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I. ACCION.

A. CONCEPTO

En el ámbito jurídico, la palabra acción tiene diferentes o mejor dicho


varias acepciones y/o aplicaciones, partiendo de la definición común de la
palabra, podemos encontrar que el diccionario de la real academia
española nos establece las siguientes:

f. Ejercicio de la facultad de hacer o realizar alguna cosa que tiene un ser;


Lo que se hace o se realiza. Se refiere a la influencia o impresión
producida por la actividad de cualquier agente sobre algo, puede indicar
postura, ademán, gesto.

En Economía es Cada una de las partes en que está dividido el capital


de una empresa, generalmente una sociedad anónima; Título que
acredita y representa el valor de cada una de esas partes del capital. 1
B. ORIGEN DE LA PALABRA.

Del latín actio, movimiento, actividad o acusación, dicho vocablo tiene


un carácter procesal. 2

La palabra acción proviene de AGERE, que es su acepción gramatical


y que significa toda actividad o movimiento que se encamina a
determinado fin.

En las instituciones romanas, la acción era el “derecho a perseguir en


juicio aquello que se nos debe”. Este punto de vista determina que tanto
el proceso civil como el penal formaban una sola disciplina.

En este sentido Rocco, Carnelutti, y Marttirolo afirman que es un


derecho, Manreza lo concibe como un medio y la doctrina más moderna
encabezada por Chiovenda la define como el poder jurídico de realizar la
condición para la actuación de la voluntad de la ley. 3
1
. http://www.wordreference.com/definicion/ACCION

2. DICCIONARIO español - latín Proyecto Palladium,

http://recursos.cnice.mec.es/latingriego/Palladium/cclasica/esc311.php

3.
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P. 50.

En materia Jurídica, la palabra acción puede conceptualizarse de


acuerdo a las diferentes contextos del Derecho mismo, así podemos
encontrar que al habla de la acción nos estamos refiriendo a la facultad
que tiene el individuo para promover el ejercicio de la jurisdicción, de poner
2

en movimiento al órgano jurisdiccional, a fin de que este resuelva sobre la


pretensión, que aquel dice tener.

Por su parte Chiovenda dice que “la acción es el poder jurídico de dar
vida a la condición para la actuación de la voluntad de la ley”. Para Alcalá
Zamora y Castillo, “la acción pone en movimiento al proceso para que por
este medio la jurisdicción acuda a resolver la controversia”. 4

Podemos entender desde esta perspectiva entonces, que mediante la


acción se establece la relación jurídica procesal entre el actor, el juzgador y
el demandado. El acto por medio del cual el actor ejerce la facultad de
hacer que el estado administre justicia

En mi concepto, la acción es el poder jurídico que tiene el gobernado


para plantear al estado una pretensión y así poner en movimiento al órgano
jurisdiccional, para que este resuelva sobre la misma.

C. ACCIÓN CIVIL

La acción es un concepto que puede darse en varias esferas del


derecho, debiéndose tomar en cuenta la norma violada, de manera que al
infringir una disposición civil dará lugar a una acción civil y cuando se trate
de una norma de derecho penal se estará en el caso de una acción penal.
La acción civil está a cargo de la parte lesionada, ya sea física o moral.

En este ámbito, la acepción de la palabra es la que corresponde a una


persona para exigir judicialmente sus derechos de índole particular.

D. ACCIÓN PENAL

En la jurisdicción penal, la acción nace para la restitución de la cosa, la


reparación del daño, y la indemnización de perjuicios causados por el
hecho punible entablada al efecto por el perjudicado, o por el Ministerio
Fiscal, si no consta la renuncia de aquel.

