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- Síndrome de la no conciencia
- Pseudodemencia: La histérica puede ocurrir como fenómeno aislado.
- Psicosis de la prisión: No son psicóticos en sentido convencional, incluso en estas
circunstancias es de rara ocurrencia y no es más frecuente que con otros factores de
estrés.
En 1855 será Snell el que describe un caso clínico al respecto y en 1855 Moeli
observó que determinados prisioneros a la espera de juicio podían desarrollar una
especie de estado confusional transitorio.
Kraepelin en 1915 tomó partido por Ganser. Lo relacionó con estados histéricos
transitorios destacando el estado confusional.
Withlock por su parte en 1967 indicó que no sólo ocurría en las prisiones.
Describió 6 casos, 5 de ellos con evidencia de daño cerebral y el otro de
esquizofrenia. Señaló la importancia de Vorbeireden como hecho diagnóstico pero
agregó que sólo no era suficiente. Lo contempló mas como una condición de
psicosis que como histeria.
Withlock en 1983 indicó que pocos casos en los 40 años anteriores presentaban
el cuadro completo. En 1987 concluyó que el Sd de Ganser es un diagnóstico de
enfermedad psiquiátrica completamente justificado.
Scott recomendó una distinción entre aquellos con sindrome completo y los que
presentaban fenómeno de aproximación de respuestas.
El único estudio epidemiológico de gran escala parece ser de Tsoi quien encontró
veinte sospechosos y diez casos típicos de Sd de Ganser entre 1200 ingresados de
una población de dos millones.
Aspectos clínicos:
- Desorientación temporoespacial.
Fisiopatología:
Los investigadores han encontrado pacientes con etiología orgánica tales como
herida craneal, demencia, alcoholismo, epilepsia, ictus, infección cerebral…
Se han propuesto también explicaciones psicológicas, una común explicación
psicodinámica es la urgente necesidad de evitar una situación desagradable y evitar
de este modo la responsabilidad. Esto lo situaría en la esfera disociativa. Otros
encontraron estos síntomas en pacientes diagnosticados de esquizofrenia o catatonia
y enfatizaron la naturaleza psicótica o catatónica del síndrome.
Cumpliría tres de los cuatro criterios de Skotowe, de los cuales uno o más están
presentes en la histeria:
Diagnostico diferencial:
Hay semejanzas con otros estados crepusculares no histéricos tal como el que
ocurre en ciertas condiciones epilépticas. Una alteración del lóbulo temporal podría
producir disminución del conocimiento ambiental, disminución de la atención,
concentración y memoria, retardo psicomotor y alucinaciones visuales y auditivas.
Pueden responder del todo, sólo extremadamente despacio, y a veces dan
respuestas equivocadas, Vorbeighen o Vorbereiden no es evidente en esta
condición.
Si hay dudas realizar electroencefalograma.
Sd de Ganser y esquizofrenia:
Es considerado muy raro. Algunos han notado que es más frecuente en aquellos con
un estatus de minoría racial. No hay datos concluyentes en relación a la edad y el sexo.
Pruebas complementarias:
- Analítica completa.
- Estudios de imagen.
- EEG.
- Punción lumbar si hay sospecha de meningitis o encefalitis.
Tratamiento:
La historia natural es hacia la recuperación. La fase aguda causa tanto estrés que el
ingreso hospitalario es necesario. La recuperación se producirá en unos pocos días
especialmente si el paciente puede empezar a ver una solución a algunos de sus
problemas reales y la posibilidad de una ayuda con otros.
Habría que buscar si existe una enfermedad depresiva añadida que precise
tratamiento apropiado. Aunque los síntomas ganserianos desaparezcan los depresivos
pueden persistir.
Raramente es necesaria usar medicación. Con limitados usos se han utilizado BDZ y
antipsicóticos a dosis bajas.
Conclusiones:
Los hechos psicológicos del Síndrome de Ganser pueden ser vistos como un
vuelo de la realidad a la enfermedad mental, la disociación permitiría escapar de una
situación intolerable (ganancia primaria). Los síntomas conversivos enfatizan la
creencia de estar enfermo, este beneficio del rol de enfermo puede ser considerada
como beneficio secundario.
Charles Dike no incluye a este proceso dentro de los que se caracterizan por
presentar mentiras patológicas y S.J.M. Ganser señala que aunque lo pueda
aparentar no hay engaño, no hay mentira, no es malingering.
Bibliografía:
- Marla Wax Deibler, M.A et al. Ganser´s Syndrome in a Man with AIDS.
Psychosomatics.; Jul/Aug 2003; 44, 4. 342-345.
Definición:
Las personas con trastorno facticio con predominio de de signos físicos suelen ser
admitidos en los servicios de urgencias con una historia aguda pero no del todo
convincente. Su actitud suele ser evasiva y truculenta y se puede poner de manifiesto
que han sido atendidos en otros hospitales siendo dados de alta de forma voluntaria.
El Síndrome de Munchausen fue definido por Richard Asher en 1951 considerándose
una forma grave y poco frecuente de trastorno facticio, en este caso con predominio de
signos y síntomas físicos.
Asher utilizó este térmimo porque lo encontró relacionado con las historias que se
relatan en las aventuras del Barón alemán en la obra de Rudolf Erich Raspe en 1784 y la
pseudología fantástica que caracteriza a muchos de estos pacientes.
También fue denominado por Kraepelin como timadores de hospitales, otros lo han
definido como adicción a los hospitales, vagabundos de los hospitales, adicción
poliquirúrgica, síndrome del paciente profesional (Leamon y cols 2000).
Abed en un artículo en 1995 nos propone una variante que serían las falsas
confesiones voluntarias en pacientes diagnosticados de Síndrome de Munchausen. Lo
considerarían como la forma más extrema dentro de los trastornos facticios.
Las falsas confesiones voluntarias serían una variación y una extensión de las
mentiras patológicas ya existentes en este síndrome.
Hay un subtipo de pacientes femeninas que presentan una variante de la forma clásica,
en la cual repiten una reducida lista de síntomas. Exhiben menos comorbilidad a nivel
de alteraciones de la personalidad y tienen una fuerte tendencia a formar una alianza con
los profesionales.
