LAS BASES DEL CONOCIMIENTO lo hemos hecho.
Esto es a menudo verdadero para ciertas
Traducción libre del capítulo 2 del libro :Man is the Measure de
Reuben Abel
Ed.The Free Press, NewYork
Es conveniente atribuir el "problema del conocimiento" a Platón,
ya que él observó el conocimiento como una forma misteriosa de
unión entre el conocedor y lo conocido.
La reflexión de Platón fue una forma de amor, y tal como el
amante abraza físicamente a su amada, así el conocedor aprehende
las Formas eternas. La metáfora, de hecho, es más antigua que
Platón, porque fue Adán quien "conoció a Eva como su esposa", y
la frase sugestiva "conocimiento carnal" sigue recordándonos las
tradiciones antiguas. Pero si tomamos literalmente esta metáfora -
si nos preguntamos de qué manera el conocimiento comprende lo
no material- si asumimos que las Formas de las que habla Platón
están aguardando allá afuera para ser captadas- entonces podemos
permitirnos un uso poético para crear un problema filosófico.
Cuando un hombre se dispone a conocer algo (como recalca John
Dewey), el proceso no es más misterioso que cuando se dispone a
comer algo. La curiosidad del hombre es tan natural como su
hambre. Pero los filósofos usualmente han estado más
desconcertados por la epistemología que por la digestión.
Conocimiento por familiaridad y Conocimiento por
descripción
Por supuesto el "conocimiento" no es tan sencillo como eso. Ahora
comenzaremos con la distinción de Bertrand Russell entre el
"conocimiento por familiaridad" y el "conocimiento por
descripción". La familiaridad es directa e inmediata; está formada
por "sensaciones primarias".
Estamos familiarizados con una persona, o con un lugar, o con una
comida. Russell lo llama " la clase de conocimiento que un amante
de los perros tiene de su perro". Podemos tener grados de
familiaridad, pero la familiaridad como tal no es ni verdadera ni
falsa; esto es, aunque yo pueda estar mal al decir que ese hombre
del otro lado de la calle es mi amigo Bert, es mi inferencia la que
está equivocada, mas no mi familiaridad.
La familiaridad es, en efecto, el tipo de conocimiento que un
amante frecuentemente tiene, o un maestro, o un médico, o bien,
un entrenador de animales. Martin Buber dice que él conoce a
Dios por familiaridad directa. Sin embargo, la familiaridad es
conocimiento sólo en un sentido preliminar o inarticulado.
El conocimiento organizado, filosófico y científico, por el
contrario, es saber que ese es el caso: es descriptivo de un hecho;
es expresado mediante proposiciones.
Saber qué y saber cómo
El "saber qué", el cual es proposicional, debe también ser
distinguido del "saber cómo". Uno puede saber cómo nadar, por
ejemplo, o cómo abrocharse un collar, sin tener que describir
exactamente cómo se hace cada una de estas cosas, tal vez porque
habilidades, como saborear un vino, resolver un problema, ser
capaz de identificar un estilo literario y componer una melodía. La
mayoría de nosotros sabemos reconocer un rostro o un acento
extranjero, sin ser completamente capaces de describir ese
conocimiento mediante proposiciones. Michael Polanyi señala que
el saber mantener el equilibrio en una bicicleta, no implica saber
las leyes de la física que explican dicho fenómeno.
¿Podría ser que el "saber cómo" teóricamente siempre se reduce al
"saber qué"? El saber cómo jugar al gato puede ser articulado
precisamente mediante proposiciones, y formulado como un
programa computacional. Sin embargo queda una pregunta abierta:
el diagnóstico de enfermedad que hace un médico, o la traducción
de un lenguaje, o la taxonomía de especies de animales y plantas,
o el reconocimiento de patrones,¿ podrá ser computarizado ?
Saber cómo hacer estas cosas tal vez no podría ser completamente
descrito mediante el proposicional "saber qué".
