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Hacia una psicología cultural de la mente 247

Suma Psicológica, Vol. 11, No 2


Septiembre de 2004, 247-266,
ISSN 0121-4381

¿ES POSIBLE EL DIÁLOGO ENTRE


LA MENTE Y LA CULTURA?
HACIA UNA PSICOLOGÍA
CULTURAL DE LA MENTE

Andrés Santamaría Santigosa1


Laboratorio de Actividad Humana
Dpto. Psicología Experimental
Universidad de Sevilla, España

ABSTRACT

Psychology is concerned with the study of the relationship between mind


and culture from its very beginning as a scientific discipline. However, as
many scholars have claimed, this field shows a high degree of fragmentation,
since it has lost the necessary cohesion to warrant the unity and coherence
of the subject. That fragmentation has led to the development of different
perspectives which are not very willing to maintain any dialogue with the
others and remains encapsulated in their own rethorics and isolated from
the rest of the voices in psychology. According to the author, however, this
situation should be overcome. The study of mind is a field in which
reductionism is not the best way to develop a good explanation of the subject.
For that reason, the aim of this paper is to explore the possibility of an
approach between cognitive science and a cultural perspective on mind.

Keywords: mind, culture, cultural psychology, meaning, information,


representation

RESUMEN

El estudio de las relaciones entre mente y cultura ha interesado a la psico-


logía desde sus inicios como disciplina científica. No obstante, como se ha
venido constatando, este estudio está ahora fragmentado como nunca antes.

1 Correspondencia: Camilo José Cela s/n 41018 Sevilla-España. Teléfono: 34-5-4557743. Fax: 34-5-
4551784. E-mail: asantamaria@us.es

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De algún modo, ha perdido la cohesión necesaria para asegurar su objeto de


estudio y su consistencia. Esta fragmentación ha derivado en especialida-
des cada vez menos dialogantes, encerradas en su propia retórica y aisla-
das del resto de voces de la psicología. No obstante, a juicio del autor, no es
ésta la mejor situación. Nos encontramos en un campo, el estudio de la
mente, en el que los reduccionismos no son los mejores candidatos a pro-
porcionarnos la explicación más adecuada. Es por ello, por lo que mi propó-
sito en este artículo no es otro que explorar la posibilidad de un acercamiento
entre las ciencias cognitivas y una aproximación a la mente que hunde sus
raíces en la cultura.

Palabras clave: cultura, mente, significado, representación, psicología


cultural, ciencia cognitiva

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA la noción de que todos los puntos de


vista son igualmente válidos

S
egún parece, el “espíritu del (Munevar, 1998). Ello no es necesaria-
tiempo” intelectual de las últi- mente una consecuencia lógica de tal
mas décadas del siglo XX se asunción. La negación de la existen-
define por el abandono por parte de la cia de una verdad absoluta no implica
sociedad occidental de lo que signifi- necesariamente que todos los puntos
caron sus rasgos más definitorios: el de vista sean válidos. Únicamente
racionalismo, la idea de progreso y implica que varios puntos de vista
modernidad, la creencia en la ciencia pueden ser igualmente válidos. Como
y la técnica. Así, a la concepción obje- señala Geertz (1986a/1996a, 1986b/
tiva de estos valores se opuso el 1996b), el relativismo cultural no tie-
relativismo; al universalismo, los ne por qué concluir en un relativismo
particularismos culturales. No obstan- extremo, en un escepticismo radical
te, en esta ya antigua polémica en tor- respecto a la posibilidad de juzgar,
no al relativismo y universalismo desde otro contexto cultural, lo
cultural, no es difícil encontrar tam- relativizado. La imposibilidad de cono-
bién posiciones fuertemente contra- cer la verdad absoluta no necesaria-
rias a una visión relativista que han mente conduce, como recuerda
estado centradas en la búsqueda de Geertz, al nihilismo moral, sino a la
una verdad absoluta y universal, en aceptación de compromisos con una
la realidad de las cosas. realidad que no es transparente, una
Sin embargo, a mi juicio, esta opo- realidad plural y no unívoca. A mi jui-
sición al relativismo se ha venido ba- cio, la diversidad y el conflicto son cons-
sando en un error lógico muy serio: el titutivos a las sociedades humanas.
de pensar que al negar la existencia De esta manera, el error lógico al
de una verdad absoluta y universal el que aludía más arriba ha viciado una
relativista se compromete a aceptar gran cantidad de disputas filosóficas

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a lo largo de la historia del pensamien- municación entre estas dos maneras,


to, especialmente aquellas que tienen tradicionalmente enfrentadas, de
que ver con la ciencia, la sociedad, o fragmentar el saber. La ciencia es
con la cultura. Disputas centradas en cada vez más cultura pública. Sólo
aspectos tales como la existencia o no basta con echar un vistazo a los titu-
de verdades o normas universales en lares y noticias de la mayor parte de
la cultura; si éstas, de existir, se en- la prensa.
cuentran en una sola cultura (por su- Lo que sí parece empezar a quedar
puesto la occidental) o en todas; la cada vez más claro es que muchas de
distinción entre ciencia y cultura, con nuestras creencias sociales, de nues-
la suposición añadida de que la cien- tros pensamientos y de nuestras ma-
cia busca la verdad, la realidad, y no neras de resolver problemas, dependen
así la cultura. del simple, pero crucial hecho, de que
Desde estas consideraciones, la hemos sido socializados en una cierta
verdad que busca la ciencia es abso- cultura y no en otra. De todos modos,
luta y universal. No ocurre así con la desgraciadamente, todo esto no puede
cultura. Cosas distintas, a veces opues- evitar la idea generalizada de que los
tas, son aceptables en diferentes so- productos de la cultura no valen tanto
ciedades, en diferentes culturas. Y como como los de la ciencia. Viven una suer-
cosas opuestas no pueden ser todas te de inferioridad epistemológica. Lo
ciertas. En cuestiones de cultura, por cual no tendría mucho sentido si se
tanto, lo aceptable no coincide con lo considerase, como se hace en este tra-
verdadero. De tal modo que el univer- bajo, a la ciencia como una práctica
salismo reinaría en la ciencia mientras cultural más.
que el relativismo, en la cultura. A pe- Ahora bien, dirían algunos, si como
sar de todo ello, existen varias formas afirma el relativismo cultural todos los
de oponerse a esta “fácil” distinción en- puntos de vista son igualmente váli-
tre ciencia y cultura. La más sencilla, dos, el punto de vista universalista es
tratar a la ciencia como parte de la cul- también válido. Y por otra parte, el
tura, como una práctica cultural más. universalismo implica que el
En cierto modo, nuestra cultura relativismo es falso. Por consiguiente,
está atrapada entre dos roles intelec- podríamos concluir que el relativismo
tuales: los humanistas ignorantes y es incoherente. De algún modo nos
los sabios incultos. Los primeros en- vemos acosados por las paradojas del
grosan las filas de los humanistas que relativismo. Pero, como se apuntó más
nada saben sobre ciencia, mientras arriba, el relativismo no nos dice que
que los segundos se alinean con los todos los puntos de vista son igualmen-
científicos sin sensibilidad histórica. Es te válidos. Sólo nos dice que puede
el problema de las “dos culturas”. No haber varios puntos de vista igual-
obstante, habría que superar este de- mente válidos. Por consiguiente, la
bate y reconocer la posibilidad de co- “verdad” cultural que ofrece el

