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Las más frecuentes son la sífilis, gonorrea, clamidia, herpes, hepatitis B y C, VIH y VPH.
La mayoría de las ITS se pueden prevenir usando preservativo y, en caso de que tengas
alguna de estas infecciones, son tratables y muchas de ellas se curan.
VIH significa virus de la inmunodeficiencia humana. Éste daña el sistema inmunitario
mediante la destrucción de los glóbulos blancos que combaten las infecciones. Esto lo pone
en riesgo de contraer infecciones graves y ciertos tipos de cáncer. SIDA significa síndrome
de inmunodeficiencia adquirida. Es la etapa final de la infección con el VIH. No todas las
personas con VIH desarrollan SIDA.
El VIH suele contagiarse a través de relaciones sexuales sin protección con una persona
infectada. También puede propagarse por intercambio de agujas para inyectarse drogas o
por contacto con la sangre de una persona infectada. Las mujeres pueden infectar a sus
bebés durante el embarazo o el parto.
Los primeros síntomas de la infección por VIH pueden ser inflamación de los ganglios y
síntomas parecidos a la gripe. Estos pueden aparecer y desaparecer dentro de dos a cuatro
semanas. Los síntomas graves pueden no aparecer hasta meses o años después.
Síntomas.
Primeras etapas.
Los síntomas del VIH también pueden ser similares a los causados por otras
enfermedades. La única forma de determinar con certeza si una persona tiene el virus
es mediante una prueba del VIH.
Una de las últimas etapas de la infección por el VIH es el SIDA, cuando el sistema
inmunitario de una persona está sumamente debilitado y tiene dificultad para combatir
las infecciones y ciertos tipos de cáncer. En esta etapa, hay síntomas graves que
pueden incluir rápida pérdida de peso; infecciones graves; neumonía; inflamación
prolongada de las glándulas linfáticas; máculas en la piel; diarrea prolongada; lesiones
en la boca, el ano o los genitales; y pérdida de memoria, depresión y otros trastornos
neurológicos.
Tratamiento.
El tratamiento antirretroviral (TAR) consiste en el uso de medicamentos contra el VIH
para tratar dicha infección. Las personas que reciben TAR toman una combinación de
medicamentos contra el VIH (que se conoce como régimen contra el VIH) todos los
días. A todas las personas infectadas con el VIH se les recomienda el TAR.
El TAR no cura el VIH, pero los medicamentos contra el VIH ayudan a las personas que
lo tienen a llevar una vida más larga y sana. El TAR reduce también el riesgo
de transmisión del VIH.
El VIH ataca y destruye una clase de glóbulos blancos (linfocitos o células CD4) que
combate la infección del sistema inmunitario. La pérdida de células CD4 le dificulta al
cuerpo combatir las infecciones y ciertos tipos de cáncer relacionados con el VIH.
Los medicamentos contra el VIH impiden que el virus se reproduzca (se replique), lo
que reduce la concentración del VIH en el cuerpo. Al tener menos concentración del
VIH en el cuerpo el sistema inmunitario tiene más posibilidad de recuperarse. Aun
cuando quede todavía algo del VIH en el cuerpo, el sistema inmunitario está lo
suficientemente fuerte como para combatir las infecciones y ciertos tipos de cáncer
relacionados con el VIH.
Los medicamentos contra el VIH reducen también el riesgo de transmisión del VIH al
disminuir la concentración del VIH en el cuerpo.
Prevención.
No intercambiar jeringas o agujas con otras personas, porque la sangre infectada pasaría
directamente al torrente sanguíneo, y esta es la forma más rápida y eficaz de contagio.
Usar siempre instrumentos estériles o desechables para perforar la piel (tatuajes, análisis de
sangre, inyecciones...).
Evitar el sexo oral sin protección. Aunque parece que la boca es un entorno hostil para el
VIH, se han dado casos de transmisión del VIH por vía oral (boca-pene, boca-vagina y
boca-ano), por lo que el contacto de semen, secreciones vaginales o sangre infectados en
la boca supone un riesgo.
