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Literatura pre-islámica
El periodo anterior a la escritura del Corán y al auge del Islam es conocido entre los
musulmanes como Jahiliyyah, o periodo de la ignorancia. Aun cuando el término se
refiere, especialmente, a la ignorancia religiosa, remite también a la escasa literatura
escrita durante dicha etapa, aunque no a la literatura de tradición oral, la cual fue
considerable; así, cuentos como el de Simbad y el de Antar bin Shaddad fueron,
probablemente, frecuentes en el medio oral y fueron registrados por escrito más tarde.
Las décadas finales del siglo VI, sin embargo, empezarían a mostrar el florecimientos
de una tradición escrita vigorosa. Esta tradición se compilaría dos siglos después en las
colecciones tituladas Mu'allaqat y Mufaddaliyat. Estas recopilaciones, no obstante,
ofrecen una panóramica parcial de esa tradición, por cuanto están configuradas como
antologías, preservando solo los mejores poemas, que, en muchas ocasiones, son
fragmentos de poemas más extensos.
El Corán y el Islam
El Corán fue la primera obra importante y la más influyente de la literatura árabe.
16:224 .Así, pues, esta doctrina solo pudo haber ejercido influencia sobre los poetas
pre-islámicos del siglo VI, cuya popularidad entre el pueblo pudo haber competido con
la del mismo Corán. Consecuentemente, hubo una notable ausencia de poetas
significativos hasta el siglo VIII. Una excepción relevante, con todo, fue Hassan ibn
Thabit, que escribió poemas elogiosos a Mahoma y fue conocido como el poeta del
profeta.
Así como la Biblia ocupa un lugar importante en la literatura de otras lenguas, el Corán
lo ocupa para la literatura árabe. Es la fuente de muchas ideas, alusiones y citas y su
mensaje moral conforma muchas obras.
Aparte del Corán, el hadith o tradición acerca de lo que Mahoma dijo o hizo constituye
otra fuente literaria importante. El corpus entero de estos hechos y palabras se denomina
sunnah o camino, y aquellos que se consideraron como sahih o genuinos fueron
compilados en el hadith. Algunas de las más significativas colecciones de hadith son las
de Muslim ibn al-Hajjaj y Muhammad ibn Isma'il al-Bukhari.
El otro género importante de obras dentro de los estudios coránicos es el tafsir o
comentarios sobre el Corán.Los escritos en árabe relacionados con la religión incluyen
también muchos sermones y piezas devocionales, así como los dichos de Ali Ibn Abi
Talib, que fueron reunidos en el siglo X como Nahj al-Balaghah o El pico de la
elocuencia.
Estudios islámicos
Manuscrito árabe del siglo XII del Brethren of Purity, grupo de filósofos árabes (en
árabe, Ikhwan Alsafa )اخوان الصفا.
Poesía árabe
Artículo principal: Poesía árabe
Una parte importante de la literatura árabe anterior al siglo XX está en forma de poesía,
llegando incluso a ocurrir que parte de la prosa esté llena de versos sueltos o en forma
saj, prosa rimada.
Los temas de la poesía van de exaltados himnos de alabanza a amargos ataques
personales, y de ideas religiosas y místicas a poemas sobre sexo y vino. Un rasgo
importante de la poesía, que podría igualmente ser aplicado a toda la literatura árabe, es
la idea de que debía ser agradable al oído. La poesía, y mucha de la prosa, fue escrita
con el objeto de ser leída en voz alta, por lo que se tenía un gran cuidado en que todo
fuese escrito lo más sonoramente posible; en este sentido, saj significaba,
originalmente, el ruido que hace una paloma.
Literatura de no-ficción
Recopilaciones y manuales
A finales del siglo IX, Ibn al-Nadim, un librero de Baghdad, compiló una obra crucial
para el estudio de la literatura árabe: Kitab al-Fihrist, un catálogo de todos los libros a
la venta en Baghdad, por lo que ofrece un fascinante panorama del estado de la
literatura en esa época.
