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INDICE

Índice……………………………………………………………………………………………
………………………………………01

Presentación……………………………………………………………………………………
…………………………………..02

CAPÍTULO UNO

I. Definición de
Modelo……………………………………………………………………………………………
………………03

II. Definición de Orientación


Educativa……………………………………………………………………………………..03

III. Principios de la Orientación


educativa………………………………………………………………………………….04

III.1 Preventiva………………………………………………………………………………
……………………………………..04

III.2 Desarrollo………………………………………………………………………………
……………………………………..05

III.3 Social……………………………………………………………………………………
……………………………………….06

III.4 Empowerment…………………………………………………………………………
…………………………………….06

CAPÍTULO DOS
1
IV. Modelos de Orientación
Educativa………………………………………………………………………………………...
08

IV.1 Según la relación entre orientador y persona


orientada…………………………………………………08

IV.2 Según criterio


histórico……………………………………………………………………………………
…………….08

IV.3 Modelo Consulta..


…………………………………………………………………………………………………
……….08

IV.4 Modelo de
Couseling……………………………………………………………………………………
………….…….09

IV.5 Modelo de
Servicio………………………………………………………………………………………
………………..10

IV.6 Modelo de
Programas…………………………………………………………………………………
…………………11

V. Nuevas
Tendencias………………………………………………………………………………………
………………………..12

Conclusiones……………………………………………………………………………………
…………………………………….15

Bibliografía………………………………………………………………………………………
…………………………………….16

2
PRESENTACIÓN

El presente trabajo está basado en la información recabada de los


diferentes escritos y estudios que se han hecho en el tema de la
Orientación Educativa.

Es sin lugar a duda un tema muy abierto debido a que no hay


parámetros y no se han delimitado los principios y funciones de la
Orientación es por tal motivo que sus objetivos, modelos, áreas, y
manera de intervención varían unas de otras.

El presente trabajo dará a conocer los fines, principios y modelos de


intervención educativa.

Es por tal motivo que consideramos de suma importancia desarrollar


estos temas a fin de reconocer y aplicar de manera certera en
nuestras instituciones el mejor modelo educativo a desarrollar que
tiene como fin el desarrollo personal social y profesional del individuo
en su contexto.

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CAPITULO UNO

I. Definición de Modelo
Un modelo científico es una representación simbólica y simplificada de un
fenómeno real, favoreciendo la comprensión del suceso y el análisis del mismo.
La construcción de un modelo se realiza a partir de los elementos de la realidad
que interesan al investigador, omitiendo aquellos que carecen de relevancia
para el estudio en cuestión. Estos elementos se representan a través de un
medio simbólico que sea coherente con el nivel de abstracción necesario para
la investigación (dibujos, gráficos, números, fórmulas, etc.). En definitiva,
modelar la realidad es crear un sustituto simbólico que simplifique la
complejidad de dicha realidad y que facilite su estudio, análisis, comprensión,
reflexión, explicación, descripción, etc.
El profesor y orientador Juan María Cruz Martínez (Universidad de Sevilla)
añadió a lo anterior una nueva forma de entender qué es un modelo en
orientación educativa. Para este orientador también se habla de modelo cuando
se tiene un ideal o referente de cómo debe ser algo. De alguna forma se trata
de recuperar la acepción más común de la palabra modelo (modelo como ideal,
como referente) y trasladarlo al ámbito de la orientación educativa. De esta
forma se puede decir que existen tres formas básicas de entender el término
modelo, por un lado como representación de la realidad, por otro como sistema
teórico, y por último como idealización. Esto nos permite llegar a la conclusión
de que en realidad estos tres acercamientos se pueden incluir en un continuo
que iría desde la simplificación de la realidad a lo abstracto pasando por la
teorización.
Los modelos se sitúan, por decirlo así, entre la teoría y la práctica, a medio
camino entre la abstracción y lo concreto. Sirven para interpretar y comprobar
aquello que se intenta explicar desde la teoría. Pantoja (2004) establece una
clasificación de las definiciones de modelos según sea su vinculación a la teoría
o a la práctica:
• Próximo a la teoría: Son sistemas conceptuales que intentan representar
algunos aspectos interrelacionados de sistemas reales.
• Próximo a la práctica: El concepto de modelo se identifica como la
representación de la realidad sobre la que hay que intervenir
• Intermedio entre teoría y práctica: Un análogo conceptual a mitad de
camino entre la teoría y el mundo real. El término modelo posee por lo tanto un
doble uso. Sirve por un lado para probar teorías y por otro, para representar de
forma simplificada realidades complejas
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II. Definición de Orientación Educativa

