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Universidad Metropolitana

Recinto Aguadilla
Aguadilla, PR

Por:
Alexandra González
Christian Ferrer
Sigrid Ruiz
Glenda Rosario

Índice

1. Introducción……………………………………………………………………..1

2. ¿Qué es la Depresión?..........................................................................................2

3. Síntomas………………………………………………………………………...2–4

4. Consecuencias…………………………………………………………………..4

5. Depresión en Mujeres………………………………………………………….5

6. Depresión en Hombres…………………………………………………………5

7. Depresión en Ancianos…………………………………………………………6

8. Depresión en Niños…………………………………………………………….7

9. Tratamientos…………………………………………………………………..8-10.

10. ¿Como evitar la Depresión?............................................................................11-13

11. Conclusión………………………………………………………………….14

12. Bibliografía…………………………………………………………………15
Introducción

Esta monografía basada en la depresión, el cual es un tema muy amplio, e

importante de conocer por que hoy día vemos muchos casos de depresión que

lamentablemente llegan al suicidio. Aquí vamos a encontrar información desde que

es la depresión sus síntomas, consecuencias, tratamientos incluso hasta como

podemos evitarla o auto ayudarnos. La depresión es un problema frecuente que

afecta a hombres y mujeres de todas las Edades, también a niños y adolescentes.

Todos nos sentimos tristes y malhumorados a ratos, dependiendo de los

acontecimientos de la vida, pero la depresión es más que eso. Puede ser desde un

problema leve hasta una enfermedad grave que pone la vida en peligro. En muchas

ocasiones las personas no se pueden controlar por esta enfermedad y toman la

decisión errónea del suicidio así también afectándoles a sus familiares mas cercano,

por eso es importante que la persona que tenga estos síntomas de sentimientos de

tristeza profunda, desinterés, poco o ningún placer sexual, etc., es importante que

recura a buscar ayuda profesional que Por fortuna, hay tratamientos eficaces para la

mayoría de las personas que sufren de depresión.


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Depresión

La depresión es un trastorno emocional que se presenta como un estado de

abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio o permanente. El término médico

hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la

esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del

humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital

habitual, en la mayor parte de los casos, el diagnóstico es clínico, aunque debe

diferenciarse de cuadros de expresión parecida, como los trastornos de ansiedad. La

persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino pérdida de interés e

incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas habituales, así como una vivencia

poco motivadora y más lenta del transcurso del tiempo. Su origen es multifactorial,

aunque hay que destacar factores desencadenantes tales como el estrés y sentimientos

(derivados de una decepción sentimental, la contemplación o vivencia de un

accidente, asesinato o tragedia, el trastorno por malas noticias, pena, y el haber

atravesado una experiencia cercana a la muerte). También hay otros orígenes, como

una elaboración inadecuada del duelo (por la muerte de un ser querido) o incluso el

consumo de determinadas sustancias (abuso de alcohol o de otras sustancias tóxicas) y

factores de predisposición como la genética o un condicionamiento paterno educativo.

La depresión puede tener importantes consecuencias sociales y personales, desde la

incapacidad laboral hasta el suicidio. La depresión es una enfermedad que afecta el

organismo (cerebro), el ánimo, y la manera de pensar. Afecta la forma en que una


persona come y duerme. Afecta cómo uno se valora a sí mismo (autoestima) y la

forma en que uno piensa. La depresión no es lo mismo que un estado pasajero de

tristeza. No es una condición de la cual uno puede liberarse a voluntad, la mayoría de

las personas que padecen de depresión puede mejorar con un tratamiento adecuado.
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Los síntomas principales que la definen son: Tristeza patológica: Se diferencia

de la tristeza, que puede ser un estado de ánimo normal como la alegría, cuando

alcanza un nivel tal que interfiere negativamente en la vida cotidiana, tanto en lo

social como en lo familiar y lo sexual. Parece sin motivos o tras un acontecimiento

significativo. Es una sensación muy profunda y abrasadora. Tanto, que el paciente se

