You are on page 1of 19

CONSPIRACIÓN: UNA ESTRUCTURA, UNA NUEVA ETAPA

(Tomado del libro próximo a editarse: LA FANTASÍA Y LOS MUNDOS DE SALVACION DE


GLORIA ELENA ESPINOZA DE TERCERO, de Abigaíl Hernández López)

Con Conspiración, Espinoza de Tercero, inicia una nueva etapa narrativa al


dejar atrás su ciclo autointertextual cargado de surrealismo y simbolismos. En
esta novela nos encontramos con un mundo de ficción completamente alejado
de la linealidad estructural ya presentada en sus novelas anteriores. Además,
de experimentar con nuevas formas estructurales muestra un proceso
evolutivo, de madurez en la descripción literaria cuando introduce la prosa
como condensación del lenguaje narrativo.

En primer lugar, está la estructura de la novela, pues en ésta la escritora


presenta cinco planos, espacios y realidades que se desarrollan paralela y
sucesivamente y que aparecen como el ejemplo más claro del fragmentarismo
discursivo de la postmodernidad literaria, que se extiende abarcando las
infinitas posibilidades de la mente humana. Se presenta entonces una novela
construida sobre cinco planos diegéticos:

A.- Primer plano

En un primer momento, establece una historia central, cuya principal función es


ser el marco ficcional que permitirá dar vida a las subrealidades presentes en el
relato, así la actante que funge como detonante diegético sin llegar a ser ésta
el personaje primario aparece en un primer espacio y tiempo ficcional: América.

América es descrita como una joven leonesa de carácter fuerte, cuya gran
pasión es el teatro. Proveniente de una humilde familia pueblerina, Ameriquita,
como se le denomina en el relato, es hija de Doña Elena Castro (maestra
retirada) y de don Juan Carvajal (un carpintero). En este primer plano
introductorio se narra la historia de esta familia, su forma de vida, así como el
mundo profesional de América, maestra de Español y teatro, sueña que León
recupere sus días de gloria cuando éste gozaba de ser la cuna del arte literario
nicaragüense, y se empeña en convertir a su grupo teatral en el mejor elenco
de la región.

Sin embargo, la historia sufre un cambio trascendental cuando América deja de


ser expuesta como un personaje para ser convertida en el símbolo que dará
significado a la historia. En el siguiente cuadro se alude a esta historia a partir
de un marco referencial; la presentación del personaje de América es descrita
como el motivo de la historia central de la novela.

Primer Plano

Prentación del leit motiv discursivo

América: símbolo

América, más que un personaje primario, es convertido por la escritora en un


símbolo, su rol actancial no sobrepasa en importancia a ninguno de los otros
personajes descritos en la novela pues adquieren un rol actancial importante
para el desarrollo de la historia, y cada uno en su momento acapara la ficción
convirtiéndose en el héroe de la misma según su aparición.

América, aparece entonces como eje temático, como fuente de inspiración del
personaje primario representado curiosamente en el Narrador, quien se
encarga no sólo de narrar la vida de la misma América y el quehacer del resto
de los personajes, también es el responsable de describir el contexto
sociocultural de los escenarios, cambiando de rol constantemente cuando
actúa desde su nicho de ficción. A diferencia de Ámerica el Narrador aparece
en todo el relato y no por momentos como lo hace el resto.

Con el personaje de América, como vehículo conector de espacios, aparece el


primer héroe masculino de Espinoza de Tercero, cuyo nombre es el Narrador.
El Narrador en Conspiración transmuta de roles dentro de la historia en un
arduo trabajo que lo esclaviza entre la narración y la actuación, acrecentando
su carga emocional, para plantear así la temática central de esta novela. Se
trata del amor platónico de un narrador que se enamora de la “heroína” en un
idilio que le arrebata su protagonismo actancial, se recrea entonces un
segundo plano narrativo, ejemplificado a continuación.
B.- Segundo plano

Una vez descrito el marco referencial de la novela, Espinoza pasa a presentar


la historia central de Conspiración, correspondiente a un narrador que se
enamora del personaje central. Es en esta segunda realidad o plano diegético,
que se comienza a desarrollar la verdadera trama de la novela. Espinoza
describe como nace la relación entre América y el Narrador.

Narrador y personajes cambian sus funciones y características. América pasa


de ser el personaje principal para convertirse en el motivo de la historia, la
razón del amor como situación; mientras que el narrador de su oficio narratario
es convertido en personaje al enamorarse de América, los personajes
secundarios toman protagonismos al ser convertidos en héroes, tal es el caso
de don Fito y don Juan, con su proyecto de nación “Murraya Paniculata”.
Ejemplifiquemos este traspaso de roles actanciales a partir del siguiente
cuadro.