Es un conjunto de actividades destinadas a los alumnos, a los padres y los


profesores, con el objeto de contribuir al desarrollo de sus tareas dentro del ámbito
especifico de los centros escolares. La orientación educativa busca garantizar la
educación integral del alumno a través de la personalización del proceso educativo,
especialmente en los que se refiere a la adaptación de los procesos de enseñanza y
aprendizaje a su singularidad. La orientación educativa constituye el proceso de
ayuda sistemática y guía permanente, que contribuye a la formación integral de los
estudiantes, para lo cual el docente debe estar preparado. La orientación educativa
busca articular el sistema educativo con el mundo laboral y ofrecer en conjunto a la
comunidad educativa asesoramiento, colaboración y apoyo técnico especializado
frente ante alguna falencia que se presentara. La orientación está vinculada a la
palabra acción, la orientación educativa cuenta con una serie de modelos de
intervención que sugieren distintos maneras de organizarse y que ofrecen distintas
posibilidades de acción. Son consideradas como “guías para la acción”. Es así que
en el marco de la orientación educativa encontramos por tres definiciones:

- Son estrategias fundamentadas.

- Es la representación de la realidad sobre la que hay que intervenir y que va


intervenir en el proceso educativo.

- Son una representación que refleja el diseño la estructura y los


componentes esenciales de un proceso de intervención.

III. Principios de la Orientación educativa

Durante los últimos años se ha experimentado un cambio importante en la


forma de concebir la Orientación. Se ha ido perdiendo el carácter terapéutico
correctivo a favor de una postura en la que la acción orientadora se concibe
como una respuesta más amplia, que tenga en cuenta los nuevos cambios
sociales, culturales y económicos y, por tanto, los nuevos protagonistas y los
nuevos escenarios en los que debe intervenir. Principios considerados: principio
de prevención, principio de desarrollo, principio de intervención social y
principio de fortalecimiento personal.
La orientación se sustenta en los principios de prevención, desarrollo y atención
a la diversidad de los sujetos.

III.1 Principio de Prevencion


Este principio está basado en la necesidad de preparar a las personas
para la superación de las diferentes crisis de desarrollo. Su objetivo es
promocionar conductas saludables y competencias personales, como las
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relacionadas con la inteligencia interpersonal y la intrapersonal, con el fin de
evitar la aparición de problemas.
“Desde esta perspectiva, la orientación adquiere un carácter
proactivo que se anticipa a la aparición de todo aquello que suponga un
obstáculo al desarrollo de la persona y le impida superar crisis implícitas en
el mismo. Igualmente se considera que el entorno, la comunidad y su acción
va más allá del contexto escolar”. El objetivo de la prevención es desarrollo
integral de la persona, su capacidad para afrontar situaciones y su
fortalecimiento interior. Actividades preventivas (formación de hábitos de
estudios, atención y concentración en clase, aprovechamiento del tiempo
libre. Prevenir significa evitar que algo malo suceda.

Características de la acción preventiva:


Proactiva; actúa con anterioridad a la aparición del problema
• Dirigida a grupos.
• Planteamiento ecológico sistémico, teniendo muy en cuenta el entorno
• El objetivo es reducir los factores de riesgo incrementar la protección
ante la crisis.
• Asume la multiculturalidad
• Se orienta al fortalecimiento personal
• Pretende la disminución de la frecuencia y la tasa de incidencia de los
problemas en la población.
Las condiciones desfavorables del contexto, Rodríguez Espinar propone:
Atender los momentos de transición del alumnado para conseguir la mayor
adaptación afectiva a las nuevas demandas. El propio carácter preventivo
que supone una temprana relación entre la familia y la escuela. La necesidad
de adoptar estrategias tanto individuales como grupales para lograr mayor
eficacia.