siente "en baja", tal como si hubiera perdido el sabor, el placer de vivir. Se considera

incapaz de brindar amor o afecto, lo cual aumenta sus sentimientos de culpa. Un dato

tremendo: el 15 % de los deprimidos terminan suicidándose. Desgano y anhedonia: El

sujeto se torna apático, no tiene ganas de nada, ni si quiera de vivir y nada le procura

placer. Ansiedad: Es la acompañante habitual del deprimido, que experimenta una

extraña desazón, como un trasfondo constante. Cuando la ansiedad prima en el cuadro

clínico, estamos frente a una depresión ansiosa. Por lo contrario, cuando predomina la

inhibición, se trata de una depresión inhibida; quienes la padecen son personas

malhumoradas, irritables, agresivas. Insomnio: Al paciente le cuesta conciliar el

sueño y, además, se despierta temprano y de mal humor. En algunos casos, que

constituyen minoría, puede presentarse la hipersomnia (exceso de horas de sueño).

Alteraciones del pensamiento: Imagina tener enfermedades de todo tipo; surgen

ideas derrotistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones. El pensamiento sigue un

curso lento y monocorde, la memoria se debilita y la distracción se torna frecuente.

Alteraciones somáticas: Por lo común surgen dolores crónicos o erráticos así como

constipación y sudoración nocturna. Se experimenta una persistente sensación de


fatiga y cansancio. Alteraciones del comportamiento: El paciente tiene la sensación

de vivir arrinconado, rumiando sus sinsabores. Puede estar quieto, de manos cruzadas,

o explotar en violentas crisis de angustia o en ataques de llanto por motivos

insignificantes. Le resulta difícil tomar decisiones y disminuye su rendimiento en el


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Trabajo. Modificaciones del apetito y del peso: La mayoría de los pacientes pierde

el apetito y en consecuencia provoca la disminución de peso. Pérdida del placer: En

lo sexual, se llega a la impotencia en el hombre o a la frigidez en la mujer; también

disminuye y tiende a desaparecer el contento en el trabajo, en el deporte y en los

juegos y otras actividades que anteriormente le eran gratificantes. Culpa excesiva:

siente con exceso la carga de una culpa inexistente, lo cual puede desembocar el

delirios. Pensamiento suicida: los pacientes presentan una preocupación exagerada

por la muerte y alimentan sentimientos autodestructivos. Disminución de la energía:

Se produce un cansancio injustificado, a veces con variaciones durante el día, muy a

menudo más acentuado por la mañana. Las personas afectadas suelen sentirse más

fatigadas por la mañana que por la tarde. Las consecuencias que el trastorno depresivo

trae son importantes y de toda índole, tanto personales, como familiares y sociales. En

lo personal, la experiencia de una depresión marca profundamente, aún en los casos

en los que se logre superar y no haya recaídas. Las consecuencias sociales son las más

estudiadas e incluyen cifras enormes de absentismo laboral y de gastos sanitarios,

detrás de la depresión hay pérdidas, rupturas, incomprensión, sufrimiento y miles de

suicidios.
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La depresión en las mujeres, la depresión se da en la mujer con una frecuencia

que es casi el doble de la del varón. Factores hormonales podrían contribuir a la

tasa más alta de depresión en la mujer. En particular, en relación con los cambios

del ciclo menopausia. Las hormonas sexuales femeninas (estrógenos y

progesterona), debido a una existencia de menores niveles de estrógenos, parecen

desempeñar por tanto un cierto papel en la etiopatogenia de la depresión. Un

estudio reciente del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos

demostró que las mujeres que presentaban predisposición a padecer síndrome

premenstrual grave se alivian de sus síntomas físicos y anímicos (por ejemplo, de

la depresión) cuando se les suprimen sus hormonas sexuales a través de un

tratamiento farmacológico. Si ese tratamiento se interrumpe, las hormonas se

reactivan y, al poco tiempo, los síntomas vuelven., la supresión temporal de las

hormonas no les producen ningún efecto. La depresión posparto es un trastorno

depresivo que puede afectar a las mujeres después del nacimiento de un hijo. La

depresión en los varones Aunque la prevalecía global es inferior entre los varones,

la tasa de suicidio consumado en ellos es cuatro veces más alta que en las mujeres.

