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TEMA 36.

- EL DERECHO FINANCIERO: CONCEPTO, AUTONOMIA Y


CONTENIDO. EL DERECHO PRESUPUESTARIO: CONCEPTO Y CONTENIDO. LA
LEY DE HACIENDA DE CASTILLA LA MANCHA.

LA ACTIVIDAD FINANCIERA.

Señala Rodriguez Bereijo que la delimitación del campo de estudio del Derecho
Financiero y, por consiguiente, su definición puede hacerse desde dos enfoques
diferentes que, respectivamente, dan lugar a sendas concepciones de esta disciplina
jurídica.

Una concepción objetiva o material, desde la cual se trata de delimitar el


Derecho Financiero por razón de la materia sobre la que recaen sus normas, esto es,
sobre la concreta actividad que regula y que recibe la denominación técnica de
“actividad financiera”.

Una concepción subjetiva, que construye la noción de Derecho Financiero


fundamentalmente sobre la base del sujeto o Ente que tiene atribuido el ejercicio de la
función financiera (la Administración financiera o Hacienda Pública).

La concepción objetiva gira, pues, fundamentalmente en torno a la noción de


“actividad financiera” que puede caracterizarse, en una primera aproximación, como
aquélla dirigida a la obtención por el Estado (o la JCCM) de los medios económicos
precisos para satisfacer las necesidades colectivas y cumplir las funciones que en
cada momento tengan encomendadas.

De una forma más completa se ha definido la actividad financiera como la


“acción del Estado de detracción de ingresos de las economías privadas y su posterior
empleo o inversión en forma de gastos públicos” (R. Bereijo).

Así entendida, la actividad financiera comprendería los tres aspectos


siguientes, que componen el llamado “ciclo financiero”:
a) La obtención de ingresos.
b) La conservación y gestión de los fondos.
c) La aplicación de los mismos a los gastos públicos.

Dos consideraciones resultan inevitables al estudiar la noción de actividad


financiera: de una parte su carácter de “concepto encrucijada”, esto es, que puede ser
objeto de análisis, estudio y definición desde diversas perspectivas (la propiamente
jurídica, la económica e incluso la político-sociológica) y de otra su faceta de “concepto
histórico”, cuyo alcance y contenido real varía en función del papel que en tanto sujeto
económico se asigne al Estado.

Desde una perspectiva jurídica, que es la que debe interesarnos, y partiendo


de la clásica división tripartita de la actividad del Estado en legislativa, judicial y
administrativa, la financiera ha de encuadrarse dentro de esta última.

La actividad financiera aparece pues, en principio, como una actividad


administrativa, si bien los autores han puesto de relieve la existencia de las siguientes
notas que la individualizan y especifican dentro de esa actividad administrativa:

a) Su carácter instrumental o medial respecto del resto de actividades


estatales. La actividad financiera no cumple ninguno de los fines estatales,
pero posibilita la realización de todos; es una actividad preparatoria de
todas las demás actividades y funciones del Estado y este carácter
instrumental diferencia la actividad financiera del resto de especies de
actividades administrativas que son “actividades finales”, en tanto en cuanto
prestan servicios que actúan directamente sobre los fines del Estado.

Ahora bien, como se ha señalado, esta nota de instrumentalidad se


presenta de forma diferente según se trate de los gastos o de los ingresos:
los gastos son medio inmediato para la consecución de los fines del Estado,
mientras que los ingresos son el medio necesario para la realización de los
gastos públicos y en esta medida instrumento indirecto respecto de los fines
estatales.

b) La segunda nota característica de la actividad financiera es aquélla que la


distingue por los mecanismos o instrumentos a través de los cuales se
ejerce.
En este sentido, la actividad financiera aparece cualificada por referirse al
manejo de un bien instrumental por excelencia, que es el dinero. La
actividad financiera resulta inseparable de las normas que regulan la
obtención, administración, gestión y gasto por el Estado de los recursos
monetarios necesarios para la obtención de sus fines institucionales.

