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Competencia emocional del médico


Francisco Borrell i Carrió
Médico de Familia. CAP Cornellà. Institut Català de la Salut (ICS). Cornellà de Llobregat. Barcelona. Profesor del Departamento de Ciencias Clínicas.
Campus Bellvitge. Universitat de Barcelona. Vocal Comité Consultiu de Bioètica de Catalunya. Barcelona. España.

Puntos clave

● Personas con insight: capaces de percibir y explicar sus ● No podemos imaginar una verdadera empatía si estamos
sentimientos; personas alexitímicas: incapaces de hacerlo. irritados por la situación, o por la manera de ser del
paciente. No hay nada más contrario a la empatía que
● Las personas establecemos diálogos “pensados” o virtuales,
sentirse irritado.
con los espectros de amigos, profesores, padres o, más en
general, personas que tienen como denominador común el ● El profesional reactivo es simpático con el paciente
hecho de no dejarnos indiferentes (“significativas”). simpático, o el paciente que le cae bien. Sin embargo, es
Marcan un clima emocional “interno”. antipático con el antipático, porque lo interpreta en clave
de competencia por el poder.
● Una de las incompetencias emocionales consiste en no
saber sintonizar el sentimiento más apropiado con la ● Esfuerzo emocional: se efectúa sobre todo en las maniobras
situación que vivimos. de rescate; por ejemplo, lograr que un paciente disperso
centre su atención, o que un paciente hostil rebaje su
● Hay juicios o emociones que se “enquistan” como un
agresividad.
hábito mental muy perjudicial (p. ej., pensar que “este
equipo es un desastre” o “cada día los pacientes son más ● Estilo emocional y personalidad: profesional culpabilizador,
pesados”). distante y “muy técnico”, irónico, paternalista,
“hiperresolutivo”, “ansioso-asegurador”.
● Modo emocional “natural”, el que tenemos por las
habilidades sociales adquiridas como personas, no como ● Una instalación en el respeto da lugar a empatía, paciencia
profesionales. Modo emocional básico, en el que el médico y atención hacia los problemas del paciente. Lo contrario
gana “presencia” gracias a la cordialidad y la atención. dibuja frialdad-resolutividad y petulancia. Un médico puede
Modo avanzado: se aplica en el estudio de sus deficiencias bascular en una misma jornada laboral de un polo al otro,
y adquiere un estilo emocional proactivo. sobre todo por falta de entrenamiento adecuado.

Palabras clave: Competencia emocional • Inteligencia emocional • Relación médico-paciente • Empatía.

Saber reconocer nuestras


E l término competencia siempre se refiere a “saber ha-
cer” algo. Cuando hablamos de competencia emocional
del médico, nos referimos a saber reconocer y gestionar las
emociones
emociones que surgen en su trabajo cotidiano con otras per- Saber reconocer las emociones es la condición sine qua non
sonas (ya sean pacientes o compañeros de trabajo). El pre- de la competencia emocional. La escuela psicoanalítica acu-
sente artículo tiene 2 partes. En la primera analizaremos el ñó el término insight para referirse a los pacientes capaces de
significado del término, qué significa insight, quinésica percibir y explicar sus sentimientos, y más tarde se añadió el
emocional y sentimental y sentimientos enquistados. En la término “alexitimia” para adjetivar el polo opuesto (tabla 1).
segunda parte nuestra atención va a situarse en el análi- Si estas características valen para los pacientes, ¿por qué no
sis de los modos básico y avanzado de competencia emo- deberían valer también para el propio profesional de la salud?
cional, destacando la superación del estilo emocional reacti- Algunos médicos serían expertos en la tarea de detectar “lo
vo, y el análisis del esfuerzo emocional y las capacidades que nos ocurre por dentro” mientras visitan (el “observarnos
técnicas. mientras observamos” de Tizón), y otros, por el contrario, se-

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rían especialmente torpes. Añadamos a este arco iris que po-


