You are on page 1of 32

----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Geometría Sagrada
&
Geometría Estáurica

¿Qué es la Geometría Estáurica?...

Sin temor a equívocos podemos afirmar que se trata del primer método, que
fuera aplicado por algún antiguo ser humano, para entender la naturaleza.
Naturaleza en la cual estaba inmerso, de la cual descubre ser parte y con la
cual necesita interactuar.
Se trata de un método absolutamente científico, por cierto, si tenemos en
cuenta que parte de la observación directa de la realidad, de donde recoge los
datos, los coteja, los interpreta y luego los “traduce”, según su particularísimo

2
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

modo de entenderlos. Más adelante en el tiempo, a ese conjunto de „theôrias‟


−o visiones− de los antiguos, les llamaremos mitos, les quitaremos la carga de
“sacralidad pagana” y, por no entender sus códigos o por creer que ya no nos
eran útiles sus aplicaciones prácticas, los eliminaríamos de nuestros hábitos
de vida reservándoles, ¡eso sí!, un destacado anaquel en el museo de la
evolución humana.
Se trata, en definitiva, del fruto de una exhaustiva observación que fue
motorizada, más que por la simple curiosidad y el asombro extraordinario que
todo ello produce, por la necesidad acuciante que decíamos: la de entender el
cosmos −el espacio natural de vida−e integrarse a él. Por eso digo que es, por
lejos, el primer esfuerzo evidente, que hicimos como humanos, en pos de
encontrar nuestro lugar en el mundo y definir nuestro rol en él…

El primer escenario es simple: La existencia de tres grandes áreas o planos en


el cosmos aparente −el cielo, la tierra y su ámbito intermedio de relación−, es
lo incuestionable para quién mira inocentemente y por primera vez. Todos los
mitos −o “teorías explicativas”− de los antiguos se basan en esta evidencia
primaria, y todos sus escritos (y grafías) dan cuenta de ello. Hasta hoy,
incluso, lejanos resabios de esta primitiva cosmovisión suelen asomarse por
los intersticios de nuestro lenguaje cotidiano.
Ahora bien, sin distingos de época o lugar, los antiguos reconocieron, en los
componentes extremos de esta dualidad funcional –Cielo/Tierra–, a la doble
raíz ancestral de todo cuanto se pone de manifiesto aquí, en la “parte
intermedia”, en la naturaleza. La „theôría‟ cosmogónica con más consenso en
la antigüedad pasaba por la creencia de que el Cielo es el proveedor de las
ideas formales, en tanto que la Tierra aporta la materia para –y donde–
plasmar aquellas. De este modo explicaban, básica y sencillamente, el
procedimiento formativo de todas las cosas: la Creación; entendida como la
manifestación del orden intangible que culmina con la aparición de la vida
en general y, sobre todo, con la existencia de la humanidad.

Entonces, la existencia –y/o la percepción− de una dualidad cósmica,


primordial y contrastante tenía todas las credenciales de axioma en el
pensamiento primitivo. Y esa „certeza‟, de validez cuasi absoluta, les proveía
las herramientas indispensables para atinarle a una teoría explicativa de
alcance universal (mito), capaz de dar razón de prácticamente todo. Así fue
que lo usaron para explicar, por ejemplo, la división habida en el seno de las
sociedades humanas, entre los denominados hijos del cielo e hijos de la
tierra. De este modo explicaron las grandes diferencias que veían entre los de
„raíz celeste‟ (o “sangre azul”), y los de „raíz terrestre‟ o „genética terrestre‟,
como diríamos en nuestros días, diferenciándolos de aquellos con „genética
supraterrestre‟… Aunque, en realidad, el concepto original va mucho más allá
de una insulsa cuestión biológica.

Sintéticamente, la explicación de estas diferencias pasaba por lo siguiente: En


la mayoría de los idiomas de las altas culturas del planeta, cuando se refieren
al hombre como hijo de la tierra, las palabras que entonces se usan están
relacionadas a como se diga tierra en ese mismo idioma, o bien en alguno de
sus sustratos antiguos. Por ejemplo: el latín homo –hombre−, que viene de

3
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

humus –tierra−. La otra “raíz” humana, en cambio, siempre ha estado


identificada con expresiones tales como: los hijos del cielo, los hijos del sol,
los hijos de los dioses, e ideas similares. Por ejemplo: el chino T’ien Tzu –hijo
del cielo-; el sánscrito Ra-ja (también Ra-yal o Ra-yan) –hijo del sol− (como
era el caso de los reyes), y el concepto incaico del Intip Churin −hijo del
sol−,… entre otros. En España sobrevive una vieja expresión: Fils dal Gots
(contraída en: Fidalgos, Hijosdalgos o Hidalgos) –los hijos de los dioses–. De
este modo se mencionaba, en general, a los nobles o nobelios (de neo-elios:
los nuevos soles). „Fils dal Gots‟ es una expresión equivalente al hebreo ben
Elohim –hijo de los dioses−; un concepto bíblico que en muchas versiones se
traduce por ángeles, sencillamente y sin entrar en más detalles.

Decimos, entonces, que, plantados ante la Gran Dualidad primordial e


interactuante, los „hombres‟ dan sus primeros pasos como observadores.
Aunque cada cultura haya mantenido miradas −visiones y/o „teorías‟−
diferentes sobre la misma realidad, existen, no obstante, infinitas
coincidencias en lo sustantivo de ellas. Las diferencias (más que
divergencias), surgen a causa de la posibilidad intelectual que tenemos los
humanos de observar, simultáneamente, una misma realidad compleja desde
“ángulos” (o puntos de vista) diferentes. Ello nos permite contar con más de
un foco de atención para seleccionar, resaltar, comparar y remarcar algunos
elementos en detrimentos de otros, para recomponerlos, a continuación, en
algo más que la mera bi-dimensión (o mono-visión), de la realidad aparente e
inmediata que nos entra por los ojos.

En el marco de esta habilidad es donde aparece, toma forma y se desarrolla el


Método de Observación que hoy llamamos Geometría Estáurica.
La Geometría Estáurica es una ciencia que parte del axioma primordial al que
ya henos referido: la existencia “evidente” del Cielo, de la Tierra y de su inter-
relación (o comunicación), ese espacio medio, especial y esencialmente
sagrado, que es la interfaz adonde ambos extremos se „re-ligan‟, luego de la
primera partición de la Gran Unidad…: «En el principio creó (separó) Dios el
Cielo y la Tierra» (Gn 1,1)…

4
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

…Y la espada pasó a ser el símbolo del Verbo Creador.

La GE nace de la necesidad humana de observar y entender, o bien de


observar para entender, como hemos dicho, esta relación Cielo-Tierra; para
poder leerla, para interpretarla, para saber a qué atenerse, para adaptarse a su
ritmo fluyente y poder vivir (“danzar”), en armonía con todo ello.
Los antiguos consideraron que este era un excelente recurso para dejar de lado
la confusión y el desconcierto que aparecen a causa de una percepción
errónea, azarosa y desenfocada de la propia naturaleza. La convicción básica
era que: sólo cuando estamos bien ubicados podemos observar correctamente;
y, sólo cuando hemos aprendido a observar correctamente, las reglas del juego
cósmico se nos hacen evidentes… A partir de allí, si nos disciplinamos en
ellas, la vida deja de ser una carga pesada (por lo azarosa y desconcertante), y
pasa a ser un juego (un ritual) bastante divertido.

De allí que, como resultado inmediato de la aplicación de este Método de


Observación aparece el fruto dilecto de tanto esfuerzo: el Esquema Estáurico,
que no es otra cosa más que una síntesis armoniosa de la capacidad de
múltiple visión contrapuesta, simultánea, holística y, por supuesto, aceptada,
de la realidad. Dicho de otro modo: el Esquema Estáurico nace tras los
primeros intentos de fabricar Calendarios mediante la aplicación de un
Procedimiento Geométrico sencillo, al que hoy le llamamos Estáurico, y es, por
lo tanto, la encarnación –la síntesis perfecta– de sus mejores resultados.

