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Dios Obra En Nosotros.

Introducción.

“... estando persuadido(convencido) de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo...”.
Fil. 1:6.

Desde el día que fuimos salvos, Dios inicio en nosotros una obra. Y esto no es algo instantáneo, es un proceso constante, es día a
día; y muchas veces no nos damos cuenta que Dios está trabajando en nosotros.

Lo primero que Dios hace –al iniciar su obra-es darnos un buen cimiento, raíces firmes y profundas, para poder crecer en altura
hay que crecer primero en raíces - Raíz, es un órgano de las plantas superiores, casi siempre subterráneo, que desempeña varias
funciones, entre ellas absorber y conducir agua y minerales disueltos, acumular nutrientes y sujetar la planta al suelo. Las raíces
desempeñan varias funciones, entre ellas almacenar nutrientes, recoger agua y sostener la planta-.

“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,


Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará”.
Sal. 1:1-3.

Dios quiere darnos una buena base. Esta es el area más intima de la persona, la que nadie ve, pero Dios sí, y es por donde él
empieza a trabajar. Asi como nadie ve los cimientos de un edificio, o las raices de un árbol, pero allí están.

Dios trabaja en lo secreto, muchas veces, en el silencio. Es interesante ver el edificio de la Facultad de Ingeniería de la Ciudad de
Buenos Aires; una construcción impresionante, pero lo que más llama la atención es que no tiene la terminación externa, ya que
se muestra las paredes y ladrillos al desnudo.
Esto pasa porque por un error en el diseño y construcción de los cimientos hace que el edifiico no pueda soportar más peso. El
edificio no soporta el peso de la terminación porque no tienen buenos cimientos y hay peligro de derrumbe. Por eso es que sólo
pueden darle un reboque muy liviano con algo de cal, una vez cada tanto.

Esto fue tan terrible para su constructor –esta iba a ser su obra cumbre- que se suicidó. Para pensar ¿no es cierto?
Dios no quiere esto para nosotros, y como es el Maestro Arquitecto busca darnos y que tengamos buenos cimientos.
Una vez que nos da buenos cimientos, sigue trabajando en nuestras vidas.
El no nos ve incompletos, ya que él ve la obra terminada, es como un escultor, que ve en un pedazo de marmol algo más que
roca, él ve la obra de arte que de allí saldrá.
Tú estás completo en él.

“Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”.


Col. 2:10.

Lo que él hace con tu vida es bueno, es hermoso en su tiempo, no antes o después, en SU TIEMPO.
No mires las imperfecciones o los fracasos, él no ha terminado aún su obra en ti.
Es interesante que nuestro texto base sigue diciendo: “la perfeccionará”, ¿A quién? A su obra, es decir a nosotros.
¿Qué es la perfección? Es llevar algo o a alguien hacia el mayor grado de excelencia. El ser humano no es perfecto, pero es
perfectible.
No importan nuestras falencias, fracasos e incluso pecados, él nos perfeccionará.
Además este texto añade que “nos perfeccionará hasta el día de Jesucristo”, y esto tiene dos aspectos, el primero se refiere a la
segunda venida de Jesús, cuando nos venga a buscar, pero también el tiempo del cumplimiento de la palabra que Dios nos ha
dado.

Dios, el alfarero, nosotros el barro.

Dios le dijo a Jeremías que fuera a la casa del alfarero. Cuando llegó allí, vio que éste trabajaba con sus manos el barro sobre la
rueda.
Estaba haciendo una vasija.
¿Qué planes tendría para ella? ¿Para que fin o uso la destinaría? ¿La vendería tal vez?
Pero en ese momento, por alguna impureza, un defecto en el barro o vaya a saber por qué, la vasija se echó a perder en las
manos del alfarero.
Este hombre, muy tranquilo, y con toda calma, no fue a buscar otro pedazo de barro, sino que tomó esa vasija que se había
echado a perder y que ahora no servía para nada, y la hizo una masa informe; y le dio forma, la hizo una vasija nueva, según le
pareció mejor hacerla.

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:


Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.
Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.
Y la vasija de barro que él hacia se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.
Entonces vino a mí palabra de Jehová diciendo:
¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del
alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
Jer. 18:1-7.

No importa que hayas fallado, él te restaura, redime tu pasado, él te hace nuevo, Dios perfeccionará y cumplirá aquello que ha
determinado sobre tu vida, pero debes dejarte trabajar por él.
El quiere hacer esto, pero tenemos que dejarnos transformar y perfeccionar, ya que es parte de su proceso; y es constante, de
todos los días. Y esto no sólo incluye en pecado, sino también las actitudes de nuestro corazón.
Involucra ser quebrantado y deshecho para volver a ser formado, transformado y perfeccionado.

Estar en Cristo para ser transformado y perfeccionado.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
2ªCo. 5:17.

De modo. ¿En qué modo? En el de Dios, no como yo pienso, creo o∗ quiero, sino según los planes de Dios para mí, él tiene
pensamientos de bien para nuestras vidas, pero nosotros tenemos que aceptarlos, ponernos bajo su palabra y movernos en el
sentido que ella indica. No es en mi modo, no es a mi manera, es el modo y a la manera de Dios. No podemos estar en Cristo al
modo nuestro, sino que tenemos que es Cristo en el modo de Dios para que todo resulte.

Si alguno está en Cristo. Es importante estar en Cristo, esto marca una posición, marca una diferencia; se está en Cristo, o no se
está en Cristo. Pero nótese algo más, Pablo no dice: “Si alguno ESTÁ CON Cristo”... sino, “Si alguno ESTA EN Cristo”. No es lo
mismo estar con Cristo que estar en Cristo; lo uno es bueno, pero lo otro es mucho mejor. Hay una diferencia.
Estar con Cristo, es estar junto a él, a su lado; y esto es bueno.

Estar en Cristo, implica estar dentro de Cristo, ser parte de él, estar metido en Cristo, compenetrado, ser uno solo con él, un
mismo corazón, un solo espíritu; y esto es muchisímo mejor. Dios cuando nos mira no nos ve a nosotros, sino a Cristo porque
estamos en él.
Y cuando estamos en él; y en el modo de Dios, somos hechos nuevas criaturas, que viene del griego, vasija sin uso, o vasija
nueva. Una vasija transformada y perfeccionada por su mano de amor y gloria.
Porque cuando él inicia su obra la termina; y nunca volvemos a ser los mismos...