EL DERECHO FINANCIERO: CONCEPTO, AUTONOMIA Y CONTENIDO.

Definición

Expuestas las dos concepciones básicas (objetiva y subjetiva) desde las que
puede contemplarse el Derecho Financiero, puede decirse que el rasgo común a
muchas definiciones del mismo es su referencia a la materia acotada como objeto de
su estudio, teniendo en cuenta los tres momentos en que se puede descomponer ésta,
y que constituye, como hemos dicho, el llamado “ciclo financiero” (obtención de
recursos, gestión de los mismos y su erogación o gasto).

A este planteamiento responde la clásica definición de Pugliese para quien “el


Derecho Financiero es aquella disciplina que tiene por objeto el estudio sistemático del
conjunto de normas que regulan la recaudación, gestión y gasto de los medios
económicos necesarios al Estado y a los demás Entes Públicos para el desarrollo de
sus actividades y el estudio de las relaciones jurídicas entre los poderes y los órganos
del Estado, entre los ciudadanos y el Estado, y entre los propios ciudadanos que se
derivan de la aplicación de tales normas”.

La crítica a la definición anterior se fundamenta en entender que la misma parte


de una visión esquemática de las fases de la actividad financiera que no comprende la
totalidad de momentos que efectivamente se producen en el mecanismo jurídico de
dicha actividad (así, por ejemplo, la simplistamente denominada fase de “gasto”
comprende propiamente dos actos jurídicos separables: la ordenación del gasto y la
ordenación del pago).

En nuestra doctrina, Sainz de Bujanda, tratando de suministrar una definición


que abarque el ciclo completo de la actividad financiera y que, al propio tiempo, no
contradiga las fases de su desenvolvimiento jurídico, considera que el Derecho
financiero es “la disciplina que tiene por objeto el estudio sistemático de las normas
que regulan los recursos económicos que el Estado y los demás Entes públicos
pueden emplear para el cumplimiento de sus fines, así como el procedimiento jurídico
de percepción de los ingresos y de ordenación de los gastos y pagos que se destinan
al cumplimiento de los servicios públicos”.

Por su parte, Rodriguez Bereijo nos ofrece el siguiente concepto de Derecho


Financiero: “el ordenamiento propio y singular de la Hacienda Pública, esto es el
conjunto de normas que regulan el ejercicio de las funciones financieras del Estado y
demás Entes públicos”. De esta definición cabe deducir las siguientes notas
características del Derecho Financiero:

• Es un ordenamiento jurídico público, que comprende normas y


principios propios que pertenecen al campo del Derecho Público.
• Regula el ejercicio de una función pública, lo que implica que la
actuación de los Entes públicos está presidida por la realización de un fin
público: el fin instrumental del Ente, y porque el interés tutelado es un
interés público que se sitúa por encima de los intereses privados de los
particulares, con los cuales el Ente público entra en relación al ejercitar sus
funciones.
• La función pública es una función financiera, lo que supone que
solamente es Derecho Financiero el ejercicio de aquellas funciones
públicas que se propongan como objetivo la obtención de ingresos, la
administración y gestión de los recursos monetarios obtenidos y la
realización de los gastos en orden a la satisfacción de las necesidades
públicas.

Contenido

Las definiciones expuestas proporcionan una idea general sobre cuál es el


contenido del Derecho financiero, al que interesará que el Estado, en cuanto Estado
de Derecho, acomode su actividad financiera a un ordenamiento jurídico, y que sean
relaciones jurídicas las que se deriven de dicha actividad.

La generalidad de la doctrina divide este contenido en dos grandes áreas,


relativas a:

1.- La ordenación jurídica de los recursos económicos.


2.- La ordenación jurídica de la gestión financiera.

1.- Ordenación de los recursos económicos.