Esta distinción lleva a ciertos problemas del lenguaje. Es
aparentemente imposible establecer las reglas específicas de
algunos usos ordinarios del idioma que, sin embargo, sabemos
cómo emplear, como el orden de los adjetivos en una oración.
Decimos " es una vara de metal larga" no "una larga de metal
vara".
La substitución de "muy" por "altamente" es similarmente
compleja. Algo puede ser "muy difícil" o "altamente difícil"; pero
no "muy duro" o "altamente duro".
Conocimiento y Experiencia
Algunos filósofos (Henri Bergson, por ejemplo) menosprecian la
ciencia porque no puede capturar la peculiar cualidad de muchas
de nuestras experiencias. William James sostiene este punto en
"The varieties of Religious Experience" ("Las variedades de la
experiencia religiosa"):
Siempre hay algo que se excede, escapa de una declaración, sale
de la definición, debe de ser vislumbrado y sentido. Nadie sabe
ésto mejor que tu profesor de filosofía. Porque así como brilla
débilmente y centellea el ala de un ave en la luz del sol, es su
trabajo aprovechar la oportunidad y corregir... La vida desafía
nuestras frases... es infinitamente continua, sutil y sombría,
mientras nuestros términos verbales son discretos, rudos y pocos...
hay algo en la vida... completamente sin correspondencia en el
pensamiento verbal...
¿Puedes describir el aroma del café? ¿o el sabor del agua fría?
Nadie puede discutir la respuesta de Louis Armstrong cuando fue
cuestionado acerca de qué es el jazz: "Hombre, si tú tienes que
preguntar qué es, nunca vas a saber qué es". Ni con la monja Zen
Budista Ryo-Nen, quien así describe la experiencia del silencio:
“Sesenta y seis veces estos ojos contemplaron escenas del otoño.
He dicho suficiente acerca de la luz de la luna, No me preguntes
más. Sólo escucha a las voces de los pinos y cedros, cuando el
viento no sopla.” Pero aquí no hay problema a menos que uno
confunda dos conceptos diferentes: experiencia y conocimiento
proposicional. La experiencia es un término ampliamente
filosófico: incluye todo lo que hacemos y todo lo que nos pasa;
abarca emociones, sensaciones, dolores, experiencias estéticas y
transportes místicos. Ninguno de estos debe de ser confundidos
con el conocimiento proposicional. No es la función del
conocimiento duplicar la experiencia, pero si lo es describirla; no
reproducir lo que ocurre, pero sí explicarlo. Saber lo que es el
enojo, por ejemplo, no es lo mismo que estar enojado. Haber
saboreado el vino, no es lo mismo que saber de qué está
compuesto químicamente. Por ser específica y concreta la vida a
menudo tiene aspectos cualitativos que desafían la representación
de términos descriptivos generales.
No cualquier encuentro con el mundo resulta en conocimiento. "El
hecho es más rico que la dicción", dijo J.L. Austin, pero no son
competidores. La experiencia puede ser un incentivo para adquirir
conocimientos, o puede ser evidencia de alguna clase de
conocimientos, o puede convertirse en el objeto del conocimiento;
pero la experiencia no es en sí misma conocimiento.
Nosotros no debemos confundir la descripción con lo que está
siendo descrito, ni la explicación con lo que ha sido explicado, ni
el conocimiento con la experiencia. El médico que ha sido operado
probablemente sea más compasivo con el paciente con apendicitis,
pero por medio de eso va a saber más acerca de la enfermedad. El
ginecólogo, no por el hecho de ser hombre, sabe menos acerca de
la menstruación y el nacimiento de los niños que una doctora.
La experiencia y el conocimiento por familiaridad tienen un
enorme significado intrínseco, pero no son nunca un substituto ni
un rival para el conocimiento descriptivo. He aquí una
conversación con Albert Einstein, reportada por Rudolf Carnap:
Una vez Einstein dijo que el problema del "ahora" le preocupaba.
