Professional Documents
Culture Documents
>> Al final del ciclo, dos días antes de la prueba de ingreso, en la fiesta organizada por la
academia, un profesor borracho se me acerca y me pregunta si soy homosexual. Le dije
que no, y experimenté por primera vez en mi vida esa sensación de estar traicionándome
a mí mismo al negarme. "Qué bueno" –dijo- "si las chicas son tan ricas." -agregó.
No entendí que lo que estaba esperando que contestara era "Sí soy homosexual", no
entendí que me estaba abordando, buscando una posibilidad, no entendí que en ese
instante él necesitaba tanto o más que yo, el libro que estaba leyendo.
Comprendí que no era el único. Y por primera vez, después de un año de sufrimiento y
confusión, pude decir para mis adentros "Soy homosexual".
Tengo que admitir que tuve suerte. No sé cuanto tiempo más me hubiese tomado
aceptarme como homosexual. Sin embargo no todos tienen la misma suerte.
Para muchos el proceso de aceptación es largo y en algunos casos nunca acaba. Para
otros supone tal conflicto que necesitan después ir al psicólogo, recuperar la
autoestima, quererse y respetarse más. La vida de un homosexual no es más difícil que
la de cualquiera. Aunque oigo repetir esto con cierta regularidad entre la misma gente
homosexual.
Ahora que reflexiono me pregunto si estamos haciendo lo suficiente para que muchos
adolescentes confundidos puedan encontrar la luz del entendimiento y dejen de
lamentarse por su suerte y empiecen a hacer algo por sus vidas.
Duncan Idaho
Sin duda alguna, para que los demás nos acepten primero, comenzar por la
aceptación así mismo, sin importar el que dirán, nunca le daremos gusto a nadie,
solo hay que darle ese gusto a nosotros mismos para ser felices y ser como
queremos ser.
Wildm