Relación: narrador → personaje: América



Situación: transmutación de roles

El Narrador como personaje (héroe) deviene en eje central de cada una de las
historias expuestas; en su rol multifacético el narrador llega a convertirse en el
protagonista de Conspiración, anulando por completo los deseos de libertad de
América, quien queda supeditada. La historia redime a América a ser
copartícipe de los diálogos existencialistas presentes en la novela, esto como
una continuidad a la línea temática que viene trabajando Espinoza y que ya se
puede afirmar, es el sello de su narrativa:
¡Claro!, ¿cómo voy a pensarla sin nombre? Y yo, anónimo… ¿cuánto
me favorece ser omnisciente, si al fin y al cabo ni yo mismo sé quien
soy ni me puedo mirar en un espejo?... (Conspiración, 28)
Así, a partir del Narrador se presentan dos situaciones concretas de su rol
actancial:

1.- Rol narratario: describe, analiza, enjuicia.


América Carvajal Castro es la entusiasta directora de teatro ad
honórem… Y permítanme comentarles algo interesante, la ciudad de
León ha sido cuna de mucha gente ilustre y de talento, pero son
contados quienes han podido vivir de su producción. Fue capital de
Nicaragua, sede de su primera escuela católica y de la primera
universidad, tiene los documentos más antiguos del país en el
Archivo Diócesano, su enorme Catedral, bibliotecas, museos, tierras
fértiles, volcanes, mares y hasta la mayor parte de la costa de Lago
Xolotlán… eso y más; pero ni me puedo explayar sobre Santiago de
los Caballeros de León de Nicaragua, que vive envuelta en calor.
(…). Pero volviendo a América, ella se entrega a la cultura: le
apasiona la gigantona y su enano cabezón, el Museo de Leyendas y
Tradiciones, los murales de Daniel Pulido… . (Idem. 24)
Como vemos, la propia forma de relatar convierte al narrador en un personaje,
lleno de personalidad actoral, aspecto que desde el punto de vista teórico se
convierte en ejemplo de la evolución ya no sólo de las temáticas sino también
de los elementos estructurales utilizados.

2.- Rol actancial: el narrador asume su papel de personaje y al ser


denominado Narrador tiene la posibilidad de interactuar con los personajes;
América, se convierte en su coprotagonista y éste la asume como el origen de
su transmutación así como del mal que aqueja su alma.

Este cambio de rol, que permite caracterizar al héroe en un supuesto narrador


omnisciente que todo lo ve y conoce, debilita sus capacidades cuando se
enamora del inquieto personaje que en determinado momento deja de ser
marioneta para tomar conciencia de su Ser. Así, América, pretende
humanizarse para vivir ¿y existir?, ya no en el mundo de ficción que le crea su
Madre (la autora) sino en un mundo libre donde es y existe por sí sola,
prolongando su vida, sin ataduras ni designios. En este afán logra romper con
las barreras estructurales del texto narrativo cuando traspasa los límites y se
enfrenta al Narrador, para solicitar su ayuda y crear juntos un plan para migrar
a los espacios extratextuales del texto que les da vida, sin darse cuenta que
por su terquedad y su ambición pierde su protagonismo y se convierte en una
ridícula parodia de feminismo:

Esa voz dentro de mí es… ¿mía?


- No encuentro al narrador, probablemente es inodoro e incoloro
como vos.
Se tira una carcajada que me llega hasta las últimas fibras del
corazón.
- ¿No encontraste al narrador?, ¿te fijás?, hice bien al no
acompañarte porque la autora perfectamente puede prescindir de mí.
- ¡Qué va!, la autora ya comenzó con vos, no te puede eliminar.
Aunque seas invisible…
- ¡Qué es más noble? ¿Soportar el alma / los duros tiros de la
adversa suerte, / O armarse contra un mar de desventuras, /
Hacerles frente, y acabar con ellas? Si no … ¿De qué sirve el teatro?
- Sí, pero …confundís las cosas, el teatro no es para vivirlo, la vida
se hace teatro. En la vida no hay teatro o… ¿el teatro es más vida
que la propia vida?... No puede ser, la vida es el mayor de los
teatros. Me confundís América, es más, de nada estamos seguros,
solo de la muerte. Esta autora es… ¿No sería bueno que
regresaras?, eso qué lees no es tema para esta…
- Aquí podría aprender mucho…
-Y… ¿para qué?
- Pues… para saber... .(IDEM. 55)

Con sus reproches, América despierta al Narrador y trata de hacerle conocer


su poder dentro del texto como narrador, después de la escritora (Espinoza de
Tercero) es el segundo al mando, y por esto se permite describirse como un
hombre, dulce, suave, humilde de carácter, lleno de valores, tierno y no
obstante se victimiza ante los lectores cuando se presenta como el frustrado
enamorado de una niña odiosa, caprichosa, presumida e intransigente que
juega a ser astuta e inteligente, como lo es Ameriquita. Entonces, el narrador
crea su propia Conspiración, pues en sus diálogos de persuasión con la niña,
aprovecha para acercarse a ella y descubrir sus intenciones. Y sin darse
cuenta el narrador sí logra romper la estructura novelística de Espinoza
cuando traspasa a espacios extratextuales, desencadenado así nuevos planos
diegéticos.

