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COMO ESCRIBIR UNA ADOLESCENCIA.

De

FLAVIO GONZÁLEZ MELLO.

PERSONAJES

ESCRITOR I.
ESCRITOR II.
VOCEADORES I, II y III
Y además:
ESPECTADORES;
VIGILANTE (voz);
UN ACTOR
PEPE
CONCHITA
RAFABLA9
REBECA;
ESTUDIANTES I y II
EXPLOTADOR
GUARDAESPALDAS
LIBERTAD;
JOVEN OBRERA,
OTRA JOVEN OBRERA
EMPRESARIO;
CONDUCTOR
CHENTE
DIRECTOR DEL REFORMATORIO
PROSTITUTA
DROGADICTO
DELINCUENTES I, II y III;
Papeles todos que serán interpretados por actores comodines.
El escenario se halla COMPLETAMENTE vacío.
Se da la tercera llamada y las luces de la sala se apagan parcialmente, quedando
ésta en la semi-penumbra. El telón no se corre, y por unos momentos no sucede
absolutamente nada. Luego se comienzan a escuchar, provenientes del vestíbulo
del teatro, voces de discusión. Durante la escena, varios ESPECTADORES,
después de haber entregado su boleto al invisible Vigilante, entran a la sala y
buscan, con toda naturalidad sus butacas.

VOZ DEL ESCRITOR I: ¿Pero por qué no?


VOZ DEL VIGILANTE DE LA ENTRADA: Lo siento, mano, pero la obra es
para adolescentes y adultos.
ESCRITOR I: Pero entonces, ¿cuál es el problema?
VIGILANTE: Tú estás muy chavo. Todavía no puedes entrar.
ESCRITOR I: ¡Pero si tengo quince años!
VIGILANTE: A mí no me engañas. Tienes catorce.
ESCRITOR I: Bueno, de todos modos, ¿qué con catorce no sería adolescente?
VIGILANTE: No.
ESCRITOR I: ¡¿Cómo?!
VIGILANTE: Hasta los dieciocho, mano.
ESCRITOR I: Pero entonces.. ¿Los adultos?
VIGILANTE: Dieciocho.
ESCRITOR I: ¡¿Pero desde cuándo?!
VIGILANTE: Desde siempre.
ESCRITOR I: ¡ Oiga, pero…!
VIGILANTE: ¡Mira, chavo, ya no te soporto! ¡O dejas de joder o llamo al policía! ... (Más
amable) Claro, siempre queda abierta la posibilidad de un arreglito...
Pausa. Luego entra a la sala el ESCRITOR I, todavía de mal humor por la discusión. Aún
cuando él no ha hablado ni hecho ningún ruido, algunos ESPECTADORES voltean
inmediatamente y le indican bruscamente que guarde silencio. Cuidadosamente, el
ESCRITOR I busca su butaca y se sienta en ella, esperando a que dé comienzo la función.
Se abre el telón, y todavía por unos momentos no sucede nada)
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Por el público entran, uno tras otro, los tres VOCEADORES, precedidos por sus voces.
VOCEADOR I: ¡La Nota Roja! ¡La Nota Roja!...¡Adolescentes drogadictos detenidos por la
policía! ¡Se cree forman parte de la criminal banda "Los Chairos”!
VOCEADOR II: ¡Crímenes y Sucesos! ¡Crímenes y Sucesos! ...¡Trágico tiroteo entre
policías y jóvenes de la banda "Los Chairos “ ¡Cinco muertos y siete heridos!
VOCEADOR III: ¡ El Morboso! ¡El Morboso! ... ¡Robos, violaciones y
asesinatos a cargo de jóvenes delincuentes! ¡La banda "Los Chairos" asola la
ciudad!
Ofreciendo al público los periódicos de grandes y amarillistas titulares. Sería
ideal que lograran vender a los espectadores algunos ejemplares. Los
VOCEADORES cruzan la sala y salen, siempre voceando por diferentes
lugares. Cuando el VOCEADOR III está por salir, después de sus
compañeros, el ESCRITOR I se levanta de su butaca y se dirige
apresuradamente hacia él.
ESCRITOR I: ¡Pst! ¡Oye, chavo!... Dame uno de cada uno, por favor. (El
VOCEADOR III le entrega varios ejemplares y, después de que el ESCRITOR
I le paga, sale voceando. El ESCRITOR I se dirige, leyendo, hacia el
escenario. Mientras tanto, el ESCRITOR II entra y se pone a dar vueltas al
escenario, impaciente. Cuando ve entrar al ESCRITOR I se dirige, ansioso, a
él)
ESCRITOR II: ¿Salió?
ESCRITOR I: No sé, todavía no encuentro nada...Bueno, mientras tú busca en
éstos, ¿no?
Le entrega un tambache de periódicos.
Los dos buscan. Mientras tanto, entran, vocean y salen, sucesivamente, los
tres VOCEADORES.
VOCEADOR II: ¡Muchacha de quince años cuenta la terrible historia de su
violación!
VOCEADOR III: ¡Joven de trece años cuenta cómo fue vendido por su
pérfida madrastra a cambio de unas cuantas migajas de pan!
VOCEADOR I: ¡Muchacho mata a su madre porque no le quiso prestar para ir
al cine!
ESCRITOR II: (Cuando los Voceadores han salido, triunfante) ¡Aquí
está!..."Concurso de Teatro de la Adolescencia"... (Lee en silencio, diciendo
de vez en cuando algunos detalles que le interesan particularmente. El
ESCRITOR I trata de leer sobre su hombro, sin lograrlo satisfactoriamente)
"... todos los jóvenes que vivan en la Ciudad.., entre doce y veintidos años ...
(Al ESCRITOR I) ¿Ves cómo sí ...? ...Obras inéditas.., No profesionales... En
las delegaciones... ¡¡Cien mil pesos!!"
ESCRITOR I: (Incrédulo) ¡¿Cuánto?!
ESCRITOR II: ¡Cien mil pesotes al primero, setentaicinco al segundo y...
(lee) cincuenta mil al tercero!... (Vuelve a leer) ¡Más presentaciones, viajes y
toda la cosa!
ESCRITOR I: ¡A ver....! (Lee un momento) ¡Están idos ....
ESCRITOR II: ¡Me cai que si no le entramos...!
ESCRITOR I: Yo la veo muy cabrona...Yo no sé tú, pero lo que es que yo,
jamás he escrito nada de teatro... ¡y olvídate! ¿De dónde vamos a sacar en tan
poco tiempo el grupo para montarla?
ESCRITOR II: ¡Ay, eso es lo de menos! Ahí vemos a quién nos
conseguimos...Y total, ya ves cómo dice el dicho de que "siempre hay una
primera vez"...
ESCRITOR I: Sí, maestro, pero también que "no es lo mismo hablar de toros
que estar en el redondel”... Además, ya sabemos como son estas cosas. ¡Para
que ganemos...!
ESCRITOR II: Bueno, en último caso ¿qué perdemos?...¡nada! Y en cambio,
de ganar, ganaríamos...