El Dios de toda gracia nos perfecciona.

“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él
mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”.
1ªPe. 5:10.

El Dios de toda gracia. No es por méritos,∗ el no mira ni mide lo que nosotros somos, él hace su obra en nosotros por gracia. Por
gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto es un don –regalo- de Dios. Somos lo que somos por gracia, incluso lo que hayamos
de ser lo seremos por gracia.

Nos llamó. Existe un llamado de Dios, un llamado para ser∗ salvo, un llamado al arrepentimiento, un llamado para seguirle y
servirle, etc., tenemos que escuchar su llamado y atenderlo; y responder; acudiendo a él. El llamado por si solo no sirve –sépase
interpretar lo que estoy queriendo decir- es necesario actuar en base al llamado. Acudir al llamado. Él nos llama en Cristo, es
necesario estar en él para oír su llamado, estar en sintonía con él, para entender sus palabras hay que hablar su lenguaje, para
eso quiere transformarnos y perfeccionarnos. Que la transformación y el perfeccionamiento no te asusten. Serás transformado y
el propósito de Dios se va a cumplir en tu vida.

Después que hayáis padecido un poco de tiempo. Lo que estás∗ pasando es parte del proceso de perfeccionamiento y
transformación, la tribulación es leve; y momentánea; y tiene un efecto, produce un peso de gloria, es por un poco de tiempo.
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”(2ªCo. 4:17).
Esto nos muestra que Dios tiene tiempos: “Te levantarás y tendrás misericordia de Sion, porque es tiempo de tener misericordia
de ella, porque el plazo ha llegado”(Sal. 102:13); y estos son diferentes a los nuestros.

Él mismo∗ os perfeccione. Esta no es una obra humana, si bien es cierto que nosotros tenemos que buscar de él, crecer en su
gracia, santificarnos, consagrarnos y dedicarnos a él, Dios es el que trabaja en nosotros dándonos forma y perfeccionándonos.
Perfeccionar es mejorar una cosa hasta alcanzar el mayor grado de excelencia, crecer hasta alcanzar la estatura de Cristo.

∗ Afirme. Dos aspectos muy interesantes de esta palabra:


Dar por cierta una cosa.
Otorgar firmeza, el afirma nuestros cimientos y raíces para que no nos movamos de nuestra posición –nosotros estamos en
Cristo- un sinónimo es afianzar. Él te asegura en el lugar, te confirma.

Fortalezca.∗ Fortalecer, fortificar; el te fortalece para que esfuerces. Hay dos aspectos:
Dios te da vigor, te da poder para vencer el temor. Él fortalece tu vida; y esto es parte del perfeccionamiento, pero tienes que
dejarte afirmar, perfeccionar y fortalecer.
Dios te pone por fortaleza en medio del pueblo, eres refugio, torre fuerte, columna y baluarte del Evangelio, ciudad de Dios,
ciudad fortificada.
Establezca. Establecer es designar, él te ha∗ escogido, te llamo por tu nombre, te ha puesto en un lugar de honra. El funda tu
vida; él te da cimientos sólidos y funda una obra nueva, una obra que es perfecta.

No pierdas tu posición.

“Jehová cumplirá su propósito en mí”...


Sal. 138:8.

Esos planes y propósitos sobre ti son precisos y él los cumplirá, pero tienes que estar en él. No te quedes afuera.
Para conocer estos planes tenemos que estar en él, tener su mente.
Lo único que puede impedir que la palabra se cumpla en mí es que yo me mueva de mi posición en Cristo, de mi lugar y salga de
debajo de su palabra y cobertura. NO TE SALGAS DE TU LUGAR, NO PIERDAS TU POSICIÓN, MANTÉNTE FIRME EN TU POSICIÓN
EN CRISTO, manténte firme es la libertad con que Cristo te hizo libre. Guarda tu lugar, guarda la fortaleza, vigila el camino,
refuerza mucho tu poder; déjate afirmar, establecer y él cumplirá su propósito en tu vida.

Todo lo hizo hermoso en su tiempo.

Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra
que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo...
Ecl. 3:11, 14a.

La obra que Dios hace en nosotros es hermosa; y él escoge sus herramientas para trabajar en nosotros, como un escultor escoge
las suyas para trabajar con el mármol, como dijimos antes, él no ve lo que somos ahora, sino lo que vamos a ser; él tiene fe en
nosotros, él trabajará en nosotros y nos perfeccionará, proceso que durará hasta el día en que él nos venga a buscar; cuando
seremos plenamente como él.
Él nos toma en sus manos y nos trabajará, puede que duela un poco, pero él nos consolará y será fiel en traer su paz a nuestra
vida.

Hemos mencionado que Dios tiene tiempos, y él lo hace todo en esos tiempos; jamás llega tarde, nunca se atrasa, no te apures,
no te afanes, lo que Dios te prometio, lo que esperabas de parte de él llega antes de lo que piensas, espéralo.

La obra es tan grande que no puede ser comprendida por una mente no renovada, porque esta se mueve al ras de la tierra, es
miope y no ve más allá de su realidad, pero la mente renovada según Dios se mueve en las alturas, recibe la revelación de su
palabra; y ve lo invisible, va más allá de sus imposibilidades, porque espera y confía en las posibilidades de Dios, para tener la
mente renovada hay que estar en Cristo.
La obra que Dios hace en nosotros no es efímera, no es finita, es eterna, es una obra que crece día a día, él se toma el tiempo
para trabajar en cada uno de nosotros, así como lo hizo en el principio, si vemos la historia del Génesis se nos dice que Dios creó
todo con el poder de su palabra, a una orden de Dios todo fue hecho.
Pero cuando creó al hombre utilizó sus manos, él se tomo el trabajo para crearnos, y se sigue tomando trabajo para trabajar en
nosotros porque nos ama.