En efecto, con este narrador como personaje, se presenta un tercer plano,


dado que conserva ciertas condiciones de su rol narratario y las asume como
el aceptar ser parte de la historia ideada por la autora y respetar a su Creadora
a pesar de cambiar sus características de imparcialidad sentimental. Aunque
América no lo comprenda; el narrador es el elemento inmediato a través del
cual la autora mantiene la cohesión de su texto y por esto se adhiere a su rol
de escritora y le profesa su solidaridad, pues sabe que aunque cansada
continúa escribiendo sin importarle que América se le revele. El narrador
trabaja con su madre, la escritora, y sin darse cuenta de su mano llega a
finalizar el texto. La estructura de este tercer plano, queda reflejada a
continuación.

C.- Tercer plano

La situación que genera la relación de América y el Narrador abre una tercera


ventana o realidad diegética para que se presente la historia de la escritora,
que aparece a partir de las dilucidaciones existenciales del Narrador, que
producto de su enamoramiento de América, cuestiona su existencia y
encuentra su origen en la mente de la escritora, a quien reconoce como madre,
situación que le lleva a evadir los cuestionamientos de América. Veamos:

Relación: narrador → escritora



solidaridad: complicidad

Espinoza presenta con este plano el fenómeno del espejo, cuando refleja la
manera de funcionar del oficio de escribir un texto novelístico, un autor que
relata su diégesis haciendo uso de un narrador, que nace en su mente y se
materializa ante el lector en las páginas del texto creado. Esta materialización
da cierta independencia al narrador como elemento discursivo pero no deja de
ser solo un elemento creado para describirse. Ejemplifiquemos:
- Sí. A veces deseo rebelarme… Pero no puedo, es difícil, por no
decir imposible…
- En este trabajo…
- ¿Estamos trabajando?
- ¡claro, estamos trabajando!, y para la autora.
Debería poseer esa suficiencia, no sólo porque me considero
hombre, sino por ser el narrador. Mando, hasta cierto punto… A lo
mejor la autora ha cifrado sus esperanzas en mi poder de
seducción…(…)
Se le nota su antipatía. ¿Le tendrá celos? ¿Querría ser la autora? No
creo, porque esa señora tiene un mundo solitario metida en una
cueva, no sé cómo puede inspirarse, es como un topo… todo se lo
imagina. Además, no escribe para satisfacer a sus lectores, aunque
le escucho decir lo contrario. Ahí está el problema. Le pasa lo que a
mí, deseo complacer a América y digo exactamente lo contrario de lo
que desea oír. Y como la autora es invisible, también yo lo soy y al
parecer lo seguiré siendo. Después de todo soy su escribano, su
copista, un ¡bartleby de Melville! ¡No!, preferiría no hacerlo. El
problema es que sólo percibo… o adivino, porque no se dirige a mí
directamente y eso me lastima. En el fondo ¿la admiro?, ¿la
compadezco?, o me cae muy mal, quizás la considero… ¿Acaso soy
ella?... ¡No!, soy narrador, género masculino, quizás la autora
quisiera ser como yo, hombre, para hacerse sentir. Pero… (…).
(Conspiración, 32)