Una de las formas más comunes de literatura durante el periodo Califato Abbasí fue la
compilación. Se trataba de colecciones de hechos, ideas, historias instructivas y poemas,
que trataban sobre un mismo tópico y que cubrían temas tan diversos como la casa y el
jardín, las mujeres, los intrusos, los ciegos, la envidia, los animales y la avaricia. Las
últimas tres compilaciones fueron escritas por al-Jahiz, el reconocido maestro del
género. Estas colecciones fueron importantes para todo nadim, un asistente de un jefe o
noble cuya función era, en ocasiones, acompañar a este con historias e informaciones
para entretenerle o aconsejarle.
Un tipo de obras directamente relacionadas con las colecciones fueron los manuales, en
lo que escritores como ibn Qutaybah ofrecían normas sobre etiqueta, burocracia,
escritura, etc. Ibn Qutaybah también escribió una de las primeras historias de los árabes,
aunando historias bíblicas, cuentos folclóricos árabes y diversos acontecimientos
históricos.
El tema del sexo fue frecuentemente abordado por la literatura árabe. El ghazal, o
poema de amor, tiene una larga historia, en la que el sexo aparece tanto en su vertiente
tierna y sugerente, como en un tratamiento abiertamente explícito. En la tradición Sufi
el poema de amor podía tener una importancia mayor, entrando en lo místico y
religioso. Se escribieron también manuales de sexo, como es el caso de El jardín
perfumado, Tawq al-hamamah (The Dove's Neckring) de ibn Hazm y Nuzhat al-albab
fi-ma la yujad fi kitab (Placer de los corazones que nunca se hallará en los libros) de
Ahmad al-Tifashi. Entre estas obras, se encuentra también una como Rawdat al-
muhibbin wa-nuzhat al-mushtaqin (El prado de los amantes y de la distracción de los
los encaprichados) de ibn Qayyim al-Jawziyyah, que advierte de cómo separar el amor
de la lujuria y evitar el pecado.
Además de las tempranas biografías sobre Mahoma, el primer gran biógrafo que
privilegió la descripción del personaje antes que producir simplemente un himno de
alabanza fue al-Baladhuri con su Kitab ansab al-ashraf (Libro de la genealogía de la
nobleza), una colección de biografías. Otro importante diccionario biográfico fue
comenzado por ibn Khallikan y ampliado por al-Safadi, y uno de los primeras
autobiografías significativas fue Kitab al-I'tibar, que trata de Usamah ibn Munqidh y
sus experiencias guerreras en las Cruzadas.
Ibn Khurradadhbih, probablemente un oficial del servicio postal, escribió uno de los
primeros libros de viajes, género que llegaría a ser popular en la literatura árabe con
obras de ibn Hawqal, ibn Fadlan, al-Istakhri, al-Muqaddasi, al-Idrisi y, especialmente,
con los famosos viajes de ibn Battutah. Estos proporcionarían una fascinante visión de
las múltiples culturas de todo el mundo islámico, ofreciendo también perspectivas
musulmanas sobre pueblos y gentes no musulmanes en los límites del imperio. Por lo
demás, estas obras reflejan la importancia de la tradición en el pueblo musulmán e
incluyen numerosos datos geográficos e históricos.
Varios escritores se concentraron únicamente en la historia, como al-Ya'qubi y al-
Tabari; otros, por su parte, se centraron en periodos o aspectos concretos de esa historia,
como es el caso de ibn al-Azraq, con una historia de la Meca, e ibn Abi Tahir Tayfur, al
escribir una historia de Baghdad. El historiador considerado como el más grande del
mundo árabe es Ibn Jaldun, cuya historia Muqaddimah se centra en la sociedad,
constituyendo un texto fundacional de la sociología y la economía.
Literatura de ficción
Versión árabe de las Mil y una noches, Kitab alf Layla wa layla ألف ليلة وليلة
Literatura épica
"Bayad toca el oud para las damas", Manuscrito árabe del siglo XII del cuento Qissat
Bayad wa Reyad
El ejemplo más famoso de literatura de ficción árabe es Las mil y una noches, que no
solo es su obra más conocida sino la que todavía ejerce más influencia a la hora de
mantener determinadas ideas que los no-árabes tienen sobre la cultura árabe.
