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América Latina y el Caribe se

caracterizan por ser la región del


mundo más inequitativa y por
poseer sociedades altamente
segmentadas, lo que afecta la
educación de la población, su
integración y cohesión social.
Ampliar las oportunidades de
todos para acceder a una
educación de calidad y
desarrollar escuelas más
inclusivas, que eduquen en y
para la diversidad
EXCLUSION EDUCATIVA EN AMERICA LATINA
Un real acceso de las personas pobres a mejores servicios de educación y de salud
puede poner en movimiento una acción eficaz para superar el círculo vicioso de la
pobreza. Ello demandará una modificación substancial de los actuales parámetros
de convivencia social, de distribución económica y de acción pública. Herrera
(1999)
La exclusión educativa no significa solamente "niños no
escolarizados",

DESIGUALDAD EN EDUCACION:

• Afecta a los sectores mas excluidos


y marginados.
• No solo con respecto al acceso a la
educacion sino a la calidad misma. SISTEMA EDUCATIVO
el principal desafío para la
mayoría de los países de la
región es lograr una educación
de calidad para todos. Calidad,
equidad y, en menor medida,
inclusión parecen ser los tres
conceptos o dimensiones clave
que están orientando las
políticas educativas actuales en
buena parte de los contextos de
América Latina.

LA DESIGUALDAD EN EDUCACION NO NOS PERMITE DESARROLLAR


COMO PERSONA NI COMO PAIS
Barreras que generan exclusión y marginación en
educación

• Las barreras que están impidiendo la participación, la convivencia y


el aprendizaje en la escuela son de ámbitos muy diferentes, a saber:
a) políticas (normativas contradictorias) b) culturales (conceptuales y
actitudinales) c) didácticas (enseñanza-aprendizaje).
• Educar a todo el alumnado sin distinción es la finalidad primera de la
escuela pública. Sin embargo, todavía hay escuelas donde gran
número de niños y niñas no tienen la oportunidad de adquirir ni de
compartir la cultura. Se les ha robado el derecho a aprender
(DARLING-HAMMON, L. 2001). Por ello, la primera estrategia es
devolverles a todas las niñas y niños su derecho a aprender.
INVERTIR EN DOCENTES:
La calidad de los docentes tiene un impacto
mucho mayor que el número de estudiantes en
el aula y otros factores, y, por eso, invertir en
capacitación a lo largo de su carrera
profesional resulta más efectivo en beneficio de
los alumnos.
Invertir mejor en educación es
avanzar en los puntos estratégicos
por los que se ha dirigido el
Gobierno: apostar por una educación
superior internacionalizada, una
formación profesional de calidad,
actualizada, atractiva y que se integre
con agilidad en el mundo
empresarial, una educación en
primaria y secundaria que apoye la
asimilación de las competencias
consideradas esenciales, y, desde
luego, la formación integral de la
persona en el respeto a los principios
democráticos y la convivencia.
El concepto de equidad, en el campo de la
educación, hace referencia al tratamiento igual, en
cuanto al acceso, permanencia y éxito en el
sistema educativo para todos y todas, sin
distinción de género, etnia, religión o condición
social, económica o política. En otras palabras, la
equidad, en materia educativa, es hacer efectivo
para todos y todas, el derecho humano
fundamental de la educación, proclamado en la
“Declaración Universal de Derechos Humanos” de
1948 (Artículo 26).
En países de diversidad cultural y lingüística, se incurre
en inequidad educativa si no se ofrecen alternativas
curriculares que tomen en cuenta esa diversidad.
América Latina tiene importantes poblaciones
indígenas. Tenemos una deuda histórica con ellas, ya
que estas poblaciones generalmente presentan las
tasas más altas de analfabetismo, deserción escolar,
extraedad, repitencia, etc. Según el Instituto Indigenista
Interamericano, los sistemas educativos han
contribuido muy poco a mejorar la situación de las
poblaciones indígenas. Se da también la inequidad
educativa cuando en las áreas rurales se imparte un
currículo diseñado para zonas urbanas de clase media.
Se define la cultura inclusiva como aquella centrada en “crear
una comunidad segura, acogedora, colaboradora y
estimulante en la que cada uno es valorado. (Booth &
Ainscow , 2002, p.16).
La cultura inclusiva en el aula nos invita a romper las
barreras del silencio, del miedo a lo desconocido; a
reflexionar sobre nuestra práctica docente y sobre la
puesta en marcha de un currículo oculto (aquellos
aprendizajes que son incorporados por los
estudiantes aunque no figuren en el currículo oficial
pero que están allí para vivenciarlo); a acompañar ese
currículo con nuevas formas de guiar el aprendizaje,
como por ejemplo el aula invertida (en la que con
ayuda de la tecnología podemos incentivar el trabajo
colaborativo); a incluir otras maneras de evaluar como
las rúbricas o escalas; o a llegar a la persona para
transformarla y liberarla, como dice Paulo Freire.

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