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Haplotipos de la hemoglobina S:
importancia epidemiológica,
antropológica y clínica
Walter E. Rodríguez Romero,1 Germán F. Sáenz Renauld 1
y Mario A. Chaves Villalobos1
RESUMEN La relación entre la drepanocitosis y los diferentes haplotipos del gen que codifica la subunidad
s de la globina ha permitido llegar a entender mejor las manifestaciones clínicas de aquella
enfermedad. El uso de mejores técnicas de laboratorio permite descartar la presencia de otros
factores hereditarios capaces de ocultar el verdadero genotipo hemoglobínico. La heterogenei-
dad clínica de la drepanocitosis, afección caracterizada por la presencia de una hemoglobina
anormal denominada HbS, depende de las concentraciones de hemoglobina fetal (HbF), la
razón de cadenas G a cadenas A en la molécula de globina, las concentraciones de 2,3-
difosfoglicerato, la presencia de mutaciones ligadas, los haplotipos del gen s, la presencia
simultánea de -talasemia, y factores ambientales. En particular, los polimorfismos Senegal y
árabe-saudí o indio del conglomerado de genes que codifican la subunidad s se asocian con
una evolución clínica menos grave, mientras que los haplotipos de la República Centroafricana
(CAR) o Bantú, Camerún y Benín se asocian con drepanocitosis grave. De todos, el haplotipo
CAR es el de peor pronóstico (concentraciones de HbF de menos de 12% y razón de G:A
propia de la edad adulta).
Estos polimorfismos del ácido desoxirribonucleico, una vez caracterizados, adquieren
enorme importancia como marcadores antropológicos y genéticos. En las Américas, los haplo-
tipos s permiten entender mejor las raíces ancestrales africanas de las poblaciones de raza
negra. Se ha comprobado la presencia de variedad genética no solo entre las diferentes pobla-
ciones negras de las Américas, sino también dentro de un mismo país, como se observa en
Costa Rica.
Las hemoglobinas anormales S y C de tasas de mortalidad elevadas, ya (3–5). Estos avances vertiginosos han
(HbS y HbC), que prevalecen en el que constituyen variantes funcional- ayudado a dilucidar patrones electro-
África y partes de Europa y las Améri- mente anormales de la hemoglobina A foréticos convencionales que otrora
cas, y la hemoglobina E (HbE), que es (HbA) (1, 2). La importancia de las confundían el diagnóstico clínico, así
más común en Asia Sudoriental, son hemoglobinopatías en el ámbito de la como a clasificar perfiles hereditarios
responsables de diversos trastornos y salud pública ha suscitado un acele- complejos y a investigar diversas po-
rado desarrollo de tecnologías para su blaciones humanas desplazadas a nue-
1
análisis en el laboratorio, particular- vos continentes. Tal es el caso de los
Universidad de Costa Rica, Facultad de Microbio-
logía, San José, Costa Rica. Toda correspondencia mente de procedimientos diagnósticos haplotipos o segmentos de restricción
debe dirigirse a W. E. Rodríguez Romero a la si- rápidos y precisos. Entre ellos figuran polimórficos o de longitud variable del
guiente dirección postal: Centro de Investigación
en Hemoglobinas Anormales y Trastornos Afines algunos métodos que permiten detec- ácido desoxirribonucleico (ADN), cuya
(CIHATA), Departamento de Análisis Clínicos, tar directamente el trastorno genómico caracterización ha permitido descifrar
Facultad de Microbiología, Universidad de Costa
Rica, San José, Costa Rica. Correo electrónico: asociado con cada una de las diferen- los mosaicos culturales y étnicos de
werodrig@cariari.ucr.ac.cr tes alteraciones moleculares de la Hb ciertas poblaciones y explicar, al menos
CAR
Individuos
País No. %
graciones a través del desierto del frar las intrincadas aventuras del tra- Barbados 912 7,0