él explicó que la experiencia del "ahora" significa algo especial
para el hombre, algo esencialmente diferente del pasado y del
futuro; pero esta diferencia importante no puede ocurrir sin la
física...Yo le remarqué que todo lo que ocurre objetivamente puede
ser descrito en la ciencia... la secuencia temporal de eventos en la
física; y... las peculiaridades de la experiencia de un hombre con
respecto al tiempo, incluyendo sus diferentes actitudes hacia el
pasado, presente, y futuro pueden ser... en un principio explicadas
por la psicología. Pero Einstein pensó... que hay algo esencial
acerca del "ahora" que está justo fuera del alcance de la ciencia.
Nosotros estuvimos de acuerdo en que este no era un defecto por
el cual la ciencia pueda ser culpada, como pensó Bergson .
Las experiencias del aquí y ahora ("indicadores particulares") son
conocidas por nosotros por familiaridad; ellas son las que
describen nuestro conocimiento proposicional.
Conocimiento Proposicional
Algunas disputas acerca de la naturaleza del conocimiento se han
desatado respecto si el "conocimiento" debe ser proposicional. De
un lado del debate están Carnap( "La ciencia en un principio puede
decir todo lo que se tiene que decir"); Hans Reichenbach ( "Lo que
sabemos puede ser dicho, y no puede ser dicho lo que no
sabemos"); y el contemporáneo Wittgenstein ( "Cualquier cosa que
se diga puede ser dicha claramente"..."De lo que uno no puede
hablar, de eso debe quedarse callado")
En el otro lado se encuentra Polanyi ( "Sabemos más de lo que
podemos decir"); y aquéllos que afirman que un bebé sabe que el
fuego es caliente; o que "un perro sabe la diferencia entre tropezar
y ser pateado" (O.W. Holmes); o que una planta sabe diferenciar
entre el arriba y el abajo.
El primer grupo de filósofos ha sido acusado de legislar la
conformidad en sus estándares rigurosos (a la manera de Benjamin
Jowett, el maestro de Balliol, quien proclamó: "Yo soy maestro de
este colegio. Lo que yo no conozco, no es conocimiento"). El
segundo grupo ha sido acusado de diluir excesivamente el término
de "conocimiento".
Me parece que la solución es aclarar que el conocimiento
proposicional es diferente ( ni mejor, ni peor) del conocimiento por
familiaridad; y, a la vez, diferente del saber cómo, del sentimiento,
de la sensación, y de otros tipos de experiencia.
Ciertamente no depreciaré la importancia de éstos; a veces es algo
de vida o muerte el saber cómo sabe el agua !
Pero es el conocimiento proposicional el que me interesa. El
paradigma del conocimiento es "Yo sé que p", donde p se mantiene
constante para cualquier proposición, esto es, cualquier oración ya
sea verdadera o falsa, como "Hoy es Martes", o "Eisenhower le
ganó a Truman". El análisis de lo que implica la aseveración "Yo
sé que p", muestra que se requieren cuatro condiciones:
1. Que p sea verdadera. Por eso, si yo dijera: "Yo sé que
2+2=5", tú objetarías,"No puedes saber eso, porque no es
verdad". "Sólo cuando es verdad puede ser
conocimiento", dijo Platón.
2. Que yo crea que p. La creencia es una actitud o acción de
la mente, por decirlo así. La creencia no es un tipo de
conocimiento, pero sí un requisito de éste. Yo podría decir
"Yo creo que p, pero no lo sé; sin embargo, no podría
afirmar nunca "Yo sé que p, pero no lo creo". Por eso, la
creencia es una condición necesaria para el conocimiento,
pero no la única. Es decir, uno puede creer de todo
corazón sin saber, pero uno no puede saber sin creer.
3. Que yo tenga buenas razones, o suficiente evidencia,
para mi creencia que p; mi creencia deberá ser
justificada. A.J. Ayer llama a esto "el derecho de estar
seguro"; la frase de Dewey es "afirmación garantizada".