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relativismo no se excluye, aunque por Así, han ido ganado terreno aproxi-
supuesto es una verdad relativa. Esto maciones que sitúan como centro de
no quiere decir que no sea verdad debate psicológico el análisis de los as-
(como la de la ciencia), puesto que ésta pectos diferenciales del funcionamien-
última es también relativa. to mental, y de las causas que
Se trataría de asumir una especie generan tales diferencias. Se han es-
de universalidad situada, es decir, tudiado aspectos muy diversos, como
concreta, diferente e histórica, pero por ejemplo los diferentes modos que
que no pretende asumir en sí las otras pueden adoptar los procesos psicológi-
particularidades, diferencias cultura- cos, que se reflejan en una variedad
les e historias (Scannone, 1998). De de formas de percibir, memorizar, re-
este modo, cada cultura abarca la to- cordar, categorizar, resolver proble-
talidad de lo humano, pero desde una mas, etc.; las diferentes formas de
perspectiva que nunca es total y, por comportamiento entre individuos ante
ello, necesita de las otras. De todo ello determinados eventos; las actitudes o
hablaré más adelante, y lo haré en re- valores que distintos sujetos ponen en
lación a la cognición humana. juego ante situaciones más o menos
Así, y a pesar de que en la actuali- parecidas, etc.
dad exista un proceso de difuminación Asociado a este interés por la di-
de los contrastes culturales, producto versidad psicológica, y por extensión
de la disminución del interés por las por la diversidad cultural, como una
diferencias en ese viaje hacia la de las posibles causas que explican la
globalización, tal y como señala Geertz primera, nos encontramos con la pro-
(1986a/1996a), en las últimas déca- blemática sobre la universalidad o no
das el estudio de lo diferencial está en de los procesos cognitivos, de la cog-
auge, especialmente en el campo de las nición humana. Tradicionalmente esta
ciencias sociales. cuestión se ha venido resolviendo de
forma salomónica. Se ha desarrollado
DESARROLLO DEL TEMA. así una división tajante entre los as-
RELATIVISMO VERSUS pectos universales, de significación
UNIVERSALISMO EN PSICOLOGÍA:
filogenética, y los aspectos más tran-
UN VIEJO PROBLEMA
sitorios y cambiantes, producto de la
En el campo de la psicología, en con- evolución histórico-cultural del ser
creto, se podría afirmar que desde fi- humano. Esta división supuso el de-
nales de los años setenta ha cesado, sarrollo de un debate sobre el papel de
en cierto modo, la posición hegemónica lo individual y lo cultural en el desa-
detentada por el estudio de los apa- rrollo psicológico, generalmente plan-
rentes invariantes de la mente con los teado a partir de binomios opuestos
que se suponía que contábamos los (interno-externo, individuo-cultura).
seres humanos como miembros de una En este debate, unos argumentan
misma especie (Lonner, 1980). a favor de factores del propio indivi-

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duo como ser autónomo y aislado del existen es de suponer que tendrán al-
contexto social y cultural en el que se gún papel. Incluso desde enfoques
desarrolla: las estructuras intelectua- individualistas esta idea cobra senti-
les de las “formas necesarias de razón” do. Otra cosa muy distinta es la forma
de Kant, los “universales culturales” de articular tales relaciones y la im-
de Levi-Strauss y las “estructuras de portancia que les es concedida por las
la gramática profunda” de Chomsky, diferentes corrientes psicológicas (Cu-
son ejemplos representativos de esta bero y Santamaría, 1992). Así, para
argumentación (Geertz, 1986a/1996a; algunos, lo social es únicamente el
Toulmin, 1972/1977). Otros ponen el medio en el que los individuos viven y
énfasis en los aspectos históricos, cul- se desarrollan. Por ejemplo, las teorías
turales y sociales de la vida en común. racionalistas otorgan un carácter in-
Entienden que son las relaciones so- nato a todo el comportamiento del in-
ciales y culturales en las que partici- dividuo, e incluso consideran que la
pamos como miembros de una cultura conducta social debe ser analizada a
determinada, las responsables del de- través del prisma de lo biológico. Es
sarrollo individual. Pero lo realmente por ello por lo que estas teorías se cen-
relevante en este ya “viejo” debate es tran, sobre todo, en el estudio de los
recordar que optar por una u otra pers- universales y en la búsqueda de las
pectiva (o alguna más) va a afectar restricciones genéticas en la conduc-
necesariamente a la propia concepción ta social que modelan las propias re-
de ser humano y de la naturaleza de laciones sociales. Obviamente, ésta
sus funciones mentales. sería la postura más extrema.
Es a partir del siglo XVII cuando la Podríamos encontrar relaciones
psicología pasa a estar definitivamen- entre estas posiciones y algunas teo-
te dominada por una de estas perspec- rías dentro de la psicología cognitiva,
tivas. En concreto, por un cierto que a pesar de que reconocen la im-
individualismo emergente que consi- portancia del marco sociocultural en
dera al individuo autónomo como fuen- el que se desenvuelve un individuo, no
te de conocimiento. Incluso la pasan a analizarlo. Más bien, están
psicología actual bebe de las ideas de preocupadas por el estudio del indivi-
psicólogos y filósofos sobre cómo el in- duo en sí, al margen de sus relaciones
dividuo no necesita del marco social y sociales. Consideran que lo contrario
cultural para desarrollar las activida- superaría los límites de la psicología
des fundamentales de su existencia, como ciencia, siendo objetivo de otras
como aprender o pensar (Richardson, disciplinas como la sociología, la an-
1988/1991). Cada persona elabora su tropología o la historia.
propia representación de la realidad, Frente a ellas podríamos encon-
así como sus conocimientos y actitudes. trar perspectivas en las que el papel
No obstante, si la sociedad y las del individuo el queda totalmente
relaciones sociales entre los individuos desdibujado y controlado por la mara-