TABLA 1. Glosario de términos
dría parecer algo simplista, otro concepto que ayuda a ver la
gama de grises. Muchas veces sólo nos damos cuenta de Insight. Capacidad para percatarse de sus emociones
y sentimientos
nuestros verdaderos sentimientos cuando dialogamos con una
persona significativa, en el acto mismo de la confidencia. Alexitimia. Incapacidad para reconocer y expresar los sentimientos
propios
“¿Cómo es posible que piense eso de tal persona o situa-
Quinésica emocional. Capacidad para movernos de la broma a la
ción?”, puede que nos digamos. Todos tenemos cierta “sor- seriedad, de la sorpresa a la escucha atenta, etc.
dera emocional” y hasta que no nos decimos determinadas Quinésica de sentimientos. Capacidad para escoger el sentimiento
cosas “en voz alta”, no nos damos por enterados. Para colmo más apropiado para la situación que vivimos
de males, también hay personas que ni hablando se enteran Emociones enquistadas. Emociones que aparecen en
de lo que dicen ni de lo que sienten, pero vamos a dejarlo determinadas circunstancias, de manera recurrente, y que
vician posteriores juicios que pudiera realizar la persona
aquí. Resulta más interesante destacar que todos los seres hu-
Modo emocional. Conjunto de emociones y sentimientos que la
manos cuando “pensamos” solemos hacerlo mediante diálo- persona siente y es capaz de desplegar en su relación con otras
gos, como si lo explicáramos a otra persona. Estos diálogos personas. Modo “natural”: lo que siente y expresa sin que haya
“pensados”, virtuales, si se prefiere, los realizamos con los mediado otro entrenamiento que el puramente familiar y social.
Modo básico: el que aprende en tanto que profesional de la
espectros de amigos, profesores, padres o, más en general, salud, y que le lleva como mínimo a tener “presencia”. Modo
personas que tienen por común denominador el hecho de no avanzado: el que aprende superando de manera constante sus
limitaciones, y que le conducen a un estilo proactivo
dejarnos indiferentes. Los psicoanalistas suelen referirse a es-
Presencia. Forma de estar en la relación asistencial, por la que el
tas personas como “personas significativas”, y no les falta ra- paciente se siente escuchado y acogido
zón. Imaginemos por un instante la calidad de un diálogo con
Estilo emocional proactivo. Forma de estar en la relación
el espectro de un padre “ogro” o un padre “amigo”, un sacer- asistencial por la que el profesional es capaz de mantenerse
dote que atemoriza, o uno que ayuda a analizar nuestros sen- neutro o incluso positivo con pacientes que manifiestan
emociones negativas
timientos, un médico de familia que culpabiliza, o uno que se
muestra comprensivo. Es obvio que cada espectro da lugar a
un paisaje mental radicalmente distinto.
Una de las claves para desarrollar insight es ser muy ho- llamos los “ogros” con los que dialogamos en el silencio de
nesto con lo que sentimos. Tener un padre amigo, un amigo nuestro pensamiento, y los sustituimos por otras personas
tolerante o un médico de cabecera analítico ayuda a crear significativas pero más comprensivas y empáticas, más fle-
diálogos virtuales honestos y enriquecedores. La persona xibles e incluso más imperfectas. Se trata de practicar una
que los tiene puede decirse que es afortunada, entre otras ra- honestidad que se asiente sobre la tolerancia hacia nuestros
zones porque lo tiene más fácil para ser honesto consigo propios sentimientos y también, muy importante, sobre la
mismo. Vamos a imaginar una situación muy frecuente para confianza en nuestros principios éticos.
columbrar hasta qué punto resulta importante la honestidad Apliquemos estos conceptos a la siguiente situación: nos
aplicada a reconocer nuestros propios sentimientos. encontramos con un paciente de clínica abigarrada, en el que
Imaginemos por un instante que estamos frente a un pa- finalmente unas lesiones de la piel nos indican que tiene una
ciente que nos aburre, nos aturde, nos mueve a la hostilidad vasculitis. No podemos esconder una cierta satisfacción in-
o, peor aún, a la culpa. Todos estos sentimientos son “políti- telectual por nuestra brillante deducción, y le explicamos al
camente incorrectos”, sobre todo si tenemos (o hemos teni- paciente su diagnóstico sin evitar cierta tonalidad eufórica.
do) un maestro que ha marcado nuestra trayectoria con puño El paciente nos ve casi dichosos de darle una mala noticia,
de hierro, prohibiendo “malos sentimientos”. Esta censura a lo que por cierto es casi ofensivo. Hemos acuñado el térmi-
los propios sentimientos es la principal rémora para su efec- no de “notificación paradójica” precisamente para poner de
tiva superación, porque entonces se escabullen de nuestro relieve el mal efecto que produce un médico que da una ma-
punto de mira, pero están perfectamente presentes en sus la noticia al paciente en un tono alegre. He aquí la necesidad
efectos. El primer paso para cultivar un buen insight es no de “darnos cuenta” de esta euforia (insight), y escoger otro
juzgarnos por lo que sentimos. sentimiento más acorde con la situación clínica (es decir,
¿Tan difícil es este primer paso? Pues sí lo es, porque mu- “movernos” a otro sentimiento más apropiado). Profundice-
chas personas no hacen distingos entre sentir y hacer, y cre- mos algo más en esta capacidad de sintonizarnos en otra
en que admitir una determinada emoción o sentimientos es- emoción, introduciendo en primer lugar el concepto de qui-
tablece de manera inexorable una futura conducta. Podemos nésica emocional y quinésica sentimental.
ser más honestos con nosotros mismos cuando trazamos esta
frontera entre el sentir y el hacer, cuando tenemos suficiente Quinésica emocional y sentimental
confianza en que no haremos algo que consideramos inco- Imagínese el lector conversando con un paciente. Observe
rrecto, o que sencillamente no deseamos hacer, cuando aca- su expresividad facial, la entonación del paralenguaje (tono,

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La distinción entre emoción y sentimiento no es nada ba-