Aunque en un principio fuese considerada como árabe, la obra tiene un origen persa y
las historias, por su parte, pueden tener sus raíces en la India. Un buen ajemplo de las
carencias en ficción de la prosa árabe es que las famosas historias de Aladino y Alí
Babá, habitualmente conocidas como parte de Las mil y una noches, no lo fueron en
realidad en origen. Se incluyeron por primera vez en la traducción francesa de la obra
por Antoine Galland quien las había oído contar por un cuentacuentos tradicional y que
solo existían antes en manuscritos árabes incompletos. Simbad, por su parte, sí forma
parte de la obra.
Las mil y una noches se clasifica normalmente como perteneciente al género de la
literatura épica árabe. El género incluye colecciones de cuentos o episodios hilvanados
para formar una historia más extensa.
Las versiones existentes se escribieron después del siglo XIV, aunque muchas habían
sido recogidas bastante antes y son probablemente de origen pre-islámico. Entre los
distintos tipos de historias en estas colecciones se encuentran las fábulas de animales,
los proverbios, las historias de jihad o propagación de la fe, cuentos humorísticos,
cuentos morales, cuentos sobre el astuto estafador Ali Zaybaq y cuentos sobre el
bromista Juha.
La Divina Comedia de Dante Alighieri, considerada la obra narrativa en verso más
importante de la literatura italiana, contiene muchos rasgos y episodios sobre el futuro
derivados de obras árabes sobre escatología islámica: el Hadith y el Kitab al-Miraj
(traducido al latín en 1264, o poco después[1] como Liber Scale Machometi, "The Book
of Muhammad's Ladder") relativo a la ascensión de Mahoma al cielo, y los escritos
espirituales de Ibn Arabi.
Maqama
Poesía romántica
Un famoso ejemplo de poesía árabe amorosa es Layla and Majnun, de la era Umayyad
en el siglo VII. Se trata de una historia trágica de amor eterno parecida a la que se
cuenta en Romeo y Julieta, obra que se inspira, precisamente, aunque en un pequeño
grado, en una versión en latín de Layla and Majnun.[2]
Hubo también varios elementos del amor cortés que se desarrollaron en la literatura
árabe, especialmente las nociones de "amar por amar" y la exaltación de la amada, que
se remonta en la literatura árabe a los siglos IX y X. La noción del poder ennoblecedor
del amor fue desarrollado a comienzos del siglo XI por el psicólogo musulmán y
filósofo Avicena, en su tratado árabe Risala fi'l-Ishq (Tratado sobre el amor). El
elemento final del amor cortés, el concepto de amor como deseo nunca satisfecho se
encuentra también implícito a veces en la poesía árabe.[3]
Teatro [editar]
Novelas filosóficas
Los filósofos islámicos árabes, Ibn Tufail (Abubacer)[5] e Ibn al-Nafis,[6] fueron pioneros
en la escritura de novelas filosóficas.
Ibn Tufail escribió la primera novela ficcional árabe Philosophus Autodidactus como
respuesta a la novela de al-Ghazali' La incoherencia de los filósofos. Los siguió Ibn al-
Nafis, que escribió la narración ficcional Theologus Autodidactus como respuesta a la
obra de Ibn Tufail' Philosophus Autodidactus.
Todas estas narraciones tienen protagonistas (Hayy en Philosophus Autodidactus y
Kamil en Theologus Autodidactus) que son individuos autodidactas generados
espontáneamente en una cueva y que viven recluidos en una isla desierta, siendo así los
primeros ejemplos de historias centradas en tal localización. No obstante, aunque Hayy
vive solo en la isla desierta durante la mayor parte de la historia de Philosophus
Autodidactus (hasta que conoce al náufrago Absal), la historia de Kamil se desarrolla
más allá de la isla en que se sitúa Theologus Autodidactus (cuando el náufrago vuelve
con él a la civilización), desarrollando el tema de la adaptación a la misma en el paso a
la mayoría de edad y, en ocasiones, apuntando formas de la narrativa de ciencia ficción.
