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Jesús nos da el Mandamiento del amor

En la Última Cena dice JESÚS:


“Os doy un mandamiento nuevo:
que os améis unos a otros como yo os he amado”
Jesús quiere que amemos a nuestro
prójimo y compartamos lo nuestro.

Un día estaba Jesús enseñando a una gran multitud que le


escuchaba durante horas, sin haber comido nada en todo el
día. Jesús sintió pena porque tenían hambre y era casi noche.
Jesús quiere que amemos a nuestro
prójimo y compartamos lo nuestro.

Entonces un niño se acercó a Jesús


y le ofreció todo lo que tenía: cinco panes y dos peces.
Jesús quiere que amemos a nuestro
prójimo y compartamos lo nuestro.

Jesús mandó a los apóstoles que les repartieran los 5 panes y


los 2 peces a cinco mil hombres, más las mujeres y los niños.
Cuando todos comieron cuanto quisieron, hizo juntar los
trozos que sobraron y se llenaron con ellos doce canastos.
Jesús quiere que amemos a nuestro
prójimo y compartamos lo nuestro.

Somos parecidos a Jesús Somos parecidos a Jesús


cuando tenemos una pelota cuando ayudamos a un
de fútbol y dejamos que compañero que tiene un
jueguen con ella nuestros problema o que un día
amigos y también aquellos olvidó llevar al colegio
que no son amigos nuestros. sus libros o cuadernos.
“En aquel tiempo, uno de los maestros
de la Ley se acercó a Jesús y le
preguntó: ¿Qué mandamiento es el
primero de todos?
Jesús le contestó: El primer
mandamiento es: Escucha, Israel: El
Señor, nuestro Dios, es un único Señor.
Amarás al Señor tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu
inteligencia y con todas tus fuerzas. Y
después viene este otro: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. No hay
ningún mandamiento más importante
que estos”.
Marcos 12, 28-34
¿Quién es mi prójimo?
• No nos compliquemos decidiendo quién es nuestro
prójimo. Mi prójimo son todas las demás personas.

• Prójimo es sinónimo de próximo, pero no solo


aquella persona con la que tengo contacto personal
diario: mi cónyuge, mis hijos, mis parientes, mis
amigos, mis vecinos, mis compañeros de trabajo,
mis empleados, mi jefe. Mi prójimo es también
aquellos con quienes me encuentro de vez en
cuando: los del pueblo en que vivo, aun los que no
me caen bien, los que me han hecho alguna maldad,
los que hablan mal de mi y que a veces
humanamente me es difícil aceptar.
¿Qué significa amar al
prójimo?
Amar al prójimo significa:

• Quererle bien, procurarle los bienes y


evitarle los males.
Significa respetarlo
• Especialmente en lo que se refiere a su manera
de pensar. Muchos de los problemas en las
relaciones con los demás se originan en el
querer que todos sean o piensen como yo.
Significa preocuparnos
• Independientemente de cual sea nuestra situación
económica, es una realidad que siempre habrá otros
que estén en una situación inferior a la mía. No puedo
ser indiferente ante eso.
• Debemos preocuparnos especialmente, por los que
tienen hambre, por los que no tienen un techo para
vivir, por los que están sin trabajo, por quienes están
enfermos y no tienen para comprar la medicina que
necesitan.
• Si abrimos los ojos veremos que hay tantas personas
a las que podemos ayudar.
Significa servirle
• Esto significa estar siempre dispuestos a servir a los
demás: en la casa, en el trabajo, en la calle, donde
sea que estemos y se presente la oportunidad de
ayudar a alguien.
• Muchas veces supondrá posponer nuestros planes
para brindar una ayuda a alguien en el momento
que es necesario.
• Si empezáramos a comportarnos así con los
demás, que diferente sería el mundo en que
vivimos.
Significa ser amable
• Los demás, independientemente de quienes sean,
son seres humanos que merecen toda nuestra
consideración en el trato.
• Los demás no tienen por que cargar con nuestros
estados de animo negativos, ni soportar nuestras
enojos.
• Todas las personas merecen ser tratadas con
cariño como lo haríamos con cualquiera de
nuestros familiares. Si todos somos hijos de Dios,
somos hermanos.
Significa tener paciencia
• Debemos aceptar a los otros como son, disimular
y comprender sus errores o sus equivocaciones y
corregirlos con amor.
• Debemos tener paciencia con nuestros hijos,
para irles enseñando lo que está bien y lo que
está mal.
• Debemos ser pacientes también con nuestros
padres ancianos, tal y como nos lo dice la biblia:
“Hijo mío, cuida de tu padre en la vejez y en su
vida no le causes tristeza; aunque se debilite, ten
paciencia con él y no lo menosprecies por estar
tú en pleno vigor”.(Ec 3, 12-13)
Significa hacer bien nuestro
trabajo
• La labor que llevamos a cabo ya sea en el hogar
como fuera de él, beneficia a alguien de forma
directa o indirecta, por eso debemos de llevarlo
a cabo haciéndolo con alegría y de la mejor
forma que podamos, sabiendo que con lo que
hacemos estamos haciendo el bien a los
demás.
Significa no juzgar
• Juzgar a los demás nos lleva fácilmente a despreciarlos.
• Se juzga a las personas valorando sus acciones y emitiendo
un dictamen negativo sobre ellas. El desprecio es el paso
siguiente. Sin embargo juzgar es un pecado grave. Jesucristo
mismo ha dicho: “Hipócrita, sácate primero la viga de tu ojo, y
entonces podrás ver claro para sacar la paja del ojo de tu
hermano” (Lc 6, 42).
• ¿Por qué mejor no nos juzgamos a nosotros mismos, ya que
sí conocemos íntimamente nuestras faltas, pecados y
defectos, de los cuales sabemos que deberemos rendir
cuenta a Dios? ¿Para que pretender hacer lo que le
corresponde a Dios al juzgar a los hombres? ¿Acaso, a
nosotros nos corresponde autorizar o cerrar las puertas del
cielo a los hombres?
¿Y por qué debemos
hacer todo esto?
Porque convivimos entre
iguales
• Las demás personas son nuestros iguales.
• No en lo físico, en historia personal, en
aspiraciones, en el carácter o en la manera
de pensar: sino en que son seres humanos
como nosotros creados por el mismo Dios.
• Es lógico que queramos para ellos lo mismo
que queremos para nosotros.
• Esta es la base de la justicia divina y los
siete últimos manadamientos del Decálogo.
Porque tenemos el deber de
amarnos
• Debemos ver en los demás a Cristo mismo: Él nos
dijo, que todo cuanto hagamos con los otros, es como
si lo hiciéramos con Él mismo. Por eso los primeros
cristianos se distinguían porque se amaban mucho
unos a otros.
• Algunos, al contrario, piensan que somos
competidores al querer los mismos bienes, y
pretenden que vivamos la ley de la selva: el más
fuerte es el que come más y primero. Los que vienen
detrás comen lo que pueden.
• Para que esto no suceda existen las leyes
establecidas por el Estado. Pero el cristiano va mas
allá de simplemente respetar el marco legal humano,
¿Qué bienes
debemos desearles?
• Hay que desear para el prójimo lo mismo que
deseamos para nosotros, y esto se resume en
una enseñanza bíblica:
• “Todo lo que ustedes desearían de los demás,
háganlo con ellos: ahí está toda la ley y los
profetas”. (Mateo 7, 12)
o podríamos verlos desde otra óptica:
• "No hagas a los demás lo que no quieras que
te hagan a ti“. (Tob 4, 15)
Es decir no debemos desear para el prójimo lo que
no queremos para nosotros mismos.
• Como se ve es muy sencillo, pues todos tenemos
un concepto bien claro de lo que es bueno y de lo
que es malo cuando se refiere a nosotros.

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