III.2 Principio de Desarrollo


Este principio, supone un proceso mediante el que se acompaña al
individuo durante su desarrollo, con la finalidad de lograr el máximo
crecimiento de sus potencialidades. Desde el punto de vista madurativo se
entiende el desarrollo como un proceso de crecimiento personal que lleva al
sujeto a convertirse en un ser cada vez más complejo. Esta complejidad se
va formando a través de sucesivos cambios cualitativos, que favorecen una
interpretación del mundo cada vez más comprensiva y la integración de
experiencias cada vez más amplias y complejas.
El desarrollo depende de determinantes biológicos y ambientales en
interacción, y de múltiples relaciones debidas a patrones cronológicos,
históricos. Se aproxima a la idea de crecimiento (proceso) como revulsivo de
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la eclosión de la personalidad. Tiene un doble objetivo: por un lado, pretende
dotar de competencias necesarias a la persona para que pueda afrontar las
demandas de las etapas evolutivas (enfoque madurativo) y, por otro, ha de
proporcionar situaciones de aprendizaje vital que faciliten la reconstrucción y
progreso de los esquemas conceptuales del individuo.
Los procesos básicos del principio de desarrollo según Marín y Espinar son:
1. Existen etapas clave en la vida no vinculadas sólo a la edad biológica sino
a una interacción de determinantes (personales, contextuales). Los periodos
y los cambios no son fijos y están sujetos a grandes diferencias individuales
y culturales.
2. El desarrollo es un proceso acumulativo y secuencial en el que las
transiciones de una etapa influyen en la siguiente.
3. Los cambios y procesos están sistemáticamente relacionados actuando
como una red de efectos causales.
El principio de desarrollo encuentra su fundamento en el movimiento
a favor de la carrera y sitúa la actuación del profesional de la orientación en
un proceso continuo cuyo objetivo final es conseguir involucrar al alumno en
un proyecto personal de futuro.

III.3 Principio de intervención social


El principio de intervención social se enfoca desde una perspectiva
holístico-sistémica de la orientación, según la cual, se deben incluir en toda
intervención orientadora las condiciones ambientales y contextuales del
individuo, ya que estas condiciones influyen en su toma de decisiones y en
su desarrollo personal. Se considera el contexto como un elemento de
referencia imprescindible de la acción orientadora. Para Rodríguez Espinar
(1998) asumir el principio de la intervención social supone que:
• La intervención orientadora debe estar dirigida tanto a modificar aspectos
relativos a la organización y funcionamiento del centro educativo
(organización de grupos, sistemas de evaluación, metodología, etc.) como
del contexto social del alumno o alumna (becas, ayudas, asistencia social,
etc.). Según este autor, no deben aceptarse posturas pasivas enmascaradas
en argumentos dudosos como la competencia del profesional de la
orientación.
• Hay que sensibilizar a la persona que recibe la orientación acerca de la
necesidad de actuar sobre los factores ambientales que están impidiendo el
logro de sus objetivos personales. La concienciación es esencial para lograr
en el orientado u orientada una actitud activa que posibilite el cambio de
tales factores.

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• Cuando aparezcan discrepancias entre los objetivos personales y los de la
sociedad, debe resolverse el conflicto desde una perspectiva dialéctica de la
relación individuo-sociedad.
Marín y Rodríguez (2001) consideran que la acción orientadora, y por tanto
la intervención, debe seguir dos condiciones:
• Analizar el desarrollo y la conducta de los destinatarios en el marco de los
sistemas que actúan sobre la persona a través de procesos de socialización
en valores, normas, expectativas y metas.
• Diseñar una intervención que tenga como objetivo eliminar los efectos
negativos de los ambientes sobre las personas.