Tal vez ahora no puedas entender el porque de muchas cosas, tal vez no puedas ver como Jesús está trabajando en tu vida, pero
a pesar de que no lo veas él está trabajando en ti, cuando llegué el momento de tu manifestación entenderás, y verás ahora estás
en medio del proceso, pero vendrá el tiempo de cumplimientos de la palabra y entonces verás con tus ojos.

Los tres niveles.

Hay tres niveles en el plan de Dios:


El momento de la∗ promesa. Cuando Dios suelta la palabra sobre tu vida, cuando expresa su voluntad y su deseo de actuar en ti.
Esto genera guerra, porque el diablo también se entera y tratará de frenarte, aquí empieza la preparación.

La∗ preparación. Tiempo en el cual Dios trabaja con nosotros, barro en la rueda del alfarero, nos prepara para el momento del
cumplimiento, es tiempo de permanecer firme, de resistir en la adversidad, de mantenerse firme y fiel a la palabra que Dios te ha
dado, de dejarse transformar y perfeccionar para alcanzar el cumplimiento.

Cumplimiento. La hora en que todo lo que Dios ha dicho∗ viene sobre nuestra vida, que tiene buenos cimientos, ha crecido en
raíces, ha sido perfeccionada y está lista para alcanzar lo que Dios te ha prometido, sin que esto sea un problema.
En la Biblia tenemos ejemplos de personas que pasaron por esto tres períodos, José y David.
José.
Tuvo sueños(la∗ promesa).
Vendido a Egipto, esclavo, en la cárcel, interpreta sueños(la∗ preparación).
Gobernador a Egipto(el cumplimiento).∗

David.
∗ Ungido Rey, aún cuando vivía Saúl(la promesa).
Mata a Goliat, pasa un∗ tiempo en el palacio, pasa por los años de persecución(la preparación).
∗ Coronado rey de Israel(el cumplimiento).

Es de destacar que en estos períodos las personas no están inactivas, sino que están trabajando con base en la palabra recibida,
son pro-activas.
Este proceso no es pasivo, todo lo contrario, es activo, tanto de Dios como de nosotros. Dios me prepara, pero también yo me
preparo, Dios trabaja en mí, y yo también trabajo.

Este es un proceso dinámico, es apasionante.


Es un proceso de crecimiento y desarrollo, de multiplicación, de expansión, de ensanchamiento, de extenderse a lo más, de
abarcar mayor espacio, de proseguir al blanco, de tomarme de aquello que Dios me ha dicho y no soltarme.
Y este proceso abarca todas, TODAS, las áreas de nuestras vidas: afectos, sentimientos, emociones, familia, estudios, trabajo,
profesión, planes, metas, proyecto, objetivos, ministerio, etc.
Él nos hace crecer y sobreabundar en todo, si en TODO; no en algunas cosas.
Dios nos promete cosas grandes, pero no grandes desde nuestro punto de vista, sino grande desde la óptica de Dios ¿Qué es lo
grande para Dios?

Lo grande de Dios. Sus planes para tu vida.

El enemigo utiliza la presión y el infortunio; para luego traer y causar estrechez, para reducir a mortal angustia; que tiene como
paso siguiente el adormecimiento, que termina en aflicción, cautividad y finalmente la muerte.
Todo lo que impide el crecimiento, todo lo que causa y trae estreches, todo lo que te arrincona no es de Dios ni proviene de él;
todo lo contrario, pues él nos habla y manda que crezcamos, que nos desarrollemos, que nos multipliquemos; nos habla de
abundancia, que no seamos estrechos, que ampliemos nuestra visión, que extendamos nuestras alas, que no nos quedemos en
un rincón, ni nos dejemos arrinconar por nadie.
Los espacios que debemos abarcar son grandes, y no grandes en nuestra medida, pues el que habla de cosas grandes es Dios;
tomemos conciencia que Dios no habla de cosas grandes sobre la base de lo que nosotros tenemos por grande, sino que él habla
de cosas grandes desde su perspectiva, ahora bien ¿Qué es lo grande para Dios? Hay que tener en cuenta que no hay nada ni
nadie más grande que él, pero pensemos que es grande para Dios, y alegrémonos, porque eso es para nuestra vida.
Eso es tener la visión y el vuelo del águila, no un vuelo de baja altura ni superficial, sino con vuelo potente, alto y veloz.
Hay que tener en cuenta que el águila para levantarse necesita que sus alas sean de mayor tamaño que el resto de su cuerpo,
por eso su envergadura alar, o sea, el tamaño que hay entre la punta de un ala hasta la otra cuando las tiene extendidas es igual
o mayor(casi el doble)que el de su propio cuerpo, con una musculatura muy desarrollada y potente para realizar vuelos altos y
potentes, por eso necesita espacios amplios y abiertos; y evita los espacios estrechos, pues para extender las alas necesita
espacio, y espacio grande, así nosotros para extendernos y desarrollar la visión necesitamos espacios amplios.
Por eso es inconcebible que Dios quiera vernos en estreches, y esto se aplica a todas las áreas de nuestra vida.
Por eso no seamos estrechos no nos dejemos arrinconar por nadie, no seamos como Sansón que se dejo estrechar y arrinconar
por Dalila, y en vez de resistirla se dejo seducir, tomemos el ejemplo de Nehemías, de José, David, de Daniel y de tantos otros
que se mantuvieron firmes en las alturas y no se dejaron arrinconar. Dios nos ha dado palabra y un territorio amplio,
extendámonos y poseámoslo, hagámoslo producir, Dios está con nosotros y seremos una gran nación.
El te llevará en su mano, verás la tierra que está lejos; llegarás donde nunca imaginaste llegar, porque Dios tiene grandes cosas
para tu vida; pero estas cosas no son grandes desde tu punto de vista, sino grandes desde el punto de vista de Dios. Tú veras el
anhelo de tu corazón, tu sueño te será agradable, el satisfará tu alma y la confortará(Jer. 31.25-26).
Una frase de Microsoft dice: “¿Hasta dónde quiere llegar hoy?” ¿Con Dios hasta dónde queres llegar? ¿Estás preparado para la
obra que él quiere hacer en tu vida?
¿Cuál es tu meta, tu objetivo, el sueño para tu vida? Tenes idea ¿De cuál es la meta, el objetivo y el sueño de Dios para tu vida?
Esto es fuerte, muy fuerte...
Esto es una gran promesa, un gran privilegio, pero también involucra una gran responsabilidad.
Somos parte de su obra, parte de sus planes, de sus proyectos –no te compares con otros, la obra de Dios es ti es única e
irrepetible, su trato es personal-; él nos transformará y perfeccionará hasta el día de Jesucristo, hasta que estemos completos,
hasta terminar su obra en nosotros...