Este rasgo ameno de solidaridad tácita e intrínseca se demuestra en la


caracterización especial que la escritora otorga a su narrador por su fidelidad,
que además de las cualidades antes mencionadas, le otorga el don de la
palabra, cuando convierte al tierno y temeroso amante en un poeta. Es un
poeta que mantendrá cautiva a América hasta que logre calmar sus deseos con
su cuerpo, rasgo que adjudica otra característica a esta evolución narrataria
de Espinoza de Tercero. Se trata del uso del lenguaje poético que la autora
utiliza en boca de su personaje y que demuestra su madurez discursiva cuando
introduce la prosa lírica a esta novela:
sentí su aroma,
y no como lo percibía Jean Baptiste Grenouille …¡Líbreme Dios!,
pero no sé describirlo…
es como si fuera de rosa o como si fuera ella la rosa con jugos
enervantes como de sirena,
como si la sacara del mar en una concha cual Venus de Botticcelli.
una rosa –Venus –Botticcelli –sirena…
como si su áspera toalla verde esmeralda fuera un manto que se
juntara a su piel y dibujara su cuerpo frágil y hermoso…
su pelo, chorreando agua sobre su pecho… hago de cuenta que es
el pelo de Venus.
Yo me siento como Céfiro y Cloris entrelazado con mi deseo en la
atmósfera cálida…
Ella transforma las paredes desteñidas de azul de hace tantos
años…
Al suelo, también añejo, pisado por decimonónicos personajes, y a
los zócalos de mosaicos azules, ocres, rojos oxidados y dorados
desleídos por el paso del tiempo…
No sólo transforma el baño sino hasta mi incoloro calificativo de
narrador, hasta la página que voy escribiendo, en una que me hace
vibrar e ilumina como si François Boucher se encarnara en mí,
pusiera su pincel en mis manos (…)
(Conspiración, 46)

Como vemos, Espinoza de Tercero introduce la poesía como vehículo


descriptivo, la poesía aparece entonces como el lenguaje del narrador, que no
sólo es culto y dulce, es un apasionado:

Las palabras se mojaron… el agua fría las cubrió,


Pero llegaron al mar… y ella fue mar.
Yo apenas percibo el agua desde la orilla…
(Op cit:57)

En este lenguaje poético con el cual se nutre la voz del narrador como
personaje, la naturaleza como tema hace su aparición como expresión de los
motivos y constantes con las que Espinoza de Tercero viene trabajando en sus
novelas anteriores, la naturaleza, ya no sólo es vista como el foco de la
destrucción que más adelante se presentará, en la voz del enamorado narrador
es el sinónimo de la belleza, la sensualidad y el deseo, América, es la selva
que conquista y grita por ser descubierta, amplia, fértil, bella y destructiva.
Véase:

a veces esa muchacha parece tener el silencio misterioso de la selva verdinosa,


silencio de los ruidos agazapados…
rumor dentro del domo verdino, de animales con los ojos inmensamente abiertos,
camuflados como el verdigón,
los oídos aguzados,
algunas lenguas largas y rápidas ,
de suaves deslizamientos sobre la hojarasca, de grillos, de silbido de viento o de
calma húmeda, de frío y gotas de rocío, de troncos y frutos enmohecidos,
de un ciclo de vida con abrazos de ramas…
mariposas, helechos enormes y flores tan bellas y variadas como para los jardines de
los reyes.
(Op cit: 64 - 65)

Con estos fragmentos podemos apreciar que paulatinamente la escritora va


cambiando su forma de elaborar su discurso, en tímidos intentos por acercarse
a los espacios poéticos que ya no son intertextualizados de los escritos de
otros autores literarios, sino extraídos de su propia imaginación. Son
posibilidades que van cerrando poco a poco con los préstamos de símbolos y
personajes que antes realizó, pues en Conspiración sus textos anteriores no
pasan de ser meras referencias de episodios que según su mundo de ficción
fueron parte de la vida de la ciudad de León. Los ciclos repetitivos se van
cerrando y se va trabajando más en el lenguaje, que se vuelve un discurso
lírico.

Sin embargo, la naturaleza y lo ecológico perdura como temática al igual que el


existencialismo como influencia, ahora descritos bajo un lenguaje poético, que
toca las sensibilidades de sus lectores para aproximarlos a la reflexión y
continuar así con su labor cívica.
Conspiración es entonces un texto cívico que más allá de narrar una historia de
ficción, es una denuncia de las necesidades espirituales de la sociedad
contemporánea, ya no la nicaragüense sino la de todo el orbe. El mejor
ejemplo de esta denuncia es el curioso proyecto de nación “Murraya
Paniculata”, una idealización de uno de los personajes del texto; Don Juan,
padre de América sueña con una planta que devuelve la fe y la esperanza,
primero a la sociedad nicaragüense y luego al mundo.

La planta de limonaria tan común en los jardines nicaragüenses se convierte en


la novela en el símbolo de la paz, trascendiendo en significado al Olivo bíblico
que para Noé simbolizó tranquilidad, el inicio de una nueva vida y la esperanza
de erradicar el pecado del alma humana. En Conspiración, la típica y olorosa
limonaria nicaragüense no sólo cumple esta función renovadora, pues sin
aparecer en el pico de la paloma blanca, la limonaria traspasa su función
cuando se convierte en el símbolo de la felicidad, en el elemento que según los
personajes llega para apaciguar los dolores del alma humana y erradicar el
pecado, pues hace de cada uno de los individuos de la tierra una mejor
persona, seres de almas humildes, libres de defectos.