Los recursos económicos son agrupados, tradicionalmente, en dos grandes
categorías:

A) Ingresos de Derecho privado, obtenidos por el Estado y los demás entes


públicos actuando como un particular y que procederán tanto de bienes de
dominio público (demaniales) como de dominio privado (patrimoniales).
B) Ingresos de Derecho público, obtenidos de relaciones jurídico públicas, en
las que la Administración Pública actúa como tal, dotada de imperium, y
que suelen subdividirse según un criterio formalista, hoy de mínimo valor,
en:
a) Ingresos ordinarios, entre los que se incluyen los procedentes de los
tributos, las sanciones pecuniarias y los productos de los
monopolios fiscales.
b) Ingresos extraordinarios, entre los que se incluyen los impuestos
extraordinarios, el producto de la emisión de moneda y la Deuda
Pública.

2.- La ordenación jurídica de la gestión financiera.


En el análisis de la ordenación jurídica de la gestión financiera, podemos
diferenciar, a su vez, dos partes:

A) La ordenación jurídica de los Presupuestos Generales del Estado y los


actos administrativos a través de los cuales se obtienen los ingresos y se
ordenan los gastos y los pagos. Dicha ordenación la encontramos
fundamentalmente en el art. 31 y el Título VII de la Constitución de
27/XII/1978, y en las Leyes Generales Tributaria (ley 58/2003, de 17 de
diciembre) y Presupuestaria (ley 47/2003, de 26 de noviembre), que
constituyen la materialización de la voluntad codificadora en este ámbito del
Derecho.
B) La ordenación jurídica de la fiscalización de la gestión financiera del Estado,
cuyo soporte positivo lo encontramos, además de en las normas anteriores,
en la Ley Orgánica 2/1982, de 12 de mayo, del Tribunal de Cuentas y en la
Ley de Funcionamiento del mismo (ley 7/1988, de 5 de abril).
Autonomía

La construcción histórica del Derecho financiero como disciplina jurídica


concreta, se presenta como un proceso a través del cual, tras la correspondiente
polémica doctrinal, se ha ido afirmando su autonomía respecto de otras “ciencias” o
respecto de otras ramas del Derecho. Así, una cuestión no exenta de interés, pero hoy
resuelta, es la antigua polémica en relación con la Ciencia de la Hacienda. No
obstante, aún podemos encontrar posturas contrarias cuando se contempla esa
autonomía respecto al Derecho Administrativo, pues:

• La doctrina clásica considera la actividad financiera como un capítulo


del Derecho administrativo especial.
• Una postura intermedia sólo considera independiente al Derecho
tributario.
• La postura moderna admite la total independencia de ambos, teniendo
en cuenta que el Derecho financiero dispone de principios generales
propios y actúa coordinadamente con las demás disciplinas, sin romper la
unidad del Derecho.

Para Rodriguez Bereijo nos encontramos ante un ordenamiento propio y


singular de la Hacienda Pública, un conjunto de normas que regulan el ejercicio de las
funciones financieras del Estado y de los demás entes públicos, de donde se deduce
que nos encontramos ante:

• Un ordenamiento jurídico con normas y principios propios.


• Un ordenamiento que regula unas determinadas funciones públicas.
• Esas funciones son de naturaleza financiera e incluyen tres grandes
categorías (el ciclo financiero).

Por su parte, Calvo Ortega define unos principios generales que, aún no siendo
exclusivos del Derecho financiero, en esta disciplina se predican con una intensidad y
amplitud especiales:
• El principio de reserva de ley.
• El principio de preferencia de ley.
• El sometimiento a un control parlamentario a posteriori.
• El principio de la no discrecionalidad administrativa.
• El principio de la indisponibilidad administrativa de las situaciones
jurídicas subjetivas.

Al referirnos al contenido del Derecho financiero hemos visto que se incluye la total
actividad económico-financiera del sector público, actividad de creciente importancia
en los estados modernos.

Pues bien, dentro del Derecho financiero se ha desarrollado el fenómeno


tributario con claros indicios autónomos, considerando algunos autores que el Derecho
tributario se ha segregado del Derecho financiero, si bien Rodriguez Bereijo concluye
que aquél no es más que una parte especial de éste.