ESCRITOR I: ¡Cien mil pesos!
ESCRITOR II: Ya ves... Entonces, ¿qué onda?
ESCRITOR I: (Después de un momento) ¡Pos órale, nos aventamos...¿tienes
máquina?
El ESCRITOR II le hace un gesto para indicarle al ESCRITOR I que lo siga.
Los dos salen.
3
VOCEADOR II: ¡Joven delincuente acusado de cometer más de treinta delitos
en una hora! ¡“Fui obligado por mi padre", declara!
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Entra UN ACTOR con un letrero que dice "PRIMER ACTO", lo enseña al
público y sale. Se escucha, de fondo, una canción popular. Entran
CONCHITA y RAFAELA y hacen la mímica de lavar, primer plano derecha.
CONCHITA: Pos sí,, doña Rafa, ya ve. (Suspira) Diecisiete años de estarse
quebrando las espaldas por los hijos para que luego le salgan así a
una...viciosos, léperos, y encima...(llora) groseros hasta con su propia madre!
RAFAELA: (Consolándola) No llores doña Conchita, no llore... ¡ya verá
cómo todo se arregla:
CONCHITA: ¡Dios la oiga, doña Rafaela, Dios la oiga!... (se enjuga las
lágrimas)
Las dos MUJERES continúan lavando en silencio. Entra PEPE, por la
izquierda, y se dirige a Conchita.
PEPE: (Contento, mientras le entrega dinero a Conchita) ¡Mire, jefecita! ¡Ora
sí le traigo harta lana!
CONCHITA: (Toma el dinero y lo revisa, desconfiada) ¿Sólo treinta pesos?
PEPE: (Confundido ante la reacción de su madre) Es... lo que gané...
CONCHITA: ¿Lo que ganaste?... ¡Mentiroso, eso es lo que eres! Ganaste más,
pero luego luego te fuiste con tus amigotes, a gastártelo en el vicio, en la mala
vida, sin pensar un solo momento en tu pobre madre...¡Idéntico a tu padre, que
en Gloria esté!
PEPE: (Se separa de las Mujeres) ¡Oh! ¡Yo que pensaba que se iba a poner
rete contenta! ... ¡Así le agradecen a uno!
Las dos MUJERES recogen su imaginaria ropa y salen.
PEPE: ¡Nadie me comprende, nadie me comprende!... (En un arrebato de
cólera) ¡Pues sí, ora para que vean sí me lo voy a gastar en eso!.. El Chaifas
me dijo que si no quería mota, y yo de idiota le dije que no, que todo era para
mi mamacita... ¡cómo se rieron de mí!... Hasta dijeron que yo era un... (Le
cuesta trabajo) ¡un ....! (Con gran esfuerzo) ¡un joto!... ¡pos ora van a ver! ...
¡Chaifas! ¡Chaifas!... (Sale, llamando)
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Entra UN ACTOR con un letrero que dice "SEGUNDO ACTO”, lo enseña al
público y sale. Mientras tanto, entran REBECA y PEPE.
PEPE: Bueno, ¿me vas o no a decir para qué me querías ver?
REBECA: (Inhibida) Pepe, es que yo... ¿te acuerdas de lo de aquella noche?
PEPE: (Fastidiado) Sí, sí, me acuerdo, ¿y qué con eso?
REBECA: Es que mira.,. lo que pasa es que... (Armándose de todo su valor)
¡voy a tener un hijo, Pepe!... ¡un hijo tuyo!
(Música dramática)
PEPE:.(Asustado) ¡¿Un qué?! Pero... ¿cómo sucedí?.., (Corrigiéndose)
Bueno, claro, sé que por... lo de aquella noches pero... ¿quién se iba a
imaginar que...?
REBECA-.(Llorando) En mi casa ya no me quieren ver... Mi hermano te anda
buscando para... para matarte, dice... y a mí ya me advirtió que me espera un
castigo todavía peor que la muerte ¿Qué vamos a hacer, Pepe? ¿Qué vamos a
hacer?
PEPE: (Yéndose, apresurado) ¡Qué vas a hacer, dirás....!
REBECA:¡Pepe ... ! (Llora, impotente)
Entra UN ACTOR con un letrero que dice TERCER ACTO, lo enseña al
público y sale. Mientras tanto, sale REBECA y entra PEPE cargando una
silla, que coloca sobre el escenario. Entra CONCHITA y se sienta en ella,
adquiriendo una posición orgullosa. PEPE está con la vista hacia el infinito,
abstraído.
CONCHITA: Te acepto todo, hijo, tú ya lo sabes... ¡pero un robo...! ¿Por qué,
por qué haces sufrir así a tu pobre madre que siempre te ha apoyado cuanto
sus cansados huesos se lo han permitido?
PEPE: (Voltea a verla) ¿Usted?.. (Ríe amargamente. Se comienza a escuchar
una música sentimental) ¿Por ejemplo, cuando yo le llevaba el dinero que
ganaba con tanto trabajo y usted me lo despreciaba y me acusaba de
mentiroso, de vicioso, de vago...?
CONCHITA: ¡Pepe ...! Los padres sabemos lo que hacemos.
PEPE: ¡Y era precisamente con esa actitud con la que me empujaba al vicio!
CONCHITA: ¡Hijo..! Te repito que...
PEPE: ¡Eso, eso es precisamente lo que nos ha conducido a todo esto! Los
padres creen que siempre tienen la razón: "¡Hijo, haz esto! ¡Hijito, no hagas lo
otro!"... Nunca nos dejan expresar lo que sentimos, nuestras inquietudes,
nuestro deseo de convivir felizmente con ustedes... ¡No nos comprenden,
ustedes no nos comprenden! ...
CONCHITA: ¡Pepe... ! Nunca me habías dicho todas estas cosas..,
PEPE:. (Emocionado) ¡Porque nunca me lo permitieron!... ¿Es que no se da
cuenta?... A mí nunca me gustó el robo, ni el vicio... Yo en el fondo quiero
mucho a Rebeca y... (enternecido) y a Pepito, su nietecito de usted... ¡Pero
ustedes los adultos, con su actitud, me han obligado a hacer, a sentir lo
contrario!
CONCHITA: (Emocionada) ¡Hijo...!
PEPE: (Idem) ¡Jefecita...! (Se abrazan)
CONCHITA: (Llorando) Tienes razón, tienes razón... ¡pero Dios sabe que yo
siempre te he querido como a nadie en el mundo!
PEPE: (Idem) ¡Lo sé, lo sé!...Ah, pero desde ahora voy a trabajar
honestamente. Nunca más robaré, nunca más haré algo que a usted le pueda
doler, madrecita ¡se lo juro!...Lo único que necesito es su comprensión, su
apoyo verdadero. Si me los brinda... (mirando a la lejanía, decidido) ¡ya verá
lo lejos que llegará su hijo!
Se cierra rápidamente el telón con los dos personajes abrazándose
nuevamente, La música sentimental llega a su apogeo.