Huffman y Stern en un artículo en el año 2003 hipotetizan sobre las posibles causas de
esa baja incidencia argumentando un posible infradiagnostico del cuadro. La
presentación mixta de estos pacientes con características de alteraciones de la
personalidad, trastorno facticio, y simulación a menudo lleva a los médicos a frenar su
diagnóstico.
Hay una resistencia a etiquetar a estos pacientes con este síndrome. Podría ser porque
una vez diagnosticado de trastorno facticio, temen que si vuelve a acudir a urgencias el
paciente se le vuelva a atribuir la queja como facticia y los síntomas queden
Infrainvestigados.
Fisiopatología:
Los pacientes son reacios a aceptar que el trastorno es facticio y son marcadamente
resistentes a la intervención de los psiquiatras. La información es a menudo difícil de
obtener.
Causas y Motivaciones:
Clínica:
Diagnóstico diferencial:
En el trastorno facticio esta marcado por la activa simulación que les permite asumir
el rol de paciente, mientras que en la conversión se produciría la clínica por conflictos
inconscientes lo que llevaría a considerar que los síntomas no se producen de forma
intencionada.
En líneas generales las patologías que primero que hay que abordar en el diagnóstico
diferencial son los cuadros físicos, más allá de ellos tendríamos los trastornos de
somatización, los de conversión y la simulación (malingering).
Los simuladores intencionadamente fingen los síntomas para obtener una ganancia
externa.
Producción de síntomas Ganancia Procesos dolorosos o de riesgo
Tratamiento:
El objetivo no sería invalidar a los pacientes sino construir una buena alianza para
conseguir un seguimiento aceptable.
1. Casi siempre declinan el ofrecimiento del psiquiatra, aspecto que debe constar en
su historia.
2. Estos pacientes generalmente no presentan criterios para realizar ingresos
involuntarios en el hospital. No son ni homicidas ni suicidas y su trastorno mental
no les suele incapacitar para tomar decisiones en su vida diaria.
Definición:
Este autor presentaba casos clínicos donde los niños presentaban una serie síntomas
que hacían presagiar una enfermedad multisistémica atípica lo que ocasionaba múltiples
estudios en hospitales diferentes con el consecuente número elevado de pruebas
diagnósticas y tratamientos innecesarios potencialmente dañinos.
El chico no suele contradecir la información aportada por los adultos por miedo. El
resultado puede ser lesiones serias o incluso la muerte. Por tanto las autoridades
consideran una forma letal de abuso a la infancia en la cual la acción es voluntaria, no
impulsiva, y potencialmente dañina para el desarrollo del menor.
Fisiopatología:
Podría ser explicada también por una relación paternal patológica con el niño. De esta
manera la madre recibiría una recompensa psicológica desde el equipo médico.
Epidemiología:
Clínica:
Características de la madre:
1. Dependientes.
2. Alta negación.
3. Muy apoyados en el cónyuge.
4. Poca participación. Puede que nunca visiten el hospital.
Diez señales para pensar en Munchausen por poderes (Salud Global. Figuerido):
1. Síntomas fabricados.
2. Enfermedad crónica inexplicable.
3. Discrepancia anamnesis/hallazgos.
4. Signos y síntomas raros.
5. Sólo se dan en presencia de la madre.
6. Madre colega.
7. Intolerancia a todos los tratamientos.
8. Madre indiferente al pronóstico.
9. Madre Munchausen a su vez.
10. Antecedentes de muertes no explicadas en la familia.
Tratamiento:
Si los padres, que deberían cuidar a los niños, están dañándolos y se niegan a cooperar
se debe avisar a los servicios sociales comunitarios. Habría que intervenir con un
abanico de la menos a la más restrictiva:
1. El niño debe ser colocado en un ambiente seguro donde sus síntomas puedan
ser monitorizados en ausencia del paciente con síndrome de Munchausen por
poderes. El chico puede recibir las terapias adecuadas.
2. Terapia de juego o terapia individual dependiendo de la edad del niño.
3. Un terapeuta que sea familiar con el caso debe ser el responsable de
monitorizar y tratar al niño.
4. Dependiendo de las leyes locales, los servicio sociales deben ser avisados.
El tratamiento para el paciente incluiría:
1. Estudio clínico.
2. La terapia individual es usada para disminuir la ansiedad, estresares, y otros
problemas que perpetuan la enfermedad.
3. El éxito del tratamiento dependerá de la capacidad del paciente de romper la
negación y aceptar una terapia.
4. Si no lo aceptara su pronóstico sería pobre.
5. Educación para padres son necesarias para enseñar al paciente como afrontar la
paternidad de manera efectiva mientras va conociendo sus necesidades.
Evolución y Pronóstico:
Si los pacientes son acusados de cometer un crimen tienen que se arrestados y podrían
ser encarcelados.
¿Uso de neuroimagen?:
La ausencia de una contribución endógena a la enfermedad puede ser tan oscura que
asegurar que una aportación exógena, la culpa, es peligroso.
Eric Mart nos plantea en su libro una visión crítica al síndrome que venimos
abordando. Plantea que quizás no exista un infradiagnóstico sino más bien exceso del
mismo.
Señala que la literatura está más centrada en los casos clínicos más que en estudios
epidemiológicos y que cuando estos se realizan no son de la rigurosidad necesaria.
En relación con las características de las madres señala que los estudios estadísticos
realizados no permiten una clara distinción con las madres de los enfermos crónicos.
Bibliografía:
DETECCION DE LA MENTIRA
¿Cómo podemos detectar las mentiras?, esa es una pregunta de difícil respuesta. En los
últimos años hemos ido viendo diferentes publicaciones donde los autores nos van
argumentando sus impresiones sobre las diferentes técnicas disponibles. Repasaremos
desde los métodos tradicionales hasta la estimulación cerebral no invasiva, pasando por
el polígrafo, la resonancia funcional y otras técnicas más impensables unos años atrás.