Sin embargo, los intentos de suicidio son más comunes en la mujer que en el

hombre. A partir de los 70 años de edad, la tasa de suicidio en el hombre aumenta,

alcanzando el nivel máximo después de los 85 años. La depresión también puede

afectar la salud física del hombre, aunque en una forma diferente a la de la mujer.
Algunos estudios indican que la depresión se asocia con un riesgo elevado de

enfermedad coronaria en ambos sexos. Sin embargo, sólo en el varón se eleva la

tasa de mortalidad debida a una enfermedad coronaria que se da junto con un

trastorno depresivo. La depresión en la vejez, el inicio clínico de la depresión en el

anciano puede cursar con una pobre alteración del estado de ánimo. Incluso puede
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Aparecer enmascarada con otros Síntomas principales, tales como la pérdida de

Apetito, alteraciones de la memoria, insomnio, síntomas somáticos, ansiedad o

irascibilidad. Puede simular un cuadro de demencia senil, hablándose entonces de

pseudo demencia depresiva. Cuando un anciano se deprime, a veces su depresión se

considera erróneamente un aspecto natural de esa etapa de la vida. La depresión en los

ancianos, si no se diagnostica ni se trata, provoca un sufrimiento innecesario para el

anciano y para su familia. Cuando la persona de edad avanzada acude con el médico,

puede describir únicamente síntomas físicos. Esto ocurre porque el anciano puede

mostrarse reacio a hablar de su desesperanza y tristeza. La persona anciana puede no

querer hablar de su falta de interés en las actividades normalmente placenteras, o de

su pena después de la muerte de un ser querido, incluso cuando el duelo se prolonga

por mucho tiempo. También los profesionales detectan mejor los síntomas depresivos

que se deben a efectos secundarios de medicamentos que el anciano está tomando, o

debido a una enfermedad física concomitante. Si se elabora el diagnóstico de

depresión, el tratamiento con medicamentos o psicoterapia ayuda a que la persona

deprimida recupere su capacidad para tener una vida feliz y satisfactoria. La depresión

en la infancia, La depresión en la niñez se empezó a reconocer sólo hace tres décadas.

El diagnóstico se acoge a los mismos criterios que en el caso de los adultos, aunque la

sintomatología puede ser algo más confusa. Su prevalencia en la infancia es del 1-2

por ciento y, en la adolescencia, del 4-5 por ciento. El niño deprimido puede simular
estar enfermo, rehusar a ir a la escuela, juega menos o deja de hacerlo, expresa el

deseo de no querer separarse de los padres o tiene miedo de que uno de los padres se

muera. En la primera infancia pueden desarrollar síntomas atípicos como

somatizaciones difusas, trastornos alimenticios, enuresis, etc. El adolescente puede

expresar mal humor, disminuir el rendimiento escolar, presentar conductas desafiantes


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O presentar brotes de irritabilidad. En ocasiones expresa el trastorno anímico con

el Desarrollo de conductas de riesgo (consumo de sustancias psicotrópicas,

comportamientos para suicidas, etc.). Dado que los comportamientos normales varían

de una etapa de la niñez a la otra, es a veces difícil establecer si un niño está

simplemente pasando por una fase de su desarrollo o si está verdaderamente

padeciendo de depresión. A veces, el niño tiene un cambio de comportamiento notorio

que preocupa a los padres, o el maestro menciona que el "niño no parece ser el
mismo". En esos casos puede sospecharse un trastorno depresivo. La evaluación

diagnóstica, el diagnóstico de la depresión es clínico. Deben descartarse, en primer

lugar, causas orgánicas, medicamentosas o tóxicas compatibles con un cuadro similar

al de un trastorno depresivo, pero es en último término la entrevista clínica la que

ofrece los datos necesarios para el diagnóstico, cuando se cumplen los criterios

establecidos más arriba. Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia

médica completa. ¿Cuándo comenzaron los síntomas, cuánto han durado, qué tan

serios son? Si el paciente los ha tenido antes, el médico debe averiguar si los síntomas

fueron tratados y qué tratamiento se dio. El médico también debe preguntar acerca
del

uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte o suicidio.

Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de la familia.

¿Algún pariente ha tenido depresión y, si fue tratado, qué tratamientos recibió y qué

tratamientos fueron efectivos? Existen también varios cuestionarios estandarizados

que pueden ayudar a discriminar si existe o no un trastorno depresivo: como la

Escala de Ye Savage, la Escala de depresión de zung, el inventario de depresión de

Beck, el test de depresión de Goldberg o el test de depresión de Hamilton.

Algún estudio ha evaluado incluso la eficacia de dos simples preguntas para un

diagnóstico rápido de elevada fiabilidad.

El primer paso en el tratamiento de la depresión debe ser un examen físico completo

para asegurarse que no existe ninguna condición física que cause los síntomas

depresivos. Ciertos medicamentos tienen efectos secundarios que son iguales a los

síntomas de la depresión, por lo que se debe informar al médico sobre cualquier

medicamento que el paciente esté tomando. Si no se descubre causa física alguna de

la depresión, entonces el médico debe conducir una evaluación psicológica o remitir

el paciente a un profesional de la salud mental. Los tratamientos más comúnmente


usados para la depresión son los antidepresivos, la psicoterapia, o una combinación de

ambos. La naturaleza y severidad de la depresión, y hasta cierto punto la preferencia

individual, determinarán cuál de estas opciones de tratamiento es la apropiada. Para la

depresión leve o moderada, uno o ambos de estos tratamientos pueden ser

beneficiosos. Mientras que para la depresión grave o discapacitante se recomienda

como primer paso el uso de medicamentos. En el tratamiento combinado, los

medicamentos pueden aliviar los síntomas rápidamente, mientras que la psicoterapia

le enseña a la persona maneras más eficaces de enfrentar los problemas. Existen

varios tipos de antidepresivos que se usan en el tratamiento de los trastornos

depresivos. Entre estos se encuentran medicamentos nuevos, principalmente los

inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los antidepresivos

tricíclicos y los inhibidores de la monoamina oxidasa . Los ISRS y demás

medicamentos nuevos que afectan los neurotransmisores, como la dopamina o

noradrenalina, generalmente tienen menos efectos secundarios que los antidepresivos

tricíclicos. Cada uno toma distintas rutas químicas al cerebro que están relacionadas

con los estados de ánimo.

Aunque algunas personas se sienten mejor en las primeras semanas del tratamiento,

los antidepresivos tienen que tomarse con regularidad por al menos 4 semanas, en

algunos casos por 8, antes de que su efecto terapéutico sea completo. Para ser eficaces

y prevenir una recaída, los medicamentos tienen que tomarse durante 6 a 12 meses,

siguiendo cuidadosamente las instrucciones del médico. La administración de

medicamentos debe vigilarse de cerca para asegurar que el paciente esté tomando la

dosis más eficaz y para minimizar los efectos secundarios. En el caso de las personas
que han tenido ya varios episodios de depresión, la manera más eficaz de prevenirlos

es mediante tratamiento con antidepresivos a largo plazo. En los últimos años, ha

surgido un gran interés en el uso de hierbas para el tratamiento de la depresión y la

ansiedad. La hierba de San Juan, o Corazoncillo, es una hierba que se usa mucho

como tratamiento para la depresión leve o moderada en Europa y que recientemente

ha llamado la atención del público estadounidense. Sin embargo, los estudios

científicos que se han realizado sobre su uso han sido a corto plazo y se han basado en

un número de dosis diferentes. La psicoterapia es otra opción disponible de

tratamiento en los casos de depresión leve a moderada. Las terapias a corto plazo (de