El Dios de los cambios. Atreverse a entrar en los cambios.

Los cambios nunca son fáciles, siempre traen consigo una sensación de dolor, de temor, de ansiedad. Es que nos asusta lo nuevo
–es como dice Petra en una de sus canciones “un salto de fe sin red”- ya que todos nos sentimos más cómodos y seguros en lo
que es habitual y conocido para nosotros –ya sea que estas sean buenas y favorables, o todo contrario-.
Cambio. Cualquier tipo de alteración o transformación. Nos sucede como a los adolescentes, una etapa llena de cambios, en lo
físico se produce un estiramiento brusco, que causa dolor y cansancio, ya que involucra un consumo de energía.
El comienzo de la pubertad está asociado con cambios drásticos en la estatura y en los rasgos físicos. En este momento, la
actividad de la hipófisis supone un incremento en la secreción de determinadas hormonas con un efecto fisiológico general. La
hormona del crecimiento produce una aceleración del crecimiento que lleva al cuerpo hasta casi su altura y peso adulto en unos
dos años.
En el cambio se toman desiciones. El cambio, aunque dificil es bueno.
Es ir un paso más.
El cambio nos asuta por lo que ya tenemos.
El cambio es transformación, renovación, es crecimiento y desarrollo, es evolucionar a lo mejor; es ir hacia arriba y no hacia
abajo.
Pasar de un nivel inferior a otro superior.
Lo contrario al cambio es el conformismo y la resignación.
El cambio implica ver en las crisis una oportunidad de desarrollo.
Es salir de una condición y pasar a otra mejor.
Pero es necesario estar listo para el cambio, no sea que nos suceda como Saúl, que no supo que hacer en los cambios.
Él entró en el cambio, pero no consultó lo que debía hacer en el tiempo de cambios.
Dios desea cambiar nuestra mentalidad, cambiar nuestra identidad, cambiar nuestra forma de pensar de hablar, de vernos a
nosotros mismos.
Este es un cambio interno, profundo.
Un cambio en nuestra autoconciencia.
Un cambio radical, de raíz.
Dios quiere cambiar nuestra autoestima, la forma que tenemos de vernos y apreciarnos a nosotros mismos, hay muchos
crisitianos que son ciclotinicos, un momento están bien al otro mal, hoy son los hijos del Rey, pero mañana son la peor escoria.
Dios quiere cambiar eso, pero yo debo dejarlo hacer, debeo dejarme transformar y perfeccionar.
Este es un cambio en nuestro ser, vemos este ejemplo Elías, este gran hombre de Dios, por él cual había hecho cosas grandes,
pero él necesitaba ser transformado y perfeccionado.
Dentro de su corazón había amargura y desanimo, Dios tuvo que tratar con Elías; y por eso permitio que Jesabel lo amenazará,
no creas que lo que sucede escapa al control y plan de Dios sobre tu vida.
Elías huyó al desierto, se encontró con el ángel de Dios, luego llegó a Horeb, donde Dios en persona trató con él; y es
transformado y recibe una nueva visión sobre si, y sobre su ministerio.
Deja de ser el pobrecito, para ser y ocupar su lugar de profeta del Dios vivo.
La situación a su alrededor, siguió siendo la misma, pero el había sido transfromado(1ªRe. 19).
Es más facil vivir y ser esclavo en Egipto que salir y ser libre; este era el problema de Israel –tipo de la iglesia- que se había
acostumbrado a la opresión y a la esclavitud, y a depender como los egipcios del río Nilo.
El pueblo vivia como los egipcios, dependiendo de lo que estos dependían, cuando ellos tenían que depender de Dios.
NO TE COMPARES CON EL MUNDO, SOS DIFERENTE, NO SOS IGUAL NI SOS DEL MUNDO.
Si el egipcio está mal, tú no, el egipcio sufre y es señal de tu pronta liberación; lo que precedió a la libertad del pueblo, fue la
muerte de los primogenitos, estamos en la noche de los primogenitos de Egipto, ellos gimen, lloran, se lamentan, no los
escuches, no te enganches con ellos.
Si ellos están sin trabajo, por ejemplo, vos vas a tener trabajo, Dios no te llama a estar mal, no te conformes no te resignas, no
dependas del Nilo, ni de los recursos de Egipto.
Jesús en los momentos más dificiles no se resigno, él se mantuvo firme, resistio.
Él quiere cambiarnos; no quiere que nos conformemos.
La resignación es conformidad, conformarse con lo irremediable, pero ¿Qué es irremediable para Dios?
Pero hay otro peligro; es el de conformarse al desierto, y no querer entrar en la tierra. El pueblo se acostumnbró a vivir de maná;
y le costó entrar en la tierra, no te acostumbres al desierto, no te resignes a el; esto es sólo por un tiempo, es preparación, nada
más. El maná no es para siempre, viene el tiempo de comer grano tostado de espigas nuevas, la cosecha resultante de la
siembra, que marca la entrada a la tierra prometida.
No temas a los cambios, estos son buenos y vienen pronto sobre tu vida, preparate para ellos.

“Porque somos hechura(obra)suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas”.
Ef. 2:10.

Hay un plan de Dios para tu vida, plan que él preparó para ti desde el principio, acepta ese plan. Somos hechura(obra)de Dios,
creados en Cristo... cuando Dios mira a Cristo, nos ve a nosotros adentro.
Somos creación de nuestro Dios, a su imagen nos creó.

“Ahora, pues, Jehová tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos
nosotros”.
Is. 64:8.

No te proecupes, la obra que ha iniciado será completada, él te transformará y te perfeccionará.