III.4 El empowerment
El empowerment (fortalecimiento personal) es un término que se ha
incorporado con fuerza a diferentes disciplinas (Educación, Medicina, Trabajo
Social, Psicología) y que recientemente se relaciona con los principios de
prevención, desarrollo e intervención social. Desde una concepción ecológica
de la Psicología comunitaria, es el proceso mediante el cual las personas, las
organizaciones o las comunidades adquieren un dominio sobre los asuntos
de interés que le son propios.
El empowerment es un proceso en el que las personas, las organizaciones o
los grupos que no tienen fortaleza, que no se sienten competentes o que se
encuentran marginados, llegan a conocer las dinámicas de poder que actúan
en su contexto vital, desarrollan las habilidades y capacidades para tomar el
control de sus propias vidas sin interferir en los derechos de otras personas,
y apoyan y refuerzan el fortalecimiento personal de los demás componentes
de su grupo o comunidad. El modelo de las “5 Cs” se propone las
condiciones para favorecer el fortalecimiento personal:
• Colaboración para aislar los problemas y establecer un plan de actuación.
• Contexto, reconocimiento de los elementos del contexto que impiden el
fortalecimiento personal (pobreza, marginación, sexismo, racismo, etc.) que
dificultan la superación de los problemas.
• Conocimiento crítico, que permite definir un problema, organizar y
clasificar de manera eficaz la información relevante para su solución.
• Competencia necesaria para la resolución de los problemas.
• Comunidad, refiriéndose a la unión de quienes comparten unos mismos
objetivos y participan de una identidad común apoyándose en el
fortalecimiento personal de todos y cada uno de los miembros de la
comunidad.
Bajo el enfoque de este principio el profesional de la orientación
adquiere un rol activo como agente social y desde una perspectiva crítica
ejerce lo que McWhriter (1998) denomina activismo social. Para esta autora,
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sólo se producirá una orientación para el fortalecimiento personal cuando
exista un compromiso del orientador u orientadora para cambiar las
estructuras y sistemas que están impidiendo el desarrollo de los menos
favorecidos.
Se puede establecer un cierto paralelismo entre el significado de
empowerment en el contexto de la empresa y en el contexto escolar,
entendido éste como una institución que tiende hacia la calidad y la
excelencia. Para la empresa el empowerment es una estrategia de
motivación en el trabajo que consiste en la delegación o transmisión de
mayor capacidad de decisión a los empleados para que se sientan más
implicados en la actividad y los objetivos de la empresa. Así, el centro
escolar debería implicar de forma activa a sus miembros para que participen
de los objetivos del mismo. Rodríguez Espinar (1998) defiende este
planteamiento con respecto a la participación del alumnado en los centros
educativos, su propuesta es que cuando se implica a los estudiantes en el
funcionamiento y transformación de los mismos, mejora tanto su cultura
como su convivencia. En el caso contrario, según afirma Hervás Avilés
(2006:85):
[…] cuando los estudiantes carecen de posibilidades para poder influir en su
propio contexto de aprendizaje, adoptan un rol pasivo en el que esperan
instrucciones en lugar de tomar decisiones, ejecutan en lugar de proponer,
su actitud tiene un carácter reactivo en lugar de proactivo y creativo, se
centran solamente en los contenidos y no en los procesos, atienden a la
cantidad más que a la calidad de su aprendizaje, eluden responsabilidades
en lugar de corresponsabilizarse, buscan culpables antes que lanzarse a
resolver los problemas.

CAPITULO DOS

IV. Modelos de Orientación Educativa

Existen diferentes criterios a partir de los cuales se han realizado distintas


clasificaciones de los modelos de orientación educativa. En este sentido hemos
tomado sólo algunos de los modelos más relevantes y en función de diferentes
características, como por ejemplo en función del período histórico donde se
desarrollaron cada modelo, en función de la relación que mantienen entre
sí los agentes de la orientación (orientador, demandante de la orientación,
contexto social), en función del tipo de intervención como por ejemplo el
modelo de consulta, couseling, programas y servicio.