Métodos tradicionales:
En ocasiones que te pillen una mentira trae consecuencias peores que lo que has hecho
mal (la mentira te promete una evitación de cualquier pérdida).
1. El objetivo es no deseado
2. El engaño es totalmente egoísta, y el objetivo no se beneficia del mismo y
pierde mucho más de lo que el mentiroso gana.
3. El engaño es no autorizado y la situación es una en la cual la honestidad es
autorizada.
4. El mentiroso no ha estado practicando el engaño por un largo tiempo.
5. El mentiroso esta personalmente familiarizado con el objetivo.
6. El objetivo no puede ser fácilmente tachado de crédulo.
7. Hay una razón para el objetivo para ser engañado.
Una razón por la que se aprecian más pistas del engaño en la cara que en las palabras
es que la primera está directamente conectada con áreas cerebrales envueltas en la
emoción. Además el mentiroso tiene más feedback con las palabras y así puede ir
corrigiendo.
La voz también está conectada con áreas cerebrales de la emoción, es muy difícil
esconder los cambios durante la emoción y se tiene poco feedback.
El cuerpo está también otra fuente buena para pillar un engaño. Normalmente no
ocultan nada porque se está pendiente de la cara y de las palabras.
Freud señalaba que los lapsus linguales no eran accidentes y que revelaban conflictos
internos no resueltos. “La supresión de la intención del hablante de decir algo es la
condición indispensable para la ocurrencia de un lapsus”.
La más común de las pistas en el lenguaje hablado son las pausas (demasiado largas o
frecuentes). Errores en el discurso son también pistas: “ah, aaa, I, I, I mean..”.
La mejor documentada señal de emoción vocal es el tono (70% de los sujetos que han
sido estudiados presentan elevado tono de voz al estar alterados). Los cambios de la voz
producidos por la emoción no son fáciles de ocultar. Si se pretende ocultar miedo o
enfado el tono será más alto y se hablará más rápido y justo al contrario con la tristeza.
Los emblemas son gestos que sustituyen a las palabras y cuando se intentan retener
sólo se ejecuta una parte de ellos. Aparecen dos características, fragmentación y
posición fuera del área de presentación.
Las ilustraciones pueden ser otro tipo de movimientos corporales que pueden dar
pistas de engaño. Ilustran lo que se está hablando (Ej: gestos con las manos). La pista
vendría cuando alguien que lo realiza normalmente disminuye su realización durante el
proceso de mentir.
Los estudios no han encontrado diferencias en las pistas cuando alguien miente o dice
la verdad. El S.N.A no tiene la misma actividad para todas las emociones, es muy difícil
de inhibir.
La cara a menudo contiene dos mensajes, lo que los mentirosos quieren mostrar y lo
que quieren ocultar. La sonrisa es la más común de las máscaras.
Algunos músculos son más seguros que otros, y los que lo son más no son disponibles
para usar en falsas expresiones. Si tú no puedes deliberadamente moverán músculo para
falsificar una expresión no puedes ser capaz de inhibir el movimiento de un músculo
para ocultar una expresión emocional. Puedes camuflar con una sonrisa pero
alternativamente pones en marcha músculos antagonistas para sostener la emoción
verdadera.
Algunas personas entre ella los psicópatas y los mentirosos habituales, tienen una
extraordinaria habilidad para inhibir signos faciales de sus verdaderos sentimientos,
incluso para ellos los músculos seguros lo son.
Es relativamente fácil mover los músculos de los ojos e inhibir sus acciones. Cuando
aumenta el parpadeo y la dilatación pupilar son signos de activación emocional.
Expresiones faciales que no están sincronizados con movimientos del cuerpo son
probablemente pistas de engaño. La falsa sonrisa es más asimétrica, y no será
acompañada por la participación de los músculos alrededor de los ojos. El tiempo de
cese de la falsa sonrisa puede parecer inapropiado. Sólo cubre las acciones de la parte
baja de la cara y de los párpados.
Algunas personas son indirectas, usando circunloquios, cometen errores en el
discurso, usan pocas ilustraciones, hacen muchas manipulaciones corporales, muestran
frecuentes signos de miedo, estrés o enfado en sus expresiones faciales indiferentes de
cómo se sienten y mostrando expresiones faciales asimétricas.
El autor concluye que una primera explicación de porque podríamos ser tan pobres
cazamentiras es que no estamos preparados por nuestra historia evolutiva para ser
buenos cazadores ni buenos perpretadores de mentiras.
El porcentaje de acierto en detectar mentiras raramente supera el 60% (poco más del
azar 50%) e incluso algunos grupos lo hacen peor que el azar, según estudios de De
Paulo, Kraut tanto en estudios entre estudiantes como con profesionales cazadores de
mentiras.
Sin embargo los estudios de Paul Ekman contradicen esta teoría. Una de las causas es
que introduce a los servicios secretos en su estudio. Lo justifica que dado el trabajo de
protección que realizan les obliga a prestar mucha atención en las pistas no verbales lo
que es utilizado en los tests de los estudios.
Hay diferencias incluso con los grupos de justicia criminal debido a que estos se
centran más en la línea de base de la mentira más que en los signos del engaño
(estrategia de los servicios secretos). En cuanto al bajo porcentaje de acierto de los
psiquiatras se aduce la falta de interés de este sector en el proceso de la mentira.
Por tanto para terminar este apartado utilizando conclusiones de Ekman podríamos
señalar que algunos cazamentirosos pueden cazar mentirosos y que se tiene más
posibilidades usando tanto pistas verbales como no-verbales como por ejemplo las
microexpresiones faciales. Y que pueden ser más precisos los jóvenes que los veteranos
y que no influiría ni el sexo ni la confianza en poseer la habilidad.
“High stake situations”:
Estos autores han encontrado que en varios metanálisis la evidencia ha probado que el
engaño a otros está correlacionado con alteraciones en el discurso, tono de voz más
elevado y pausas más largas (De Paulo, Vrijj, Zuckerman). Además y si los mentirosos
están altamente motivados se asocian con un descenso en el movimiento en manos, pies,
y piernas (Ekman, Vrijj, De Paulo).