Dejemonos trabajar por Dios, seamos maleables y ductiles, no permitamos que nuestro corazón se endurezca, porque sino el
barro se vuelve inútil.
Dejemos que él obre en nosotros, que esta sea nuestra oración: Señor, obra en mí...

El trabajo de Dios en José.

“Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque
había crecido el hambre en la tierra de Egipto.
Gn. 41:56.

José no era de Egipto, pero él era gobernador de Egipto, él había recibido la interpretación de la revelación que faraón había
recibido; la visión había directamente a él, sino que él había recibido la revelación de la visión, para llevarla a cabo.
Si bien es cierto pasaron varios años –13 años- desde que había recibido los sueños proféticos, y fuera vendido por sus
hermanos, José paso por un proceso de aprendizaje, preparación y perfeccionamiento.
A través de toda su vida, Dios lo condujo. Todo era parte de su plan.
Tanto en la casa de Potifar como en la cárcel, José aprendió lecciones importantes, allí aprendió a ser un buen administrador de
los recursos que se le confiaban y a esperan en el cumplimiento en los tiempos de Dios.
Luego vino el momento en que faraón sueña y José es llamado para interpretar ese sueño, y además, da los pasos a seguir para
desarrollar la visión, pero desde ese momento al cumplimiento pleno pasaron 14 años más –7 años de abundancia y 7 años de
escasez- quiere decir que José para llegar a ser gobernador tuvo que pasar 13 años; y para ver el cumplimiento pleno pasaron
otros 14, en total 27 años.
Dios se tomo tiempo para trabajar con José y prepararlo para la tarea, Dios lo necesitaba listo.
Dios condujo a José a Egipto para bendecir a su pueblo, para preparar todo para el tiempo señalado.
En los planes de Dios era necesario que José fuese vendido y llevado a Egipto y allí el fuera preparado.
Muchas situaciones que hoy no entendemos y que estamos atravesando, son parte del proceso de preparación y
perfeccionamiento.
Tenemos que dejarnos moldear.
La transición no es fácil, José, un adolescente de 17 años; tuvo que ajustarse a los cambios, aprender un nuevo idioma, una
nueva cultura, tuvo que aprender los usos y costumbres de otro pueblo, y cuando llegó a ser gobernador tuvo que ajustarse a los
cambios que esto implicaba, interiorizarse de los asuntos de estado, planificar y supervisar la construcción de los silos de
almacenamiento, escoger a los arquitectos y escribas que le ayudarían, etc.
Todo cambio involucra la toma de decisiones.
Dios preparo todo así porque sabia que sino José nunca descendería a Egipto, porque los egipcios aborrecían a los hebreos –
porque para los egipcios era abominación todo pastor de ovejas-.
En los planes de Dios José fue vendido y llevado a Egipto, porque el iba a ser quien salvara y preservara la vida de su pueblo.
José estaba en Egipto, pero no era de allí.
Ellos descendieron a Egipto por una orden de Dios, ellos debían guardar su corazón, no perder su identidad.
No es que Egipto pudiera darle algo, sino que Dios utilizo a Egipto para bendecir a su pueblo.
Para descender tienes que tener bien claro quien eres, tener marcada tu identidad, no descender para contaminarte con ellos y
ser como ellos –porque no lo eres- desciende para que Dios te haga crecer y para hacer de ti una nación grande.
No descender para siempre, no descender para siempre, no descender para quedarte allí permanentemente. NO TE ESTABLEZCAS
EN EGIPTO, NO ECHES RAICES ALLÍ, NO ESTAS ALLI PARA SIEMPRE, ES SOLO POR UN TIEMPO.
Descender a Egipto por orden de Dios trae bendición; en cambio descender por la cuenta de uno es pecado y acarrea maldición.
Si Dios verdaderamente te dice: Desciende, hazlo, pero si no te dice nada no lo hagas.
Vive y muévete de acuerdo a la palabra que Dios te ha dado, muévete únicamente en el sentido de la palabra de Dios.
Muévete dentro de los tiempos y la voluntad de Dios. Dios tiene tiempos; si nos movemos fuera de ellos –a destiempo- no va a ir
mal; recordemos que el todo lo hizo hermoso en su tiempo.
Y el hambre estaba por toda la∗ extensión del país. Hay hambre, no sólo por carencia de alimentos, sino que la gente esta vacía
por dentro, tienen graves carencias de amor, de afecto, y de Dios. Esto es desde los que lo tienen todo hasta los que no tienen
nada. Todos están en una búsqueda constante, pero nada puede satisfacerlos ni saciarlos.
Abrió José todo granero donde había y vendió a los egipcios. La∗ iglesia –tú y yo- tiene la solución, somos los que poseemos las
llaves del granero, ellos –el mundo- esperan de nosotros el alimento. El que acapara el trigo el pueblo le maldecirá, pero ele que
abre el granero y da, será bendecido. Tenemos que darles de comer el pan de vida, tenemos que evangelizar, sacarnos el polvo y
salir. Si damos de lo que el nos ha dado, el nos volverá a dar más. Pero para dar tenemos que tener, o sea, tenemos que haber
recibido, porque no puedo dar de los que no tengo. Dios quiere llenarte para que tengas para dar a otro, el quiere que seas
fuente, dar a otro, el quiere que seas fuente, pero para esto tienes que estar unido a él. Da de lo que tienes, no importa que lo
consideres poco; ya que una pequeñez en las manos de Dios alcanza para una multitud.
∗ Porque había crecido el hombre en la tierra de Egipto. Cuando la gente vea que en ti hay, vendrá porque el hambre es grande,
tu tendrás que darles, ellos dependerán de ti. Serás fuente de sabiduría y respuesta. Esto es parte de tu herencia y de tu
responsabilidad. ¿Estás dispuesto a aceptarla?

La que da a luz no tiene fuerzas...

“Este día es día de angustia, de reprensión y de blasfemia; porque los hijos están a punto de nacer, y la que da a luz no tiene
fuerzas”.
2ªRe. 19:3.