En el sentido de Florian la acción civil es la que corresponde al lesionado


por el delito, para obtener el resarcimiento de los daños derivados del
mismo y sufridos por el; acción que ha de tomarse en el doble sentido del
derecho subjetivo y de la actividad procesal.5
4.
CARRANCA Y TRUJILLO Raúl, Derecho Penal, Edit. Porrúa, México 2007. P. 185
5.
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P. 52.
A su vez este autor señala que la acción civil a diferencia de la penal, ofrece
tres caracteres distintivos:

Es privada:
3

Debido a que corresponde al lesionado y aspira a servir a su interés particular,


noción que no cabria suscribir porque la acción no reviste nunca, ni siquiera en
sede civil, naturaleza privada.

Es patrimonial.

En cuanto se refleja siempre sobre el patrimonio, no obstante que el daño sea


moral o que el resarcimiento no se haga en dinero.

Es contingente:

En vista de que puede o no plantearse, sea porque el delito no produzca daño


privado, sea porque produciéndolo, el lesionado se abstenga de reclamarlo.

Como ya establecimos anteriormente para Florian, la acción penal es el poder


jurídico de excitar y promover la decisión del órgano jurisdiccional sobre
determinada relación de derecho penal. La acción penal, agrega, “domina y da
carácter a todo el proceso, lo inicia y lo hace avanzar hasta su meta. De
acuerdo a Colín Sánchez, la anterior definición es la que mejor se adapta al
procedimiento penal en México.

No deja de ser interesante el concepto que da el maestro Rivera Silva, al


señalar que:

“La acción penal nace con el delito y la acción procesal se inicia cuando
principian las actividades ante el órgano jurisdiccional con la finalidad de que
declare el derecho en el caso concreto, extinguiéndose cuando cesan esas
actividades, es decir, refiriéndose a nuestro procedimiento legal y a un caso en
que no se interrumpe la secuela normal del procedimiento, la acción procesal
penal principia con la consignación y termina con el acto realizado por el
ministerio publico que precede a la sentencia firme”. 6

La acción en lato sensu, se entiende para los efectos penales como la


conducta humana voluntaria, manifestada por medio de un acto o de una
omisión, entendiéndose entonces que el en acto se ejecuta una actividad
positiva, se hace lo que no se debe hacer, se actúa violando una norma que
prohíbe; en la omisión se realiza una conducta negativa, es decir se deja de
hacer lo que se debe de hacer, se omite una obediencia a una regla o norma
que impone el deber ser.

6.
CARRANCA Y TRUJILLO Raúl, Derecho Penal, Edit. Porrúa, México 2007. P. 205

Con respecto al ejercicio de la acción penal existen dos principios: el de


legalidad y el de oportunidad.
4

El principio de legalidad se basa en que el órgano persecutorio debe ejercitar


la acción penal obligatoriamente cuando se reúnen los elementos legales
establecidos por la ley para su ejercicio, en este caso los señalados por el
artículo 16 constitucional.

Lo anterior nos pone de manifiesto que pesar de que en México el Ministerio


Público es el titular de la acción penal, esto no lo faculta para decidir libremente
sobre ella, y en ese sentido se manifiesta el jurista Carlos Franco Sodi cuando
establece que “El hecho de que corresponda el ejercicio de la acción al
ministerio público, no significa que este sea el dueño de la acción, de tal suerte
que pueda disponer de ella a su arbitrio.

El principio de oportunidad se refiere a que no es suficiente que se


verifiquen los presupuestos indispensables para su ejercicio, sino que es
necesario que el órgano encargado considere conveniente su ejercicio, debido
a que puede abstenerse cuando considere que el ejercicio de la acción puede
causar males mayores. (Escándalo público, peligro para la paz social,
complicaciones internacionales, etc.), basándose en su propia valoración y,
cuando así convenga a los intereses del propio Estado, atendiendo al interés
social”. 7

E. DENUNCIA:

Colín Sánchez define la denuncia como medio informativo que es utilizado para
hacer del conocimiento del ministerio publico, lo que se sabe acerca del delito,
ya sea que el propio portador de la noticia, sea el afectado o bien que la victima
u ofendido sea un tercero.