Más que recrear una historia denominada “Murraya Paniculata” dentro de la


novela, el proyecto de nación” de Espinoza de Tercero se introduce en los
temas filosóficos relacionados con la Identidad latinoamericana, tan discutida
en las últimas décadas por los intelectuales latinoamericanos. La escritora elige
un elemento común a la realidad nacional de Nicaragua, una simple “limonaria”,
será el elemento de salvación de la raza humana; la felicidad, la paz, la
tranquilidad que tanto buscan las sociedades del mundo se encuentra en un
país subdesarrollado, pobre, con altos índices de desnutrición, analfabetismo,
desempleo, precarios sistemas de salud. Cada una de estas características no
son limitantes para un hombre humilde, un simple carpintero que da su vida por
este sueño, poblar al mundo de Murrayas Paniculatas, limonarias que recorren
todos los continentes para dar paz y consuelo, con sus olorosas florecitas
blancas y sus pequeñas y ovaladas hojitas verdes, verde símbolo de la
esperanza por alcanzar tiempos mejores.
Para la autora, el conocimiento será exportado de Nicaragua para el mundo,
curioso planteamiento de “un país con potencial pero sin credibilidad”. Espinoza
toca el orgullo de la sociedad nicaragüense cuando representa la actual
desilusión que las nuevas generaciones latinoamericanas sienten del sistema
político de la región. Con la Murraya Paniculata la migración de los
latinoamericanos quedaría en el pasado, pues ya no habría pobreza de que
huir, pero aparece el fantasma de Malinche, y la duda mata al salvador nacido
de América latina, la falta de credibilidad en el potencial latinoamericano acaba
con el sueño verde y el salvador latinoamericano muere en las tierras de los
Imperios poderosos, Don Juan muere de “tufo”, el tufo de la historia de las
doradas naciones confusas ante la posibilidad de una vida alejada de la
pobreza y la desigualdad existente entre los continentes, y se ven perdidos
entre países que recuperan la fe porque en sus jardines estaba la salvación.

Pero éste no es el único mensaje cívico que se presenta en Conspiración, pues


nuevamente aparecen los reproches hacía las clases políticas, las élites
empresariales, los sistemas religiosos y como novedad aparece la crítica hacía
los medios de comunicación y el periodismo perdido de la actualidad. Este es
tal vez uno de los fragmentos mejor logrados por la escritora debido a la fuerte
carga de emociones que afloran en cada una de sus líneas, encerrando un
mundo. Todo su mundo de principios sociales ahora reside en un único texto,
que habla de la realidad nicaragüense y aproxima la urbe de sus lectores al
mundo casi olvidado del campo, donde el campesino muere sin que el tiempo
se inmute. Y en esta recreación del paisaje campestre nicaragüense da paso
para retomar nuevamente los motivos o constantes temáticas de su
producción:

1.- Sistema político:


Espinoza denuncia a los partidos políticos y sus representantes por crear
sistemas legislativos que promueven la desigualdad entre la sociedad
nicaragüense, un sistema que crea mundos sin posibilidades de unificación, la
escritora por primera vez refiere la vida del campo, al campesino de “tierra
adentro”, al desprotegido, al olvidado por todos, al hijo de la montaña que no
tiene esperanza de ser reivindicado porque no existe en la memoria del
ciudadano promedio. Con un lenguaje ágil y lleno de sutilezas la escritora
describe la vida en la montaña, su tranquilidad, su paz, su crueldad e
ignominia. Veamos:

Llegó de esa montaña donde nadie sabe de actualidad, modernidad


o posmodernidad…
Donde el tiempo esta detenido entre el barro de las eras…
No conocen el cine, la televisión, el teatro, los libros, la guerra
biológica, la globalización, la política de los políticos, la constitución,
lo que gana y qué es un diputado, las plantas nucleares, el
petróleo…
Sólo la sabiduría del paso del tiempo heredada de quienes habitaron
esas cumbres neblinosas, frías, de selva, lluvia y mosquitos que
zumban en la noche y pican con luna o sin luna en Semana santa
sin santo Entierro o en Navidad sin árbol ni nacimiento ni el
encantador Santa Claus que desde su trineo volador deja regalos
por las chimeneas…
Allí donde las moscas no molestan al morral de las tortillas porque
las cuelgan arriba del tenamaste ardiendo y también se ven los gajos
de carne de venado o de mono, salados y sanos, limpios, porque el
humo sube, ahuyenta los insectos y todo es limpio allá en la
montaña…
Donde Yadira lavaba ropa con agua del río y aplanchaba con
plancha de hierro…
Donde comía frijoles secos y majados con cuchara de jícaro como
lengua fingida de frijoles con cuajada y tortilla tostada…
(Conspiración, 41)