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De una butaca se levanta el ESCRITOR II.
ESCRITOR II: (Cínico) ¿C6mo se llamó la obra?... ¡Los incomprendidos!
ESCRITOR 1: Podría ser.,.
ESCRITOR II: ¡Ay, no mames!...Mira, maestro,la verdad es que a mí se me
hizo demasiado... convencional.
ESCRITOR I: ¿Convencional?
ESCRITOR II: Sí, sí, convencional,... El tema, los personajes el tratamiento...
Palabra que he visto esto mismo, idéntico, miles de veces. Empezando por las
telenovelas... ¡Y el final! ¡No te mediste!.., ¿Qué, apoco tú le dices a tu mamá
"¡Ya voy a ser bueno y a trabajar mucho, mamacita¡” y ya consigues chamba
de la noche a la mañana y la vida se vuelve color de rosa?
ESCRITOR I: No, bueno...Chale, lo que pasa es que todo lo que se me ocurre
son cosas por el estilo...
ESCRITOR II: Bueno, si quieres saber la verdad... ¡a mí también...! Pero hay
que tratar de hacer algo con un poco de más fondo social; menos superficial,
vaya. Mira...
Se abre el telón y los dos ESCRITORES se vuelven a sentar.
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VOCEADOR III: ¡Vagos y extremistas estudiantes impiden el libre tránsito
vial! ¡La policía se ve obligada a dispersarlos!
Entran corriendo los ESTUDIANTES I y II. Se detienen jadeantes, sobre el
escenario y miran nerviosamente hacia atrás.
ESTUDIANTE I: Creo que aquí estamos a salvo.
ESTUDIANTE II: Ora sí nos la vimos cerca...
ESTUDIANTE I: Mientras huíamos alcancé a ver cómo se llevaban a los
compañeros Rogelio y Sebastián.
ESTUDIANTE II: (Firme) No importa. Por más que lo intenten, no podrán
amedrentar con la fuerza al proletariado, que ya ha tomado conciencia de la
brutal explotación de que es objeto.Ahora comienza a elevar su voz y su puño;
y no tardará en llegar el momento en que romperá sus cadenas. Y entonces...
ESTUDIANTE I: (Firme, cerrando el puño) Entonces, nada ni nadie podrán
detenerlo en su camino hacia la Libertad!
Entra, seguido de su GUARDAESPALDAS, el EXPLOTADOR, quien muestra
siempre una cínica sonrisa.
EXPLOTADOR: Tonterías. No lo permitiría jamás, Soy...invencible.
ESTUDIANTE I: ¡Usted...!
ESTUDIANTE II: ¡Sólo el Pueblo es invencible!
EXPLOTADOR:. (Ríe burlonamente) Otro de sus postulados, ¿eh?... Ah,
niños, cuánto les falta por aprender...Por ejemplo, que una considerable
cantidad de dinero puede a veces más que un pueblo entero...
ESTUDIANTE II: ¡Cómo se atreve, miserable..!
EXPLOTADOR: ¿Miserable yo, o ustedes y sus ilusos seguidores...?
El ESTUDIANTE II, no pudiendo contenerse, se abalanza sobre él, pero es
inmediatamente detenido y sacado violentamente por el
GUARDAESPALDAS. El EXPLOTADOR ríe, y el ESTUDIANTE I lo mira
con impotente rabia.
ESTUDIANTE I: ¡Nunca podrán detener a un pueblo en su lucha por la
Libertad! (El EXPLOTADOR ríe más aún) Quien ríe al último... ¡ríe mejor!
(sale corriendo)
El EXPLOTADOR sigue riendo aún por unos instantes, pero cuando se
cerciora de que el ESTUDIANTE se ha marchado se torna grave,
preocupado.
EXPLOTADOR: Lo quiera o no, están adquiriendo demasiada fuerza... ¡Bah,
pamplinas! ¡El Sistema no puede acabar así como así! ... (ríe)
Por los altavoces se comienza a escuchar el himno de la Internacional
Socialista, que poco a poco va creciendo en volumen. El EXPLOTADOR,
conforme esto sucede, deja de reír y su gesto se va tornando cada vez más
grave. Se tapa los oídos para no escuchar pero la música sigue aumentando
en volumen. Lanza gritos de desesperación y, finalmente, cae al suelo,
derrotado. La canción llega a su apogeo y se mezcla con los gritos del
Pueblo Victorioso. Entra la LIBERTAD enarbolando una bandera roja, que
coloca, muy solemnemente, en el centro del escenario, sobre el inanimado
cuerpo del EXPLOTADOR.,Oscuro.
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De entre el público se escucha la voz del ESCRITOR II. La música cesa.
ESCRITOR II: ¿Y? ¿Qué te pareció?
ESCRITOR I: Hijo, pues de plano no te entiendo, mi buen. Si mi idea pecaba
de retrógrada, la tuya...
ESCRITOR II: ¿Sí...?
El ESCRITOR I duda.
ESCRITOR II: ¿Qué? ¡No me dirás que de radical!
ESCRITOR I: No. no radical, pero sí es.. demasiado obvia... panfletaria...
ESCRITOR II: ¿Panfletaria?
ESCRITOR I: Sí. es que... o sea, está muy bien tratar temas como la defensa
de la Libertad, y todo; pero en primera, te saliste del tema...
ESCRITOR II: (Interrumpiendo, algo irritado) ¿Por qué? ¿Qué el adolescente
no es explotado?
ESCRITOR I: Sí, claro, pero los estudiantes ésos no eran precisamente los
explotados...
ESCRITOR II: ¡De todos modos, eran adolescentes!
ESCRITOR I: ¿Adolescentes...?
ESCRITOR II: ¡Muchos de los del sesentaiocho eran adolescentes!
ESCRITOR I: ¡Oye, pero...! (Conciliatorio) Bueno, está bien. Pero de todos
modos yo sigo pensando que es demasiado obvia...
ESCRITOR II: (Cada vez más a la defensiva, entercándose) ¡Tiene que
llegarle a las masas!
ESCRITOR I: Sí, claro, pero tampoco se trata de...
ESCRITOR II: (Exaltado) ¡Ya chole de Teatro elitista! ¿no?
ESCRITOR I: Okey, pero la creatividad...
ESCRITOR II: ¿Qué crees que no me costó trabajo?... ¡Claro, tú, el gran autor
creativo!
ESCRITOR I: Bueno, puede que reescribiéndola...
ESCRITOR II: (Muy exaltado) ¡Lo que pasa es que tú, como pinche
burguesito que eres, quieres que la obra pierda su fuerza, que diga "¡Viva la
Revolución!". pero nada más de mentiritas! ¿no?... (Cínico) ¿Por qué no
montamos la Caperucita Roja? (Sale por el público)
ESCRITOR I: (Confundido ante la reacción de su amigo) ¡Oye, pero... ¿qué
onda?... (Duda un momento. Luego, mientras sale en busca del Escritor II,
conciliatorio) ¡Maese...! ¡Mi buen...!