TABLA 2. Diferencia entre emoción y sentimiento
ladí, hasta el punto de que el lector no debería continuar la
Emociones lectura de este artículo hasta no haberla capturado en pro-
– Surgen de manera inmediata a una situación fundidad (tabla 2). Nos ayudaremos de un ejemplo. Imagí-
– Constantemente experimentamos emociones y microemociones nese usted en el funeral de alguna persona remotamente co-
– Muchas veces no nos damos cuenta de las emociones que nocida. Digamos con toda honestidad que se trata de un fa-
experimentamos hasta que no lo conversamos con alguien. En llecimiento que no tiene en nosotros una resonancia
tal caso se elaboran en la conversación como sentimientos
emocional. En esta situación no todo el mundo se sabe sinto-
– Dan sentido a lo que ocurre. Nos alertan y nos predisponen a
actuar
nizar en el dolor empático, e incluso hay personas que se no-
tan muy tensas porque les parece que están siendo hipócri-
Sentimientos
tas. Experimentan el deseo de ser empáticas, pero a la vez
– Es una elaboración reflexiva de una emoción primaria
les parece una falta de respeto “simular” un dolor que no no-
– Es más duradera en el tiempo. Los sentimientos solemos
memorizarlos, las emociones con menos frecuencia
tan en lo más profundo de su ser. Algunas personas, en tales
circunstancias, se sintonizan al ver el dolor de los allegados
– Dan sentido biográfico
más próximos, pero otras no. Estas ambivalencias son habi-
tuales en la vida cotidiana, y precisamente limpiar de ambi-
güedades nuestra manera de estar frente a los demás es lo
timbre, rapidez en la articulación…), y los movimientos cor- que hace a un comunicador “transparente”. Piense el lector
porales. Posiblemente, caiga en la cuenta de que hay un flu- en la típica persona que habla “escuchándose”, ¿verdad que
jo emocional muy sutil, un ir de la sorpresa a la sonrisa, de muchas veces pensamos que “ni él mismo se cree lo que di-
la sonrisa a la preocupación, etc. Es un movimiento que no ce”? Ello ocurre porque no sabemos de manera clara lo que
queda grabado en la memoria de los conversantes, a menos siente… Mal lo tiene el político “sin alma”, o del que no se
que no haya un hecho remarcable que exagere alguna de es- sabe muy bien dónde tiene el corazón, en un mundo mediáti-
tas emociones en juego. Es un fluir emocional, un movi- co. ¿Y en el caso del médico o la enfermera? El profesional
miento de emociones al que llamaremos “quinésica emocio- competente en el ámbito que nos ocupa, sabe volcarse en lo
nal”, que no fijamos con palabras (como ya notara William que habla, y elige el sentimiento más adecuado al paciente y
James), pero cuya percepción de normalidad tiene una gran a su situación clínica. ¿Hace teatro? No, porque elige un
relevancia clínica. Es difícil encontrar un paciente depresivo sentimiento “real”, no un sentimiento simulado. No hay do-
que pueda simular ante un observador experto este fluir nor- blez en su voluntad: escoge este sentimiento con todas las
mal de emociones, máxime si conocemos al paciente en su consecuencias, se lo cree. Lo apropiado deviene lo cierto.
estado “normal”. He aquí un excelente auxilio para el diag- Una de las incompetencias emocionales aparece aquí:
nóstico de depresión. Pero volviendo al argumento princi- personas que no se saben sintonizar en el sentimiento apro-
pal: hay poco margen para ejercer nuestra libertad en este piado. Saben qué o cómo “deberían sentir” en un funeral,
flujo de emociones a flor de piel. La quinésica emocional pero no son capaces de sintonizarse en dicho sentimiento.
debe darse en la persona normal, y en realidad es un signo Entonces se les ve nerviosos, sueltan un chiste inapropiado,
de buena salud, pero no la escogemos. ríen cuando deberían callar… ¿Ocurre algo similar en la re-
Ahora bien, además de esta quinésica emocional podemos lación asistencial? Sí, claro. Es un relato común a muchos
distinguir una “quinésica sentimental”, y aquí el margen de estudiantes y residentes decir que están incómodos sobre to-
maniobra es más amplio. ¿Cuál es la diferencia entre emo- do con determinado tipo de pacientes: pacientes muy graves,
ción y sentimiento? La emoción es un juicio muy rápido. El pacientes de la misma edad y diferente sexo, pacientes que
sentimiento es una emoción que ha pasado por el cedazo de les miran con desconfianza… En estas circunstancias, su rol
la reflexión. El rencor, pongamos por caso, es siempre un de médicos o enfermeras jóvenes puede resquebrajarse con
sentimiento. Posiblemente, ha partido de un orgullo manci- facilidad, no digamos si el paciente les dice: “¿Y usted tan
llado, del dolor de una separación, etc., pero a esta emoción jovencita ya es doctora?”. Una buena terapia para estas si-
primera le ha sucedido una laboriosa tarea de razonamiento, tuaciones es la técnica que llamamos “rostro por dentro”.
y una fijación –mediante el ejercicio de la voluntad– de un Consiste en que el profesional joven se entrena en inhibir el
estado emocional al que llamamos rencor. Pasar de un senti- pensamiento… (“¿cómo me estará viendo este paciente?”).
miento a otro es parte de la competencia emocional, y –¡cui- Cuando aparece este pensamiento, tiene que hacer desapare-
dado!– no significa “hacer teatro”. Significa que nos cree- cer su atención del rostro para meter su atención “dentro” de
mos lo que decimos, nos creemos el sentimiento que hemos su rostro, y concentrarse en la tarea que corresponda. Tam-
escogido para estar con la gente que estamos, hablando del bién tiene que tener preparadas algunas respuestas a deter-
tema que hablamos, y escogemos ese sentimiento como muy minadas preguntas; por ejemplo, ante la pregunta “¿no es
adecuado para la situación en que estamos. usted muy jovencita para ser doctora?” puede responder sin

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acritud, incluso con sentido del humor, “no lo crea, ya me


TABLA 3. Incompetencias emocionales más importantes
gustaría ser más joven, pero sí es verdad que he trabajado
duro para estar donde estoy”. – Incapacidad para identificar nuestras emociones
Todo lo mencionado nos hace más autónomos y, posible- – Incapacidad para escoger el sentimiento apropiado para una
mente, más libres. Observe el lector que primero hemos ha- determinada situación

blado de reconocer las emociones, como único camino para – Incapacidad para detectar y contrarrestar sentimientos
enquistados
analizarlas y transformarlas, si fuera el caso, y después de
– Incapacidad para frenar emociones negativas, y neutralizarlas
sintonizarnos en el sentimiento más apropiado, esto es, tra- o revertirlas
bajar nuestra capacidad de “movernos” de un sentimiento a – Los pacientes (y las personas en general) se clasifican en
otro. Mientras que las emociones son las que son, porque a simpáticos y antipáticos
fin de cuentas son reacciones muy veloces con las que res-
pondemos a situaciones de la realidad, los sentimientos son
fruto de la reflexión. Algunas personas descubren esta doble este momento del día? E incluso más: ¿para qué ser pesimis-
competencia y se encallan en ella, porque dejan de ser ge- tas si resulta más divertido ser optimistas? Descubrir que
nuinos. Dejan de ser espontáneos y auténticos. El cínico es “cuesta lo mismo” ser optimista que pesimista, dar espacio a
un buen ejemplo. El cínico es capaz de burlarse de cualquier un sentimiento positivo que a uno negativo, es otro de los
paciente, de cualquier situación. Encuentra la comicidad en aprendizajes de la competencia emocional. Y de paso, he
las situaciones más variopintas. Maneja perfectamente sus aquí que descubrimos otra incompetencia emocional: no
sentimientos para reírse de los demás, de sí mismo, pero esta darnos cuenta de que permitimos una invasión de nuestra vi-
falta de sujeción a “algo serio” desvaloriza su perfil profe- da afectiva por juicios o sentimientos que son algo así como
sional. A fin de cuentas, el médico es un espectador privile- “profecías de desastres” (tabla 3).
giado del sufrimiento humano, pero para tener cierta sabidu- Trabajar las expectativas con que afrontamos los retos co-
ría tiene que reconocer y aceptar el carácter dramático que a tidianos no significa mentirnos sobre nuestras condiciones
veces tiene la vida humana. de trabajo, o nuestras relaciones personales. Significa no dar
Si descubrimos las emociones más profundas con las que por bueno el juicio que se deriva de estas emociones-juicios
reaccionamos ante la vida, y si nos damos las oportunidades “enquistados” y, como mínimo, ser capaces de reprocesar-
de reflexionarlas, vamos atesorando sentimientos más sutiles los. Entonces podemos descubrir con sorpresa que tener la
y, sobre todo, aprendemos a desenvolvernos con estos senti- expectativa de que nos lo vamos a “pasar bien” haciendo
mientos, a rechazarlos o a aceptarlos. Rechazarlos, por nuestro trabajo, es algo que depende en parte de nuestra vo-
ejemplo, si escogemos no llorar cuando un paciente se pone luntad, de esa capacidad que mencionábamos anteriormente
a llorar. Uno de los retos más frecuentes para el médico es de “escoger el sentimiento más apropiado”.
distinguir entre las emociones que le proyecta el paciente y Uno de los retos menos conocidos y menos discutidos por
las suyas propias. Cuando sabe estar tranquilo y a la vez em- los médicos es aprender a disfrutar del trabajo cotidiano. El
pático con un paciente que llora desconsoladamente, está ha- médico puede pensar ingenuamente que tiene que pasar visi-
ciendo uso de esta libertad que se ha sabido trabajar. Pero ta muy concentrado en sus papeles, ahora en la pantalla del
esta libertad tiene aspectos más profundos y sorpresivos. ordenador. Claro que sí, tiene que leer un montón de datos
en muy pocos minutos… Una tarea impresionante. Pero es
Emociones enquistadas verdad que el médico que sonríe, acoge con hospitalidad o
Invito en este punto al lector a que haga un pequeño experi- conecta emocionalmente captará aspectos del paciente que
mento: observar con qué estado de ánimo acude a trabajar jamás podrá sospechar el médico aturdido por una montaña
un día cualquiera. Suele ocurrir que las profecías de buenos de datos. La sonrisa, en particular, es la gimnasia más pode-
o malos augurios se autocumplen. Si pensamos que “esto de rosa que conozco de las emociones. El médico que se es-
trabajar es una maldición bíblica”, y que “vamos a pasárnos- fuerza en sonreír y mirar a los ojos a los pacientes (sin llegar
lo mal”, sin duda nos lo pasaremos mal. Puede que en nues- a ser melifluo ni impertinente, por supuesto) disfrutará de
tro equipo de trabajo haya un ambiente catastrofista (“todo buenas relaciones con sus pacientes. La sonrisa va a desen-
va de mal en peor”), o puede que varios días agotadores nos quistar también esos malos augurios y malas profecías con
hayan hecho exclamar públicamente: “¡los pacientes están las que a veces nos levantamos por la mañana.
insoportables!”. Este tipo de juicios quedan ahí, enquistados, Afrontar la jornada laboral con buen tono emocional no
y pueden aparecer cada mañana en este momento mágico en siempre resulta posible, hay que admitirlo. En ocasiones lle-
que nos miramos en el espejo y nos decimos “¿y hoy… qué vamos una carga asistencial abrumadora, a veces tenemos
pasará?”. Para mayor claridad les llamaremos “juicios o situaciones personales desfavorables, e incluso en ocasiones
emociones enquistadas”. Ahora bien, ¿por qué no escoger algunos pacientes hacen méritos para ser etiquetados de “di-
otro sentimiento, “nuestro” sentimiento, para dar colorido a fíciles”. Algunas agresiones verbales y físicas son sencilla-

