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Es un fenómeno cultural que se desarrolla en el seno de una sociedad

específica, como expresión de una intrincada amalgama de vivencias e


ideologías contrapuestas que seasientan geográficamente en dos ciudades de
la cuenca del Plata: Buenos Aires y Montevideo.Es la fusión Social de lo criollo
con los nuevos colonizadores: " Los Inmigrantes", que aportaron a nuestra
idiosincrasia e ideología tanto o más que la colonización española.

En el preámbulo de la Constitución de La Nación, se declara la disposición a recibir de buen grado a


todos los hombres que quisiesen habitar el suelo argentino. No especificaron que para quienes la
promulgaron el mundo era Europa y que en la categoría de hombres no entraba la raza negra, motivo
por el cual nunca se concedió permiso de inmigración a ningún país de Africa.

La inmigración comenzó a ser masiva y los extranjeros en 1887 eran más


de la mitad de la población de Buenos Aires.

La vivienda pasó a ser uno de los problemas más serios, sobre un total de
33.804 casas existían 2.835 conventillos, que habían sido hasta 1870 feudo
absoluto de los negros rioplatenses.

Aquélla masa inmigrante de parias y soñadores, se


constituyó en menos de medio siglo en el alma misma de
este país. En el patio del conventillo tuvo su cuna el
Tango, el producto más auténtico de los porteños.

Adquirió distintos medios expresivos: música, canción,


danza, en un comienzo no incluía letra, era solo
instrumental y luego danza, que según se dice era bailadaentre hombres que
esperaban turno en el prostíbulo. Más tarde se incorporará la mujer a la danza
como símbolo de sensualidad.

El Tango como danza, recibió aportes del Candombe, baile con torsiones y ritmos
al compás del tambor y de la Habanera cubana, danza que le dio la languidez que
completó su conformación.

Los cuerpos pegados de los bailarines no eran bien vistos por la sociedad porteña y la iglesia de
esa época, lo que llevó hasta a ser prohibido por la Policía por incitar a escándalos. Se dio la
contradicción que a partir de 1912, con los viajes de orquestas porteñas a conquistar al público
europeo, el tango triunfó en los salones de Bailes de París, especialmente y otras ciudades,
mientras en Buenos Aires la sociedad todavía no lo aceptaba.

Pero al poco tiempo el Tango regresa con gloria a la Argentina y enseguida se convirtió en la música
que identificó a Buenos Aires en el mundo entero.

Fue presentado ante la sociedad porteña por el Barón De Marchi en el famoso


Palais de Glace y de ahí en más comenzó a popularizarse
El Tango surge de los suburbios de la ciudad de Buenos Aires a fines del siglo
pasado en medio de un ambiente en donde la ciudad se transformaba en una
inmensa urbe, causa de la inmigración y el progreso.

La mezcla de los inmigrantes, de los negros y de los gauchos que llegaban a Buenos Aires
luego de quedarse sin trabajo en el ejército, han hecho del tango un producto cultural único en el
mundo y capaz de resaltar en él todas las características de los habitantes de Buenos Aires.

En sus comienzos las canciones eran solamente instrumentales, ejecutadas por tríos de guitarra,
violín y flauta, y las parejas bailaban enlazadas.

Más tarde se incorporó un instrumento procedente de Alemania llamado Bandoneón, y sería este el
que daría al tango su sonido característico por el cual hoy es reconocido en todo el mundo.

En sus primeros años de vida el tango era ejecutado y bailado en prostíbulos, por lo cual sus
primeras letras fueron de un contenido vulgar y grotesco.

Los grandes poetas de la música rioplatense, con sus letras que evocan el amor que no pudo ser y
el arrabal que ya no es el mismo, entrarían en escena en la segunda década del siglo 20, cuando
Pascual Contursi escribe “Mi noche Triste”, narrando los sentimientos de un hombre abandonado
por su mujer. Carlos Gardel grabó este hermoso tango en 1917 y nace así lo que más adelante fuera
conocido como el “Tango Canción”.
Allá por el 1900 se incorpora un nuevo instrumento al Tango: El
Bandoneón, de origen alemán, este instrumento se iba a convertir en el
más representativo de la música del Río de la Plata. Tanto es así, que
poco después no se concebiría Tango sin bandoneón, y hasta nuestros
días ese sonido tan especial es el más característico del conjunto típico.
Tanto prestigio lograría este instrumento, que sus ejecutantes se
convertirían en los músicos más populares, y la mayoría de los conjuntos
primitivos estarían encabezados por bandoneonístas, a quienes se los
llamó en épocas primitivas: "mandoleonistas" o " bandoleonistas", por
deformaciones del nombre del instrumento al que se lo llamó a veces
bandoleón y otras mandoleón.
A los nombres de los más famosos bandoneonístas directores de los
primeros tiempos, o de "La Guardia Vieja", como se llama
frecuentemente a este período, podríamos agregar a Arturo Berstein " el
Alemán" y Vicente Loduca.

El bandoneón aparece alrededor de 1850 en Europa, y debe su nombre a


su fabricante, el alemán Heinrich Band, difícil será determinar cómo llega
a Buenos Aires, hay varias teorías que nos presentan a románticos
bandoneonístas en los años finales del siglo XIX y comienzos del siglo
XX.
Y estas historias pueden ser ciertas, algún marino europeo posiblemente
depositó en nuestra ciudad el primer bandoneón que respiró aire porteño,
pero la introducción sistemática fue realizada por el alemán Max
Epperlein, radicado en Buenos Aires, importador de bandoneones marca
"ELA" (los primeros que llegaron en cantidad a Bs. As.)
La marca eran las iniciales de su fabricante Ernst Louis Arnold, pero será
su hijo Alfred Arnold quien fabricará los bandoneones más preciados por
los bandoneonístas profesionales hasta el día de hoy: los famosos
"Doble A".

El bandoneón le dio las características definitivas al Tango, y ha sido en


su desarrolló el instrumento de los dos músicos fundamentales en la
evolución tanguera: Aníbal Troilo, en la década del '40, y Astor Piazzolla
en la vanguardia.

Ya promediando la década del '30 los conjuntos se amplían, llegando a


tres y cuatro bandoneones; en actuaciones públicas, sobre todo en
ámbitos abiertos y muy grandes, como los bailes de Carnaval, y antes de
la divulgación de los amplificadores de audio electrónicos, se forman
orquestas gigantescas, llegando a contar con una veintena de
bandoneones.
Finalmente se llegará a lo que pareciera ser el equilibrio: cuatro
bandoneones, combinación que permite hacer variaciones a cuatro
voces, típicas en el Tango.

El bandoneón fue para los poetas del Tango como un compañero de


tristezas: "Has querido consolarme con tu voz enronquecida / y tu nota
dolorida aumentó mi berretín", escribía Pascual Contursi en la década del
'20 abriendo una línea que culminaría con las poesías de Manzi: "Fueye"
y "Che bandoneón".

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