Por otra parte, algunas parcelas de la actividad financiera no se han


incorporado tradicionalmente a este disciplina que nos ocupa, como ocurre con el
patrimonio o la contratación, que se incluyen en el Derecho administrativo, o con los
ingresos vía precios que, derivando de relaciones contractuales, se incluirían en el
Derecho privado.

Las principales parcelas que integran el Derecho financiero, por tanto, serán:

• El Derecho presupuestario.
• El Derecho derogatorio o Derecho del gasto público.
• El ordenamiento jurídico del Tesoro.
• El ordenamiento jurídico del endeudamiento público.
• El Derecho de la Contabilidad pública.
• El control de la actividad financiera.

Por otra parte, dentro del ámbito subjetivo de esta disciplina no sólo se
contempla a la Hacienda Pública, en sus distintos niveles, sino que alcanza al
sector empresarial público integrado por las Entidades Empresariales
Autónomas y las sociedades mercantiles públicas y otras entidades de derecho
público análogas a las anteriores.

EL DERECHO PRESUPUESTARIO: CONCEPTO Y CONTENIDO.


CONCEPTO
En principio podemos decir que el Derecho Presupuestario es una de las dos
ramas del derecho Financiero que se presenta, en una primera aproximación, como la
“ordenación jurídica del gasto público”, teniendo en cuenta que esta ordenación gira en
torno a una institución fundamental del Derecho Público: el Presupuesto.

El fenómeno de desconexión del mecanismo de aprobación y aplicación de los


tributos respecto de la aprobación de la Ley de Presupuestos, que se produjo a
comienzos del XIX, tuvo como consecuencia fundamental la pérdida de gran parte de
la significación jurídica del estado de ingresos del Presupuesto, pasando de ser una
autorización a convertirse en una mera estimación o cálculo, comenzando de este
modo el sistema tributario a configurarse y estructurarse en torno a las Leyes
Tributarias propias, de vigencia incondicionada y permanente, circunstancia que en
nuestro país encuentra no sólo una positiva expresión en las leyes ordinarias( por
ejemplo artículo 10 de la Ley 57/2003 General Tributaria establece que “las normas
tributarias entrarán en vigor a los veinte días de su completa publicación en el boletín
oficial que corresponda, y serán aplicarán por plazo indefinido” y no precisan ser
revalidadas por la Ley Presupuestaria), sino incluso un respaldo en la misma
Constitución, cuyo artículo 134 en su apartado 7º. Expresamente determina: “ La Ley
de Presupuestos no puede crear tributos. Podrá modificarlos cuando una ley tributaria
sustantiva así lo prevea”.

Todo ello lleva a la consideración de que en los ordenamientos jurídicos en


que, como el nuestro, el sistema tributario es de carácter permanente y no rige el
principio de anualidad de los tributos, el carácter normativo del Presupuesto como
institución jurídica se concreta de forma esencial en la otra gran faceta de la actividad
financiera: el gasto público, con lo que el Derecho Presupuestario debe así
considerarse fundamentalmente como un Derecho de los gasto públicos.

Sobre la base señalada, Rodriguez Bereijo proporciona el siguiente concepto


de Derecho Presupuestario: “ conjunto de normas y principios jurídicos que regulan la
preparación, aprobación, ejecución y control del Presupuesto del Estado y de los
demás entes públicos”.

Ha de tenerse en cuenta no obstante, señala el profesor R. Bereijo, que las


anteriores afirmaciones sobre el efecto de la Ley del Presupuesto con relación a los
ingresos y la configuración del Derecho Presupuestario como un derecho de los
gastos públicos, no implica necesariamente que el Presupuesto en materia de
ingresos públicos sea irrelevante y carezca de toda significación; ya que cabe afirmar
que el estado de ingresos cumple la función de “explicar, dar sentido y justificar” los
gastos consignados en el correspondiente estado. No en el sentido de que los
ingresos justifican los gastos, sino más bien en el de que el cálculo o estimación de
los ingresos para un ejercicio constituye el “punto de conexión imprescindible para
valorar la política de gasto público del Gobierno y, por tanto, medio imprescindible del
control político-financiero del poder Legislativo sobre el Ejecutivo”