Prototipo de EEB
−Esquema Estáurico Básico−

Para hacer los Calendarios –instrumentos capaces de registrar y predecir (o


pronosticar) el ritmo del cosmos−, el hombre primitivo se limitó a plasmar los
movimientos del activísimo “Padre” Cielo sobre la pasiva “Madre” Tierra. Más
precisamente, y tal como lo dirían los griegos, sobre la Γῆ-Μήτηρ /Gê-Méter/
−la Madre Tierra−; un concepto semejante, en todo, al de la Pachamama
Incaica. Luego, mucho más adelante en el tiempo, se la llamaría –y se la
confundiría con la− γεῶ-μτηρ /geô-méter/ (también γεῶ-μτρημ /geô-

5
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

métrema/ o γεῶ-μτρη /geô-métresis/) -la medida o medición de la tierra-;


pero eso ya es otra historia.
Entonces, desde tiempos muy antiguos, la Geometría, entendida como Geon-
meter-nía: «eso que es propio de hacer en, que nace y se desarrolla en, o sobre,
la superficie de la Madre Tierra», pasó a ser una de las principales actividades
del humano primitivo. Y si acaso no fue el primero, seguro fue su principal
instrumento pedagógico e indispensable recurso civilizador.
Además, del mismo modo y al mismo tiempo que cada humano observador
plasmaba el Orden del Cielo sobre la “desordenada” Tierra, indefectiblemente
acababa plasmándolo (absorbiéndolo) en sí mismo. Esta es una de las
principales causas por la que el Esquema Estáurico se comporta, hasta hoy,
como un perfecto “espejo”, tanto del Cielo como del Alma (mens) Humana
moldeada a su imagen.

Estructural y funcionalmente hablando, el Esquema Estáurico es un Ábaco


Geométrico. Ábaco al que podemos aplicar para la resolución de diferentes
cuestiones, utilizándolo desde distintos puntos de vista (criterios,
concepciones, necesidades, estilos, gustos, etc.). Siendo muy simple en sus
orígenes (y hasta casi diríamos ¡extremadamente simple!), luego, en los
estadios más avanzados del Esquema −a medida que aparecen más y más
líneas−, en el entramado Estáurico comienzan a presentarse imágenes,
figuras concretas, que a los antiguos se les hicieron parecidas a algunos
elementos conocidos de su entorno inmediato. Así vieron aparecer el toro (o
buey Apis), el escarabajo estercolero (Khepri), el halcón (Horus) y la cara del
gato, entre otros; sólo por citar algunos de los ejemplos más conocidos de la
civilización egipcia.

El Buey Apis y Horus,


Según abstracción Estáurica.
(Cultura Egipcia).

En sus remotos comienzos, para diagramar los primeros Esquemas


Calendáricos sobre la Madre Tierra bastaban unas pocas horquetas de palo
−para hacer círculos perfectos−, y algún tipo de cuerda –para tender las
líneas rectas–. El más sencillo de los procedimientos geométricos (que por
cierto no es el más antiguo), requiere comenzar la acción partiendo desde una
línea pre-direccionada (este/oeste, o bien norte/sur), lo que se consigue con

6
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

métodos muy sencillos. Sobre esta primera línea se traza el primer círculo, al
que hemos llamado círculo cero.

Punto, Recta y Círculo Cero.

A partir de allí, con una horqueta más grande (cuyo radio es igual al diámetro
del círculo cero), se procede a hacer los demás círculos, que llamamos
estándar y van a componer el Esquema Base. Pero apenas acabamos de trazar
los dos primeros círculos estándar, se nos presenta, perfectamente dibujada,
una figura geométrica con forma de Vejiga:

Primer y segundo Círculo Estándar, y la Vesica.

También llamada vesica piscis –la vejiga del pez- y biángula -figura con dos
ángulos-, en latín, sus extremos están formados por el cruce de los dos
círculos que la componen. Estos cruces nos proveen de los dos puntos que
vamos a unir mediante una recta que resulta ser perpendicular a la primera
línea direccionada. De este modo nos queda trazada una Cruz direccionada
sobre el terreno; Cruz que es el elemento indispensable, el fundamental, para
la ejecución de cualquier tipo de Calendario.

Y de aquí le viene el nombre al procedimiento: debido a que cruz, en griego,


se dice σταῦρός /staurós/, es que Estáurica significa, literalmente,
«relacionada con la cruz»…
La Cruz es, por lo tanto, el quinto símbolo importante (o fundamental), que
hace su aparición luego del punto, la recta, el círculo y la vesica… También
puede decirse que es el primer símbolo/sello que aparece cuando, en la
práctica, se establece −o re-establece− la unión (el “matrimonio”) entre el

7
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Cielo y la Tierra… Cualquier parecido conceptual con alguna teología todavía


vigente está bien lejos de ser una mera casualidad.

Hete aquí, entonces, que, utilizando un procedimiento geométrico relacionado


con la cruz, se „estauraba‟ todo y cuanto debía ser formado, fundado, creado,
diseñado, construid, etc., sobre la faz de la Tierra; ya sea esta yerma o en
medio de la naturaleza viva.
Era la más intima convicción del geómetra y su intención manifiesta que, con
su labor, él estaba imitando «el mismo modo (o método) de acción que utiliza
El Gran Hacedor al momento de hacer todas las cosas»... Y esta es la razón por
la cual este Procedimiento Geométrico fue considerado, desde siempre, como
Sagrado.
Más allá de la etimología latina de sacrum –i y de su participio (sacratus), si
rearmamos la etimología desde el sánscrito sa-kri tenemos que sagrado
significa, literal y originalmente: «hacer igual que…», «hecho al modo de…»,
«hecho de la misma manera en que…»; e ideas similares.
De allí que, al in-staurar alguna cosa (los templos, las plazas, las ciudades o
los imperios, p. ej.), se decía que el sacerdote ejecutor imitaba al Gran
Geómetra Creador al utilizar Su misma Geometría.
Instaurar significa „estaurar en‟; o sea: fundar; pero lo así creado no es algo
destinado a durar para siempre. Una vez cumplido el ciclo etario de lo
construido (o estaurado), debía ser desmantelado para ser re-staurado. En
otras palabras: lo viejo debía ser destruido para reconstruirlo siguiendo las
directivas que corresponden a las formas y el procedimiento del nuevo ciclo
etario (a la Nueva Era emergente). Este criterio era aplicable a todo cuanto se
hiciera y es la causa principal que rige un fenómeno bastante conocido: el
famoso „volteo‟ sistemático de 90° que podemos apreciar en la mayoría de los
Sistemas antiguos de Escrituras.

El fenómeno de volteo sistemático se explica, en parte, porque históricamente


han existido dos posiciones, principales y alternadas, en el uso del Esquema
Estáurico. Para distinguirlas las hemos llamado: „Posición Tauro Lunar‟ (PTL)
y „Posición Aries Solar‟ (PAS). Si prestamos atención a la ojiva central del
Esquema, cuando esta está en posición horizontal al observador, eso es PTL; y
cuando está en posición vertical, eso es PAS.
Cada posición del Esquema corresponde a una Era determinada e intermedia.
Por ejemplo: en la Era de Piscis (la actual), la Catedrales Góticas (hechas a
posteriori del siglo X dC), están basadas en Esquemas del tipo PTL; al igual
que la mayoría de los diseños artísticos que nos llegan desde la Era de Tauro
(del 4.400 al 2.200 aC, aprox.). Si continuáramos esta tradición, a la Era que
sigue, la de Acuario, le correspondería un formato en PAS, equivalente al
usado durante la Era de Aries (del 2.200 aC al 0, aprox.).

8
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Signo de Tauro (PTL) y Signo de Aries (PAS)


Para mejor entender los alcances que este tema tenía en la antigüedad, basta
recordar el lío en el que se metió Akhenaton, en Egipto, cuando, ya iniciada la
Era de Aries (Ammón, PAS), quiso resucitar el culto a Aton (PTL), que se
había acabado con la Era anterior…

Ahora bien, ¿cuál es, desde sus comienzos, el objetivo primero y casi
excluyente del Procedimiento Estáurico?... Pues, el de disponer de un método
sencillo para encontrar y trazar un ÁNGULO SOLSTICIAL exacto.
Esto es: tras encontrar el vértice (V) del ángulo –el punto fijo de observación (y
centro del círculo de referencia en el formato más arcaico)−, es menester
ubicar los puntos referenciales (R) correctos para tender las líneas rectas que
nos permiten trazar este verdadero „Angulus Angulorum‟ –latín: el ángulo de
los ángulos–: la abertura angular que media entre el Solsticio de Invierno
(que vemos hacia el norte en el hemisferio sur), y el Solsticio de Verano (que
se da al sur de la línea equinoccial)…

El “círculo de la tierra”, el ángulo solsticial y la línea N/S.