El incremento del tono de voz y las alteraciones del discurso pueden ser explicados
por el marco emocional. El engaño causa reacciones fisiológicas tales como alta presión
arterial, incremento de la frecuencia cardiaca y respiratoria.
El incremento de los errores del discurso se justificaría por el marco cognitivo, el cual
justifica también por el incremento de las pausas y el descenso del movimiento de las
extremidades. El engaño se consideraría una tarea cognitiva compleja.
El descenso en los movimientos también se puede justificar por el marco del intento
de control. Este indica que los mentirosos tienden a controlar su comportamiento, para
de ese modo no dejar pistas no-verbales de su engaño e incrementar de su credibilidad.
Esta carga cognitiva provocará más que inquietud una negligencia del lenguaje
corporal. Además los mentirosos altamente motivados a menudo tienden a mostrar
rigidez, y comportamiento ensayado y planeado (refrenar los movimientos
innecesarios).
Polígrafo:
Oscila desde el 85-95% que aseguran los examinadores y otras fuentes que la sitúan
sólo ligeramente por encima del azar. La mayoría de psicólogos y fisiólogos no confían
en su fiabilidad y reclaman que su validez no está soportada por la evidencia.
"[Polygraph screening] is completely without any theoretical foundation and has absolutely no
validity...the diagnostic value of this type of testing is no more than that of astrology or tea-leaf
reading."
Former Supervisory Special Agent
Dr. Drew C. Richardson,
FBI Laboratory Division
Voces críticas señalan que sólo confirma verdaderos positivos que confiesan la
culpabilidad y que aquellos que lo superan no son sometidos a confesión. Como indica
Ekman no se debe nunca llegar a una conclusión final sobre si un sospechoso es
mentiroso o verdadero sólo basándose solamente en el polígrafo o en pistas del
comportamiento. Un polígrafo debería ser la causa para continuar una investigación.
Iacono nos señala en una amplia revisión acerca de la detección de la mentira una
cuestión que se pone de manifiesto al revisar la amplia literatura actual. No es más que
las pocas bases que se han determinado para este proceso con todo el esfuerzo
investigador realizado.
Los orígenes de la técnica se sitúan en el físico griego Erasistratus hace casi dos
milenios. Durante el examen de Antiochus encontró la ocasión de palpar el pulso del
joven mientras discutía con su padre las virtudes de la guapa nueva mujer de su padre.
Detectó un “ritmo tumultuoso” que le llevó a concluir los sentimientos de culpabilidad
debido a que estaba enamorado de su madrastra.
A nivel tecnológico fue usado por primera vez para detectar mentiras en 1895 por
Lambroso quién monitorizaba la actividad cardiovascular mientras los sospechosos eran
interrogados. El cumpleaños del moderno polígrafo se sitúa en 1917 y se debe a
William Marston, en el cual se monitorizaba la presión sanguínea.
En 1947 Jonh Reid describió un método diferente en el cual las preguntas control
pasaron a ser de un tema donde uno había sido culpable a lo largo de su vida al margen
del tema de investigación.
La teoría del test de la pregunta de control asume que los culpables estarán más
pendientes de su mentira de la pregunta relevante que de la negación de la inocua
pregunta de control 8su sistema nervioso reaccionará más fuertemente a la pregunta
relevante). El inocente como no es culpable está más preocupado de la pregunta de
control.
El test juega con el temor del inocente a considerar que si si miente en la pregunta
control está fallando en la realización del test.
Una variante era el test de estimulación “stim test” introducido por Keeler en 1939
que se proponía convencer al examinado que si mentía sus reacciones psicofisiológicas
le delatarían.
No hay una única respuesta fisiológica asociada con mentir y no hay un sustrato físico
subyacente en las medidas de los tests. Los operadores del polígrafo son enseñados que
sus procedimientos dependen del miedo de sujeto a las consecuencias de ser cogido en
su mentira. Otros parámetros también son importantes como la ansiedad, la culpa y la
creencia que el test funciona.
Para el puntaje si las cuestiones de control producen una respuesta larga se le asigna
un número de 1 al 3 para ese canal dependiendo de lo larga que sea la respuesta de
control. Si la pregunta relevante genera la reacción larga se puntúa de -1 a -3.
Puntuaciones de 6 o mayores indican veracidad, puntuaciones desde 5 hasta -5 son
consideradas inconclusitas y de -6 o menores indican engaño.
Hay unanimidad entre los que practican la técnica en que el comportamiento del
examinador y su capacidad de interacción con el sujeto es crítica en el resultado de la
prueba.
El examinador debe:
Poco se sabe de la seguridad de los test-retest del polígrafo, así como serias
limitaciones para estimar su validez en situaciones reales. El impacto emocional de las
cuestiones relevantes difiere sustancialmente del laboratorio al setting real.
Se le preguntaría por el color del coche robado y se le da una lista, para el inocente
todos movilizarán el mismo arousal pero para el culpable el color del coche robado
marcará una diferencia fisiológica. Si esto sucede con varias alternativas se le
consideraría culpable.
Su impulsor original fue Keeler en 1939 con el test del pico de tensión (POTT) que
posteriormente fue refinado por David Lyken en 1960 donde ya no era una sóla cuestión
sino una múltiple serie de preguntas multirrespuesta. Sin embargo su validez sigue
siendo controvertida.
Sobre el uso de esta prueba podemos ver un estudio de Travis Seymour donde
introduce la variable de la medida del tiempo variable (RT) como alternativa a la ERP y
el polígrafo.
Sin embargo se observó que la utilización del tiempo de respuesta (RT) dificultaba la
manipulación intencional y los análisis de los datos eran más económicos y sencillos.
De este modo Seymour et al concluyen que la medida del RT del GKT es una
alternativa viable a la ERP y al polígrafo. Dan evidencia de ser al menos tan eficaz, y
más seguro y menos sujeto a manipulación consciente que otros métodos.
Potenciales evocados:
Otra metodología usada en la detección del engaño incluye los potenciales evocados
(ERP). Las preguntas que suscitan una respuesta falsa o culpable se muestran mediante
una latencia de respuesta alargada de alrededor de 300ms (onda P300) y un cambio en
la señal neurológica que señala Jonson en sus estudios como reflejo de actividad de la
corteza cingular anterior en monitorización y resolución de respuestas de tendencia
conflictiva.
