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Facultad de Ciencias de la Educación

Carrera de Pedagogía de Educación Básica

ESTILOS DE APRENDIZAJE

Cada experiencia educativa puede provocar diversos aprendizajes en cada persona, según
la forma en que ésta se relacione con su medio. En una situación dada, cada individuo
estará atento a diferentes aspectos en función de sus equipamientos sensoriales,
experiencias previas, preocupaciones, proyectos, sistemas de valor y etapa del ciclo vital
(Undurraga, C. 2004).
Es evidente que las personas aprendemos de forma diferente. Cada uno prefiere un
determinado ambiente, ciertos métodos, una situación, un tipo de ejercicio, un grado de
estructura. En definitiva la experiencia nos dice que tenemos distintos modos de aprender.
Dado que nuestro punto de partida lo constituye la situación de enseñanza aprendizaje, se
hace necesario precisar este concepto. (Alonso, C. 1999).
Se pueden establecer dos niveles de aprendizaje: un nivel de adquisición de contenido o
comportamiento propiamente tal y otro de habilidades o capacidades. Es decir, se considera
tanto a las conductas observables como a los elementos subyacentes a ellas. Cada vez que
un sujeto aprende, está desarrollando alguna capacidad que no sólo le permite llevar a cabo
el comportamiento aprendido en ese momento, sino que también le permitirá desarrollar
(aprender) otros comportamientos que requieran de similar capacidad en otros contextos
(transferencia del aprendizaje).

El aprendizaje puede ser entendido:


1. Como "producto", es decir, el resultado de una experiencia o el cambio que acompaña a
la práctica.
2. Como "proceso" en el que el comportamiento se cambia, perfecciona o controla.
3. Como "función" es el cambio que se origina cuando el sujeto interacciona con la
información (materiales, actividades y experiencias).

El "aprendizaje" desde el punto de vista didáctico incluye:


 Adquirir informaciones y conocimientos, aumentando el propio patrimonio cultural
(dimensión cognitiva).
 Modificar las actitudes, las modalidades de comportamiento y de relación con los
otros y con las cosas (dimensión comportamental).
 Enriquecer las propias expectativas existentes y las capacidades operativas,
acumular experiencias, extraer informaciones del ambiente en el que se vive y se
actúa, asimilar y hacer propias determinadas formas de influencia.

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Brundage y MacKeracher, citados por Undurraga, C. 2004, plantean que el aprendizaje es,
de manera global, un proceso que implica un equilibrio dinámico entre cambio y
estabilidad de estructuras, procesos y contenidos. Así, desde su punto de vista, el
aprendizaje tiene un sinnúmero de características:
 Es natural: se da constantemente, en múltiples situaciones de la vida cotidiana.
 Individual: sus resultados pueden ser observados por otros pero no transferidos a
ellos en tanto aprendizajes.
 Se va integrando “verticalmente” a la experiencia de cada individuo, conformando
su identidad y “horizontalmente” a las vivencias de aquellos con los que se
comparte.
 Ordenador: organiza y categoriza la experiencia, dando coherencia a experiencias
cotidianas dispersas.
 Cíclico: el sujeto toma y procesa la información de su medio, según lo cual actúa de
cierta manera sobre el ambiente, actuación que cambia el medio, lo que a su vez, le
da una nueva información.

En conclusión, cuando se habla de aprendizaje se aludirá al proceso que atraviesan los


individuos cuando intentan modificar y/o enriquecer sus conocimientos, valores,
habilidades y estrategias. Puede, entonces, conceptualizarse como un cambio
relativamente permanente, cambio que no es, sin embargo, producto de la
maduración (desarrollo).

Principios del Aprendizaje

Los siguientes son los principios psicológicos básicos más importantes que configuran el
aprendizaje:
Ley de la intensidad. Con una experiencia fuerte se aprende mejor que con una
experiencia débil.
Ley del efecto. Toda persona tiende a repetir las conductas satisfactorias y a evitar las
desagradables.
Ley de la prioridad. Las primeras impresiones tienden a ser más duraderas.
Ley de la transferencia. Un determinado aprendizaje es extrapolable o ampliable a nuevos
aprendizajes análogos o parecidos.
Ley de la novedad. Todo acontecimiento o conocimiento novedoso e insólito se aprende
mejor que lo que sea rutinario o aburrido.
Ley de la resistencia al cambio. Los aprendizajes que implican cambios en la
organización de la propia personalidad son percibidos como amenazantes y son difíciles de
consolidar.
Ley de la pluralidad. El aprendizaje es más consistente, amplio y duradero cuantos más
sentidos (vista, oído, tacto...) estén involucrados en el proceso de aprender.
Ley del ejercicio. Cuanto más se practica y repite lo aprendido, tanto más se arraiga el
contenido del aprendizaje.
Ley del desuso. Un aprendizaje no evocado o utilizado en mucho tiempo puede llegar a la
extinción.