Sahara en el norte del África (14, 25, 28). siego de esclavos negros del África al Belice 724 27,7
Los otros haplotipos s de interés nuevo continente durante siglos preté- Brasil 21 372 6,2
Colombia 1 184 11,9
son el árabe-saudí y el indio o asiático ritos (6, 12). Es bien sabido que el flujo
Costa Rica 1 830 8,1
(27, 29, 30). Es probable que estos genético de la HbS a las Américas pro- Cuba 6 996 6,1
hayan tenido un origen distinto del de viene exclusivamente del África, a Curaçao 2 499 10,7
los haplotipos africanos, estando estre- excepción de una pequeña fracción Dominica 1 000 13,1
chamente relacionados entre sí por las aportada por inmigrantes europeos Ecuador 1 734 17,8
Guadalupe 1 000 9,2
corrientes migratorias que se estable- (12, 33, 34). Prácticamente se acepta Guatemala 150 18,3
cieron entre territorios cercanos al río que las Américas, al estar libres de Haití 807 13,2
Indo (cuna de la civilización de malaria antes de la llegada de los Honduras 1 671 10,0
Harappa en el subcontinente indio) y Europeos, estaba exenta de hemoglo- Jamaica 100 000 10,0
pueblos originarios del Oasis del Este binopatías. Se han realizado estudios Martinica 213 9,4
México — 11,2
en la península arábiga, y de manera poblacionales en territorios fuera del Nicaragua 118 11,1
más concreta entre indios, árabes chií- anillo malárico mundial —Corea, Gro- Panamá 7 604 16,0
tas e iraníes (6, 31, 32). Fue aparente- enlandia, Islandia, Japón, Micronesia, Portugal 1 000 5,4
mente a orillas del río sagrado de la Polinesia y Siberia son algunos ejem- Puerto Rico 1 921 7,1
India donde se originó la mutación plos, más algunos estudios en nativos República Dominicana 798 7,0
San Vicente 748 8,7
asiática de la HbS, lo que sugiere, a australianos y en aborígenes america- Santa Lucía 825 14,0
diferencia de lo sucedido en el África, nos— y se ha determinado que prácti- Santo Tomás 1 769 9,1
que el origen del gen s en la India fue camente todos son homocigóticos para Suriname 1 058 17,1
de carácter unicéntrico (32). la HbA, siempre y cuando sean autóc- Trinidad y Tabago 379 11,1
Venezuela 2 132 8,7
En las Américas, el estudio de los tonos de la región (20). Cabe notar,
haplotipos s ha contribuido a desci- como dato excepcional, que las tribus Fuente: Referencia 32.
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ABSTRACT The link between s-gene haplotypes and sickle cell anemia has permitted a better
understanding of the biological manifestations of this disease. The use of better labo-
ratory methods can help rule out other hereditary factors that can camouflage the real
S hemoglobin haplotypes: hemoglobin genotype. The clinical heterogeneity of sickle cell disease, which is char-
their epidemiologic, acterized by the presence of S hemoglobin, can be explained in terms of fetal hemo-
anthropologic, and clinical globin (HbF) levels, ratio of G chains to A chains, 2,3-diphosphoglycerate levels,
linked mutations, s haplotypes, coexistence of -thalassemia, and environmental fac-
significance tors. The inheritance of Sen and Arab/Indian -gene cluster polymorphisms is asso-
ciated with a milder clinical course, whereas the Central African Republic (CAR) or
Bantu, Cameroon, and Benin haplotypes are linked with severe sickle cell disease. The
CAR haplotype carries the worst prognosis of all (less than 12% HbF levels and adult-
type G:A ratio).
Once characterized, these DNA polymorphisms also assume great importance as
anthropologic and genetic markers. In America, s haplotypes are contributing to a
better understanding of Black American roots and their African ancestry. There is
ample evidence of genetic variability not only between different Black populations in
America, but also within the same country, as is the case in Costa Rica.