Otro autor que ha contribuido en este campo es Lawrence Farwell. La técnica que
presenta no mide el engaño, sino si la información es almacenada en el cerebro. A los
sujetos se le instauran electrodos para grabar la actividad cerebral, se les enseñará en
una pantalla una serie de palabras, alguna de las cuales son detalles de un crimen que
sólo la policía y alguien presente en la escena del crimen puede conocer.
Al ver la palabra escrita, por ejemplo el tipo de arma usada, el criminal evocaría una
onda cerebral que los electrodos pueden detectar. Esta onda es conocida como
potenciales evocados o ERPs, que miden la actividad cerebral de las neuronas en
respuesta a los estímulos tales como una palabra o una imagen.
Un cayado en la onda ERP llamada P300, porque ocurre sobre los 300 milisegundos
después de un evento, generalmente ocurre cuando un estímulo ocasiona un significado
especial para el sujeto. Ya el autor mostró en un laboratorio controlado que la P300
podría usarse para revelar oscuros conocimientos de un crimen ficticio.
A esta técnica también han surgido voces críticas como la de Peter Rosenfeld que
indicaba que para detectar mentiras su eficacia es poco mejor que el azar.
En los últimos años las investigaciones se han girado hacia las técnicas de imagen
para estudiar los procesos de la mentira en el cerebro mismo. Una gran atención se está
dando a la posibilidad de que las imágenes cerebrales den las evidencias para
identificar los sustratos neurales que sostengan el comportamiento de la mentira.
Han existido una cierta cantidad de acuerdos en las regiones corticales activadas,
notablemente la corteza singular anterior, la corteza prefrontal dorsolateral y
ventrolateral y la corteza parietal. Sin embargo hay también notables diferencias en las
regiones activadas a través de los estudios como nos van a plantear Luber y cols.
Una fuente potencial para los desacuerdos puede radicar en las diferentes tareas
utilizadas, tales como estímulos auditorios o visuales, respuestas con botones o
verbalmente y trabajar con varias clases de contenidos, jugar a las cartas, conocimiento
autobiográfico o escenarios recreados.
Las activaciones cerebrales que son dependientes de las tareas asignadas pueden no
revelar señales del engaño generalizables a señales de engaño que son independientes de
las tareas y aplicables al engaño real, dado que las demandas de tareas pueden ser
desconocidas.
La gran limitación del engaño según este grupo sería que no podría ser informativa
sobre el engaño de forma selectiva, poniendo su validez en tela de juicio. Que se active
una zona podría ser en lugar del engaño ansiedad u otras funciones no específicas que lo
acompañan pero no en si de forma conclusiva los procesos del engaño.
Por tanto nos van a proponer una nueva técnica que consistiría en usar la estimulación
cerebral para testar la validez de los hallazgos de las imágenes cerebrales asociadas con
el engaño.
Tenemos estudios de estimulación cerebral que han modificado con éxito los procesos
de la memoria de trabajo, planificación, inhibición de la respuesta y selección necesaria
para el manejo de la información.
Una segunda categoría del proceso del engaño estudiado usando la estimulación
cerebral ha sido el manejo del riesgo. Sugieren el papel de la corteza dorsolateral
derecha y la utilidad de la estimulación craneal (estudios con estimulación transcraneal
magnética TMS y estimulación transcraneal directa tDCS) para analizar algunos de los
procesos neurales subyacentes para manejar el riesgo en el engaño.
Inicialmente en sus estudios testaron los componentes cognitivos de los procesos del
engaño mediante la estimulación intracraneal no invasiva como hemos descrito
anteriormente para pasar posteriormente a afectar directamente el comportamiento del
engaño.
Para ello testaron la hipótesis que pulsos simples de TMS podrían influenciar en las
redes corticales envueltas en una tarea simplificada de engaño. Al estimular pretendían
alterar los circuitos necesarios para la formación de la respuesta del engaño y de este
modo interferir con el comportamiento del engaño.
Consideran que esta aproximación podría tomar ventaja al bien desarrollado cuerpo
del estudio neurofisiológico en la detección del engaño, especialmente con los
componentes de los potenciales evocados.
Otro aspecto sería el aprendizaje, como sucede en el polígrafo, de medidas para evitar
la detección de este método. Por último salvar la circunstancia que esta estimulación si
se usa de manera repetida puede provocar crisis comiciales en personas con factores de
riesgo y la posibilidad de efectos neurológicos desconocidos en la función neurológica.
Kozel et al sugieren que su método podría ser usado en settings de la vida real,
primero testando al sujeto con el GKT en un escenario ficticio de un crimen y si la
activación del cerebro indica separación entre la verdad y la mentira se escanea de
nuevo mientras responden a preguntas sobre el aspecto actual de interés. Esta
aproximación ha sido validado por la Corporación Cephos.
Esta técnica tiene sus limitaciones, la primera y fundamental es que sólo se puede
realizar de forma voluntaria. Un simple movimiento de la cabeza durante la prueba
puede alterar los datos a estudiar. Tampoco se conoce si y como podrían afectar ciertos
diagnósticos para la fiabilidad de los resultados (sin embargo si parecería una ventaja
para evaluar antisociales dado que elimina la menor respuesta autosómica del
polígrafo).
Todos los estudios publicados envuelven escenarios donde se les instruye para mentir.
Sin embargo no se ha analizado como este factor afecta a la activación cerebral en
comparación con una situación más realista donde los sujetos deciden libremente si
mentir.
Este método reduce la oportunidad de una persona que está diciendo la verdad sea
considerado como mentiroso en base a encontrarse temeroso durante la prueba. Sin
embargo la fMRI depende para detectar mentiras de la supresión de la respuesta
competente, lo que no determina directamente que respuestas competentes son, y
pueden no ser inciertas.
De este modo hay poco que ganar en someter a un individuo que no quiera colaborar a
esta técnica. El estado actual de las investigaciones en esta área no permite encontrar
argumentos legales para admitirlo en los procedimientos judiciales.
