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ARTE EGIPCIO

• LA PREHISTORIA
Hace más de 10.000 años, el Valle del Nilo era una zona pantanosa, por lo que los
primeros habitantes de Egipto ocuparon, probablemente, las zonas mesetarias que
flanquean el valle por oriente y poniente. Estos altiplanos no constituían los grandes
desiertos que hoy conocemos, sino que eran enormes extensiones de boscajes y
vegetación.
Los primeros pobladores del Valle del Nilo fueron los camitas y semitas, que se
asentaron en las orillas del río y construyeron poblados de agricultores y ganaderos.
Las zonas habitadas fueron dos, que darían origen a los dos focos de cultura más
importantes: la zona alta del río, al sur (restos de Deir Tassa) y la zona baja, en el
delta (Merimde beni Salome).
• ÉPOCA PREDINASTICA
Las culturas del delta, que habían desarrollado una civilización más avanzada eran
llamados adoradores de Horus. Estos se opusieron a los adoradores de Seth, que
habitaban el curso alto del río. A este período se debe la invención de la escritura
jeroglífica, el calendario y el culto a los muertos con la consiguiente aparición de las
pirámides y las mastabas escalonadas.
Los adoradores de Horus no mantuvieron la unidad de Egipto y éste quedaría dividido
en Alto Egipto y Bajo Egipto, hasta que los caudillos Narmer y Aha lo unificaron
definitivamente, gracias al matrimonio entre Aha y la heredera del delta.
• EL IMPERIO ANTIGUO
El primer monarca unificador es Menes y sus sucesores formaron la dinastía de los
Tinitas, que toman su nombre de la capital que funda: Tinis (3.000 a. de c.). Los
faraones entre la III y la X dinastías son llamados Menfitas, pues trasladan la capital a
Menfis, en la cabecera del delta.
Es éste un período de esplendor, donde se desarrollan las grandes obras públicas y
pirámides más conocidas (Keops, Kefren y Mikerynos). Fruto de este momento de
apogeo de la cultura religiosa es el establecimiento de la capital en la ciudad de
Heliópolis, que rápidamente se convierte en una ciudad próspera. Se realizan, así
mismo, grandes expediciones coloniales que aportan grandes riquezas a las fastuosas
cortes faraónicas.
No obstante, la grandeza del Imperio Antiguo se veria debilitada por la relajación de
las costumbres y el inmovilismo que suponía la longevidad de algunos faraones. Las
provincias (nomos) se van desconectando políticamente de Heliópolis y, a mediados
del tercer milenio se entra en una fase semifeudal, durante la cual aumenta la
autonomía de las provincias. Este sistema político eclipsaría las dinastías VII y VIII.
Las dinastías IX y X trasladan la capital a Herakleópolis y se produce una época de
trastornos sociales de gran importancia: disminuye la seguridad, se asaltan los
palacios y las propiedades, al tiempo que se saquean las tumbas en busca de tesoros.
La reacción contra este desorden nace de la ciudad de Tebas. Este sería el final del
Periodo Antiguo.
• EL IMPERIO MEDIO
Las dinastías XI y XII marcan un nuevo apogeo de la cultura de Egipto. Partiendo de la
ciudad de Tebas, se ocupan hacia el delta todas las tierras del Imperio y se lanzan
nuevas expediciones hacia el sur. Se restablece la paz social, volviéndose al
tradicional culto a los antepasados y a la vida de ultratumba.
Se ponen en práctica planes de ayuda a los cultivadores de las orillas del Nilo y se
protege el sistema familiar, que con las revoluciones feudales se había deteriorado.
Poco duraría el orden social y con la llegada al poder de las dinastías XIII y XIV se
debilita aún más y el país se divide entre los Príncipes de Tebas, al Sur y los faraones
de las dinastías XIII y XIV que ejercen su poder en el delta desde la nueva capital,
Sais.
Aprovechando la debilidad del Norte se produce la penetración de los Hicsos, que
ocupan el delta y se lanzan siguiendo el curso del río hacia el Sur, donde son frenados
por los Príncipes de Tebas, los cuales se emplearían en duras campañas para
conseguir la recuperación de las tierras del Norte.
• EL IMPERIO NUEVO
Los Hicsos serán expulsados definitivamente por Amosis, faraón de la dinastía XVIII y
una vez más comenzaría una recuperación social, económica y política del país. Los
faraones de esta dinastía darían el máximo esplendor a Egipto. Se establece de nuevo
la capital en Tebas, en la zona del sur y se instaura el culto a Amón. Se redacta el
Libro de los Muertos y se organiza el Imperio, dotándolo de una organización social.
En este período, Tutmés I llega en sus conquistas a Mesopotamia, tras largas y duras
batallas contra los sirios. Tutmés III, llega a atravesar el Eúfrates y, aliado a Babilonia,
ataca a los hititas. Los faraones de este período mantienen relaciones con Siria y
Babilonia, por lo que se producen matrimonios entre princesas sirias y faraones
egipcios. Una de ellas, Nefertiti, casada con Amenofis IV, implanta el culto a un solo
Dios: Atón. La imposición de un único Dios produjo grandes revueltas religiosas entre
los sacerdotes de Atón y los de Amón, que perdían sus privilegios. Este malestar
social y político es aprovechado por el Imperio Hitita, que recupera Siria. Finalmente,
Tutankhatón no mantuvo la reforma religiosa de sus antecesores y restableció el culto
a Amón, cambió su nombre por el de Tutankhamón y estabiliza así los problemas
religiosos en Egipto.
Con Seti I sube al trono la dinastía XIX, que se enfrentó en tierras de Siria a los Hititas,
con los que pactó la paz. Posteriormente sube al trono Ramsés II y las hostilidades
con los Hititas se recrudecen, hasta que Ramsés firma definitivamente la paz,
casándose con una princesa hitita.
Arte Persa

La Antigua Persia ocupaba aproximadamente el territorio de la actual Irán. Limitaba al


norte con el Mar Caspio, Armenia y Rusia, al este con Afganistán, al sur con el Golfo
Pérsico y al oeste con Irak.