Las mujeres embarazadas portadoras del virus deben recibir tratamiento para disminuir el
riesgo de transmisión al feto durante el embarazo y el parto, y no amamantar al niño. Es
aconsejable, además, el parto por cesárea, ya que reduce el riesgo de transmitir el virus al
bebé.
Los profesionales sanitarios que trabajen con enfermos de sida deben extremar las
precauciones para no pincharse accidentalmente con agujas infectadas, y utilizar ropa,
máscaras y gafas protectoras para evitar el contacto con sangre u otros fluidos que
contengan el VIH.
Desde 1982 se dispone de una vacuna contra la hepatitis B con una eficacia del 95%
en la prevención de la infección y la aparición de una enfermedad crónica y cáncer
de hígado debido a la hepatitis B.
Transmisión.
El virus de la hepatitis B puede sobrevivir fuera del organismo por lo menos siete días.
En ese periodo todavía puede causar infección si penetra en el organismo de una
persona no protegida por la vacuna. El periodo medio de incubación de la hepatitis B es
de 75 días, pero puede oscilar entre 30 y 180 días. El virus, que puede detectarse entre
30 y 60 días después de la infección, puede persistir y dar lugar a una hepatitis B
crónica.
entre un 80% y un 90% de los lactantes infectados en el primer año de vida sufrirán una
infección crónica; y
entre un 30% y un 50% de los niños infectados antes de cumplir los seis años sufrirán una
infección crónica.
En los adultos:
menos de un 5% de las personas sanas que se infecten en la edad adulta sufrirán una
infección crónica; y
entre un 20% y un 30% de los adultos que padecen una infección crónica sufrirán cirrosis
y/o cáncer hepático.
Coinfección por el VHB y el VIH
Los bebés deben recibir una primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B al
nacer. Deben haber recibido las tres inyecciones en la serie entre los 6 y los 18
meses de edad.
Los niños menores nacidos de madres que tienen hepatitis B aguda o han tenido la
infección en el pasado deben recibir una vacuna especial de hepatitis B no más de
12 horas después del nacimiento.
Los niños menores de 19 años a los que no les hayan aplicado la vacuna, deben
recibir las dosis de "recuperación".
Los adultos con alto riesgo de hepatitis B también deben vacunarse, incluso:
Los trabajadores de la salud y aquellos que viven con alguien que tiene hepatitis B.
Las personas con enfermedad renal terminal, enfermedad hepática crónica o infección
por el VIH.
Los virus de la hepatitis B y C se propagan a través del contacto con la sangre o con
los fluidos corporales de una persona que tenga el virus. Los virus no se propagan por
contacto casual, como tomar la mano, compartir utensilios para comer o vasos para
beber, amamantar, besarse, abrazarse, toser o estornudar.
Para evitar entrar en contacto con la sangre o con los fluidos corporales de otras
personas:
Evite compartir objetos personales, como cuchillas de afeitar o cepillos de dientes.
Limpie los derrames de sangre con una solución que contenga una parte de
blanqueador casero por 9 partes de agua.
El sexo seguro significa tomar medidas antes y durante el sexo que pueden evitar
que usted quede infectado o que le transmite una infección a su pareja.
La clamidiasis es una infección bacteriana común que se cura fácilmente con antibióticos. Es
una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) más comunes; la mayoría de las
personas con clamidiasis no presenta síntomas.
La clamidiasis es una infección bacteriana muy común que se puede contraer por el contacto
sexual con otra persona. Cerca de 3 millones de estadounidenses, por lo general de entre 14 y
24 años, contraen clamidiasis por año.
La clamidiasis se transmite a través de las relaciones sexuales vaginales y anales y el sexo oral.
La bacteria se encuentra en el esperma (semen), el líquido preeyaculatorio y las secreciones
vaginales. La clamidia puede infectar el pene, la vagina, el cuello uterino, el ano, la uretra, los
ojos y la garganta. La mayoría de las personas con clamidiasis no tienen síntomas y se sienten
perfectamente bien, de modo que es posible que ni siquiera sepan que están infectadas.