[7] [8]
Ibn al-Nafis describió su libro Theologus Autodidactus como una defensa del "sistema
del Islam y de las doctrinas de los Musulmanes sobre las misiones de los profetas, las
leyes religiosas, la resurrección del cuerpo y las transitoriedad del mundo." Presenta
argumentos racionales en pro de la resurrección del cuerpo y la inmortalidad del alama
humana, usando tanto razones demostrativas como material del corpus hadith para
probar su tesis. Más tarde, los intelectuales islámicos verían esta obra como una
respuesta a la afirmación metafísica de Avicena y de Ibn Tufail en relación a que la
resurrección del cuerpo no puede ser probada a través de la razón, una visión que fue
pronto criticada por al-Ghazali.[9] La obra de Ibn al-Nafis fue traducida al latín y al
inglés como Theologus Autodidactus a comienzos del siglo XX.
Una traducción al latín de la obra de Ibn Tufail, titulada Philosophus Autodidactus,
apareció por primera vez en 1671, preparada por Edward Pococke, el joven. La primera
traducción al inglés de Simon Ockley fue publicada en 1708, al tiempo que las
traducciones al alemán y danés. Estas traducciones inspiraron posteriormente a Daniel
Defoe al escribir Robinson Crusoe, que también presenta el tópico narrativo de la isla
desierta y que ha sido calificada como la primera novela en inglés.[10] [11] [12] [13]
Philosophus Autodidactus también inspiró a Robert Boyle, un conocido de Pococke, a
escribir su propia novela filosófica situada en una isla, The Aspiring Naturalist, a finales
del siglo XVII.[14] La historia también anticipa el Emilio de Rousseau en algunos
aspectos, y es también similar a la historia de Mowgli en el Libro de la selva de
Rudyard Kipling, así como al personaje de Tarzan, en que un niño es abandonado en
una isla tropical desierta donde es tomado a su cargo por una loba.
Otros escritores europeos influenciados por Philosophus Autodidactus han sido John
Locke,[15] Gottfried Leibniz,[13] Melchisédech Thévenot, John Wallis, Christiaan
Huygens,[16] George Keith, Robert Barclay, los Cuáqueros,[17] y Samuel Hartlib.[14]
Ciencia ficción
Nunca cantó canciones de camello detrás de una bestia costrosa, ni perforó la amarca
coloquíntida por el hambre escarpada
La herencia cultural del desierto, espacio propio de los árabes, continuó mostrando su
influencia incluso aunque muchos especialistas y escritores se fuesen a vivir a las
grandes ciudades árabes. Cuando Khalil ibn Ahmad enumeró las partes de la poesía
llamó al verso en poesía bayt, tienda, y sabah, cuerda de tienda, al pie. Incluso durante
el siglo XX esta nostalgia por la sencilla vida del desierto se reavivó de forma más o
menos consciente.
Un lento resurgimiento de la lengua persa y una resituación del gobierno y de los
principales centros del saber en Bagdag, redujeron la producción de la literatura árabe.
Muchos temas y estilos árabes fueron adoptados en persa por autores como Omar
Khayyam, Attar y Rumi todos claramente influidos por la literatura más primitiva. La
lengua árabe retuvo en principio su papel predominante en la política y la
administración, aunque el auge del imperio otomano la terminó por confinar solo a la
religión. Al lado del persa, las principales variedades de las lenguas turcas dominarían
la literatura de la región árabe hasta el siglo XX. No obstante, algunas influencias árabes
siguieron siendo perceptibles.
Literatura moderna
Un resurgirmiento de la literatura árabe tuvo lugar durante el siglo XIX junto con una
revitalización de la cultura árabe; a todo ello se le llama en árabe al-Nahda ()النهضة,
Renacimiento. Este resurgir de la escritura en árabe se limitó, principalmente, a Egipto
hasta el siglo XX, cuando se expandió a otros países de la región. Este renacimiento no
solo se percibió dentro del mundo árabe sino que también fuera del mismo, al cultivarse
la traducción de obras árabes a varias lenguas europeas. Aunque el uso de la lengua
árabe aumentó, muchos de los tropos de la literatura anterior que se usaron para
adornarla y complicarla fueron abandonados. También las formas occidentales del
relato y la novela se empezaron a preferir frente a las formas tradicionales de la
literatura árabe.