Con este nuevo discurso poético enfrenta al lector con una realidad interesante,
lo aproxima a un examen de conciencia, que lo sume en la culpabilidad por
hacer caso omiso a su tierra y a la sencillez de su gente dejando en su ser la
necesidad de reencontrarse con su raíz. Una forma de iniciar de dar paso al
problema filosófico de la identidad latinoamericana tras generaciones de olvido.
Veamos:
… la vida y la historia de Yadira era el rancho, el río, el mono, las
lianas, las culebras, la mula, el macho, el chagüite, las crecidas del
río, el temporal y hasta la piedra de moler que usó su tatarabuela,
bisabuela, la mama, la tía, la prima, la cuñada y la otra mujer…
ni siquiera tiene retratos para recordar a sus tatas ni a sus primos ni
a las mujeres, todas las mujeres que han molido el maíz en esa
piedra de moler…
los nombres van pasando de generación en generación…
y era joven y murió joven…
o era tan vieja que se ha consumido igual que los árboles han
engrosado su tronco y se han arrugado y abrigado con líquen…
sin albúm ni retratera… sin herencia…. más que aquellos cuentos y
aquella voz débil y cansada que va diluyendo con el tiempo…
y Yadira ha visto correr el tranquilo río, con ímpetu, contado lunas,
suspiros, noches con pisadas del puma, con el chillido de los monos,
con los ojos del mapache y el sonido sigiloso de la culebra… (Op cit:
42)

Yadira, es la imagen del pasado del mundo que las nuevas generaciones
latinoamericanas están olvidando producto de la globalización y la necesidad
de emigrar a raíz de la pobreza que les hereda su pueblo, los cuentos de
camino, la historia pérdida de las familias, la aniquilación de la selva, todo se
ha ido perdiendo por la falta de interés y la necesidad de subsistir en países
donde los sistemas políticos son inestables a causa de las luchas de poder.
Yadira es una desmovilizadas más como miles en Nicaragua y producto de la
guerra de 1979 rompe su lazo con el pasado con la intención de encontrar un
lugar mejor para vivir.

2.- La guerra
Una vez más la guerra, como constante narrativa es presentada como un
proceso cruel y despiadado que ni el paso del tiempo puede borrar; están los
tópicos de la crueldad humana, la política y sus vejámenes, los partidos
tradicionales que incentivaron los ideales nacionales y los usaron a su
conveniencia, hasta el momento en que ya no necesitaron soldados y armas y
los olvidaron en los campos de batalla, a merced de las montañas que
cobraron sus vidas por haber sido invadidas y manchadas de sangre inocente.
Esta realidad es recreada en los siguientes fragmentos:

Donde la historia ha sido el paso de los hombres en guerra, unos


blancos, otros morenos, otros achinados y pequeños, descalzos o
con caites, botas raídas, con lepra de montaña, tos, heridos y
engusanados, calenturientos, temblorosos de miedo o de frío, de
hambre o de rabia, lujuria, vileza, o llenos de ideales o ardor patrio…
Otros porque no tenían más remedio que andar allí…
Unos quedaron muertos gritando un ¡viva!
Otros pensando que mejor no hubieran nacido, que morir en ves de
sufrir semejante pesadilla, porque andar en la montaña era una
pesadilla que no se la deseaban a nadie ni a su peor enemigo…
Que el infierno ya lo habían vivido allí y esa bala los libraría de más
infierno o esa enfermedad desconocida acabaría con ese cuerpo
podrido, entre el lodo, entre el fango, entre la lluvia, entre la
hojarasca, entre las culebras, entre las ratas, entre las hormigas
asesinas, entre lo podrido que había, hasta su carne ya podrida en el
lodo… (Op cit: 41 – 42)

Se esboza la historia de un pueblo usado pese a sus convicciones, burlado en


sus ideales, abusado en sus derechos y olvidado en sus necesidades, donde
su único consuelo fue perder la fe.

2.- Sistemas religiosos:

Igualmente, Espinoza de Tercero deja entrever su reclamo a la iglesia por


cooperar con los promotores de las distintas guerras sucedidas en Nicaragua.
La escritora reprocha el silencio de la iglesia, el limitarse a ver y escuchar y no
actuar para detener la crueldad de las guerras. En un reproche disimulado
Espinoza de Tercero escribe:
allá, donde les han dado de comer y beber al uno y al otro, donde los
escondieron, donde han visto pelear al uno contra el otro, donde han
visto y olido y se les ha pegado la sangre del uno del otro…
donde la pobreza ha reinado siempre, esté el cabecilla de aquel o de
éste en el poder, donde ni siquiera el político ha necesitado llegar y
el misionero ha escuchado pecados limpios en confesión… (Op cit:
42)

Es así como que se construye una crítica religiosa cuando la narración


establece un paralelismo entre el actuar de los gobernantes y el actuar de la
iglesia y sus “misioneros”, en el que los primeros mandan y la iglesia escucha
y pierde la palabra cuando clava la mirada en el cielo.