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ña de relaciones sociales. Lo social y bilidades a disposición del proyecto


lo cultural serían el modelo que todo cultural humano. Es imposible derivar
sujeto copia pasivamente. Se trataría lo cultural directamente de lo biológico
de posiciones claramente ambien- o natural, en la medida en que la prácti-
talistas que analizan el desarrollo hu- ca se despliega en un mundo ya simbo-
mano como producto de la vida en lizado, diría Geertz, de modo que la
sociedad, al margen de la influencia experiencia es construida como una
que pueda ejercer, como parte impor- realidad humana que atiende a un códi-
tante en el desarrollo personal, lo bio- go de distinciones propio de la cultura.
lógico o el propio individuo. Aspectos, Pero podríamos hablar de una ter-
los de carácter biológico, que para al- cera aproximación para la que la rela-
gunos se constituyen en la base a ción entre individuo y sociedad se
partir de la que brotan los grandes as- plantea en términos dialécticos, y que
pectos del fenómeno cultural, y que permite superar, al menos así lo cree-
permiten superar la idea errónea, a su mos, los dos tipos de reduccionismo a
juicio, acerca de la cultura como una los que nos conducen las otras dos
realidad hermética, carente de raíces, perspectivas mencionadas. Estamos
incomunicada con la biología y surgi- hablando de marcos conceptuales
da de modo casi mágico –gracias al como los desarrollados por L. S.
simbolismo– en el mundo humano. Este Vygotski o J. Bruner. Tanto uno como
tipo de perspectivas no consideran los otro consideran de suma importancia
usos y apropiaciones particulares que el determinismo socio-histórico del
puede hacer un sujeto concreto. Con- psiquismo humano.
viene señalar que es ésta una postura Bruner destaca que son los reque-
bastante minoritaria en psicología más rimientos de nuestro estilo de vida en
propia de modelos antropológicos. sociedad los que explican y dan senti-
El problema está servido. Al diso- do a nuestro funcionamiento cognitivo.
ciar lo cultural, lo psicológico y lo bio- Esto es así hasta el punto de que in-
lógico y, sobre todo, al situarlos en cluso estos requerimientos van a in-
planos científicos separados, autóno- fluir en nuestro funcionamiento
mos y completos en sí mismos, el acer- cerebral. Recientes investigaciones
camiento resulta muy difícil. En este han mostrado cómo adquirir y desa-
sentido, Geertz adopta una posición rrollar una determinada habilidad du-
sintética caracterizada por centrarse rante la infancia puede llegar a
en las particularidades culturales y determinar en parte la organización
considerarlas como variables -junto a funcional del cerebro adulto. Así, prác-
los factores biológicos, sociológicos y ticas culturales como la escolarización
psicológicos- dentro del sistema uni- pueden llegar a modificar esta orga-
tario de análisis que supone una de- nización cerebral. En la actualidad
terminada cultura. Estos factores existe cada vez un mayor acuerdo en
constituirían así un conjunto de posi- cuanto a que nacemos con un cere-

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bro programado en las conexiones cer una lectura no individualista de


principales, pero el desarrollo y per- la mente humana, incorporando a la
feccionamiento de los circuitos psicología los factores histórico-cultu-
neuronales va a tener lugar después rales que gravitan sobre el desarrollo
del nacimiento, siendo este un proce- psicológico. No se trata de reducir al
so que se lleva a cabo a lo largo de individuo a un mero ente social. Es
muchos años2. precisamente este tipo de enfoques,
Comienza a haber un mayor creemos, uno de los que otorga al in-
acuerdo en relación a que este proce- dividuo un mayor margen de acción,
so va a depender en gran medida de la al considerarlo activo en este proceso
experiencia y de las prácticas cultu- y capaz de reflejar su propia idiosin-
rales, “…las sociedades humanas crasia (Cubero y Santamaría, 1992).
cambian por evolución cultural, y no Así, los principios explicativos de los
como resultado de alteraciones bioló- procesos sociales no pueden reducir-
gicas (…) las distintas actitudes y los se a los principios explicativos de los
distintos estilos de pensamiento en- procesos psicológicos, ni al contrario.
tre los grupos humanos son por lo ge- La ruptura de ambos tipos de
neral productos no genéticos de la reduccionismos (psicológico y socioló-
evolución cultural (Jay Gould, 1996/ gico) ha sido precisamente uno de los
1997, pp. 319-320). Así, la necesidad objetivos fundamentales para este en-
de intercalar nuestras acciones en el foque (Luria, 1974/1980; Vygotski,
curso de las acciones de otros, el te- 1991, 1993; Wertsch, 1985a/1988,
ner que elaborar una cierta represen- 1985b, 1991/1993, 1995/1997, 1998/
tación de las intenciones de los otros, 1999; Wertsch, Minick y Arns, 1984;
desarrollar un lenguaje rico y especia- Wertsch y Sammarco, 1985). Como
lizado, todo ello, modula nuestra pro- acertadamente señala Cole (1999):
pia cognición (Bruner, 1964, 1990/
1991, 1997/1997, etc.). …vivimos un periodo en el que las or-
Del mismo modo que Bruner, el todoxias ya no conservan su poder y
enfoque desarrollado durante la déca- abundan nuevas posibilidades. Una de
da de los treinta en la extinta Unión
Soviética, y la influencia de la filoso- 2 Incluso los últimos resultados publicados acer-
ca del genoma humano así parecen mostrar-
fía marxista sobre el mismo, ha he- lo. Estos resultados han forzado a los biólogos
cho que esta perspectiva considere de a sentarse y repasar sus nociones sobre la evo-
lución. Como sabemos, en comparación con
suma importancia el problema del
los demás simios, el ser humano se caracteri-
determi-nismo socio-histórico del za por un desarrollo embrionario más lento,
psiquismo humano (Luria, 1974/ por una infancia más prolongada, por un me-
nor grado de maduración en el momento de
1980; Vygotski, 1930/1981a, 1934/ nacer. Estas diferencias cuantitativas dotan
1986, 1960/1981b, etc). al ser humano de más tiempo para el creci-
miento de su cerebro, y de una fase de
A partir de esta manera de hacer
maruración y aprendizaje mucho más prolon-
psicología, los psicólogos podemos ha- gada. Quizá ahí esté la clave.