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Borrell i Carrió F. Competencia emocional del médico

mente imprevisibles, injustas y causan un gran impacto psi- das y solucionadas, porque tienen un efecto eco insospecha-
cológico, una mezcla de sentimiento de injusticia, rabia y do en los pacientes. Por ello, hemos de procurarnos cierto
desvalimiento. Todo lo que hemos mencionado debe enten- bienestar físico en la consulta, hemos de cuidar nuestros pe-
derse como una capacitación emocional necesaria para au- ríodos de descanso, especialmente la calidad del sueño (que
mentar nuestro bienestar, pero a veces no suficiente. Tiene tanto interfiere en el rendimiento cognitivo de los médicos),
que ser complementada con condiciones laborales mínima- y sobre todo debemos procurarnos una agenda “posible”
mente decentes. Pero hay que tener en cuenta que la técnica (aunque no sea ideal), en la que la mayor parte del año no
preventiva para evitar agresiones en la consulta, la técnica acabemos agotados y los pacientes enfurecidos por retrasos
más eficaz y sencilla, es darle la mano con una sonrisa a to- escandalosos en la cita previa. Por mejores profesionales
dos y cada uno de los pacientes que entran por la puerta. que seamos, o queramos ser, a la larga sucumbiremos a cir-
Porque el paciente agresivo en realidad también acude a la cunstancias desastrosas.
consulta “enquistado” en una fantasía de enfrentamiento y
turbios sentimientos de injusticia, y lo que menos espera es Tener presencia
que le recibamos con cordialidad. Al punto deberá sintoni- El modo emocional básico se asienta sobre la cortesía y la
zarse con esta cordialidad, y de tal manera le “abrimos” a atención, esto es, las ganas de solucionar los problemas del
otros cursos de acción. paciente, no se requiere mucho más. Pero al menos se re-
quiere esto, ¡y no es poco!, porque a partir de este punto el
profesional de la salud “tiene presencia”.
Modo emocional básico No es nada fácil decir en qué consiste tener “presencia”, y
y avanzado sin embargo el paciente lo nota de inmediato. Sobre todo no-
ta la falta de presencia: “es como si le hablara a la pared, me
Los entrevistadores parecemos más o menos iguales en las hace muchas preguntas pero yo sé que no soy nadie para
consultas rutinarias, pero se observan diferencias cuando es- él/ella, que lo hace porque tiene la obligación, pero no me
tas consultas se complican. En eso consiste ni más ni menos mira, y cuando salga por esta puerta me olvidará” (cuadro 1).
el modo emocional básico y avanzado. El modo emocional básico está a un paso de la presencia,
Sólo mencionaremos para dar una idea completa de los sólo que para tenerla se requiere algo más: interiorizar al pa-
modos emocionales, el que llamamos modo emocional “na- ciente, ponerlo en la agenda, que éste nos importe…
tural”, el que tenemos por efecto de las habilidades sociales La presencia es una manera de estar en la consulta: “aquí
adquiridas como personas, no como profesionales. En el estoy para hacerme cargo de su problema, para ser responsa-
modo emocional básico –ya hemos mencionado las habilida- ble de su cuidado, y para ello en primer lugar le doy la bien-
des adquiridas en tanto que profesionales de la salud– predo- venida, y luego examino con atención lo que me dice”. En
minan 2 notas: la cordialidad y la atención. Si un médico es- definitiva: “estoy frente a usted con todas las consecuencias,
tá atento y es hospitalario, incluso más, si tiene un punto de para ayudarle y hacerme responsable de mi actuación profe-
calidez, puede decirse que tiene el 70% de consultas “gana- sional”.
das”. Estar atento es también una tonalidad emocional, con- Hemos dicho en otra ocasión que “cierta moda antipater-
traria por ejemplo al aburrimiento, al bostezo, a la mirada nalista y autonomista brinda una excelente oportunidad para
extraviada… Un interlocutor atento –lo dice la palabra– está diluir nuestra presencia ante el enfermo”. Con la excusa de
tenso y actúa con tiento, pensando las cosas, escuchando, se- que “ya es mayorcito” para tomar sus decisiones, o para ha-
leccionando las preguntas, marcando un ritmo al diálogo, bérselas con su sufrimiento, “no sea que caigamos en el pa-
adaptándose a los silencios, provocando atención también en ternalismo de siempre”, el médico y la enfermera adoptan un
el paciente. Todo ello es muy significativo para el paciente, estilo frío y distante, eso sí, muy “técnico”. Posiblemente, en
y no puede extrañarnos que de por sí la atención resulte has- el 70% de los casos (fáciles) su falta de presencia sólo se re-
ta cierto punto consoladora. “Me ha escuchado atentamen- flejará en una incompleta satisfacción del paciente… “¡Ah!,
te”, dirá el paciente. Obsérvese que se trata de una calidad si encontrara un buen médico/enfermera”…, pensará. Por-
muy próxima a la empatía, aunque no lo es, como veremos que lo contrario del denostado paternalismo no es la frialdad
más adelante. del técnico, sino la presencia de un profesional que desea
Por otro lado, hemos mencionado la cordialidad. La cor- ayudar, aunque sólo sea de manera atenta y cordial.
dialidad es dar la bienvenida, hacer sentir cómoda a la per- La presencia es el paso obligado para lo que hemos lla-
sona, darle indicación de que la apreciamos, de que no nos mado modo emocional avanzado, que pasamos a analizar.
incomoda ni debe sentirse ella incomodada. Sin embargo, a
veces el profesional sí está incómodo; por ejemplo, porque Modo emocional avanzado
tiene apetito, o sed, o ganas de ir al baño. Estas “pequeñas- Si el modo básico se asentaba en la atención y la cordiali-
grandes” miserias del entrevistador tienen que ser reconoci- dad, el modo emocional avanzado, en cambio, se asienta en