Recuerda que la mayoría de las personas con clamidiasis no presenta ningún tipo
de síntoma. Por este motivo, la única manera de saber con seguridad si tienes
clamidiasis es hacerte una prueba.
Tratamiento.
La clamidia se trata generalmente con antibióticos. Los antibióticos son muy
eficaces para el tratamiento de la clamidia.
Ofloxacina.
Eritromicina.
La persona afectada no debe tener relaciones sexuales por lo menos hasta una
semana después de haber finalizado el tratamiento antibiótico. Si es posible, se
deberían evitar las relaciones sexuales durante más tiempo si tu pareja sexual no ha
sido tratada, con la finalidad de no volver a infectarte. También deben evitarse las
relaciones sexuales hasta que los síntomas no hayan desaparecido por completo.
No se debe iniciar un tratamiento con antibióticos sin antes consultar con un médico.
Los antibióticos deben administrarse exactamente de acuerdo con la prescripción.
Sólo de esta forma, se puede curar la infección. El tratamiento rápido es obligatorio
para prevenir la transmisión de la infección y para reducir el riesgo de
complicaciones, como ejemplo, una enfermedad inflamatoria pélvica.
Prevención.
La clamidiasis se contagia a través de las secreciones sexuales como el esperma
(semen), el líquido preeyaculatorio y las secreciones vaginales. De modo que la
mejor manera de evitar la clamidiasis y otras enfermedades de transmisión sexual
(ETS) es no tener sexo vaginal, anal u oral. Sin embargo, esto no se aplica a la
mayoría de las personas, y ahí es donde se debe recurrir a los condones y
barreras de látex bucales. Realmente sirven para reducir las posibilidades de
contagio de una enfermedad de transmisión sexual durante las relaciones
sexuales.
Los hombres con tricomoniasis pueden sentir picazón o irritación dentro del pene, ardor
después de orinar o eyacular, o pueden tener alguna secreción del pene.
Las mujeres con tricomoniasis pueden notar picazón, ardor, enrojecimiento o dolor en los
genitales, molestia al orinar, o una secreción clara con un olor inusual que puede ser
transparente, blanca, amarillenta o verdosa.
La única manera segura de prevenir las infecciones de transmisión sexual es evitar por
completo las relaciones sexuales. Otra manera de abordarlo es hablar acerca de esta
clase de infecciones antes de tener relaciones sexuales con una nueva pareja, para
tomar decisiones fundamentadas acerca del nivel de riesgo con que la persona se
siente cómoda en su vida sexual.
Pueden transmitirse por contacto sexual vaginal, anal y oral. Otros tipos de VPH son
responsables de verrugas no genitales, las cuales no se transmiten sexualmente.
Los VPH de bajo riesgo, los cuales no causan cáncer pero pueden causar verrugas en la piel
(conocidas técnicamente como condylomata acuminata) en o alrededor de los genitales y
del ano.
Por ejemplo, los tipos 6 y 11 de VPH causan 90% de todas las verrugas genitales. Los tipos
6 y 11 causan también papilomatosis respiratoria recurrente, una enfermedad menos común
en la que tumores benignos crecen en las vías respiratorias que van de la nariz y la boca a
los pulmones.
Los VPH de alto riesgo, los cuales pueden causar cáncer. Se han identificado cerca de una
docena de tipos de VPH de alto riesgo. Dos de estos, los tipos 16 y 18 de VPH, son
responsables de la mayoría de los cánceres causados por VPH.
Las infecciones por VPH son las infecciones más comunes que se transmiten sexualmente en
los Estados Unidos. Cerca de 14 millones de infecciones genitales nuevas por VPH ocurren
cada año. De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)
calculan que más de 90% y de 80%, respectivamente, de hombres y mujeres activos serán
infectados por al menos un tipo de VPH alguna vez en sus vidas. Casi la mitad de estas
infecciones son por un tipo de VPH de alto riesgo.