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ellas es la de retroceder a las prime- resulta tan difícil incluir la cultura


ras décadas de la psicología y empren- dentro de las agendas de algunos psi-
der la marcha por el camino no cólogos y de algunas psicologías? Y,
transitado, aquel a lo largo del cual la quizá más importante, si creemos que
cultura se coloca en el mismo nivel la cultura es consustancial al pensa-
que la biología y la sociedad moldean- miento y a la acción humana, ¿qué
do la naturaleza humana individual deberíamos hacer para que fuera acep-
(Cole, 1999, p. 101). tada científicamente? ¿Puede desarro-
llarse una Psicología científica que
Este será el marco teórico y con- recoja la intervención de los factores
ceptual que guiará el desarrollo de la culturales en la mente?
visión de Psicología Cultural defendi- Por supuesto, estas cuestiones no
da en el presente artículo. Un mar- son en modo alguno originales. Tal vez
co que enfatiza la importancia de lo las respuestas sí puedan llegar a serlo.
histórico-cultural en la constitución En las últimas décadas, han sido mu-
de la mente humana, y que preten- chos y variados los intentos por pre-
d e n o caer en ninguno de los sentar argumentos a favor de una
reduccionismos a los que se ha ve- psicología que incluyera la cultura. Se
nido haciendo alusión. ha defendido la idea de que mientras
no se evalúe la posible variabilidad
LA PSICOLOGÍA CULTURAL Y cultural de los procesos psicológicos
EL ENCUENTRO ENTRE MENTE estudiados, resultará imposible deter-
Y CULTURA
minar si éstos son universales o espe-
En torno al estudio de esta relación cíficos a circunstancias culturales
mente-cultura, a lo largo de la histo- particulares. Precisamente, este cen-
ria de la psicología ha existido, y aún tro de interés constituye el núcleo de
existe, una contradicción que interesa debate principal de un modo de hacer
destacar. Por una parte, se reconoce psicología que en la actualidad ha to-
que una de las características defini- mado forma en la denominada Psico-
torias de los seres humanos es su ca- logía Cultural.
pacidad y necesidad de vivir en La Psicología Cultural se ha desa-
contextos culturales. Por otra, sin em- rrollado principalmente como una res-
bargo, es habitual por parte de gran puesta alternativa a los proyectos de
cantidad de psicólogos académicos psicología que no incluían, como ele-
asignar un papel secundario a la cul- mentos claves de sus agendas, a la
tura en la construcción de la vida men- cultura y a su relación dialéctica con
tal. Cómo entender tal suerte de el individuo: como por ejemplo el pro-
contradicción; la cultura es importante yecto de la Psicología Cognitiva. Pero,
en la constitución de lo mental, no al mismo tiempo, supone un análisis
obstante se le asigna un papel se- crítico de aquellos enfoques que, aún
cundario. Dicho de otro modo ¿por qué enfatizando el papel de las fuerzas

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histórico-culturales, no adoptan una De este modo, la Psicología Cultu-


perspectiva dialéctica. ral no será entendida como un campo
La Psicología Cultural se ha cons- específico de investigación o una rama
tituido, entre otros factores, a partir concreta de la psicología, sino como un
de las criticas al modo en el que al- modo de hacer psicología (Boesch,
gunos enfoques intentaron superar 1991, 1996; Cole, 1996/1999), como
las deficiencias de la Psicología una manera determinada de abordar
Cognitiva, pero desde esta misma los fenómenos y problemas en los que
perspectiva. Greenfield (1997), seña- están interesados los psicólogos. La
la que quizá el error de estos enfo- Psicología Cultural representa, así, un
ques fue mantener los términos de renovado interés por el análisis de la
dicha relación. Estamos hablando de relación mente-cultura.
la Psicología Transcultural. Desde
este enfoque, los procesos cognitivos PSICOLOGÍA COGNITIVA Y
son considerados capacidades PSICOLOGÍA CULTURAL:
DOS CAMINOS EN EL ESTUDIO
globales, homogéneas, más o menos DE LA MENTE
permanentes y universales, que per-
miten ser analizadas como variables La psicología, la ciencia de la mente,
dependientes. como William James la denominó hace
El interés de la Psicología Cultu- ya casi un siglo, se halla en una en-
ral, más que en las funciones menta- crucijada. Se dice de ella que es una
les universales, se centra en los ciencia multiparadigmática. Una
aspectos diferenciales de las mismas. ciencia de la mente sobre la que otras
Aún reconociendo la naturaleza bio- muchas y variadas disciplinas tienen
lógica y cultural del ser humano, la cosas que decir. Sólo hay que echar
Psicología Cultural persigue, primor- un vistazo a las publicaciones que han
dialmente, resaltar el papel de la cul- venido apareciendo en las últimas dé-
tura en el desarrollo psicológico. La cadas acerca de la relación entre la
cultura es aquí considerada como una mente y la cultura para constatar que
característica específica del ser huma- la psicología ha llegado a fragmentar-
no. Así, la Psicología Cultural adopta se como nunca antes. De alguna ma-
una posición intermedia en cuanto a nera ha comenzando a perder la
la relación entre mente y cultura. Asu- cohesión necesaria para asegurar su
me que estos términos son dos caras objeto de estudio y su coherencia. Esta
de la misma moneda, ya que ambas fragmentación ha derivado en especia-
están en la génesis y son producto de lidades cada vez menos “dialogantes”
la otra (Boesch, 1996; Bruner, 1997/ entre sí, encerradas en su propia retó-
1997; Cole, 1996; Eckensberger, 1990; rica y aisladas del resto de “voces” de
Shweder, 1991). La cultura es un fe- la psicología. Especialidades con iden-
nómeno indiferenciable de la propia tidad propia, con su propio aparato
mente (Overton, 1997). teórico y metodológico y, quizá lo más

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importante, con resultados alguno de clásica, la ciencia cognitiva consi-