Entra, por el público, el VOCEADOR I.
VOCEADOR I: ¡Más del sesenta por ciento de la población son...!
VOCEADOR II: (Sale de las bambalinas e interrumpe, nervioso e irritado, al
Voceador I) ¡Pendejo! ¡Todavía no!
VOCEADOR I: (También irritado) ¡Pendejo tú! ¡Te toca:
VOCEADOR II: ¡Si serás guey...! ¡Entramos hasta después de que vuelven a
entrar los escritores!
VOCEADOR I: ¡No, güey, acuérdate que...!
VOCEADOR II: ¡Ya deja de decir pendejadas y vente, que ya bastante nos
arruinaste la función! (Sale, apresurado por donde entró)
El VOCEADOR I lo sigue, contrariado.
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Entran, hablando, los ESCRITORES. El ESCRITOR II se muestra ahora
mucho más abierto y positivo.
ESCRITOR I: O sea, yo no digo que no hablemos de problemas sociales. Pero
si en serio vamos a hablar de la explotación. pues de quien tenemos que hablar
es del mero explotado...
ESCRITOR II: Sí, tienes razón...
ESCRITOR I: Y bueno, aparte, para no caer en algo demasiado obvio, pues
habría que usar un lenguaje más simbólico, ¿no?, más expresivo...
Perman ecen de pie viendo hacia el escenari.)
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Entra, ahora algo inseguro, el VOCEADOR I. Lo sigue el VOCEADOR II.
VOCEADOR I: ¡Más del sesenta por ciento de la población son jóvenes!
VOCEADOR II: ¡Uno de cada cinco trabajadores son menores de edad!
(Voceando, suben al escenario y salen, Cuando el VOCEADOR I está
saliendo, se alcanza a escuchar cómo pregunta hacia las bambalinas.
VOCEADOR I: ¿Ora sí ... ?
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Entra al escenario la JOVEN OBRERA. Hace la mímica de manipular una
máquina, con movimientos mecánicos que dan la impresión de que ella no es
más que una pieza más de la máquina. Por los altavoces se escuchan
ensordecedores ruidos de maquinaria trabajando. Poco a poco, el ritmo de
los ruidos va decreciendo hasta desaparecer, al mismo tiempo y en la misma
medida en que el ritmo de los movimientos de la JOVEN OBRERA decrece,
hasta que queda inanimada. Después de unos instantes, entra el
EMPRESARIO y la examina... Sale y vuelve a entrar inmediatamente
cargando, como a un maniquí, a la OTRA JOVEN OBRERA. Luego, hace la
mímica de bajar una enorme palanca, que reactiva el frenético ritmo de los
ensordecedores ruidos de maquinaria trabajando, acompañados por el
también frenético trabajar de la OTRA JOVEN OBRERA. El EMPRESARIO
sale cargando, también como a un maniquí, a la JOVEN OBRERA.
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Después de unos instantes, el ruido y los trabajos cesan. La OTRA JOVEN
OBRERA sale discretamente.
ESCRITOR II: Chale, está bien chingona, de veras. Na’más que... no sé, igual
que tú pusiste como personaje a una obrera joven, igual pudo haber sido... un
obrero adulto, o .niño, o anciano...
ESCRITOR I: ¡Ay, bueno...!
ESCRITOR II: No,sí es importante. Yo creo que habría que hablar sobre
alguna característica concreta de la adolescencia... Ah, claro, y eso sí: tratada
más o menos sobre el estilo de esta escena...
Pausa.
ESCRITOR II: Mira, si estamos tratando la adolescencia, y la más importante
característica de la adolescencia es el desarrollo de la sexualidad... ¡Pues lo
más lógico sería hablar del tema sexual!
ESCRITOR I: (Considerando la idea) Chance... Sí. sí... La represión sexual, o
algo así tú dices, ¿no?
ESCRITOR II: Sí, o cualquier otro tema relacionado con el sexo..,. ¡Digo, sin
mamaditas estilo "Entiérralo hasta adentro" o ",¿A cuánto el mamey?"...
Ríen.
ESCRITOR I: No, claro... (Cada vez más inhibido) Inclusive, podría tratar
sobre cómo esta represión sexual causa una insatisfacción en el individuo, que
puede redundar en... pues... ya sea la mera insatisfacción en el momento del...
coito, o, inclusive en casos de, este... frigidez... o de homosexualidad...
El ESCRITOR II se queda viendo, divertido, al ESCRITOR I. Este recapacita.
ESCRITOR I: ¡Bueno, que tiene dificultades al coger, ya!
Ríen. Pausa.
ESCRITOR II: ¿Sabes qué sería genial?...Una obra en la que estuviera un
chavo común y corriente, así como tú o yo, ¿no?, y entonces que agarrara y
empezara a ver una revista pornográfica. Y así, normalón, que empezara a
excitarse y a excitarse más y más y más y así hasta que, puta, ya, llegara al
límite del orgasmo, y que entoncea, ¡ah, que se muriera ahí de la excitación!
(ríe)
ESCRITOR I: (Riendo) ¡Ay, no te la jales! ¡Esas son mamadas!
ESCRITOR II: ¿Apoco no sería fenomenal?... ¡Imagínate las caras de los
jueces!
Ambos ríen un buen rato.
ESCRITOR II: (Casi calmado) Bueno, ahora sí ya en serio, hay que ver sobre
qué vamos a hacer la obra...
ESCRITOR I: Pues chance y sobre la sexualidad mejor no...
ESCRITOR II: ¡Sí, hombre, cómo no!... El chiste es encontrar un argumento...
(se le ocurre algo) ¡Chance y... ! (Entusiasmado) ¡Sí, sí, ya sé qué!
ESCRITOR I: ¿Qué?
ESCRITOR II: ¡Una obra sobre los dizque "valores juveniles!
ESCRITOR I: (Considerando la idea) ¿Sobre los valores...?
ESCRITOR II: Ahorita que es cuando más están de moda es justo el
momento para lanzarles una bonita pedrada...
ESCRITOR I: Bueno, más que a ellos, a los que los manipulan ¿no? Lo que si
es que no va a ser nada fácil combatir con una pinche obrita de teatro a todo
un consorcio de televisión...
ESCRITOR II: No le hace. De todos modos no vamos a cambiar el Mundo. Es
simplemente nuestro punto de vista.
ESCRITOR I: (Asiente) Bueno, entonces pondríamos como personaje
principal a un cantante juvenil, ¿no?...
Se sienten. Se cierra el telón.
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VOCEADOR III: ¡Treinta muertos y mil heridos en la presentación del
cantante juvenil Chente! ¡Poster a todo color autografíado del suceso!
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Sin que todavía se abra el telón, sale al arco del proscenio el CONDUCTOR.
Lo alumbra un seguidor.
CONDUCTOR: (Dirigiéndose al público siempre de manera excesivamente
amable, hasta hacerse insoportable) Muy buenas noches, amable público.