El útero posee una pared muscular que cuando llega el momento del nacimiento se contrae para permitir la expulsión de bebe.
Pero puede pasar que algunas veces, por determinadas razones se produzca una cansancio en el músculo uterino, y la parturienta
no puede continuar con el trabajo de parto, esto se conoce como distocia.
Cuando en el trabajo de parto se produce el agotamiento del músculo uterino –que junto con los músculos toracoabadominales
intervienen en la expulsión del contenido del útero- se utiliza la oxitocina, sustancia que se utiliza para aumentar las
contracciones, pero muchas veces sucede que se llega hasta el límite y el músculo no responde ni siquiera a esta.
La que da a luz no tiene fuerzas...
El útero posee una pared muscular que cuando llega el momento del nacimiento se contrae para expulsar al bebe. Pero algunas
veces puede ocurrir que por determinadas y muy diversas razones se produce un agotamiento del músculo uterino, y la
parturienta no puede continuar con el trabajo del parto.
Lo que acabamos de leer es una endecha, una exclamación de dolor, de impotencia.
El hombre que las pronuncia es Ezequías, rey de Judá, un rey de que hilo lo recto ante los ojos de dios, pero que ahora tenía
problemas, muy serios problemas, ya que el rey de Asiria había enviado sus fuerzas para sitiar y tomar Jerusalén.
El ejercito asirio contaba con un número de soldados mayor a 185.000 hombres. Según algunos estudiosos de la historia se creen
que en ese momento la ciudad de Jerusalén tenía cerca de 200.000 habitantes.
Jerusalén estaba en una gran desventaja, porque no tenía las fuerzas suficientes como para resistir y hacer frente este sitio.
Además, podemos ver que cuando el enviado del rey de asiria le pide 2000 rehenes, a cambio de 2000 caballos –esto era una
forma de burlarse, ya que si consideramos que la población aproximada de Jerusalén era de 200.000 habitantes; este le estaba
pidiendo el 10% de su población, el ejercito de ninguna nación es el equivalente al 10% de su población- Ezequías no tenía 2000
jinetes, según con la lógica humana Ezequías llevaba las de perder.
Era una situación insoluble.
Lo peor fue cuando el emisario del rey le habló al pueblo –siendo que los embajadores de Ezequías le habían pedido que hablará
con ellos en arameo, pues ellos lo entendían, pero que no se dirigiera al pueblo, pero este no hizo caso, y para desanimar la
pueblo y ponerlo contra su rey les habló en su propia lengua- este emisario hizo esto para infundirles miedo; y como dijimos,
hacerles dudar de Ezequías y de Dios.
Además, este impío, se tomo el atributo de alegar que era Dios el que lo había mandado a destruir la tierra; y que el rey de asiria
les podía dar una tierra como esta.
Pero la Biblia nos dice que el pueblo –por orden del Ezequías- no le respondió. Esto es una actitud muy sabia, no importa que el
enemigo trate de agraviante, no caigas en sus redes ni en sus trampas.
Luego de que los embajadores que había enviado para entrevistarse con su opresor regresaron; y oyó todo lo que este había
dicho, rasgo sus vestidos –señal de duelo- y se cubrió de cilicio(color negro) –luto- y entró en la casa de Dios. CUANDO EL
ENEMIGO ESTA EN LA PUERTA ENTRA EN LA PRESENCIA DE DIOS, NO PARA HUIR, SINO PARA RECIBIR DIRECCIÓN.
Luego de que Ezequías hubo entrado a la presencia de Dios le envió a decir a Isaías:

“Este día es día de angustia, de reprensión y de blasfemia; porque los hijos están a punto de nacer, y la que da a luz no tiene
fuerzas”.
2ªRe. 19:3.

En esta frase expresa como se sentía; Ezequías estaba en el día malo, en el día del conflicto, estaba en la ira.
El veía a su pueblo sitiado, pasando hambre y sed, con problemas sanitarios –los cadáveres de los muertos no podían ser sacados
de la ciudad, y se acumulaban en la ciudad y esto acarreaba enfermedades- y se sentía mal, sin fuerzas.
El pudo ir delante de Dios y reconocer como estaba, Ezequías fue al único que podía ayudarlo, el busco la palabra de guía y
orientación.
Tal vez estás en medio del trabajo de parto y sentís que te fallan las fuerzas, que no podes pujar más, a lo mejor queres colgar
los guantes y tirar la toalla –yo sé lo que es eso, claro que lo sé-.
Puede que piensas que aquello que tanto esperabas no se va a dar, que el tiempo ha pasado y has esperado, pero nada ha
ocurrido.
Es hora que recibas fuerzas para concebir, por medio de la fe recibe fuerzas para concebir lo que esperas, así como Sara.

“Por la fe también la misma Sara, siendo, estéril, recibió fuerzas para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad,
porque creyó que era fiel quien lo había prometido”.
He. 11:11.

Él te quiere dar fuerzas para que concibas.


Él te oye en el día del conflicto. En el día de la ira, Dios se acuerda de la misericordia.

“En la ira acuérdate de la misericordia”.


Hab. 3:2.

Tal vez te encuentras en la noche del dolor, rodeado de tus enemigos –de tus temores más profundos, incluso de tus pecados- ya
cansado y sitiado, pero no temas porque el gozo vendrá al clarear la mañana, y el sol de justicia brillará y mostrará que el
enemigo ya no existe.

“Porque un momento será su ira,


Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durara el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría”.
Sal. 30:5.

“Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe”.
Is. 17:14.

Él te librará, así como lo hizo con Ezequías, pues vino una palabra de parte de Dios; y la Biblia dice que esa noche murieron
185.000 soldados, y Jerusalén fue librada.
Dios te librará, tendrás fuerzas para concebir, fortalécete en él, en su gozo, la fe te dará fuerzas para concebir el milagro, tus
sueños serán y se harán realidad.
Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuentes, cuando las lluvias llenan los estanques, irán de poder en poder.

“Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente,


Cuando la lluvia llena los estanques.
Irán de poder en poder;
Verán a Dios en Sion.”
Sal. 84:6-7.

El invierno pasará y llegará la primavera; y todo cambiará, renacerá la esperanza y la fe.