(El tri-ángulo alfa).

Pero en concreto, ¿qué ángulo es este y como lo ve un observador ubicado a


nivel del suelo?... A ver, primero es necesario recordar que nuestro planeta
tiene una inclinación polar constante de 23,5º, aproximadamente y en la
9
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

actualidad (recordemos que no es un valor permanente). Segundo que, al girar


nuestro planeta alrededor del sol, esta inclinación genera las estaciones (las
derivas tropicales del sol). Entonces, si observamos este fenómeno parados
sobre la línea del ecuador (lugar por donde el sol pasa perpendicular a la
tierra durante los equinoccios), la inclinación polar crea dos trópicos –dos
lugares por donde el sol pasa de manera perpendicular durante los solsticios−.
Ellos son: el de cáncer (hemisferio norte, 21/06) y el de capricornio
(hemisferio sur, 21/12). Esto implica que, para el observador terrestre ubicado
en el ecuador, la distancia angular de los trópicos es cercana a los 47º (la
sumatoria de 23,5º + 23,5º); y, por razones que veremos a continuación,
siempre vamos a referirnos a este ángulo visual apelando a su nombre
primitivo: ALFA…
Decimos, entonces, que, cuando este fenómeno se observa desde la superficie
de la tierra, y sólo cuando estamos parados sobre la línea del ecuador, el valor
del ángulo solsticial –o ángulo alfa− es de casi 47° en la actualidad, y así se
mantiene desde el inicio de la Era de Tauro, aproximadamente. Pero atención,
porque este valor angular sólo es permanente sobre la línea ecuatorial. A
medida que nos alejamos del ecuador y nos dirigimos hacia alguno de los
polos, el „ángulo alfa‟ se abre paulatinamente, se incrementa. Lo interesante es
que esa diferencia es perfectamente mensurable y ello nos permite, en
consecuencia, determinar (medir) localizaciones paralelas al ecuador.
Al hacer una comparación entre el ángulo de observación local (siempre
mayor a 47º), y el ángulo de observación ecuatorial de 47° exactos, podemos
determinar, con somera precisión, la ubicación (paralela al ecuador), de
quienes elaboran el Calendario. Dicho de otro modo: este procedimiento no
sólo les servía para informarse acerca del tiempo cronológico durante un ciclo
anual (función estrictamente calendárica), también les proveía la información
necesaria para conocer sobre que „klima‟ (o grado de inclinación solar), se
encontraban acampados, y que clima (meteorológico) se podía llegar a esperar
allí, en cada momento del año. ¿Se entiende?...

¿Y por qué le llamamos „alfa‟ a este ángulo?...


Las razones se hacen obvias cuando uno observa las imágenes. Sabido es que
alfa es el nombre de la primera letra del alfabeto griego; que esta alfa viene del
fenicio aleph, que significa «este toro», y que su figura original representa,
obviamente, la cabeza estilizada de este animal. La figura de alfa (A) tiene la
forma exacta del ángulo solsticial, al que los propios griegos llamaron kephalé
gonías1; lo cual suele traducirse con referencias que van desde «la cabeza del
ángulo», hasta «la piedra fundamental» o «piedra angular», por cuestiones
secundarias… Pero el punto importante aquí es tener en cuenta que kephalé
gonías significa «la cabeza del toro»… Original y literalmente: «aquello que
nace en, que se forma en y/o rige a, la cabeza del toro».

1
- Recordar que Jesús dijo, de Sí Mismo, que Él era el Alfa y la Omega, y la kephalé gonías que
desecharon los constructores…

10
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

El Buey Apis (PTL), con la aleph (fenicio arcaico) sobrepuesta.


„Toro‟, ideograma hitita.
Y una variante de la aleph hebrea, estilo cuadrado.

Como la GE nace mucho tiempo antes que las letras y los números, las figuras
que naturalmente se forman en el suelo durante el trazado pasaban a tomar
los nombres de aquellas cosas con las que sus hacedores estaban
familiarizados; como ya hemos dicho. De allí que esta forma angular −una A
invertida (∀)−, lo primero que se consigue trazar en los procedimientos
calendáricos más arcaicos (cuando todavía no se usaban las líneas
direccionadas y tras haber hecho el primer gran “circulo cero” que imita a la
línea del horizonte que rodea al observador), fuera asociada con la cabeza de
un bovino, a falta de referencias más “evidentes”. Entonces, esta forma angular
le da „cuerpo‟ a las primeras representaciones de alfa o alef, y el toro le presta
su nombre a esta primera letra de los sistemas alfabéticos que, por la misma
causa, pasó a ser el numeral 1…

Fue hasta hacer el trazado Calendárico durante la Era de Tauro, que este
ángulo se asoció directamente con la imagen de la cabeza del toro; y los
ideogramas del proto-sumerio (de esa época histórica), ya daban claras
cuentas de ello:

Dos maneras de hacer trazar el ideograma „gu‟ –toro, buey−.


Proto-Sumerio (3.200 aC).

11
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Luego, en la siguiente Era de Aries, vamos a encontrar a este ángulo asociado


con otras figuras, como la Cabeza del Carnero o bien a la Cabeza del Gato
(por seguir con los ejemplos Egipcios).

Protoforma „Cabeza de Gato’


Esquema en PAS.

Un detalle esclarecedor de lo que venimos hablando es el siguiente: si


tomamos como punto de partida la posición ∀ (de A invertida) durante la Era
de Tauro, vemos que luego se voltea 90° hacia la derecha (), en la Era de
Aries y da forma a la a /alef/ del fenicio arcaico. Finalmente se lo voltea
otros 90°, en la Era de Piscis, para quedar en la posición de la A que todavía
usamos.
Es decir:

: Era de Tauro; del 4.400 al 2.200 aC; aprox. (PTL)…

: Era de Aries: del 2.200 al 0; aprox. (PAS)…

: Era de Piscis: 0 al 2160 dC.; aprox. (PTL)…

… Entonces, y como decíamos antes, si nos dispusiéramos a perpetuar esta


tradición deberíamos, de mínima, voltearla nuevamente (re-estaurar la A), al
ingresar en la Era de Acuario:

12
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

La Alfa de la Era de Acuario


(PAS)

Bien, continuamos. En los Esquemas originarios se trazaban muchas menos


líneas de las que hoy vemos en un EEB (Esquema Estáurico Básico). Este
Esquema (el mismo que utilizamos aquí para hacer las ilustraciones), es una
síntesis hecha a partir de la sumatoria de todas las posibilidades que, hasta el
momento, nos consta que se utilizaron en distintas culturas. Traigo esta
referencia a cuentas de que, este nivel de integración (o de complejidad
gráfica), nos provee un Esquema cuya versatilidad nos permite navegar por la
casi total diversidad de la cultura humana, sin tener que apelar en demasía al
agregado de trazos extras.
Y ya que hemos visto, a grandes rasgos, cómo y por qué aparece la GE, los
invito a que veamos, ahora, algunos ejemplos concretos de usos y
aplicaciones paralelas a la función estrictamente calendárica.
Supongamos que estuviésemos ubicados en China. En el hemisferio norte, el
sur es la zona del calor: del fuego o del sol (recordemos que sur o süd viene
de Surya o Syria: el área del Sol), y adonde acontece el solsticio de invierno.
El norte, en tanto, es la zona del frío, del agua y adonde se hace solsticio de
verano. El centro es el aquí y ahora, y el área de la tierra. El oriente es el área
del árbol y/o la madera. Y al oeste se lo relaciona con el metal. Ahora, hete
aquí que los ideogramas que representan a cada uno de estos 5 elementos de
la tradición china han sido abstraídos de los trazos que encontramos en las
áreas correspondientes a cada punto cardinal y central del propio Esquema…
Algo que tiene mucha lógica, por cierto.

水/shui/ agua- (norte); 土/t’u/ -tierra- (centro), y 火/fuo/ -fuego- (sur).

13
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

木/mu/ -árbol; madera- (oriente); 土/t’u/ -tierra- (centro), y 金/ch’in/ -metal; oro- (oeste).
Los 5 elementos. Cultura China.