Junto a ello, no cabe desconocer la trascendencia jurídica que directamente


puede alcanzar la Ley de Presupuestos en materia tributaria, si no en un sentido
“estructural”, sí mediante las modificaciones conyunturales, previstas por las diversas
leyes especiales de los diversos tributos, y que resultan un instrumento básico para la
orientación de la política tributaria ( y económica en general) en cada respectivo
ejercicio, como ponen de relieve las últimas Leyes de Presupuestos de nuestro país.

CONTENIDO

De la exposición desarrollada en el primer apartado de esta epígrafe puede


deducirse en primer lugar que el objeto del Derecho Presupuestario vendría
representado en un sentido amplio por la regulación jurídica del gasto público.

Sobre la base de la definición de Derecho Presupuestario antes transcrita,


cabría identificar su contenido con la regulación de los distintos aspectos del ciclo
presupuestario (elaboración, aprobación, ejecución y control), siempre teniendo en
cuenta que la transcendencia jurídica de la institución contemplada se desenvuelve
fundamentalmente en el campo del gasto público.

Concretamente R. Bereijo considera que el contenido del Derecho


Presupuestario puede resumirse en los siguientes órdenes de cuestiones:

1º Aspecto jurídico-político: conjunto de normas dirigidas a regular las relaciones entre


los Poderes del Estado - Legislativo y Ejecutivo - en orden a la conformación del ciclo
presupuestario. Por lo que corresponde al Derecho Presupuestario la regulación de la
distribución de competencias en materia de preparación, aprobación, ejecución y
control del programa de ingresos y gastos del Estado.
2º Aspecto jurídico-financiero: efectos que el Presupuesto, en cuanto a Ley, tiene con
respecto a los ingresos y a los gastos públicos; con respecto a los derechos subjetivos
de los particulares y con respecto al ordenamiento jurídico y a las leyes de financieras
preexistentes.

En este segundo orden de cuestiones el Derecho Presupuestario contiene dos tipos de


mecanismos jurídicos:
a) Autorizaciones legislativas: dotando a la Administración Pública de los medios
económicos necesarios para el desarrollo de sus funciones, mediante la concesión
de créditos necesarios para atender a sus gastos.
b) Limitaciones: normas de delimitación en un doble sentido: en primer lugar, en la
esfera interna, en cuanto se disciplina imperativamente el ejercicio de la potestad
financiera de la Administración en materia de gastos públicos, reglando el ejercicio
de las competencias de la administración en el manejo de los caudales públicos.
En segundo lugar, limitaciones en la esfera externa, en cuanto la Ley del
Presupuesto afecta a las situaciones jurídicas de los particulares frente al Estado
(fundamentalmente derechos de crédito de los particulares frente al Estado), cuya
efectividad, o incluso su validez, está supeditada al Presupuesto, en la medida en
que éste es el límite financiero de la actuación de la Administración o incluso
requisito para la legalidad de los actos administrativos.

LA LEY DE HACIENDA DE CASTILLA LA MANCHA: ESTRUCTURA Y PRINCIPIOS


GENERALES.

INTRODUCCIÓN.

El Estatuto de Autonomía de Castilla La Mancha establece en su Disposición


Transitoria Cuarta la aplicación de la legislación estatal en aquellas materias que no
hubieran sido reguladas por leyes aprobadas por las Cortes Regionales. Hasta la
promulgación de la Ley de Hacienda, las sucesivas leyes de presupuestos Generales
de la JCCM venían recogiendo la aplicación directa, en la regulación de la actividad
económico finaicera regional, de la Ley General Presupuestaria, cuyo texto refundido
fue aprobado por Real Decreto Legislativo 1091/1988, de 23 de septiembre.