Por otro lado; Osorio y Nieto semana que la expresión denuncia, en su sentido
mas amplio, se entiende como un acto en el cual una persona hace del
conocimiento de alguna autoridad la verificación o comisión de determinados
hechos, con el objeto de que dicho órgano promueva o palique las
consecuencias jurídicas o sanciones previstas en la ley o los reglamentos para
tales hechos.

Para González Blanco, la denuncia es el medio legal por el cual se pone en


conocimiento del órgano competente la noticia de haberse cometido o que se
pretende cometer un hecho que la ley castiga como delito, siempre que sean
de aquellos que por disposición de ley se persigan de oficio.8

7.
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P.p. 58-59.
8.
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P. 330.
En términos de Florian, es la exposición de la noticia de la comisión del delito
hecha por el lesionado o por un tercero a los órganos competentes. Manzini la
define como el acto formal de un sujeto determinado, no obligado a cumplirlo,
con el que lleva al conocimiento de la autoridad competente la noticia de un
5

delito perseguible de oficio, lesivo o no del interés del denunciante, con o sin
indicación de pruebas y de personas a quienes se sospeche que hayan
cometido ese mismo delito o hayan formado parte del el.

Conforme a los apuntes del curso de formación para oficial secretario de la


procuraduría general de justicia del distrito federal, la palabra denuncia, o el
vocablo denunciar, desde un punto de vista gramatical, significa aviso, poner
en conocimiento de la autoridad competente, verbalmente o por escrito, lo que
se sabe respecto a la comisión de hechos que son o pueden ser delictivos.

La denuncia se define como el acto procedimental mediante el cual se pone en


conocimiento de la autoridad la comisión de un delito que se persigue de oficio.

Rivera Silva define la denuncia como la relación de actos que se suponen


delictuosos, hecha ante la autoridad investigadora, por cualquier persona, con
el fin de esta tenga conocimiento de ellos. La denuncia, definida en la forma
que antecede, contiene los siguientes elementos.

1. Relación de actos que se estiman delictuosos.

2. Hecha ante el órgano investigador.

3. Hecha por cualquier persona.

Podemos resumir entonces que la denuncia es el acto por el cual una persona
física pone en conocimiento del órgano investigador en forma oral o escrita, la
realización de un probable hecho delictuoso, ya sea que se haya cometido en
su perjuicio o de un tercero, a fin de que esta autoridad tome conocimiento de
los hechos narrados a fin de que se inicie la averiguación previa y la
preparación del ejercicio de la acción penal o procesal penal.9

F. LA QUERELLA

Rivera Silva define a este elemento de la averiguación previa como la relación


de hechos expuesta por el ofendido ante el órgano investigador, con el deseo
manifiesto de que se persiga al autor del delito.

El análisis de la definición arroja los siguientes elementos:

1. Una relación de hechos.

2. Que esa relación sea hecha por la parte ofendida.

3. Que se manifieste la queja, el deseo de perseguir al autor del delito.

9
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P.p. 330-331.
6

Para Colín Sánchez la querella es un hecho potestativo que tiene el ofendido


por el delito, para hacerlo del conocimiento de las autoridades y dar su
anuencia para que sea perseguido. En el sentido de González Blanco, la
querella es uno de los medios legales a que se recurre para poner en
conocimiento del órgano competente, que se ha cometido o pretende cometer
un delito, pero con la particularidad de que solo puede recurrir a ella la persona
ofendida o su legitimo representante, siempre que se trate de delitos que por
disposición de ley se persigan a instancia de parte y se exprese la voluntad de
que se proceda en contra del responsable.10

G. MINISTERIO PÚBLICO

El Ministerio Público surge como instrumento para la persecución del delito


ante los tribunales, en calidad de agente del interés social. De ahí que se le
denomine “representante social”.