(En realidad, la explicación completa de este fenómeno es un poco más


compleja que esto, porque implica muchas alternativas de uso que no son
obvias a simple vista).
También los chinos giraron el Esquema −y las escrituras abstraídas de él− a
su debido tiempo. Lo curioso es ver cómo se produce el paso de los sistemas
arcaicos de escritura a los ideogramas modernos, sin salirse del Esquema Base.
Aunque, por cierto, una de las mejores curiosidades son las coincidencias que
algunos ideogramas chinos mantienen con sus pares cuneiformes de Asiria y
Babilonia; tanto en las formas como en los significados; a pesar de que, a
causa de los estilos de escritura −unos usando pincel sobre papel y otros el
„cuneo‟ sobre la arcilla fresca, más un volteo especular del la imagen−, se nos
presentan como sistemas que aparentan ser muy diferentes.

Continuando sobre este mismo Esquema Básico (sin quitarle ni agregarle cosa
alguna), nos traslademos ahora al Calendario Azteca: Allí hay 18 meses de 20
días, y cada uno de ellos tiene su nombre y grafías propios. Estas grafías, que
también son abstracciones hechas sobre el Esquema Estáurico, tienen la
precisión y la belleza que podemos observar en los dos ejemplos siguientes:

Coatl –la serpiente− y Tlaloc –dios de la lluvia−.


Cultura Azteca

Según que escriba abstrajera las imágenes desde el Esquema, de un mismo


dibujo podemos encontrar muchas variantes gráficas, tanto de formas como de

14
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

estilos, pero sin salirse, no obstante, de los lineamientos estrictos del ábaco
matriz.

Algo importantísimo a tener en cuenta: En las grafías Mayas (entre otros


tantos ejemplos semejantes), es posible observar la supervivencia de algunos
trazos que responden a un ángulo alfa de 48°, en lugar del clásico 47° que
buscamos al hacer este Esquema Calendárico. Se trata de un arcaísmo
absoluto y bastante curioso. Sucede que, anterior al 4.400 aC, en la Era de
Géminis y en pleno Neolítico, el ángulo alfa tenía un valor de 48° (con los
trópicos a 24° por encima y por debajo de la línea ecuatorial). Por ende, para
conseguir un Calendario que reflejara esa realidad angular concreta, se
requería hacer un Procedimiento Geométrico diferente a aquel con el cual
conseguimos elaborar a este Esquema Estáurico. Aquel Esquema anterior (para
los 48°), es semejante a este (para 47º) en cuanto a sus fundamentos; pero no
así en cuanto a sus desarrollos y potencialidades especiales. Por ejemplo, en
aquel Esquema anterior aparece, a poco de haberse iniciado el procedimiento
y con meridiana claridad, un símbolo muy caro a muchas culturas antiguas y
que, curiosamente, no ha perdido vigencia hasta el día de hoy: el pentáculo o
pentagrammon: la estrella de cinco puntas.

Lo cual implica que este símbolo, que aparece en el 25% de las banderas del
mundo actual, es otro curioso y trasnochado arcaísmo que nos llega desde una
Era anterior a Tauro (más de 60 siglos atrás), y todavía perdura…

… Como también perdura la pregunta del millón: ¿Por qué parece que la
Geometría Estáurica “se pierde” en los últimos siglos?...
Si nos trasladamos a distintos puntos del planeta podemos comprobar que
esta misma Base Geométrica se utilizó para la creación de diversos elementos
culturales endógenos y endémicos; para luego, vaya uno a saber porqué,
desaparecer casi tan espontáneamente como había aparecido. Europa es un
buen ejemplo de esto. Tras un resurgimiento rimbombante durante la Edad
Media, de la mano de los Templarios y manifestada en sus hermosas
Catedrales (estilo gótico en PTL, como corresponde a la Era), luego se
desvanece. Los Templos posteriores, copias entre malas y mediocres de estos
anteriores, muestran, en la mayoría de los casos, algunos “yerros” absurdos en
el diseño geométrico. Errores a veces tan burdos como el direccionamiento
incorrecto (P. ej.: la Iglesia de los Padres Capuchinos, en Córdoba, que mira
hacia el sur en lugar de hacerlo hacia el oriente).
Pero si observamos mejor veremos que nunca se esfuma por completo. En el
renacimiento, por ejemplo, se rescata una de las figuras geométricas más
emblemáticas en la Geometría Sagrada: la Cuadratura Circuli (CC) −un

15
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

cuadrado y un círculo con el mismo perímetro y el mismo centro−. La CC es


uno de los resultados finales más famosos de la práctica Estáurica; a la vez
que, inversamente, suele ser el punto de partida para cualquier practicante de
Geometría Sagrada “normal”. Lo que aquí sucede es lo siguiente: más allá de
que, por las características del número  /pi/ (que significa boca), la CC nunca
sea una relación matemáticamente exacta, ambas figuras mantienen una
relación correcta mediante, por lo menos, un par de ángulos famosos:

 1) Uno es la relación angular de 47°, que se da desde la cúspide del


círculo hacia los ángulos opuestos en la base del cuadrado, y otro es…
 2) el perfil de la pirámide de Keops, cuyos ángulos base de 51º 51‟
relacionan la cúspide del círculo (“el cielo”), con la línea que forma la
parte media del cuadrado (sobre “la tierra”)…

Esto debería bastar para explicar, desde el vano, porqué los antiguos le
confirieron tanta importancia a esta cuestión de la Cuadratura Circuli.
Un detalle adicional: El ángulo de casi 52º, en la base de la pirámide, es el
ángulo alfa local que uno observa cuando está parado apenas por encima del
paralelo 30º… El preciso lugar que ocupa, casualmente, la meseta de Giza…
Es decir: los valores de la pirámide de Keops sólo son válidos sobre ese
paralelo. Construida fuera de allí (al norte o al sur), sus ángulos habrán ser
necesariamente diferentes.
Además, sólo cuando llegamos a la Cuadratura del Círculo mediante el
Procedimiento Estáurico es cuando el Esquema nos presenta la idea (la
protoforma), de un “hombrecito primordial”2 parado, con las piernas y los
brazos abiertos y extendidos. Así, como se ve en la siguiente figura, o bien en
otras opciones, como en la „posición de loto‟, p. ej. Depende, finalmente, del
gusto y las preferencias de quienes lo dibujen; ya que cada quien puede
abstraer y completar una imagen similar como mejor le parezca. Un ejemplo
típico es este: si lo vemos con las piernas juntas y los brazos abiertos sobre el
travesaño superior, estaremos viendo al Crucificado, cuyo ombligo (chakra
3º), coincide con ser el Centro del Esquema.

2
- Como es el caso del llamado Hombre de Vitrubio, en Europa, y el Vaastu Purusha
Mandala de los Hindúes.

16
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Es así de claro: Esta noble imagen, ¡y su tremenda carga simbólica!, que


representa la integridad humana (y/o la integración como humano), generó, a
lo largo de los tiempos, algunas de las maneras más crueles de ejecutar
enemigos. Una de las más famosas en la historia de la humanidad fue, sin
lugar dudas, la crucifixión: Seguida por el desmembramiento del reo, era una
práctica simbólica que buscaba desintegrar la personalidad desmembrando
al cuerpo. Tras la ejecución, los miembros −brazos y piernas− amputados del
reo eran llevados hacia los cuatro rincones del mundo; en tanto que la cabeza y
el tronco solían quedar expuestos en el centro. Se suponía que con esta acción
se podía acabar con la cualidad „integradora‟ (de liderazgo nucleizante), de la
que hacía gala el ejecutado. Baste recordar algunas de las ejecuciones más
famosas en este estilo, como la de Thupac Amaru, la de Williams Wallace y
tantos otros que fueron torturados, muertos y desmembrados.
Pero el verdadero sentido de la „estauración‟ (no le llamemos crucifixión), su
propósito primero e inicial, no era el de desintegrar, sino, por el contrario, el
de integrar, ordenadamente, todas las cosas en torno a un centro absoluto,
al que siempre se identificó con la mismísima Divinidad.

En el Oriente Asiático, en tanto, para hacer las obras de arte que representan
íconos sagrados se sigue utilizando, en la actualidad, un diagrama de líneas
someras para darles las proporciones precisas. Lo curioso es que, aunque
podemos encontrar esas líneas generales dentro del Esquema Estáurico, todo
parece indicar que, al igual que en Europa, el Esquema que las origina
también “se esfumó”, y más o menos por la misma época.

17
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Base de un kalachakra e imagen de Buda.


(Obsérvese el entrecejo de Buda coincidiendo con el centro de la Cruz).