10 a 20 semanas) han sido muy eficaces para tratar varios tipos de depresión. Las

terapias de conversación ayudan a los pacientes a entender y aprender a resolver sus

problemas mediante una charla con el terapeuta. Las terapias de conducta enseñan a

los pacientes nuevos comportamientos para llevar una vida mejor y les ayudan a

desaprender patrones de conducta dañinas

La investigación ha mostrado que dos psicoterapias a corto plazo, la

interpersonal y la cognitiva-conductual, son útiles para la terapia interpersonal se

enfoca en cambiar las relaciones interpersonales que causan o intensifican la

depresión. La terapia cognitiva-conductual se concentra en cambiar los patrones

negativos de pensamiento y la reacción o comportamiento que pueden contribuir a la

depresión. Terapia electroconvulsivante es útil para las personas cuya depresión es

severa o ha llegado a un punto en que su vida peligra, o para aquellas personas que no
pueden tomar antidepresivos. Esto se aplica en particular para las personas

clasificadas como suicidas, con agitación severa, pensamientos psicóticos, pérdida

excesiva de peso o físicamente débiles como resultado de una condición física, que se

administra bajo anestesia de corta duración, el paciente recibe una dosis de relajante

muscular. Se colocan electrodos en puntos específicos de la cabeza y éstos emiten

impulsos eléctricos. Este estímulo causa un episodio convulsivo breve

(aproximadamente 30 segundos) en el cerebro. La depresión puede regresar, aunque el

tratamiento haya sido exitoso. Los estudios indican que cuando esto ocurre, hay

ciertas estrategias muy útiles. A menudo se puede evitar un nuevo episodio depresivo

cuando se continúa el antidepresivo en la misma dosis que detuvo con éxito el

episodio anterior. Para aquellos pacientes que no toman medicamento, la psicoterapia

interpersonal una vez al mes puede alargar los periodos entre episodios depresivos.

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Existe en la actualidad muchos factores que ponen en riesgo nuestra salud mental,

dentro de los cuales se considera de alto riesgo la perdida de un ser querido, amigo,

status, etc. O algo de valor. Especialmente los casos de depresión están

frecuentemente ligados a este factor. En fechas recientes se ha logrado avances

importantes que nos permiten controlar estas variables, por medio de diversas

sustancias químicas entre las que se encuentran el neurotransmisor llamado

serotonina. Dentro de los estudios realizados de esta sustancia, se ha logrado


encontrar fuentes dentrote nuestro sistema endocrino que lleva a cabo la producción

de esta sustancia. La producción de serotonina en el organismo es posible por

estudios recientes que veinte minutos de ejercicio físico cada tercer día son suficientes

para diversos padecimientos entre los que se encuentra la obesidad entre otros. La

serotonina es el neurotransmisor más importante relacionado con la depresión. Es

producida por el cuerpo si se le da el derecho de nutrición. Pero genio, estrés,

preocupación, angustia emocional, las drogas, el alcohol, los pobres hábitos

alimenticios y la contaminación se agotan este neurotransmisor. Y estos problemas de

la vida no puede permitir que el cuerpo para producir serotonina suficiente para

ponerse al día con su demanda a través de los alimentos que comemos. Los bajos

niveles de serotonina en la persona con fibromialgia explican en parte el porqué de los

dolores y los problemas para dormir. Dichos niveles bajos se han asociado también a

estados de agresión, depresión y ansiedad e incluso a las migrañas, debido a que

cuando los niveles de serotonina bajan, los vasos sanguíneos se dilatan o hinchan. Los

especialistas afirman que la mujer produce una menor cantidad de serotonina, lo que

parece explicar en parte el porqué la proporción de personas con fibromialgia es

abrumadoramente mayor entre las mujeres. Según una investigación de la

Universidad de McGill de Canadá en el cerebro.