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CUADRO 1. Falta de presencia TABLA 4. Analizar lo que nos irrita

“Tenía unas molestias abdominales y el médico que me atendió Repelentes de comunicación. Características de una persona que
era joven, y no sé si me escuchaba, porque estaba de cara al nos llaman la atención en un sentido negativo: olor, manera de
ordenador apuntando y apuntando, pero creo que sí se enteró expresarse (paralenguaje), apariencia, etc. Constituyen una
de lo que me pasaba. Luego me auscultó y me tocó la barriga, causa frecuente de error de atribución, en especial los
y me dijo, “eso son gases, usted debe mascar chicle, ¿no?”, repelentes de tipo verbal
“¡pues no!”, le dije con aire triunfal, porque de veras me daba
Tipologías de demanda. Algunas demandas (o la manera
rabia que después de tanto rato de hablarle no me hubiera
de expresarlas), pueden irritarnos. Por ejemplo, pacientes
mirado ni una sola vez a los ojos. Y entonces sí que me miró,
que acuden siempre para pedir una baja laboral, pacientes que
pero lo hizo enfadado, y me di cuenta de que si quería tener un
siempre declaran “sentirse peor que nunca”, pacientes
buen médico de cabecera era urgente que cambiara a otro. Ya
que reclaman derivación al especialista incluso antes de que
ves, por esta tontería y me quiero cambiar de médico, y el caso
hayamos podido visitarles…
es que no tengo una queja concreta, porque en realidad lo que
me dio no me ha ido mal, y eso que lo tomé predispuesta a que Presencia de familiares. Familiares que bostezan, que se
me sentara mal…” muestran impacientes, invasivos hasta el punto de no dejar
hablar al paciente, que preguntan por problemas suyos…
Problemas de salud. Algunos profesionales se ponen nerviosos
ante problemas de salud mental, o problemas mal definidos,
expresados como polialgias o mareos…
la empatía, en la contención y en la paciencia, mucha pa-
Situaciones clínicas. Abuelos que vienen solos y que son
ciencia. La paciencia es precisamente el factor sine qua non extremadamente lentos, adolescentes que acuden
de la empatía. No podemos imaginar una verdadera empatía repetidamente por la píldora del día después,
hiperfrecuentadores, pacientes en custodia policial que acuden
si estamos irritados por la situación, o por la manera de ser por partes de lesiones, etc.
del paciente. No hay nada más contrario a la empatía que Nota. Se puede profundizar en estos conceptos en: Borrell F. Entrevista
sentirse irritado. Por ello, para entrar en el modo emocional clínica, manual de estrategias prácticas. Barcelona: Semfyc; 2004.
avanzado es imprescindible realizar lo que llamamos el aná-
lisis de nuestras zonas de irritación (tabla 4). Volveremos
sobre ello.
Ser pacientes puede ser un rasgo de nuestro carácter, un Esta manera de estar es incómoda, porque somos todos
verdadero regalo si fuere el caso. Pero lo más corriente es por naturaleza perezosos. ¿Qué tiene que ver la pereza con
que nos obliguemos a tener paciencia para, poco a poco, ser el modo emocional avanzado? Pues mucho. Nuestro patrón
pacientes. Paciencia es dejar que suceda lo que de todas ma- de relaciones es un patrón que abarca una serie de conduc-
neras va a suceder. No forzar a un abuelo a vestirse más de- tas, pongamos 20 maneras diferentes de estar con un pacien-
prisa de lo que puede, ni a expresarse de manera telegráfica, te (es un decir). Pero descubrimos que estas 20 maneras no
cuando malamente puede articular palabra. Nos damos poca se adaptan a algunas situaciones determinadas, que en un
cuenta de cuándo somos pacientes, pero en cambio percibi- momento determinado nos mostramos intolerantes ante un
mos muy bien la impaciencia, la irritabilidad. Pues bien, el padre que rechaza la homosexualidad de su hijo, o ante una
modo emocional avanzado se instaura cuando el profesional mujer que lloriquea porque es maltratada, en lugar de hacer-
desea modificar estas tendencias de fondo de su carácter. El se respetar por su pareja. Descubrimos que estas situaciones
modo emocional avanzado no es, por consiguiente, un esta- nos irritan. He aquí el punto capital que marca la diferencia:
do en el que “se encuentra” el profesional experimentado, y ¿queremos avanzar o ya nos conformamos con esta respues-
con muchas habilidades en comunicación, para el resto de ta? “Pues sólo faltaría que justificáramos la homofobia”,
sus días, sino una voluntad de superación constante, practi- puede que se diga el lector. No, no se trata de justificar o no
cada hoy y mañana. La persona que por naturaleza es empá- justificar, se trata de vencer el efecto envolvente de nuestras
tica y paciente tiene un auténtico regalo, pero ello no le ase- reacciones emocionales inapropiadas. Las inercias a las que
gura un modo emocional avanzado. Sólo está en este modo nos conducen nuestras actitudes más íntimas.
emocional quien hace autocrítica, o acepta críticas, quien es- El modo emocional avanzado es esta disposición a decir-
tá dispuesto a reconocer las tendencias características de nos “esta paciente tiene perfecto derecho a estar atemoriza-
fondo y quiere vencer las inercias en la manera de reaccio- da”, o bien “este padre está desconcertado y teme lo peor pa-
nar, en la manera de percibir y sentir las diferentes situacio- ra su hijo homosexual”. Este otro punto de vista es mucho
nes clínicas. más productivo, permite avanzar; el otro, en cambio, no. És-
El profesional de la salud que madura es el que, sobre to- ta es la diferencia, la gran diferencia.
do, identifica las situaciones en que “roza” o incluso choca Mencionábamos antes el carácter envolvente de las actitu-
con determinadas situaciones, y analiza qué ha ocurrido. des y las emociones. Las actitudes no son sencillamente una
Examina cuánto hay “de fuera” y cuanto “de dentro”, cuanto serie de respuestas planificadas frente a determinadas situa-
hay de suyo, y admite que lo de dentro es siempre o casi ciones, sino que llevan consigo unos valores y unas justifi-
siempre lo más relevante. caciones de dichos valores. En los casos referidos:

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mal (ambas cosas van muy unidas). En realidad cada vez le


CUADRO 2. Estilo emocional reactivo
caen mal menos pacientes, porque al estar menos reactivo
La Dra. Estefanía suele comentar: “mis pacientes ya saben que a también tiende a juzgarlos menos, a aceptarlos más como
primera vista soy antipática, pero cuando me conocen dicen de
mí: ‘tiene buen corazón, es dura pero tiene buen corazón’. Y es
son, sin ponerles etiquetas. ¿Hay en este estilo proactivo una
que no puedo evitarlo, hay personas que me caen mal, sobre renuncia a la autoridad de “decir no” cuando corresponde?
todo estas personas que van por el mundo pensando que (p. ej., decir “no” a petición de certificados que no son co-
‘pueden con todo’, que ‘aquí te pillo aquí te mato’, pues no,
conmigo no, a mí me tienen que respetar porque aquí, en la rrectos, o a bajas igualmente incorrectas, etc.). No, no hay tal
consulta, mando yo. Y a las buenas, porque a las malas, soy renuncia, pero no es una autoridad ejercida desde una impo-
tremenda”
sición relacional, porque “usted me pide cosas imposibles”, o
“tengo que demostrarle que aquí mando yo”, sino una autori-
dad ejercida porque “toca”, porque las cosas son así.
– Es indignante que aún haya gente que discrimine a los Muchos residentes llegan a sus últimos años con estilos
homosexuales, y mucho más si son los padres, cuyo deber reactivos, y es difícil arrancarlos de esta posición. Tienen
sería apoyar incondicionalmente a sus hijos. presencia, hacen bien su trabajo, son capaces a veces de pa-
– Hay que promover una actitud madura en las mujeres, sar a modos emocionales avanzados y, sin embargo, básica-
porque a veces son ellas mismas las que se buscan ser mal- mente están instalados en la reactividad. También ocurre
tratadas. que algunos profesionales pasan sus años de plenitud en es-
tilos proactivos, pero vencidos por la mediocridad, regresan
El lector adivinará el carácter simplificador de estas dos ase- a un estilo reactivo y a veces bronco. “Para qué me voy a es-
veraciones, e incluso puede pensar que él o ella no tienen este forzar si al final voy a cobrar lo mismo…” O incluso: “Para
tipo de prejuicios. Bueno, tal vez éstos no, pero tendrá otros. lo que me falta para jubilarme…”. Estos profesionales pue-
Todos tenemos otros, porque la realidad es tan compleja que den funcionar bien en el 70% de las consultas, pero se que-
no la hemos pensado con suficiente profundidad, y nunca aca- dan a medio camino de sus potencialidades. Olvidan que la
baremos por hacerlo. Por ello, pertenece al modo emocional calidad del médico o enfermera de familia se hace en estas
avanzado pensar “¿y si yo no tuviera razón, si la manera de re- 3 o 4 visitas diarias en cierta medida “excepcionales”. Un
accionar del paciente obedeciera a causas y razones que se me drama para un médico joven que tiene toda una vida profe-
escapan, pero que obedecen a una profunda inteligencia, o a sional por delante. Un mal ocaso para un buen médico que
factores que no puede superar?”. Entender el mundo como una sin darse cuenta se precipita hacia el burn out. Hay mejores
realidad siempre más compleja de lo que podemos llegar a maneras de jubilarse.
pensar es una característica del modo emocional avanzado; por
tanto, descubrir nuestras inercias, lo que nos irrita, puede ser Esfuerzo emocional y capacidad técnica
una muy interesante metodología de trabajo (tabla 4). Insistamos en el carácter “fronterizo y esforzado” del modo
emocional avanzado. Fronterizo porque siempre se desarro-
Estilos emocionales: el estilo reactivo lla sobre las situaciones que nos incomodan. Esforzado por-
y el estilo proactivo que siempre representa vencer una rutina o inercia, y hacer o
Tener presencia es la prueba del nueve para el modo emo- sentir algo de manera distinta.
cional básico… ¿podemos decir algo similar para el modo ¿Cuáles son los esfuerzos de los que merece la pena ha-
emocional avanzado? En efecto, cuando hay una firme vo- blar? En primer lugar, de la paciencia. Lo mencionábamos an-
luntad de instalarse en el modo avanzado, el profesional ad- teriormente, sin paciencia no hay empatía. Toda vez que po-
quiere un estilo proactivo. cas veces nos damos cuenta de que “somos” pacientes, sino
Para entender qué es un estilo emocional proactivo, lo más bien nos percatamos de que estamos impacientándonos,
mejor es describir el estilo contrario, a saber, el estilo reacti- podemos diseñar estrategias para revertir el proceso (tabla 5).
vo. El profesional reactivo es simpático con el paciente sim- En segundo lugar, la empatía. Se ha hablado mucho de la
pático, o el paciente que le cae bien. Sin embargo, es antipá- empatía porque resulta muy central en la percepción del pa-
tico con el antipático. Capta con tremenda habilidad el “mal ciente. El paciente a veces comenta “tiene usted más pacien-
rollo”, pero en lugar de intentar superarlo, se deja llevar para cia que un santo”, y otras veces “me sentí escuchado”. Así
demostrar que es él o ella la parte fuerte de la relación, la van de la mano paciencia y empatía. Por ello, hay que enten-
que tiene más posibilidades de ganar. ¿Puede ocurrir que un der la empatía como una manera de estar, transmitida sobre
profesional “juegue” a mostrar y demostrar su poder? Pues todo de manera no verbal, y no sencillamente como una fra-
sí, y es un componente de este estilo reactivo, básicamente se amable o amistosa.
inmaduro (cuadro 2). En tercer lugar, proactividad, esto es, capacidad para estar
El profesional proactivo es capaz de mostrarse neutral o cómodo –o al menos neutro– cuando el paciente manifiesta
incluso positivo con pacientes que le caen mal o a los que cae aburrimiento, antipatía o agresividad. E incluso más, ser ca-