Si nos detenemos a observar el rostro de Buda, las proporciones y detalles


puntuales que identifican su imagen clásica, veremos que coincide muy bien
con las imágenes hechas, sobre todo, con anterioridad al siglo X dC; época
que, suponemos, sobrevivía la práctica con el Esquema original. Lo mismo
ocurre con el Kalachakra y las figuras mandálicas en general: guardan una
relación muy precisa de forma –proporción y figura− con un Esquema
Estáurico típico. El punto central aquí es que, de la práctica Estáurica
primitiva parece haber quedado sólo una destreza residual tras haberse
„esfumado‟, hace varios siglos, el conocimiento tradicional y el procedimiento
ancestral.
Pero, felizmente, no fue eso lo que ocurrió en América…

Al tiempo de la llegada oficial (e histórica) de los europeos, en el continente


americano las cerámicas, las pirámides, las pictografías y otros elementos
culturales autóctonos, todavía se hacían conservando intacto el núcleo de la
tradición Estáurica.
Por ejemplo, más allá de lo mencionado arriba respecto de Aztecas y Mayas,
entre los Diaguitas (por nombrar genéricamente a las principales culturas
estáuricas del NOA), encontramos detalles y proporciones que se abstraen
desde un purísimo, muy exacto, precioso y avanzado Esquema Estáurico. Y,
sinceramente, ¡es difícil explicar cómo pudieron lograr semejante nivel de
perfección, en la factura del diagrama, con los escasos medios instrumentales
que contaban!... Pero ahí están las grafías, las cerámicas y demás elementos
culturales, mostrándonoslo con todo rigor.

18
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Cabeza de uturungu –puma−


y figura estilizada de la Madre Tierra.
Cerámicas de las Culturas Aborígenes del NOA.

¿Las causas de tal ubicuidad?... Muchas hipótesis, ¡muchísimas!; pero pocas


certezas. Lo cierto es que el Esquema tiene tantos siglos acompañando a la
humanidad que ya casi no cabe el asombro de encontrarlo, aquí y allá, sin
modificaciones sustantivas.
Por eso llegamos a la pregunta obvia que tiene que ver con la antigüedad de
todo esto, ¿verdad?...
Bien. Cuál sea el origen del Esquema, cuál la causa eficiente de su aparición,
lo sabemos; pero ¿desde qué épocas viene y cuál fue la primera civilización en
utilizarlo?… Difícil decirlo.
Hasta hace unos pocos años yo pensaba que esta práctica tendría entre 8 y 10
mil años. ¿Por qué?... Por la cantidad de monumentos y grafías del neolítico
que muestran un formato compatible con el uso de este tipo de Esquemas.
Pero esa creencia me duró hasta que puse la atención sobre ese bellísimo
bisonte, que está en las Cuevas de Altamira (España), y fuera hecho en
carbonilla a finales del paleolítico.
Con sólo observar el desarrollo de la cabeza de este animal (el cuerno, el ojo,
el hocico, la lengua, la barbilla, la pelambre, etc.), parece, a primera vista,
haber sido abstraído de una base geométrica que se corresponde con la técnica
Estáurica. Aunque por entonces esa posibilidad me parecía descabellada,
intenté, forzando la imagen al mínimo posible, trasladar el dibujo de la cabeza
a un Esquema Básico. ¡Y el asombro no se hizo esperar!...
Si bien a estas alturas ya estoy bastante habituado a este tipo de sorpresas, de
todos modos ese momento fue la segunda vez que una de estas coincidencias
me dejó estupefacto. Esta bella figura debió ser un reto bastante difícil para el
artista, porque requería ser trasladada desde el Esquema hecho en el suelo y
bajo el sol, a una pared oscura y rugosa (es decir: hacerla de memoria, a mano
alzada, en penumbras y sobre una piedra despareja). Al margen de esto, la
figura tiene un importante valor agregado: El Esquema que se requiere para
reproducirla (para abstraerla), con detalles finos y mejor ajustados al original,
es de una tipología demasiado elaborada para mi gusto lógico.

19
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

„Bisonte de Altamira‟
Protoforma (EEB).

Hasta allí, y como decía antes, mi creencia personal era que hace unos 80
siglos esta técnica debía haber estado en pañales… Pero parece que no era tan
así.
El dilema transita, ahora, por dos puntos importantes:

 El primero es que este dibujo fue hecho hace 30.000 años y, por lo que
se ve, se levanto de un Esquema Estáurico de Desarrollo Múltiple
(EEDM), cuyo uso es algo más complicado (y completo) que el de un
simple Esquema Estáurico Básico (EEB)…
 El segundo es que, al igual que este Esquema de hoy, aquel otro
también se elaboró durante la Era de Tauro y responde a un ángulo de
47º… Pero no en la última Era de Tauro que mencionáramos antes, sino
25.000 años antes de esa, durante el ciclo astronómico/astrológico
anterior3…

Entonces, ¿cuál es su antigüedad?... No lo sé. Me limito a dejar en manos de


quienes puedan tener, en adelante, más y mejores datos, para que sean ellos
los encargados de determinar el origen temporal de este procedimiento.

Volvamos al tema Escrituras. El Esquema Estáurico nos permite reproducir a


por lo menos cerca de cien Sistemas de Escrituras de diferentes épocas y
lugares. Al menos eso es lo que, a grosso modo, he podido chequear hasta el
presente.
Un botón de muestra: desde un EEB nos es posible abstraer las 36 sílabas del
Persa antiguo cuneiforme (del 600 aC.). P. ej.:

3
- El fenómeno se llama „precesión de los equinoccios‟, y el ciclo dura casi 26.000 años.

20
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Sílabas „ba’ (PTL); „a‟ (PAS), y „ma’ (PTL).


Una curiosidad es que, al hacerlo, queda al descubierto una rara e interesante
peculiaridad de este sistema: Está compuesto por grafías que se corresponden
a las dos posiciones del Esquema (las que llamamos PAS y PTL), que aquí son
usadas de manera alternada y simultanea. Esto es: al voltear la figura de
algunas sílabas, ya en la nueva posición la misma figura da origen a una sílaba
diferente. Según aquí se nos muestra, el Persa antiguo también tenía letras (o
sílabas) lunares y solares; una característica que la escritura árabe conserva
en la actualidad.

Sílabas „pa‟ (PTL) y „ta‟ (PAS).


Persa antiguo cuneiforme (S. VII aC).

El caso de los Jeroglíficos Egipcios es especial: ¡No hay mejor paradigma para
ver y entender la funcionalidad estructural y secuencial del Esquema, como
cuando se lo usa para diseñar este tipo de escrituras!
Veamos el más clásico de los ejemplos: el cartucho „Cleopatra‟:

Esta es una copia del cartucho original. Lo que tenemos a continuación es la


reproducción completa de las grafías abstraídas desde un EEB, usado en PTL y
extendido −colocados en secuencia− (algo parecido, aunque no igual, a un
Desarrollo Múltiple). Este método nos permite reproducir, además de los
límites exactos del propio cartucho que ha de contener el nombre, los signos

21
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

que van a conservar un tamaño relativo y predeterminado entre ellos, así


como una posición relativa y también predeterminada dentro del „cartouche‟.
Queda claro, entonces, que cada jeroglífico está bien lejos de ser un trazo
hecho al azar y a más o menos según el gusto del escriba. Antes bien es
proporcional al entorno de referencia y correctamente ubicado respecto de
los demás signos.