“Porque he aquí ha pasado el invierno,


Se ha mudado, la lluvia se fue;
Se han mostrado las flores en la tierra,
El tiempo de la canción ha venido,
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola”.
Cnt. 2:11-12.
Muchas veces pasa que nos desalentamos cuando estamos por llegar a lo que dios nos ha prometido, pues es allí es donde el
diablo ejerce mayor presión, justo antes de que se produzca el milagro.
Es como un corredor, cuando se larga la maratón el cuerpo esta descansado, preparado, si, para el trabajo que le espera, pero
descansado.
Luego, con el transcurso del tiempo y los kilómetros, el cuerpo empieza a perder líquidos, sales, minerales; y los músculos se
comienzan a cansar y acalambrar –Contracción espasmódica, involuntaria, dolorosa y transitoria de un músculo o músculos,
especialmente de la pantorrilla- mucho tienen que abandonar porque se acaban las fuerzas. Y el que va a la cabeza es el que se
siente más cansado, no sólo por lo que pasa en su cuerpo, sino por la presión de ir a la cabeza.
El momento de mayor tensión es cuando la meta está a metros, ahí es más fácil abandonar, pero cuando llega ve que todo el
esfuerzo no ha sido en vano.
Nosotros también corremos una carrera, corrámosla de manera que la ganemos.

“¿No Sabéis que los que corren en un estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera
que lo obtengáis”.
1ªCo. 9:24.

Así como el maratonista tiene un equipo que le alienta y le suministra liquidos, nosotros tenemos a Dios y a aquellos que él ha
puesto a nuestro lado para ayudarnos, no corremos solos.
La noche no durará para siempre, la mañana llegará.

“Profecía sobre Duma. Me dan voces de Seir: Guarda, ¿qué de la noche? El guarda respondió: La mañana viene, y después la
noche; preguntad si queréis, preguntad; volved, venid”.
Is.21:11-12.

Pero tenemos que saber que el momento más oscuro de la noche es el instante previo al amanecer.
Resiste, porque el día viene; el temor de la noche desaparecerá.
Lo que esperas no será abortado, no morirá tu esperanza, ella nacerá. Dios te dará fuerzas y concebirás.
Tus ojos verán lo que esperas, veras el deseo de tu corazón; tus sueños y anhelos se harán realidad. Todo lo que se esperó
durante meses y años; y no llegó, en este tiempo será realidad.

“Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad”.
Is. 48:3.

Podemos soñar porque tenemos una esperanza viva y real, y está fundada en la fe en el creerle a Dios.
Dios es el que hace concebir y también el que hace nacer.
¿Si él te dio esperanza impedirá que veas su cumplimiento, impedirá que llegue? ¿Si el te ha dado promesa no la cumplirá?

“Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? Dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? Dice tu Dios”.
Is. 66:9.

En el punto más oscuro de la noche, en el momento más dificil de tu vida, avanzamos juntos hacia el pronto amanecer; y
entrando por la apuertas abiertas nos gozamos en la nueva tierra que él nos dio.
El diamamente es carbón o carbono, que luego de permanecer en la oscuridad de las entrañas de la tierra, sometido a una gran
prresión e intenso calor; en oscuridad se transforma en la sustancia más dura y presiada del planeta.
El diamante está considerado como la sustancia más dura de la Tierra. Es carbón puro comprimido en una estructura cristalina
cúbica compacta. Los diamantes brillantes tienen un índice de refracción alto. La luz que entra en un cristal tallado puede salir por
la misma cara dando una impresión falsa de brillo. Se producen destellos de luz coloreados en un diamante cuando la luz se
descompone en colores.
Todo lo que pasas es para tu perfeccionamiento. Es parte del trabajo de Dios sobre ti.
La Biblia dice que Jesús fue perfeccionado y aprendió la obendiencia, nosotros también necesitamos esto.

“Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar
muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos”.
He. 2:10.

“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediendia;


y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen”...
He. 5:8-9.

Las perlas son el resultado de un grano de arena o algo que irrita a la ostra, y ésta para defenderse envuelve a lo que la dañó en
capas de nacar. Las perlas son apreciadas como gemas, aunque no son minerales verdaderos. Son de la misma materia que el
interior de las conchas de los moluscos, una sustancia llamada nácar o madreperla. Cuando en el interior de la concha se
introducen partículas extrañas, como arena, el molusco segrega una cubierta de nácar para proteger sus tejidos. Por último, estas
cubiertas transforman la partícula irritante en una perla.
Tenemos que aprender a sacar lecciones provechosas de nuestras experiencias dolorosas.
Aprendamos a formar perlas de lo que nos irrita.
A los que aman a Dios, todos les ayuda a bien, aún lo que no entienden.

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien...”.
Ro. 8:28.
Todo es parte del proceso de perfeccionamiento.
Job estuvo en este proceso, el no podía entender porqué, hasta que Dios trató directamente con él y pudo ver todo con claridad.
Asaf es otro ejemplo de un hombre que no entendía un sin fin de cosas, y que se preguntaba porque, hasta que Dios abrió sus
ojos y le mostró y pudo comprender que todo era parte de su plan.
Nada hay que se pueda escapar de su control.
Jesús por el gozo puesto delante de sí, menosprecio el oprobio. Jesús cobró fuerzas por el gozo. Nosotros somo el gozo puesto
delante de él, y por el cual menosprecio la cruz.
En el libro de Nehemías se nos dice que el gozo del Señor es nuestra fuerza.

“Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo
es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza”.
Neh. 8:11.

Es interesante notar que la Biblia habla de fuerza y no de fortaleza; ya que hay una diferencia entre ambos terminos.
Cuando en las Escrituras se habla de fortaleza –en la mayoría de los casos- se está refiriendo a un refugio, un escondite, un
castillo.

Pero cuando habla de fuerza se refiere a ese poder dinamico y activo que sirve para hacer. Recuerdese cuando en física se habla
de fuerza y de sistema de fuerzas.

Fuerza, en física, cualquier acción o influencia que modifica el estado de reposo o de movimiento de un objeto. La fuerza es un
vector, lo que significa que tiene módulo, dirección y sentido. Cuando sobre un objeto actúan varias fuerzas, éstas se suman
vectorialmente para dar lugar a una fuerza total o resultante. Tracción o empuje que es definido en forma de masa por
aceleración. Capacidad de un músculo para producir o resistir un esfuerzo físico.