“Es la institución unitaria y jerárquica dependiente del organismo ejecutivo, que


posee como funciones esenciales las de persecución de los delitos y el
ejercicio de la acción penal; intervención en otros procedimientos judiciales
para la defensa de intereses sociales de ausentes, menores e incapacitados, y
finalmente, como consultor y asesor de los Jueces y Tribunales." 11

Mientras tanto Carlos Barragán Salvatierra, establece en su obra de Derecho


en el Proceso penal que el Ministerio Publico es uno de los sujetos procesales
y parte del proceso, órgano que a la fecha tiene una serie de actividades tanto
dentro del derecho penal, como de otras ramas del derecho. Es una
Institución, de conformidad con la definición de Colín Sánchez, dependiente
del Estado, específicamente del Poder Ejecutivo que actúa en representación
del interés social en el ejercicio de la acción penal y la tutela social, en todos
aquellos casos que asignen las leyes. 12

Sergio García Ramírez lo define como una pieza fundamental del proceso
penal moderno en la mayoría de los países, “…instrumento toral del
procedimiento, así en la importantísima fase averiguatoria previa, verdadera
instrucción parajudicial o administrativa, como en el curso del proceso judicial,
donde el M.P. asume monopolísticamente o no, el ejercicio de la acción penal
en nombre del estado”. 13

10
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P. 331.
11
. Diccionario Jurídico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional
Autónoma de México, 7ª Edic. Edit. Porrúa, México, 1994.
12
. BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P.160.
13.
GARCIA Ramírez Sergio, Curso de Derecho Procesal Penal, Edit. Porrúa S.A. México 1989.P.251
7

A. ANTECEDENTES.

En la obra de Carlos Barragán Salvatierra se establecen los


antecedentes del Ministerio publico a partir de la Grecia antigua, en donde a
pesar del alto grado de desenvolvimiento jurídico al que llegaron, la figura del
Ministerio Publico era desconocida y se menciona solamente un símil en la
figura de los Arcontes, que de acuerdo al autor eran magistrados que
intervenían en los juicios y se encargaban de representar a los individuos que
por algún motivo presentaban alguna reclamación en contra de alguno de sus
semejantes.

Ya en Roma, de acuerdo a la regulación establecida en la ley de las


doce tablas, aparece la figura de los Judices Questiones, cuya actividad era
semejante a lo que en la actualidad conocemos como Ministerio Público y que
entre otras cosas se encargaba de comprobar los hechos delictuosos pero en
sentido opuesto se señala que su figura era más similar al órgano
jurisdiccional, por lo que no se puede considerar como su antecedente.

La mayoría de los autores coinciden que el antecedente del Ministerio


Publico se encuentra en Francia, con fundamento en la ordenanza del 23 de
marzo de 1302, en la que se instituyeron las atribuciones del antiguo
procurador y abogado del rey como una magistratura encargada de los
negocios judiciales de la corona.

“Ayarragaray sostiene que el ministerio público francés no tuvo orden


legislativo. Lo adoptaron y organizaron las ordenanzas y adquirió desarrollo
después del siglo XIV, al parejo de la evolución del procedimiento y de la
aparición del sistema por denuncia e inquisitorial. Despunto desde el siglo XII al
admitir el Papa Inocencio III la acusación pública y la denuncia, al lado de la
acusación privada.

Durante la Revolución Francesa se conservaron los comisarios del rey,


a quienes era preciso escuchar sobre la acusación en materia criminal y que
requerían del interés del la ley. Pero la iniciativa de la persecución se reservo a
funcionarios de la policía judicial, jueces de paz y oficiales de gendarmería. El
acusador público elegido popularmente, sostenía la acusación. En materia
correccional, el comisario del rey poseía la iniciativa de la persecución y
ejercitaba la acción penal.” 14

14.
GARCIA Ramírez Sergio, Curso de Derecho Procesal Penal, Edit. Porrúa S.A. México 1989.P.254
8

A mediados del siglo XIV el Ministerio Público interviene en forma


abierta en los juicios de orden penal; sus funciones se precisan en forma más
clara en la época napoleónica, en la que dependía del ejecutivo por
considerársele representante directo del interés social a la persecución de los
delitos.