Un detalle adicional, y no menor, es el valor vocálico que la ubicación


original dentro del Esquema le confiere a cada signo jeroglífico. Explicado
muy escuetamente: si dividimos el Esquema en las tres áreas que
mencionáramos al inicio (arriba, centro, abajo), como norma general „arriba‟ se
corresponde con una vocalización abierta-central-baja, a; el „centro‟ a sonidos
compatibles con o y u, y „abajo‟ con sonidos similares a e, i…

22
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Bien. Aunque sea escaso lo dicho hasta aquí, les propongo tomar un poco de
distancia para ver esta temática desde una óptica un tanto más alejada.
Pensemos en esto: Solamente el Planeta Tierra y en la actualidad tiene este
ángulo alfa de 47° (causado, como hemos dicho, por la inclinación
permanente de 23,5° de nuestro eje polar). Eso implica que, por ser funcional a
la búsqueda de este ángulo solsticial (entre otros varios que no mencionamos
aquí, pero que en absoluto son prescindibles), la Geometría Estáurica es
absolutamente propia −endógena y endémica− del planeta tierra. Dicho de
otro modo: si eventualmente nos trasladáramos a otros “mundos” o planetas
del sistema, e, incluso, más allá (donde los ángulos de inclinación planetarios
habrán de ser necesariamente diferentes, en la mayoría de los casos), la
geometría a aplicar en cada uno de ellos sería, pues, totalmente diferente a la
nuestra y propia de cada lugar.
Por otra parte, si consideramos a la Geometría Sagrada en su modalidad
genérica, en “estado puro”4, por decirlo de alguna manera, y no en su „versión
aplicada‟ –para menesteres Calendáricos, por ejemplo, como en nuestro
caso−, entonces sí, esa modalidad es, de hecho, aplicable a cualquier ámbito
del universo conocido. Y estimamos que para cualquier época también.
Entonces, la Geometría Sagrada „no especificada‟ es omniaplicable; pero la
Estáurica no. La GE es propia del planeta tierra y requiere, además,
adaptaciones constantes en −y para− cada Era. Porque, como dijimos antes,
hoy nos sería totalmente inútil usar el mismo procedimiento de hace 60 siglos,
cuando el ángulo alfa era de 48°, por ejemplo.
Ahora, algo importante a tener en cuenta y curioso de ver es como una leve
variación −¡de apenas un solo grado!− modificó, drásticamente, el
Procedimiento a utilizar y el Esquema resultante. Esas consecuencias son
perfectamente visibles sobre el mismísimo desarrollo de la cultura humana,
porque las formas y las figuras resultantes son, en cada caso, diferentes… Lo
que no sé, y por ende no podría afirmarlo ni negarlo, es si esa levísima
diferencia angular coincide con ser una mera casualidad o una incidente
causalidad que afecta también, y de alguna manera, a la formas naturales de
todas las cosas; no solo a la factura del Esquema… ¿Se entiende?

Repasando, entonces, decimos que, este tipo de Geometría Sagrada (la


«relacionada con la Cruz»), es endógena al planeta tierra y que podemos
encontrar, en su Esquema resultante, una resolución adecuada para definir
protoformas congruentes con las formas y figuras terrestres, tanto de las cosas
naturales como las de los símbolos que identifican a distintas culturas
milenarias. Al mismo tiempo que hoy podemos, también nosotros, abstraer
signos, insignias, símbolos, ideas artísticas y protoformas de objetos varios
−como cerámicas, vehículos, construcciones arquitectónicas, etc.−, del mismo
modo en como lo hicieran nuestros ancestros. En definitiva, podemos hacer
diseños gráficos perfectos, sobre un ábaco geométrico capaz de proveernos, de
manera inmediata, las proporciones exactas –lógicas y naturales– sin
necesidad de hacer cálculos numéricos adicionales…

4
- Similar a lo que se conoce como: La Flor de la Vida (The Flower of Life).

23
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Aún por encima de todo lo dicho (¡y perdón si escandalizamos a alguien con
este tema!), hay algo más: También nos es posible abstraer del Esquema las
formas de algunas naves provenientes de ¿otros planetas?... Es decir −y para
que se entienda bien lo que queremos apuntar aquí−, de la misma manera en
que una nave aérea requiere ser equilibrada en tres ejes y aerodinámica para
funcionar, otros tipos de vehículos requieren ser, llamémosle, „magneto-
dinámicos‟, por decirlo de algún modo. Y esto plantea un problema, ya que el
tipo de geometría a usar debería ser exclusivo del y para el medio con el cual
un artificio determinado debe interactuar. Entonces, ¿adónde se fabricaron
estas naves?... Sabemos bien, y desde hace años, que este tipo de vehículos se
construyen en base a una geometría tan perfecta como la que se pone de
manifiesto en los „crop circles‟ –o agroglifos–; ya que en cuanto más se parece
a un cristal tanto mejor aprovecha la energía que debe usar. Pero, de ahí a que
las encontremos en (con) un Esquema endógeno terrestre…

El “Sombrero de Pitágoras”

Volviendo al origen del Esquema. Ya sea que a todo esto lo hayamos


desarrollado por nuestra propia cuenta, inteligencia y habilidad natural; o
bien que se les enseñara, ya elaborada, a los humanitos que habitaron la tierra
en lejanas épocas,… No lo sé. Lo cierto es que esto viene siendo usado desde
hace mucho tiempo y en todo el planeta. El asunto llega hasta el punto que, de
ser ciertas las piedras labradas de Ica (Perú), y de ser cierta una datación
hecha por arqueólogos españoles hace unos pocos años, vamos a tener que
hacer bastante espacio adicional, en nuestra cabeza, para soportar un poco
más de asombro.
En realidad, sabemos bien que muchas cosas pueden ser coincidentes por
mero azar; eso es seguro y está fuera de discusión. Pero, por lógica elemental,
las coincidencias azarosas tienen un límite bastante acotado, más allá de lo
cual es claro avizorar intencionalidad expresa y una consciencia puesta en
acción. Por ello, ¿sería lógico llamar azar a coincidencias de semejante
nivel?...

Supongamos, por un momento, que dejamos de lado a los ángulos alfa −la
razón de ser del Esquema Estáurico, los que forman su meollo y pululan por
todo él−, y veremos que esta Geometría específica pierde su sentido práctico
inmediato, sí; pero nunca deja de constituir un mandala muy lógico y muy
bello. Sin los ángulos alfa, la Geometría de la Cruz produce una tipología de
Esquema abierto, aplicable desde el aquí y ahora, hasta cualquier ámbito
armónico –en espacio y tiempo−, del último rincón de la galaxia. Además,
con la búsqueda de cualquier tipo de ángulo específico, el Procedimiento

24
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Estáurica puede producir una gran variedad de Esquemas; al menos uno por
cada medida de ángulo solsticial posible.

Una vez que partimos desde las formas elementales, en las cuales todo el
Procedimiento se inicia (lo que decíamos de ir trazando un primer círculo y
prosiguiendo, luego, en trazar círculos sobre círculos como en un entretejido
de esferas), no existe, en su desarrollo, más límites que el de los medios
instrumentales, las necesidades prácticas, las preferencias personales y las
circunstancias propias del geómetra ejecutante.
Y como hemos dicho, en cuanto deja de ser un procedimiento especificado
para algo concreto (como el hecho de fabricar Calendarios buscando un
ángulo determinado), la GE se convierte en un procedimiento abierto. De allí
que, dado a que su pauta es naturalmente determinada (o pre-determinada),
por un lado, pero abierta a múltiples opciones, por otro, sea el tipo de
geometría que podemos encontrar dándole forma a millones de estrellas y
galaxias, a los cristales minerales, a las primeras formas de vida –que tardaron
bastante en abandonar los primeros „modelos cristalinos‟–, y hasta los
elementos culturales de alguna que otra civilización; por aquí y por allá…
En el caso concreto de nuestro planeta, por ejemplo, el carbono y el agua son
dos de los principales ingredientes en el coctel de la vida. Por ello, la forma de
los vegetales más antiguos −como el caso de algunos helechos, las hojas del
ciprés y otros−, todavía conservan una forma congruente con la hexagonal del
cristal de carbono y/o del hielo. Al mirar la forma de ese tipo de hojas nos
damos cuenta que estamos ante supervivientes de la „primera hora‟; ajustados,
todavía, a una bellísima Geometría Básica. A partir de allí todas las formas
vivas evolucionaron.
Lo que personalmente me llama la
atención es lo que sucede a partir
del momento en que los distintos
seres vivos pasan de un tipo de
formas (o de geometría), que juega
dentro de un contexto hexagonal, a
otra de tipo Estáurica. Porque los
rostros humanos, por ejemplo, se
abstraen perfectamente desde un
Esquema preformado como el
Estáurico; pero no desde una
Geometría Sagrada básica (primaria
o “pura”), de desarrollo típicamente
hexagonal…
Las formas y otros aspectos físicos
de humanos y animales que hacen
su aparición en el Esquema
Estáurico, nos conducen a una
pregunta de rigor: Si la leve
modificación de un solo grado en los ángulos solsticiales hace que se
modifique este Esquema −de donde, reiteramos, podemos abstraer las
protoformas de, prácticamente, todo lo viviente en la tierra−, ¿se modifican,
acaso, los rostros y las apariencias de las distintas formas biológicas tras cada
25
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

modificación etaria?... No lo sé. Tampoco es seguro. Pero pudiera ser posible,


porque en principio no sería ilógico que así fuera. De hecho, las mutaciones
biológicas masivas más importantes han proliferado cada vez que hubo
cambios –y/o alteraciones fuertes− en el eje magnético de la tierra. Ahora,
¿cuáles sean las fuerzas aplicadas en este proceso, para que hasta el mismo
ADN se nos modifique a causa de una pequeñísima alteración angular en
nuestro eje de rotación? … Vaya uno a saber, es algo para estudiar.
Personalmente no dispongo de la información suficiente al respecto, ni
tampoco tengo datos ciertos sobre si, en este momento, el actual ángulo alfa se
está cerrando o abriendo, y si esto ya nos ha puesto, por caso, en medio de
algún profundo proceso de transformación biológica.