Antes que nada, gracias a todos los aquí presentes por asistir a este
espectáculo, así como a los millones de televidentes que en estos momentos
nos están viendo en cadena nacional por una cortesía de los productos "Del
Macho". Bien amigos, pues...(dice el nombre del teatro donde se presenta la
obra, o la institución que la auspicia, y a continuación), en colaboración con
“Del Macho" lociones, para quien tiene pantalones, tienen el agrado de
presentar en exclusiva al único, al formidable, al espectacular... ¡Chente!
Se abre el telón y aparece en el fondo del escenario, dirigiéndose hacia el
Conductor, CHENTE. Las luces que lo iluminan son espectaculares; todos
sus movimientos los efectúa sin descuidar un solo momento la pose. Por los
altavoces se escuchan gritos histéricos, que secundan algunos
ESPECTADORES.
CONDUCTOR: Buenas noches, estrella.
CHENTE: Buenas noches.Un saludo muy cariñoso a todos los chicos y chicas
que me están viendo aquí y en toda la República..
Los gritos histéricos aumentan.
CONDUCTOR: Aquí lo tienen: Chente, joven venido del seno de una familia
humilde, el pueblo en su máxima expresión, es un ejemplo admirable de
adolescente que ha sabido canalizar positivamente las inquietudes naturales de
su edad. Un ejemplo a seguir por todos los jóvenes de cómo se puede triunfar
con tan solo una voluntad de acero. Chente: el que seguirá siendo por muchos
años, estamos seguros, el ídolo de la adolescencia. ¡Chente, el adolescente:
ídolo de hoy y de siempre?... Bien, ¿algo que decir antes de comenzar,
estrella?
CHENTE: Sí, quiero aconsejarles a todos mis amigos que prefieran los
refrescos "La Cola Del Macho", que son los únicos que te brindan el exclusivo
sabor que a ellos les hace sentir respeto, y a ellas... ¡las atrae!
Gritos.
CONDUCTOR: Bien, amigos: basta de palabras y pasemos a los hechos. Los
dejo con... ¡Chente! (sale)
Las luces adquieren un matiz rojizo y se vuelven íntimas. Al ritmo de una
música apropiada, CHENTE comienza a efectuar una serie de contorsiones
con el claro fin de despertar una excitación sexual en los espectadores.
Inmediatamente varios ESPECTADORES -muchachas y muchachos- se
levantan de sus butacas y corren desesperadamente hacía el escenario,
gritando históricamente. Suben como pueden y se abalanzan sobre Chente;
nadie lo impide, el espectáculo consiste precisamente en eso. En medio del
caos, algunos ESPECTADORES muestran triunfantes piernas, brazos, y otros
miembros de Chente, que inmediatamente les son arrebatados por otros
admiradores. Los gritos, al igual que las luces, se van apagando poco a
poco.
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ESCRITOR II: ¿Verdad que está po-ca-ma-dre?
ESCRITOR I: ¡Más que pocamadre!... La manera de involucrar al público, el
discurso del conductor, el mercantilismo total...
ESCRITOR II: Y el mensaje está clarísimo ¿no?
ESCRITOR I: ¡Ei...! ¡Y luego la última parte, cuando en el clímax del
salvajismo lo despedazan y nadie lo impide... ! Bueno! ¿Y cómo la vamos a
seguir?
ESCRITOR II: Pues...lo van reciclando conforme va creciendo, hasta
convertirlo en un ídolo-adulto, ¿no?
ESCRITOR I: ¡No, qué te pasa!... Cuando ya dejan de estar de moda, los
desechan.
ESCRITOR II: ¡No, hombre: Nada más ve a los cantantes adultos de ahora: la
mayoría fueron “valores juveniles" en su época...
ESCRITOR I: ¡En su época, maestro, tú lo haz dicho...!
ESCRITOR II: Ay ¿pues para qué crees que se fijan tanto en los cantantes
juveniles? Bueno, aparte de que a corto plazo sacan una buena lana... ¡Pues
para ir agarrando a los que más tarde les van a servir!
ESCRITOR I: No, no estoy de acuerdo. Son objetos sexuales del momento y
nada más...
ESCRITOR II: Bueno, okey: sí los desechan...¿y entonces?
ESCRITOR I: (Mientras se dirigen hacía el escenario) Entonces Chente, al
ver que todos los sueños en que había estado viviendo han sido destruidos con
la misma rapidez con que fueron creados, y al volver a la realidad y
encontrarse de nuevo totalmente marginado...
ESCRITOR II: (Interrumpiendo) ¡El cambio es demasiado brusco y lo orilla al
suicidio!
ESCRITOR I: (Molesto) No. pérame. No me interrumpas, por favor... ¿en qué
iba?... ¡Ah, sí! Entonces, el shock de todo seto lo hace asumir una actitud
antisocial, y decide integrarse a una banda criminal juvenil...
ESCRITOR II: (No muy convencido) ¿Una banda...?
ESCRITOR I: ¡Pérate, hijo!...Pero entonces la policía lo apresa y se lo llevan a
un Reformatorio Juvenil. Y es hasta ahí donde abre los ojos, se da cuenta de
su situación, y decide rebelarse... ¡vas a ver! (Se sientan sobre el escenario)
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VOCEADOR I: ¡En México la Juventud es escuchada con atención y respeto!
¡Los Reformatorios Juveniles mexicanos, ejemplo para el Mundo!
Se ilumina el escenario. Sobre él se hallan CHENTE y el DIRECTOR DEL
REFORMATORIO, quien porta una máscara de viejo.
CHENTE: (Fastidiado) ¿Y bien? ¿me va o no a decir para qué me llamó?
DIRECTOR: No seas impaciente muchacho. Aprende a que tus mayores te
indiquen el momento de hablar y el momento de..»
CHENTE.- (Interrumpiéndolo) ¿Y por qué habría de hacerlo?
DIRECTOR: (Perplejo) ¡¿Pero cómo te atreves...?:
CHENTE: Mire, ya estoy harto de sus complejitos de autoridad...¡Al grano!
DIRECTOR: ¡No seas insolente! No en vano he vivido lo que he vivido.
CHENTE: ¿No...?
DIRECTOR: (Enfurecido) ¡Pues claro que no, mocoso sin experiencia!...¡La
Edad engendra Sabiduría ...!
CHENTE: (Corrigiéndolo) ¡La experiencia, engendra...!
DIRECTOR: Ultimadamente, ¿no son lo mismo?
CHENTE: Oh, no, no siempre... Los viejos de hoy, en su mayoría, no conocen
esa experiencia de la que tanto hacen alarde. Pero tampoco tienen esa frescura
que caracteriza a la Juventud, ni nunca la han experimentado... ¡cómo pueden
ser aquello que odian!
DIRECTOR: ¡¿Que odiamos a la Juventud?!
CHENTE: Digamos que le tienen envidia; una gran envidia. Ven como
nosotros, a diferencia de lo que sucedió con ustedes, no dejamos que nos
arrebaten tan fácilmente nuestra Libertad...
DIRECTOR: ¡Calla! ¡No sabes lo que dices!