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TABLA 5. Ganar en paciencia: algunas técnicas TABLA 6. Habilidades técnicas que se hacen patentes
en el modo emocional avanzado
– Identifique la impaciencia: “estoy empezando a sudar, me estoy
impacientando” El profesional en modo emocional avanzado realiza estas técnicas:
– Analice: “¿puedo hacer algo para que la secuencia de 1. Valida y/o normaliza conductas o emociones (“tienes
acontecimientos funcione de otra manera sin erosionar la derecho/es normal a sentirte/comportarte así”, “está muy bien
relación?”. En caso negativo: “voy a relajarme y a disfrutar de que me lo digas”)
estos momentos”
2. Expresa confianza en el paciente, alaba o resalta aspectos
– Detecte contracturas musculares, posiciones forzadas, dedos de positivos (“puedes hacerlo”, “claro que tienes buenos
los pies en garra y otras manifestaciones encubiertas de tensión sentimientos”, “eres honesto”)
nerviosa. Aprenda a “estar” sin estas descargas de tensión,
3. Pregunta por creencias, opiniones, expectativas del paciente
pues en realidad no descargan, sino que nos cargan
(“¿cuál es tu opinión al respecto?”, “¿qué crees que te puede ir
– Aprenda técnicas de gestión del tiempo, pero cuando sufra bien?”, “me interesa tu opinión al respecto”)
atrasos ineluctables no se agobie ni se justifique ante los
4. Señala emociones o conductas (“te veo como si…/pareces
pacientes que protestan. Continúe su trabajo como si tal atraso
tenso, enfadado, etc.”)
no existiera
5. Intensifica una emoción (“llorar le hará bien”, “hable y
– Procure su comodidad. Tenga alguna bebida y algo de comida a
desahóguese”, “piense como reaccionaría si él le dijera
su alcance. Si está muy agobiado o cansado cierre unos
que…”), o focaliza la atención del paciente en una
minutos la consulta con llave y túmbese en la camilla. Usted
emoción/conducta, ya sea de manera verbal (“me gustaría que
también tiene derecho a tener paciencia
pensaras más en cómo te sientes cuando estás con él/ella”), o
no verbal, por ejemplo con un silencio o un gesto de valor
empático
6. Moviliza sentimientos constructivos del paciente, de forma
paz de rescatar al paciente del aburrimiento, de la antipatía o paradójica (“no te veo capaz”)
de la agresividad. El concepto de “rescate” es muy intere- 7. Reinterpreta y/o pone en duda creencias o sentimientos del
sante. ¿Cómo logramos interesar al aburrido? Pues primero paciente para que éste reflexione u otorgue otro significado a su
realidad (“tal vez las cosas no son como piensas”, “puede que
contagiándole nuestro interés. ¿Y al paciente agresivo? Con- tengas más virtudes/capacidades de las que sospechas”)
tagiándole serenidad. A estos tipos de rescate emocional les 8. Realiza una reconducción por objetivos para evitar colisionar
llamamos “contrabalanceo emocional”, y exceden el propó- con el paciente (“ahora lo importante es ver qué podemos
sito de este artículo. Son técnicas basadas en el efecto sin- hacer por tu salud”), o desvía los contenidos de la entrevista
con similar resultado
cronía-sintonía, y en el uso de una serie de técnicas que re-
9. Hace una cesión intencional (“me parece muy bien esto que
sumimos en la tabla 6. Son técnicas propias del modo emo- dice y lo tendré en cuenta para más adelante”), o real (“si,
cional avanzado. Conocerlas y entrenarnos en su uso puede también eso que dice puede hacerse”), o se avanza a una
expectativa latente del paciente (“para mayor seguridad
formar parte de los paquetes formativos en el campo que nos también le hago hacer esta radiografía…”)
ocupa, siempre y cuando no desplacen el análisis de presen-
10. El profesional descubre emociones que le son propias al
cia y estilo emocional realizado con anterioridad. En el cua- paciente, del tipo: “me preocupa que...”, “me sabe mal que
dro 3 observará el lector el uso que el profesional hace de al- piense que…”, “yo creía que éramos amigos…”, etc.
gunas de estas técnicas.