A partir de ese momento empezó a funcionar dentro de la magistratura


dividiéndose, para el ejercicio de sus funciones, en secciones llamadas
parquets, cada uno formaba parte de un tribunal francés.
Los parquets tenían un procurador y varios auxiliares sustitutos en los
tribunales de justicia o sustitutos generales de abogados generales en los
tribunales de apelación.

Cuando concluyó la Revolución de 1789, se hicieron cambios a la


institución, desmembrándola en commissaires du roi encargados de promover
la acción penal y de la ejecución, y accusateurs publics. Que sostenían la
acusación en el debate. La tradición de la Monarquía le devolvió la unidad con
la ley del 13 de diciembre de 1799, tradición que fue continuada por la
organización Imperial de 1808 a 1810 de Napoleón, en que el Ministerio
Público organizado jerárquicamente bajo la dependencia del Poder Ejecutivo,
recibe por la ley del 20 de abril de 1810 el ordenamiento definitivo que de
Francia irradiaría a todos los Estados de Europa.

Respecto a la figura del Ministerio Publico en España, los lineamientos del


derecho francés fueron tomados por el derecho moderno, desde la época del
fuero juzgo había magistratura especial con facultades para actuar ante los
tribunales cuando no hubiera un interesado que acusara al delincuente, este
funcionario era un mandatario particular del rey, en cuya actuación
representaba al monarca.

En la Novísima Recopilación se reglamentaron las funciones del Ministerio


Fiscal, en las Ordenanzas de Medina (1489) se menciona a los fiscales,
posteriormente, durante el reinado de Felipe II se establecieron dos fiscales:
uno para los juicios civiles y otro en los criminales.

En un principio se encargaban de perseguir a quienes cometían infracciones


fiscales, después, para defender la jurisdicción y el patrimonio de la Hacienda
Real. 15

15
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P.163.
9

De manera posterior, el procurador fiscal formó parte de la Real Audiencia,


intervenía a favor de las causas públicas y donde tenía interés la Corona;
protegía a los indios para obtener justicia, tanto en lo civil como en lo criminal;
defendía la jurisdicción y el patrimonio de la Hacienda Real y también integraba
el Tribunal de la Inquisición. 16

Si bien en la baja Edad Media se planteaba la necesidad de que la Corona


estuviera representada en los tribunales superiores, el valor defendido no sólo
radicaba en la Ley, sino en el poder y autoridad del Soberano. Más adelante, a
falta de algún particular o en su refuerzo, el Fiscal actuaba como acusador;
mas no lo hacía en nombre de la sociedad ni pretendía salvaguardar los
valores sociales. Lo hacía como manifestación del poder del mismo Monarca,
quien en virtud de su señoría natural debía defender a sus vasallos. Así, no es
sino hasta la aparición de la corriente racionalista según la cual las leyes son
dadas en función de un bien social, cuando se empieza a ver el sistema de
fiscalías como representante de la sociedad.

En un principio se les llamó procuradores fiscales; después, simplemente


fiscales.

Los Fiscales de lo Civil tenían como función promover y defender los intereses
del Fisco; en cambio, los Fiscales del Crimen se encargaban de promover la
observancia de las leyes relacionadas con los delitos y penas respectivas,
convirtiéndose en acusadores públicos cuando era necesaria su intervención
para la aplicación de sanciones del orden penal.

En resumen: podemos decir que de España heredamos la figura de Promotor


o Procurador Fiscal o, simplemente llamado, el Fiscal, con base en las
disposiciones que rigieron durante la época colonial. Sus funciones principales
fueron: defender intereses tributarios de la Corona; perseguir los delitos y ser
acusadores en el proceso penal; y asesorar a los órganos que tenían a su
cargo la administración de justicia.

16
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P.163.
10

B. EL MINISTERIO PÚBLICO EN MEXICO.

Para dar un panorama más amplio sobre esta institución, es necesario hacer
un recuento histórico.

Derecho azteca.