CHENTE: ... Y entonces tratan de evitarlo como sus padres lo hicieron con
ustedes, y sus abuelos con sus padres...
DIRECTOR: ¡Silencio! ¡Te ordeno que te calles!
CHENTE: ...Ah, pero a diferencia de sus padres, ustedes no lograrán
envejecer nuestro espíritu, ¡no lo lograrán!
DIRECTOR: ¡Te ordené que te callaras! ... (En un arrebato de cólera ,lo
golpea y lo deja sin sentido) Tú lo haz querido. Eres todavía un niño...
(Recalcando despreciativo) ¡un niño, sí; un escuíncle, un mocoso
insolente!...Pero yo te voy a enseñar aquí, en el Reformatorio, lo que significa
ser un Hombre.¡Un Hombre, un Señor! ... Ya no puedes seguir siendo un
niño... Lo saca arrastrándolo.
Por unos instantes, el escenario permanece vacío; se escucha una pieza de
Massian. Luego vuelven a entrar el DIRECTOR y CHENTE quien camina
ahora achacosamente, con la cabeza gacha sin el más leve vestigio de aquella
gran seguridad de momentos antes.
DIRECTOR: Ahora amable, pero con un ligero tono condescendiente siempre
presente. Con gran satisfacción he visto cómo en unos pocos meses te has
convertido gracias a nuestra ayuda, en todo un hombrecito. Ahora podrás ser
alguien en esta vida. Ahora podrás salir a la calle seguro de ti mismo. ¡Ahora
eres un Hombre! (Sale) (Por los altavoces se comienzan a escuchar voces
obsesivas)
VOCES: ¡Un Hombre!
¡Ya no puedes seguir siendo un niño!
¡Todo un hombrecito?
¡Ya no eres un niño!
¡Un mocoso insolente!
¡Todo un hombrecito!
¡Un escuincle sin experiencia!
¡ Un Señor! .Etc...
CHENTE permanece por unos momentos inmóvil, con la cabeza gacha.
Luego, lentamente,, alza la cabeza; sólo hasta ese momento se deberá dar
cuenta el público de que su cara muestra una máscara idéntica a la que porta
el DIRECTOR. CHENTE no soporta las voces obsesivas y se tapa los oídos,
pero es inútil: éstas se vuelven aún más obsesivas. Desesperado, en un
esfuerzo supremo, se arranca la máscara; entonces, las voces cesan. Todo
queda en la más absoluta calma.
CHENTE: (Pensativo) ¿Niños?... (Comienza, lentamente a romper la
máscara) ¿Adultos?... (La rompe con más ímpetu) ¿¿Adolescentes??...
Con gran ímpetus termina de romper la máscara; entonces, se siente libre. El
actor deberá interpretar la Libertad como la sienta en el momento. En total
tranquilidad, sale, por el escenario. Mientras tanto, el DIRECTOR, que ha
entrado cuando CHENTE rompía la máscara, lo observa perplejo y lo trata
de detener, pero CHENTE no le hace el menor caso. Cuando por fin lo ve
salir, se tira de rodillas al suelo, muy contrariado. En un arrebato, es ahora
él quien intenta quitarse la máscara, y con un gran esfuerzo, lo logra; pero
debajo hay otra idéntica. Comienza a quitarse, desesperado, más y más
máscaras, pero todo es en vano. Gimiendo, conciente de su impotencia queda
el DIRECTOR sobre el escenario, mientras se apaga el seguidor que lo
alumbraba.
21
ESCRITOR II: ¡Ora sí ya le dimos!
ESCRITOR 1: ¡Me cai¡...
ESCRITOR II: Lo de la lucha generacional se me hizo así como muy
escénico...
ESCRITOR I: ¡Uy. pero la lucha generacional es solo la excusa! ¡La cosa va
mucho más a fondo!
ESCRITOR II: ¿Cómo ... ?
ESCRITOR I: Sí... La renovación contra lo ya establecido... la represión... el
poder...
Se levantan.
ESCRITOR I: Orita lo único es desarrollarla un poco y luego pulirla bien.
ESCRITOR II: Sí, pero eso ya...
ESCRITOR I: Pues no te creas, que la obra también tiene sus errorcitos....
ESCRITOR II: ¿Como...?
ESCRITOR I: Bueno, mira... creo que lo más importante es que chance y la
escena del Reformatorio puede resultar, no sé... un poco...
Ha entrado CHENTE, por el público.
CHENTE: (Desde la entrada) Rollera. Muy rollera.
Los dos ESCRITORES voltean a verlo, extrañados.
CHENTE: Vengo a hablarles en nombre de los personajes de sus obras.
ESCRITOR I: (Perplejo) ¿Personajes...?
CHENTE: Sí, sí, no te hagas. Los personajes de sus obras: Pepe, doña
Conchita, los Estudiantes, el Explotador, la Obrera...y yo mismo, Chente. En
fin, todos les queremos pedir que se alivianen.
ESCRITOR II: ¡Pero...! ¿Qué... ?
CHENTE: ¡Carajo, ustedes no entienden nada! ... Miren, nosotros estamos de
plano muy encabronados, porque la mera neta, no se midieron... Primero, se
pusieron a hacer una bola de mamaditas cursis y trilladas a más no poder, pero
¡bueno...Y luego, cuando parecía que ya habían encontrado el camino, con lo
de la Obrera y lo de Chente... ¡salen con ésto...! Y miren, por una parte a mí
también me gusta la última escena, porque está bien construida; pero la mera
verdad, no veo por qué tuvieron que unir la escena del espectáculo con la del
Reformatorio. Cada una tiene su unidad propia, y ustedes pretendieron
juntarlas con algo tan absurdo como que Chente se metiera a una banda
criminal. ¿Y por qué? ¿Conoce alguno de ustedes una banda juvenil? Y,
además, ¿no se trataba del tema sexual?... Bueno, y además, su rollo del poder
y eso será muy profundo y todo lo que quieran, pero no deja de ser eso: un
rollo. ¿Se han puesto a pensar a quién le van a presentar su obra, cómo va a
ser su público?... ¿Y quieren saber por qué nunca encuentran algo de veras
interesante?... ¡Porque les falta conocer sobre lo que van a escribir, porque
quieren hablar sobre lo que no conocen! Y miren, para que se convenzan,
tenemos la mejor prueba aquí mismo, debajo de nuestras narices: ¿Por qué
creen que esta obra que estamos representando ahorita salió así como salió?...
¡Pues por qué será! ¡Porque el autor nunca se atrevió a poner un pie en los
sitios en donde debería haberse inspirado para escribir la obra! Y, claro, ¿qué
más fácil que dejarle el problema a sus dos personajes principales, ustedes, y
san se acabó?... ¿Y ustedes también piensan encerrarse en su torrecita de
marfil a escribir rollos "profundos"?... Pues allá ustedes verán lo que hacen,
pero nosotros les advertimos que ya estamos hartos de tener que obedecer
todos sus caprichitos y de que nos hagan y deshagan a su antojo como si
fuéramos pinches muñecos de trapo, y que si siguen con esta situación tan
absurda, tan irresponsable, tan imbécil ¡imbécil!, nosotros renunciamos y
escribimos nuestra propia obra de teatro. De plano. (Al público) Ustedes
disculparán. Compermiso. (Sale)
Por unos momentos los dos ESCRITORES se quedan congelados, sin acertar
a decir nada, completamente confundidos y azorados.