La fortaleza resiste, defiende, protege, esconde; en cambio la fuerza hace, activa.


Cuando se menciona el gozo como fuerza, se nos muestra que es mucho más que alegría, felicidad o un estado emocional.
El gozo cobra mayor poder en el día del conflicto y allí nos da mayor fuerza para continuar.
En la Biblia se lo compara con el mosto, que es el primer jugo de la uva, el vino nuevo, el vino dulce, el sumo, con gran poder
calorico energetico –recuerdese que los azucares son el combustible de las células.-

“Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite”.


Jl. 2:24.

“Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite,
la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría”.
“Yo os daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite”.
Dt. 7:13, 11:14.

Estos pasajes nos hablan de muchas cosas interesantísimas, pero yo sólo quiero tomar tres de ellas:
Trigo, grano,∗ pan: alimento, sustento, la palabra.
Vino, mosto: el gozo. En la antigüedad∗ al realizarse una boda, y si se acababa el vino o los convidados se sentían mal atendidos,
estos podían hacer una denuncia, y el novio ser juzgado, por eso era grave el problema que tenían en la boda de Caná.
Aceite: la unción, la∗ capacidad sobrenatural de Dios, el Espíritu Santo.

Así ha dicho Jehova: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y
volverán de la tierra del enemigo.
Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra”.
Jer. 31:16-17.

Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas∗ tus ojos. No llores más, no te lamentes más, ya basta del sufrimiento y el dolor
atros que desgarra tu alma, deja de sufrir. Hay dos aspestos interesantes de esta palabra:
Dios nos consuela. Él es nuestro consolador, como lo hizo con la viuda de Naím.
No es tiempo de llorar. Es una orden de Dios, NO LLORES, NI TE ENTRISTEZCAS.
La tristeza consume tus fuerzas, el llanto te debilita, te resta poder; te seca el alma, no des lugar al desaliento ni al desanimo.

No te quejes, no te compares con el mundo, Dios no te escogió para que estes mal, para que vivas en derrotas, no eres un
pobrecito, no eres escalvo, eres libre, eres hijo del Rey.
Porque salario hay para tu trabajo.∗ Tu siembra no es en vano, tendrás cosecha y la disfrutarás, comerás del fruto de ella. No es
en vano invertir en Dios y en su obra. Tu vida no será sin fruto, no será esteril, no será sin propósito, serás productivo. Hay
recompenza para tu vida, para tu labor, disfrutarás de ella. Esto es promesa de Dios, es su palabra, tiene su sello.

Y volverán de la tierra del enemigo(31:16b)...∗ y los hijos volverán a su propia tierra(31:17b). Si te sentiste o fuiste
desarraigado, arrancado de tu lugar, Dios te vuelve a traer, el cautivo será liberado de su opresor pronto –muchos antes de lo
que tú crees- y volverá. Él te restituye a tu lugar, a tu posición, él te restaura, te redime. Lo que Dios te dio es tuyo y de nadie
más, no te dejes robar por el diablo. Él te vuelve a traer, te redime de tu poderoso enemigo.

Esperanza hay para tu∗ porvenir. Esperanza es esperar con confianza, esperar confiando plenamente en Dios. Tengo esperanza
de algo mejor, esperanza de un futuro mejor. Dios te da un proyecto, un plan de vida. Esta no es una esperanza muerta, es una
esperanza viva. Esta esperanza produce un efecto en nosotros.
La confianza es un∗ efecto de la esperanza. Puedo confiar porque tengo esperanza.

Dios, el∗ Dios de esperanza. Él es el Dios de esperanza, yo espero confiando en él. La esperanza produce gozo, el gozo de Dios es
mi fuerza; la esperanza me da paz, y todo esto en el creer.
Esto quiere decir que cuando el Dios de esperanza ve que creemos a él y en él, nos llena de gozo y paz.
Esto hace abundar y crecer mi esperanza que me es dada por el Espíritu Santo, y por su poder.
La esperanza que nosotros tenemos no es como la esperanza del mundo, nuestra esperanza produce gozo, espectativa, confianza
y paz, NO ES VANA, no es una ilusión, ES REAL.
Dios abré las puertas de la esperanza.∗
Esperar∗ esperanza contra esperanza. Hay dos esperanzas que se contraponen, Ro. 4:18. La esperanza que proviene del Dios de
esperanza. La esperanza del mundo, contraria a la esperanza del pueblo de Dios, espera todo lo contrario a lo que Dios ha dicho,
en ese momento hay que permanecer, resistir, la esperanza NO ES PASIVA, es ACTIVA; me da gozo y paz en el creer que Dios es
capaz de Ser y Hacer todo lo que me ha dicho. Nos movemos dentro de tres parametros: fe, esperanza y amor.
La esperanza me lleva a esperar aquello que es imposible, no mirando nuestras propias imposibilidades, sino las infinitas
posibilidades de Dios.
YO TENGO ESPERANZA...
YO ME MUEVO EN ESPERANZA...
YO VIVO EN ESPERANZA...
YO ESPERO CON ESPERANZA...
SIEMBRO PORQUE TENGO ESPERANZA...
Esta esperanza no avergüenza, no me deja pagando, no defrauda.

YO TENGO ESPERANZA PORQUE DIOS OBRA EN MI...


DIOS TIENE FE Y ESPERANZA EN NOSOTROS...
SOMOS LA ESPERANZA PARA ARGENTINA...
SOMOS LA ESPERANZA DE DIOS PARA ARGENTINA...
Por la esperanza los días no son iguales, por la esperanza cada día es prometedor.
La esperanza es el oasis en medio del desierto, es lluvia para la tierra sedienta, nos hace ver que detrás de las nubes está el sol.
Dios trabaja en mi para que tenga esperanza...
Su obra en nosotros todavía no ha terminado, el sigue trabajando en nuestras vidas...
Dios obrará en nosotros y nos perfeccionará para que nuestra vida sea una gloria y no un martirio, y nosotros seremos fuentes
que revelemos la gloria de Dios a otros; nuestra vida será inspiración y esperanza, porque él nos perfeccionará hasta completar la
obra que inicio en nosotros...

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