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Stephen Kaung
Jose es suma de todo lo que Dios había hecho en la ida de los hombres que le precedieron
(Adán, Abel, Enoc, Noé, Abraham, Isaac y Jacob). La vida de José es símbolo del trono, el trono
de José. Este fue el propósito de Dios desde el principio. Cuando el Señor creo al hombre lo
creo a su imagen, y después de haberlo creado le dijo “Tu tendrás el dominio”. Imagen y
dominio. Imagen se refiere a la vida (divina), dominio se refiere a la manifestación de la vida,
al trabajo de la vida o a la función de vida. Desgraciadamente el hombre perdió la imagen y
después el dominio. Dios obró en estos (siete) hombres hasta que finalmente tuvo a José. La
vida de José es una vida en el trono (dominio, poder, autoridad, gobierno) porque la imagen de
Dios, la imagen de Su Hijo ha sido restaurada.
En 1 de Pedro 2:9 dice: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable.” Y en Apocalipsis 5 dice que nosotros “con su sangre nos ha
redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos ha hecho para nuestro
Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. Por lo tanto lo que hemos creído en
Cristo Jesús no solo hemos sido redimidos por su sangre preciosa, por el perón de nuestros
pecados, sino que hemos sido constituidos reyes y sacerdotes. En otras palabras, nosotros
tenemos sangre real. Hemos nacido de nuevo para ser reyes para Dios, no en el sentido del
mundo, sino reyes frente a Dios. Nuestro destino es reinar. Hay una vida de trono para
nosotros. Pero para reinar debemos ser entrenados rigurosamente. Nadie se puede sentar en
el trono, aunque sea nacido en la familia real, si antes no lleva un entrenamiento estricto.
Cuando alguien nace de familia real, es sucesor al trono del Rey, pero no puede reinar si el
mismo no h sido disciplinado, si n ha sido entrenado. De hecho el entrenamiento de un Rey es
muy estricto, muy severo, más disciplinado que el entrenamiento de cualquier otra profesión.
Cuando estábamos en la escuela, pensábamos que era muy duro, ahora piense en el
entrenamiento de un rey o una reina, lo que tiene que pasar al ser preparado para sentarse en
el trono. Lo mismo sucede espiritualmente. Nacimos en la familia real, somos sucesores al
trono, tenemos sangre azul, entonces Dios tiene que entrenarnos muy severamente, de otra
forma no damos el ancho para sentarnos en el trono. Y esto es lo que hizo Dios en José. Lo
puso en prueba tras prueba, pruebas de mucho sufrimiento, con el fin de que José tuviera la
preparación suficiente para poder sentarse al lado del Faraón.
En Génesis 30 vemos que Raquel, la madre de José, era estéril; entonces José no fue concebido
en forma natural como los otros hijos de Jacob. El nacimiento de José fue sobrenaturalmente
natural. ¿Porqué? La Biblia dice que “Dios se acordó de Raquel” Dios respondió su oración de
Raquel, abrió su vientre y ella pudo concebir a José. José es el resultado de la misericordia del
Señor y de la oración de su madre. Por obvias razones, Jacob lo amó más que a sus otros hijos
porque nació en su vejez y de su amada esposa Raquel. Pero aparte de eso, lo amó porque
había algo más, José tenía un carácter noble. José nació sobrenaturalmente natural, de la
esposa favorita de Jacob, siendo este ya un viejo, y aún más, el niño reveló un carácter tan
noble que hubiera agradado a todo padre en la tierra. Por eso, Jacob le hizo una túnica de
muchos colores. Una túnica de muchos colores es una túnica con mangas. Esta túnica es un
símbolo de honor. Y de acuerdo a la tradición también es el signo que representa los derechos
de nacimiento del primogénito.
INTRANSIGENCIA
¿Qué tan bueno era José? La Biblia dice que cuando José tenía 17 años cuidaba las ovejas junto
con sus hermanos y que estos eran malévolos, entonces José reportaba a su padre las malas
acciones de sus hermanos. Tú pensarías que el se ganó el odio de sus hermanos, pero no es
así, José se preocupaba por ellos. Aunque José era el favorito de su padre, aunque el era un
adolescente en mala compañía, no era ruin. A un joven le gusta ser aceptado. Es
probablemente la tendencia natural tratar de pertenecer a un grupo, identificarte con tus
compañeros; por lo tanto tu transiges, te avienes a ellos, es natural que lo hagas. Pero este
joven de 17 años, se portaba con sus hermanos como si él fuera el mayor y ellos lo odiaban. El
quería ser aceptado por sus hermanos pero no toleraba sus malas acciones. En lugar de eso,
él se preocupaba por el bienestar de sus hermanos, por eso los delataba con su padre, no eran
chismes, esperaba que pudieran ser corregidos.