El territorio de Persia era una gran meseta en cuyo centro hay un gran desierto salino.

En este territorio se asentó un pueblo de origen indoeuropeo después del II milenio.

Este pueblo era un tanto rudo en un principio: la mitad eran sedentarios y la otra mitad
nómadas y se dividirán en los dos grupos. Al norte, en una zona fértil, los Medos, y al
sur, en una zona más desértica, los Persas. De los Medos prácticamente no nos han
quedado restos.

En el siglo VIII, el rey asirio Sargón II convierte estos pueblos en provincias de su


reino. Sin embargo, Senaquerid aligeró esta tiranía, lo que permitió a los Medos
unificarse y liberarse poco a poco para terminar constituyendo un imperio.

El rey medo Dayoces, consiguió, en el siglo VII, librarse totalmente del poder asirio
organizando su imperio y asentándose en Ecbatana. Su hijo Faortes va a someter a
los persas del sur hasta que su hijo Ciazares destruyera Nínive, Assur, etc. acabando
con el imperio asirio.

A él le sucede Astiages, con el que hay un momento de esplendor. Los persas


adquieren mayor fuerza y surge la dinastía Aqueménida y de ésta nace el rey
Cambises, que se casa con la hija de Astiages, de quien nace Ciro, que unifica a
persas y medos definitivamente. También se apodera y destruye Babilonia,
haciéndose con el poder de toda la zona.

El siglo VI es de gran esplendor para los persas. Este imperio durará hasta Darío III
que es derrotado por Alejandro Magno, comenzando el periodo helenístico, parto y
sasánida (siglo VII d.C.). El periodo aqueménida pues abarca desde mediados del
siglo VI hasta mediados del siglo IV.

La religión fue muy importante para los persas. Esta religión estaba establecida por
Zaratrusta. Está basado en el mazdeísmo. Se recoge en un libro sagrado, el Avestar,
donde se puede ver una concepción dualista del mundo que hace que todo este
regidor por dos registros: el bien y la luz representado por Ormuz o Ahura-Mazda, y el
mal y las tinieblas representado por Ahriman.

Había cuatro principios fundamentales para este pueblo: respetar la ley, conservar la
pureza del alma, cultivar la tierra y trabajar con empeño.

Los persas rendían culto a Ormuz mediante el fuego, por ello no hay templos, sólo
altares donde se conserva el fuego sagrado. A Ormuz se le representa con el disco
alado del que emerge medio cuerpo humano.

Introducción a la arquitectura y arte persa

En la época aqueménida (Ciro el Grande, Cambigen II, Darío I, Jerjes, Artajerjes,


Darío II, Artejerjes II, Artejerjes III, Dario III) el arte se expresa en escultura y la
arquitectura, en grandes ciudades: Pasargardas, Susa, Persépolis, fundadas por estos
dos últimos.

No hay arquitectura religiosa, sólo estos altares con fuego y unas torres donde estaría
ese fuego. Los altares eran muy sencillos, a veces para proteger el fuego tenían una
pequeña bovedilla. No se han conservado pero los conocemos por relieves. Las torres
eran altas, cuadradas y sin vanos, de las que si se conservan algunos restos.
ARTE MESOPOTAMICO

Se llaman pueblos mesopotámicos los que vivieron en el dilatado valle ubicado entre
los ríos Eúfrates y Tigris, que desembocan luego en el Golfo Pérsico, en la península
Arábiga ( aproximadamente en el año 4000 a. C ). Este paraíso terrenal acogió a una
cantidad de pueblos que lo habitaron: Los sumerios, acadios, babilónicos, asirios,
hititas, caldeos, medos y persas, entre otros.

En Mesopotamia también nos encontramos con diversas etapas artísticas


determinadas por la diversificación de pueblos que dominaron este territorio. Los
creadores del estilo artístico son los sumerios, estilo que será continuado por los
semitas, consiguiendo el máximo esplendor en los periodos asirio y babilónico.

Mesopotamia era una tierra que carecía de ciertos materiales tales como madera,
piedra, y metales. En cambio era rica en otros recursos ( por ejemplo la arcilla ) , lo
cual favoreció la fabricación de ladrillos ( hechos de adobe, mezcla de barro y paja ) y
vidrio.
ARTE MAYA

En una vasta y rica región de América, el pueblo maya creó una de las más originales
y grandiosas civilizaciones antiguas. Los mayas no constituyen a un grupo
homogéneo, sino un conjunto de etnias con distintas lenguas, costumbres y realidades
históricas, pero que comparten rasgos que nos permiten integrarlas en una unidad
cultural. A la vez, esta unidad forma parte de otra mayor, la cultura mesoamericana.

En este trabajo podemos observar los tres grandes períodos de la trayectoria histórica
mayense, los cuales son: preclásico, clásico y postclásico.

También se ha hablado mucho de la "desaparición" de los mayas, pero esto constituye


un error, ya que lo que desapareció fue su libertad y la gran cultura que crearon en la
época prehispánica; pero los hombres mayas con sus costumbres cotidianas y buena
parte de todas sus creencias permanecen aun en sus regiones originales, sustentados
en su misma concepción ancestral del mundo y la vida.

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