los cuales son difícilmente compartidos. dera la cognición humana como algo
Pero, como señala Bruner (1990/ únicamente interno y pertenecien-
1991), esta fragmentación no es nega- te a una cabeza individual. Como
tiva por sí, ni supone que los grandes señala Gardner (1985/1988), en su
temas e interrogantes de la psicología obra The Mind´s New Science, en los
no estén aún vivos. De lo que se trata últimos años se ha desarrollado un
más bien es de establecer un fuerte esfuerzo teórico y empírico por dar
diálogo entre científicos que trabajan respuesta a viejas cuestiones
en tradiciones diferentes, que utilizan epistemológicas, especialmente re-
diferentes metodologías y que parten feridas a la naturaleza del conoci-
de supuestos diferentes; diálogo que miento, sus componentes, sus
permitirá centrar los problemas de la fuentes, su desarrollo, la naturaleza
disciplina y ofrecer las soluciones más de la mente, etc.
adecuadas. Nos hallamos en un cam- El objetivo de esta revolución fue
po, el estudio de la mente, en el que recuperar y reinstaurar el concepto de
los reduccionismos no son los mejores mente en la psicología. Concepto que
candidatos a proporcionarnos la expli- había vivido una especie de letargo
cación más adecuada. debido a la influencia de los progra-
El conocimiento de la mente sigue mas conductistas dominantes por
teniendo todavía hoy en día áreas aquel entonces. Como señala Bruner
sombreadas y estamos lejos, por tan- (1990/1991), los objetivos del proyec-
to, de acabar con todos los problemas to inicial de dicha revolución se cen-
científicos que plantea dicho conoci- traron en instaurar el significado como
miento. Pero la historia de la ciencia objeto de estudio de la psicología e in-
nos permite ser optimistas respecto cluir a la cultura en el esquema gene-
al futuro, siempre y cuando comience ral de interpretación de la naturaleza
a verse claro que las diferentes pers- psicológica del individuo. No se tra-
pectivas y aproximaciones al proble- taba únicamente de ir contra el
ma tienen (o al menos pueden tener) conductismo para transformarlo aña-
un carácter complementario, que nos diéndole un poco de mentalismo. Se
obliga a “mirar” hacia otras discipli- trataba más bien de sustituirlo, de
nas y áreas que pueden ayudarnos en “…centrarse en las actividades simbó-
esta empresa. licas empleadas por los seres huma-
Una de estas especialidades a la nos para construir y dar sentido no
que nos referimos, quizá de las más sólo al mundo, sino también a ellos
importantes, la constituyó la llama- mismos” (Bruner, 1990, p. 20). Y lo que
da Revolución Cognitiva de los años es tan importante, la revolución
sesenta surgida como respuesta al cognitiva, tal y como se concibió en sus
positivismo lógico y al conductismo orígenes, pretendió que la psicología
de aquella época. En su concepción uniera sus fuerzas a disciplinas como

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la lingüística, la filosofía, la historia, de prácticamente los inicios de la psi-


la antropología, etc. cología como ciencia (Cole, 1996/1999;
No obstante, en opinión de Bruner, Bruner, 1990/1991). Cuestiones que,
este intento por “revolucionar” la psi- al igual que en la tradición de la cien-
cología se traicionó a sí mismo. Casi cia cognitiva, tienen que ver con la
medio siglo después de que se iniciara naturaleza de la mente y sus proce-
tal revolución, hemos de decir que el sos. No obstante, desde una pers-
resultado ha sido muy distinto al que pectiva que, coincidiendo con los
se esperaba. La cosa cambió pronto. planteamientos iniciales de aquella
El énfasis en el significado se trans- revolución traicionada y especialmen-
formó en énfasis en la información, la te de esta “segunda revolución” plan-
importancia de la construcción de sig- teada por Bruner, enfatizan la génesis
nificados en el desarrollo de la mente de la mente por la historia y la cultu-
se tradujo en un interés por ésta úni- ra. Y resaltan la construcción de sig-
camente como entidad que procesa nificados y de la realidad como
información. Todo ello sobre la base consustancial a lo mental. El propio
de la adopción de la computación Wundt (padre de la psicología experi-
como metáfora dominante y de la mental, también denominada su pri-
computabilidad como criterio impres- mera psicología), en sus últimos años,
cindible para el desarrollo de un buen llegó a reconocer hasta qué punto el
modelo teórico. Es por ello que auto- estilo de laboratorio podría ser restric-
res como Bruner (1990/1991), Harré tivo y, al proponer su “Psicología Cul-
(1993) y Shweder (1984, 1990), entre tural” (Völkerpsychologie) –o segunda
otros, comienzan a considerar la ne- psicología– (Cole, 1996/1999), enfatizó
cesidad de ir más allá de esa primera la necesidad de un enfoque histórico e
revolución cognitiva y hablan de una interpretativo para entender los pro-
segunda revolución. Para ellos centrar ductos culturales del ser humano y al
el interés en la mente como entidad ser humano mismo.
que procesa información ha distancia- A pesar de esta coincidencia en
do a la psicología de la comprensión cuanto a los intereses de ambas pers-
de los problemas realmente importan- pectivas –la cognitiva tradicional por
tes del ser humano, entre los que des- un lado, y la más histórico-cultural por
tacan la comprensión de la mente como otro-, no deja de ser cierto que las ex-
creadora de significados y como pro- tensiones y desarrollos, tanto concep-
ducto no sólo biológico, sino también tuales como empíricos, de estas dos
y, sobre todo, cultural. visiones han sido tan dispares que los
Pero hay que recordar que estas autores que han trabajado en una de
cuestiones no han sido exclusivas de ellas raramente han sido conscientes,
esa revolución cognitiva que tuvo lu- o han estado interesados por el traba-
gar en los años cincuenta. Similares jo de la otra. E incluso, en la mayor
inquietudes se vienen planteando des- parte de las ocasiones, desconocen

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258 Andrés Santamaría Santigosa

mutuamente la terminología y voca- reacción –que no es realmente nue-


bulario de la otra. Así, del mismo va– en contra del estrechamiento que
modo que ningún científico cognitivo sufre la psicología en sí misma. En
ha buscado en el último número del contra de la existencia de esas parce-
Journal of Russian and East las de investigación tan alejadas entre
European Psychology (antiguo Soviet sí que constituyen compartimentos
Psychology), tampoco ningún estancos sin posibilidad de contacto.
vygotskiano ha estudiado detenida- En la psicología ha comenzado a de-
mente el último volumen de sarrollarse una inquietud por la bús-
Connection Science. En el trabajo de queda de nuevos medios para su
Flanagan, The Science of Mind (1991), reformulación. Se están volviendo a
no hay una sola referencia a plantear las grandes cuestiones psico-
Vygotski. Pero el hecho presenta una lógicas. Cuestiones que tienen que ver
doble dirección. El excelente trabajo con la naturaleza de la mente y sus
de Wertsch, Vygotski y la formación so- procesos, la formación de la mente por
cial de la mente (1985a/1988), no con- la historia y la cultura, la construc-
tiene una sola mención a Fodor y a ción de significados y de la realidad,
la psicología computacional. etc. La mayor parte de ellas están de
El propósito de este artículo es pre- alguna manera presentes en las agen-
cisamente explorar la posibilidad de un das de estudiosos de diferentes disci-
acercamiento entre las ciencias plinas interesados por abrir un diálogo
cognitivas y una aproximación a la fluido entre las ciencias de la mente y
mente que hunde sus raíces en la la cultura (Bruner, 1997; Cole, 1996/
cultura. Entre una aproximación 1999; Frawley, 1997/1999; etc.).
cognitiva al estudio de la mente y otra Estamos volviendo al núcleo de la
(tal vez debiéramos decir “otras”) que psicología, al estudio de la mente. Pero
considera que el estudio psicológico de todo ello, al menos así lo creemos, des-
la cognición humana se encuentra de una psicología que ha de ir más allá
necesariamente ligado al estudio de las de los objetivos de una ciencia positi-
relaciones que ésta mantiene con la vista centrados en la explicación cau-
cultura. Aproximación que, en los úl- sal. Una psicología que se ocupe
timos veinte años, ha comenzado a esencialmente del significado y de la
generar un núcleo de estudios que se cultura (Bruner, 1990/1991; Shweder,
ha agrupado en torno a lo que se ha 1990) y que no reduzca la mente a una
denominado Psicología Cultural base material existente en la cabeza
(Bruner, 1990/1991, 1997; Cole, 1995, del individuo o a cómputos de repre-
1996/1999, 1997; Shore, 1996a y b, sentaciones. Una psicología que desa-
1998; Shweder, 1990, 1993; Sperber, rrolle una visión de la mente y de la
1996; etc.). cognición humana como actividad dis-
Es en este sentido en el que en los tribuida entre individuos (Lave, 1988/
últimos años se está produciendo una 1991; Salomon, 1993; Pea, 1993;