INOCENTE
José era muy inocente. Soñó sueños que Dios le dio. No era un soñador, pero Dios le dio
sueños para mostrarle su destino, e inocentemente él se los contó a sus hermanos. Ellos lo
odiaron a un más por lo que había soñado. Soñó que ataban manojos en medio del campo, y
que su manojo se levantaba y estaba derecho, y los otros once manojos estaban alrededor y
se inclinaban al suyo. Sus hermanos lo odiaron aún más y le dijeron ¿Acaso nosotros nos
inclinaremos ante ti? Pero él era inocente, no era astuto. José volvió a soñar y le contó el
sueño a su padre y a sus hermanos. Soñó que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante
él. Incluso su padre le dijo que no contara eso, pero Jacob guardo eso en su corazón.
FIEL Y OBEDIENTE-
José era muy inocente, puro. Cuando su padre le ordenó “José ve a ver si tus hermanos están
bien”, bien pudo haber dicho: “ Padre, no puedo ir, ellos me odian.” No, él era obediente a su
padre. Incluso sabiendo que sus hermanos lo odiaban, el fue a buscarlos. Cuando no los
encontró, pudo haberse regresado, tenía una escusa. Pero persistió hasta que los encontró en
Dotán. Él amaba a sus hermanos, aunque lo odiaran. Tenía un noble carácter.
¿Hemos nacido sobrenaturalmente? ¡Claro que si! Hemos nacido de nuevo por la misericordia
de Dios, no porque seamos mejores que los demás. Muy probablemente has nacido de nuevo
y eres salvo porque alguien ha estado orando por ti. Es a través de los dolores de parto de
alguien intercediendo y porque Dios se acordó de ti, que tú has nacido de nuevo y eres salvo.
Si eres salvo, entonces tu destino es sentarte en el trono para reinar. Tienes sangre de la raleza
en tus venas. Tú vas a reinar y gobernar con Cristo Jesús. Pero recuerda tú debes ser
entrenado. Debes tener el carácter idóneo para sentarte en el trono. Es el carácter que
muestres el que te va a llevar o no al trono. ¡Si tienes el carácter equivocado caerá desgracia
sobre la nación! Dios puso una vida que reina en ti, pero esa vida tiene que irse descubriendo
en ti. Dios te ha dado la vida de Cristo, pero la vida de Cristo debe revelarse en ti para ser
como Cristo, así que lo que caracteriza a Cristo te va a caracterizar a ti. Sólo entonces tu
estarás equipado para sentarte en el trono y reinar con Cristo para siempre.
Desafortunadamente, aunque muchos creyentes tienes la vida que reina en ellos, esa vida
nunca es descubierta. Por el contrario ellos todavía caminan de acuerdo con su carne. Ellos
imitan el comportamiento del mundo. Desean tanto sentirse aceptados que se comprometen y
se involucran en la vida del mundo. Si ese es el caso, ellos perderán su derecho a la
primogenitura. Así que José estaba sentado en el trono cuando vivía en la casa de su padre.
JOSE EN EL POZO
Cuando José vino a Dotán sus hermanos lo vieron venir y dijeron “Ahí viene ese soñador,
veamos si sus sueños se vuelven realidad, matémoslo.” Se levantaron contra él y lo primero
que hicieron fue romper la tunica multicolor porque esa era la cosa que realmente más
odiaban. Entonces Rubén dijo, “No lo maten, échenlo en ese pozo”. Rubén pensó que después
de todo podría salvarlo.
José fue vendido y Potifar el capitán de la guardia de Faraón lo compró. Se ser el hijo favorito
en la cas de su padre, José pasó a ser un esclavo en la casa de Potifar. Ahora, si esto te sucede
a ti, ¿qué harías?. Probablemente murmuraríamos por lo bajo, no solo murmuraríamos, nos
rebelaríamos. Probablemente diríamos ¿Dónde está Dios? ¿Qué caso tiene servir a Dios, amar
a Dios? Probablemente odiaríamos a todo el mundo. Probablemente no negaríamos a trabajar.
Preferiríamos morir.
Pero no ocurrió así con José. Fue vendido como esclavo en un país lejano. Tenía solamente
diecisiete años de edad. Pero José no murmuró, sufría pero no fue un rebelde. Así que trabajó
fielmente, Dios estaba con él y lo convirtió en un hombre próspero. Su amo Potifar se dio
cuenta que todo lo que pasaba por su mano Dios lo bendecía. Aunque Potifar no temía d Dios,
ni lo conocía, vio que José tenía la misma presencia de Dios y las bendiciones de Dios con él.