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La Motivación. Sería ideal que el propio sujeto marcara sus objetivos de aprendizaje, que
respondieran a sus necesidades. Los avances reales en el conocimiento se dan en personas
que hacen lo que les gusta hacer.
La Autoestima. Existe una mayor asimilación cuando se tiene un elevado concepto de las
propias capacidades.
La participación intensa y activa de todos y cada uno. La participación activa en el
proceso de aprendizaje redunda en una asimilación más rápida y duradera.

Estilos Cognitivos y Estilos de Aprendizaje

Los Estilos son conclusiones a las que llegamos acerca de la forma cómo actúan las
personas. Nos resultan útiles para clasificar y analizar los comportamientos. En general, los
educadores prefieren hablar de estilos de aprendizaje, que suele utilizarse para señalar una
serie de distintos comportamientos reunidos bajo una sola etiqueta. Por su parte, los
psicólogos prefieren hablar de estilos cognoscitivos y restringir su análisis a las diferencias
en la forma que la gente procesa la información. (Alonso, C. 1999)
La noción de estilos cognoscitivos es bastante reciente. Procede de las investigaciones
sobre la forma en que la gente percibe y organiza la información del mundo que le rodea.
Los resultados de estos estudios demuestran que los individuos difieren en la forma en que
se enfrentan a las tareas, pero que tales variaciones no manifiestan niveles de inteligencia o
esquemas de habilidades especiales, sino que más bien atañen a "modos característicos de
percibir, recordar, pensar, resolver problemas y tomar decisiones, que reflejan las
regularidades en el procesamiento de información estructurada alrededor de las tendencias
de personalidad" (Woolfolk, 1999)
El Estilo de Aprender es un concepto importante para los docentes, porque repercute en su
manera de enseñar. Es frecuente que un profesor tienda a enseñar como le gustaría que le
enseñaran, es decir, enseña como le gustaría aprender, en definitiva se instruye según el
propio Estilo de Aprendizaje. Este proceso interno, inconsciente en la mayoría de los
profesores, aflora y se analiza cuando cada docente tiene la oportunidad de estudiar y medir
sus preferencias de aprendizaje, que luego desembocan en preferencias en su Estilo de
Enseñar. El Estilo de Enseñar preferido por el profesor puede significar un favoritismo
inconsciente para los alumnos con el mismo Estilo de Aprendizaje y los mismos sistemas
de pensamiento y cualidades mentales.

¿Qué son los Estilos de Aprendizaje?

Los Estilos de Aprendizaje son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven
como indicadores relativamente estables, de cómo los alumnos perciben, interaccionan y
responden a sus ambientes de aprendizaje.
Se refiere a la manera particular de cómo accedemos a los contenidos de nuestro
pensamiento, estableciendo un puente ente los factores de personalidad y el acto de
conocer. Son los modos generales y habituales de procesar la información, la forma
predilecta y consistente en que la persona organiza la experiencia en significados, valores,
habilidades y estrategias.

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Los Estilos de Aprendizaje según P. Honey y A. Mumford

P. Honey y A. Mumford (Alonso, C. 1999) se preocupan de averiguar por qué en una


situación en la que dos personas comparten texto y contexto una aprende y otra no. La
respuesta radica en la diferente reacción de los individuos, explicable por sus diferentes
necesidades acerca del modo por el que se exponen al aprendizaje y aprehenden el
conocimiento. Y aquí, aparece una explicación: los Estilos de Aprendizaje de cada persona
originan diferentes respuestas y diferentes comportamientos ante el aprendizaje.