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Hacia una psicología cultural de la mente 259

Nickerson, 1993). Así como una con- De este modo, la cognición en ge-
sideración del conocimiento social y neral y la cognición humana en parti-
culturalmente construido (Bruner, cular, por ser un fenómeno complejo,
1990/1991; Cole, 1996/1999). Y, al necesita de aproximaciones especia-
mismo tiempo, una idea de que la in- les, diferentes y complementarias
formación no es tanto procesada como (Martínez, 1997). En este trabajo, nos
construida entre individuos gracias al confesamos amantes y defensores de
empleo de instrumentos y artefactos la heterodoxia y la diversidad. Una vi-
provistos por la cultura (Cole, 1990, sión completa de la cognición debe te-
1996/1999, 1997; Cole y Engeström, ner presente todos los tipos de análisis:
1993). biológico, neurológico, matemático y
cibernético, lógico y epistemológico,
DISCUSIÓN. UN INTENTO POR psicológico, antropológico y lingüístico.
ACERCAR MENTE Y CULTURA: Pero, eso sí, no se trata de cons-
HACIA UNA PSICOLOGÍA
CULTURAL DE LA MENTE
truir una teoría unificada acerca de la
relación entre la mente y la cultura.
A lo largo de las páginas anteriores he Se trata más bien, con la ayuda de
venido proponiendo la posibilidad de prestigiosos especialistas de la mente
levantar un puente entre la mente en y de la cultura, de abrir un diálogo
la ciencia y la mente en la cultura y, entre la ciencia cognitiva y la “recién
en la medida de lo posible, articular nacida” Psicología Cultural. Y que nos
un diálogo entre la tradición de la Cien- permita desentrañar si es o no po-
cia Cognitiva y la denominada Psico- sible una psicología cultural en el
logía Cultural en el estudio y ám bito de la psicología básica
consideración de la cognición huma- (Santamaría, 2000a). Y todo ello por-
na; un diálogo que permita desarro- que creemos que el análisis de la
llar una comprensión situada de la mente humana es tan complejo, al ser
mente en términos de una actividad a la vez objeto y sujeto de su propio
que siempre tiene lugar dentro de una estudio, que no puede limitarse a las
red de asunciones culturales. formas de pensamiento desarrolladas
Pero hay que decir que este inte- a partir de la física o la lógica formal
rés por acercar una y otra tradición que de alguna manera se encuentran
no es algo nuevo. Actualmente qui- en la base de las concepciones de la
zá la propuesta más interesante y
desarrollada sea la de William
Frawley acerca de lo que él llama 3 En su trabajo titulado Vygotski y la Ciencia
“sociocomputacionalismo” (Frawley, Cognitiva (1997/1999), Frawley afirma la ne-
cesaria compatibilidad de visiones que entien-
1997/1999)3. Al mismo tiempo, auto- den la mente como un mecanismo formal y las
res como Bruner (1997) y Michael Cole que la entienden como una construcción so-
cial. Para ello, enfatiza el papel del lenguaje
(1997/1999), han comenzado a desa-
como instrumento que permite reconciliar la
rrollar intereses similares. persona y el mecanismo.

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260 Andrés Santamaría Santigosa

mente herederas del modelo perspectiva cultural, por su parte, se


informático de las ciencias cognitivas concentra en cómo los seres huma-
en su forma clásica. nos crean y transforman los signifi-
En los últimos quince o veinte años cados. No obstante, en este artículo
se han producido cambios fundamen- queremos disipar el fantasma de una
tales que han venido moldeando nues- “necesaria” contradicción, y un “ne-
tras concepciones sobre la naturaleza cesario” enfrentamiento entre una y
de la mente humana. La mayor parte otra visión, tal y como han planteado
de estos cambios surge de dos concep- autores como Bruner (1990/1001,
ciones fuertemente (al menos en un 1997/1997, Cole (1996/1999) y
inicio) divergentes sobre cómo funcio- Frawley (1997/1999), para alguno de
na y qué es la mente humana. La pri- los cuales esta aparente contradicción
mera de ellas es la hipótesis de que la “…se basa en un malentendido que
mente puede concebirse como un me- lleva a una sobre-dramatización vul-
canismo computacional, idea que no gar e innecesaria” (Bruner, 1997/
es nueva pero que, de algún modo, ha 1997, p. 22).
sido desarrollada en las más recientes Sin embargo, no estaríamos segu-
aproximaciones de las ciencias ros de llegar al extremo de hablar de
computacionales. La otra es la pro- malentendido y de sobredramatización.
puesta de que la mente se constituye Ya que, obviamente, no hay que olvidar
por la cultura y a la vez se materializa que ambas aproximaciones (la
en ésta. Ya nos hemos referido re- computacional y la cultural) son muy
petidas veces a cómo estas dos pers- diferentes conceptual y metodológi-
pectivas llevaron a concepciones camente, e incluso ideológicamente.
muy diferentes sobre la propia natu- Con todo ello no pretendemos negar que
raleza de la mente, y sobre cómo de- puedan existir muy buenas razones para
bería estudiarse. separar a dos visiones de la mente en-
Al igual que la perspectiva frentadas en ciertos problemas. En todo
computacional, una visión cultural e caso, nuestro propósito es explorar la po-
histórica de la mente busca integrar sibilidad de un acercamiento entre las
consideraciones de la psicología, la ciencias cognitivas y una aproximación
antropología, la lingüística, la filoso- a la mente que hunde sus raíces en la
fía, para reformular un modelo de men- cultura.
te. Pero las dos lo hacen de manera Para cubrir este objetivo, me cen-
diferente y para propósitos distintos. traré en un análisis, necesariamente
El computacionalismo está interesado muy breve, de una serie de problemas
en las formas en que la información se que, a mi juicio, son básicos tanto para
organiza y se usa. En este sentido, no una concepción computacional de la
reconoce fronteras disciplinarias, ni mente como para una cultural e his-
siquiera la frontera entre el funciona- tórica (más detalle en Santamaría,
miento humano y el no humano. La 2000a). Me refiero a los siguientes:

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Hacia una psicología cultural de la mente 261

a) el problema de los niveles de aná- adopto una perspectiva sociocultural


lisis en el estudio de la mente. desde la que considero que el análisis
«simbólico» de los modelos cognitivos
b) el debate mente-cuerpo.
de la mente humana es incompatible
c) la cuestión de la naturaleza de la con la visión de la mente y el conoci-
representación y el conocimiento. miento como acción en contexto.
d) el problema del significado. b) En cuanto al ya tradicional de-
bate mente-cuerpo, se puede concluir
Todos ellos problemas que pueden un posible acercamiento entre una
ayudarnos a dar respuestas (al menos perspectiva computacional de la men-
a intentarlo) a cuestiones claves tales te y una visión cultural de la misma.
como ¿constituye la mente una cons- En este caso, parece que la mente
trucción social y cultural en la que el sociocultural y la mente formal sean
significado es parte esencial?, ¿se tra- compatibles. Al considerar que el tra-
ta de un mecanismo formal en el que bajo de Vygotski es más bien un estu-
la información y la representación dio del papel que desempeña el
juegan un papel estelar?, ¿es la men- lenguaje en los límites entre la men-
te, al mismo tiempo, construcción te y el mundo (Frawley, 1997/1999),
sociocultural y mecanismo formal?, la Psicología Cultural de Vygotski po-
etc. dría ser conceptualizada como una
a) En relación al primero de los pro- teoría que trata sobre la relación en-
blemas, los niveles de análisis en el tre los contextos y la arquitectura
estudio de la mente, creo que el acer- mental. Una teoría que, por lo tanto,
camiento entre una y otra perspecti- puede llegar a plantear cuestiones
va no resulta fácil. La idea central que básicas para la ciencia cognitiva. Así,
defiendo es que el análisis de la men- las visiones internalistas (propias de
te humana no puede reducirse al pla- la ciencia cognitiva) y externalistas
no computacional. La mente no puede (cercanas a una psicología cultural) se
ser reducida a la operación de unos centran en hechos compatibles y pue-
determinados controladores o módu- den y deben trabajar de manera más
los de procesamiento descritos en tér- cercana para que la ciencia cognitiva
minos computacionales. Más bien, a obtenga un mejor conocimiento de la
mi juicio, las propiedades más mente humana.
definitorias de la mente, pueden c) El problema de la naturaleza del
revelarse en mejor medida en los ni- conocimiento y la representación de
veles psicológico y sociocultural como nuevo supone una mayor dificultad
propiedades emergentes (Varela, para el acercamiento entre las pers-
1988/1990), lo que exigiría extender pectivas computacionales y las cultu-
el análisis hasta dichos niveles. Para rales. Desde una perspectiva
ello, la noción de acción mediada re- sociocultural, como la que orienta este
sultará crucial. Es por ello por lo que trabajo, el problema del conocimiento

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262 Andrés Santamaría Santigosa

y de la representación y, en general, que permita desarrollar un proyecto de


de la mente humana, debe situarse Psicología Cultural en el que la men-
más allá de los límites del cerebro y de te y la cultura se constituyan mutua-
la mente computacional. Esta expli- mente. Una propuesta que sirva de
cación exige salir de los límites de la base a una visión del conocimiento y
mente computacional, de las limitacio- de la mente que no se sustenta en la
nes del “objetivismo formalista” de la noción de representación de la psico-
psicología cognitiva, que diluye al su- logía cognitiva, y en la que lo narrati-
jeto en el “infierno de las computacio- vo desempeñe un papel central
nes”, en expresión de Rivière (1987). (Bruner, 1991; Santamaría, 2000b).
En lugar de un “módulo” especializa- d) En cuanto al último problema
do de procesamiento, esta explicación referido, el problema del significado, de
requiere formas y niveles de análisis nuevo el acercamiento es posible, pero
capaces de dar cuenta de la mente in- al mismo tiempo las diferencias entre
tencional. En este caso, en los últimos una y otra perspectiva son importan-
años se están produciendo acerca- tes. Tal vez dos ideas puedan aclarar
mientos entre una y otra perspectiva. la visión de significado que aquí se
Acercamientos centrados en el plantea. Por un lado, y en la línea de
redescubrimiento de la importancia de las ideas de Wittgenstein, el significa-
los aspectos de control de la concien- do siempre es significado para una
cia. La conciencia como componente persona o una comunidad. En sí mis-
de control para la psicología cognitiva mas las palabras no tienen significa-
sería, desde la perspectiva do, sólo lo tienen para las personas que
vygotskiana, la metaconciencia. En las “utilizan”. Desde la perspectiva
este sentido, comienza a defenderse manejada en este trabajo, los signifi-
una cierta analogía entre el control cados no son computacionales, sino
dentro de los sistemas de computación que fluyen en el intercambio social y
y el control del habla reguladora cultural. Por otro lado, el significado
vygotskiana, ofreciendo así una in- del símbolo surge porque se le impone
terpretación computacional del habla cierta intencionalidad. La intencio-
privada como un síntoma de la ejecu- nalidad es la capacidad de un estado
ción del pensamiento (Frawley, 1997/ mental o de una representación del tipo
1999). Así, el “cerebro computacional” que sea (concepto, imagen, palabra) de
y la “mente lingüística-cultural” (cien- ser algo para algo. En este sentido, el
cia cognitiva y psicología cultural) po- significado es irreduciblemente inten-
drían ser aliados en cuanto a su cionado. Y es en esto último en lo que
función de control. A pesar de estos la visión de la Ciencia Cognitiva y de
acercamientos, en mi opinión, el aná- la Psicología Cultural pueden acercar-
lisis del problema del conocimiento y se más. Ambas perspectivas creen que
la representación puede ampliarse hay estados mentales dotados de pro-
desde una perspectiva sociocultural, piedades intencionales genuinas que