Esta condición es requerida para distinguir el
conocimiento de una adivinanza. Si yo dijera que hay en
este momento 6,458 personas visitando el Louvre, y ésto
no se respalda con investigaciones que lo hacen correcto,
tú estarías poco dispuesto a creer que lo sabía. Pedirás
saber cómo lo supe yo, o cuál fue mi evidencia. En la
obra "Tres hombres sobre un caballo", el héroe
regularmente predice los ganadores de las carreras de
caballos; pero a pesar de sus adivinanzas, él no conoce
los ganadores. Similarmente, las predicciones de la
astrología no son conocimiento. (Nota que esta condición
del conocimiento, como la segunda condición, no opera
inversamente): Yo puedo tener algunas veces suficiente
evidencia, aunque no llegue a ser conocimiento. Cuando
acabe de leer una historia de detectives, yo podré decir
"Debí de haberlo sabido!" Cuando la causa del cáncer sea
descubierta, algunos científicos sentirán indudablemente
que la respuesta estaba frente a ellos, en su cara todo el
tiempo, y que ellos "debieron de haberlo sabido". Por eso,
la evidencia es necesaria, mas no suficiente condición
 para el conocimiento. Esto también despierta la
interesante pregunta de si el conocimiento puede ser
inconsciente. ¿Para saber que p, también deberás saber
que lo sabías? ¿Acaso sabes cuál zapato te pones
primero? ¿O lo que transmite la radio mientras lees?
Freud, en "La Interpretación de los Sueños", ofrece un
ejemplo interesante de "conocimiento inconsciente": Es
un evento común dentro de un sueño encontrar evidencias
de conocimiento y recuerdos de los cuales el sujeto
despierto no está consciente. Uno de mis pacientes
soñó...que había ordenado un "Kontuszówka" cuando
estaba en una cafetería. Después de haberme dicho esto,
me preguntó qué era un "Kontuszówka", como si nunca
hubiera escuchado el nombre. Fui capaz de contestarle
que era un licor polaco, y que él no había inventado el
nombre...Al principio no me creyó; pero algunos días
después...él vio el nombre en un anuncio de la esquina de
la calle por la que había pasado al menos dos veces al día
por varios meses.)
4. Que yo no tenga otras evidencias que puedan contradecir
mi creencia. Cuando digo:" Yo sé que son ahora las 8:17
P.M." Es porque mi preciso reloj marca las 8:17. Sin
embargo, supongamos que mi reloj esta mañana se paró a
las 8:17 A.M. Si yo me entero de este hecho tengo la
evidencia que destruye mi creencia.
Buenas razones
La epistemología está muy preocupada con el tercer requisito del
conocimiento proposicional, es decir, con evaluar los tipos de
evidencia o buenas razones que son las bases del conocimiento.
Vamos a enlistarlas:
1. Sé que el pasto es verde, porque lo puedo ver. La
percepción sensorial es la evidencia de nuestro
conocimiento acerca del mundo.
2. Sé que la suma de dos números impares es siempre un
número par, porque lo puedo probar. La lógica es la base
de nuestro conocimiento analítico.
3. Sé que es malvado torturar a una persona, porque mi
intuición me lo dice. El conocimiento de lo bueno y de lo
malo está frecuentemente basado en convicciones
internas de certeza. "Sin embargo, frecuentemente, al
pasar de los años, los propósitos cambian", escribe
Tennyson. Los místicos y trascendentalistas se respaldan
en este tipo de razonamiento.
4. Yo sé que tengo dolor de cabeza, porque lo siento. El
conocimiento de uno mismo, por introspección es la base
del conocer nuestros propios estados. Si yo te dijera, Yo
deseo que llueva; o Me siento somnoliento, no me
preguntarías, ¿cómo lo sabes? Los deseos de cada uno,
sus sentimientos, pensamientos, esperanzas, etc. parecen
ser evidentes a uno mismo; no tienen que ser inferidos de
algo más para ser conocidos.