Aun cuando la aplicación de la legislación estatal a las actividades económico-


financieras, presupuestarias y contables de nuestra Comunidad Autónoma no produjo
dificultades insalvables, sin embargo, la existencia de un ámbito competencial y una
estructura administrativa diferente de la estatal, hacían necesaria una constante tarea
de interpretación de los preceptos estatales. Asimismo, la obvia necesidad de que la
Comunidad Autónoma dispusiera de normas sustantivas emanadas de su propia
potestad legislativa, que regularan de manera diferenciada situaciones peculiares de la
región, adaptándose a su propia ambito territorial, marco estatutario y estructura
organizativa; hicieron recomendable la promulgación de la Ley de Hacienda regional, a
fin de sentar las bases normativas y los principios ordenadores de la Hacienda de la
Comunidad Autónoma y de su administración.

A tal fin se promulgó la Ley 6/1997, de 10 de julio, de Hacienda de Castilla La


Mancha, que posteriormente fue modificada por la Ley 2/2000, de 26 de mayo,
además de por las disposiciones contenidas en las sucesivas leyes de presupuestos
generales (ley 9/2000 y ley 14/2001). Debido a tales modificaciones, se consideró
necesaria la elaboración de un texto refundido que adecuara los preceptos de la ley a
las modificaciones operadas por tales normas, lo que dio lugar a la promulgación del
Decreto Legislativo 1/2002, de 19 de noviembre, que aprueba el Texto refundido de la
Ley de Hacienda de Castilla La Mancha (en adelante TRLHCLM o Ley de Hacienda).

ESTRUCTURA.

Las materias reguladas por el Decreto Legislativo 1/2002, de 19 de noviembre,


que aprueba el Texto refundido de la Ley de Hacienda de Castilla La Mancha, se
estructuran en los siguientes Títulos:

Título Preliminar.- De los principios generales. En este título se define el


contenido y ámbito de aplicación de la Ley (capítulo 1º), se establece el régimen de
competencias (capítulo 2º) y se procede a enunciar los principios generales que
informan el desarrollo de la actividad económico-financiera (capítulo 3º).

Título Primero.- Del Régimen de la Hacienda Pública de Castilla La Mancha. En


él se regulan y especifican los derechos (capítulo 1º) y obligaciones (capítulo 2º) de la
hacienda regional.

Título Segundo.- De los Presupuestos Generales:


Capítulo 1º. Se desarrollan cuestiones relativas al contenido y procedimeinto de
tramitación del presupuesto de la JCCM.
Capítulo 2º. Se dedica al régimen de los créditos y sus modificaciones.
Capítulo 3º. Ejecución y liquidación de los presupuestos.
Capítulo 4º. Regulación específica de las ayudas y subvenciones públicas, de gran
importancia cuantitativa en los Presupuestos Generales de la JCCM.

Título Tercero.- De la Tesorería y de las operaciones financieras. Se definen


las funciones de la Tesorería General de la JCCM y su consideración como única, y
comprensiva de todos los recursos de la Administración Regional (Capítulo 1º) . En los
capítulos 2 y 3 se definen las operaciones financieras y los avales.

Título Cuarto.- Del Control interno:


Capítulo 1º. Disposiciones comunes. Se definen las funciones de la Intervención
General de la JCCM.
Capítulo 2º. De la Función Interventora. Contenido y modos de ejecución de la función
interventora, en especial de la fiscalización previa.
Capítulo 3º. Del control financiero. Procedimiento y formas de ejercicio de este control.

Título Quinto.- De la Contabilidad pública. Dividido en dos capítulos: uno sobre


disposiciones generales y otro sobre el contenido básico de la Cuenta General.

Título Sexto.- De las Responsabilidades. Establece las responsabilidades en


que puedan incurrir quienes en el manejo de los fondos públicos puedan perjudicar a
la Hacienda Pública de Castilla La Mancha.