IV.1 Según la relación entre Orientador y persona Orientada


Diferenciaba tres tipos de modelos:

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Modelo psicométrico: Donde el orientador es un experto en técnicas de
orientación, y el orientado el destinatario de los resultados de las mismas.
Modelo clínico-médico: El orientador es un diagnóstico y diseñador de
intervenciones, que son puestas en la práctica por el tutor/profesor.
Modelo humanista: El profesor adquiere el papel de orientador activo. La
orientación se entiende como un proceso de ayuda al individuo.

IV.2 Según Criterio Histórico


Por su parte, desde un criterio histórico, distingue:
Los modelos históricos (los más “antiguos”) donde incluye el modelo de
Frank Parson de orientación vocacional, y el modelo de Brewer de principios
del siglo XX.
Los modelos modernos. Incluye las aportaciones de Koos y Kefauver de
1932, el modelo de orientación clínico, el modelo de consejo, y el sistema
ecléctico.
Los modelos contemporáneos centrados en los servicios, la
reconstrucción social, y el desarrollo personal. Y los modelos centrados en
las necesidades sociales contemporáneas, basadas en las técnicas
consultivas, la intervención directa, los Programas Integrales de Orientación
de carácter preventivo, y la adquisición de habilidades para el ciclo vital.

IV.3 Modelo de Consulta


El modelo de consulta trata de capacitar a las personas que
demandan este servicio (normalmente maestros y tutores) para que sean
ellos/as quienes realicen las intervenciones de orientación. Este modelo
surge vinculado al ámbito de la salud, si bien su desarrollo se produce en
tres campos:

Salud mental: Este campo fue impulsado por Caplan (1970), entendiendo
la consulta como un proceso de interacción entre dos profesionales con la
intención de resolver un problema. Aunque la consulta se realiza entre
iguales, la acción está dirigida a solucionar el problema, no a intervenir
sobre la persona que presenta el problema, sino sobre este directamente. La
intervención es por tanto proactiva como preventiva. Esta forma de entender
la consulta derivó en dos submodelos, el clínico y el conductual. El
submodelo clínico está centrado en el cambio de actitud de las personas y
mantiene una perspectiva terapéutica. Mientras, el submodelo conductual se
centra en la modificación de conducta, y su finalidades tanto terapéutica
como preventiva y de desarrollo de la persona.
Desde las organizaciones: Desarrollado por Lippit en la década de los
cincuenta del siglo pasado, concibe al consultor como un agente externo a la
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acción, que se centra en el desarrollo de la persona en el mundo escolar así
como en la transmisión de valores. Su actividad no es por tanto aconsejar
sino desarrollar, con la intención de prevenir, y a través de la mejora del
clima.
Ámbito educativo: En este ámbito cabe señalar la figura de Patonillet
(1975) para quien el consultor es un profesional que promueve el trabajo
colaborativo entre todos los agentes implicados en el desarrollo del
alumno/a. Este submodelo tiene un carácter preventivo, remedial y dirigido
al desarrollo. Además es un submodelo que contextualiza la intervención en
lo educativo, se preocupa por los elementos afectivos, y utiliza
procedimientos de modificación de conducta y desarrollo de las
organizaciones.

IV.4 Modelo de Counseling


En general, dentro del modelo de Consulta (y sus submodelos), el
consultor es un formador de formadores y de padres, así como un impulsor
de la estructura funcional de la organización educativa. Esto se pone de
manifiesto en las fases habituales de intervención del modelo: establecerlas
relaciones adecuadas, realizar los procesos y analizar el impacto de las
acciones.
Durante la década de los 30 del siglo pasado, aparece el término
“counseling” (asesoramiento) pasando a utilizarse con el término que hasta
el momento dominaba el ámbito de la orientación educativa (guidance o
dirección, aunque con el sentido de dirigir u orientar). La utilización del
término counseling responde a un intento de especialización, aunque
vinculada inicialmente al campo de las ciencias de la salud y sobre todo a las
teorías psicológicas de la personalidad. Dentro del counseling se han
desarrollado dos perspectivas básicas:
Perspectiva vocacional: Se sustenta en la teoría de la psicología
diferencial y el diagnóstico psicológico. Fomentan la personalización de la
orientación vocacional. El procedimiento de intervención orientativa se inicia
con el diagnóstico pasando al consejo y por último al seguimiento de los
resultados obtenidos.