La mayoría de las infecciones por VPH de alto riesgo ocurren sin síntomas, desaparecen
en 1 o 2 años y no causan cáncer. Sin embargo, algunas infecciones por VPH pueden persistir
por muchos años. Las infecciones persistentes por tipos de VPH de alto riesgo pueden resultar
en cambios celulares que, si no se tratan, pueden evolucionar a cáncer.
Tratamiento:
Actualmente, no existe cura para el VPH. Si lo tiene, necesitará realizarse pruebas
regulares y frecuentes de Papanicolaou para observar sus señales de cáncer. Es
posible que su médico desee que se realice pruebas de Papanicolaou cada 4 a 6
meses para verificar el estado de la infección del VPH. En muchos hombres y
mujeres, el VPH desaparece por sí solo sin ocasionar problemas médicos.
Su médico debe tratar las verrugas genitales. No intente tratarlas usted mismo,
especialmente con químicos que puede comprar de venta libre para extirpar las
verrugas que podría encontrar en sus manos. Se supone que estos químicos no
deben utilizarse para las verrugas genitales, ya que pueden irritar la piel
Prevención.
Las personas que no son activas sexualmente casi nunca presentan infecciones genitales
por VPH. Además, la vacuna contra el VPH antes de la actividad sexual puede reducir el
riesgo de infección por los tipos de VPH que cubre la vacuna.
El uso correcto y regular del condón está relacionado con una transmisión menor de VPH
entre las parejas sexuales, pero el uso irregular no lo está. Sin embargo, ya que las áreas
que no están cubiertas por el condón pueden infectarse por el virus, no es probable que los
condones provean una protección completa contra la infección.
El VPH genital se transmite por contacto genital, más a menudo por relaciones
sexuales vaginales y anales. También el contagio se da piel a piel.
El virus no puede vivir fuera de las células epiteliales del cuerpo por ello no sobrevive
fuera ya sea que se trate en ropa, muebles o cualquier otra cosa que no sea la célula
epitelial del cuerpo. Lo que si puede transmitirse es un hongo ya que este si se
mantiene vivo fuera del cuerpo y lo hace en medios húmedos, viven en el medio
ambiente y cuando hacen contacto con el cuerpo humano estos pueden ser
desechados si el sistema inmunológico se encuentra en óptimas condiciones.
El herpes lo causa un virus: el virus del herpes simple (HSV, por sus siglas en inglés). El
HSV forma parte de la familia de los virus llamados herpes virus. Esta familia incluye el
virus EpsteinBarr, que causa la mononucleosis y el virus de la varicela zoster que causa
la varicela. Aunque existen muchos virus en la familia del herpes virus, cada uno de
ellos son virus separados y distintos uno del otro.
En los casos en los que se presenten signos y síntomas durante el primer brote, estos pueden
ser graves. El primer brote generalmente sucede al cabo de dos días a dos semanas de resultar
infectado.
Fiebre
Dolores musculares en la espalda baja, los glúteos, los muslos o las rodillas
Labios vaginales externos, la vagina, el cuello uterino, alrededor del ano y en los muslos o
en los glúteos (en mujeres).
Pene, el escroto, alrededor del ano, en los muslos o en los glúteos (en hombres).
Lengua, la boca, los ojos, las encías, los labios, los dedos de las manos y otras partes del
cuerpo (en ambos sexos).
Antes de que las ampollas aparezcan, puede haber hormigueo, ardor, comezón o dolor
en el sitio donde las ampollas van a aparecer. Cuando las ampollas se rompen,
dejan úlceras superficiales que son muy dolorosas. Estas úlceras forman costras y
sanan lentamente durante 7 a 14 días o más.
Dolor al orinar
Dificultad para vaciar la vejiga que puede necesitar una sonda vesical.
Un segundo brote puede aparecer semanas o meses más tarde. Con frecuencia es menos
intenso y desaparece más rápidamente que el primer brote. Con el tiempo, la cantidad de
brotes puede disminuir.