Estilo emocional y personalidad


Los profesionales que vivimos en permanente contacto con A modo de conclusión
otras personas, y que además tenemos la responsabilidad de
entrar a fondo en sus vidas, en sus esperanzas y ansiedades, Hemos dicho que la empatía se asienta sobre la paciencia.
somos como guijarros que vamos bajando por un río, Pero, ¿por qué razón ser pacientes? ¿Acaso no es un valor
limando los ángulos más rudos de nuestra personalidad. socialmente aceptado la impaciencia, el salirse “con la su-
Puede que nos obcequemos en justificar nuestras aristas, ya”, el cumplir objetivos sea como sea? ¿Acaso no nos lleva
porque uno toma aprecio incluso a sus defectos, pero los la paciencia a incumplir los horarios?
años nos enseñan el valor de ceder prestamente ante bata- La paciencia nos lleva a una consideración más profunda:
llas perdidas de antemano. Un signo de inteligencia –en es- al respeto. El profesional con paciencia es un profesional
te caso inteligencia emocional– es tratar de limar estas profundamente respetuoso. Otorga dignidad a cada persona,
asperezas de nuestra personalidad antes de que el río de la y por ello cada persona es considerada fuente potencial de
vida se encargue de hacerlo por la vía traumática. En la ta- nuevo conocimiento. Esta instalación en el respeto le provo-
bla 7 resumimos algunos aspectos característicos y de qué ca curiosidad y, por consiguiente, activa su atención.
manera pueden perjudicar a nuestro desarrollo profesional. Ahora se nos dibuja un interesante triángulo: empatía-pa-
Por el mismo motivo, podemos aseverar que capacitarnos ciencia-respeto. Lo opuesto sería una instalación en relacio-
en este campo conduce inexorablemente a una mayor ma- nes de poder, entender la interacción humana como un ejer-
duración. cicio de poder, y el triángulo que dibujaría sería frialdad, re-

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Borrell i Carrió F. Competencia emocional del médico

CUADRO 3. Modo emocional avanzado TABLA 7. Algunas enfermedades del carácter del profesional

Paciente. No se puede imaginar cómo estoy de dolores. Alguna – Profesional culpabilizador. En su vida cotidiana el profesional
cosa tiene que hacer porque no estoy dispuesta a aguantar este suele atribuir causas y personalizar culpas para casi todo. En la
martirio… o me voy al hospital o no sé qué voy a hacer… consulta es un experto para hacer recaer los pequeños fracasos
terapéuticos en el propio paciente
Médico. (Sin demostrar la impaciencia que nota.) A ver,
explíqueme un poco más – Profesional distante y “muy técnico”. En su vida cotidiana es
una persona poco expresiva. En la consulta se ve como un
P. Usted pensará que soy una pesada
“técnico” que no quiere mezclar la amistad en su relación con
M. (Haciendo una declaración de confianza hacia la paciente.) los pacientes
Claro que no. Sólo faltaría que no me viniera a ver si usted se
– Profesional irónico. En su vida cotidiana “saca punta” a casi
encuentra mal. Hace muy bien en venir
todo. En la consulta libera tensiones riéndose de las
P. Créame, ahora tengo aquel dolor de cabeza, “pum, pum”, no excentricidades que percibe en sus pacientes
hay manera… Yo así no puedo continuar de ninguna manera
– Profesional paternalista. En su vida cotidiana decide casi todo
M. (Empatizando.) Sí, ya veo que está muy dolorida. Veamos si me para aliviar el sufrimiento de familiares y amigos. En la consulta
puedo hacer una idea más exacta. ¿Podría explicarme como también cree que si los pacientes hacen lo que él/ella piensa,
pasó el día de ayer, por ejemplo? irán mejor que si se les deja decidir
P. Ayer fue un día horroroso. (Aquí la entrevista sigue con una – Profesional “hiperresolutivo”. En su vida cotidiana es ama/o de
descripción semiológica de varios minutos, hasta que la casa, madre/padre y amigo “solventalotodo”. En la consulta
paciente declara tener pesadillas) también le gusta quedar bien, aunque a veces cae en un “furor
terapéutico” (megadosis, asociaciones peligrosas, etc.)
M. (Señalamiento.) Tal vez la tensión de todo el día le salga por la
noche, mientras duerme… – Profesional “ansioso-asegurador”. En su vida cotidiana lo quiere
tener todo controlado. En la consulta no tolera situaciones
P. No lo creo, no… no, no, no, no… problemas claro que los hay, ambiguas y se “reasegura” de que el paciente no tiene “nada
como en todas las casas, pero no, no, no, no, no… son cosas grave”, aunque para ello deba repetir exploraciones ya
normales… realizadas. Crea en los pacientes una sensación de peligro y los
M. (Interpretación sugerida). Sí, no pongo en duda que sean hace adictos a su consulta
cosas normales, pero me pregunto si esta carga no empieza a Modificado de Borrell et al. Profesionalidad y “professionalism”:
ser demasiado fuerte para usted… fundamentos, contenidos, praxis y docencia. Med Clin (Barc).
P. (Desorientada). ¿Una carga muy fuerte?… dice usted muy 2006;127:337-42.
fuerte… (Empieza a llorar.) Claro que es muy fuerte. Porque
estoy segura que esta hija mía está liada en algo de drogas, y
usted no se imagina la guerra que tengo con ella, contestona,
maleducada, parece que sea otra, que no sea mi hija… tantes. Por ello, bien puede afirmarse que el peor enemigo
M. (Empatizando y descubriendo emociones propias.) Está claro que tenemos en esta empresa es nuestro orgullo. Pensemos,
que estos momentos son difíciles para usted. Yo también soy por ejemplo, en las muchas razones que siempre tenemos
padre y entiendo perfectamente lo que supone un hijo que se
nos escapa de las manos…
para justificar un diagnóstico. Desmentirnos y pensar en
diagnósticos que no se nos habían ocurrido es precisamente
un ejercicio emocional. El gran Doctor House (y no pienso
tanto en el personaje de telenovela, como en los muchos
solutividad y petulancia. Esta instalación lleva a entender al “doctores House” que habitan hospitales y centros de salud),
otro de manera operativa, como medio para ganarnos la vi- sospecha que su diagnóstico de neumonía puede ser equivo-
da. Los pacientes nos caen simpáticos cuando nos adoran, cado, pero le duelen prendas abonar otro diagnóstico, y si fi-
cuando se muestran agradecidos o cuando su enfermedad nalmente rectifica no lo hace en beneficio del paciente, sino
nos aporta prestigio (por lo raro o por lo bien que lo hemos por el miedo a hacer el ridículo ante sus colegas. Sin embar-
sabido solventar). go, lo más inteligente es rectificar. Y con algo de honestidad
Esta instalación en una relación de poder se asienta en y modestia resulta más fácil, así de claro. Por ello, en medi-
una fantasía de omnipotencia, o al menos de creernos posee- cina la modestia resulta tan práctica, y es la primera muestra
dores de un saber “profesional” que nos hace distintos y dis- de inteligencia emocional.

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