Avances en tecnología de ordeño en sistemas caprinos
Ing. Agr. Marcela Martínez (MsC), Ing Qca. Mónica Chavez (PhD), Tec. Virginia Sánchez. INTA EEA Salta – Grupo de Producción Animal.
La producción láctea caprina en el país ha estado ligada
históricamente a explotaciones extensivas de tipo familiar, donde el principal destino de lo producido es el autoconsumo. Sin embargo, existe un momento del año donde los productores cuentan con un excedente de leche, el cual es aprovechado en la elaboración quesos artesanales para la venta local. Existen compradores que tienen preferencias por este tipo de queso, dada la característica de “artesanal”, pero hay quienes no consumen este tipo de producto por desconocer la calidad de la leche, y muchas veces también por presuponer deficiencias higiénico- sanitarias. En la actualidad además de los pequeños productores, actores privados en su gran mayoría, se han volcado a emprendimientos de producción de leche caprina. Dentro de las incorporaciones de tecnología en estos sistemas, se destaca el ordeño mecánico, no solo en virtud de un incremento de la productividad (nº de cabras ordeñadas/ hombre), sino también en busca de una mayor calidad higiénica de la leche. Entre los métodos de ordeñe que se conocen y practican en la lechería caprina, podemos distinguir al ordeño manual a corral (el más practicado), al ordeño manual en tarima, y al ordeño mecánico. La tendencia por parte de los consumidores es a pensar que por ser el ordeño realizado en corrales con piso de tierra, y la leche colectada en recipientes plásticos, su calidad es inferior respecto a la que podría lograrse a través de un ordeño mecánico. Si bien este preconcepto se halla ampliamente difundido, se encuentra pobremente respaldado en la bibliografía, es más, trabajos realizados por el grupo de producción animal de INTA Salta han demostrado que la leche producida en zonas de valles áridos y quebradas del noroeste argentino es de muy buena calidad higiénica sanitaria. La calidad de la leche se define a través de un conjunto de parámetros que van más allá de la composición química clásica (grasa, proteína y lactosa). Dentro de éstos parámetros, se destacan el conteo de células somáticas (CCS), no solo como un indicador directo del estado sanitario del rebaño, sino también como un indicador indirecto de la tecnología de ordeñe; adicionalmente, el recuento bacteriológico de aeróbios mesófilos (RAM) y coliformes totales (RCT) son parámetros valiosos al momento de evaluar el grado de higiene del sistema, entendiéndose como componentes del sistema a la higiene del animal, la del tambero, la del ordeño, la de los utensilios, y la del lugar de ordeñe. Otros parámetros que ayudan a definir la calidad higiénico-sanitaria de la leche son por un lado el pH, estimador indirecto de la actividad de los microorganismos, y la lipólisis de la leche por otro. La lipólisis es un parámetro importante en este tipo de evaluación porque es un indicador de la ruptura de los glóbulos grasos y del potencial deterioro de los triglicéridos de la grasa láctea, esto último tiene aparejado la formación de sabores no deseables en la leche, los cuales se transmiten a los productos elaborados. Cabe mencionar que tanto el manipuleo de la leche, como el ordeñe, el transporte, y el acopio son factores que favorecen a este proceso. En la experiencia sobre tecnología de ordeño que se llevó a cabo en INTA Salta, se buscó recrear los distintos tipos de ordeñes que se llevan adelante en los establecimientos lecheros (ordeñe a mano en el corral, a mano sobre tarima y ordeñe mecánico) con el objetivo de poder analizar y comparar la calidad higiénica sanitaria de la leche obtenida en cada caso. La época de lluvia (febrero) fue elegida para este ensayo. Se trabajó en instalaciones del tambo experimental del INTA Salta con el biotipo Saanen durante el 3er tercio de la lactancia. Los parámetros que se tomaron en cuenta para poder caracterizar la calidad fueron: el RCS, el RAM, el