que existía en los quebrachos colorados de la
región de Santa Fé, el Chaco, Formosa y el Chaco- Paraguayo.

De allí que el quebracho santiagueño fue "reservado" para los


durmientes y el combustible del ferrocarril y de las otras
industrias y para levantar los postes de las estancias de la
pampa húmeda.

Ese fue el motivo principal que la Forestal del Chaco, y sus


empresas adláteres, establecieron todas las fábricas de tanino
en la región chaqueña- santafecina- paraguaya, constituyendo
un gran emporio que monopolizó la fabricación y exportación
del tanino en nuestro país y controló todo el comercio mundial
durante más de ochenta años.

El extracto sólido del quebracho salió del país por miles de


toneladas a un ritmo de exportación continuo hasta el año
1963, en que la Forestal prácticamente extinguido el quebracho
colorado y descubierta las propiedades similares de la mimosa,
original del Africa, decidió levantar sus instalaciones.

Pueblos enteros, vías férreas, puertos, viviendas, etc. fueron


abandonadas y dinamitadas por la Forestal Del Chaco, para
evitar que la población del lugar se quedara en las
instalaciones.(8)

Debemos hacer notar que en la década del 40, durante la gue-


rra mundial, como consecuencia del proceso de extinción de
los quebrachales santafecinos y pese al menor rendimiento del
quebracho santiagueño, se produce una expansión en procura
del tanino del quebracho santiagueño que pasaba a ser
rentable. Inclusive, se advierte como consecuencia de esta
demanda, un aumento de la población rural del área forestal,
que en esa fecha alcanzo a representar el 20% de la población
rural de toda la provincia.

Esta situación es importante teniendo en cuenta la elevada


emigración de las provincias del norte hacia la zona me-
tropolitana de Buenos Aires.

En ese período se instalan dos fábricas de tanino en el territorio


santiagueño. Una en la localidad de Weisburd, Departamento
Mariano Moreno y la otra en Monte Quemado en el
Departamento Copo, en el límite con Salta. Ambas fábricas
dieron prácticamente vida a los pueblos de Weisburd, (dpto. M.
Moreno) y a Monte Quemado en el departamento Copo al
dotarlos de viviendas de material, agua corriente, luz eléctrica,
hospitales, salarios dignos para los obreros, cine, etc. que
contrastaban notablemente con los pueblos forestales
existentes hasta entonces.

Lamentablemente, en un final que nos recuerda al ingenio azu-


carero del francés San Germes, tanto la Empresa Weisburd y
Cía. como la Cotan(Compañía Taninera) de Monte Quemado
no pueden colocar la excelente producción de sus fábricas en
el mercado mundial controlado por la Forestal y se ven
obligadas a cerrar las fábricas y vender las maquinarias como
hierro viejo.

Las ruinas silenciosas, todavía imponentes, de estas dos


grandes fábricas de la Provincia de Santiago del Estero se en-
cuentran en los mencionados pueblos y son verdaderos
símbolos de los intentos vanos de industrialización del monte
santiagueño.(9)

Los distritos forestales: Una esperanza

De la Facultad de Ingeniería Forestal creada en el año 1958 en


la provincia más castigada por la depredación forestal, fueron
saliendo las bases fundamentales para la constitución
mediante Ley 3275 del IFIA( Instituto Forestal de
Industrialización y Administración), que tuvo por objetivos el
fomento de la tecnificación y el mejoramiento de la economía
forestal.

Y de este Instituto salieron los estudios y las bases de los


denominados Distritos Forestales. Los Tigres, los Pirpintos, El
Caburé fueron pueblos dotados de centros cívicos, casas de
material confortable, agua potable, infraestructura vial y
sanitaria y sobretodo de una moderna tecnología, que aún se
conserva en partes, para la fabricación de parquee, muebles,
paneles de madera, etc., utilizando las maderas de los bosques
santiagueños.

Si aún resuenan las palabras del ingeniero Néstor R. Ledesma,


artífice del IFIA y uno de los fundadores de la Facultad de
Ingeniería forestal: “Nunca más los pueblos nómades. Nunca
más los vales ni las proveedurías. Nunca mas la explotación
del hombre por el hombre más inicua e irracional que se
conoce en la historia de la humanidad. Viviendas dignas,
salarios dignos. Atención y Salud adecuadas”.

Y los Distritos Forestales se convirtieron en una nueva


esperanza para terminar para siempre con el drama del obraje,
de la depredación irracional del medio ambiente y del hombre,
y de convertir a la provincia de Santiago del Estero en un
verdadero polo industrial utilizando sus recursos naturales
depredados salvajemente.

Estos Distritos Forestales, posteriormente convertidos en


cooperativas, habían logrado realizar en el período 1979/1981
mas de 120.000 toneladas de madera. Una cifra muy
significativa y que las convertía en grandes empresas
industriales.

Mas de quinientas familias vivían en torno de estas


cooperativas forestales, engrandecidas y fortificadas por la
participación de las mismas en los planes de construcción de
viviendas en la provincia del FONAVI (Fondo Nacional de la
Vivienda.)(10)
En este crecimiento de las Cooperativas Forestales tuvo mucho
que ver la acción del ex-Gobernador de la provincia de la
Revolución Argentina, Gral.

Cesar F. Ochoa que facultó al Instituto de Vivienda y


Urbanismo de la Provincia a contratar directamente con las
cooperativas, sin licitación alguna, la carpintería de las obras
públicas y numeroso mobiliario para las escuelas provinciales.
Además por su excelente producción las cooperativas estaban
en condiciones de competir en el mercado nacional e
internacional.

No únicamente se lograba en las cooperativas forestales una


utilización industrial del bosque, sino también existían planes
de reforestación y de protección de nuestra naturaleza.