3.-Destrucción y contaminación del medio ambiente:

A la necesidad de denunciar las injusticias sociales se suma la angustia que la


escritora siente ante la contaminación de los recursos naturales. Espinoza de
Tercero se sigue perfilando como una ferviente defensora del medio ambiente y
como en sus novelas anteriores, en Conspiración también se plantea la
destrucción de los recursos naturales. Sin aludir a un espacio geográfico
específico se describe una realidad común a todos los países y sociedades
contemporáneas, el exterminio de los bosques, la aniquilación de la fauna
silvestre y el deterioro de las cuencas acuíferas que irónicamente se han
realizado en nombre del progreso y el desarrollo de los países. Ejemplo:

… y ha visto llegar la civilización porque se ha acortado la distancia


entre su rancho y el claro de la selva… los árboles centenarios
enormes, rollizos, perfectos, con sus arrugas ungidas por el tiempo,
los vientos y los aguaceros, donde el musgo lució su terso verde, las
arañas tejieron incansables, y las orugas ofrecieron mariposas con
alas de colores, asiento milenario de generaciones de pájaros,
donde las enredaderas han bebido savia y se han criado las
orquídeas más bellas….
ahora van a ser puerta o mesa o cama o techo, o papel, o… alejados
de su tierra, sin su fronda ni raíz…
mutilados, a la deriva del río se estancan, desordenados en su
desplazamiento… a veces ya mal olientes en su humillante postura
horizontal…
¡gigantes caídos!...
Reciben soles, lunas, lluvias y las miradas de los árboles que
quedan esperando tarde o temprano el mismo destino, llorando el
paso del conjunto mortuorio…
Con sus ramas y hojas, los sobrevivientes a la orilla del río tocan el
agua, espesa de troncos pasados por cuchilla…
Sus raíces yacen resignadas en lo profundo con el río de luto,
atragantado, podrido, moribundo también…
y se escucha el colisionar de los muertos y un mudo lamento que
estremece a Dios…
y las estrellas se esconden ante los focos de los hombres….
Yadira ha visto los muñones formando un cementerio triste,
quemado por el sol ardiente y bañado por la luna como si se mirara
al espejo… (Op cit: 43)

Es así como Espinoza reviste su crítica con nuevas formas de discurso, un


lenguaje poético suave y crudo, recreado para dar paso a la reflexión; un
discurso evolucionado que plantea la destrucción del humano sobre su
ecosistema y el precio que está pagando por su inconsciencia, un precio que
pagan los sectores más débiles de la sociedad, aquellos que viven en precarias
condiciones y son el blanco fácil de una naturaleza alterada. Cito:

y los gusanos, serpientes, armadillos, guardatinajas y ardillas se han


tenido que marchar, de lo que ya es páramo a otras tierras
másadentromásadentro…
y Yadira ha escuchado el llanto del árbol y el de los pájaros que allí
tenían sus nidos, el de la lluvia que los mojaba persistente sólo para
nutrirlos…
y que ahora, violenta, surca el lecho de tierra y arrastra todo…
a Rosa, a Juan, a Chepe, a Terencio, a la vieja Paca, al niño de
Chilo Rodríguez, a la vaquita de Zeledón y a la chancha de Don
Perfecto Armas con sus chanchitos y el perro flaco de Eusebio y la
ranchita de los Gutiérrez y los ocotales de Don Juan Marín y las
mulas de los Matute…
todos quedaron en la quebrada, regados, boca abajo, boca arriba,
medio cuerpo… (Idem)

En los fragmentos anteriores se plantea no sólo la destrucción sino como aún


después de muerto, el pobre sigue siendo ganancia para los pudientes, un
señalamiento que dirige hacia los medios de comunicación que más que
cumplir con una labor de concientización social, hoy marchan hacia la
búsqueda del enriquecimiento y la distinción. Espinoza de Tercero acusa:

una mano salida, ahogados, soterrados, enlodados, muertos…


como para una foto de primera plana de alguna revista famosa que
hasta recibe un premio. (op cit: 44)

Como vemos, el yo lírico mantiene su línea temática, sus mismas angustias,


pero evoluciona en la manera de plantear su discurso y estructurar su narrativa,
marcando una evolución literaria, que sólo se observa cuando se toma toda su
obra como un conjunto novelístico que crea un mundo ficcional con sello
propio, una novela que se solidariza con la soledad del individuo, sus temores y
la angustia provocada por los cambios sociales que hoy día denigran a las
sociedades.

