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EL ALMA Y EL CONOCIMIENTO
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1. RAZÓN INTUITIVA: conocimiento de las Ideas. Nous. Ciencia =
Dialéctica.
E INTELECTUAL CONOCIMIENTO SENSIBLE 3. CREENCIA: conocimiento de obje ción tos sensibles por una percep-
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1. Por la primera se trata de ir de la multiplicidad a la unidad, buscando afi-
nidades, identidades, entre las diversas ideas (componiendo), hasta al-
canzar un fundamento único de todo el saber: la Idea de Bien.
2. Por la segunda se trata de ir de la unidad hasta la multiplicidad, dividiendo
las Ideas en dos partes de cada vez.
Un ejemplo podría ser el siguiente: tenemos las Ideas de «Caballo» y «Perro», ambas
participan de la Idea de «Animal», pero ésta, a su vez, junto con la de "Vegetal» participa de la
Idea de «Vivientes», etc. El proceso acaba cuando se obtiene una determinación absoluta que
es la «Idea de Bien». Una vez alcanzado este fundamento absoluto del saber que es la Idea de
Bien, podemos, a partir de ahí buscar el ser de cada cosa por un proceso de división (diáiresis)
que nos lleve de la unidad hasta una determinada especie. Así, para definir qué es una
«planta» según la dialéctica platónica, o, lo que es lo mismo, para establecer qué lugar
corresponde a la «Idea de Planta» en la pirámide de las Ideas, hay que llevar a cabo el
siguiente proceso: primero se asciende de la "Idea de Planta» a una Idea más alta situada
sobre la de Planta, y de la que ésta participe: obtenemos así, por ejemplo, la «Idea de Cuerpo».
Luego hay que dividir la «Idea de Cuerpo» y obtenemos: la «Idea de Viviente", y de «No-
viviente». Tomamos la «Idea de Vivi°nte» y la dividimos en «Vivientes-fijos-al-terreno» y
«Vivientes-no-fijos-al-terreno». Hecho todo este proceso queda definida la planta como
«cuerpo-viviente-fijo al terreno».
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PLflTÓN
4.2. La concepción platónica de la virtud
Con Platón el sentido de la virtud va a dar otro salto. Como consecuencia de su
división del mundo en mundo sensible y mundo inteligible, el conocimiento del bien,
del buen gobierno, de la justicia, etc., ya no radica en meras definiciones, sino que
tales cosas tienen entidad por sí mismas: tienen su propio mundo al que pertenece el
alma inmortal humana. Como además el mundo inteligible pasa a ser el
auténticamente real, y el alma pertenece a ese mundo, ahora lo que interesa sobre
todo no será ningún tipo de éxito en nuestro mundo físico, lo que interesa por encima
de todas las cosas es, por decirlo así, el éxito para el alma.
A partir de aquí el término virtud adquiere, en Platón, tres sentidos, que no se dan
por separado sino vinculados a su teoría de las Ideas y a su concepción del alma: por
influencia de Sócrates la virtud sigue siendo considerada como sabiduría (sabiduría
que sólo se alcanza en un «ver» que realiza el alma a través del nous); por influencia
del orfismo y el pitagorismo la virtud es considerada como purificación (por la cual el
alma se libera del cuerpo); y en virtud de su propia concepción tripartita del alma la
virtud es considerada como justicia (entendiendo por tal una armonía entre las
facultades del alma):
1. Virtud como sabiduría: como Sócrates, considera que sólo puede obrar bien quien
conoce lo que es el bien, etc. La diferencia es que ahora el Bien, la Justicia, y
demás, son considerados entidades subsistentes por sí mismas.
2. Virtud como purificación: con el orfismo surge la concepción del alma como
Platón defiende, al igual que su maestro inmortal. Esta concepción es asumida por los pitagóricos que consideran que el
Sócrates, un intelectualismo ético: sólo
alma es inmortal y se reencarna tras la muerte del cuerpo, que es concebido como
puede obrar bien quien conoce lo que es el
bien. una cárcel para el alma. Por todo ello, tanto el orfismo como los pitagóricos
consideran necesaria la purificación, entendiendo por tal un proceso por el cual el
alma se va liberando paulatinamente del cuerpo. En el caso de Platón esta
liberación tendría por objeto último que el alma, ya enteramente libre, y sin
necesidad de reencarnarse en otro cuerpo, pudiera contemplar las Ideas.