5. Yo sé que ayer me fui a casa caminando, porque lo
recuerdo. El conocimiento del pasado empieza basándose
en la memoria. Pero la memoria no es de hecho ninguna
garantía para la verdad. David Hume precedió a Sigmund
Freud en decir que los eventos recordados difieren de los
imaginados sólo en que los recordados son vívidos. Para
verificar la memoria, uno la puede comparar sólo con otra
memoria: el evento pasado no puede ser transportado al
presente y comparado con los datos actuales. Por eso no
hay modo de evitar un cierto escepticismo. Descartes dijo
que nuestros recuerdos pudieron haber sido soplados en
nosotros por un demonio malvado. No se trata de una
memoria totalmente engañosa; tal y como no puede haber
"monedas falsificadas" a menos que existan algunas
monedas genuinas, una memoria puede ser "errónea" sólo
si al menos algunos recuerdos son verdaderos.
Indudablemente recordamos nuestro pasado
selectivamente; bajo hipnosis recobramos experiencias
olvidadas, editamos nuestros recuerdos, más o menos
deliberadamente. Todo el conocimiento empírico es
también editado y seleccionado. En efecto, ¿qué se
entiende por "el presente"? Literalmente, es un punto
matemático sin dimensión que se esfuma constantemente.
James estimó que una persona puede estar en un tiempo
"presente" cerca de 12 segundos. En este sentido
fenomenológico, uno puede percibir como unidad una
oración, o una melodía, o una cadena de razonamiento.
Una obra de arte del mismo modo también enfoca la
atención del observador en un conjunto de paisajes y
sonidos compuestos de tal manera que pueden ser
experimentados en un presente sin tiempo.
6. Yo sé que la velocidad de la luz es 186,000 millas por
segundo, porque los físicos lo dicen. También nos
basamos en la autoridad ("ídolos del teatro de Bacon").
De hecho, nosotros debemos aceptar a alguien como una
autoridad sólo si puede por sí mismo producir otros tipos
de buenas razones, que podemos en un principio
examinar. La autoridad como justificación para el
conocimiento no tiene valor si no cuenta con más
ingredientes.
7. Yo sé que el número trece es de mala suerte, porque todo
el mundo lo dice. Antes de que descartemos la
justificación del conocimiento por consensus gentium
debemos examinar el criterio de Pierce acerca de la
verdad.
8. Juana de Arco supo que podía comandar la armada
francesa, porque Dios se lo reveló. La revelación como
justificación para el conocimiento me parece (a menos
que reciba una) imposible de verificar y de confiar.
9. Santo Tomás supo que él podía ser resucitado después de
su muerte, porque tuvo fe. No cometeremos el desastroso
error de confundir la fe con el conocimiento, o basarnos
en la fe como una razón para el conocimiento. La actitud
de creer, como ya había mencionado, es necesaria para el
conocimiento, pero no suficiente; la creencia es un
requisito para el conocimiento, pero no una garantía de
éste. El llamar a la creencia "fe", no la valida ya sea que
esté puesta en Dios, Júpiter, o en la naturaleza humana.
Para recapitular: el conocimiento descriptivo (en contraste con la
experiencia, el conocimiento por familiaridad y el "saber cómo")
consiste de proposiciones que son creídas ciertas cuando hay
razones adecuadas no controversiales. Cinco de estas razones
sugieren un examen cuidadoso: percepción sensorial, lógica,
intuición, conocimiento de uno mismo, y memoria. Así puedo
negar con seguridad el escepticismo de Gorgias, quien argumentó
que nada existía; y que si existía , no podía ser captado; y que si
podía ser captado, esa aprehensión no podía ser comunicada. Si él
pudo decirnos todo eso, ¿por qué el conocimiento no puede ser
comunicado?