Tratamiento.
El herpes genital no se puede curar. Se pueden recetar medicinas que combaten virus
(como aciclovir o valaciclovir).
Estas medicinas ayudan a aliviar el dolor y la molestia durante un brote al sanar las
úlceras más rápidamente. Parecen funcionar mejor durante un primer ataque más que en
los brotes posteriores.
En caso de brotes repetitivos, la medicina se debe tomar tan pronto como el hormigueo,
el ardor o la picazón comiencen o tan pronto como aparezcan las ampollas.
Las personas que tienen muchos brotes pueden tomar estas medicinas diariamente
durante un tiempo. Esto puede ayudar a prevenir brotes o a acortar su duración.
También puede reducir la probabilidad de transmitirle el herpes a otra persona.
Las mujeres embarazadas se pueden tratar por herpes durante el último mes del
embarazo para reducir la probabilidad de tener un brote en el momento del parto. Si
hay un brote cerca del momento del parto, se recomendará una cesárea. Esto reduce
la probabilidad de infectar al bebé.
La gonorrea es causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae y la puede propagar
cualquier tipo de actividad sexual. Se puede contraer por contacto con la boca, la vagina,
el pene o el ano.
Las bacterias proliferan en zonas corporales húmedas y cálidas, incluso el conducto que
transporta la orina fuera del cuerpo (uretra). En las mujeres, las bacterias se pueden
encontrar en el aparato reproductor (que incluye las trompas de Falopio, el útero y el
cuello uterino). La bacteria puede incluso proliferar en los ojos.
Los proveedores de atención médica en los Estados Unidos están obligados por ley a
informar al Comité Estatal de Salud (State Board of Health) acerca de todos los
casos de gonorrea. El objetivo de esta ley es garantizar que la persona reciba los
cuidados de control apropiados. Además, es necesario encontrar y examinar a los
compañeros sexuales.
Algunas personas no presentan síntomas; pueden desconocer por completo que han adquirido la
enfermedad y, por lo tanto, no buscan tratamiento. Esto aumenta el riesgo de complicaciones y de
posibilidades de transmitirle la infección a otra persona.
Dolor de garganta
Dolor intenso en la parte baja del abdomen (si la infección se disemina a las trompas de Falopio y
la zona del estómago)
Fiebre (si la infección se disemina a las trompas de Falopio y la zona del estómago)
Fiebre
Salpullido
Secreciones vaginales anormales de color verdoso o amarillento, o una secreción con mal olor.
Tratamiento.
El tratamiento de la gonorrea es simple, y se realiza de la misma manera en hombres y
en mujeres. Actualmente se indica el tratamiento con dosis única de antibióticos. Los
procedimientos más comunes son con Ceftriaxona intramuscular o Ciprofloxacino por
vía oral. La Azitromicina puede ser una opción, pero los efectos colaterales son
comunes en las dosis elevadas necesarias para tratar la gonorrea.
La pareja debe ser siempre investigada y tratada. Se indica abstinencia sexual hasta
que todos los síntomas desaparezcan. En los casos asintomáticos, se debe evitar
relaciones por al menos una semana después del tratamiento. Es posible contraer
gonorrea más de una vez.
Clamidia / Gonorrea
La clamidia es una ETS causada por una bacteria llamada Chlamydia trachomatis. Se
estima que sea la enfermedad de transmisión sexual más común en el mundo. La
infección por clamidia presenta básicamente el mismo cuadro clínico de la gonorrea, no
obstante con síntomas menos intensos. Tal vez por eso, sus complicaciones sean más
comunes.
El diagnóstico diferencial entre clamidia y gonorrea se realiza solamente por medio del
examen microscópico del corrimiento. Es imposible distinguir las dos enfermedades
apenas por los síntomas, ya que hasta las complicaciones son semejantes. Es importante
destacar que no es infrecuente que el paciente se infecte con las dos bacterias al mismo
tiempo.