Perspectiva terapéutica: Se basa en la “terapia centrada en el cliente” de


Carl Rogers que permanece al margen de la visión médica o psicoanalítica.
Esta perspectiva sustituye el diagnóstico por la entrevista como sistema de
recogida de información para el proceso de orientación.
El concepto de counseling ha ido evolucionando, tal como puede
comprobarse a comparar las distintas definiciones que los autores han ido
aportando. Por ejemplo, C.Rogers afirmaba en 1951 que counseling era el
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proceso mediante el cual la estructura del yo se relaja en el medio seguro de
la relación con un terapeuta, generando dinámicas de integración en un yo
modificador. Sin embargo, Blocher, en 1981 afirmaba que se trata de ayudar
a una persona a tomar conciencia de sí mismo y de los modos en que
reacciona a las influencias que ejerce el ambiente sobre su conducta, así
como a establecer un significado personal a sus conductas y clarificar metas
y valores que le orienten en su futura. A pesar de esta evolución y las
distintas definiciones, la mayoría suelen coincidir en estos elementos
básicos:
El counseling tiene como objetivo principal ayudar a tomar decisiones
personales. El counseling implica un proceso de aprendizaje.

IV.5 Modelo de servicios


El modelo de servicios ha estado vinculado a las prestaciones que las
instituciones públicas han ofrecido a la ciudadanía. El fin básico de estas
prestaciones o servicios ha sido, tradicionalmente, atender las necesidades
que la población ha demandado. Es decir, el proceso de servicio se ha
puesto en marcha en la medida que ha existido una demanda previa.
En general este modelo puede definirse como toda aquella intervención
directa que realiza un equipo de profesionales especializados, sobre un
grupo de sujetos que presentan una necesidad y demandan la prestación.
El modelo de servicios tiene una voluntad pública, centrándose
principalmente en las necesidades de aquella parte del alumnado que
presenta dificultades de aprendizaje o se encuentra en situación de riesgo.
Los orientadores, dentro de esta perspectiva, actúan sobre el problema
concreto (por tanto sobre la persona que presenta el problema) dejando el
contexto en un segundo plano. En cuanto a sus características físicas,
suelen ser centros ubicados fuera de los colegios e institutos de enseñanza
secundaria, organizados por distritos, zonas o sectores.
Esta forma de actuar permite conectar los centros educativos con el
sistema de servicios a la comunidad. Actúan por tanto como una correa de
transmisión entre la realidad de colegios y los servicios comunitarios. Sin
embargo, esta misma ventaja corre el riesgo de desvalorizarse si no existe
una voluntad expresa y manifiesta por parte de ambas instituciones (colegio
- servicio de zona) por mantener abiertas y en funcionamiento las vías de
comunicación. Además, por su propia idiosincrasia, estos servicios actúan
por funciones preestablecidas, y cuando lo hacen suelen descontextualizar
tanto la valoración del problema como la intervención (consecuencia directa
de la falta de implementación de sus funciones en el propio centro escolar).
A esto se añade otras deficiencias como el predominio de una perspectiva
terapéutica (lógicamente reforzada por su propia organización funcional) o la
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falta de recursos materiales y humanos (generalizables a casi todos los
sistemas educativos de los distintos países).