Los autores concluyen que parece razonable que esta técnica ganará aceptación y
como mínimo reemplazará al polígrafo para ciertas aplicaciones. Lo que parece lejano
es que un criminal sea condenado sólo en base a un conjunto de activaciones neuronales
cuando son cuestionados.
Parece muy pronto para predecir si la fMRI como detector de mentiras alcanzará el
nivel de fiabilidad necesitado para alcanzar los criterios necesitados de Frye o Daubert.
Otro autor referente en este campo es Bo Jin que con su grupo estudian la aplicación
de la fMRI en la detección del engaño también, concretamente la utilidad de la
selección de rasgo.
Señalan que esta técnica permitiría mejorar la fiabilidad y además dar soporte para las
hipótesis biológicas que indican que la actividad cerebral de ciertas áreas son
importantes para la discriminación del engaño.
Otras pruebas:
Puede ser usado para asesorar cual de dos eventos autobiográficos es cierto. En un
IAT usado para investigaciones criminales se usaron frases relacionadas con cuatro
categorías: verdaderos informes no relacionados con el crimen, falsos informes no
relacionados con el crimen, informes de confesión confirmando que el participante
cometió el crimen y negadores informes negando que el participante cometiera el
crimen.
Las frases se van presentando una a una, y a los participantes se les pide que den
rápidas respuestas dependiendo de la tarea. El AIT consiste en dos tareas. En la tarea de
confesión-verdad, el informe de la verdad y de la confesión son mapeados en una clave
y negación y falsa información son mapeados en una segunda clave. En la tarea de
negación-verdad las asignaciones son revertidas.
Estos autores concluyeron que el AIT es un método seguro para detectar conocimiento
oculto y para mejorar las actuales técnicas de detección de mentiras.
Existe otro detector de mentiras basado en el tiempo de reacción y que está muy
realcionado con el AIT que sería “The Timed Antagonistic Response Alethiometer”
(TARA: Gregg 2007) el cual esta basado en una comparación entre-sujetos más que
una comparación dentro-sujetos.
Los autores argumentan que TARA podría ser menos vulnerable al fingimiento que el
aAIT.
Bibliografía:
- Ekman, Paul. Who can catch a liar. American Psychologist. Vol 46. No. 9, 913-
20.1991.
- Vrij, A. Mann, S. Telling and Detecting Lies in High-stake situation: the case of a
convicted murderer. Applied Cognitive Psychology. 15: 187-203. 2001
- Magana, J.L. The truth about lying. Nature Publishing Group. Vol 428. 15 April
2004.
Debe hacer al menos dos cosas simultáneas, construir un nuevo item de información
(mentira), y retener otro (verdad), asumiendo entender cual constituye la correcta
información.
Dentro de este marco teórico, es aparente que la respuesta de la verdad conlleva una
línea de base, o “pre-potent reponse”. Se hipotetiza que mentir demanda procesos
cognitivos adicionales, lo que conllevará procesos ejecutivos prefrontales (más que
diciendo la verdad). Como decía Sean Spence en el año 2001: “Habrá que comprobarlo
con neuroimagen”.
Es posible que una corteza orbitofrontal intacta facilite contar mentiras quizás como
consecuencia de una función inhibitoria de respuestas veraces.
Como punto de partida para resumir los principales grupos de trabajo actuales desde
la neuroimagen funcional como evidencia de la neurobiología del engaño tomaremos
como referencia el trabajo realizado por Sean Spence de 2004 donde repasaba cuatro
líneas fundamentales de trabajo del momento: Langleben 2002, Ganis 2003, Lee 2002 y
Sean 2001:
1.Spence et al 2001:
Los resultados del análisis revelaron que si los sujetos eran estudiados dentro y
fuera del escaner había un efecto estadísticamente significativo sobre la línea de
respuesta de la mentira (la respuesta mendaz era 200 ms más lenta que la verdad).
Las predicciones sobre cuales regiones prefrontales serían más activadas durante el
engaño se confirmaron parcialmente. La presencia de activación consistente en la
corteza prefrontal ventrolateral y la escasa activación de regiones prefrontales
dorsolaterales nos sugería que la inhibición de la “pre-potent (truthful) response”,
inherente en nuestra tarea, contribuía a la mayoría de la actividad vista.
El diseño experimental con respuestas si/no y sin una respuesta mendaz elaborada,
ocasionaba que la mentira comportara sólo un reverso de la “pre-potent answer” más
una elaboración de una nueva mentira, lo que sería insuficiente demanda para una
marcada activación de las regiones prefrontales dorsolaterales.
Otras limitaciones del estudio serían la artificialidad del set experimental y que la
mayoría de los sujetos fueran académicos y estudiantes.
Los hallazgos de los autores del incremento del tiempo de respuesta de la mentira
es congruente con los trabajos de Vrijj y Mann de 2001. Metaanálisis de estudios del
comportamiento en la mentira señalan alteraciones del discurso, incremento de la
latencia de respuesta y una disminución de otros componentes motores.
Aunque la respuesta en las tareas del diseño de los autores eran no-verbales habría
un proceso subyacente común a sus hallazgos y los de otros estudios que sería un
mecanismo inhibitorio que es utilizado por aquellos que intentan retener la verdad.
A destacar que la diferencia entre mentir y decir la verdad para todos los grupos en
sus estudios era de 200ms (Spence 2001, 2003, Farrow 2003). Estos datos eran
consistentes con otros autores que estudiaban el GKT (Farwell y Donchin 1991,
Seymour 2000).
2. Langleben 2002:
Otros grupos también usaron la fMRI encontrando que la corteza prefrontal estaba
implicada en el engaño. Langleben utilizó el test del “conocimiento culpable” para
demostrar que el sujeto activaría regiones inhibitorias mientras retenía una respuesta
verdadera.
Negar la posesión de una carta (la mentira) se asoció con activación en la corteza
cingulada anterior (muy similar a lo identificado por Spence), y en la corteza parietal
izquierda (medial a la de Spence).