3. Virtud como justicia: Platón sostiene que el alma tiene tres funciones (a veces
habla de tres almas distintas). Estas funciones son, ya lo hemos visto, la irascible o
volitiva, la concupiscible o apetitiva y la inteligible o racional. Pues bien, a cada una
de estas tres funciones le corresponde su virtud particular. Tenemos así: (1) la
sabiduría o prudencia (phrónesis): es la virtud propia del alma en su función
racional. Es esta virtud la que acerca al alma al mundo de las Ideas. (De nuevo
aparece aquí la virtud como sabiduría, pero ahora dentro de un esquema más
general). (2) La fortaleza o valor (andrefa): es la virtud propia del alma en su
función irascible. Es la que mueve al alma a superar las dificultades en su
ascensión hacia el mundo de las Ideas. (3) La templanza (sophrosyne): es la virtud
propia del alma en su función concupiscible; por ella el alma modera sus apetitos
corporales. Cuando se dan estos tres tipos de virtudes se da la justicia, que
Platón, siguiendo la concepción general que tiene el mundo griego de la justicia
[véase Cdro. Hco. I, 4.3.], entiende como orden o armonía (en este caso entre las
tres funciones del alma).
Pero la justicia no se da siempre, y ello puede deberse fundamentalmente a dos
motivos: 1) cuando el alma en su función concupiscible no cumple con su virtud
específica, esto sucede siempre que el individuo confunde el placer con la felicidad; 2)
cuando el alma en su función irascible no cumple con su virtud específica, y esto
sucede siempre que los individuos confunden la ambición con la felicidad.
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ÜNiDflD i
5. LA POLÍTICA
5.1. Política y virtud
En los primeros tiempos de constitución de las po//s la participación en los
asuntos públicos ocupaba una buena parte del tiempo de la aristocracia;
más tarde con el triunfo de los sistemas democráticos, la dedicación de una
buena parte de sus vidas a los asuntos públicos se extendió a todos los ciu-
dadanos (categoría en la que no entran, ni las mujeres ni los esclavos, ni los
extranjeros residentes en las po//s). Para un griego de la época arcaica o
clásica es inconcebible una vida enteramente humana fuera de \a polis.
Y en esto Platón es un buen griego; ya hemos dicho en su biografía que
desde muy joven tuvo inquietudes políticas, y si renunció a una participación
activa en la vida política de Atenas se debió a su falta de fe en los sistemas
imperantes (después de comprobar cómo sucesivamente la oligarquía y la
democracia tenían comportamientos poco virtuosos). Es en la po//s, donde el
hombre se realiza como tal, donde alcanza la virtud, la excelencia, donde el Cerámica negra que representa una escena
doméstica de dos mujeres tejiendo. Las
hombre da lo mejor de sí. Sin embargo, Platón introduce en su reflexión fi- mujeres, los esclavos y los extranjeros
losófica elementos poco griegos, fundamentalmente la idea de un alma in- estaban excluidos de la vida política.
mortal que hay que cuidar (a pesar de toda la tradición órfica y pitagórica,
estas ideas seguían siendo un poco extrañas a la mentalidad griega); y en
dependencia de su concepción del alma pondrá Platón a la política.
(La interpretación inversa también es válida: dado que Platón era un aristócrata conservador, se
sentía atraído por una organización más jerarquizada del Estado, con menos derechos para las
mayorías; como consecuencia introduce una concepción jerárquica en las relaciones entre las
partes del alma).
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Para leer
Platón: Capítulo VII de La Repú- Aunque este Estado ideal se desarrolla según una división clasista de la
blica. sociedad, Platón considera que estos estamentos (al revés de como funcio-
Platón: Menón, especialmente el naba el sistema aristocrático tradicional) no deberían ser estancos. La perte-
apartado en el que Sócrates de- nencia o no pertenencia a un estamento no vendría dada por herencia o la
muestra que un esclavo sabe ma- riqueza sino que, según las capacidades demostradas desde niño, se edu-
temáticas de modo innato. caría a los ciudadanos para formar parte de uno u otro estamento. (Como
novedad señalar que Platón no excluye a las mujeres, como sí sucedía en la
vida cotidiana de la época, de su participación en la vida política o militar, por
lo que también éstas podrían formar parte de la casta gobernante o militar-en
caso de reunir las virtudes adecuadas-).
ALMA ESTADO VIRTUDES
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