IV.6 Modelo de programas


El modelo de programas aparece como un intento de superar las
deficiencias de los modelos anteriores, más tradicionales y más antiguos en
el tiempo. Este modelo se basa en la intervención por programas. Cabe
preguntarse por tanto qué se entiende por programa. Las respuestas son
muy diversas, casi tantas como corrientes de pensamiento existen en las
ciencias sociales. Puede comprobarse al cotejar la definición que ofrecen
distintos autores al respecto. En cualquier caso, las distintas definiciones
suelen coincidir en los siguientes puntos:
- Se trata de una actividad planificada.
- Se aplica en un contexto determinado.
- Se diseña y realiza con la intención de obtener unos objetivos
concretos.
- Se diseña a partir de la identificación unas necesidades concretas
(diagnóstico de necesidades)
El modelo de programa, como resultado natural de una evolución en la
reflexión sobre la orientación educativa, así como el resultado de un intento
por adecuarse a los contextos educativos contemporáneos, presenta una
serie de características que lo diferencian de modelos previos. Entre otras
las siguientes:
- La intervención que promueve es directa, es decir, sobre las personas
o grupo de interés, si bien puede solicitar la colaboración de cualquier
agente para conseguir los objetivos del programa.
- El programa se suele diseñar para un grupo de sujetos, aunque con
pretensiones de que los resultados puedan alcanzar a todo el
alumnado.
- El elemento primario es el conjunto de necesidades diagnosticadas
inicialmente, a partir de las cuales se planifican las acciones,
sistematizándolas y contextualizándolas.
- La evaluación es una parte más de la acción, acompañando a la
intervención en todo momento.
- Estas características hacen que el modelo genere una serie de
ventajas sobre los anteriores:
- Permite establecer prioridades de intervención, a partir de los
resultados obtenidos en el diagnóstico de necesidades.
- Fomenta la reflexión crítica de la propia intervención basándose en
los resultados generados en la evaluación.

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- Cuando se extienden los resultados de la intervención alcanzan a un
amplio número de personas.
- Promueve un sistema de trabajo basado en la cooperación y la
colaboración.
No obstante, este modelo no es la panacea de la acción orientadora.
Como cualquier otra actividad genera una serie de problemas, algunos
derivados de la realidad del sistema educativo, y otros de la propia
naturaleza del modelo. La Orientación basada en Programas se enfrenta a la
falta de implicación de los agentes activos de la orientación. En la mayoría
de las ocasiones se debe a la falta de recursos temporales y materiales para
poder afrontar el cambio que exige este modelo de trabajo holístico. Si duda,
la existencia de una infinidad de tareas cotidianas, la inexistencia de
espacios de encuentro que permitan el trabajo colaborativo, así como un
número incontable de factores fomentan esta situación. Igualmente se
requiere un compromiso por la formación y la autoformación de todos los
agentes educativos, de manera que la acción orientadora tenga un carácter
programático y no se reduzca a actuaciones “deshilachadas” a lo largo de la
carrera académica del alumnado. En definitiva, el modelo de programas
requiere de unos mínimos para su buen funcionamiento. Algunos de ellos
son los siguientes:
- Compromiso del centro formativo por desarrollar el modelo.
- Implicación de todos los agentes del centro por llevar buen puerto
este sistema de trabajo.
- Existencia de recursos humanos y materiales suficientes. Por lo
menos un especialista que promueva la planificación de la acción,
apoye su desenvolvimiento, y su evaluación así como espacios
adecuados.
- Implicarse en un trabajo colaborativo donde se ponga el máximo
esfuerzo en obtener resultados de la función autocrítica.

