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Esa madre con ese bebé de sus profundas fantasías es la que ha de responder a las
expectativas del bebé real (el bebé filo y ontogénico), con mayor o menor éxito tras
múltiples negociaciones relacionales. Con esto queremos recordar cuál es el entorno
habitual del bebé: una madre con un mundo síquico interno que remite a sus propios
padres, es decir, a los abuelos del niño y a la historia relacional suya con ellos. La
patología del funcionamiento mental de la madre constituye un importante factor de
riesgo y todavía mayor si existe una descompensación.
Para determinar el tipo de apego, se realiza una observación directa de la díada madre-
bebé, considerando las características de ambos y la interacción entre ellos, la cual
posee dos componentes uno concreto a través de los diálogos visuales, tónicos y
auditivos, y otro imaginario, que es la atribución de la emocionalidad que existe a la
base.
Se piensa que las conductas de vinculación de madres y bebés están radicadas en el
programa genético, aunque no ha sido posible identificar una causa genética específica;
mucho más frecuentemente el patrimonio genético parece desarrollar un rol de
predisposición, sobre el cual actúan la experiencia emotivamente significativa, que se
estructuran a partir de la relación de apego.
Procesos de vinculación seguros se van a correlacionar con niños sanos que hacen
también adultos sanos, mientras procesos tendientes a vínculos ansiosos o
desorganizados se correlacionarán con sicopatología temprana.
La contribución del padre y la familia extendida al desarrollo normal o patológico del
hijo, es también fundamental y cada vez, motivo de estudio en distintas disciplinas.
APEGO:
Con el paso de los años se han podido identificar tendencias innatas que regulan la
forma como respondemos a las amenazas, al peligro, a las pérdidas, y que están
estrechamente relacionadas con la forma como nos vinculamos con personas
significativas, para asegurar la adaptación y como una manera de perpetuar la especie.
El primero en desarrollar una teoría del apego a partir de los conceptos que aportara la
sicología del desarrollo, con el objeto de describir y explicar por qué los niños se
convierten en personas emocionalmente apegadas a sus primeros cuidadores, así como
los efectos emocionales que resultan de la separación fue Jhon Bowlby.
APEGO: Tipo especial de relación social entre lactante y cuidador en su primer año de
vida, incluye un vínculo afectivo que regula la emoción del niño. El peak del apego es a
los 8 meses. Es de carácter biológico.
BASES NEUROBIOLÓGICAS.
El cerebro humano en el nacimiento es inmaduro.
Esta inmadurez requiere que el cerebro del infante y del niño utilicen el estado maduro
del cerebro del cuidador adulto para organizar su propio funcionamiento.
Esto nos muestra, lo importante de la integración de las relaciones interpersonales
tempranas y el desarrollo cerebral.
La comunicación cooperativa del apego, proporciona los componentes básicos para el
desarrollo emocional así como para el razonamiento y las capacidades cognoscitivas.
El modelo de interacción entre el niño y cuidador tiene un impacto directo en el cerebro
en desarrollo y las funciones mentales infantiles.
La corteza orbitofrontal ha sido implicada no sólo para supervisar, sino también regular
físicamente estados y posiblemente está implicada en perturbaciones siquiátricas en los
límites del autismo a trastornos del humor.
Los trastornos en la autoorganización y el funcionamiento social pueden ser mejor
entendidos examinando el papel central de la emoción, y quizás de la corteza
orbitofrontal y del sistema límbico, en el desarrollo y el mantenimiento de los estados
disfuncionales mentales.
Los estudios también sugieren que esta región sea responsable de la capacidad para el
conocimiento de si mismo y la experiencia subjetiva que permite a la mente reflexionar
sobre el si mismo en el pasado, el presente, y el futuro potencial.
Tanto los factores innatos como empíricos pueden jugar papeles importantes a través de
esta región para desarrollar la capacidad de integrar una amplia gama de las funciones
importantes de la mente incluyendo la apreciación de significado, la regulación
emocional, la cognición social, y el conocimiento autobiográfico.