Por último, la Ley de Hacienda Regional concluye con seis Disposiciones


Adicionales (destacando por su transcendencia la creación del Tribunal Económico
Administrativo de la JCCM) , una Transitoria y dos Derogatorias con una relación de
las disposiciones anteriores que mantienen su vigencia.

PRINCIPIOS GENERALES.

Como acabamos de señalar, el Título Preliminar de la Ley de Hacienda de


CLM, recoge los "Principios generales" que resumen y sintetizan los criterios
principales en los que se inspira para regular la materia objeto de la misma, y que
luego, en los títulos sucesivos, irá desarrollando en su casi totalidad.

En concreto, como principios generales recogidos a lo largo de todo este Título


Preliminar, podríamos señalar los siguientes:
• Principio de legalidad
• Principio de gestión eficaz.
• Principio de Reserva de Ley.
• Principio de Unidad de Caja.
• Principio de Presupuesto Anual.
• Principio de Control.
• Principio de Contabilidad.
• Principio de gestión responsable.

Antes de comenzar con el análisis de cada uno de estos principios, es


interesante conocer el ámbito de aplicación de la Ley de Hacienda. Así en los artículoS
1º, 2º y 4º se hace referencia al sector público regional, como receptor de los principios
y normas que en la Ley se contienen. En el artículo 4º de la Ley, se definen como
integrantes del sector público regional:

• Los órganos de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha regulados por el


Estatuto de Autonomía y los vinculados y dependientes de éstos.
• La Administración de la JCCM, sus organismos autónomos, entidades y empresas
públicas.

1. Legalidad
La JCCM organizará y desarrollará sus sistemas y procedimeintos de
gestión económico-financiera con sometimiento pleno a la Ley u al derecho y servira
´con objetividad los intereses generales de la región en el marco del Estatuto de
Autonomía.

2. Gestión eficaz.
El gasto público de la JCCM realizará una asignación equitativa de los
recursos púlicos, y su programación y ejecución responderá a los principios de eficacia
y economía., así como a los de solidaridad, equilibrio y territorialidad, procurando la
objetividad y transparencia en la administración de los recursos públicos.

3. Principio de reserva de Ley.


La Ley de Hacienda establece en su artículo 12º una serie de materias (las
más importantes y de mayor trascendencia desde el punto de vista financiero) cuya
regulación se "reserva" de modo exclusivo a "ley votada en Cortes". En concreto,
estas materias son:

a) Los Presupuestos Generales de la JCCM.


La concesión de créditos extraordinarios y suplementos de crédito.
El establecimiento, supresión y modificación de los tributos propios y de los recargos
que pudieren establecerse.
El régimen de la Deuda Pública.
El régimen del Patrimonio y de la Contratación, en el marco de la legislación básica
del Estado.
El régimen general y especial en materia financiera de las entidades que, en su caso,
integren el sector público regional.
El régimen y concesión de avales.
Las demás materias que según las leyes hayan de ser reguladas con normas de este
rango.

4. Principio de Unidad de Caja.

El Principio de Unidad de Caja supone la centralización de todos los fondos y


valores de la Hacienda Pública, lo que comporta el establecimiento de una
administración especial para, de esa forma centralizada, percibir los ingresos y realizar
los pagos (El Tesoro Público). En este sentido, el artículo 13.4 de la Ley de Hacienda
determina: "En la Tesorería General se integrarán y custodiarán los fondos y valores
de Hacienda Pública de Castilla La Mancha".

Por su parte, el artículo 82 de la misma Ley señala que "constituyen la


Tesorería General todos los recursos financieros, sean dinero, valores o créditos, tanto
por operaciones presupuestarias como extrapresupuestarias".

5. Principio del presupuesto anual.

Señala en este sentido el artículo 13.1 que "la JCCM está sometida al régimen
de presupuesto anual aprobado por las Cortes".