3. Lee et al 2002:
4. Ganis 2003:
En este estudio los autores aportan una novedad, que fue la distinción entre
mentiras. En una primera dimensión distinguen entre las espontáneas (se construyen
basadas en información almacenada usando una mezcla de memoria semántica y
episódica) y las memorizadas (sólo sería necesario recuperarla de la memoria e
hipotetizan que no son tan ricas en detalles o también aprendidas como el conocimiento
veraz).
En una segunda dimensión diferencian entre mentiras que están aisladas y las que
están en una historia coherente, en un escenario. Las mentiras espontáneas que están
aisladas son más fáciles de generar que las mentiras coherentes porque no hay que
entrara en detalles para asegurarse que encajan en un escenario (la memoria de trabajo
trabaja menos en las aisladas porque hay que evaluar y sostener menos información).
Para las memorizadas es más sencillo en aquellos casos en los que está encuadrada
en un escenario porque cuantas más pistas más fácil es traerla de la memoria. De esto
modo distinguen cuatro tipos de mentiras con diferentes patrones de procesos.
Por tanto hipotetizaron para la SI que como uno necesita recuperar información de
la memoria semántica y episódica y generar una mentira viable rápidamente
manteniendo en mente muchas posibilidades (incluso la verdad) y seleccionando entre
ellas que se activarían en mayor medida:
Los hallazgos en los dos casos estaban asociados con gran activación en la corteza
bilateral prefrontal anterior y el giro hipocampal bilateral, mientras que no se señaló
áreas de gran activación durante la respuesta de la verdad.
Las mentiras SI activaron mayor número de áreas más fuertemente que la MS: el
cíngulo anterior extendiéndose en la corteza promotora izquierda (BA 32,6), el giro
precentral izquierdo (BA 4), el giro precentral/postcentral derecho (BA 3/4), y el cuneo
derecho (BA 17). Mientras que cuando producían mentiras MS sólo se activaba con
más intensidad que en las SI el giro fronto-medial anterior derecho (inferior BA, 10 la
cual está implicada en la recuperación de operaciones episódicas).
El giro anterior cingulado exhibió gran activación durante las mentiras espontáneas,
en un foco 20mm posterior a los visto en el estudio de Spence de 2001 y Langleben de
2002. También encontraron un área de activación asociada con las mentiras espontáneas
en el área 47 de Broadman derecha en las coordenadas señalada por Spence.
Los autores concluyeron que se encontraban ante el primer estudio que intentaba
demostrar que diferentes tipos de mentiras se asociaban con diferentes áreas cerebrales
activadas.
Por último reconocían que una limitación importante era comparándola con un
setting real que los participantes no estuvieran emocionalmente implicados en mentir
como lo estarían en un ambiente fuera del laboratorio. Los participantes probablemente
no ses sintieron mal o culpables al mentir.
5. Conclusiones:
- Aunque los focos señalados en los tres estudios difieren algo, se demuestra la
predicción que regiones cerebrales ejecutivas se activarían preferentemente durante el
engaño, específicamente áreas de la corteza prefrontal y el giro cingular anterior.
- Una de las debilidades de este primer estudio de Spence fue que las activaciones
asociadas con el engaño se ejecutaban a través de respuestas motoras que eran
confundidas por los requerimientos de respuestas reverso (si o no).
A partir de aquí cada grupo ha ido avanzando en sus trabajos como podemos ver
reflejado en el caso del grupo de Spence en su artículo de 2008 donde relatan un paso
más en sus investigaciones: La contribución de la corteza ventrolateral al engaño vocal.
La mayoría han fallado en encontrar áreas cerebrales que exhiban mayor activación
durante la respuesta veraz (comparado con la mendaz), sugiriendo que la veracidad
abarca una relativa línea de base en la cognición y comunicación humana, la veracidad
comprende una “pre-potent response”, la cual debe ser suprimida. Los datos del grupo
de Sean Spence implican a la corteza prefrontal ventrolateral (VLPFC) como la región
íntimamente envuelta en tal respuesta de supresión, especialmente sosteniendo la “pre-
potent response” en el contexto de una mentira (2004).
El grupo de Sean Spence (2008) nos presenta su nuevo trabajo donde pretenden
corregir limitaciones anteriores utilizando mentiras vocales en sujetos con un grado de
control sobre si mienten o no en un momento dado mediante relatos autobiográficos
pasados con aspectos que el sujeto desearía mantener oculto de los demás.
Como método del estudio se utilizó RMN funcional en diecisiete varones y mujeres
sanos entre 22-49 años, sin historia psiquiátrica o neurológica y con consentimiento
informado.
Cada sujeto tuvo dos sesiones de escaner en el mismo día (una para cada guión), los
intentos de estimulación eran con preguntas relacionadas con el guión o con las
instrucciones independientes.
Como habían hipotetizado la mentira vocal estaba asociada con gran activación de la
corteza prefrontal ventrolateral bilateral (con el análisis defy-comply se vio más
marcado en la izquierda). El foco fue localizado en las áreas de Broadman 45 y 47. Sin
embargo no encontraron activación significativa en la corteza singular anterior durante
el engaño como habían hipotetizado. Si cumplieron con la última hipótesis donde no
encontraron áreas más activadas durante la respuesta veraz que mendaz.
Otra justificación a esta ausencia de activación sugiere que las mentiras que son
espontáneas y aisladas de un guión narrativo son más probablemente activadoras de la
ACC como son las mentiras con respuestas manuales que usaron en su primer estudio
donde si apareció esta activación. De este modo el uso de mentiras de respuesta vocal
habría servido para limitar el rol de la ACC en la generación de respuestas.
VLPFC una vez más ha emergido como activación prominente en estos estudios
durante el proceso de mentir (Spence 2001, 2004; Kozel 2004, 2005; Phan 2005; Nunez
2005; Lee 2005; Abe 2006).
Estas atribuciones sugerirían que una lesión de esta zona los convertiría en
“patológicamente honestos”. En los estudios del grupo de Raine se ha demostrado que
los antisociales con prominentes historias de engaños presentan incremento de la
sustancia blanca prefrontal y más marcado en la corteza orbitofrontal. Así es que
lesiones en la corteza prefrontal puede convertir al paciente en patológicamente veraz e
incrementos en el volumen de la sustancia blanca incrementaría la conducta del engaño.