Regresemos por última vez a los Sistemas de Escrituras. (¡Se darán cuenta que
es mi tema favorito!). Los invito a observar el centro del Esquema. Allí
podemos ver una “boca” o, también, podemos ver la figura de un “ojo” porque
tiene, precisamente, forma de ojiva.

«El ojo de la Trinidad» y «la boca» (PTL).

Pero supongamos (o convengamos) que se trata de una “boca”. Entonces,


siguiendo la lógica de los antiguos, como la boca del hombre es la sede de la
palabra, en esta boca estáurica deberíamos encontrar las formas de los
sonidos… Es decir, letra por letra, deberíamos encontrar las figuras que dieron
forma a los distintos alfabetos… Y así es, en efecto.
Desde aquí nos es posible abstraer, por caso de muestra, una variante
completa del Alefato Fenicio arcaico, originado en la Era de Aries (entorno del
siglo VIII aC). Para quienes estén familiarizados con este tema, observar: 1)
que sólo la alef está volteada, en tanto que el resto de las letras conservó una
disposición congruente con la línea vertical en PTL; y 2) que es factible
encontrar, sobre cada letra, las diferentes formas que estas adquirieron en
distintas épocas y lugares (en distintos alfabetos entorno del Mediterráneo).

26
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Una variante del Alefato Fenicio arcaico.

Veamos algo más con respecto a la evolución de la letra A. Desde los ya vistos
pictogramas del proto-sumerio (3200 aC), la „cabeza del toro‟ pasa a los
modelos cuneiformes: el Akadio (1), hacia el 2400 aC; el Babilonio, con un
„volteo‟ antihorario de 90º (2), antes del 1000 aC, y el Asirio (3) que, tras una
rotación especular (4) y levísima modificación, lo vemos dando forma al chino
牛/niú/ -toro, buey; ganado vacuno- (5), posiblemente a posteriori del 1300 aC.

(1) (2) (3)

(4) (5) 牛
27
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Hacia occidente, en tanto, adquiere la forma de la alef proto-sinaítica, la alef


Fenicia, el ideograma „toro‟ del hitita y a la alef hebrea cuadrada que ya vimos
antes. Y, obviamente, da origen a la alfa (A) griega y la A latina; la misma que
todavía usamos y que ha portado, impertérrita, su ángulo correcto de 47°
hasta, por lo menos, la tipografía de finales del siglo XIX…

Tipo clásico de A latina (moderna).

Sólo por curiosidad: observen el logo del diario „La Voz del Interior‟, (de la
Ciudad de Córdoba). Si miden Uds. el ángulo de las letras A y V (donde dice:
LA VOZ), es fácil comprobar que, hasta principios del siglo XX, algunas
tipografías todavía mantenían intacta esta tradición de “ortografía
geométrica” perfecta: 47° exactos… Exactamente igual que el modelo original
de 50 siglos antes.
Pero es claro, también, que escribimos las „Aes‟ de muchas maneras diferentes
y, aún así, continuamos identificándolas como tales. Algo importante a tener
en cuenta, a este respecto, es saber distinguir, en cualquier tipo de grafismos,
las cualidades de geométricamente exacto y conceptualmente correcto.
En nuestro caso, todo lo que abstraemos desde el Esquema Estáurico mantiene
ambas características. De hecho, y por definición, ortografía es la manera
correcta de trazar una grafía, y su objetivo primordial es facilitar la
comunicación, logrando que lo graficado sea entendido correctamente para
evitar la confusión con otras figuras. En tal sentido, la geometría exacta ayuda
a que una misma grafía pueda repetirse sin errores, al mismo tiempo que
conserva, intacto, el riquísimo entorno de relaciones (significaciones) no
evidentes y no legibles en lo inmediato de la primera lectura.
En resumen, se trata de lo siguiente: A grafías exactas, conceptos correctos y
más completos… Así funcionaba originalmente.

Y aquí entra una pregunta interesante: La razón de la exactitud de las formas


¿se relaciona con lo Sagrado de la Geometría?... Según yo lo veo, sí; creo que
pasa por esta cualidad. Pero debemos explicar un poco esto.
El punto aquí es el siguiente: qué cosa sea Geometría, según la concepción
original, ya lo hemos dicho; y que cosa signifique Sagrado, más allá de su
etimología inmediata, también. Entonces, al momento de darnos cuenta que
físicamente somos una „forma natural‟ y que estamos inmersos en un mundo
de formas naturales, es fácil notar, a continuación, la „exactitud‟ inherente a

28
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

cada una, las armonías que entran en juego (extrínseca e intrínsecamente), y la


correspondencia global que existe entre todas ellas… Y a esa manifestación le
llamamos belleza…
Creo, en verdad, que así es como podríamos definir Creación: «la capacidad
de ordenar y hacer belleza», o bien «la capacidad de ponerle límites exactos y
armónicos a lo indefinido»… Que, por lo demás, de eso se trata, precisamente,
el hacer Geometría…
Entonces, cuando copiamos, cuando artificialmente imitamos el modo natural
de hacer las cosas, la práctica Geométrica tiene, o adquiere, la cualidad de
Sagrada; porque es igual de exacta, igual de bella, igual de armónica, y
demás cualidades que tiene todo aquello que está hecho (creado) de modo
natural.
Tal es el caso de las grafías egipcias, por ejemplo. Cada vez que observamos
alguna de sus figuras bien logradas −humana o de animal−, estas parecieran
estar a punto de moverse ¿Cuál es la causa de esto?... La exactitud, la precisión
y la coordinación de sus líneas; junto a la armonía mutua y la correspondencia
intrínseca de las formas. Se puede decir que nuestro ojo es capaz de reconocer
una disposición natural en las formas, de la cual no solemos ser muy
conscientes al momento de mirar. Cada línea que compone la figura, aunque
no esté completa como lo está en el Esquema, nuestra mente se encarga de
completarla por su cuenta y, al hacerlo, recompone esa cualidad que nos lleva
a afirmar que es bello, porque es proporcional, porque es armónico. Este es el
tipo de integración que ellos, entre otras tantas culturas, lograron establecer
para su arte. Ahí es donde uno puede ver claramente la relación
Belleza/Sagrado. Así es como el Arte cobra vida a través de la forma, y la
propia Vida se transmite desde su invisible (e intangible) entidad, hasta la
materia que la recepta, la “encarna”, la hace visible, le da existencia…

Es importante volver a insistir en el hecho de que, al hablar de Geometría


Estáurica estamos hablando de Geometría Sagrada aplicada, especificada,
concretizada. Y que, si bien en sus comienzos sólo era empleada para la
elaboración de Calendarios, de allí en más su complejidad estructural se
transformó en el Esquema Estáurico, la Base Geométrica que se usó como
matriz para elaborar una miríada de imágenes culturales de distintas
tradiciones. Tradiciones que en muchos casos están bastante alejadas entre sí,
tanto en tiempo como en espacio.
Sucede que, original y esencialmente, los humanos hemos sido
consuetudinarios plagiarios del cosmos que nos rodea. Sólo denle a un
humano una pisca de algo que excite su imaginación y lo copia primero, lo
modifica después y acaba haciendo, de esa idea primera, un desarrollo
previamente impensable. Así fue que el Esquema Estáurico sirvió como Matriz
de Formas, como Base de Ideas y como Fuente de Inspiración unánimes... ¡Por
algo había que empezar!
Como primera práctica estampaban sobre él (graficaban sobre el Esquema), lo
que “veían” según las apariencias relacionadas con lo previo conocido: formas
de insectos, de animales, de determinados objetos naturales, de figuras
humanas, etc. De allí que, y según el punto de observación sobre el cual se
encontraran ubicados (dentro del Esquema elaborado sobre el suelo, queremos
decir), asociaron las figuras, que allí “veían”, identificándolas con la salida del

29
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

sol, con el ocaso y algunas otras circunstancias especiales. Con el andar del
tiempo, a medida en que esas imágenes se independizan del Esquema matriz,
las figuras evolucionan, comienzan un proceso de modificación, similar al que
vimos en el caso de la letra A. Por eso normal es constatar que muchos signos
y símbolos perdieron –o modificaron– su geometría exacta conservando,
empero, el concepto correcto −la asociación con la visión primera que los
originó−, aunque ya sin la posibilidad de poder mostrar una etiología
evidente.