ESCRITOR I: (Lentamente) La verdad es que tiene razón. No podemos
escribir sobre lo que no conocemos.
ESCRITOR II: Sí, para hacer una obra hay que partir de la realidad.
ESCRITOR I: De plano, mostrarla tan cruda como es. Sí no, nada que
hagamos va a ser ímpactante...
ESCRITOR II: Habría que tratar los vicios de la Sociedad... La neurosis
citadina... la violencia...
ESCRITOR I: La explotación... el desempleo...
,ESCRITOR II: ¡Y sus consecuencias: la droga, la delincuencia las bandas...!
Bueno, nada más que para escribir sobre eso, tendríamos que ir...
ESCRITOR I: ¿A los centros de vicio?.. Maestro, no es por rajón, pero eso sí
estaría grueso... Siempre hay libros que relatan esos ambientes...
ESCRITOR II: Y si no vamos a ir a lugares así, ¿cómo chingaos queremos
escribir una obra sobre los vicios de la Sociedad?... Mejor no escribimos nada
y se acabaron de una vez los problemas...
ESCRITOR I: No, bueno, digo... (Suspira) Está bien. A ver qué pasa...
Salen.
22
Entra al escenario la PROSTITUTA, mientras que, por el público, entra el
VOCEADOR II.
VOCEADOR II: ¡La prostitución sólo un recuerdo desagradable,afirman
autoridades!
PROSTITUTA: (Al Voceador II) A ver, chamaco, dame uno.(Le compra un
periódico y se pone a leer)
El VOCEADOR II observa morbosamente las piernas de la PROSTITUTA,
lanzando un silbido de admiración.
PROSTITUTA: (Sin dejar de leer) Si no traes ni le hagas al cuento.
El VOCEADOR II sale, voceando. La luz se apaga parcialmente; la Prostituta
es iluminada por una luz que da el efecto de ser la de un farol. Entran los dos
ESCRITORES9 inhibidos. El ESCRITOR II ve a la PROSTITUTA.
ESCRITOR II: (Señalándola y hablando sin la menor reserva) ¡Mira, ésa de
allá es una puta, estoy seguro:
ESCRITOR I: ¡Más discreción, pendejo, que no estamos en tu casa!
El ESCRITOR II se acerca. El ESCRITOR I lo observa desde lejos.
ESCRITOR II: Disculpe...
PROSTI.TUTA: (Desinteresada, sin dejar de leer) Quinientos,
ESCRITOR II: No. es que yo..., no vengo a eso,,,
PROSTITUTA: (Idem) Pues entonces vete a chingar a tu madre.
ESCRITOR II: Mire,.este... yo quisiera hacerle algunas preguntas....
PROSTITUTA: (Voltea, un poco asustada) ¿Eres de la prensa?
ESCRITOR II: Este... no, yo... es para... para una obra de teatro..
La PROSTITUTA vuelve a leer su periódico.
ESCRITOR II: Es que yo quisiera hacerle unas preguntas para poder basarme
en sus respuestas para escribir la obra...(Saca su cuaderno y su lápiz. No sabe
por dónde empezar) Bueno, este... ¿le gusta su trabajo?
PROSTITUTA: (Fastidiada) ¡Mira chavo, vete con tus pendejaditas a otro
lado, que nada más me espantas clientes! ...
Inhibido, el ESCRITOR II se aleja. Oscuro.
VOCEADOR III: ¡Condiciones socioeconómicas desfavorables propician la
fármaco dependencia, afirman especialistas!
Luz al DROGADICTO, quien se halla tirado en el suelo, ensimismado,
oliendo una botella de thinner. Su rostro refleja, aparentemente, una inmensa
felicidad. Sin cambiar en lo más mínimo su expresión se pone a llorar a
gritos. Oscuro.
VOCEADOR I: (En la oscuridad) ¡La ciudad descansa! ¡Atraparon a la
temible banda "Los Chairos" ¡.
Entran por el público los tres DELINCUENTES, iluminados exclusivamente
mediante seguidores. Avanzan normalmente por el pasillo, hasta que uno de
ellos se detiene de repente y levanta y jala bruscamente de su asiento a un
espectador el ESCRITOR I; el ESCRITOR II se levanta y observa, aterrado la
escena. Los DELINCUENTES obligan al ESCRITOR I a avanzar unos pasos,
hecho lo cual lo detienen le gritan, siempre agresivos.
DELINCUENTE I: ¡Orale, güey, arráncale con todo lo que traigas! (El
ESCRITOR I. Asustadísimo, no acierta a responder nada)
DELINCUENTE II: ¡Orale. ¿Qué no oistes?
DELINCUENTE III: ¿Qué esperas, cabrón?
El ESCRITOR I sigue en silencio. Brillan navajas.
DELINCUENTE II: ¡A ver si con ésta sigues tan calladito!
Le pone la navaja al cuello, El ESCRITOR I reacciona y busca rápidamente
en sus bolsillos. Les entrega algunos billetes y monedas.
DELINCUENTE III: ¡No te hagas pendejo! ¡El reloj! (El ESCRITOR I le
entrega su reloj)
DELINCUENTE I: ¿No traes nada más?
El ESCRITOR I hace una negación con la cabeza.
DELINCUENTE I: ¿Seguro?
El ESCRITOR I asiente.
DELINCUENTE I: ¡Bueno, puto, pues entonces ve rezando, porque aquí te
mueres...
Los DELINCUENTES se acercan amenazadoramente al ESCRITOR I. Este,
inmediatamente sale huyendo tan rápidamente como puede. El ESCRITOR II
lo sigue. Llegan, así, al escenario y suben a él. Cuando están en el centro, se
detienen, jadeantes; los seguidores se apagan.
ESCRITOR II: (Después de una pausa, todavía un poco jadeante) Seamos
realistas: la realidad es algo demasiado crudo para que podamos reflejarla tal
cual es...
ESCRITOR I: ¡Dímelo a mí...!
ESCRITOR II: El único chance que tenemos de abordarla es interpretándola,
no hay de otra...
ESCRITOR I: Hijos, mano, pues hagamos lo que hagamos, si no nos
apuramos... ¡adiós concurso!
VOCEADOR II: (Rápidamente) ¡Hoy cierra la convocatoria para el Concurso
de Obras de Teatro de la Adolescencia!
ESCRITOR II: Chale, es que ya tendríamos que haber empezado a escribir...
ESCRITOR I: Escribir... (Desesperado) ¿pero sobre qué, carajo?
Pausa. Los dos piensan.
VOCEADOR III: ¡Ultimo día para que los adolescentes inscriban sus obras!