En este derecho no existen antecedentes del Ministerio Público, porque


la persecución de los delitos estaba en manos de los jueces por delegación del
tlatoani (representaba a la divinidad y gozaba de la libertad para disponer de la
vida humana a su arbitrio; dentro de sus facultades estaba la de acusar y
perseguir a los delincuentes, pero generalmente la delegaba en los jueces); de
manera que las funciones de éste y las del cihuacoatl (vigilaba la recaudación
de los tributos, presidía el tribunal de apelación y era una especie de consejero
del monarca) eran jurisdiccionales, por lo cual no es posible identificarlos con el
Ministerio Público, puesto que si bien el delito era perseguido, se
encomendaba a los jueces realizar las investigaciones y aplicaban el derecho.

Época colonial.

En la persecución de los delitos imperaba una absoluta anarquía, puesto


que autoridades civiles, militares y religiosas invadían jurisdicciones, fijaban
multas y privaban de la libertad a las personas sin más limitación que su
capricho.

Lo anterior se pretendió remediar con diversos ordenamientos jurídicos,


como las Leyes de Indias, estableciéndose la obligación de respetar los
ordenamientos jurídicos de los indios, su gobierno, policía, usos y costumbres
siempre que no contravinieran al derecho hispano. La persecución de los
delitos en esta etapa no se encomendó a funcionarios o alguna institución en
particular: el virrey, los gobernadores, las capitanías generales, los
corregidores y muchas otras autoridades tuvieron atribuciones para ello.

El 9 de octubre de 1549, mediante una cédula real, se ordenó hacer una


selección para que los indios desempeñaran los puestos de jueces, regidores,
alguaciles, escribanos y ministros de justicia, especificándose que la justicia se
administrara de acuerdo con los usos y costumbres que habían regido.

De lo anterior, los alcaldes indios aprehendían a los delincuentes y los


caciques ejercían jurisdicción criminal en los pueblos, salvo las causas
sancionadas con pena de muerte, que era exclusiva de las Audiencias y
gobernadores. 17

17.
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P.p 163- 164.
11

Diversos tribunales apoyados en factores religiosos, económicos,


sociales y políticos trataron de encausar la conducta de los indios y españoles,
y la Audiencia, como el Tribunal de la Acordada y otros tribunales especiales
se encargaron de perseguir el delito.

Los fiscales antes de proclamarse la Independencia. Dentro de las


funciones de justicia aparece el fiscal, funcionario importado del derecho
español, quien se encargaba de promover la justicia y perseguir a los
delincuentes; aunque en estas funciones representaba a la sociedad ofendida
por los delitos, sin embargo, el Ministerio Público no existía como una
institución con los fines y caracteres conocidos en la actualidad.

El fiscal formó parte de la Audiencia en 1527, la cual se integró, entre


otros funcionarios, por dos fiscales, uno para lo civil y otro para lo criminal y por
oidores, cuya función era realizar la investigación desde su inicio hasta la
sentencia.

El promotor fiscal era quien llevaba la voz acusatoria en los juicios de la


Inquisición, era el mediador entre éste y el virrey, a quien le comunicaba las
resoluciones del tribunal y la fecha de celebración del acto de fe, también
denunciaba y perseguía a los herejes y enemigos de la Iglesia.

Constituciones y leyes a partir de la Independencia. La Constitución de


Apatzingán (1814) reconoció los fiscales auxiliares de la administración, uno
para el ramo civil y otro para lo criminal, su designación era a cargo del
Legislativo a proposición del Ejecutivo, duraba en su encargo cuatro años.