Es fácil advertir los perjuicios de las empresas constructoras,


contratistas del Estado, como consecuencia de esta
competencia de las cooperativas forestales que no únicamente
habían abaratado los costos, sino que estaban en condiciones
de copar el mercado con viviendas prefabricadas construidas
totalmente de madera.

Los Grupos Económicos Provinciales(GEP), estructurados


sobretodo alrededor de las Empresas constructoras
monopolizaron en las provincias el gran negocio de las obras
públicas(viviendas, caminos, canales de riego, etc.)
constituyéndose en verdaderos poderes dentro de los Estados
Provinciales, con una gran influencia económica y social.

Solamente en el período 1980-1994, se construyeron en


Santiago del Estero 16.500 viviendas, con ganancias
aproximadas de unos siete millones de dólares anuales para
estos GEP.

De allí que los denominados “hombres de paja” de las


Empresas Constructoras ubicados en los poderosos Ministerios
de Economía y Obras Públicas, advirtiendo esta competencia
“desleal” de la cooperativas forestales urdieron una trama o
confabulación contra el bosque santiagueño a través de una
feroz campaña de desprestigio contra ellas y contra las
propiedades de las maderas santiagueñas para la carpintería
de obra.

Carlos Jensen Viano, sucesor civil del General Ochoa, en


sorprendentes declaraciones “destapó la olla” y anunciaba, que
conforme a los informes de la Universidad Nacional de
Santiago del Estero, muy controvertido por cierto, ”la madera
de quebracho no servía o no se había demostrado que era apta
para ser utilizada en carpintería de precisión”.

Fueron inútiles las voces esclarecidas que se alzaron para


defender nuestros bosques. Como el caso de científicos de
valía internacional como Casimiro Uhrin, experto alemán y
profesor de Universidades del país y del extranjero. Fue el
comienzo del fin de las cooperativas forestales luego atacadas
por sus reales desórdenes, aunque exagerados,
administrativos.

La provincia madre de ciudades, a mediados del ochenta,


retornaba bajando la cabeza a la vieja política de destrucción
forestal sin control alguno. Las cooperativas forestales aún
existen en el corazón del bosque santiagueño. Sus modernas
maquinarias casi abandonadas, ,son utilizadas para fabricar
ataúdes, y los pobladores de los ex-Distritos Forestales y de
toda la región del norte santiagueño esperan la instrumentación
de nuevos planes que los saquen del atraso y de la miseria.
Mientras tanto, como una gran sombra el mal de Chagas, el
gran flagelo provincial, anida con forma de vinchuca en los
ranchos. Uno de cada cuatro santiagueños padece de este mal
endémico. Las viviendas de madera, para erradicar los
ranchos, aún esperan su realización.

Algunas propuestas:

Los recientes datos referidos al aumento del desempleo, de la


pobreza, de los hogares con necesidades básicas
insatisfechas, las manifestaciones de protestas de los diversos
sectores, son explicados por el gobierno y algunos
economistas oficiales como el costo de la reconversión y del
ajuste necesario en la economía nacional que ha tenido un
gran crecimiento en los últimos años.

Una economía nacional que como hemos visto anteriormente


obliga a privilegiar, dada la apertura de los mercados, la provi-
sión del exterior de los insumos de la producción.- Esto ha traí-
do aparejado un olvido de las regiones del país que podrían ha-
cerlo.

Las economías regionales no pueden quedar expuestas al libre


juego del mercado, que por otra parte, como hemos visto, no
existe y nunca existió.

Es de fundamental importancia, y la única forma de parar los


estallidos sociales, fomentar un programa de desarrollo de las
economías regionales, la gran ausente del debate nacional.

Para ello el Estado Nacional deberá invertir los fondos ne-


cesarios, y si es necesario(evidentemente lo es) renegociando
el pago de los intereses de la deuda externa, tal como lo han
venido pregonando recientemente algunos obispos y el propio
Papa al calificarla de "injusta e inmoral".

El gobierno nacional debe asistir, con créditos subsidiados a la


destruída actividad primaria de las provincias implementando
sistemas de comercialización que impidan el despojo al produc-
tor.

Es muy importante la radicación de las agro- industrias en los


mismos lugares de producción de las materias primas, aumen-
tando el valor agregado de las mismas.- La búsqueda en el
mercado internacional y en el Mercosur de colocación de los
productos regionales, etc.
Estas y otras medidas son fundamentales para salvar a las
economías regionales y a las provincias rezagadas, "inviables",
o en vías de franca extinción.

Notas:

1) Ferrer, Aldo: “Manual de Economia Argentina”,


2) Dargoltz, Raúl Eduardo: “Hacha y Quebracho. Historia
Ecológica y Social de Santiago del Estero.”, cuarta edición
corregida y aumentada, Santiago del Estero, 1998, Ediciones
Conciencia y Nacional.
3) Ibid.
4) Olmos Castro, Amalio: “El trabajo”, Santiago del Estero,
1942.
5) Bazan, Armando Raúl, “ El Noroeste y la Argentina
Contemporánea”( 1953-1992), Editorial Plus Ultra, Buenos
Aires, 1992.
6) Dargoltz, Raul E.: “ La Alianza Anglo Porteña. Historia de la
destrucción de una provincia”, Ediciones del Mar Dulce,
Buenos Aires, 1983.
7) Ibid.
8) Ibid.
9) Dargoltz, Raul: “Hacha y Quebracho. La Confabulación
contra el bosque Santiagueño”, Ediciones El Liberal, Santiago
del Estero, 1988.
10) Dargoltz Raul, "Santiago del Estero. El Drama de Una
Provincia", op.cit..

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