.Pausa
ESCRITOR I: (Completamente abatido) Mira, maestro, la verdad es que nada
más nos estamos rompiendo el coco sin llegar nunca a nada, así es que yo creo
que mejor aquí le paramos, Hay que reconocerlo, ni modo: la verdad,
fracasamos. ¿Para qué continuar con esta situación...? (Está a punto de salir,
cuando se detiene, de espaldas al público. Pausa. Luego voltea, entusiasta)
¡Oye! ¿Y si hacemos una obra que trate precisamente sobre nuestra situación?
ESCRITOR II: ¿Cómo?
ESCRITOR I: Sí, sí... Imagínate: un adolescente... no, no, mejor que sean dos,
por lo del diálogo,,, Bueno, dos adolescentes quieren entrar a un concurso de
teatro de la adolescencia, y entonces tratan de escribir una obra ...así, como
nosotros...
ESCRITOR II: ¡Y así ponemos todo lo que se nos ocurra acerca de la
adolescencia como si fueran ideas que se les ocurrieran a ellos! ¿no?
ESCRITOR I: Exactos. Esa para que veas, sí es nuestra realidad... Bueno,
esquemáticamente la introducción sería...
ESCRITOR II: Pues cuando leen la convocatoria...
ESCRITOR I: (Asiente) Luego...
ESCRITOR II: El desarrollo,
ESCRITOR 1-0 Ahora sí, el desarrollo... ¡pues todas las escenas que se nos
han ocurrido!
ESCRITOR II: ¡Los estudiantes, y el Chente, y la explotación...!
ESCRITOR I: Este, el clímax...
VOCEADOR II: ¡Gran expectación por la inauguración del Concurso de
Obras de Teatro de la Adolescencia!
ESCRITOR I: El clímax, pues cuando deciden ir a conocer la realidad.
ESCRITOR II: No. Ése no es el clímax. El clímax es cuando deciden que van
a escribir sobre su propia situación...
ESCRITOR I: No, porque si no hubiéramos ido a conocer la realidad ahorita
seguiríamos escribiendo lo mismo...
ESCRITOR II: ¡Pero el nudo de la obra...! Bueno, pensándolo bien, chance y
si los unimos en un solo clímax hasta quede mejor, ¿no?
ESCRITOR I: Sí, sí...
VOCEADOR I: ¡El Concurso de la Adolescencia, crisol de las aspiraciones
nacionales!
ESCRITOR I: Bueno, ¿y el final?
ESCRITOR II: El final...
ESCRITOR I: El final...
ESCRITOR II: El final .... ! El final....!
ESCRITOR I: ¡Tal vez...! No, no... ¡Tampoco, tampoco!
ESCRITOR II: (Desesperado) ¡El final! ¡La solución!
ESCRITOR I: (Idem) ¡El final! ¡El final!
Mientras los dos ESCRITORES tratan desesperadamente de encontrar el
final, van entrando TODOS LOS PERSONAJES de la obra y se ponen a
buscar algo por el escenario y entre el público, repitiendo hasta el cansancio.
TODOS: ¡El final! ¡el final!! ¡¡¡El final!!
Mientras tanto, van entrando los VOCEADORES, sucediéndose cada vez más
rápidamente. A pesar del bullicio causado por todos los personajes, se debe
entender claramente lo que vocean.
VOCEADOR II: ¡Graves disturbios en la presentación de obra de teatro en
(dice el nombre del teatro donde se está presentando la obra)!
VOCEADOR III: ¡Se suspende! ¡Se suspende el Concurso de la Adolescencia
ante los incidentes provocados por la obra "Cómo escribir una adolescencia".
VOCEADOR 1: ¡Las fuerzas del orden se ven obligadas a intervenir! ¡El
teatro, ocupado por el ejército!
VOCEADOR II: ¡Desaparecidos.' ¡Los miembros de la obra, desaparecidos!
VOCEADOR III: ¡Entre los desaparecidos se encuentra el final de la obra! ¡El
final, desaparecido!
VOCEADOR I: ¡La nación entera busca el final!
VOCEADOR II: ¡Parece ponerse en descubierto que la culpa la tuvo la
autoridad!
VOCEADOR III: ¡La orden provino de las más altas esferas oficiales!
VOCEADOR 1: ¡El pueblo exige explicaciones al gobierno!
VOCEADOR II: ¡Grandes movilizaciones!
VOCEADOR III: ¡Crisis en el gabinete!
VOCEADOR 1: ¡Exigimos el final! ¡Exigimos el fin! ¡Exigimos el...!
De pronto, no se sabe bien de dónde, suenan seis descargas consecutivas de
pistola. El VOCEADOR I cae. TODOS LOS PERSONAJES ven,
aterrorizados, incrédulos, al inanimado Voceador I, por unos momentos, el
silencio, la perplejidad lo envuelven todo, Cuando los PERSONAJES
comienzan a reaccionar, prefieren irse; unos tratan de hacerlo discretamente
otros corren abiertamente. Pronto sólo quedan los dos ESCRITORES todavía
parados sobre el escenario. El ESCRITOR I mira incrédulo aterrorizado el
cuerpo inerte del Voceador 1; el ESCRITOR II está más bien retraído.
Cuando los PERSONAJES han salido, el ESCRITOR I baja del escenario y
llega al lugar donde yace el Voceador, Lo examina rápidamente.
ESCRITOR I: (Al Escritor II) ¡Orale, guey, vámonos! ¡Aquí nos echan la
culpa a nosotros!... Salen apresurados.
El ESCRITOR II, sin prisa, ensimismado, se dirige hacia el cuerpo, Lo
examina. Recoge uno de los periódicos, manchado en sangre, y lo hojea
lentamente, mientras entran los VOCEADORES II y III, que ahora ya no
vocean rápidamente como en la escena anterior.
VOCEADOR III: (Normal) ¡Chente, el ídolo de la Juventud, seguro de
mantenerse por muchos años en el estrellato!
VOCEADOR II: ¡Trágico tiroteo entre policías y miembros de la criminal
banda "Los Chairos"!. ¡Cinco muertos y siete heridos!
VOCEADOR III: ¡Muchacho de trece años cuenta cómo fue vendido por su
pérfida madrastra a cambio de unas cuantas migajas de pan!
VOCEADOR II: ¡Adolescente mata a su madre porque no le quiso prestar
para ir al cine!
VOCEADOR III: ¡La Juventud! ¡Esperanza de México!...¡La juventud!
¡Esperanza de México!...¡La Juventud! ¡Esperanza de México!... ¡La Juventud
esperanza de México! ...(Sale. Su voz se va alejando hasta perderse)
ESCRITOR II: (Termina de hojear el periódico. Lo deja caer. Se queda
viendo, pensativo, el cuerpo del Voceador I. Finalmente, en un hilo de voz,
irónica y amarga a la vez) ¡Al final... ! (Sonríe amargamente. Suspira,, se
encoge de hombros. Se mete las manos a los bolsillos. Sale)

FIN

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