El artículo 36 establece una regulación totalmente ajustada a las exigencias del


principio que nos ocupa, consagrando la siguiente regla: El ejercicio presupuestario
coincidirá con el año natural y a él se imputarán:
a) Los derechos liquidados durante el mismo, cualquiera que sea el período de que
deriven.
b) Las obligaciones reconocidas hasta el fin de mes de enero siguiente, siempre que
correspondan a adquisiciones, obras, servicios, prestaciones o gastos en general
realizados antes de la expiración del ejercicio presupuestario y con cargo a los
respectivos créditos.

6. Principio de control.

Por el Principio de Control, se articulan una serie de sistemas tendentes a


comprobar si efectivamente la Administración, al ejecutar el presupuesto de cada año,
se ciñe al mandato que recibió del Poder Legislativo, que lo aprobó.

El control así entendido puede realizarse de diversas formas y adoptar distintas


modalidades según cuál sea el órgano que lo realice. Atendiendo al órgano que lo
realiza, se habla de los siguientes tipos de control:
a) Control administrativo-interno: efectuado por la propia Administración, que,
en definitiva, "autocontrola" la gestión presupuestaria por ella misma realizada.
b) Control externo: efectuado por órganos de tal naturaleza, fundamentalmente
a través del examen de una "Cuenta General", que de modo retrospectivo recoge la
ejecución del Presupuesto de cada ejercicio, y que va a permitir un "enjuiciamiento"
global del grado de cumplimiento de los mandatos presupuestarios del Parlamento,
por parte del Poder ejecutivo.
c) Control político: realizado por el propio Parlamento, que aprobó el
presupuesto.

Desde esta primera perspectiva, la Ley de Hacienda admite el "control


administrativo-interno" atribuido a la Intervención General de la JCCM (art. 14), y en el
"externo", por medio de la Sindicatura de Cuentas (art. 15); la articulación del "control
político" se contiene en el precitado artículo 15.

7. Principio de gestión responsable.


Complementando a las actuaciones de control indicadas en los párrafos
anteriores, este principio, regulado en el art. 59, hace referencia a la asunción
responsable de las decisiones aoptadas para llevar a cabo las competencias de
gestión financiera, con independencia de los actos de control o asesoramiento
formulados por otros órganos. Para ello, los órganos gestores del presupuesto deben
establecer mecanismos de control para supervisar las actuaciones de contenido
financiero que lleven a cabo sus unidades. Es decir, el ejercicio responsable de la
gestión financiera ha de prever actividades de supervisión y autocontrol, distintas a las
llevadas a cabo por los órganos de control interno (Intervención General).

8. Principio de contabilidad (o publicidad).

El artículo 15 preceptúa: "La JJCM queda sometida al régimen de contabilidad


tanto para reflejar toda clase de operaciones y de resultados de su actividad, como
para facilitar datos e información en general que sean necesarios para el desarrollo de
su actividad".

El principio en cuestión es desarrollado en el Titulo Quinto de la Ley dentro del


cual se contienen las siguientes reglas:

"La JCCM queda sometida al régimen de la Contabilidad pública " (art. 106).

"La sujeción al régimen de la contabilidad pública lleva consigo la obligación de


rendir cuentas de las respectivas operaciones, cualquiera que sea su naturaleza, a la
Sindicatura de Cuentas por conducto de la Intervención General de la JCCM” (art. 107)

Por su parte, el artículo 108 determina que "compete a la Consejería de


Economía y Hacienda la organización de la contabilidad pública al servicio de los
siguientes fines:

a) Registrar la ejecución de los presupuestos en sus distintas modalidades.


b) Conocer el movimiento y la situación de la Tesorería.
c) Reflejar las variaciones, composición y situación del Patrimonio.
d) Proporcionar los datos necesarios para la formalización y rendición de la
Cuenta General.
e) Facilitar los datos y demás antecedentes que sean precisos para la
confección de las cuentas económicas del sector público.
f) Rendir la información económica y financiera que sea necesaria para la toma
de decisiones, tanto en el orden político como en el de gestión".

Los párrafos 1º y 2º del artículo 110 configuran la Intervención General de la


JCCM como Centro directivo y gestor, respectivamente, de la Contabilidad pública.

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