Lo cierto, y en concreto, es que de esta „theôría‟ –visión y conceptualización−


arcaica de la realidad, parte toda la filosofía y la teología de los antiguos. Será
por eso que Platón tenía un gran cartel, en la puerta de su Academia, donde
recomendaba a los „ageomètretos‟ –los que no saben geometría−, que no
entraran allí. El enseñaba filosofía, y esa frase me dio vuelta en la cabeza por
años preguntándome que tendría que ver una cosa con la otra... Hoy resulta
que, desde la Geometría Estáurica, no sólo todo tiene que ver con todo, ¡va
mucho más allá de lo que en principio estaba preparado para aceptar!
La GE encarna el viejo modelo pedagógico que fuera utilizado por distintos
Maestros Civilizadores (también llamados Avatares –«los que descienden»-), al
momento de hacerse cargo de “casi monos”, para humanizarlos a
continuación. Ya desde entonces −desde un primer momento, digo−, uno de
los caminos más directos para iniciar la tarea de toma de conciencia fue
mediante imágenes; porque, en primeras instancias, el “mensaje” va dirigido a
la mente. Cuando todas las imágenes utilizadas por una civilización
responden a una misma matriz, muy pronto la mente las reconoce (las lee) con
facilidad, más allá de las formas, de los tamaños y de las ubicaciones relativas.
Así es como cada quien va adquiriendo (va incorporando), el orden cósmico en
su propia mente. Nuestro ánimo “se formatea” en ese molde o modelo
universal, al que luego vamos a reconocer por doquier. Adonde sea que
miremos estaremos preparados para verlo y responder a él, consciente o
inconscientemente y de manera automática, bajo la unánime precepción de
belleza y naturalidad. A partir de allí «agere sequitur esse» −el obrar sigue
al ser−; y el bien obrar o dharma –acción correcta−, pasa a ser una
consecuencia lógica...

Es esta bella y sencilla naturalidad lo que permea la GE, y lo primero que se


evidencia en ella como un asunto esencial, al que ya antes hemos
mencionado. Aunque siempre se trate de un procedimiento que se proyecta en
múltiples opciones (cada vez que hay cambio de Era y/o se modifica la
inclinación del eje polar), no existe, no obstante, la posibilidad de que pudiera
ser modificado en su base fundamental.
La GE es total y absolutamente determinada y determinativa. Es pura
matemática sin números. Las múltiples opciones que ofrece hacen que
podamos conseguir un desarrollo diferente del Esquema en sus etapas
avanzadas, sí; pero la Base Estructural, el criterio morfométrico desde donde
se inicia, no es algo que pueda quedar liberado al azar o al gusto y placer de lo
que se nos ocurra. Quizás sea esta la causa principal por la que, a lo largo de
miles de años y de culturas muy diferentes en el planeta, la resultante
estructural (el Esquema) haya sido esencialmente la misma. Porque siendo el

30
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

sol uno solo y el mismo, y siendo el método que se aplica al momento de


medir el aumento y/o disminución de los Grandes Ángulos, prácticamente el
mismo, no hace factible encontrar diferencias importantes. Pero donde sí las
hay, ¡y muchas!, es a nivel de lo meramente accidental.
En otras palabras: cuando la fenomenología natural que se aborda es la misma
y se la trata desde una óptica similar para hacer las mediciones y los registros,
los métodos matemáticos empleados habrán de ser similares y las
conclusiones nunca podrían presentar alteraciones sustanciales; como tal es
este caso.

En realidad, las causas de las diferencias accidentales quedan claras cuando


sentamos a varias personas con el mismo Esquema entre sus manos y les
pedimos que grafiquen, sobre él, lo que “vean”… Lo que en principio sólo es
un mero cúmulo de líneas, al poner la atención sobre él nuestra mente
comienza a “ver” −a dibujar y desdibujar− determinadas figuras sobre esas
líneas. Cuando reposamos la mirada sobre su centro, el Esquema pareciera
adquirir “movimientos”, y es entonces cuando algún tipo de imagen,
geométrica o no, comienza a “aparecer”. Pero lo cierto es que nadie puede ver
aquí nada más allá de lo que ya conoce y tiene incorporado como paso previo.
Es lo profundo de la mente humana lo que se refleja sobre él como en un
espejo. Es lo profundo de nuestra mente lo que se proyecta sobre él y se
traduce a códigos simbólicos. Simplemente exteriorizamos lo que ya tenemos
y somos. Cuando nos colocamos ante un espejo común, este permite que
podamos ver nuestro cercano y “desconocido” rostro; ¡porque nadie puede
mirar directamente su propia cara! De la misma manera, al “miramos” en el
Esquema Estáurico, lo que allí aparece es la cara “oculta” de nuestro propio
rostro interior. Quizás sea correcto decir que esto de “vernos” en el Esquema se
trata, apenas, de otra manera de recordar: de extraer aspectos cuasi
desconocidos de nosotros mismos, desde áreas poco conocidas y/o apenas
„visibles‟, para exteriorizarlos, para evidenciarlos, para hacerlos conscientes y
allí mismo poderlos laborar5.

Pero lo cierto es que, consciente o inconscientemente, de manera automática,


lo queramos o no, los significados que le damos a las áreas que conforman el
Esquema Estáurico siempre tienen que ver con el formato tripartito del
omnipresente cosmos primario que le dio origen:

 La parte de arriba es “cielo”, lo sutil, lo intelectual, lo superior y


“elevado”.
 La parte de abajo es la “tierra”, lo denso, lo material y “bajo”.
 En tanto que el medio –la parte media–, es donde se pone de manifiesto
la mismísima conciencia de «yo», en el aquí y ahora...

5
- No usamos aquí la palabra trabajar porque implica la idea de „hacer trabas‟; en tanto que
laborar, que viene de labor (o lab-aur: „el corazón de la luz‟, „el centro del orden‟), hace
referencia a ordenar y equilibrar las cosas teniendo en cuenta su (un) centro integrador.

31
----------- El “ADN” de la Cultura Humana -----------

Debido a la perfecta concordancia habida entre las partes del Esquema,


siempre podemos decir que en él: «Sicut infra sic supra» –Como es abajo es
arriba−…; porque responde a una perfecta simetría axial y central.
Existe, entonces y como decíamos al comienzo, una universalidad total en
esto de la tridimensionalidad del espacio: del arriba, el aquí y el abajo. Así
como la derecha, la izquierda y el centro, y el adelante, el atrás y el medio.
Obedecemos a esto como a un “formato de fábrica”. Por esta causa, lo que sea
que aparezca, tal como aparezca y según la posición que ocupe dentro del
Esquema, tiene pre-establecida una relación natural con todo lo demás. Es
decir: tiene un significado natural. Ahora, según de qué cultura se trate, el
arriba-abajo puede ser masculino/femenino o viceversa; la derecha suele
relacionarse con el/lo pasado (los recuerdos, la conservación, la tradición, la
memoria), y la izquierda con el/lo futuro (lo cuasi imprevisto y
modificable),… O viceversa. En tanto que el centro, el medio, el aquí y ahora,
nunca deja de coincidir con ser el omni-presente «Yo»…
Esta fue la causa por la que „El Lugar‟, por antonomasia, el Espacio Sagrado,
sea siempre el centro, el medio y el eje; como punto de equilibrio perfecto.
Ubicarnos allí es concedernos la posibilidad (u oportunidad) de existir en un
tiempo no espacial y en un espacio atemporal: es meditar –estar en el medio−,
y Ser, además de existir... A partir de allí nos otorgarnos la gran posibilidad de
recordar u olvidar: de activar o desactivar las potencialidades para creer y
crear, a elección, nuestro «jardín futuro», con las mejores semillas, las
voluntariamente seleccionadas, de nuestro propio pasado (karma)…

Osvaldo R. Weilenmann

Mendiolaza; Pcia. de Córdoba; Argentina.


www.geometriaestaurica.es.tl

Contactos:
stauricos@gmail.com
−Año 2008−

32

You might also like