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Hacia una psicología cultural de la mente 263

se hallan involucrados en la génesis factores responsables del contenido


del comportamiento. No obstante, es mental son factores que se encuentran
justamente a partir de aquí donde, al en la esfera del contexto histórico y
mismo tiempo, podemos encontrar las social del sujeto, y no en la esfera de
mayores diferencias (Santamaría, una psicología individual (Burge,
2002). 1986). Esos factores, las costumbres
Así, Fodor entiende que la explica- y convenciones propias de una comu-
ción psicológica ha de ser intencional nidad específica, determinan el conte-
(Fodor, 1983/1986). En sus propias nido de dichos estados mentales. Ello
palabras, “...carecemos de razones permite convertir al organismo en su-
para dudar de que es posible tener una jeto intencional, biológico, social, cul-
psicología científica que reivindique la tural e histórico capaz de crear y
explicación de sentido común del de- transformar significados y conocimien-
seo y la creencia” (Fodor, 1983/1986, tos en el curso de la acción desarrolla-
p. 16). O, “...si no hay leyes da en el marco sociocultural.
intencionales, no hay explicaciones A mi juicio, pues, la cuestión no
psicológicas” (Fodor, 1994/1997, p. estriba en reconocer la intencionalidad,
19). Desde la posición de Fodor, de- sino en tratar de dar cuenta de la mis-
seos, creencias e intenciones se entien- ma (Santamaría, 2002). El problema
den como relaciones entre agentes es cómo un sistema físico-biológico es
psicológicos y expresiones de un sis- capaz de comportarse de forma inten-
tema de representación en el que la cional, es decir, cargada de significa-
mente realiza sus cómputos (un len- ción. Es este, sin duda, un difícil
guaje del pensamiento). Sin embargo, problema, quizá el más importante
la teoría computacional entiende que para la psicología. Y es aquí donde se
los procesos psicológicos son de natu- pueden encontrar las mayores dife-
raleza informática y las propiedades rencias entre estas perspectivas
semánticas de las representaciones computacionales y otras visiones que,
mentales referenciales (Fodor, 1994/ al igual que éstas, enfatizan la im-
1997). La clave del contenido de los por tancia del significado y la
estados mentales se encuentra en el intencionalidad, pero que se encuen-
concepto de información. Aquí comien- tran situadas en perspectivas de corte
zan los problemas. más cultural y social (Santamaría,
Frente a ello, las visiones cultura- 2002).
les y sociales defienden que el conte-
nido (intencional) de los estados ALGUNAS CONCLUSIONES
mentales no depende de lo que “está Quiero finalizar defendiendo la posi-
en la cabeza” del individuo, sino del bilidad de un diálogo entre la Ciencia
hecho externo, y de las instituciones y Cognitiva y la Psicología Cultural. Si
formas de vida que lo sostienen (Ace- se admite que la cultura es un aspec-
ro, 1995; Bruner, 1990/1991). Así, los to fundamental en la vida y el pensa-

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264 Andrés Santamaría Santigosa

miento de las personas, en buena ló- bien de intentar que, en la línea de


gica también debe ser crucial a la Bruner (1990), Frawley (1997/1999) o
hora del estudio de la mente. el mismo Wittgenstein (1945-49/
E incluso, a mi juicio, en determi- 1988), la máquina virtual y la máquina
nados aspectos el acercamiento entre real trabajen juntas. Dado que la psi-
ambas disciplinas es posible. Pero he- cología se encuentra tan inmersa en
mos de preguntarnos ¿Puede una Psi- la cultura, a mi juicio, debe estar or-
cología Cultural, como la que se ha ganizada en torno a los procesos de
descrito a lo largo de estas páginas, construcción y utilización del signifi-
mantenerse al margen de una Psico- cado que conectan al hombre con la
logía enraizada biológicamente, orien- cultura. Como señala Bruner (1990/
tada individualmente y dominada por 1991), en virtud de nuestra participa-
la noción de información y la metáfo- ción en la cultura, el significado se
ra computacional? ¿Puede, en suma, hace público y compartido y, de este
la Psicología Cultural mantenerse al modo, la mente se entronca con la
margen de la Ciencia Cognitiva, y vi- cultura.
ceversa?
Algunos autores, como Rom Harré REFERENCIAS
o Keneth Gergen, pertenecientes al Acero, J.J. (1995). “Teorías del contenido mental”.
llamado construccionismo social, su- En: F. Broncano (ed.), La mente humana, pp.
175-206. Madrid: Trotta.
gieren que nuestro pasado fue un
error, un malentendido sobre en qué Boesch, E. (1991). Symbolic action theory an Cultu-
ral Psychology. Heidelberg: Springer.
consistía la psicología, y que, por tan-
Boesch, E. (1996). The seven flaws of Cross-cultu-
to, debemos olvidarnos de ese pasado. ral Psychology. The story of a conversion.
No obstante, no parece ésta, a mi jui- Mind, Culture and Activity, 3, 1, pp. 2-10.
cio, la mejor opción. Burge, T. (1986). “Individualism and Psychology”.
Más bien, creo, al igual que otros En: Psychological Review, VC, pp. 3-46.

autores, que es el momento de aca- Bruner, J. (1964). “The curse of cognitive growth”.
En: American Psychology, 19, pp. 1-15.
bar con este tipo de enfoques, que
Bruner (1997/1997) denomina de “lo Bruner, J. (1990/1991). Actos de significado. Más
allá de la revolución cognitiva. Madrid:
uno o lo otro” acerca de qué debería Alianza.
ser la psicología, si debería se entera- Bruner, J. (1997/1997). La educación, puerta de
mente biológica, exclusivamente la cultura. Madrid: Aprendizaje Visor.
computacional o únicamente cultural. Cole, M. (1995). “Socio-cultural-historical
Deberíamos así evitar caer en lo que psychology: Some general remarks. An
proposal for a new kind of cultural-genetic
Bernstein (1983) llama la “ansiedad methodology”. En J.V. Wertsch; P. Del Río y
cartesiana”. Esto es, permanecer A. Alvarez (eds.): Sociocultural Studies of
Mind. N.Y.: Cambridge University Press.
constantemente en guardia para de-
fender al computacionalismo frente a Cole, M. (1996/1999). Psicología Cultural. Una dis-
ciplina del pasado y del futuro. Madrid:
la cultura, o viceversa. No se trata, Morata.
pues, de enfrentar uno a otro, sino más

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