http://blogs.publico.es/desdelejos/204/personas-como-perros/
Personas como perros
Por Ángeles Caso
Desde lejos
Y ahora sabemos además que también somos capaces de abandonarlos en el mar y dejar que mueran de hambre y sed.
No vemos nada, no oímos nada.
En algún lugar secreto de nuestras prestigiosas y humanitarias instituciones sigue estando escrito aquello que defendieron tantos teólogos para justificar la esclavitud: los negros no tienen alma.
Otras lecturas relacionadas:
http://blogs.publico.es/versionlibre/442/algo-apesta-en-dinamarca-y-en-toda-europa/
Algo apesta en Dinamarca y en toda Europa
Algo apesta en Dinamarca y en toda Europa, por Marco Scwartz
Tratado de Schengen
El espectáculo que están ofreciendo los dirigentes europeos no puede ser más deplorable en términos morales.
Y pone además de manifiesto las debilidades de una Europa miope que sólo se ha preocupado realmente en avanzar en la cohesión económica y financiera.
http://blogs.publico.es/desdelejos/204/personas-como-perros/
Personas como perros
Por Ángeles Caso
Desde lejos
Y ahora sabemos además que también somos capaces de abandonarlos en el mar y dejar que mueran de hambre y sed.
No vemos nada, no oímos nada.
En algún lugar secreto de nuestras prestigiosas y humanitarias instituciones sigue estando escrito aquello que defendieron tantos teólogos para justificar la esclavitud: los negros no tienen alma.
Otras lecturas relacionadas:
http://blogs.publico.es/versionlibre/442/algo-apesta-en-dinamarca-y-en-toda-europa/
Algo apesta en Dinamarca y en toda Europa
Algo apesta en Dinamarca y en toda Europa, por Marco Scwartz
Tratado de Schengen
El espectáculo que están ofreciendo los dirigentes europeos no puede ser más deplorable en términos morales.
Y pone además de manifiesto las debilidades de una Europa miope que sólo se ha preocupado realmente en avanzar en la cohesión económica y financiera.
http://blogs.publico.es/desdelejos/204/personas-como-perros/
Personas como perros
Por Ángeles Caso
Desde lejos
Y ahora sabemos además que también somos capaces de abandonarlos en el mar y dejar que mueran de hambre y sed.
No vemos nada, no oímos nada.
En algún lugar secreto de nuestras prestigiosas y humanitarias instituciones sigue estando escrito aquello que defendieron tantos teólogos para justificar la esclavitud: los negros no tienen alma.
Otras lecturas relacionadas:
http://blogs.publico.es/versionlibre/442/algo-apesta-en-dinamarca-y-en-toda-europa/
Algo apesta en Dinamarca y en toda Europa
Algo apesta en Dinamarca y en toda Europa, por Marco Scwartz
Tratado de Schengen
El espectáculo que están ofreciendo los dirigentes europeos no puede ser más deplorable en términos morales.
Y pone además de manifiesto las debilidades de una Europa miope que sólo se ha preocupado realmente en avanzar en la cohesión económica y financiera.
Durante siglos, los utilizamos como mano de obra gratuita: el
tráfico de esclavos hizo que muchos millones de personas –hasta 60, según algunos historiadores– fueran cazadas como animales en las tierras de África y conducidas a los dominios españoles, franceses, portugueses o británicos en América.
Durante muchas décadas, las metrópolis europeas los
explotaron además en las colonias que instalaron en sus propios territorios, y esquilmaron sus riquezas.
Ahora mismo, los países ricos seguimos sacando todo el
provecho que podemos del continente africano, marcando unilateralmente el precio de sus cosechas, maltratándolos en las minas de coltán o de diamantes, apoyando a sus gobernantes corruptos, mirando hacia otro lado cuando las luchas por el poder –a menudo instigadas por nosotros– generan baños de sangre y tratándolos como apestosos sin papeles cuando llegan heroicamente hasta nuestro mundo de ricos en busca de una vida mejor.
Mauritania o Marruecos reciben dinero europeo para
contenerlos lejos de nuestras fronteras.
Pero nuestros gobernantes cierran los ojos ante la realidad: la
Policía y los funcionarios de esos países negocian con las mafias que los trasladan como ganado, y cuando los detienen, les roban lo poco que poseen y los conducen al desierto, sin agua ni comida. Y ahora sabemos además que también somos capaces de abandonarlos en el mar y dejar que mueran de hambre y sed.
No vemos nada, no oímos nada.
En algún lugar secreto de nuestras prestigiosas y
humanitarias instituciones sigue estando escrito aquello que defendieron tantos teólogos para justificar la esclavitud: los negros no tienen alma.
Algo está podrido en el Estado de Dinamarca y en toda la
Unión Europea.
El Gobierno del país nórdico anunció ayer que restablecerá el
control de sus fronteras, en un momento en que Bruselas, a instancias de Francia e Italia, estudia una reforma del Tratado de Schengen que podría restringir la libertad de circulación de ciudadanos en el territorio europeo.
Estos movimientos regresivos en materia de derecho tienen
por objetivo a los inmigrantes, que en estos tiempos de crisis ya no son tan bienvenidos como lo eran cuando contribuían con su fuerza de trabajo a la prosperidad desbocada del continente.
El sentimiento creciente de xenofobia en determinados
sectores de la sociedad está permitiendo el auge de formaciones ultraderechistas, y estas, a su vez, están imponiendo su agenda política sin que nadie parezca capaz de remediarlo.
Así, el Gobierno danés ha tomado su decisión de romper de
modo unilateral con el Tratado de Schengen tras un acuerdo con el Partido del Pueblo Danés, la formación de extrema derecha en que se apoya parlamentariamente.
El espectáculo que están ofreciendo los dirigentes europeos
no puede ser más deplorable en términos morales.
Y pone además de manifiesto las debilidades de una Europa
miope que sólo se ha preocupado realmente en avanzar en la cohesión económica y financiera.
Una mayor unión política permitiría, sin duda, gestionar de
otro modo el fenómeno de la inmigración. Pero esto es lo que hay: un proyecto deslavazado en el que los valores más elevados tienen hoy difícil cabida.