Igual que en el siglo VIII, cuando la traducción de obras del griego antiguo y de otras
literaturas ayudaron a vitalizar la literatura árabe, otro movimiento de similares
características ayudó a proporcionar nuevas ideas y material para el mundo árabe. Un
primer éxito fue El conde de Montecristo, que propició la aparición de varias novelas
históricas con temas árabes. Dos traductores importantes fueron Rifa'ah al -Tahtawi y
Jabra Ibrahim Jabra.
Los grandes cambios políticos en la región de mediados del siglo XX causaron
problemas a los escritores. Muchos sufrieron la censura y otros como Sun'allah Ibrahim
y Abdul Rahman Munif fueron encarcelados. Al mismo tiempo, otros que habían escrito
obras apoyando o elogiando a ciertos gobiernos fueron elevados a cargos de autoridad
dentro de instituciones culturales. Los escritores de no-ficción y los académicos
provocaron también polémicas y críticas con el objeto de reconfigurar la política árabe.
Algunas de las obras más conocidas son The Future of Culture in Egypt de Taha
Hussein, importante obra del nacionalismo egipcio, y las de Nawal el-Saadawi a favor
de los derechos de la mujer.
Característico del periodo nahda de revival fueron dos tendencias. El movimiento neo-
clásico aspiró a redescubrir las tradiciones literarias del pasado, y fue influido por
géneros literarios tradicionales como la maqama y las Mil y una noches. Por el
contrario, el movimiento modernista comenzó traduciendo obras de la literatura
occidental, principalmente novelas, al árabe.
Los autores individuales en Siria, Líbano y Egipto crearon obras originales a partir de la
imitación de maqamas clásicos. El más importante de estos escritores fue al-Muwaylihi,
cuyo libro, El Hadith de Issa ibn Hisham ()حديث عيسى بن هشام, criticaba a la sociedad
egipcia de la época de Ismail. Esta obra constituye el primer paso en el desarrollo de la
novela moderna en árabe. Este camino fue seguido por Georgy Zeidan, un escritor
libanés cristiano que emigró con su familia a Egipto tras los disturbios de Damasco de
1860. A comienzos del siglo XX, Zeidan serializó sus novelas históricas en el periódico
egipcio al-Hilal. Fueron novelas extraordinariamente populares gracias a la claridad de
su lenguaje, estructura sencilla y la vívida imaginación del autor. Otros dos escritores
importantes de este periodo fueron Khalil Gibran y Mikha'il Na'ima, que incorporaron
inquietudes filosóficas a sus obras.
Sin embargo, la crítica literaria no considera a las obras de estos cuatro autores como
verdaderas novelas, sino más que nada indicios de la forma que la novelística moderna
debería adoptar. Muchos de los críticos señalan a Zaynab, novela de Muhammad
Husayn Haykal, como la primera verdadera novela en lengua árabe, aunque otros se
decantan por Adraa Denshawi de Muhammad Tahir Haqqi.
Un tema común en la novelística árabe moderna es el estudio de la vida familiar, con
obvias resonancias con la más amplia familia del mundo árabe. No obstante, muchas de
las novelas habían sido incapaces de situar los conflictos de la región, con la guerra y la
política, como telón de fondo de los dramas familiares a pequeña escala, hasta que las
obras de Naguib Mahfuz, que sitúan los conflictos vitales en El Cairo, lo hacen con
enorme profundidad. Su Trilogía del Cairo, que describe las visicitudes de una familia
cairota a lo largo de tres generaciones, le hizo ganar el Premio Nobel de Literatura en
1988. Fue el primer escritor árabe en conseguir ese premio.
Teatro moderno
Prosa
Histórica
• Antara Ibn Shaddad al-'Absi, héroe y poeta árabe pre-islámico (fl. 580 CE).
• Muhammad alqasim al-Hariri (1054–1122)
• Al-Jahiz (776–869)
• Muhammad al-Nawaji bin Hasan bin Ali bin Othman, místico cairota, Sufí y
poeta (1383?–1455)
• Ibn Tufail (también filósofo).
Moderna