Todas las cosas prosperaban en su mano. Así que finalmente Potifar dejo a José a cargo de la
administración de su casa. No se preocupaba por nada, sólo por comer. De todo se encargó
José y comenzó a gobernar la casa de Potifar. De nuevo José se sentó en el trono.
¿Ves el entorno? A menudo nosotros odiamos nuestro entorno y decimos que el entorno
convierte a las persona en lo que es. Pero el entorno sólo tiene influencia en el débil de
carácter, una persona fuerte controla y hace uso de su entorno. José fue sacado de un medio
ambiente de amor, y fue puesto en otro medio ambiente que era tan humilde, tan vil y bajos.
José era el esclavo de otra casa. Puedes encontrar otro entorno peor. Un debilucho podría
haber sido destrozado en ese medio. Pero José, en lugar de ser destrozado, se levantó por
arriba de su situación y gobernó sobre ella.
No es cuestión de medio ambiente. De hecho un medio ambiente adverso saca la fortaleza que
hay en tu interior. Por eso Dios a menudo nos pone en situaciones difíciles. Quizás tú culpes a
Dios y te quejes, diciendo: “Señor, si tanto me amas, ¿porque me has permitido que sea
rodado por este ambiente?” Por amor. Esto es amor. Dios te ama. Dios te pone situaciones tan
difíciles para provocar que emerja de ti la VIDA que ha plantado en ti desde antes de la
fundación del mundo.
Piensa en nuestro Señor Jesús. El medio ambiente en que se desarrollo su vida cuando estuvo
en la tierra. Nació en un pesebre. Huyó por su vida cuando era un bebé. Creció en Nazareth, un
pueblo olvidado en una región accidentada lejos de todos los caminos. “¿Puede algo bueno
salir de Nazareth?” Fue entrenado para ser el carpintero de una minúscula ciudad. Aunque
anduvo de aquí para allá haciendo el bien, todos se le oponían, fue maltratado y rechazado.
Pero no importa el entorno en el que vivió, Él vivió por sobre ese entorno. El fue un “hombre
en los cielos” viviendo en la Tierra. A donde fue llevó la atmosfera del cielo con Él. Todo lo que
tocó, lo tocó con el toque del cielo. Jesús anduvo por esas ciudades donde todos lo
rechazaban, y aun cuando fue rechazado, dijo “Ay te ti, Corazín, Ay de ti Betsaida, Ay de ti
Capernaum, si sólo supieras.” Entonces miraba al cielo y decía: “Padre, te doy gracias porque
esto es Tu voluntad.” Él vivió por sobre Su entorno, gobernó por sobre Su entorno. Jesucristo
hizo que su entorno trabajara para Él, para la gloria del Padre. Él era un hombre en los cielos,
aunque pisara la Tierra. Eso nunca le quito Su cielo.
En Filipenses 4, Pablo dice “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por
todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener
abundancia como para padecer necesidad.” ¡Piense en todo por lo que Pablo tuvo que pasar!
Algunas veces fue alabado por al gente, pero no se engrandeció. La mayoría de las veces fue
malentendido, perseguido, rechazado, pero eso no lo abatió ni lo sumió en la depresión. Vivió
por encima de su entorno. Dominó su entorno. Su vida de rey se sobrepuso a su entorno. Dios
estuvo con él y lo prosperó. No en el sentido de prosperidad física sino en el sentido de
prosperidad espiritual.
JOSE EN PRISION
José prosperó en la casa de Potifar; él fue hecho el administrador de la casa, y entonces llegó
la tentación. Fue probado drásticamente porque la esposa de Potifar trató de seducirlo, pero
José no se comprometió. Él temía a Dios. Por so no le hizo caso a la mujer. Por que tenía temor
a Dios, fue falsamente acusado. NI siquiera se le dio oportunidad para explicar nada. No podía
defenderse porque era un esclavo. Y Potifar, su amo, en su ira lo envió a prisión.
Cuando José estaba en el trono en la casa de su padre, tal parece que cayó del trono, no por
que José haya fallado sino por las faltas de sus hermanos. En la casa de Potifar, de nuevo se
sentó en el trono y de nuevo fue destronado, no porque haya cometido pecado, sino por su
fidelidad a Dios y a su amo. ¡Y fue cayendo cada vez más y más bajo, hasta el calabozo¡ ¡Que
sufrimientos experimentó¡ La Biblia dice que su alma (su persona) fue puesta tras las rejas, no
sólo pusieron grilletes en sus pies, pasaron una cadena por su cuello. ¡Oh cómo sufrió!
¿porqué Dios permite que estas cosas sucedan? ¿José murmuraría ahora? ¿se rebelaría? No, él
poseía la vida que reina.