RCT, el pH y la lipólisis. En las muestras obtenidas por ordeño mecánico los valores máximos registrados para CCS se encuentran dentro de los standards de calidad que establece el Código Alimentario Argentino (CAA) para leche cruda bovina ( <500.000 cel/ml), y el que además coincide con los indicados para leche caprina cruda en nuestro país (Scaltritti, R y col., Tesis de Maestría). Respecto a los resultados de las muestras provenientes del ordeño manual en tarima, si bien éstos son mayores a los límites fijado para leche bovina cruda en el C.A.A; son menores al valor adoptado por la Unión Europea para considerar a una leche cruda caprina de calidad (<1.000.000 cel/ml). Al analizar los datos procedentes del ordeño manual en corral se puede observar que si bien la mayoría se ubican dentro del valor fijado por la UE, hay una minoría que se encuentran muy por encima de este límite. En lo que respecta al RAM, los valores obtenidos para el ordeñe manual en corral son más bajos en comparación con los valores del método ordeñe en tarima; y en ambos casos se encuentran por debajo del límite más estricto (100.000 UFC/ml) establecido por el CAA para leche de vaca cruda, el que también coincide con el límite más exigente sugerido para leche de cabra cruda (Scaltritti, R y col., Tesis de Maestría). Si bien al analizar los resultados de las muestras obtenidas por ordeñe mecánico se observó que el valor de tendencia central es inferior al valor menos exigente del código (<350.000 UFC/ml), hay un número importante de muestras que presentaron valores mucho más elevados. Los valores obtenidos en el RCT en el 100% de las muestras procedentes tanto del ordeño manual en corral como del ordeño manual en tarima fueron menores comparados con el valor más estricto sugerido para leche caprina cruda (<10 UFC/ml); (Scaltritti, R y col., Tesis de Maestría), y si bien los conteos realizados en la leche proveniente del ordeñe mecánico son promedios en más elevados, se encuentran contenidos dentro del intervalo menos exigente propuesto para leche de cabra cruda (<600 UFC/ml) (Scaltritti, R y col., Tesis de Maestría ). En cuanto a los valores de lipólisis para los métodos manuales, estos están contenidos dentro lo considerado para una leche de calidad según standards de leche bovina cruda (0,83 – 1,64 μeq/ml), aunque varios de ellos si se los compara con los valores que se citan en la bibliografía para leche caprina (1,14 – 1,24 μeq/ml) están por encima del mayor valor del intervalo. Mientras que al analizar los valores de las muestras obtenidas por ordeñe mecánico se observa que si bien la mayoría está comprendida dentro del intervalo para bovinos, existen datos que exceden al límite superior de 1,64 μeq/ml; cabe mencionar que valores elevados de lipólisis pueden estar asociados a la mala ejecución de algún paso durante la rutina de ordeño. Posiblemente otro factor que puede ayudar explicar los elevados valores de lipólisis registrados en el presente ensayo sea que los animales se encontraban en el 3er tercio de la lactancia. Las mediciones de pH para los 3 métodos de ordeñes fueron altas, en la mayoría de los casos por encima de 6,70; lo que hace suponer que pueden haber estados relacionados al momento de la lactancia en el que se encontraban los animales. Si se analizan en conjunto los valores mencionados anteriormente, se puede inferir que los métodos de ordeñe manual (a corral y en tarima) permiten lograr una leche de mejor calidad respecto del ordeño mecanizado; siendo en ambos casos leche que se encuentra dentro de los standards para leche cruda bovina. En concordancia con los resultados obtenidos por le Grupo de Producción Animal de INTA Salta, los avances logrados con la presente experiencia permiten concluir que la calidad higiénica sanitaria de la leche no es directamente extrapolable al tipo de ordeñe que se practique en el establecimiento lechero; sino que posiblemente, dependa de la forma en la que se aplica la tecnología de ordeñe utilizada.