El desarrollo temprano del hemisferio derecho de los infantes tiene conexiones
profundas con el sistema nervioso límbico y autonómico y son dominantes para la
respuesta humana al estrés, de este modo la relación de apego facilita el despliegue de
las capacidades de enfrentar el estrés de los niños. (A. Shore)
Este modelo sugiere que la salud mental infantil adaptativa pueda ser definida
fundamentalmente como la expresión más temprana de las estrategias flexibles para
hacer frente a la novedad y el estrés que es inherente en las interacciones humanas.
Esta función derecha eficiente del cerebro es un factor de resiliencia para el desarrollo
óptimo de las fases más posteriores del ciclo vital.
Los patrones reflejos E-R (en el tallo cerebral), los patrones de aprendizaje E-R (en el
cerebro medio) y los patrones afectivos (en el sistema límbico), están disponibles y
funcionando desde el nacimiento.
El proceso de vinculación tiene como objetivo mantener la proximidad con una figura
emotiva importante para lograr construirse un sentido de sí mismo específico y único
con el cual reconocerse.
El desarrollo del vínculo es paralelo al desarrollo de la identidad personal.
El sentido de propia identidad, continuidad y unicidad se correlaciona perfectamente
con la calidad y naturaleza del vínculo que se ha desarrollado.
La percepción del otro simultáneamente significa una percepción de mí, una figura
vincular es una coordinación de sensaciones, acciones, percepciones que logra dar un
sentido de sí mismo.
El apego es un sistema autorregulado que va del apego a la exploración. Permite
aumentar la supervivencia de la especie.
Esto se complejiza ya en el desarrollo, desde lo netamente conductual hacia el
desarrollo de modelos internos. Se internaliza por abstracciones de regularidades. Es un
sistema cibernético, corrige por sí mismo las desviaciones.
Constituyéndose en organizador conductual, relacional y emocional.
Calidad de la relación:
Los afectuosos son los que sintonizan con la necesidad de apego y exploración del niño.
Las otras madres no sintonizan, no “mentalizan” los estados internos del niño.
El vínculo es el sistema relacional a partir del cual se constituyen los procesos tácitos
desde los cuales se originará el ordenamiento proactivo tanto del mundo (la “realidad”,
los otros) como de sí mismo (sentido de sí mismo).
Los procesos tácitos corresponden principalmente a las tonalidades emotivas básicas
(innatas, como la rabia y el miedo) que son gatilladas en el vínculo, las cuales regulan la
proximidad que el niño necesita mantener con el cuidador, ya sea incitando al
alejamiento del cuidador y a la conducta exploratoria, o bien, hacia el repliegue y
acercamiento con el cuidador.
En el patrón A, el cuidador no responde a las señales del niño ya sea por un abierto
rechazo o negligencia hacia sus necesidades, el niño se protege de nuevas experiencias
de rechazo en un primer momento del desarrollo alejándose físicamente del cuidador y
luego inhibiendo la expresión de sus estados internos con lo que consigue evitar la
proximidad del cuidador (distorsiona sus estados internos, y es eficaz en elaborar
explicaciones que satisfagan las expectativas del cuidador), el cual se coordina con el
niño rechazándolo a su vez al no tener el contacto emotivo del niño con lo que estabiliza
el patrón.
Las emociones básicas de un niño con patrón A puro serán rabia (facilita la distancia) y
desesperación (facilita el repliegue), que constituirán las polaridades emotivas a partir
de las que se construirá un sentido de sí mismo negativo el que oscilará entre estas
polaridades cada vez que su experiencia se la signifique como pérdida/rechazo, procesos
que caracterizarán a una OSP depresiva (Vittorio Guidano).
Las consecuencias del desarrollo en un patrón mixto de vínculo son que las emociones
básicas al no diferenciarse no constituyen la fuente confiable desde donde sostener la
continuidad, la que solamente se puede apoyar en la correspondencia a un estándar
externo, ya sea la conducta de los demás (dápicos) o un estándar absoluto abstracto
(obsesivos), también el sentido de sí mismo emergente de un patrón mixto al no contar
con la definición clara de las emociones básicas no logra alcanzar una constitución
unitaria (sí mismo vago-difuso, y antitético) como en los patrones puros de vínculo.
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10.- www.patcrittenden.com