En la Constitución de 1824, el fiscal era un integrante de la Corte


Suprema de Justicia de la Nación, se equiparaba la jerarquía de éste con los
ministros y tenía el carácter de inamovible. Después, las Leyes
Constitucionales de 1836 lo establecieron como la anterior, dándole
inamovilidad en el cargo. De la misma manera, las Bases Orgánicas del 12 de
junio de 1843 reprodujeron el contenido de los anteriores cuerpos jurídicos. 18

18
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P.p 163 -166.
12

Años después se promulgaron las Bases para la Administración de la


República hasta la promulgación de la Constitución (elaborada por Lucas
Alamán el 22 de abril de 1853 bajo la dictadura de Santa Anna), para que los
intereses nacionales sean convenientemente atendidos en los negocios
contenciosos que versen sobre ellos, ya estén pendientes o se susciten en
adelante, promover cuanto convenga a la Hacienda Pública y que se proceda
en todos los ramos con los conocimientos necesarios en puntos de derecho, se
nombraba un procurador General de la Nación con sueldo de cuatro mil pesos;
honores y condecoración de ministro de la Corte Suprema de Justicia, en la
cual y en todos los tribunales superiores era recibido como parte por la Nación,
y en los inferiores cuando lo disponga así el respectivo ministerio y además
despachaba todos los informes en derecho que el gobierno le pida; era movible
a voluntad de éste y recibía instrucciones para sus procedimientos de los
respectivos ministerios (art. 90.).

La ley del 23 de noviembre de 1855 (gobierno de Comonfort) otorgó


injerencia a los fiscales para que intervengan en asuntos federales.

En la Constitución de 1857 continuaron los fiscales con igual categoría


que los ministros de la Corte y se desechó la idea de que fueran
representantes de la sociedad, debido a que el particular ofendido no debía ser
sustituido por ninguna institución, se consideraba también que al separar al
Ministerio Público de los órganos jurisdiccionales retardaría la acción de la
justicia.

Unos años después, el reglamento de la Corte Suprema de Justicia de la


Nación (29 de julio de 1862, Benito Juárez) estableció que el fiscal adscrito a la
Corte Suprema de Justicia fuere oído en todas las causas criminales o de
responsabilidad en los negocios relativos a la jurisdicción y competencia de los
tribunales y en las consultas sobre dudas de ley.

Se habla de un procurador general que sería oído por la Corte para


aquellos problemas en que resultara afectada la Hacienda Pública.
Después la Ley de Jurados Criminales de 1869 previno que se establecieran
tres promotores o procuradores fiscales representantes del Ministerio Público,
quienes eran independientes entre sí y no constituían una organización. Sus
funciones eran acusatorias ante el jurado, aunque desvinculadas del agravio
civil; acusaban en nombre de la sociedad por el daño que el delincuente
causaba. 19

19
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P.p 163 -166.
13

En los años 1880 y 1894 surgieron los códigos de Procedimientos


Penales, en los cuales se concibe al Ministerio Público como "una magistratura
instituida para pedir y auxiliar la pronta administración de la justicia en nombre
de la sociedad y para defender ante los Tribunales los intereses de ésta".
También se menciona a la policía judicial para la investigación del delito y la
reunión de pruebas.

Más tarde, una reforma constitucional del artículo 96, del 22 de mayo de
1900, señaló que la ley establecerá y organizará los Tribunales de Circuito, los
Juzgados de Distrito y el Ministerio Público de la Federación; los funcionarios
del Ministerio Público y el procurador General de la República que ha de
presidirlo, todos serán nombrados por el Ejecutivo.

La Ley Orgánica del Ministerio Público de 1903 pretendió dar relevancia


a éste e inspirándose en la organización de la institución francesa, se le otorga
la personalidad de parte en el juicio.

La Constitución de 1917. Con esta Carta Magna se unificaron las


facultades del Ministerio Público, haciéndose de éste una institución, un
organismo integral para perseguir el delito y con independencia absoluta del
Poder Judicial.

La actuación del Ministerio Público, que había sido indefinida y débil,


sobre todo en el ambiente rural en el que no había pasado de ser una simple
figura decorativa, según Colín Sánchez, adquirió fisonomía distinta en los
postulados esenciales de la Revolución mexicana, que lo estructura y le
imprime la dinámica necesaria para institucionalizarlo, por lo que sus funciones
en las múltiples y variadas intervenciones legales constituyen una auténtica
función social.

20
BARRAGAN Carlos, Derecho Procesal Penal, Edit. Mc Graw Hill. México 2005. P.p 163 -166.

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