Lo ideal, podría ser que todo el mundo fuera capaz de experimentar, reflexionar, elaborar
hipótesis y aplicar a partes iguales. Pero lo cierto es que los individuos son más capaces de
una cosa que de otra. Los Estilos planteados por estos autores son cuatro:
Activos. Las personas que tienen un Estilo Activo, se implican plenamente y sin prejuicios
en nuevas experiencias. Son de mente abierta, nada escépticos y realizan con entusiasmo
las tareas nuevas. Son gentes del aquí y ahora y les encanta vivir nuevas experiencias. Sus
días están llenos de actividad. Piensan que por lo menos una vez hay que intentarlo todo.
Tan pronto como desciende la excitación de una actividad, comienzan a buscar la próxima.
Buscan los desafíos que suponen nuevas experiencias, y se aburren con los largos plazos.
Son personas muy de grupo, que se involucran en los asuntos de los demás y centran a su
alrededor todas las actividades. (Alonso, C. 1999)
Reflexivos. A los reflexivos les gusta considerar las experiencias y observarlas desde
diferentes perspectivas. Recogen datos, analizándolos con detenimiento antes de llegar a
alguna conclusión. Su filosofía consiste en ser prudente, no dejar piedra sin mover, mirar
bien antes de pasar. Son personas que gustan considerar todas las alternativas posibles antes
de realizar un movimiento. Disfrutan observando la actuación de los demás, escuchan a los
demás y no intervienen hasta que se han adueñado de la situación. Crean a su alrededor un
aire ligeramente distante y condescendiente. (Alonso, C. 1999)
Teóricos. Los teóricos adaptan e integran las observaciones dentro de teorías lógicas y
complejas. Enfocan los problemas por etapas lógicas. Tienden a ser perfeccionistas.
Integran los hechos en teorías coherentes. Les gusta analizar y sintetizar. Son profundos en
su sistema de pensamiento, a la hora de establecer principios, teorías y modelos. Para ellos
si es lógico es bueno. Buscan la racionalidad y la objetividad huyendo del subjetivismo y de
lo ambiguo. (Alonso, C. 1999)
Pragmáticos. El punto fuerte de las personas con predominancia del estilo pragmático es la
aplicación práctica de las ideas. Descubren el aspecto positivo de las nuevas ideas y
aprovechan la primera oportunidad para experimentarlas. Les gusta actuar rápidamente y
con seguridad con aquellas ideas y proyectos que les atraen. Tienden a ser impacientes
cuando hay personas que teorizan. Pisan la tierra cuando hay que tomar una decisión o
resolver un problema. Su filosofía es siempre se puede hacer mejor, si funciona es bueno.
(Alonso, C. 1999)

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La Dimensión Reflexividad-Impulsividad.

Un estudiante Impulsivo trabaja con gran rapidez pero comete muchos errores, mientras
que uno más Reflexivo trabaja más despacio y se equivoca menos. Los estilos impulsivo y
reflexivo no tienen una elevada relación con la inteligencia localizada dentro del margen
normal. Sin embargo, cuando crecen las personas suelen volverse más reflexivas. Ahora
bien, los estudiantes pueden aprender a ser más reflexivos si se les enseñan las estrategias
adecuadas. (Woolfolk, A. 1999).
Estos conceptos se acercan a la noción de "precaución" y "aceptación de riesgo", objetiva
las diferencias en rapidez y adecuación de respuesta ante soluciones alternativas que exigen
un pronunciamiento.

Estilos y Preferencias de Aprendizaje

Aunque se han descrito muchos estilos diferentes, un tema que vincula a la mayor parte de
las clasificaciones antes utilizadas es el de las diferencias entre las aproximaciones
profunda y superficial al procesamiento de información en situaciones de aprendizaje.
( Woolfolk, A. 1999)
Los individuos que tienen una aproximación de procesamiento profundo ven los
materiales y las actividades como medios para entender conceptos o significados
profundos. Estos estudiantes tienden a aprender por el gusto de hacerlo, muestran menos
interés por la evaluación de su desempeño, lo que supone la participación de la motivación.
Los estudiantes que tienen una aproximación de procesamiento superficial se esfuerzan
por memorizar los materiales, más que por comprenderlos. A estos suelen motivarlos las
recompensas, las calificaciones, los criterios externos y el deseo de ser valorado por los
demás. Por supuesto, la situación puede alentar el procesamiento profundo o superficial,
pero hay pruebas que los individuos tienen tendencias a aproximarse a las situaciones de
aprendizaje de maneras características. (Alonso, C. 1999)
Las preferencias o estilos de aprendizaje, son predilecciones personales por determinados
ambientes de aprendizaje. Pueden ser inclinaciones respecto a dónde, cuándo, con quién o
con qué iluminación, comida o música le gusta estudiar. Los resultados de algunas
investigaciones indican que los estudiantes aprenden más cuando estudian en el entorno y
de la manera que más gusta.

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