V. Nuevas Tendencias
La necesidad de atender a múltiples y diversas demandas por parte de los
centros escolares implican que el orientador utilice diferentes modos de hacer y
recurra a distintas estrategias dependiendo del momento y del escenario en que
se producen las demandas. Desde esta perspectiva, se aboga por un modelo de
intervención, cuyas características, señaladas a continuación, encajan con el
modelo de programas:
• Prioritariamente indirecta (consulta): el orientador o la orientadora presta
atención a la consulta de la institución y al profesorado, no a la intervención
directa en el aula.
• Grupal: aunque en ciertos momentos se necesite una atención individualizada.
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• Interna: los dinamizadores son tutores y orientadores del mismo centro. Se
implica a los profesores a través del Proyecto Curricular de Centro. Se persigue la
integración curricular de los contenidos de la orientación.
• Proactiva: la intervención debe enfocarse a la prevención y el desarrollo,
aunque, en ocasiones, para atender a ciertas necesidades especiales, se requiere
una intervención remedial.
• A través de sistemas de programas integrados (SPI): estos programas
son realizados por parte del profesorado y los tutores, aunque, en ocasiones,
será necesaria la intervención directa del profesional de la orientación.
Por otro lado, se resalta la necesidad de que exista un modelo de cambio
que represente una realidad dialéctica entre el contexto y la institución en donde
se inscribe la acción orientadora. Es fundamental, pues, un modelo ecológico que
distinga las necesidades reales de partida a través de programas o actuaciones
concretas con un carácter intencional, comprensivo, preventivo y de desarrollo.
Para ello, es necesaria la participación de todos los agentes educativos en el
desarrollo de un modelo en el que la consulta colaborativa facilite la cooperación
y el compromiso de compartir la responsabilidad en los procesos.
Sin embargo, en el desarrollo concreto de la orientación educativa en los
centros escolares no se aplican modelos básicos de forma exclusiva, sino que se
recurre a modelos mixtos adaptados a la realidad específica de la institución
escolar. En general, en la intervención psicopedagógica se adopta una posición
que procura conciliar aquellas aportaciones de los distintos modelos que parecen
más adecuadas y aplicables al contexto social y educativo. Así, los distintos
modelos coexisten de forma sincrónica en los centros.
A corto plazo, y para mejorar la eficacia de los modelos psicopedagógicos,
surgirán modelos organizativos más sofisticados y con mayor componente
informático, tanto en los sistemas escolares públicos y privados como en el
mercado de trabajo. A largo plazo, se prevé que los modelos de orientación se
transformen en modelos mixtos con un alto componente tecnológico. Los cuatro
modelos básicos actuales (clínico, servicios, programas y consulta) tenderán a
desaparecer y serán sustituidos por modelos tecnológicos.
Estos modelos darán respuestas satisfactorias a las necesidades individuales
y sociales emergentes y serán capaces de desarrollar realidades virtuales.
Por último, sea cual sea el modelo de base, es necesario un proceso de revisión
para mejorar la capacidad de respuesta del modelo a los siguientes aspectos:
- Las nuevas demandas y necesidades de los centros (interculturalidad,
participación, convivencia, etc.).
- La necesidad de coordinación con otros profesionales (docentes,
educadores sociales, educadores de calle...).
- La tendencia a incrementar la presencia del profesional de la
orientación en el centro.
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- La necesidad de coordinar las tareas de orientación realizadas dentro
del centro y aquellas que implican la colaboración con los recursos de la
zona.
El modelo elegido debe garantizar:
• La coordinación vertical y horizontal.
• Las actuaciones en la zona educativa en la que se ubica el centro.
• Coordinación con otros servicios de orientación de dentro y fuera del
sistema educativo especialmente para la mejor atención a la población
infantil que se incorpore al sistema escolar, al alumnado con necesidades
educativas específicas y al alumnado que acabe la escolaridad
obligatoria sin titulación.
• El trabajo conjunto con otros servicios educativos y no educativos.
• Formación de base, inicial y continua ajustada para los profesionales
de la orientación.
• La concreción, revisión y actualización de funciones, tareas y ámbitos
dentro de un marco legislativo.
• Espacios y recursos adecuados y suficientes en los centros para
realizar las tareas de orientación.
• Centros de recursos para la Orientación.

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CONCLUSIONES

- Existen diversas clasificaciones de los modelos de


orientación educativa haciendo este tema muy amplio y
diverso.

- Los diversos modelos nos brindan alternativas de


afrontamiento a los diferentes contextos con
características particulares.

- Las tendencias actuales nos llevan a optar por


intervenciones mixtas y multidisciplinarias que nos
aporten mayores resultados cada una desde su
perspectiva.

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BIBLIOGRAFIA

http://www.rieoei.org/deloslectores/823Bausela.PDF

http://www.educacion.es/cide/espanol/publicaciones/estudios/inv2008oeftmi
np/inv2008oeftminppc.pdf

http://www.uhu.es/agora/version01/digital/numeros/02/02-
articulos/monografico/boza.PDF

http://www.remo.ws/revista/n3/n3-cardoso.htm

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