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Enfermedad Obstrucción de la irrigación intestinal

de las arterias La arteria mesentérica superior irriga gran parte del intestino. Cuando esta arteria se
obstruye, el tejido intestinal inicia un proceso de degeneración hasta destruirse.
periféricas
La enfermedad arterial
oclusiva incluye la
enfermedad de las
arterias coronarias, que
puede provocar un
infarto, y la enfermedad
arterial periférica, que
afecta a la aorta
abdominal y sus
principales
ramificaciones, así como
las arterias de las
piernas. Otras
enfermedades vasculares
periféricas son la
enfermedad de Buerger,
la enfermedad de
Raynaud y la
acrocianosis.
Las personas con enfermedad arterial periférica tienen habitualmente aterosclerosis, una
enfermedad en la cual la grasa se acumula debajo del revestimiento de la pared arterial y
estrecha gradualmente la arteria. Sin embargo, una oclusión arterial parcial o completa puede ser
el resultado de otras causas, como un coágulo sanguíneo. Cuando se produce el estrechamiento
de una arteria, las partes del organismo que irriga reciben un flujo sanguíneo insuficiente. La
consiguiente disminución de la provisión de oxígeno (isquemia) puede manifestarse súbitamente
(isquemia aguda) o de forma gradual (isquemia crónica).
Para ayudar a prevenir la enfermedad arterial periférica, se debe reducir el número de factores de
riesgo de la aterosclerosis, como el hábito de fumar, la obesidad, la hipertensión y los valores
altos de colesterol. Otra de las causas principales de enfermedad arterial periférica es la
diabetes, por lo que un tratamiento adecuado de la misma puede retrasar el desarrollo de la
enfermedad arterial. Una vez que la enfermedad arterial periférica se manifiesta, el principal
objetivo es el tratamiento de las complicaciones (calambres en las piernas al caminar, angina de
pecho, arritmias, insuficiencia cardíaca, infarto, ictus e insuficiencia renal).
Aorta abdominal y sus ramas
La obstrucción de la aorta abdominal y sus principales ramas puede ser súbita o gradual. Una
obstrucción súbita y completa, por lo general, se produce cuando un coágulo transportado por el
flujo sanguíneo se incrusta en una arteria (embolia), cuando se forma un coágulo (trombosis) en
una arteria estrechada o cuando se rompe la pared arterial (disección aórtica). Una obstrucción
que se desarrolla gradualmente suele ser el resultado de la aterosclerosis; con menor frecuencia,
es consecuencia de un crecimiento anómalo de músculo en la pared arterial o de la presión desde
fuera por una masa que está creciendo como un tumor.
Síntomas
Una obstrucción súbita y completa de la arteria mesentérica superior, la rama principal de la aorta
abdominal que alimenta a gran parte del intestino, es una urgencia médica. Una persona con esta
obstrucción se pone gravemente enferma, con dolores abdominales intensos. Al comienzo,
habitualmente aparecen vómitos y deposiciones diarreicas con sensación de imperiosidad.
Aunque el abdomen puede ser sensible a la presión cuando el médico lo examina, habitualmente
el dolor abdominal intenso es peor que la sensibilidad a la presión, la cual es generalizada y
vaga. El abdomen puede estar ligeramente distendido. Inicialmente, con el fonendoscopio, se
auscultan menos sonidos intestinales de lo normal. Más tarde, no se escucha ninguno. Puede
aparecer sangre en las heces, aunque al principio puede que sólo se detecte con pruebas de
laboratorio; pero enseguida las heces aparecen sanguinolentas. Por último, disminuye la presión
arterial y la persona sufre un shock al tiempo que el intestino se gangrena.
Un estrechamiento gradual de la arteria mesentérica superior causa típicamente dolor después de
comer, al cabo de entre 30 y 60 minutos, porque la digestión requiere un incremento del flujo de
sangre al intestino. El dolor es constante, fuerte y por lo general se centra en el ombligo. El dolor
hace que los pacientes tengan miedo de comer, por lo que pueden perder peso
considerablemente. Debido al reducido aporte de sangre, existe una mala absorción de nutrientes
y, por tanto, se agrava aún más la pérdida de peso.
Cuando un coágulo se fija en una de las arterias renales, los vasos que alimentan a los riñones,
se produce un repentino dolor en el costado y la orina se vuelve sanguinolenta. La obstrucción
gradual de las arterias de uno o ambos riñones es el resultado de la aterosclerosis y puede
provocar hipertensión (hipertensión renovascular), que constituye el 5 por ciento de todos los
casos de presión arterial elevada.
Cuando se obstruye la aorta inferior en el punto donde se divide en dos ramas (arterias ilíacas)
que pasan por la pelvis para llevar la sangre a las piernas, súbitamente aparece dolor en éstas,
que se vuelven doloridas, pálidas y frías. No se detecta el pulso en las piernas, la cuales se
pueden volver insensibles.
Cuando el estrechamiento gradual sucede en la aorta inferior o en una de las arterias ilíacas, la
persona siente cansancio muscular o dolor en las nalgas, las caderas y las pantorrillas al
caminar. En los varones es frecuente la impotencia cuando existe un estrechamiento de la aorta
inferior o de ambas arterias ilíacas. Si se produce en la arteria que comienza en la ingle y baja
por la pierna hacia la rodilla (arteria femoral), aparece un dolor típico en las pantorrillas al
caminar, así como debilidad o falta de pulso por debajo de la obstrucción.
Tratamiento
Palpación de los pulsos femorales La supervivencia después de una obstrucción repentina de la
arteria mesentérica superior y la salvación del intestino dependen
de la rapidez con que se restablezca el suministro de sangre.
Para ganar un tiempo precioso, se puede practicar una
intervención quirúrgica urgente incluso sin radiografías previas.
Si la arteria mesentérica superior está obstruida, sólo la cirugía
inmediata puede restablecer el suministro de sangre con bastante
rapidez para salvar la vida del paciente.
En una obstrucción gradual del flujo sanguíneo al intestino, la nitroglicerina puede aliviar el dolor
abdominal, pero sólo una intervención quirúrgica es capaz de eliminar la obstrucción. Para
determinar la extensión de la obstrucción y el punto exacto de la misma, a fin de planificar la
intervención quirúrgica, los médicos se basan en la ecografía-Doppler (que utiliza ultrasonidos) y
la angiografía.
Los coágulos sanguíneos en las arterias hepática y esplénica, que alimentan al hígado y al bazo,
no son tan peligrosos como las obstrucciones del flujo sanguíneo del intestino. Incluso cuando
una obstrucción causa una lesión a alguna parte del hígado o del bazo, sólo en raras ocasiones
se necesita la cirugía para corregir
el problema. Arterias de la pierna
La extirpación rápida de un
coágulo de una arteria renal puede
restablecer la función renal. En el
caso de una obstrucción gradual
de una arteria renal, en ocasiones
se puede utilizar la angioplastia
(un procedimiento en el que se
introduce un pequeño globo dentro
de la arteria y luego se infla para
eliminar la obstrucción), pero, por
lo general, la obstrucción tiene que
extirparse mediante una
intervención quirúrgica o bien tiene
que hacerse una cirugía de
derivación (bypass).
Una intervención quirúrgica
urgente puede eliminar una
obstrucción repentina de la aorta
inferior en el punto donde se divide
en las dos ramas que llevan la
sangre a las piernas. A veces, los
médicos pueden disolver el
coágulo inyectando un fármaco
trombolítico, como la uroquinasa,
pero la cirugía suele ser más
eficaz.
Arterias de las piernas y de los
brazos

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