La sífilis no tratada progresa por cuatro etapas. Cada etapa tiene sus propios signos y
síntomas únicos: primaria, secundaria, latente, y terciaria (o tarde). La sífilis no tratada
pueden producir síntomas a partir de 17 días hasta 30 años. Mientras la sífilis es curable
con antibióticos, las complicaciones que se pueden presentar en las etapas posteriores
no se puede revertir con el tratamiento.
Transmisión.
La sífilis se transmite a través de contacto con la membrana mucosa durante el sexo
oral, vaginal y anal. Puede ser transmitida aunque no haya penetración o
intercambio de fluidos.
Generalmente empieza como una elevación en la piel que luego se convierte en una
úlcera con bordes elevados (tipo cráter). En las mujeres, las lesiones pueden estar
dentro de u ocultas (sin verse) dentro de la vagina, o dentro de o alrededor del ano
(trasero). En los hombres, la lesión puede aparecer en el pene o en las bolas o los
huevos (piel de los testículos). También la lesión puede aparecer dentro o alrededor del
ano.
La lesión dura de 1 a 5 semanas y sanará y desaparecerá con o sin tratamiento, pero la
enfermedad todavía estará presente, si no es tratada.
Etapa secundaria: La etapa secundaria se desarrolla desde los 17 días a los 6½ meses
después de la infección y aproximadamente de 3 a 6 semanas después de la aparición
del chancro (aunque los síntomas secundarios pueden comenzar mientras el chancro
todavía está presente, pero es raro). La enfermedad vuelve aparecer como un salpullido
en las palmas de las manos, en la planta de los pies u otras partes del cuerpo. También
pueden haber verrugas u otros tipos de lesiones que normalmente aparecen en el ano,
el área genital (pene o vagina) o dentro de la boca y la garganta.
Otros síntomas pueden incluir perdida de pelo y un malestar general (no te sientes
bien). Estos síntomas se quitarán con o sin tratamiento dentro de 2 a 6 semanas – pero
sin tratamiento la enfermedad todavía estará presente y se convertirá en latente (sin
síntomas) y puede atacar otras partes del cuerpo por muchos años.
En estás primeras dos etapas, una mujer embarazada le puede pasar la bacteria de la
sífilis a su bebé no nacido.
Etapa latente: La etapa latente puede durar de 2 años a 30+ años después de la
infección y es definida como la etapa sin señales ni síntomas. La prueba de sangre es
casi siempre positiva y es así como se descubre la enfermedad.Una recaída secundaria
(repetición de los síntomas secundarios) puede suceder después de que la enfermedad
ha sido latente, usualmente durante el primer año de infección y raramente después del
segundo año.
Etapa terciaria: Los síntomas en la etapa terciaria pueden ocurrir de los 2 a los 30+ años
de la infección. Sus complicaciones pueden ser:
Pequeños tumores pueden desarrollarse en la piel, huesos o cualquier otro órgano del
cuerpo.
Aunque haya tratamiento durante esta etapa, el daño por las complicaciones no es
reversible, sin embargo la progresión de la enfermedad puede ser detenida.
Diagnostico.
Un médico puede decir si tienes la sífilis con una prueba de sangre o sacándole fluido de
las lesiones.
A todas las personas que tienen sífilis se les recomienda hacerse la prueba del VIH
porque las lesiones de sífilis pueden causar más fácilmente la transmisión del VIH. Las
personas que tienen sífilis primaria deberían examinarse para el VIH después de 3 meses
si es que el primer examen de VIH resultó negativo.
Tratamiento.
En cualquier etapa de la enfermedad, la penicilina puede curar (quitar) la sífilis, pero el
daño que ocurre en las últimas etapas no se puede deshacer (quitar).
Prevención.
La abstinencia (no tener ningún contacto sexual) es la manera más segura de evitar
la infección. Monogamia mutua (tener relaciones sexuales con una sola pareja no
infectada, quien sólo tiene relaciones sexuales contigo) es otra manera de evitar la
infección.