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Del hombre hay 53% más de serotonina. La mujer siente el dolor con más agudeza

porque los estrógenos actúan sobre los neurotransmisores que permiten a las células

del cerebro comunicarse entre sí. Sin embargo, como las mujeres son más sensibles a

los cambios en niveles de serotonina, reaccionan mejor a los medicamentos que

influyen sobre la misma (por ejemplo, los antidepresivos triciclitos). Las personas de

alto riesgo de sufrir depresión, es mayor para la mujer que para el hombre. El número

de mujeres que sufren de depresión grave y distimia es el doble que el de los hombres.
Esta proporción de dos a uno no depende de factores raciales o culturales ni de la

situación económica. La misma proporción existe en otros diez países del mundo. El

mismo número de hombres y mujeres padecen de trastorno bipolar (maniaco-

depresión), pero las mujeres típicamente tienen más episodios depresivos y menos

episodios de manía. Asimismo, un número mayor de mujeres padece de una variedad

de ciclos rápidos del trastorno bipolar, que puede ser más resistente al tratamiento

estándar. Se sospecha que una variedad de factores únicos en la vida de la mujer

desempeñan un papel muy importante en la depresión. La investigación hoy en día se

concentra en entender estos factores, que incluyen: factores reproductivos,

hormonales, genéticos o biológicos; el maltrato y la opresión; factores

interpersonales; y ciertas características psicológicas y de personalidad. Aun así, las

causas específicas de la depresión en la mujer no son claras, ya que muchas mujeres

que han sido expuestas a estos factores no sufren de depresión. Lo que sí está claro es

que independientemente de los factores que contribuyen a la misma, la depresión es

una enfermedad para la cual disponemos de varios tratamientos eficaces. Se sabe por

ejemplo que las mujeres casadas, padecen con más frecuencia depresiones que los

hombres. En ellos, es mas frecuente las depresiones cuando son solteros. Las

situaciones.
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De violencia en las que viven algunas mujeres, son generadoras de problemas de

salud mental. Así, aquellas integrantes de matrimonios violentos, presentan una

depresión profunda que no les permite vislumbrar posibilidades, organizar estrategias,

o tomar decisiones. Las situaciones de opresión y condiciones de vida inequitativas

que padece el sexo femenino, se traducen en mayor incidencia; por tanto no es una

vulnerabilidad física, ni psíquica, sino sistémica, pues ellas poseen menos recursos

materiales y simbólicos para afrontar angustias y complicaciones de tipo psicológico.


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Conclusión

Para concluir el tema de la depresión. Aprendiendo a su vez muchas cosas

interesantes sobre este trastorno, aunque un poco triste esta enfermedad, ya que este

trastorno esta relacionado con un conjunto de factores de estrés como tristeza, baja

autoestima, etc. Esta afecta el cerebro así causándole problemas para pensar, dormir,

comer, etc. En este trabajo pudimos llegar a la conclusión que muchos de estos

factores que nos afectan, tienen que ver en la manera que las personas los enfrentan.

Las personas interpretan esas interacciones así como su pasado y su futuro, ya sea por
recuerdos constantes que limiten sus actividades de su diario vivir. Pudimos aprender

que este trastorno debe ser objeto de un diagnostico adecuado, establecido con

precisión. La evaluación requiere a su vez, una atención especial y un análisis

complejo de diferentes variables que interactúen entre si para favorecer la aparición

de esta enfermedad, una de las cosas que mas nos llamo la atención de este trabajo es

que para que esta evaluación sea fiable y pueda basarse en ella la intervención, “la

empatía con el paciente” se presenta como necesaria para que el terapeuta pueda

recoger el estudio real del paciente y pueda crearse una buena alianza terapéutica. De

manera que nosotros como futuros trabajadores sociales en nuestros diferentes casos

tenemos que mostrar la misma relación de empatía con nuestros clientes, para así

poder tener mejores resultados de cambios en ellos.

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Bibliografía

Calle, R. A. (2000). Superar la depresión: España: Ediciones Martínez Roca.

De la Garza Gutiérrez, F (2004). Depresión, angustia y bipolaridad guía para


pacientes
y familiares: México: Editorial Trillas.

Hornsteis, L. (2006). Las depresiones, efectos y humores del vivir: Buenos Aires:
Paidós.

Kramer, Peter D. (2006). La Depresión. Barcelona: [www.google.com]


Morris, Charles G. & Maisto, Albert A. (2005). Psicología. (12ª.ed.). México:
Pearson.

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