A través de los distintos leit motiv del discurso narrativo de Conspiración, se


logra apreciar la evolución del lenguaje utilizado por Espinoza, esto sin
continuar profundizando en la estructura de la novela, que como se ha
explicado se establece a partir de un fragmentarismo de la realidad, planos
yuxtapuestos que se presentan en paralelo, una serie de situaciones que
aparecen en un mismo espacio de tiempo.

Además de las relaciones antes establecidas, se expone como cuarta situación


paralela o plano descriptivo, el existencialismo no sólo como constante
temática de la narrativa de Espinoza de Tercero, sino como un plano o diegésis
independiente a la historia inicial.
D.- Cuarto plano
NARRADOR ↔ SU YO INTERNO

PLANO SURREALISTA BASADO EN EL EXISTENCIALISMO DEL


PERSONAJE

Al ser cuestionado por América, el Narrador comienza a indagar en su interior,


a cuestionar su existencia y, por tanto, su rol dentro del relato, sufre porque se
desconoce como actante primario, y sólo se da cuenta de que es parte del
sistema actancial cuando se siente atraído por América. Para el Narrador su
posición de Tercera Persona comúnmente ajena a los roles actanciales queda
aniquilada por las sensaciones de su consciente que develan su debilidad ante
las características propias de los personajes; el Narrador reconoce el dolor que
sienten los personajes y sufre por ellos y como ellos, ríe con sus alegrías y
sucumbe con ellos.

Sin embargo, el Narrador no pertenece a ningún escenario y su espacio se


presenta en un mundo surrealista. Actúa como ente flotante en un limbo, tal vez
el mundo de la mente de la autora, un lugar oscuro que lo invisibiliza. Este
hecho lo confunde aún más, deprimiéndolo hasta el momento en que América
irrumpe en su mundo para humanizarlo, alejándolo del voyerismo y
mostrándole el placer de la carne, que descubrió al verla:
- Sí, ser libre…
- Desde este instante nuestras vidas forman una incógnita, narrador.
- ¿Una incóg…nita?
- Mjú…
- ¿Acaso no
- ¿Tendré la oportunidad de verme algún día, cara a cara con ella?
- Todo es posible.
- Sí, todo es posible.
- ¿Y a mí, América, me …?
- También te miro y ahora vas a sentir mi piel… (Idem,160)

Este plano es uno de los más difíciles de describir pues hasta en la misma
historia la escritora lo desprovee de características que faciliten esta tarea. Solo
queda el ejercicio de interiorización del actante que se establece a través del
uso del monólogo, así como de la interacción que se le permite establecer con
los lectores a través del correo electrónico y que se presenta como el último
plano intertextual.

E.- Quinto plano

Un quinto y último plano se presenta cuando el Narrador traspasa el relato, ¿o


los lectores lo hacen? Nuevamente se presenta un cambio de roles, los
lectores dejan de serlo para convertirse en personajes que dentro de la novela
cumplen con el rol de analizar (como lectores) cuando interactúan con el
narrador, y a la vez cumplen con el rol de ser analizados (personajes) cuando
son descritos por el mismo narrador ante nuevos lectores (extratextualidad).

En realidad, Espinoza de Tercero va construyendo su relato con la ayuda de


una serie de personajes, lectores que se vuelven personajes, y que cuando se
inmiscuyen en el relato, atraídos por el narrador y su historia, tratan de
aconsejarle sobre como llevar su nueva realidad, la correspondiente al
personaje. Así se presenta entonces una realidad extratextual:

Relación extratextual

Narrador ↔ lector

Espinoza retoma la computadora como un elemento de la actualidad, pero son


el internet y el E- mail el mejor ejemplo para explicar este plano y toda la
novela. En la postmodernidad, el internet, el chat y el E - mail irrumpen como
ejemplo de las distintas relaciones interpersonales que pueden ser concebidas
en la realidad actual, estableciéndose un símbolo tácito de los infinitos espacios
que la actualidad concibe: el internet y sus espacios de comunicación, miles de
espacios y ventanas de comunicación que se presentan al unísono,
compartiendo múltiples espacios en un mismo tiempo, tal y como se desarrolla
la vida social, mil historias desatándose simultáneamente en forma virtual.

Esto es el mejor ejemplo de tipo de inter acción y la escritora lo retoma como


una realidad novedosa para su producción y el mundo literario nicaragüense.

You might also like