Con este estudio se ha dado un paso más al implicar dado que los secretos
compartidos por los sujetos eran más íntimos que los de los trabajos anteriores pero no
dejan de ser más suaves que los aparecidos en los ambientes forenses. También han
permitido a los pacientes cuando mentir y cuando decir la verdad, reduciendo en algo
este sesgo.
Usaron una modificación del GKT2 del previo usado en 2002. Los participantes
presionaban un botón para decir que si tenían la carta y otro para decir no. Eran
instruidos para negar la posesión de una de las cartas y desconocer la posesión de otra
durante la fase de imagen del estudio. Si les decía que si mantenían oculta la identidad
de la carta durante el scan se les daría $20. Luego del scan se les solicitaba la estrategia
utilizada.
Los resultados indicaron que el sistema de orientación atencional (corteza parietal e
insular y núcleo subcortical) envuelto en la tarea visual y el proceso novedosos y el
sistema de memoria de trabajo envuelto en el proceso contextual (corteza prefrontal
medial y lateral) estaban activos durante la conducta mendaz.
De todos modos los datos apoyan el concepto del engaño como una función cognitiva
relativamente más compleja que la verdad, por la localización rostral de la activación
mendaz y dado el papel de la activación frontal inferior izquierda y la promotora medial
en la selección de respuesta y en la inhibición.
Una segura clasificación de las mentiras simples y los eventos veraces es posible
dentro de un modelo de elección forzada y podría mejorarse en futuros escenarios
ecológicos dentro de estructuras de tarea similares.
El último estudio del que tenemos constancia de Langleben de este tema es del año
2009 donde adaptan el GKT a un escenario de mentir en un resumen. Se le preguntaran
sobre el resumen, tres de las cuestiones pueden ser verificadas independientemente
como verdad (conocidas) y tres de las cuales no pueden ser verificadas (desconocidas).
El sujeto tenía un incentivo para mentir en todos los ítems desconocidos.
Determinan que basados en los datos publicados sólo los dos primeros se pudieron
clasificar como mentira. Si se confirmara esta activación límbica en un escenario
Mentira>Verdad habría que incluirlo en los modelos actuales del engaño. Su trabajo lo
consideran como una aproximación a un escenario naturalístico.
En cuanto al grupo de Lee presentan dos trabajos más en el año 2005 y en el 2009. El
siguiente paso que dan es revisar lo realizado en 2002 pero hipotetizando si los
resultados son independientes de otras variables seleccionadas.
Ejecutaron tres estudios de fMRI para verificar la especulación que las actividades
observadas en la corteza prefrontal (PFC) y en la parietal (PC) serían repetibles para
ambos sexos y para personas de diferente lengua materna.
Concluyen:
Los resultados les sugieren a los autores que el engaño en términos de simulación de
deterioro de la memoria no sólo demanda más actividad cognitiva sino que también
utiliza diferentes procesos cognitivos.
Giorgio Ganis en 2008 redacta un artículo donde señala aspectos que podríamos
utilizar para cerrar este apartado.
Señalar primero algún trabajo más. Es el caso de Kozel y colaboradores que añaden
a los estudios de fMRI medidas electrodermales para poder trabajar mejor con
situaciones más reales, “high stakes”, como sugiere el polígrafo.
Otro intento similar es el del grupo de Hakun que estudian un caso con fMRI usando
una variante del GKT, el RQT (Resume Quero Test).
Los paradigmas típicos están basados en mentir sobre eventos tales como juegos de
cartas, si se usan crímenes ficticios o juegos competitivos los participantes son
generalmente conscientes de la situación artificial y que no existen por tanto
importantes consecuencias de sus actos.
También tenemos que por razones de diseño experimental los participantes son
instruidos para mentir, que por supuesto no es el caso de las situaciones de la vida
cotidiana.
Es posible situaciones de la vida real donde la gente pueda perder posición social
genere redes neuronales que son generadas débilmente o no generadas en condiciones
de laboratorio. Sin embargo si hay numerosos procesos estudiados en el laboratorio que
son requeridos para mentir en la vida diaria (por ejemplo inhibir la respuesta honesta).
Si ha sido posible determinar el engaño en individuos sencillos bajo pobres
condiciones de laboratorio, se podría prever para el futuro si se añaden dimensiones
reales adicionales nos proporcionen nuevos datos que ayuden a discriminar entre la
conducta mendaz y la respuesta honesta.
Dado el amplio rango de paradigmas y técnicas utilizadas para el estudio del engaño,
otra importante cuestión como se relacionan unos con otros y como podrían ser
integrados.
Esta claro que el engaño no es un fenómeno unitario y que mucho del trabajo futuro,
tanto práctico como teórico, consistirá en determinar más sistemáticamente la
dependencia de los procesos del engaño de las variables clave, incluyendo el tipo de
mentira y el contexto social y pragmático donde se desarrolle la mentira. De este modo
se podrían desarrollar métodos de detección más precisos para dominios específicos.
Esto sería más productivo que intentar crear un procedimiento general de detección
del engaño. Por último aunque podría ser casi imposible estudiar situaciones de la vida
real con neuroimagen, al menos actualmente, sería importante aproximar los
paradigmas a dichas situaciones.
Bibliografía:
- Spence, S. et al. Scanning the spoken lie: The neuroimagen of deception. In press.
- Spence, S. The deceptive brain. Journal of The Royal Society of Medicine. Vol 97.
January 2004.
- Hakun, J.G. et al. Towards clinical trials of lie detection with Fmri. Soc. Neurosci.
2009; 4 (6): 5 18-27.
- Lee, Tatia M.C. et al. Lie detection by functional magnetic resonance imaging.
Human Brain Mapping 15:157-164 (2002).
- Lee, Tatia M.C. et al. Are errors differentiable from deceptive responses when
feigning memory impairment? An fMRI study. Brain Cogn. 2009 Mar;69(2):406-12.